Camine hasta la sala de delegados pero antes de entrar vi a cierto peli rojo parado junto a su casillero con un cuaderno en la mano.
– ¿Debería? Me pregunte mentalmente mientras recordaba sus intentos de evitarme.-
Sacudí ligeramente mi cabeza mientras caminaba hacia él. A la mierda, pensé, después de todo me iría en poco tiempo y no podía desperdiciarlo simplemente en la sala de delegados. Era mi gran oportunidad para intentar arreglar las cosas, y en el peor de los casos solo me lamentaría por los siguientes tres meses.
– ¿Castiel...?-
– ¿Qué? Su voz fría y seria, típica de cuando le pedía firmar justificantes de ausencia.-
– Solo quería preguntarte acerca del gato. Dije mientras mi voz se iba haciendo más débil.-
– Ah, eso. Respondió suavizando un poco su expresión. –Una amiga se encargó de llevarlo al veterinario esta mañana. Debería poder llevarlo a casa en unos tres días.-
Asentí levemente mientras por la cabeza se repetía la palabra ¨amiga¨
– Gracias. Dije casi en un susurro.-
El simplemente asintió y continuo mirando la libreta que tenía hace un momento mientras yo me volvía a dirigir a la sala de delegados.
– Gran forma de arreglar las cosas. Me dije a mi mismo mientras continuaba con mis tareas de delegado.
– ¿Ya te vas?-
– Si, gracias a tu ayuda pude terminar todo a tiempo. Dije mientras le dedicaba una sonrisa. – En serio te debo una Melody.-
– No fue nada. Dijo con un ligero sonrojo.-
– Hasta el lunes. Dije mientras salía y me dirigía a casa. Por lo menos hoy no tendría que preocuparme por caminar hasta mi casa en plena noche.-
-¡Nathaniel!-
Me di la vuelta para ver a Sucrette correr hacia mi casi sin aliento.
– No pensé que saldrías tan temprano. Continuo mientras intentaba recuperar el aliento.-
– ¿Necesitas algo?-
– Llevarte a la fiesta, eso necesito.-
– Ya te lo dije, mi padre no me dejaría ir a una fiesta, más con lo que paso anoche.-
Sucrette solo me dedico una sonrisa mientras me agarraba el brazo y me arrastraba por la calle.
– Y yo ya te dije que haría algo. Sonrió de nuevo mientras caminaba en dirección a mi casa.-
Caminamos por un rato hasta que quedamos frente a casa.
– ¿Cuál es el plan? Pregunte mientras se dirigía a la puerta y tocaba el timbre.
Ella solo me guiño el ojo mientras la puerta se abría.
– Buenas noches Sr. Leblanc, yo soy la chica que lo llamo esta tarde.-
¡¿Lo había llamado?!
– Ah, sí, Sucrette si no me equivoco.
– En efecto Sr. Leblanc, solo quería confirmar si es posible que Nathaniel me ayude con lo de las tutorías que le hable. Y sé que es algo inoportuno que tenga que hacerlo tan tarde, pero mi familia debe viajar este fin de semana y necesitamos prepararnos para el examen del lunes.-
Mi padre solo se pasaba la mano por la barbilla como si en realidad lo estuviera considerando.
– Le aseguro que solo seremos Nathaniel, Melody y yo. Y puede llamar a Melody o a su madre si desea confirmarlo, pero si quería venir personalmente, después de todo sé que Nathaniel es un joven muy ocupado y que ustedes se preocupan por él y este favor puede ser muy sospechoso.-
Mi padre solo la miro a los ojos por unos segundos antes de suspirar.
– ¿Cuánto tardará?-
– El tema es ligeramente largo, así que pensábamos aprovechar el tiempo que usted le permitiera quedarse.-
Suspiró de nuevo y luego hizo un además para que me acercara.
– Si descubro que fue una mentira, me asegurare de darte un castigo que no creo que vayas a olvidar.-
Dicho eso se volvió a dirigir a Sucrette y le susurro algunas cosas antes de volver a entrar a la casa. Mientras yo la veía con los ojos abiertos.
– La palabra que buscas es gracias.-
– ¿Cómo…?-
– Me lo encontré un día en la ciudad y termine ayudándolo con algunas cosas, supongo que tendrá un buen concepto de mí.-
Caminamos hasta su casa en medio de carcajadas, yo aun sin poderme creer que en realidad lo había convencido.
– ¿Qué pasa si llama a Melody o a su madre?-
– Te dije que lo tengo todo resuelto. Confía en mí.-
Sonreí y asentí mientras continuábamos caminando
– ¿Y puedo saber quién estará en la fiesta?-
– Solo amigos, la mayoría los conoces. Sonrío sospechosamente mientras abría la puerta del apartamento.-
La música retumbaba en los cristales pero no era molesta, sonaba alguna canción que no reconocía. La sala estaba a oscuras iluminada solamente por una gran esfera de luces, por lo que era algo difícil ver por dónde iba.
– ¡Su!-
– ¡Alexy¡ Sucrette lo abrazo mientras le sonreí y saludaba al sujeto a su lado.-
– Nathaniel, no esperaba que vinieras. Dijo mientras pasaba su brazo por mi hombre. – Te presento a mi novio.-
Levante mi mirada al sujeto mientras le dedicaba una sonrisa.
– Soy Mike. Dijo mientras me sonreía de vuelta.-
– Nathaniel. Le respondí.-
Era bastante alto, quizá 1.85cm, piel acanelada por lo que podía distinguir y pelo, ¿café acaramelado quizá? La iluminación no era de mucha ayuda.
Alexy quito su brazo de mi hombro y se dirigió al sujeto poniéndose en puntas para comenzar a besarlo, mientras Sucrette y yo no alejábamos lentamente al otro lado del cuarto.
– No sabía que tenía novio. Dije mientras Sucrette me pasaba una lata de cerveza.-
– Yo me entere hace poco. Pero es un buen tipo por lo que me cuenta de él. Continuo mientras bebía algo de un vaso que tenía en la mano.-
Nos encontramos también con Kentin y Armin que estaban discutiendo animadamente sobre alguna cosa que no pude entender. También estaban Iris, Violeta y Melody con las que hablamos un rato. Obviamente estaba Lysandro junto con Castiel hablando con algunas chicas que no pude reconocer.
– Oh, ahí están Castiel y Lysandro. Deberíamos ir a saludarlos dijo Sucrette mientras caminaba en su dirección.-
– Creo que me quedare por allá. Dije mientras comenzaba a caminar en la dirección contraria.-
Sucrette solo comenzó a reírse mientras me tomaba del brazo y comenzaba a arrastrarme mientras yo solo forcejeaba intentando no encontrarme con los indiferentes ojos grises de Castiel.
– Delegado de tercera.-
La música estaba alta, pero pude escuchar perfectamente aquellas palabras. Supongo que la suerte me había abandonado en el momento en que mis padres decidieron que no debía ser hijo único.