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Relación a distancia por marien98

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Notas del capitulo:

Hola!

Por fin termine de escribir este capítulo que tantos problemas me dio, comenzando por el hecho de que cuando por fin lo había terminado, la pc se me bloqueo y perdí el documento por lo que tuve que volver a escribirlo, pero cada que lo hacía algo no me gustaba y no podía hacer que quedara igual al primero e.e

Pero al fin lo termine y siento que quedo bien =P

Ojala lo disfruten n.n

– Nathaniel, no esperaba verte aquí. Dijo Lysandro mientras interrumpía a Castiel.-

– Eso es por que logre sacarlo de su casa. Respondió Sucrette mientras sonreía victoriosa.-

Yo simplemente sonreí ligeramente y me dirigí rápidamente donde estaban las chicas sin escuchar lo que Sucrette me estaba gritando.

La música comenzó a sonar más fuerte y cada vez más personas comenzaban a bailar. Yo al final con mi tercera lata de cerveza también los seguí.

– Voy por otra. Dije lo más alto que pude a las chicas que bailaban a mi lado.-

Ellas solo asintieron y yo me dirigí a la cocina rebuscando en la nevera otra lata de cerveza.

– Delegado.-

La voz del peli rojo volvió a inundar mis oídos mientras yo maldecía por lo bajo.

– No crees que tu padre se enojara si te ve en esas condiciones. Dijo mientras me veía con su típica sonrisa.-

– Dame un respiro. Respondí mientras apoyaba los codos en una mesa y escondía mi cara entre mis manos. – Mejor vuelve con tus amiguitas. Continúe con el tono mas molesto que pude.-

El solo se limitó a levantar una ceja y quitarme la cerveza que con tanto esfuerzo había encontrado.

Yo solo le mire con enojo y me dirigí de nuevo a la sala a bailar con una chica que no conocía mirando como Castiel hacia una mueca de enojo.

Varias canciones después ya estaba sudando y bebiendo algo de un vaso de alguien casi al borde de desmayarme a causa del calor por lo que decidí salir un rato, pero la puerta estaba llena de gente que no me dejaría pasar, por lo que opte por el plan B.

Subí las escaleras de la casa de Sucrette rogando no encontrar gente montándose los unos a los otros en lo que encontraba una ventana, sin embargo, sorprendentemente no había nadie en el piso de arriba, por lo que rápidamente pude encontrar un balcón cerca de uno de los cuartos, donde también se encontraba el peli rojo, el cual estaba apoyado al barandal fumando un cigarrillo.

– Siento la interrupción. Dije suavemente al notar la mirada de enojo que me dedico.-

– No tienes por qué irte. Respondió secamente mientras exhalaba un poco de humo, echando su cabeza hacía tras.-

Yo solo camine hasta una silla de la pequeña sala puesta ahí para disfrutar de la tranquilidad de la pequeña ciudad, escuchando la música que se sentía extrañamente baja y lejana, como si la fiesta no fuera en él piso de abajo.

Ambos permanecíamos callados viendo el cielo que estaba despejado, mientras cientos de imágenes de mis sueños anteriores se amontonaban en mi mente, sonrojándome y haciéndome suspirar tristemente.

– Así que te vas. Su voz ronca por el humo me saco de mis pensamientos.-

– Si. Por lo menos ya no tendrás que aguantarme todos los días. Dije amargamente, al mismo tiempo que sentía como Castiel apagaba el cigarrillo y se sentaba en la silla frente a mí.-

– ¿Qué? Pregunte nerviosamente por la intensa mirada del peli rojo sobre mí.-

– No me gustaría que te fueras…-

Mis ojos se abrieron como platos. Quizá escuche mal, quizá fue mi imaginación, quizá fue la música de abajo.

– Di algo antes de que me arrepienta por lo que dije. Respondió con un tono y una cara de molestia.-

Mi cara estaba completamente roja, intentando articular alguna oración, alguna palabra, lo que sea.

