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Make you mine por littlefreak

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Notas del fanfic:

Hola!!! Realmente tenía ganas de ver a Key asi:P Ya verán! Espero que lo disfruten! Son dos capítulos:D

Notas del capitulo:

Hola!!! cómo estan??? Espero que disfruten este two shot:)

 

 

PD:si hay alguien leyendo mi otro fic por favor no me odien! Pronto actualizaré:)

POV Key

Mi vida era simple, sin grandes altos ni bajos. No tenía sabor, hasta que lo conocí.

Vivía sin importarme que día de la semana era, dejaba que el tiempo pasara, no había algo por lo cual luchara. Siempre había acudido al mismo colegio, pero aun así no había desarrollado algo como una amistad con alguno de mis compañeros. Vivía en mi propio mundo, uno en el que me gustaba perderme a menudo.

Desde los quince años hacía trabajos de medio tiempo, debido a problemas familiares. Hace tiempo que en casa sólo éramos mamá y yo. Pero estaba bien o eso me decía.

Pero como dije antes, el día que él se paró en la puerta del salón de clases, mi vida cambió.

Me encontraba sentado al fondo, me gustaba mantenerme apartado, me sentía seguro así. Me esforzaba mucho en las materias, pero aun así apenas lograba aprobar. Trataba de hacer lo más posible en la escuela, porque luego con el trabajo ya no me quedaba tiempo. No me gustaban los deportes, así que tampoco me sentía bueno en eso. Mi aspecto dejaba mucho que desear, mi uniforme estaba muy gastado y cada prenda que usaba era demasiado holgada para mi delgado cuerpo. Además, llevaba gafas, no sé si realmente las necesitaba pero las usaba para esconderme. Pero aun así, con ese aspecto algo nerd nadie me molestaba por eso. Porque no había algo por lo cual realmente resaltara y para la gente a mi alrededor yo era invisible.

Pero él no lo era. Apenas aquel castaño de sonrisa perfecta entró al salón, todas las miradas se clavaron en él, incluida la mía. No solía prestarle atención a lo que ocurría alrededor, pero nuestro profesor nos había dicho que tendríamos un nuevo compañero y yo estaba bastante curioso.

Irradiaba confianza en  cada una de sus  palabras, en cada movimiento, en aquella sonrisa que me tenía hipnotizado. ¿Pero quién iba a darse cuenta que se me estaba cayendo la baba por aquel chico nuevo? Estaban todos igual que yo. Las chicas ya le coqueteaban descaradamente. Los chicos lo querían como parte de su grupo de amigos. Suspiré, era inalcanzable ese chico. ¿Cómo había dicho que se llamaba?

Kim Jonghyun, así se llamaba.

Creo que aquel día fui más alegre al trabajo. Ya estaba harto de mi jefe pero ese día no me importaron  las cosas que me dijo. Sólo podía pensar en un nombre. Kim Jonghyun, me repetía sin parar. No sabía muy bien por qué no podía sacar a ese chico de mi mente. Era su primer día en mi colegio y ya parecía ser el chico más popular. Todos habían hablado de él. Todos parecían conocerlo. Todos querían ser parte de su círculo. ¿Yo también quería eso? No lo sé, pero me atraía, de eso no había duda. No había podido quitarle la vista de encima. No había hecho la tarea por seguirlo a escondidas por los pasillos de mi escuela. Cada vez que sonreía mi corazón se aceleraba. ¿Qué rayos me pasaba? En un día me volví adicto a aquella sonrisa.

Mi vida que me parecía tan insípida, tan igual, tan aburrida, ahora se había transformado. Ahora tenía un motivo para ir a la escuela. Aunque él no supiera quien era, como todos allí, me conformaba con seguirlo. Era como su sombra. ¿Acaso me había vuelto un acosador? Bueno, eso no me importaba.

Jonghyun ya era el líder de los "populares" y era bastante revoltoso. No le importaba caerles mal a los profesores, decía lo que pensaba y todo el curso festejaba lo que sea que hiciera. Aun así, sacaba altas notas y realmente no entendía cómo. Nunca prestaba atención, se la pasaba coqueteando con chicas o planeando bromas. Caminaba detrás de él, esperando ver su sonrisa, escuchar su voz. Un poco más cerca. Pero nunca estaba sólo, eso me ponía mal. ¿pero que podría hacer yo si algún día lo encontraba lejos de su grupo? Nada.

