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Errores imperdonables por Jerrow

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CAPITULO 7

 

 

 

 

-Mi padre ha muerto mamá…ha muerto…

-Hijo –Alexia se arrodillo para estar a la altura de Efraín.

-Murió mamá –Abrazó a su madre con fuerza, oculto su cabeza sobre su pecho, y continuo con su llanto, pudo escuchar como Alexia también lloraba con él.

-Señora –Las palabras del Doctor hizo que Alexia alzara la mirada, por un momento olvidó que él se encontraba frente a ellos –Sé que esto es difícil, pero deben ser fuertes, en especial usted debe serlo por su hijo.

Alexia asintió levemente, se levantó con cuidado del suelo y Efraín hizo lo mismo, ambos acompañaron al Doctor hasta su oficina para realizar ciertos papeleos, el castaño solicito estar un momento a solas con el cuerpo de su padre, pero se lo negaron, debía ser preparado para su velorio.

-Este es el fin de nuestras vidas –Alexia se giró al escuchar esas palabras que salían de la boca de su hijo.

-No hijo –Le agarra las manos –Esta es dura prueba que tendremos que pasar…sé que es duro pero vamos a levantarnos.

-Yo no sé si pueda levantarme mamá, no después de que fue culpa mía todo esto…jamás podré eliminar la imagen de cuando papá nos encontró en el lago con…-Efraín no continuo, hubo un silencio hasta que su mirada comenzó a cambiar, apretó con fuerza sus puños y con la mirada irascible continuo -…Con Héctor.

“Tú eres el culpable maldito…el culpable de lo que paso a mi papá”

-Hijo…no te atormentes por eso…sé que estas mal pero tú no tuviste nada que ver, tu papá te amaba y…

-No mamá…esto fue culpa mía por ser un imbécil que se enamoró de un ser que le había jurado amor eterno….por haber creído en ridiculeces y niñerías…por todo eso mamá –Tapo su rostro con sus manos y volvió a romper en llanto, maldecía cada segundo el día que se enamoró de Héctor, maldecía cada segundo que permitió que este tocara su piel pero sobre todo “Maldigo por ser tan débil”.

Los brazos de su madre lo confortaban, Alexia a pesar del dolor que sentía y de las ganas terribles de llorar, tomo en cuenta el consejo del Doctor, debía ser fuerte, no solo para ella sino para su hijo para salir adelante pues sabía que Carlos no hubiese querido verlos acabados.

Luego de realizar todos los trámites salieron del hospital rumbo a su hogar, debían preparar todo para el velorio que harían.

El rostro del castaño no indicaba ninguna expresión, este solo ordenaba la sala donde estaría Carlos, durante toda una hora ninguno de los dos dijo nada. Alexia se acercó lentamente a su hijo para darle un abrazo que el castaño correspondió, ambos se tenían el uno al otro y debían protegerse.

Unos extraños sonidos que provenían del exterior les llamó la atención a ambos, Efraín se asomó hacia la ventana y retiro la cortina para ver de qué se trataba. Retrocedió lentamente y horrorizado ante lo que vio sus ojos. “No puede ser”.

-¿Qué pasa hijo? –Le preguntó Alexia con preocupación, pero no recibió respuesta, así que decidió ir hacia la ventana y ver qué es lo que pasaba.

Frente a su casa se encontraban todas las personas del pueblo, uno de ellos gritó con fuerza el nombre de Efraín, Alexia identificó esa voz, era de la madre de Héctor.

-¿Virginia?

-Mamá, ¿qué están haciendo ellos aquí? –Le preguntó con voz quebrada.

-No lo sé hijo, pero tú de aquí no sales me entiendes –Dijo Alexia para voltearse hacia la ventana, no permitiría que nadie lastime a su hijo.

Observó como uno de los amigos de su hijo agarraba algo del suelo, y apuntaba hacia su dirección, Alexia abrazó a su hijo protegiéndolo de los pedazos de vidrios que saltaban por la sala proveniente de la ventana rota. Efraín levantó la mirada y vio como una ligera línea de sangre comenzaba a fluir por el cuerpo de su madre. Comenzó a temblar no de miedo sino de rabia.

-Efraín –Exclamó Alexia asustada una vez que este se separó de él y se dirigía hacia la puerta –Por favor hijo no vayas…

Alexia se levantó con cierto dolor, sentía dentro de su piel ciertos trozos de vidrio, mordió sus labios sacando uno ellos que se encontraba incrustaba en sus pierna derecha y fue corriendo para alcanzar al castaño e impedir que saliera.

Pero fue tarde, pues más de la mitad de su cuerpo ya estaba fuera de la casa.

-Vaya, vaya…por fin dio la cara el degenerado –Fue como lo recibió Virginia al verlo salir.

-¿Cómo se atreven a lastimar a mi madre?

