Lunes por la mañana...
He tenido una premonición de mi futuro: La sonrisa de un gato negro me trae desgracias. Me he visto a mí mismo caer en las garras de la humillación nuevamente...
— Oiga... Oiga... Kim Xiumin. — Escuché a alguien hablarme en chino, sacándome de mi ensimismamiento.
— ¿Mh? — Un chico de cabello castaño me miraba adormiladamente curioso. — Lo siento. ¿Me decías?
— Usted es Xiumin, ¿cierto?
— Así es. — Sonreí. — Pero no me hables tan formal... — Recién caía en cuenta que no sabía ni su nombre. — Disculpa, pero...
— Soy Zhang Yixing, compañero de habitación de Luhan-gege. Gege me ha hablado mucho de ti, por eso quería preguntarte si lo has visto; es su turno para la prueba de fotografía.
— Lo siento, pero no lo he visto.
— Ah...
—...
—...
—... ¿Tú...?
— ¿Te sientes bien, Kim Xiumin? — Me interrumpió.
— ¿Ah? Sí... ¿Por qué lo preguntas?
— Te ves muy pálido... Ese color de piel tan enfermizo no creo que sea natural... Tal vez debas maquillarte un poco.
— ... S-sí... Gracias, Yixing. — Sonreí.
— Puedes llamarme Lay. — Y así como vino, se marchó.
— ... ¿Lay?... Que tipo tan raro... Aún así... — Incliné la cabeza ligeramente a un lado. — Notó mi estado de animo... — Acaricié mis mejillas con ambas manos, pensativo.
¿Cómo no estar pálido? Si apenas me levanto, me dirijo a la cocina para prepararme un buen café y me cruzo con Jongdae, que como de costumbre me saluda, pero no fue "normal" esta vez. Primero, se detuvo a mirarme; segundo: me sonrió de aquella forma felina, diciendo lenta y profundamente "Buenos días, hyung... Que hoy tengas un maravilloso día". Y tercero: se fue tarareando una canción que me heló los huesos.
Eso significaba una cosa...
Jongdae está planeando hacerme un broma.
¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Por qué? ¿Cómo? Nunca se sabe con Kim Jongdae.
Me alivié un poco al saber que yo no estaba siendo paranoico; tal vez, Chen, estaba esperando el momento y la ocasión...
Y como si hubiese conectado hilos entre misterio y misterio, (al estilo Sherlock Holmes), se presentó ante mí la idea de la posible primer escena del crimen... ¡La prueba de fotografía! ¡Por supuesto! ¿Cómo no se me ocurrió antes? Era tan sencillo... Me sorprende que no lo haya pensado antes. Jongdae quiere sabotear la primera prueba, por ende la más importante, para que yo haga el ridículo ante los jueces desde el comienzo.
O tal vez no... ¿Sería capaz de llegar a tal extremo? ¿Qué ganaría con eso?
Disminuir la competencia...
No. Jongdae es travieso, no malo. Tal vez, solo cambió el azúcar por la sal para que mi café sepa horrible; él conoce mi afición por el café... Tal vez solo deba revisar un poco la cocina para asegurarme que no haya hecho algo más...
Con revisar "un poco" la cocina me refería a darla vuelta de cabeza, sin dejar ni un solo rincón por ver. Cuando terminé, sin encontrar nada fuera de lo normal, me dispuse a guardar todo. Acomodé cada cosa en su lugar, tal y como lo había encontrado. Me senté en una de las sillas alrededor de la gran mesa céntrica de la cocina, con mi taza de café preparada; estaba perfecta, el café con su característico gusto a café, y el azúcar dulce como debe ser, no salada, dulce.
¿Jongdae realmente querrá sabotearme?
Con ese pensamiento, la sangre volvió a helarse en mis venas, y fue cuando Lay me encontró más pálido que una hoja de papel.