Así transcurrió más de un mes, mis notas iban en picada, en el trabajo estaba cada vez más distraído. No sabía cómo sentirme, cada vez que Jonghyun me pasaba cerca me sentía en el cielo, sentía que ese día valía la pena. Me conformaba con tan poco y lo necesitaba tanto. Sin embargo, cuando lo veía con su grupo de "amigos" me deprimía. Ellos no lo querían, sentía que nadie en la escuela  lo conocía realmente. Me había enterado que ese chico era el hijo de un importante empresario de Corea y que él era el heredero. Sabía que todos andaban como abejas detrás de la miel por aquella razón. También, había descubierto que a Jonghyun más que los negocios parecía interesarle la música. Observaba como algunos días, se escapaba a escondidas al salón de música a tocar la guitarra y cantar. Esa voz me hechizaba, esos eran definitivamente los mejores días. Cuando éramos sólo él y yo, aunque él no supiera que había alguien escuchándolo. Mi corazón se disparaba cuando la canción comenzaba, siempre era la misma melodía pero me provocaba los mismos síntomas invariablemente. Me odiaba por no animarme a acercarme en esos momentos. Me decía que la próxima seguramente le diría algo. Me perdía en lo que podría decirle y no era capaz de actuar.

Estaba regañándome a mí mismo y no pensaba en lo que tenía que hacer. Tenía un nudo en la garganta, pero no podía llorar. Ese día, todos en la escuela habían dicho que Jonghyun tenía novia. ¿Cómo había creído tener alguna posibilidad? Las pocas veces que me podría haber presentado no lo hice.Ja! como si pudiera ser relevante para alguien. Odiaba todo. Varios clientes estaban enojados y no me había dado cuenta hasta que los gritos de mi jefe me sacaron del trance. Fui despedido para completar mi hermoso día.

¿Había dicho que no podía llorar? Al final, pude. Estaba sentado en un banca llorando adelante de todos, patético.

Con lágrimas todavía en los ojos, me fijé en la escandalosa escena que transcurría en la esquina.

-YA! SUELTAME! Renuncio! No me escuchaste? Ya no quiero trabajar más aquí! Búscate a otra! Con este comportamiento sólo estás perdiendo clientes, ash- con un sacudón de pierna, la hermosa chica se desprendió del extraño agarre de la otra que se hallaba en el piso. Qué imagen perturbadora!

La chica que había estado reteniendo a la otra, ahora lloraba sentada en el piso. Su imagen me dio gracia y no pude evitar sonreír un poco. Luego, se paró y empezó a decir en voz alta:

-Ay no! ay no! ¿Ahora qué haré? Todas renuncian, todas me abandonan!!!- moviéndose como un zombie de un lado al otro. Seguro estaba media loca. ¿Por qué seguía mirándola? No, que no me vea! Esta loca! Pero aunque intenté agachar mi cabeza rápidamente, ya me había visto.

-Tú- dijo señalándome con una sonrisa que sólo lograba asustarme. No como la de Jonghyun, pensé y otra vez me puse mal.

-yo?- pregunté abriendo la boca, formando una perfecta o y señalándome a mí mismo.

-Tienes potencial!!! Tienes una rasgos muy delicados!!! Cuántos años tienes?- Esto ya me estaba dando miedo en serio. Estaba por levantarme de la banca.

-Espera! No te asustes! No quieres trabajo? Te podría pagar muy bien!- Me volví a sentar al escuchar esas palabras. Sí, estaba asustado y no sabía qué clase  de trabajo me iba a ofrecer. Pero también era cierto que necesitaba dinero.

-Bien, parece que tengo tu atención de nuevo. Creo que puede funcionar. Pero primero te diré tu paga y luego me escuchas- dijo sonriendo.

-okeeeey- dije no muy seguro. Y sin más se acercó a mi oído, al escuchar esa cifra mis ojos se abrieron grandes. ¿En serio lo decía? Era bastante más de lo que ganaba en mi anterior empleo. ¿Qué quería que hiciera?

-Quiero que seas una maid en mi café- soltó como si nada.

¿Había escuchado bien? ¿Esa mujer no se habría escapado de algún internado? ¿Yo una maid? No era ni mujer! ¿Tendría que usar vestido?

-Pero soy hombre- dije despacito, como susurrándolo. No pude evitar sonrojarme.

-Bah, eso no importa! Mira, tienes unos rasgos muy finos, fácilmente te podrías confundir con una chica si no anduvieras tan desaliñado! Además, yo te puedo transformar!- Ahora sí que no lo dudaba, aquella mujer estaba del tomate! ¿Quién se creía? ¿Mi hada madrina? La miraba sin terminar de entender y sin poder decir algo. Así que ella me tomó del brazo y me hizo pasar al café por la parte de atrás. Fuimos hasta un cuarto, parecía un vestuario. Todavía no podía creer lo que estaba pasando. ¿Acaso le había dicho que sí a aquella loca? ¿Por qué no huía? Tal vez estaba demasiado intrigado por lo que sucedería.

Estaba sentado frente a un gran espejo. No podía hacer nada. Ya no había más nada que perder. Ya había perdido a Jonghyun. Me sacó las gafas lentamente.

