Todo está brillando a mi alrededor, estoy acostado en una cama blanca, no logro ver nada que reconozca, me siento en la cama con los pies volando sobre el piso, enfrente de mi aparece una ventana de la nada con el fondo de un hermoso paisaje, volteo hacia atrás para ver si apareció otra cosa, pero no hay nada, vuelvo a ver la ventana, y veo que un chico con ojos azules me está mirando, me sobresalto al momento de verlo y él sonríe de una manera que me tranquiliza...
- Oye ya puedes irte a tu salón, ya casi vas a perder una hora de clase - escuche de pronto, comencé a abrir los ojos lentamente, reconocí donde estaba, la enfermería de la escuela.
- ¿Qué paso? - comencé a decir mientras me levantaba.
- Joven David, te desmayaste después de haber sido aplastado por este chico - señalo la enfermera hacia el chico que estaba sentado en una silla junto a la cama, voltee a verlo y era ese chico de lentes, que no dejaba de mirarme con esos ojos azules que tiene. -le estaba diciendo que ya se podía ir que usted estaba bien, solo necesitaba descansar.
- Pero yo quería quedarme otro rato y pedirle disculpas lo más pronto posible - reclamo el chico.
- Ya me tengo que ir enfermera, ya me siento mejor, gracias por todo - le dije a la enfermera levantándome de la cama y poniéndome de pie.
- No, joven David descanse, le llamaremos a su padre para que venga por usted, así que vuelva a acostarse.
- Muchas gracias, pero ya me siento mejor, tengo que irme a mi salón - dicho eso salí del cuarto de enfermería y sin voltear a nadie comencé a caminar por el pasillo de los salones de tercero, que son los que están junto a la enfermería.
- ¡Oye, espérame!
Escucho alguien que viene atrás de mí, volteo a ver y es ese chico de lentes, que viene corriendo y se para enfrente de mí, y se agacho un poco para poder recuperar el aliento, acaso ¿abre caminado muy rápido para que viniera él corriendo? Mmm tal vez, suelo caminar rápido siempre.
- ¿Qué pasa? -le pregunte ya despues de que descanso unos segundos y al momento él me miro directo a los ojos, cosa que causo que desviara la mirada al momento.
- Quisiera disculparme por lo que paso hace rato, quería ganar y quería hacerlo yo... perdón por no pasarte el balón a tiempo.
- No no hay problema, al menos ganamos, ¿no? Jajaja
- Jajaja si- su risa, desapareció el enojo que tenía, es muy agradable.
- Oye de verdad perdóname por caer encima de ti, quisiera invitart...
-Shhh chicos váyanse a sus salones, hacen mucho ruido - salió un maestro del salón en que estábamos frente, tuvimos que irnos.
- Sale, después me dices me tengo que ir - me fui corriendo a mi salón.
Volví al salón donde me contaron mis amigos que el niño de lentes después de haber caído encima de mí y al ver que no despertaba se asustó mucho, Rodrigo y Luca me cargaron hasta la enfermería y ahí les dijeron que me dejaran descansar así que se fueron, pero el niño de lentes se quedó.
El día de clases por fin termino, después de haber salido de la escuela, mi padre paso por mí y me llevo a comer hamburguesas, dice que haber empezado el curso sin ningún problema, jajaja si supiera…
- Dime David ¿cómo te fue en tu primer día?
- Muy bien papá, pude ver a mis amigos después de tanto tiempo, ah me desmaye un rato y estuve en la enfermería, y ¿a ti papá? – lo que le dije a lo último causo que casi se le atorara la hamburguesa en la garganta.
- ¿¡Cómo!? ¿Por qué no me llamarón? ¿Cómo fue? ¿Estás bien? – me pregunto exaltado y con los ojos bien abiertos.
- Estoy bien papá les dije que no te llamaran, ya me siento bien – le dije para tranquilizarlo, pero me agarro la cabeza y comenzó a inspeccionarla como si quisiera encontrar alguna herida u otra cosa.
Esa tarde tuvo, después de haber tenido esa grandiosa comida, nos fuimos a la casa, pero él se regresó al trabajo, ya que sale hasta las 7 de la tarde y apenas iban a dar las 3.