En las horas siguientes, el nerviosismo se había apoderado de mí. Estaba tan tenso que cada movimiento, o ruido no previsto a mi alrededor me hacía saltar en mi lugar. Por suerte, ver a Luhan en la prueba de fotografía me tranqulizó un poco; definitivamente la cámara lo ama.
Prácticamente me había olvidado de Jongdae y su tácita, pero obvia (para mí), amenaza de atentar contra mi seguridad emocional, la cual, siempre es casi escasa cuando de Jongdae se trata.
— ¡Xiumin! ¡Mira! ¿Qué opinas? — Luhan me llamaba parado frente a la coputadora donde se reproducían las fotos recién tomadas, junto a Park Chanyeol, el fotógrafo oficial de la Academia.
Me acerqué a ellos y hablamos de lo bien que salía en las fotos, y de lo magnífico que era Chanyeol resaltando los encantos de Luhan. Más que nada, nos la pasamos bromeando. Chanyeol es alguien realmente divertido.
Terminado el turno de Luhan, el siguiente era Jongdae, al cual, gracias al cielo, no me lo crucé debido que después de él me tocaba a mí, por lo tanto, y mientras Jongdae era fotografiado, me maquillarían.
— ¿Nervioso? — Preguntó Luhan, mientras la estilista comenzó a arreglar mi cabello.
— Un poco. — Confesé.
— No tienes porqué estarlo; no es nada que no hayas hecho antes. — Trató de confortarme.
— Sí, pero es la primera vez que me juzgarán y compararán de una forma tan estrícta. Y aquí los modelos son impresionantes; Kyungsoo, Baekhyun, tu compañero de habitación Lay, y sobretodo tú.
— ¡Vamos! Es sólo un almanaque. Cualquiera con buen aspecto y un excelente fotógrafo como Chanyeol puede salir en uno, incluso sin todo eso.
— No en un almanaque de la Academia. — Luhan sonrió y posó su manos sobre la mía. Contuve la respiración.
— Mira. Es simple. Sólo piensa que es nuestra presentación al público, nadie queda excluido de ello.
Poniéndolo así... No suena tan aterrador. Es un orgullo poder ser partícipe del almanaque de la Academia.
— Solo disfruta. Ya verás que no es difícil. Chanyeol te ayuda a sentirte cómodo y relajado. Tú mismo lo viste. Es como si un amigo te tomara las fotos.
Asentí suavemente, mordiéndome el labio inferior. Pensar en lo que dijo Luhan me ayudó mucho a tranquilizarme. También recordé que Jongdae estaba muy ocupado en la sesión fotográfica como para ocuparse de jugarme una broma.
Si no lo hizo en todo el día...
Me recosté en el acolchado espaldar del asiento y me entregué por completo a las manos de la maquilladora.
— Por cierto... ¿Puedo hacerte una pregunta, Min?
— Sí, dime.
— Chen... — Mi cuerpo volvió a tensarse involuntariamente al oír aquel nombre, mientras esparcían con profesinalismo algo de BBCream por mi rostro. — y tú se conocen?
— ¿P-por qué lo preguntas?
— No lo sé... — Luhan soltó mi mano suavemente, poniéndose de pie. — Solo tuve esa sensación.
— Bueno... Hace mucho tiempo asistíamos a la misma escuela. — Respondí sinceramente, a la vez que cerraba los ojos por pedido de la maquilladora.
— Oh, ¿es así? — En la voz de Luhan se podía percibir un leve tono de incomodidad. — Y... ¿Eran amigos? O...¿algo?
— No. — Pronuncié rotundamente, casi de manera inconsciente.
— Ya veo. — Pareció alegrarse, y eso me relajó un poco. — Aún hay una cosa más.
— ¿Qué cosa?