-wow! tienes unos ojos hermosos! Ya sabía que tenías potencial ahí escondido!- <Sí, seguro>. Pensaba, resignado a lo que me fuera hacer "mi hada madrina".

Sin avisar, giró la silla y ya no pude verme. Me limpió el rostro, me maquilló y finalmente me puso una peluca de largos cabellos castaños. Cuando vi nuevamente el espejo, no pude encontrarme en él.

-¿ese soy yo?- dije aun no creyendo lo que veía. Frente a mi tenía a una hermosa chica.

-Sí, eres hermoso. ¿Hice un buen trabajo, no es cierto?- dijo sonriendo como loca, pero aun no podía contestar.-¿Cómo habías dicho que te llamabas?-preguntó.

-Kibum, Kim Kibum. Tengo 16 años. Creo... Yo creo que nadie me podría reconocer así- dije agachando la cabeza, quería llorar. Pero no exactamente de tristeza, me sentía tan extraño. Aunque estuviera "disfrazado", nunca pensé, nunca imaginé poder verme "hermosa". Se sentía bien.

-No llores precioso! ¿Qué ocurre? ¿No te ha gustado? Nadie te va a reconocer pero por favor acepta el empleo! Eres mi única esperanza!- dijo preocupándose de verdad.

-No es eso, es que no creía posible poder llegar a verme así- dije casi llorando.

-Eso es porque nunca te has ocupado realmente de ti! Si lo hicieras, estoy segura que te verías hermoso tanto como hombre o como mujer. Ya que estamos, no quieres que lo intente? Vamos, lo haré gratis! A mí también me da curiosidad! ¿Qué dices?- No sabía por qué lo hacía, había sido un día duro. Con lágrimas queriendo escapar de mis ojos, asentí con la cabeza.

 

POV Jonghyun

 

Todas las escuelas a las que había asistido eran siempre la misma historia. Primero, todos se fijaban en mí por mi aspecto físico. Me gustaba ejercitarme, asi que lucía un cuerpo bien trabajado. Luego, cuando se enteraban de quien era hijo, se terminaban de pegar a mí como moscas. Todos veían al heredero, al chico más popular de la escuela que nada le faltaba. Nadie se preocupaba realmente por averiguar si había algo más. Nadie me conocía.

Mi vida era una obra de teatro. Con mi papá fingía estar interesado en la empresa y me esforzaba en sacar altas notas en el colegio para que estuviera satisfecho. Con mis amigos, era su líder, él que organizaba fiestas, él que hacía bromas y al que no le importaba decir lo que pensaba a cada uno de los profesores. Con las chicas mantenía mi imagen de ganador y rompecorazones.

Nadie sospechaba que mi pasión era la música. Cuando por fin me dejaban solo, corría ansioso a buscar una guitarra o un piano para acompañar mis canciones. Surgía fácilmente la melodía y sólo en esos momentos me sentía yo.

Pero en esta escuela, algo distinto había sucedido. En cada pasillo sentía una presencia observarme. Pero no sentía miedo, para nada, se sentía como si alguien estuviera cuidando de mí. ¿Sería mi ángel guardián? Reía ante estas ideas. Lo mismo me ocurría cuando iba al salón de música. Al principio me preocupé, no quería que nadie se enterara de mi secreto pero en cuanto pensé que debía ser mi ángel otra vez, la preocupación se esfumó. Era la primera vez que tocaba para alguien más y me gustó. Quería volver a ser escuchado.

Otra vez mis compañeros inventaban falsos rumores. ¿Qué ganaban con eso? Ahora me habían emparejado con una de las "bellezas" del colegio. Lo peor es que la chica estaba tan feliz con la mentira que no se lo negaba a nadie y no se me despegaba un segundo.

Las clases estaban por comenzar, el profesor borraba lentamente el pizarrón y mis ojos estaban a punto de cerrarse. Me hubiera dormido seguramente sino fuera porque una figura que jamás había visto cruzaba el salón.

Piernas largas en pantalones ajustados, unos muslos tentadores, camisa ceñida con la que resaltaba una delicada cintura. Todo ese cuerpo era delicado, ligero y elegante. No había visto nunca a aquel rubio. Sí, esa persona que me estaba robando el aliento era un chico.

Sentía como aquellos ojos negros delineados se fijaban en mí y por un momento creí olvidar como respirar.

-No me habían informado del ingreso de un nuevo alumno, cómo se llama?- preguntó el profesor. Bien, no estaba equivocado, ese chico era nuevo. Era imposible no ver a alguien como él, alguien capaz de brillar con luz propia.

-Soy Kim Kibum- dijo aquel chico que ya tenía toda mi atención.

 

POV Key

 

Estaba histérico. Todo había sido tan extraño. En un día me habían arrebatado al chico que me gustaba, había sido despedido, me habían contratado para ser una maid. Mirándome al espejo aun me costaba reconocerme. ¿No había sido todo un sueño?

