Jongin no quería caer…
Jongin caía…
Jongin estaba cayendo…
Jongin no sabía por qué pasaba, qué ocurría con él, con su cuerpo y hasta con sus sentidos. Había visto al bajito menos atractivo frente a sus ojos; y no por haberlo espiado como lo había hecho antes, o cuando el blanquito estaba a solas con Sehun, sino qué esta vez fue diferente en la manera en que lo vio, lo observo, admiro, contemplo y examino con inquietud.
Había visto una que otra acción buena por simple casualidad pero no de la manera en que el pelinegro lo hacía. Le empezaban a llamar la atención de cómo podía tener la confianza tan rápido de aquella pequeña que él también había notado desde hace un buen rato que estaba ahí: sentado y disfrutando un poco del aire natural; pero no le tomo importancia en ayudar. Otra persona lo haría o hasta sus propios padres pero, nunca pensó en que el ‘héroe’ se tratara nada menos ni nada más que Kyungsoo.
Lo observo, cada movimiento, cada sonrisa que sus comisuras le permitían crear cada vez que se trataba de un sentimiento cálido, aliviado o lleno de alegría que, empezaba a creer que era la más hermosa sonrisa que pudo haber visto en toda su existencia. Pero algo empezaba a crearse en ese momento, ¿Qué era? ¿Por qué se sentía así? No sabía pero era una sensación desagradable para Jongin ya que nunca había sentido por otra persona ¿Y por qué con Kyungsoo…?
Tenía muchas dudas en la cabeza y antes de que pudiese formulase unas cuantas más, su móvil retumbo en sus oídos sacándolo de sus pensamientos.
– ¡Kai! –
– ¿Qué? –
–Que grosero cariño, ¿Cómo puedes hablarle así a tu novia? – La chica bufó y Kai rió.
– ¿Novia? ¿Qué novia? –
–Jongin…– Pronuncio seria evadiendo sus preguntas.
–No me llames con mi nombre– Advirtió –Para ti, solo Kai–
–Tú y yo tuvimos algo…– Antes de que pudiese decir otra cosa, el moreno interrumpió.
– ¿Y tú eres…? – La chica rió ofendida.
– ¡Hicimos el amor en un maldito baño de hombres! ¿¡Y tienes el descaro de fingir no conocerme!?–
Kai reconoció entonces esa voz, sabía que la muchacha no iba a recordarle el nombre sin antes reclamarle, así que se obligó a recordar. Algo molesto y frustrante para el moreno.
–Ahora te recuerdo, ¿Krystal?– Dudo un poco pero termino asintiendo, suspiro y volvió a hablar –Bien Krystal, atenta y escucha dos cosas: Primero, nosotros jamás hicimos el ‘amor’– Poso su móvil en su hombro y presiono entre su oído para que no cayera mientras hacia las comillas con sus dedos –Fue sexo y segundo, nunca recuerdo haberte pedido noviazgo–
– ¿¡Cómo es que eres tan idiota!? – Kai se encogió de hombros – ¡Te entregue mi primera vez! ¡En un baño! –
Esta chica tiene sentido de humor.
–Para ser tu primera vez no estuviste tan mal, tal vez pueda compararte con la de hoy–
– ¡Imbécil! – Insulto antes de colgar pero Kai volvió a interrumpir.
–Espera un momento…– A pesar de la humillación de la chica, ella aguardo –… ¿Tienes alguna amiga que sea mejor? – Pregunto con cinismo.
– ¡Pedazo de idiota! – Dijo y finalizo la llamada.
El moreno no evito carcajearse por la chica y la forma tan cariñosa en la que le había hablado y el cómo pronunciaba esas palabras tan extrañas: ‘hicimos el amor’.
Sabía el significado de las palabras porque, no era tan estúpido como para no saberlo pero lo que no sabía –cosa que le fastidiaba bastante– era que no lo sentía a experiencia, no podía contemplar ese sentimiento que cegaba a las personas llenándolas de sonrisas sinceras y sufrimiento puro; pero no le importaba, él estaba bien, no sentía sufrimiento ni estaba ciego por amor. Solo se divertía y era lo más genial que podía vivir, o eso era lo que el moreno decidía creer.
