Destinos cruzados por ShineePlanet

Tuve suerte.


Eso es. Tuve suerte.


Tuve suerte de recuperarme rápido, tuve suerte de escapar con vida, tanto de Onew hyung, que preocupado golpeaba mi espalda con excesiva fuerza, como de la estilista, quien tan solo se preocupaba por el maquillaje, que por algún milagro quedó intacto, o ya estaría muerto, no por ahogarme con el agua, y mucho menos por la vergüenza, sino por las delicadas manos de aquella joven mujer, que se envolverían alrededor de mi cuello hasta dejarme sin aire.

El agua no afectó el maquillaje, y tampoco, por muy raro que suene, me puse rojo por haber tosido tanto.

Y algo más en lo que tuve suerte, fue en que, si bien Jongdae, Baekhyun y Kyungsoo voltearon preocupados por mi repentino y salvaje ataque de tos, no se encaminaron hacia mí.

Kyungsoo se dio cuenta que no era más que un simple ahogo por agua, tocó el hombro de Jongdae para llamar su atención y llevárselo consigo; Baekhyun no tuvo más remedio que seguirlos, volteando de vez en cuando, preocupado por mí. Le hice una seña de que me encontraba bien y que siguiera con su camino.

Tuve suerte de que gracias a Kyungsoo, Jongdae no siguiera con aquel primer paso que dio hacia mí.


Suerte...


Porque si se acercaba... Yo sentiría culpa.





Las fotos salieron excelentes; según criterio de Luhan y Baekhyun, (quien no pudo con su preocupación, regresando sobre sus pasos). Chanyeol también estaba de acuerdo, y me ayudó mucho a relajarme, ya que había notado lo tenso que estaba al principio. Pero gracias a Chanyeol, Luhan y Baekhyun, el resultado final fue excelente.


Terminada la sesión, fui directo a mi habitación.

Ya no quiero que la estilista ponga sus manos en mi rostro, al menos no por hoy; por lo que decidí quitarme yo mismo el maquillaje con un buen baño.




Entré al baño de la habitación que compartía con Baek, ya con la muda de ropa que había elegido para vestirme después de mi baño. La coloqué bien doblada sobre la tapa del retrete, me desvestí dejando caer mi ropa a mis pies, entré a la ducha cerrando las cortinas detrás de mí, regulé la temperatura del agua y me paré bajo la potente lluvia. Los músculos de mi cuerpo se fueron relajando a medida que el agua me recorría por completo. Me puse shampoo en el cabello y di masajes hasta que se hiciera espuma, ésta era muy suave por lo que la pasé por mi cuerpo, lo mismo con el jabón y el acondicionador. Mientras hacía todo esto, mis pensamientos estaban puestos una vez más en Kim Jongdae; él había sido el único tema en mi cabeza en todo éste tiempo. Comenzaba a pensar que al final, el único que no había madurado era yo. En mi mente, no le había dado la oportunidad ni por un momento de demostrar que había cambiado, es más, desde el principio asumí que no lo había hecho. Me concentré tanto en evitarlo en vez de comprobar por mí mismo que yo estaba en lo cierto, sin embargo, ya no creo estarlo. Mi cabeza no podía comprender que el chico que había arruinado la ilusión de mi primer amor había crecido para convertirse en un buen hombre, mientras yo luché toda mi vida para olvidar la vergüenza y la humillación de mi adolescencia, en vez de simplemente superarlo. Mis pensamientos rondaban tanto alrededor de Jongdae por mis sospechas de que habría una razón para encontrármelo de nuevo, tanto que ni siquiera conocía a todos mis compañeros, no sabía ni siquiera sus nombres... Tal vez todo ésto no es más que una casualidad y tan solo deba dejarlo así... Podría hasta hacerme amigo de Jongdae...

Maldición, me sentía culpable...

Quince o veinte minutos después, no lo sé con exactitud, estaba secándome el cuerpo con un toallon gigantésco para después envolverlo alrededor de mi cintura. Aún sentía la piel del rostro congestionada, supuse que era debido a los restos de maquillaje, por lo que froté suavemente mis mejillas con una pequeña toalla blanca para quitarlo. Nada.

Que extraño...

Froté y froté un poco más pero no había rastro de maquillaje alguno. Decidí usar una crema para quitarlo. La tomé del mueble debajo del lavabo, mientras continuaba frotando la pequeña toalla por mi rostro, y cuando me enderecé para mirarme al espejo la botella de crema se me cayó de las manos golpeando directamente en el suelo, haciendo eco en las paredes recubiertas de cerámicas blancas.

Frente a mí, la imagen que me devolvía el espejo era espantosa.
La piel colgaba de mi rostro de una forma repugnante.

— N-no puede ser... ¿Q-qué me está pasando? — Toqué con mis manos cuidadosamente la piel que se desprendía de mis mejillas, y lo peor fue que un pedazo quedó entre mis dedos. Y en toda la Academia, en toda Asia, y en todo el mundo, resonó mi grito al cielo. — ¡AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH!






¡¿Culpa?! ¡Culpa mis calcetines! ¡Maldito Kim Jongdae! ¡De ésta no se salva!

Recuperada el alma, ese fue mi primer pensamientos. Cuando pasó el tremendo susto que me pegué suponiendo que mi rostro, literalmente, se estaba cayendo, y haber soltado el grito más alto que jamás haya soltado en mi vida, sorprendiéndome de mis propios pulmones y cuerdas vocales por llegar a semejante nota, por lo cual Baekhyun corrió a mi rescate, (más bien, gritó casi tan alto como yo al verme, y yo grité de vuelta), seguido de Onew hyung, que si bien se sorprendió de mi aspecto, fue el que consiguió calmarlos.

Recuerdo bien sus palabras...