-Y tu como te atreves a tratar de pervertir a mi hijo –Grito alterada Virginia –Eres un maldigo enfermo…

-A mi hijo no llamas así zorra –Efraín se volteó para ver a su madre, quien caminaba con dificultad hacia él –Él no es ningún enfermo, él es un chico maravilloso y así lo amo.

-Tú deberías callarte al ser la madre de una aberración…

-MI hijo no es ninguna aberración y te prohíbo que hables así de él –Le corto Alexia con el tono de voz alterada –Y sabes que deberías mirarte a ti…ya que tu hijo tampoco es tan machito como crees.

-Ya basta –Las tenues palabras hicieron que todos miraban a dirección de Efraín, sus mejillas comenzaban a ser empapadas por las lágrimas que comenzaban a brotar de sus ojos –Mi padre acabó de fallecer…por favor déjenme en paz…DEJENME EN PAZ…

Héctor sintió como dagas que atravesaban en su ser al escuchar lo que acababa de decir su ahora actual ex.

-Sabes porque paso eso Efraín –El mencionado levantó la vista de hacia dónde provino esa voz –Tu pobre padre falleció por darse cuenta de que engendró a un error –Era Francisco –Si…es por eso, se dio cuenta que era el padre de un enfermo, de un maldito enfermo.

-Eso no es verdad…eso no es verdad –Efraín tapo sus oídos con sus manos, no quería escuchar eso, no podía escucharlo.

-Claro que no hijo, eso no es cierto tu padre te amaba, te quería tal cual eres…siempre te amo…no lo dudes –Le dijo Alexia con voz suave.

-Esa es la verdad…es toda la verdad, tu matase a tu papá el día que decidiste seguir los pasos del demonio –Virginia seguía tirando veneno hacia el castaño, sonreía cada vez que este lloraba pues quería verlo sufrir, debía pagar por intentar pervertir a su hijo, por querer mandarlo hacia ese mundo.

-YA CALLATE –Grito Alexia con rabia y se lanzó hacia Virginia, pero 4 hombres la detuvieron, la madre de Héctor se acercó hacia ella y le dio una bofetada en el rostro.

Efraín sintió como la ira volvió a apoderarse de él, no lo permitiría, no permitiría que lastimasen a su madre. Sacó fuerzas de su interior y corrió para defenderla, empujó a los 4 hombres que la sostenían y luego fijo su mirada hacia Virginia. La empujo por el suelo con todas sus fuerzas, está al caer se quejó al rasparse su brazo con el suelo.

Héctor al verlo reaccionó y agarró del cuello de la camisa de Efraín y lo hecho al suelo. Ambos se miraron a los ojos, el mayor no pudo seguir manteniendo el agarre, la fría y tosca mirada que el menor le brindaba eran peor que una pila de golpes.

-Suéltame…no sabes cuánto te odio…cuanto te detesto –Le susurro Efraín a su ex novio. Y este aflojaba lentamente su agarre.

El castaño le dio un fuerte golpe en el rostro haciendo que este cayera a su lado adolorido.

-Como te atreves a golpearlo enfermo –Esa voz era de Mariela que fue a colocarse de lado de Héctor –Estas bien Hec.

Efraín se levantó y fue junto a su madre quien se encontraba en el suelo, la tomo del brazo y la  ayudo a levantarse con cuidado, ambos caminaron hacia el interior de su casa pero fueron bloqueados por Saúl y Francisco.

-¿A donde piensas que vas pervertido? –Le dijo  Saúl –Esto aún no ha terminado.

-Por favor muchacho…no entiendes como nos sentimos –Le suplico Alexia con voz cansada y casi apagada.

Ambos ignoraron las palabras de la mujer, impidiéndoles el paso hacia a la casa.

-Ahora esto va a acabar –Dijo Virginia aún más alterada a causa del empujón que recibió de parte del castaño –Este pueblo no admite gente enferma con tú, ni tampoco como la de tu madre, ya que ella es igual o más culpable que tú al haber traído a una aberración a este mundo –Se giró hacia toda la muchedumbre para quedar frente a ellos –¿Acaso permitiremos que nuestros niños estén a merced de semejante ser como Efraín?,¿ acaso permitiremos que un hijo del demonio viva en un lugar así?

-De ninguna manera –Dijo uno de los hombres.

-Por supuesto que no, gente como está debería no existir –Dijo Irene. Efraín al verla reconoció a la madre de Jessica que hace poco tiempo la había recibido con una agradable sonrisa en su casa para practicar con su hija el baile, en cambio ahora lo miraba como todos lo hacían “como una aberración”.

Todas las personas concluyeron en lo mismo, no querían a un gay rondando por el pueblo. Alexia apretó con fuerza el brazo de su hijo, este la miró comprendiendo lo que quería decirle. Ambos caminaron a paso rápido hacia el bosque, debían irse ahora, antes de que la multitud les hicieran algo.

-Corran cobardes…corran…lárguense de aquí –Grito Virginia.