Pero me gustaba como me veía, me sentía más seguro con mi transformación y me daba risa pensar en que nadie sería capaz de reconocerme. Por primera vez en mi vida me sentía atractivo. Con el pelo teñido de rubio, los ojos delineados y un uniforme de mi talla, me dirigí al colegio.

Me había prometido olvidar a Jonghyun. Lo nuestro no era posible. Ahora empezaría de nuevo.

Al entrar, me sentí incómodo, sentí como todos me observaban. No era invisible.

No quería mirarlo, no quería caer en esos ojos de cachorrito que tanto me gustaban pero no pude evitarlo. Él por primera vez me miraba y me gustaba como lo hacía. Basta, tenía que recordar mi promesa y dejarlo ir. Jonghyun ya tenía a alguien.

Me sorprendió como el lucir distinto cambiaba inmediatamente el trato de mis compañeros de toda la vida hacia mí. No podía confiar en gente así de superficial. Pero tampoco podía mentirme, amaba ser el centro de la atención de todos por primera vez en mis dieciséis años.

Lo estaba disfrutando, nadie parecía saber quién era, ni siquiera mis profesores. ¿Tan triste era mi anterior existencia? Todos me tomaban por un nuevo alumno. No a todos les caía bien. Pero todos hablaban de mí. En seguida inventaron miles de rumores sobre mi persona, todos falsos obviamente.

Las clases terminaron, no había sido tan malo. Había logrado no perseguir a Jonghyun como ya era costumbre en mí. Me sentía más fuerte. Pero las nuevas experiencias aun no terminaban. Hoy sería mi primer día en el café maid.

 

POV Jonghyun

 

Ese chico me intrigaba, me atraía y quería saber más de él. Todos hablaban de él. No me gustaban las cosas que decían. ¿Realmente sería así?

Muchas chicas y hasta chicos lo encontraban atractivo. Pero muchos otros parecían odiarlo y decían demasiadas cosas.

No sé qué fue exactamente, pero al terminar las clases lo seguí tratando de no ser descubierto.

Sí que estaba apurado el rubio, estuve a punto de perderlo más de una vez. Hasta que al llegar a una esquina, entró a un negocio y sin pensarlo, también entré.

¿Aquel lugar era un café maid? Me quedé parado en la puerta sin reaccionar. No me esperaba eso. Mire hacia todas las mesas pero no pude dar con el rubio. ¿Lo había perdido?

-Bienvenido señor, ¿desea tomar asiento?- me dijo tímidamente una pequeña chica vestida de maid. Asentí y me senté en una mesa para uno. Seguía buscando con la vista al chico pero era como si la tierra se lo hubiera tragado. Pero mi búsqueda se vio interrumpida al escuchar una extraña voz dirigirse a mí.

-Buenas tardes. ¿Qué desea disfrutar hoy?- Cuando levanté la vista para ver a la chica que me hablaba, me quedé sin palabras. Seguramente mi cara era la del ser más estúpido sobre la faz de la tierra. Para mi suerte, aquella belleza tenía la vista clavada en el piso tímidamente. Era la chica más hermosa que jamás había visto. Era toda una muñequita. Tenía cabello largo castaño, ondulado en la puntas. Una figura esbelta, demasiado atractiva. Una boquita rosada, labios acorazonados. Esa chica era un sueño. Aunque todavía no había visto sus ojos, me los figuraba hermosos. Traté de verme normal, no quería que ella me viera como un baboso. ¿Aunque quién podía evitar serlo frente a aquella preciosura?

-No lo sé, es mi primera vez aquí. ¿Qué me recomiendas, muñeca?- Le dije dándole mi mejor sonrisa. Estaba nervioso aunque intentara ocultarlo. Me encontré con unos ojos felinos que se me hicieron familiares. Dios, era tan linda. ¿se había sonrojado por mi comentario?

 

POV Key

 

Mi primer día en aquel café y llegaba tarde. Rápidamente fui hasta al vestuario a "disfrazarme". Ya estaba listo, una de las chicas me señaló la mesa que debía atender. Mi primer cliente. Era un chico que parecía estar solo. A medida que me acercaba se me hacía más conocido. Oh por Dios! ¿Era Jonghyun? No, esto no podía estar pasándome. ¿Qué hacía en este tipo de lugar?

Diciéndome que no era posible que me reconociera y juntando todo mi valor, me acerqué para hablarle. No podía mirarlo, no podía despegar la vista del piso. ¿Me había dicho muñeca? ¿Estaba coqueteándome? No sólo era un fetichista sino también un infiel! No, esto estaba tan mal. ¿Qué hacía aquí, teniendo novia? Ya me había sonrojado con su sonrisa, demonios. El plan era olvidarlo, no darle rienda suelta a mi imaginación!

