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Make you mine por littlefreak

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Notas del capitulo:

Hola:) acá esta la última parte del two shot COMPLETA! Mil disculpas a los que ya leyeron el último capítulo! Recorté mal el archivo y no se entendía nada! Perdón! Ahora creo que sí esta bien!!!

Disfrutenlo:D

 

PD: cualquier otro inconveniente agradecería muchísimo si me avisan! Espero que no vuelva a suceder o me va a dar un paro!

 

Muchas gracias:)

POV Key

 

Estas últimas semanas habían sido las mejores de toda mi vida. Se sentía tan bien estar cerca de Jonghyun. Aunque sólo fuéramos amigos, era feliz. Me alivió enterarme de que no tenía novia. Pero me entristecía escucharlo hablar de la maid, que no era nada menos ni nada más que yo disfrazado. Me dolía verlo sufrir y no sabía que decirle para que se olvidara de "ella". Estaba celoso de mi mismo y ya era muy notoria mi molestia cuando la mencionaba. Sí, me gustaba mi amistad con Jonghyun pero sería mentir decir que me conformaba con eso. El pasar tiempo a su lado, el conocernos más, sólo había servido para enamorarme completamente del castaño.

Ya terminaba mi jornada laboral, era el último en salir y estaba agotado. Aunque mi cliente más insistente hace dos semanas no concurría, igualmente terminaba rendido. Pero en cuanto abrí la puerta para salir, me quedé paralizado.

Era Jonghyun. ¿Qué hacía aquí? ¿Cómo le explicaría que yo estaba allí? No sabía cómo actuar. ¿Qué estaba sucediendo? Él tampoco hacía nada, simplemente nos mirábamos sin entender.

Traté de actuar normal, podía mentirle. Le podía decir que trabajaba en la cocina. ¿Hace cuánto tiempo había estado esperando allí? Encima yo era el último en salir o sea que nunca había visto salir a su "chica". ¿Podría decirle que hoy no había venido a trabajar?¿Se lo creería o ya la habría visto adentro? Empezaba a marearme y que Jonghyun estuviera mudo no ayudaba.

-Hola Jonghyun! ¿Qué haces aquí?- dije tratando de sonar normal pero mi voz era temblorosa.

Pero el castaño no reaccionaba, seguía sin hablar y no paraba de mirarme de arriba a abajo. Tenía una expresión que no podía descifrar. Me miró directo a los ojos y no pude evitar sonrojarme. Me sentía desnudo, descubierto ante esos ojos que tanto me gustaban.

Quería que la tierra me tragara, hacerme invisible, desaparecer completamente. Durante estas últimas semanas en que habíamos empezado a ser amigos, había tratado varias veces de que me dejara de gustar, pero fracasaba invariablemente. No importaba cuantas veces lo negara. No quería que Jonghyun dejara de ser mi amigo. No quería que Jonghyun dejara de buscarme aunque fuera todo una mentira. Había extrañado su acoso en el café, aunque él no supiera a quien estaba persiguiendo. Lo necesitaba, quería que me mirara con sus ojos brillándole. Quería todas y cada una de sus sonrisas. Dolía demasiado, no quería que se alejara, no quería perderlo. Ya no lo aguantaría. Mis lágrimas escaparon amargas.

Corrí. Otra vez más estaba huyendo, otra vez necesitaba esconderme. Todo lo que había empezado a construir se derrumbaba. Mi alrededor se despedazaba y no había nada que pudiera hacer. Ya no podía volver el tiempo atrás a cuando sólo era una sombra en la vida de Jonghyun. Nunca iba a ser aceptado. Nunca iba a ser querido. Nunca iba a ser hermoso. Nunca iba a llamar la atención de Jonghyun. Ya no había luz en aquella ciudad.

 

POV Jonghyun

 

No lo entendía. Ya todos habían salido. ¿Qué hacía Kibum allí? Nunca me había dicho que trabajaba. ¿Por qué lo hacía teniendo mi misma edad? Pero sobre todas las cosas, ¿por qué cerraba la puerta cómo si nadie más tuviera que salir de allí? No podía dejar de mirarlo, habían demasiadas cosas que no sabía de aquel rubio. ¿Por qué estaba tan triste? ¿Qué estaba sucediendo?

Lo vi llorar y mirando en esos ojos me di cuenta de la verdad. ¿Realmente era posible? Ya no podía engañarme más. Esos rasgos eran los de ella. No eran familiares eran la misma persona. Aquel cuerpo hipnótico. Esa boquita tentadora, esa naricita y esos ojos felinos que me quitaban el aliento, le pertenecían a Kibum.