Estuve escuchando música en mi casa a todo volumen, es una de las ventajas de ser hijo único y tener una casa algo grande; pero también de poder estar en bóxer por toda la casa y con una camisa sin manga, porque el sol seguía igual de fuerte como en la mañana. No encargaron mucha tarea, lo bueno por ser el primer día, me acosté sobre la alfombra de la sala y cantando mi música favorita de Austin Mahone, sus canciones son geniales, mirando al techo viendo el color beige comienzo a pensar en ese breve sueño que tuve antes de despertarme en la enfermería, esos ojos azules… no puedo olvidarlos. ¿Qué pasa conmigo? ¿Por qué estoy pensado mucho en él? No sé ni siquiera su nombre, pero me imaginación comenzó a volar, verlo a él sentado junto a mí esperando a que me despertara, él asustado al ver que no me levantaba después de que cayó encima de mí, ¿se abra asustado mucho? No, no sé por qué estoy pensando tanto en eso, me tallo los ojos para poder despertar de esas imaginaciones y al final me estiro mis brazos y mis piernas para poder relajarme, creo que sirvió, me siento muy cansado, debe ser por el golpe de aquel chico, tal vez, por cierto, dijo algo de invitarme a… ¿Dónde?
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Me despierto a las 5 de la mañana, a pesar de que me despierto normalmente a las 6:30 am para ir a la escuela, hoy me desperté más temprano, ¿Cómo llegue a mi cama? Mi padre me abra encontrado tirado en la sala dormido y con la música en alto volumen.
Bajo a la cocina para ver si hay algo de cereal para poder desayunar, no quiero hacer tanto ruido, mi padre siempre está cansado entresemana por el trabajo y la casa, que trata de mantenerla limpia y arreglada. Ah ¡si hay cereal! ¡Qué rico!
Llegue un poco más temprano a la escuela, que es lo usual para mí, bueno excepto por ayer, que llegue tarde. Mi salón se encuentra en el segundo nivel del edificio, se pueden ver algunos salones de primero y los demás de segundo, estoy recargado en el barandal viendo quien llega, mis amigos llegan unos minutos después de la hora de entrada, a pesar de que me llevo bien con ellos, yo siempre trato de ser puntual con todo a diferencia de ellos, así que podría decirse que soy el más disciplinado de los 5; el sol está saliendo sin ninguna nube en el cielo, parece que va haber igual de sol que ayer, de pronto otra vez ese destello que hace que mis ojos se cierren un poquito, vuelvo a ver de donde proviene, es ese chico de nuevo, pero ahora está parado mirando hacia arriba y noto que tal vez fue a propósito lo del destello, sonríe hacia a mí cuando vio que lo voltee a mirar y me hace señas de que baje, por un momento pensé que se dirigía a otra persona que se encontraba atrás de mí pero voltee y no había nadie, solo unas cuantas chicas que iban subiendo las escaleras y dando vuelta hacia donde yo estaba, baje las escaleras sorprendido y pensando en que querrá, termino de bajar y él ya estaba al pie de las escaleras, todavía con su mochila, al parecer no fue a dejarla antes de ir a verme.
- Hola David – me dijo él y extendiendo su mano derecha para saludarme y con una sonrisa que me deja ver sus blanco y bien formaditos y blancos dientes, tiene el cabello aún húmedo y se le ve un poco más negro que ayer, parece que se bañó y no se secó bien, pero con ese color negro de su cabello corto le sienta bien… ¿Qué estoy pensado? ¿Cómo sabe mi nombre? Bueno ahora pensándolo bien, la enfermera me llamo por mi nombre ayer y él estaba ahí.
- Hola… este, ¿Cómo te llamas?
- Jajaja soy Luis, ayer no me presente contigo, lo siento.
- Ah Luis, mucho gusto – y le extendí mi mano para saludarlo
- Oye ayer quería invitarte para salir a tomar un helado a la plaza comercial que está en el centro, ya sabes, como una disculpa por haberte caído encima – me dijo Luis aun con esa sonrisa que me sorprende lo bonita que es.
- Oh ¿en serio? No te preocupes por eso, no pasó nada grave – le conteste, ¿Por qué se tomara tantas molestias por aquello?
- En serio, quiero invitarte, ¿no hay problema si vamos después de las clases de hoy?
- Ohhhh… este, ok, no hay problema, solo le envió un mensaje a mi papá para que sepa que saldré para allá.
- Oye ya puedes devolverme mi mano… - ¿Qué? ¿Aún no lo soltaba? ¿Qué me pasa?