— ¿Tú le gustabas? — En ese momento la brocha de la mujer que se ocupaba de "corregir" mi nariz, se incrustó en ésta por un movimiento brusco de mi parte. La muchacha bufó molesta y yo la miré sin saber cómo disculparme. Luhan no pareció notar nada de esto, ya que estaba curioseando lo vestuarios que colgaban de un perchero de aproximadamente dos metros de largo, posicionado junto a la pared a un lado, por lo cual nos daba la espalda. — Lo pregunto porque te he visto como te mira. Siempre te mira de una forma...no lo sé.... Cada vez que te ve, te mira de aquella manera. — Me erguí en mi asiento y miré hacia Luhan, que todavía me daba la espalda.
— No es lo que piensas. — Me apresuré a decir. — Jongdae, digo, Chen... — Manoteé la brocha gorda con la que la estilista se esforzaba en maquillarme y me molestaba al hablar. Ella se cruzó de brazos, y yo volví a disculparme, esta vez haciendo una leve inclinación le devolví el pincel, ya que habérselo quitado no fue más que un acto reflejo. — Me ha molestado gran parte de mi adolescencia. — Continué. — Y no sólo a mí, ¡a todo el mundo! Es un bromista compulsivo... Si te refieres a la sonrisa de gato... ¡La he visto! Es sólo señal que busca molestarme. Últimamente se ha estado conformando con crisparme los nervios.
— ¿Sonrisa de gato? ¿Qué? — Volteó a verme, sin entender de lo que le hablaba. — No. Tú no la has visto. La mirada de la que hablo es sólo cuando tú estás de espaldas. Cuando está seguro de que no lo ves. — Volví a dejar caer mi cuerpo con lentitud sobre el respaldo del asiento. Esta vez, no por estar relajado, sino por estar confundido. Terriblemente confundido.
Jongdae... ¿Me mira cuando yo no lo veo?
Caminando junto a Luhan, la estilista, quien ya venía un poco más tranquila por haber terminado con bien de maquillarme, peinarme y vestirme, luego de haber echado a Luhan por representar un obstáculo para sus funciones, y ahora nos acompañaba para cuidar de su trabajo, de mí, hasta llegar al lugar donde Chanyeol me esperaba para sacarme las benditas fotos, al mismo donde Onew hyung nos guiaba caminando a paso ligero frente nuestro, y mientras Luhan trataba de disculparse con la muchacha, diciéndole que había hecho un más que excelente trabajo conmigo, sobretodo con mi piel, la cual parecía de porcelana, (más tarde, Chanyeol también felicitaría a la estilista), yo no le daba demasiado interés a lo que ocurría a mi alrededor, (aunque admito que me sorprendí al verme al espejo), caminaba casi automáticamente, siguiéndole los pasos al Instructor General, (aunque más lento), vagando en mis pensamientos.
El shock de haber escuchado de boca de Luhan, que Chen me miraba cuando yo le daba la espalda me había durado hasta ahora.
No sé que puedo decir para no ser malinterpretado... ¿Que no lo entiendo? ¿Que me intriga? ¿Que me sorprende? Eso no suena a Jongdae... Definitivamente, no. Kim Jongdae no es así. Quiero decir, no es de ocultarse, jamás fue cobarde, y todas sus acciones son casi previsibles. Como ya lo dije, Jongdae antes de hacer una travesura, sonríe elevando una de las comisuras de sus labios; ése es su aviso. Por eso me desconcierta tanto. No sé a qué se deberían esas mirada furtivas, por llamarlas de algún modo.
¿Será que está enojado conmigo por haber mentido que no lo conocía?
No... Ya me hubiera hecho una broma.
Lo raro es...que él no se ha acercado a mí en toda la semana... Es casi como si me estuviera ignorando. Se la pasa riendo con Kyungsoo y Baekhyun...
...
...
...
¡¿Qué es esto?! ¡Yo también lo he estado mirando!... No. Es normal. Toda la semana estuve paranoico con que Jongdae me atacaría...