No podría haberme imaginado que el rubio era ella. ¿Cómo iba a pensar en algo así? Pero era la verdad. Sus reacciones me lo decían. Era la chica que había perseguido por tanto tiempo. Él lo supo todo el tiempo y no fue capaz de decírmelo. ¿Acaso me tomaba por un tonto y se burlaba de mí? Estaba enojado pero tampoco quería pensar así de Kibum. Debería habérmelo dicho. No había malas intenciones en el rubio. El llanto de aquel chico de rasgos fascinantes me lo confirmaba. ¿Cómo debía sentirme?

Aquella "maid" no había hecho más que rechazarme. Kibum me había aconsejado olvidarla. Sólo yo me había hecho falsas ilusiones. Tal vez, Kibum me lo hubiera confesado si no fuera por el miedo a ser expulsado del trabajo. O tal vez temía que en la escuela todos se burlaran. ¿Por qué no confiaba en mí?

Como no era nuevo en Kibum, se echó a correr sin darme tiempo a reaccionar.

Podía entenderlo, imaginar sus razones pero igual dolía. Me sentía engañado, burlado y traicionado.

Sin saber por qué, lo seguí. Ya era muy tarde y se había largado a llover.

 

POV Key

 

Mis lágrimas se mezclaban con las gotas de lluvia que ya estaban empapándome. Todo a mi alrededor se veía borroso. Escuché bocinas, miré al frente y una luz blanca me cegó.

Estaba paralizado, no me molestaba que este fuera el fin. Así todo el dolor terminaría rápido. Cerré mis ojos y me entregué.

¿Ya estaba muerto? Sentí unos brazos fuertes tomarme rápidamente. Era Jonghyun. Le sonreí, definitivamente estaba muerto.

¿Por qué no me sonreía también? Me puse triste nuevamente. Miré a mi alrededor y la lluvia aun cubría la ciudad. ¿Estaba vivo? Esos ojos de cachorrito me observaban. ¿Me había seguido hasta allí? ¿Era eso posible? ¿Jonghyun me había salvado?

-Ten más cuidado- dijo levantándose del frío suelo- Y descuida no diré nada en la escuela- Me odiaba, estaba seguro. Debería haber dejado que me mataran.  Vivir era peor. Vi a Jonghyun irse mientras sentía como mi corazón se partía. La lluvia no se detenía, me quedé sentado hasta que por fin me paré. Mientras recorría las calles no dejaba de llamar a Jonghyun silenciosamente.

 

Ya no quería la atención de los demás. Fui a la escuela sin ropas llamativas, sin maquillaje y sin una personalidad que no era la mía. No quería seguir con el personaje que me había armado en el colegio. Ya no era ni el chico invisible ni el popular. Sólo era yo y con eso estaba extrañamente bien.

Jonghyun no me volvió a hablar. Casi no lo veía, así sería más fácil seguir adelante. Aunque en realidad ya nada tenía importancia. El castaño siempre volvía a mis pensamientos. Mientras trabajaba, inconscientemente lo esperaba. Me sentía horrible al darme cuenta que nunca volverían a ser las cosas como eran antes. Lo había perdido.

 

POV Jonghyun

Me sentía un espía. Aun no estaba listo para volver a hablarle al rubio. Pero aun así, lo observaba cuidadosamente.  Me sentía cercano y lejano a la vez.

Aunque miles de pensamientos atormentaban mi mente. Aunque no me decidía. Aunque no sabía describir con exactitud lo que sentía. Me convertí en su sombra, siguiendo de cerca de cada uno de sus movimientos. No sabía por qué lo hacía pero no podía evitarlo. Kibum actuaba sobre mí como si fuera un poderoso imán. Magnético y hechizante. Me encontraba a mí mismo queriendo saber todo de él.

Ahora Kibum se mostraba distinto ante nuestros compañeros. Había dejado su imagen de “diva”, aunque para mí siempre lo sería. Pero sabía que por primera vez Kibum estaba intentando ser realmente él. Sonreí inconscientemente al recordar al Kibum que sólo a mí me había mostrado. Me entristecía perder esa amistad que parecía tan próspera. Pero simplemente la situación era demasiado complicada.

Descubrí que vivía muy sencillamente pero aun así siempre le regalaba una sonrisa a la mujer que parecía ser su madre. Se esforzaba al trabajar, veía como ponía todo de sí mismo para seguir adelante. Mi corazón se aceleraba  cada vez que  observaba su caminar. En mis intentos locos de no perderme ninguno de sus movimientos  terminaba aún más obsesionado. Porque así de loco estaba aunque no lo aceptara. Era un adicto. No tenía remedio. Estaba perdido en él.

