Pensó. Por más que pensó no pudo pegar un ojo en toda la noche.
Aún no comprendía bien, no podía analizarlo si solo tenía un dato: “se mudaba”. Kyungsoo, necesitaba saber más acerca de lo que habían dicho sus padres respecto a la supuesta mudanza que tendrían y por lo que había escuchado, se mudaban a Seúl.
¿Por qué necesitaban ir? Se preguntaba el de piel lechosa que, a todo esto no sabía nada, sus padres no le comentaron nada antes ni de un posible cambio de puesto por parte del Señor Do, era extraño o más bien, era extraña la vez que se le asignaba un nuevo puesto fuera de Goyang, ya que la mayoría de veces se trababa de quedarse ahí mismo.
Él podría llegar a entender; de todas maneras, se trababa del trabajo de su padre y, ¿Cómo podría negarse? Y tomando el lado bueno a todo esto: Hacer nuevas amistades no estaría nada mal, aunque no se quejaba de las que tenía hasta ahora porque para Kyungsoo eran las mejores que podría haber tenido en la vida.
No era un estudiante popular o conocido al que le gustase llenar la atención a los demás, sino que, este era distinto por lo que se trababa de un chico “común” en su aspecto, no le gustaba llamar mucho la atención, era calmado y algo en aspecto pero cálido y agradable en su persona.
No tenía problemas en su instituto y a pesar de no ser tan popular, Kyungsoo tenía su propio grupo de amigos en los cuales pasaba la mayoría de su tiempo como lo hacía con Baek , quien pertenecía al mismo.
La noche anterior, Baek y él no pudieron hablar nada o mejor dicho, no se hablaron nada, ni una sola palabra que saliera de sus bocas que rompiera la confusión que se encontraba en las mentes de cada uno y solo les quedo tirarse uno junto el otro para finalmente dormir sin nada más.
¿A caso sería una broma de mal gusto? Se formulaban dudas en ambos.
Pero no. Sus padres jamás jugarían algo como aquello. No lo harían ¿O sí? La idea que atravesaba por sus pensamientos como el dejar su instituto, sus amigos, vecinos a los que no hablaba más que un “buenos días” o cualquiera de los casos pero eran sus vecinos al fin de cuentas.
Y es que Kyungsoo no quería irse, no quería dejar todo lo que había construido hace años por muy poco que fueran sus logros pero no quería dejar el lugar que lo mantenía tan normal.
“¿Sería lo mismo?” Preguntaba él. Debía pensarlo mejor cuando hablara con sus padres.
Los grandes ojos del menor de los dos se abrieron uno por uno con demasiada lentitud y a causa de ello volvían a cerrarse creando una especie de tick por lo que luchaba por abrirlos completamente para salir y realizar lo matutino.
Rendido, se tallo los ojos con su mano y bostezo una, dos, tres veces algo pausadas hasta que por fin uso un poco de fuerza para enderezarse en la cama y estirar los brazos hacía enfrente mientras que sus labios se abrían y cerraban de tal forma que quisiera saber el mal olor de boca que tenía en esos momentos.
Otro cuerpo presente se removió de la cama e hizo que Kyungsoo girara su rostro a el mayor que posaba su cuerpo de manera graciosa: vestía una pijama azul con ositos insertados en ella, la pierna derecha estaba estirada a casi la mitad del colchón mientras que la otra se encontraba medio doblada en la secuencia de su rodilla y en cuanto a sus brazos, uno de ellos abrazaba su almohada y el contrario estaba estirado topándose con la pared.
Kyungsoo sonrió ante la escena por mucho que ya se haya acostumbrado a mirar a su hyung dormir de todas las maneras posibles, no es que le llamara la atención si no que, desde que eran niños, solían hacer la mayoría de cosas juntos.
Kyungsoo, ya despierto camino al baño para lavarse la terrible cara que tenía a causa del poco descanso que se forzó en tener e hizo todo lo necesario para salir listo y con una sonrisa relucientemente cansada pero debía fingir tan solo por hoy que se trataba de un buen día.
Al poco tiempo el menor bajo a la cocina para preparar algo de desayunar, antes de marcharse puesto que no quería que su hyung fuera a destrozar algo en aquella hermosa cocina que se encontraba ahí.
-Dodo…- Dijo un Baekhyun en tono flojo al tiempo en que restregaba los ojos con el dorso de la mano.
-Buenos días, Baekhyun hyung- Hablo mientras dejaba los vasos de malteada en la mesa. Un poco de dulce en plena mañana no haría daño.
Baekhyun se limitó a responder, tenía mucha pereza cuando despertó y al llegar a la mesa a pasos calmosos se dejó caer en la silla donde no se encontraba su desayuno sino del lado contrario.