- No soy ninguna muñeca señor. Este es mi primer día aquí también así que no sabría decirle cual es el platillo más rico. Pero creo que podría probar el especial de hoy y luego me dice que le ha parecido.-dije fríamente pero sin ser descortés porque después de todo era un cliente. Pero me molestaba sobremanera la forma en que me miraba, parecía un depravado. No podía evitar enojarme al descubrir lo mujeriego e infiel que era!

Pero Jonghyun no pareció tomar seriamente mis palabras pues se encontraba riendo despreocupadamente.

-Ya! ¿De qué se ríe tanto?- dije indignado y haciendo un puchero.

- Jajaja! Yo no soy ningún señor! Debo tener tu edad! ¿Por qué me tratas tan formalmente, preciosa?- dijo Jonghyun sonriéndome y volviendo a mirarme con esos ojos que tan mal me hacían. No Kibum, no te pierdas en ellos. ¿Por qué me tenía que seguir gustando ese tonto? Era la primera conversación que tenía con él. Era la primera vez que estábamos tan cerca. Aunque creyera que era una chica, esas palabras alborotaban mi corazón y no podía ocultar el rosado en mis mejillas.

-Iré por el especial del día- dije sin más, ya no podía estar frente a él. Con tan poco me afectaba tanto.

Traje su orden y luego, tuve que atender otros pedidos. Esa tarde, Jonghyun se quedó bastante tiempo en el café. Cada vez que miraba hacia su mesa, lo encontraba mirándome. A veces me sonreía descaradamente, otras me saludaba y otras veces simplemente me observaba. Traté de ignorarlo lo más posible. Pero cada cosa que hacía me alteraba y en el fondo, me gustaba.

 

POV Jonghyun

 

Aquella noche me acosté en mi cama con una sonrisa en mi rostro. Estaba feliz como hace mucho tiempo no lo estaba. No dejaba de pensar en aquella maid de aspecto tan delicado pero con bastante personalidad. No había dado con el rubio pero la encontré a ella. Apenas habíamos cruzado palabras pero todo en ella era de mi agrado. Mientras la observaba, de a ratos se me hacía similar a Kim Kibum. ¿Serían familiares? Tal vez  había entrado a saludarla y luego, se había ido por atrás. Seguramente por eso el chico se me había hecho atractivo, por su parecido a la chica de la que ahora me estaba enamorando. A pesar de que ella se había mostrado reacia a todas mis palabras, sus sonrojos no me decían lo mismo. Casi podría jurar que en sus ojos se veía que me quería tanto como yo a ella. Estaba convencido, haría todo por conquistarla.

 

Al otro día seguía de muy buen humor. Como era costumbre, fui al salón de música. Pero esta vez ni en los pasillos ni cuando empecé a tocar el piano, sentí la presencia de mi "ángel". Esto me entristeció. ¿A dónde se había ido? ¿O acaso nunca había estado?

 

Empecé a tocar y tararear una nueva melodía. Cuando la letra apareció, también lo hizo aquella conocida presencia y volví a sonreír.

 

(N/A: letra Juliette, sin el rap de Minho y sin la parte final)

 

La luz de luna, como si se estuviera por derramar,

definitivamente es oscura.

Incluida la luz de la antorcha más explosiva.

Necesito aprender a brillar como ella lo hace.

Si la miro, seré cegado.

Por favor dame una oportunidad.

Cuando me miras con esos ojos

quiero sujetarte en mis brazos.

Pero para mí, eres como un zorro juguetón.

 

Juliette, te daré mi alma

Juliette, por favor acéptame

Juliette, dulcemente, un poco más dulce

Susurra mi serenata.

 

Mi curiosidad fue más fuerte y empecé a acercarme a la puerta sin dejar de cantar.

 

Ya eres el centro del mundo entero,

mi foco.

Juegas conmigo todo el día.

Aunque me empujes, me tires y caiga.

Sigo tu esencia que rodea mi cuerpo de nuevo.

No puedo detenerme, así que toma todo

de mi corazón y mi respiración.

Por favor abre tu corazón.

Tus gestos hacia mí pasan nuevamente.

Mi corazón tembloroso parece que

explotará en cualquier momento.

 

 

Quería saber quién me observaba siempre.

 

Juliette, te daré mi alma

Juliette, por favor acéptame

Juliette, dulcemente, un poco más dulce

Susurra mi serenata.

 

Sin dejar de cantar, abrí la puerta.

 

Aun sin palabras, ya lo sé todo.

Tus ojos dicen que me deseas.

No puedo escapar a este hábito de perseguirte.

Te propagas como irresistible veneno.

 

 No había nadie. Sólo pude ver una cabellera rubia corriendo lejos por el pasillo. ¿Kim Kibum?