Giro su mirada al frente y Kyunsoo ya no estaba, ni la pequeña niña tampoco.
–Joder…– Susurro y paseaba su vista a todos lados con el afán de poder verlo.
Se levantó asustando a una que otra paloma que se paraba ahí haciendo que estas extendieran sus alas y volaran sobre los aires de color algo naranjado. Siguió el camino recto donde pensaba que el pelinegro se encontraría caminando por ahí, no había personas que tapasen su búsqueda así que sus ojos pasaban rápido por el camino.
Bingo.
Sonrió y con sutileza como si se tratase de un súper espía nivel 23 de rango alfa, se cubrió con lo que encontraba, no le importaba hacer el ridículo ocultándose en árboles o incluso quitarles a los ancianos el periódico que leían. Su objetivo era ver al pelinegro.
Poco después de que la peli-dorada se encontrara con su hermana, amiga, novia, amante, o lo que fuese y que Jongin tomaba menos importancia al asunto pero su importancia se desviaba a Kyungsoo y su sonrisa. Podría acostumbrarse todos los días.
Las dos pequeñas se despidieron agitando sus manos y el pelinegro comenzó con su caminata con un moreno espiándolo.
Kyungsoo se había detenido en una cafetería ya cerrada pensando como si tratara de memorizar el camino y Jongin estaba dentro de un mini-super donde había un gran ventanal dejando ver todo lo que había en frente y en ello a Kyungsoo y también a…
– ¿Sehun? – Jongin levanto la ceja.
No podía escuchar de que tanto podían estar hablando ahí fuera, los dos, solos, completamente solos y un malestar apareció en el cuerpo del moreno, se sentía… ¿Celoso? ¿Esa sería la palabra cuando apenas y conoce a Kyungsoo? Pensaba en que tal vez solo se sentía molesto, nada más, solo eso.
El moreno espero y espero tanto tiempo tirándole una mirada a los artículos comestibles en los que no pretendía comprar nada ni mucho menos, simplemente disimulaba. Estaba ya varios largos minutos ahí adentro hasta que noto a aquellos dos marcharse juntos, el moreno no espero más y salió también cubriéndose con el brazo para poder estar junto a ellos del otro lado de la calle pero siguiéndoles el paso.
Se detuvieron en una biblioteca, entraron y en pocos minutos salieron de ahí. Ya había oscurecido y la luz solo estaba en uno que otro alumbrado por las lámparas públicas y los anuncios de los locales. Ellos hablaban y Jongin maldecía a su amigo por no hablar fuerte pero de un momento a otro lo entendió con una simple acción.
Sehun estaba besado a Kyungsoo.
El rubio había tomado por las mejillas a Kyungsoo y estaba besándolo lentamente como si fueran los únicos del lugar, sin notar la presencia de Jongin.
Jongin frunció el ceño.
Jongin estaba molesto.
El rubio y el pelinegro se separaron y el moreno agradeció por ello e imagino a un Kyungsoo completamente ruborizado con la cabeza agachada y este asistió con un semblante nervioso como observo Jongin. Sehun abrazo al pelinegro pero Jongin ejercía fuerza en sus puños después de que el rubio tomara al blanquito de la mano y se fueran tan alegres dejando a Jongin con su creciente molestia y amargura en él.
– ¿Qué quieres hacerme estúpido enano? – Pensó.
Jongin volvió a casa y suponía que su tarde sería tranquila como lo había planeado pero no evito perseguir al bajito, les gustaba verlo pero no con Sehun, no con él. No pensó en nada más, entro a su recamara, cayó en su cama sin preocuparse en cambiarse, pues ya había dejado toda su ropa en el camino, acompodo su cuerpo en el colchón e intento quedar dormido.