– Pensé que te alegrarías de que me fuera. Después de todo, me tratas como a un delegado de tercera. Fue lo único que atine a decir.-

– ¿Por qué debería alegrarme? Además no entiendo por qué siempre pareces tan enojado conmigo. Respondió lo más casual del mundo.-

Lo mire sorprendido, pero pronto las palabras comenzaron a fluir.

– ¿Por qué….? Quizá porque desde el incidente de Debrah me tratas como basura. Mi tono comenzó a sonar mas fuerte. – Quizá porque nunca te disculpaste por golpearme por algo que ni siquiera hice, o tal vez porque te atreviste a pensar que sería capaz de traicionarte. Ahora pequeñas lágrimas corría por mis mejillas. – Tal vez porque cada vez que intento ser bueno contigo, me insultas o simplemente me ignoras. Las palabras ahora se habían hecho más difíciles de decir. – Quizá es porque te amo y sé que nunca me vas a corresponder porque para ti no soy nada mas que un delegado de tercera.-

Ambos abrimos los ojos mientras yo me arrepentía de lo que dije.

– Yo no… quise decir…

Ahora las palabras se atoraron en mi garganta mientras me levantaba rápidamente de la silla.

– ¿Lo que dijiste…? La voz de Castiel sonaba tranquila pero sorprendida.-

Yo no pude verlo a los ojos por lo que hice la única cosa que se me ocurrió: Correr.

Escuchaba como Castiel me llamaba pero yo solo seguí corriendo, empujando a las personas que bailaban en el salón, haciéndolas a un lado mientras salía rápidamente de la casa de Sucrette y corría en dirección a mi casa.

– ¿Por qué tuviste que decir eso? Me gritaba mientras corría tan rápido como mi estado físico y las tres cervezas y media me daban.

Llegue al parque que estaba cerca a mi casa y me detuve a descansar un poco, pues ya estaba algo mareado y el frio de la noche no hacía más que golpearme la cara.

– ¡Nathaniel!-

La voz de Castiel hizo eco en las calles vacías.

– Mierda. Me dije a mi mismo preparándome para seguir corriendo.-

Sin embargo al intentar salir corriendo recordé dos cosas:

1. Castiel era increíblemente rápido corriendo

2. Tres cervezas y media no son una buena idea para una persecución.

Así que en menos de unos segundos, Castiel ya estaba enfrente de mí agarrándome del brazo.

 – Mierda delegado. Decía intentando regular su respiración.-

Yo solo me quede petrificado, mientras el levantaba la cabeza para mirarme directamente a los ojos y dirigir su cara a la mía, besándome tan delicadamente que no sabía si fue solo fue mi imaginación.

– ¿Por qué…?

– Solo cállate y escucha que no pienso repetir nada.-

Su voz anteriormente tranquila ahora sonaba ansiosa.

– Lo siento. Siento haber actuado como un idiota todo este tiempo. Sé que no te lo merecías y sé que fue todo mi culpa por no haberme disculpado antes, pero cada que quería hacerlo tú me mirabas con tanto odio y dolor que no pensaba que me ibas a perdonar.-

Su voz poco a poco iba haciéndose más fuerte.

– Luego de un tiempo empecé a decirme a mí mismo que tendría tiempo para disculparme contigo al día siguiente y me lo repetía cada día que te miraba y recordaba  lo que te hice. Actué como un cobarde que no quería afrontar sus errores.-

El agarre de su brazo comenzó a hacerse más fuerte.

– Sin embargo, hace poco, cuando me dijiste que te irías, me di cuenta que el tiempo se me había acabado y que cuando te fueras ya no podría ver tus estúpidos ojos miel y esa tonta sonrisa que solo le muestras a los gatos callejeros…-

– Castiel…-

– Y eso me aterro mas de lo que algo jamás lo había hecho.-

Dicho esto último volvió a acercarse para besarme, pero esta vez más fuerte, apretándome contra su cuerpo, acariciando mi cabello con una mano y acariciando mi cintura con la otra.

Notas finales:

¿Entonces como quedo =D?

Espero que bien =P

Igual, gracias por haberlo leído y gracias también por sus reviews y sus concejos c:

 

~


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