-¡Dodito, no hay comida!- Chillo palpando toda la mesa en busca de su desayuno que no encontraba por su ceguedad.
-Tan solo abre los ojos, Baek- Menciono encogiendo los hombros restándole importancia para volver a desayunar la comida liguera que había preparado.
Baekhyun hacía un intento por abrir sus ojos para ver la comida que ya le exigía su estómago con impaciencia pero se le hacía algo complicado al realizar dicha acción por lo que abría, cerraba, abría y volvía a cerrar dándole un aspecto tierno por su parte con el pequeño puchero que sus labios habían abultado, tallaba con el dorso de su mano una y otra vez pero no le funcionaba. Tenía los ojos muy pegados de sueño que ni siquiera podía llegar a ver.
-¡Dodo! ¡Estoy ciego! ¡No veo nada!- Grito con pánico y estiraba ambos brazos como si se tratara de un zombie.
El menor simplemente se burló por lo bajo y, colocándose de pie se acercó a su mayor para tomarlo de la muñera e ir a la cocina donde tomo con la mano un poco de agua que había tomado de la llave del fregadero y la lanzo al rostro de su hyung.
-¡Fría, fría!- Se quejó en una mueca, pudo abrir los ojos y mirar con claridad.
-Ahora puedes ver mejor- Dijo orgulloso de su “gran” Azaña.
Esté asintió y volvió por su amado desayuno sin antes enséñale su lengua al menor a modo de molestarlo.
POV Jongin.
Desperté de la manera más jodida que puede haber despertado.
Me había quedado dormido en el sofá y cuando desperté de la incómoda posición en la que estaba, la televisión seguía encendida. No puede haber dormido más genial.
Mi cabello estaba totalmente desarreglado, mi ropa se encontraba arrugada, el mal olor de mi boca se hacía presente y suponiendo que, estaba del asco.
Me puse de pie y me encamine a ducharme, me despoje la ropa rugosa y la lancé en el cesto de la ropa sucia. El agua estaba bien para mí o al menos para despertarme y tener unas buenas energías para hoy.
Se trababa de un Domingo por ese motivo no debería quedarme en casa sin hacer nada más que mirar cualquier película o cosa aburrida que podría haber hecho.
Salí de la ducha rápida, cepille mis dientes dejándome un olor a menta algo tentador para muchos o muchas, dependiendo el caso. Me dirigí a mi armario donde tome lo que encontré a la vista: un polo blanco, unos jeans ajustados y el calzado que hacía juego.
Hice una de las tantas rutinas aburridas del día, siempre salía ser la misma mierda que tenía que realizar, levantarme, ducharme, desayunar y hacer una que otra jugada con mi gran amigo. Pero ciertamente hoy no traiga ganas y por ser Domingo debería aprovechar ya que al siguiente día tendré que asistir a las malditas clases que me traen más jodido que nada, no logro entender ni una mierda de lo que dicen los profesores y ya he recibido varias advertencias de todos y cada uno de ellos. Debía meter algo en mi cabeza o estaría muerto.
Me he metido mucho pero en relación con mi cerebro, creo que necesita una cuanta ayuda y ya que Yeol volvería dentro de una semana, me bastara con pedirle su ayuda.
Se suponía que iba a llamar a Sehun para decirle sobre la llegada de Yeol.
-Había dejado e mi móvil por…- Me dije con mi vista hacia todos lados en busca del móvil- ¡Aquí esta!- exprese victorioso por encontrarlo y presione la tecla virtual en llamada rápida y esta me daba en espera.
-No Kai, no te cubriré esta vez para que hagas tus porquerías con la hija de la profesora Jia- Dijeron en la línea que ya había recibido mi llamada.
-¿Qué te pasa ahora? No hago mis “porquerías “tan seguido-
-¿No quieres que te cubra? ¿No haces lo mismo toda la semana?-
-Por supuesto que sí, pero hoy no y si lo hago, pero no lo mismo, sabes que siempre tengo cambios-
-¿Entonces? ¿A qué se debe tu llamada, negro?-
-El orejón se regresa con nosotros-
-¿Hablas enserio? Jajajaja hasta que se dio a regresar, ¿Cuándo lo hará?-
-Lo digo enserio, regresara la próxima semana y quiere que vayamos a recogerlo-
-Eso suena bien, ¿Te pidió una fiesta de bienvenida?-
-Y sorpresa, ya nos decidimos mañana en el almuerzo-
-¿Para organizarle una “fiesta sorpresa de bienvenida”? Está bien, nos vemos mañana, ¡Negro!-
-Hijo de puta-
Después de la corta llamada que tuve con el crío de Sehun, no encontré algo que hacer este domingo, me estaba comenzando a molestar por que el imbécil me hizo recordar mis clases, malditas clases.
Hoy solo quería no hacer nada.