 

 

POV Key

 

Sentí que mi corazón escaparía de mi pecho de un momento a otro. Su voz me dejaba desarmado. Me había permitido recostarme contra la pared para escucharlo mejor. Su voz parecía acercarse y no pude evitar cerrar mis ojos. Nunca había escuchado esa canción. Mientras Jonghyun cantaba imaginaba que lo hacía para mí. Parecía como si estuviera susurrándome aquella melodía al oído. Pero el ruido de la puerta entreabriéndose me despertó y sin pensarlo me eché a correr. No quería ser descubierto. ¿Por qué no era capaz de alejarme de Jonghyun?

 

Pensaba que Jonghyun no volvería al café maid pero no fue así. Acudía bastante seguido y siempre pedía que fuera yo quien lo atendiera. ¿Qué se proponía? Siempre era lo mismo, él coqueteándome y yo haciendo de tripas corazón para rechazarlo. Lo peor era cuando me tocaba, aunque la mayoría de las veces él decía que había sido un accidente. Eran demasiados accidentes para una persona normal. No sabía cuánto tiempo soportaría eso.

Era hora de mi descanso y me dirigí a una sala exclusiva para el personal donde podía estar tranquilo. Pero mientras caminaba, sentí una mano sujetarme del brazo. Al girarme encontré al estúpido de Jonghyun sonriéndome.

-¿Qué haces aquí? ¿Acaso no sabes leer? Este lugar es SÓLO PARA EL PERSONAL y tú eres un cliente por si no lo sabías!-dije tratando de soltarme de su agarre.

Pero en lugar de alejarse, Jonghyun comenzó a acercarse peligrosamente.

-¿Por qué lo sigues negando muñeca? ¿Acaso no te gusto?- dijo demasiado cerca para mi salud mental. Sentía como ardía mi rostro con aquellas preguntas. Él sólo seguía con aquella sonrisa que destabilizaba todo mi ser.

No, se estaba aproximando demasiado pero ya hace tiempo había perdido el control de la situación. Sólo pude poner mis manos hacia adelante como tratando de bloquear su paso. Cerré fuerte mis ojos.

Sentí su respiración sobre mi rostro. Su aliento contra mi piel, aquello era cielo e infierno.

-Tus labios- dijo delineando el contorno de mi boca lentamente- Podría besarlos todo el día si me dejaras-mi corazón latía frenéticamente, era una tortura aquello, pero ya no quería que se alejara. Ni en mis más locos sueños pensé en tener a Jonghyun así contra mí. Sus labios rozaban mi cuello suavemente y bajé mis manos, que no eran defensa alguna. No podía engañarme, me gustaba demasiado aquella situación. Estaba al límite. Pero estaba mal, no sólo porque él tuviera novia.

-Me gustas- dijo el chico que tenía mi corazón hace tiempo. Esto estaba mal porque no era yo quien le gustaba. La chica de la que él creía gustar no existía. Yo era un chico, yo era Kim Kibum y nunca me querría a su lado. Esto me pasaba por no saber mantener la promesa que me había hecho a mí mismo. Las lágrimas cayeron sin aviso. Jamás esas palabras que tanto ansiaba serían para mí. No quería estar allí, no quería verlo. Escapé.

 

POV Jonghyun

Nunca  me había interesado realmente una chica, todas me parecían iguales y sólo jugaba con ellas. Pero ella era distinta. No podía dejar de pensarla ni un momento. Quería verla todo el tiempo. Ya no sabía cómo llamar su atención. Hasta le había escrito una canción aunque jamás se la había mostrado. Ocupaba la mayoría de mis tardes en ir a aquel café.

Aunque siempre se mostraba fría a las cosas que le decía, podía ver como se esforzaba en contestarme así. ¿Por qué luchaba tanto? No lo entendía, pero me gustaba así. Pero no sabía cuánto tiempo aguantaría "jugar".

Ese día varios clientes habían estado encima de la chica que me gustaba. Me molestaba demasiado ver como otros babeaban por ella. Quería que sólo fuera mía. Pero ella era la maid más solicitada del café, como no podía ser de otra manera. Tal vez fueron mis celos pero ya no quería esperar más. Sabía que los empleados allí tenían un pequeño descanso entre sus horas de trabajo y no dudé en seguirla.

Intentó alejarme pero yo sabía que no era eso lo que quería. No pude resistirme a rozar con mis labios aquella piel blanca. Se sentía tan suave, era aún más perfecta de lo que imaginaba, me tentaba tanto. Sin pensarlo más, le dije:

-Me gustas- me sentía en otro mundo estando tan cerca de ella, la deseaba demasiado. Pero sentir su rostro húmedo me sacó de mis pensamientos. ¿Estaba llorando? No quería lastimarla. ¿Qué había hecho? Estaba demasiado shockeado como para actuar y la dejé escapar.