-Eres una perra –Soltó Efraín con ira.

-A mi suegra no le hablas así enfermo –Le dijo Mariela, agarrando una piedra del suelo y lanzándola con fuerza hacia el castaño impactando por su frente.

-Basta por favor –Grito Alexia entre lágrimas –No lo lastimen por favor…

Efraín sintió como un líquido tibio recorría por su rostro, era sangre, Mariela le había roto la frente con la piedra que le había lanzado. Miró hacia la chica con odio y asco, pero algo capto toda su atención, la chica estaba tomada de la mano con Héctor.

“Héctor…Héctor…así me pagas todo”

Se alejaron del lugar con pasos rengos, sentían las burlas hacia sus espaldas de parte de quienes antes eran sus amigos, Efraín sostenía a su madre con una de sus manos y con la otra trataba de disminuir la hemorragia de su frente.

Llegaron hacia una colina y comenzaron a subirla lentamente, el solo comenzaba a ocultarse dando paso a la fría noche que azotaba en el bosque.

Se sentían cansados y adoloridos, Alexia ya no tenía fuerzas para continuar, todo su cuerpo dolía en especial su espalda percibía que había aún varios vidrios clavados en su piel. Pararon frente a una gran roca, ambos rompieron en un llanto inimaginable, el acto de llorar provocaba un malestar adicional.

-Efraín mira allí –Señalo levemente Alexia.

El mencionado fijo su mirada hacia donde su madre le indicaba y vio como el fuego abrazador consumía ferozmente su hogar. Efraín lo supo, habían quemado su casa para que no quedara rastros de ellos, para seguramente purificar al pueblo de su aberración.

Cayo al suelo y abrazo sus rodillas, observó sus palpitantes manos que contenían una mezcla de sangre y lágrimas. “Las manos de un enfermo, porque es lo que soy, soy un maldito y débil enfermo”.

-Perdóname papá…perdóname por haber nacido así –Murmuró para sí mismo.

-Vamos hijo…Carlos no querría vernos así…vamos a levantarnos de esto…vamos a levantarnos por él –Alexia le tendió la mano al castaño, este la miró un momento, en silencio, pero finalmente lo tomo.

Llegaron a la carretera, apenas se veía el camino ya que casi todo estaba oscuro no había mucha iluminación, marcharon por el borde de la calzada hacia un rumbo que ninguno de los dos sabía. Lo único que deseaban era abandonar ese pueblo.

Efraín volteó y vio unas luces a lo lejos que se acercaban hacia ellos, era de un automóvil. Rogaba porque se detuviera y los ayudara, necesitaban un hospital, si, eso es primero, para él y su madre. Hizo una señal con las manos, y noto como el auto se detenía hasta quedar frente a ellos, el hombre se sorprendió al verlos en el estado en que se encontraban.

-¿Pero qué les sucedió? ¿Acaso fueron asaltados?

-Más o menos –Respondió Efraín –Por favor llévenos al hospital, se lo suplico, mi mamá ya no puede caminar más y mi cabeza está por estallar.

El hombre asintió, salió del auto y les ayudo a acomodarse dentro de su móvil, Alexia quedo en el asiento trasero mientras que Efraín en el asiento al lado del conductor, este no observó con claridad el rostro del hombre, sus ojos solo le entregaban una imagen cada vez más borrosa, el cansancio se estaba apoderando de él, pero no se quedaría dormido, necesitaba estar despierto al menos hasta que llegasen al hospital, pero le costaba, cada vez sentía los ojos más pesados, noto como su madre se había quedado dormida se encontrada abatida.

Aunque cierto tacto lo sobresalto, fijo su vista hacia sus piernas encontrando las manos del hombre que lo había ayudado. “Dios, me está acariciando”. Levantó la mirada topándose con la del hombre, ahora lo apreciaba mejor, era mayor de al menos 40 años en adelante en su rostro había una mezcla de hambre y lujuria.

-No creas que esto gratis niño bonito –Le dijo con cierto tono sensual.

-Suéltame por favor –Le suplico.

-Quieto bebe –Le sujeto a Efraín con más fuerza, y este a pesar de resistirse no conseguía liberarse del agarre ya que estaba sin fuerzas.

-Que lo sueltes infeliz –Alexia había despertado, con un palo de golf en su mano le golpeó en su rostro.

El hombre terminó desmayándose ante el impacto perdiendo total control del volante, Efraín trató de manejar el auto pero era inútil. El móvil cayó hacia un precipicio dando varias vueltas hasta detenerse.

“Ahora me reuniré contigo papá”

Notas finales:

Y hasta aqui el capitulo 7...

Gracias los que se toman un tiempo para leer mi fic y un agradecimiento adicional a quienes comentan, es bueno sabeer como les parece la historia...

Y llegué a una conclusion: "Quieren venganza" jajaja

Bueno ya veremos xD

Hasta el siguiente capitulo...

Cuidense y suerte :)


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