— Ésto parece... ¿pegamento? — Acarició mi rostro, mirándome desde cerca, con unos cuantos centímetros entre nosotros.

— ¿Quién pondría pegamento en el maquillaje? — Preguntó pensativo Baekhyun.

Y fue entonces que me di cuenta...

La maldita sonrisa felina que me había dedicado Jongdae esa mañana, tuvo más sentido que nunca.





— ¡Pero hyung! ¿Por qué crees que fue Chen el que puso pegamento en el maquillaje? — Decía Baekhyun mientras caminaba torpemente a mi lado a paso ligero, tratando de convencerme de no buscar a Jongdae en toda la Academia. Pero estaba demasiado furioso como para escucharlo, y es que Onew hyung me había dicho que si todo esto llegaba a oídos de los jueces, podrían malinterpretar la situación y descalificarme por hacer trampa en la primera prueba. ¡Por supuesto que estaba furioso! — ¡Hyung! ¡Hyung, escúchame por favor! — Me tomó del brazo logrando hacerme voltear para mirarlo. — No puedes simplemente ir y enfrentarlo sin siquiera tener pruebas.

— No las necesito, Baekhyun. Conozco a Jongdae, esa es suficiente prueba para mí. — Esa sonrisa es suficiente prueba...

— Entonces, ¿qué planeas hacer? ¿Acusarlo?

— Yo no... — Suspiré. Debía tranquilizarme. — Solo le dejaré algunas cosas, va a enterarse. — Dije entre dientes, al vez que apretaba los puños.

— Yo realmente creo que te estás dejando llevar, hyung. De hecho, Chen no se parece mucho a la persona que me describiste; él parece ser alguien muy amable, pero...

— ¿Pero? — Elevé una ceja derecha, cruzándome de brazos.

— Si estás seguro de que fue él... — Asentí para que continuara. — Yo puedo ayudarte a vengarte. — Me dedicó una mirada segura.

— ¿Venganza? — Arrugué el entrecejo no muy convencido. — No había pensado en eso. ¿No crees que es demasiado infantil?

— Como si tú no lo fueras... — Murmuró entre dientes, pero alcancé a oír claramente.

— ¿Qué? — Pregunté algo ofendido.

— Nada. — Sonrió inocentemente. Lo miré con mala. — Lo que quiero decir es, ¿por qué no le damos una cucharada de su propia medicina? — Sonrió con malicia.

— Creí que tú y Jongdae eran amigos. — Entrecerré un poco mis ojos al mirarlo.

— ¡Oh, lo somos! Me agrada mucho Chen. Es simpático, agradable y me hace reír mucho. Pero ver como te traumatizó... — Arrugué el entrecejo, ofuscado. ¡Yo no estoy traumado! Baekhyun tan solo sonrió nerviosamente. — Me hizo pensar que no estaría mal devolverle aunque sea una de sus jugadas. — Lo pensé por un momento; no parecía mala idea.

— Cualquier intento de sabotaje contra alguno de los concursantes, es una clara falta a las reglas. — Baekhyun y yo dirigimos nuestras miradas a la persona a mi espalda, con el corazón en la boca y los ojos como platos por el tremendo susto que nos provocó su repentina aparición. Tragamos ruidosamente, los nervios se apoderaron de nosotros. Onew hyung nos había atrapado. — Por consiguiente, — Continuó, ignorándo nuestro estado. — está estipulado que si se consiguen pruebas de cualquier planeamiento o complot contra algún integrante con el fin de perjudicarlo, ya sea su salud y bienestar, como en las pruebas académicas, será descalificado inmediatamente. Yo, Lee Jinki, mejor conocido como Onew, el Instructor en Jefe de la Academia de Modelaje Fotográfico más prestigiosa de toda Asia, estoy autorizado a hacer cumplir las reglas a raja tabla.

Un terrible y denso silencio se hizo presente en el pasillo.

No lo podía creer, estaba siendo expulsado de la Academia de mis sueños. Todo había terminado. Y lo que más me pesaba era que Baekhyun también se viera envuelto en mi patética guerra contra Kim Jongdae.

Baek había llegado a China desde un pequeño pueblo de Corea del Sur, llamado Gangwon-do-Yanggu, donde vivía en una humilde casita con sus padres y su abuela, siendo él hijo único. Su único sueño era ganar el concurso para algún día triunfar como cantante y darle una mejor vida a su familia.

Estúpido. Soy un estúpido.

Miré a mi compañero, se veía pálido y temblaba como una hoja, con la mirada vidriosa, perdido en sus pensamientos. Me sentí peor. Yo no tenía derecho a ni siquiera llorar. Suspiré y apreté los puños.

Te odio Kim Jongdae, y de verdad me hubiera encantado vengarme aunque sea una vez de ti. Pero no puedo negar que esto es mi culpa. Tengo que hacerme responsable de esto, no puedo permitir que descalifiquen a Baekhyun. Asentí con seguridad y abrí la boca para dar mi mejor discurso en defensa de mi amigo.

— ¡Onew hyung! ¡Todo es mi culpa! ¡Por favor, no corra a Minseok hyung, él no tuvo nada que ver! — Miré a Baekhyun sorprendido.

Baekhyun, ¡eres un tonto!

— ¡Pero yo estuve de acuerdo! ¡Baekhyun...! ¡Él no hizo nada malo! ¡Por favor...! — Me dirigí a Onew hyung en un intento desesperado por aclarar las cosas, pero la sonrisa del Instructor, aquella condenadamente amable, me hizo detenerme.

— ¿Y bien? ¿Qué planeamos hacer? — Onew hyung inclinó su cabeza a un lado sin dejar de sonreír de esa forma tan brillante.

Baekhyun y yo nos miramos entre nosotros, para volver la mirada a nuestro Instructor. — ¿Eh?