¿De verdad me vería como un acosador? ¿Me había sobrepasado? Puede ser, pero es que con ella no podía resistirme. Aun así, le había dicho que me gustaba. A nadie le había dicho eso antes. No sé qué pensaría pero yo lo decía muy en serio. No quería hacerla llorar. Me sentía horrible. Aquello era peor que ser rechazado. De verdad creía que también era de su agrado. ¿Había sido todo mi imaginación?

Me había costado dormir y al otro día sólo quería que todos me dejaran en paz. No me importó lo que pensaran y dijeran. Necesitaba estar solo. No sabía cómo sentirme por todo lo sucedido y vagaba por los pasillos sin pensar claramente. Cuando pasé cerca de los baños, escuché a varias chicas insultando y riéndose de alguien. Ya no me importaba nada pero no pude evitar escucharlas.

-No sé quién te crees para caminar así tan tranquilo por los pasillos y llamar la atención de nuestros oppas!-

-Ni pienses en tener a alguno de ellos! Podrás tener su atención pero al fin al cabo eres un chico y jamás te querrán-

-Veremos si después de esto persistes en provocarlos con tus trucos de zorra barata- dijo la última sacando una tijera del bolsillo de su blazer.

La persona a la que le hacían bullying se encontraba haciéndose una bolita en el piso. Sin dudarlo un momento más, sujeté en el aire la mano de la chica que acercaba la tijera peligrosamente a su víctima.

-¿Qué crees que haces?-me sorprendí al reconocer aquella cabellera rubia en aquel bulto. Era Kibum.

-aah, duele Jonghyun oppa! ¿Qué sucede?- dijo quejándose.

-Sí, oppa! No le hagas daño! Sólo le estábamos dando una lección a la "diva"-dijeron las otras señalando al chico que aún permanecía en aquella posición.

-Lárguense antes de que me enoje en serio! No quiero volver a verlas molestando a nadie. Ni se les ocurra volver a acercarse a Kim Kibum o se la verán conmigo!- Realmente quería pegarles a esas chicas y si no se largaban rápido, lo haría aunque fueran mujeres.

-Pero oppa...-dijo una de las tres chicas.

Me límite a levantar la mirada y clavarla en ellas. Mi cara en esos momentos en verdad debía asustar, porque ya no dijeron más y salieron corriendo.

Me arrodillé para ayudar aquel chico que parecía tan frágil. Seguía tapándose el rostro con las manos y no pude evitar enternecerme. Realmente quería ayudarlo.

-¿Te encuentras bien?-pregunté como un estúpido porque era obvio que no lo estaba. Y con la voz haciéndosele un hilo me contestó:

-Sí, muchas gracias-finalmente levantó la cabeza, dejándome ver unos hermosos ojos felinos bañados en lágrimas. Aun temblaba, se había asustado mucho por culpa de esas sabandijas envidiosas. Porque estaba seguro que actuaban así por envidia. Por alguna razón que desconocía no quería dejar solo a Kibum. Tal vez me recordaba demasiado a la chica que tan confundido me tenía.

-¿Te molesta si paseamos un rato?-le dije. Me sorprendí de mi propia timidez al hacer esa pregunta.

-Sí, no tengo problema- dijo parándose lentamente.

Ninguno de los dos quería seguir en la escuela aquel día, así que decidimos saltarnos las siguientes clases. Caminamos hacia ninguna parte, hablando de todo como si ya nos conociéramos. A pesar de que ese día quería estar solo, su presencia no me molestaba, es más, me agradaba. Ese chico no parecía juzgarme y tener una imagen armada de mí como el resto de mis compañeros. Me sentía cómodo y por primera vez, pensé que podía mostrarme tal cual era. Kibum y yo podíamos llegar a ser grandes amigos. Me gustaba su forma de hablar, era entretenido e inteligente. Me divertía tanto que por un momento olvidé lo mal que me sentía. Reíamos por cualquier cosa, su risa era muy contagiosa y ruidosa.

Ese día confirmé que todo lo que decían de la "diva" no eran más que crueles mentiras. Al principio se había mostrado reservado y hasta tímido conmigo, pero una vez que entraba en confianza era demasiado agradable estar con él. Además, había muchas  cosas que me intrigaban de aquel extraño rubio. ¿Él sería mi ángel? Pero había sentido esa "presencia" antes de la llegada de Kibum al colegio.

-Kibum, ¿por qué fue que te cambiaste de colegio? ¿a dónde ibas antes?- dije sonriéndole amablemente. Pero él parecía nervioso ante mis preguntas y no dejaba de morder su labio inferior. Me estaría volviendo loco, pero esos labios eran casi idénticos a los que tanto me tentaban. Tenía que dejar de mirarlo.

-No quería incomodarte, si quieres también puedes hacerme una pregunta incómoda- le dije, bromeando.

-No es eso, es que es como una confesión. No te enojes, pero la verdad es que siempre acudí a este colegio.- dijo agachando su cabeza.

