La noche estaba en su cúspide y yo… buscando una presa para no pasarla solo.
Caminaba por las calles, en esos barrios donde solo los hombres con gustos como yo andaría, Tokio es enorme y los lugares de ese estilo abundan en lo más profundo; prostitutas, hoteles y drogas, ese era mi ambiente, fue allí donde me crie, mi madre era un prostituta barata que pronto aumentó su entrada de dinero y abrió un burdel, mi padre… alguno de sus clientes.
Las chicas del lugar eran hermosas, no cabe mencionar que a la edad en que mi pequeño amigo comenzó a levantarse por las mañanas tuve todo tipo de desfogue, vivía con mujerzuelas así que tenía de donde escoger, todas ellas expertas y únicas en la cama.
Viví rodeado de dinero, de senos, de líquidos íntimos de sus entrepiernas, gemidos y orgasmos.
Mi madre fue asesinada cuando tenía 12 años, quedé a cargo de Uri, la mano derecha de mi madre en el negocio, pero tenía que ganarme la vida, así que allí fue donde tuve mi primer cliente, no me molestó en lo más mínimo, era un trabajo y no era un inexperto, con las chicas también tuve experiencias anales cuando ellas me penetraban con sus falos de plástico que luego ellas utilizaban, era un chico joven y estaba experimentando.
Pero ha pasado tiempo, Uri me ama como si fuera su hijo, tengo mi propio departamento en este sector y estoy de vacaciones, que son difíciles pasarlas solo y más cuando mi cuerpo está acostumbrado a ser manoseado de maneras diversas.
Sigo caminando en la fría noche, el otoño ha llegado con su viento fuerte y los aromas a dulces; di la vuelta en un callejón para llegar más pronto a casa, pero me encontré con un grupo de hombres que llevaban a un chico con ellos.
Era un chico obviamente mucho más joven que yo, tal vez unos 17 o 18 años, no importa, aun es menor de edad, yo tengo 27, aun soy joven, por si alguien quiere tener una noche loca conmigo, estoy disponible todos los fines de semana.
Pero regresemos a ese chico, al parecer huyó de casa y quedó en manos de ese cuervos malolientes, también parece que lo han drogado, una droga erótica… una vez me pasó eso, es muy molesto.
Pensé en seguir caminando, mis pies no me lo permitieron, se quedaron hechos plomo en ese callejón contemplando la escena, los sujetos inmundos comenzaron a tocar en ciertos lugares al chico y en ese momento sentí que volé en lugar de caminar, así que en un santiamén me encontraba partiéndoles la cara a cada uno de esos hombres, no me entrometí en nada, el chico ni siquiera lo estaba disfrutando, he visto eso millones de veces, a mi mejor amigo le sucedió eso al huir de casa e internarse en lugares como estos.
No soy débil, tampoco presumiré que tengo una enorme fuerza, soy un hombre bisexual común y corriente, con la fuerza de un hombre, solo que a veces soy solo un poco femenino, pero bueno… también recibí unos buenos golpes.
Unos conocidos nos salvaron a fin de cuentas y siguieron su camino, Kyle y Roy son muy agresivos cuando beben y no me refiero solo a las peleas callejeras, también en la cama, de mis mejores polvos y tríos tengo que admitirlo.
Tomé al chico, lo llevé a mi casa; un baño sería suficiente para bajarle esa temperatura y… al diablo, el mocoso es completamente mi gusto, no lo dejaré ir vivo de mi hogar.
Lo recosté sobre mi cama, al parecer ese niño había perdido el miedo de estar con un hombre, mis labios se posaron en los suyos y antes de que se profundizara el beso, sentí como dejó escapar un ligero suspiro, ¡Me pareció tan lindo! Casi nadie provoca esas cosas en mí, si lo hacen nunca regresan dejándome esperándolos una vez más, de esos que solo experimentan.
Su piel era suave y ya estaba preparado, su miembro sobresalía levantando sus pantalones, algo húmedo allí abajo; relamí mis labios, la cena estaba lista.
Aunque no todas las cosas salen como uno las esperan, el mundo dio una vuelta drástica… literalmente, solo me sentí caer sobre mi cómoda cama y a él trepando mi espalda; me moví y gruñó un poco… ¿¡Es un perro o algo!? Me encontraba ante esa situación… pues a cuatro patas…
Su respiración era rápida y caliente, me levantó la camisa acariciando desesperadamente, era obvio que quería desesperadamente satisfacción por la droga, con miedo me bajé los pantalones, era un mocoso, no sabe nada sobre sexo, ni de preparación para estos asuntos, fui brutalmente penetrado.
El dolor me arrancó lágrimas y me hizo temblar, me partió a la mitad, el chico se dio cuenta y lo sacó; no sé en qué momento me dolió más, la entrada o la salida de su jugoso miembro dentro de mí, que por lo que pude ver desde mi posición… pues el chico estaba bien dotado, también admito que soy algo pervertido, soy un prostituto de un barrio bajo y por eso me declaro inocente.
Su lengua invadió mi retaguardia, eso me sorprendió, pero me puso a mil, ahora no me importaba si sentía algo de dolor, quería que ese estúpido estuviera dentro y me embistiera fuerte sobre la cama, en ese momento yo me había convertido en una perra en celo.
Mis suplicas mentales no se hicieron esperar, fui embestido de la manera más brutal, hubo mordidas y movimientos extremos, gemí tan fuerte que escuché a mis vecinos golpear la pared diciendo que llamaría a la policía y yo, bajo el cuerpo de un niño que estaba bien clavado en mi trasero.
Quedé exhausto, él también, nos quedamos dormidos.
A la mañana siguiente desperté adolorido, algo que no me había pasado hace tiempo, me punzó el trasero y salió su semen de mi ano, el muy maldito se corrió dentro; un olor llegó a mi nariz, ¿wafles para desayunar? Al menos se molestó en hacer el desayuno antes de irse, porque estaba solo en la cama y no había ruido en el departamento.
Caminé hasta mi pequeño comedor, si, estaba listo el desayuno, me sentía fresco, pleno… un pedazo de papel llamó mi atención.
“Regreso pronto Atte: Ringo”
Su nombre es Ringo… ¡espera! ¿Regresas?
Es obvio que me sorprenda al leer esas palabras y mucho más cuando yo soy una persona de amor de un rato.
Fin