- ¡Qué onda David! Ahora si llegaste temprano como siempre – llegaron Luca y Rodrigo a saludarme. – ¿Qué pasa? Otra vez este chico quiere caerte encima? Jajaja – señalo hacia Luis, que en ese momento agacho la mirada y se sonrojo un poco.
- Nada Luca, solo lo estaba saludando, ya vámonos ya el timbre está sonando y la maestra dicen que es regañona – les dije y empezando a subir las escaleras, voltee a ver a Luis y le di una despedida con la mano, él sonrió y comenzó a caminar hacia su salón.
La mañana antes del recreo, no dejaba de pensar en la salida con Luis, ¿Por qué estoy pensando en él? Es solo un chico de primero. Pero es un chico de primero con una linda sonrisa.
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Estamos caminando hacia la plaza comercial del centro, el chico de ojos azules, digo digo, Luis, es un chico interesante, hasta ahora me ha contado que no nació aquí, sino que en un lugar del estado de California, tiene un mes que se cambiaron a vivir acá, a California del Sur, sus papás consiguieron un trabajo más estable y pueden estar más tiempo juntos.
Estamos ya entrando a la heladería, donde él decidió que me iba a comprar los helados, ya que dice que saben buenos los de aquí, yo acepte porque de verdad son deliciosos los que venden aquí, yo pedí uno de chocolate, que es mi favorito y él uno de fresa, pero pidió doble bola de helado ¡se veía enorme!
- Se ve delicioso ¿verdad? – me pregunto cuando vio que me le quede viendo su helado.
- Ehhh si ¡mucho!
- Señor póngale otra bola de helado de chocolate a mi amigo, por favor
- ¿¡Qué!?, no es necesario de verdad – me sorprendí que dijera eso, pero no me hizo caso y ya también tenía un helado del tamaño de un rascacielos.
- No importa, que valga la pena el helado – me contesto Luis y dándome una sonrisa.
- Ok a ver si puedo acabarlo, gracias.
- De nada.
- Oye ¿te puedo preguntar algo? – le dije después de un rato que estábamos paseando por la plaza.
- Claro
- ¿Por qué te importa demasiado que te perdone? si ayer te dije que te perdonaba, que fue un accidente.
- Ah es que me gusta llevarme bien con todos y hago lo posible para que caerles bien.
Esa respuesta no me convenció del todo, ¿en serio le interesa mucho eso? Mientras paseábamos, yo checaba las tiendas de ropa, donde solo pudimos verlos por fuera, por los helados, pero me gusta quedarme frente a los aparadores e imaginarme la ropa puesta en mí, cosa que me agrada y dicen que tengo un buen gusto; Luis quiso que lo acompañara a ver un disco de su grupo favorito, que ya no me acuerdo cual dijo, pero es japonés, entramos, mientras él miraba el disco yo estando junto a él checaba otros, a pesar de que ese estante era de puros cantantes japoneses pero igual trataba de ver cómo eran, voltee a verlo para ver si ya nos íbamos, pero… me quede sorprendido, sus ojos, su sonrisa, eran lo que veía cuando él estaba sosteniendo el disco en sus manos, era una imagen que no podre sacar de mi cabeza.
Ya vamos de salida de la plaza, ya son casi las 4 de la tarde, y ahora si encargaron tarea.
- ¿En que parte de la ciudad vives? – le pregunte curioso, ya estando en la parada del autobús del otro lado de la plaza, no hay nadie, así que quería romper el silencio.
- Vivo en la residencial Villa montaña.
- Valla, vives en un lugar elegante – le dije sorprendido.
- Si, gracias, bueno, creo que aquí nos despedimos, yo agarro el metro de la línea 16.
- Ok, yo tomo el autobús, bueno nos vemos mañana, gracias por helado.
- Oye, mañana ¿podríamos jugar de nuevo basquetbol? Prometo no caerte encima esta vez.
- Jajaja claro.
- Gracias-
No pude prever lo que iba hacer él, se acercó muy rápido hacia mí y me dio un beso en la mejilla pero cerca de la boca, lo sé porque el sabor de su helado de fresa se quedó ahí, cerca de mi boca, no pude evitar sacar mi lengua para saborearlo y combinado con el chocolate, era maravilloso ese sabor; no le pude decir nada porque no espero a que le dijera algo, solo se fue caminado y dándome la espalda, pero pude ver su sonrisa; ¿Cómo un niño de primero puede hacer algo así? ¿Por qué un niño de primero tiene una sonrisa muy linda? ¿Por qué mi corazón está latiendo rápido?
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