-¿Cómo? ¿Entonces ibas a otra división? No lo puedo creer, realmente es difícil no identificarte, llamas mucho la atención.- dije riendo un poco por lo último que dije.

-No, siempre fui a nuestra división. Y no siempre llamé la atención como veras. Recién ahora que teñí mi cabello y me vestí mejor, se dan cuenta de que existo.-dijo algo triste. Me quedé mirándolo en silencio. También me molestaba lo superficial que podían llegar a ser las personas. Yo también había caído y no había notado antes su existencia.

-Sabes, yo también tengo algo para confesar. Todos creen que quiero ser el heredero de mi padre, hacerme cargo del negocio familiar. Pero nadie sabe que mi verdadera pasión es la música y es eso a lo que me gustaría dedicarme. Bueno, tal vez si hay alguien que lo sabe.- lo miré directo a los ojos, parecían brillarles, definitivamente eran hermosos. Así me parecía aunque fuera un chico.

-¿Lo sabías no es cierto, Kibum?- le pregunté mientras lo veía tragar saliva sin ser capaz de contestarme.-No te preocupes, no tienes por qué contestarme. Hace tiempo que creo tener un ángel. Me gustaba pensar que había alguien que me observaba y cuidaba en silencio. Alguien que sabía mi secreto y escuchaba cada una de mis canciones- terminé de decirle con una sonrisa y apoyando mi mano en su hombro para que no se sintiera mal. Realmente me alegraba que fuera él quien me había acompañado incondicionalmente.

 

-Yo... no sé qué decir. Lo siento tanto, no sé por qué lo hice. Por favor no pienses en mi como un acosador.- me dijo avergonzado.

-Jajaja, Kibum en verdad no me molesta! Me alegra no estar loco y que esa "presencia" no fuera mi imaginación.- No quería hacerlo sentir incómodo pidiéndole razones. Estaba demasiado feliz por descubrir que era él.

-No te torturaré más, ahora es tu turno de hacerme alguna pregunta!- le dije alegremente. Quería volver al ambiente relajado de antes.

-mmm, no lo sé. ¿Por qué hoy no elegiste salir con tu novia?- preguntó.

-¿Qué novia?- pregunté confundido, hasta que me di cuenta.-Ah! ya sé a qué te refieres. Pero te equivocas, esos fueron rumores que inventaron. No salí con ninguna chica de nuestro colegio. Aunque si hay alguien que me gusta.-dije frunciendo el ceño al recordar a la maid que había robado mi corazón.

 

-Ah, si? ¿Quién?- preguntó Kibum aunque no parecía muy interesado en mi respuesta.

- No sé si la conoces. Es gracioso, pero ustedes son bastante similares. A veces pienso que son familiares. ¿Tienes alguna hermana? Trabaja en un café y fue amor a primera vista. Jamás me había pasado algo así. Eres la primera persona a la que se lo cuento.-dije esperando su respuesta.

-No, no tengo ninguna hermana- lo noté incómodo al decir esto.

-Ya veo, pero sabes no resultó bien. Creo que fui rechazado aunque en realidad no entiendo que sucedió. Me sentí terrible, estaba casi seguro que también le gustaba. Tal vez actué impulsivamente pero me pareció injusto que luego de declararme, ella se fuera sin darme explicaciones. ¿Qué piensas?-dije mirándolo nuevamente. Parecía muy concentrado, Kibum podía llegar a ser bastante raro.

-Creo que no la conoces y no debes juzgarla. Seguramente tiene razones para actuar de la manera en que lo hizo. Lo mejor es que la olvides, Jonghyun- dijo seriamente. Intimidaba un Kibum asi de seco.

-¿Razones? ¿Crees que oculte algo? ¿Algún secreto? ¿No debería ir a preguntarle?-dije aceleradamente. Estaba desesperado por respuestas. No quería renunciar a ella como Kibum me aconsejaba. ¿No se suponía que había que luchar por amor?

-No lo sé, no la conozco. Pero creo que si pudiera contarte sus razones ya lo habría hecho. Pero no lo hizo.- Tal vez Kibum tenía razón pero me costaba renunciar. Cambié de tema porque parecía que al rubio no le gustaba hablar de esto.

Durante dos semanas me aferré a lo que Kibum me había dicho y me abstuve de ir al café. Durante esos días mi amistad con el rubio creció. Ya no me juntaba con mi anterior grupo. Prefería tener un solo amigo que fuera verdadero a muchos falsos. Pero cada uno de sus rasgos me recordaba a mi desamor. Un día no aguanté más y después de clases fui hasta el café. Necesitaba verla una vez más. Quería una explicación. Si ella me decía que ya no insistiera, la dejaría en paz.

Esta vez no entré, sino que cerca de la hora de cierre me fui a la puerta trasera, por donde salían los empleados cuando finalizaban su trabajo.

 

 

Notas finales:

¿Qué les parece?:)


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