Tal vez, en serio se tranquilizó. Tal vez, por fin maduró. Y yo todavía esperando a que se burle de mí... Hasta creo que me siento un poco culpable... ¿Debería hablar con él y disculparme?... ¡No! ¡Me niego! ¿En qué estoy pensando? ¿Por qué tendría yo que ir y...
— Buena suerte, hyung.
Levanté la mirada distraídamente para agradecer a quien debiera, pero la voz se quedó atrapada en mi garganta.
Jongdae venía caminando del otro extremo del pasillo junto a Kyungsoo, quien me miraba tan serio como siempre, y Baekhyun, quien hablaba alegremente a Jongdae, éste último me sonrió ligera pero auténticamente. …l me había deseado buena suerte.
Fue la primera vez en una semana entera dentro de la Academia, que me había dado cuenta de lo cambiado que estaba Jongdae. Había crecido, por lo menos físicamente, y yo recién lo notaba.
Ya no tenía el rostro de un adolescente alegre, pícaro y juguetón. Tampoco un uniforme de escuela, ni el cabello negro y lacio. Ahora veía el rostro de un hombre joven, de rasgos marcados que desprendían una elegancia única, piel clara, ojos rasgados, pómulos afilados, nariz suave, labios finos, mandíbula definida... Incluso su andar era varonil y a la vez con gracia. El uniforme había sido reemplazado por una camisa con el cuello y puños azul viejo con puntos blancos, y el pecho con gruesas rayas en negro, gris oscuro y blanco, repitiéndose el patrón. Encima, llevaba un blazer blanco, y la camisa estaba dentro de unos pantalones semi-formales entubados de color azul oscuro. Las prendas estaban perfectamente moldeadas a su cuerpo, que mostraba estar tonificado. En sus pies llevaba mocasines, y en el cuello un lindo moño negro. En cuanto a su cabello, aunque había notado el cambio de color de negro a castaño oscuro, no me había percatado del corte. Algo corto a los lados, dejando ver sus orejas, abundante cabello arriba, con un flequillo cayendo casi tapando sus cejas, y ahora estaba ondulado. Y a pesar de la suave capa de sudor en la frente y en la sien, tenía un aura completamente fresca y elegante.
— No la necesitas. — Un brazo pasó por sobre mis hombros, sacándome bruscamente de mi trance. Entonces me di cuenta de que Jongdae ya estaba a unos pasos a mi espalda, y que yo había necesitado tan solo unos segundos para mirarlo con minucioso detalle, y de forma inconsciente.
El brazo de Luhan fue apartado por la estilista, quien recelosa cuidaba de su trabajo, otra vez me refiero a mi (más bien, a mi maquillaje y peinado), a la vez que me ofrecía una botella de agua, (al parecer también había notado el sudor de Chen). Entonces recordé lo que me había dicho Luhan, y éste era el momento perfecto para comprobarlo.
Abrí la botella y casualmente me volteé un poco hacia atrás a la vez que bebía de el líquido, mirando por sobre mi hombro las tres espaldas que se alejaban...
Y nada.
Jongdae no volvió su mirada hacia mí en ningún momento.
Arrugué el entrecejo. ¿Luhan se lo habrá imaginado? Me encogí de hombros quitándole importancia al asunto, y eché una última mirada más.
A veces pienso que soy el que se humilla a sí mismo. Que soy de esas personas torpes, con mala suerte, que están en el momento y lugar equivocados. ¿Azares del destino? ¡Mis pantalones! Sólo estuve en el momento y en el lugar equivocados, haciendo acciones equivocadas. ¿O sino, cómo puedo explicar que justo cuando me volteo a ver, bebiendo de la botella tan relajadamente, da la casualidad que al mismo tiempo Jongdae voltea a verme?
Lo siguiente fue que me ahogué con el agua y ésta salió por mi nariz, y comencé a toser desenfrenadamente, llamando la atención tanto de Jongdae y compañía, como de Luhan, la estilísta, y Onew hyung.
Sentía que me moriría ahí mismo, tanto por el ahogo como por la vergüenza.
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