Me ocultaba de él pero al mismo tiempo deseaba que se percatara de mi presencia.  No podía ser más bipolar. A veces, sólo quería que me descubriera y me mirara por una milésima de segundo siquiera. Que me dedicara un momento de su respiración, eso sería suficiente me decía. Nunca en mi vida había actuado así. Por más intensamente que mis ojos intentaran traspasar esa figura esbelta, no se daba vuelta para verme. Me frustraba, no me entendía y lo deseaba más.

Pero, también había días en que prefería tomar distancia. No podía enamorarme de un Kibum. ¿o sí? En realidad, no me importaba lo que pudieran pensar mis compañeros. No tenía idea cómo se lo podría tomar mi padre, pero  después de todo él nunca se  había interesado en mis gustos y preferencias.  Kibum era un chico, al igual que yo pero eso no era lo que me detenía. Aun me sentía engañado y dolido. Cuando me sentía así lo correcto me parecía alejarme y me refugiaba en mi música.

Pero qué demonios! Volver a él era inevitable. Dejaba de importar si me equivocaba y corría tras él. Siguiéndolo sin pensar, como en automático.

Era realmente estúpido seguir negándomelo. Si ese rubio me había hecho algún mal lo perdonaba completamente. Aunque en esos momentos era yo quien se sentía culpable. Era yo quién debía disculparse, a pesar de que me había costado reconocerlo. Terminé de rendirme. Estaba enamorado de Kibum. Admitirlo me llenaba de felicidad. Me sentía feliz. No había algo que no me gustara de él. Mientras más lo conocía más perfecto se me hacía. ¿Cómo había sido tan lento? Tan tonto! Había sido tan duro, tan torpe. Había arruinado la mejor amistad que había tenido en toda mi vida. Ni yo entendía mis razones a esta altura. Sólo sabía que Kibum volviera a estar junto a mí. Me estremecía al pensar en poder probar esos labios. No lo dejaría  escapar esta vez. Quería hacerlo mío. Estaba demasiado ansioso, quería solucionar todo rápidamente. ¿Pero sería correspondido? No estaba seguro pero quería creer que aún tenía una oportunidad con el rubio. Aunque después de todo lo sucedido lo más lógico es que no quisiera escucharme.  Pero no me rendiría esta vez. Pero, ¿cómo decírselo?

Me comía la cabeza planeando la mejor forma para decirle todo lo que me sucedía al rubio. Pensaba las distintas posibilidades. Parecía un completo lunático hablando solo, practicando monólogos en mi habitación.

Los días pasaron y llegó el cumpleaños de mi padre. Por más que siempre intentara complacerlo y él me diera todo lo que quería, no teníamos una relación muy cercana. Él estaba divorciado y era un mujeriego. En todos sus festejos se encargaba de demostrarlo. Le encantaba llamar la atención de todos, quería que lo reconocieran  como el mejor. ¿Y qué mejor ocasión que sus fiestas? En esas ocasiones, no le importaba derrochar y dejar a todos boquiabiertos con sus exuberancias.

Desde chico había visto como mi padre llenaba la mansión de bailarinas exóticas, prostitutas, adolescentes, contorsionistas, modelos y toda mujer que se le antojara. Era su vida, no iba a interferir. Pero detestaba tener que asistir a esos festejos. Era su cumpleaños, debía hacerlo. Aunque no quería enterarme que se le había ocurrido esa vez.

Me decidí a entrar sólo para hacer un poco de presencia. El salón principal no estaba oscuro comparado a  otras veces que  parecía  un boliche con show de luces y todo. Tal vez mi padre estaba más tranquilo. ¿Era eso posible? Por fin parecía una fiesta “normal”. Un gran y lujoso banquete, por un momento me alegré. Pero lo que vi me dejó descolocado.  Suspiré pesado, mi progenitor jamás cambiaría. Las jóvenes que atendían a los invitados iban vestidas de maid. Por lo menos compartíamos un fetiche. Pero me sorprendí al reconocer varias de ellas. No eran putas disfrazadas. Eran compañeras de Kibum!

 (N/A: naah! ¿Y Kibum? ¿A él no se lo puede contratar? ¿Cuánto cobra?:P)

Empecé a saludar a los amigos y compañeros de negocio de papá. Sólo quería que aquello acabara rápido y encerrarme en mi cuarto. No había visto al rubio y me alegraba que no hubiera aceptado trabajar en aquel ambiente.  Esas maids no tenían idea donde se habían metido a prestar sus servicios. Temía lo que esos hombres pudieran hacerle a aquellas inocentes chicas, luego de un par de copas.

Ya me dirigía a mi habitación cuando vi a varios hombres aglomerados en un rincón medio oscuro. Parecían rodear a alguien, abrí los ojos  al escuchar las barbaridades que escapaban de sus desagradables bocas. Eran repugnantes. Odiaba que mi padre permitiera estas cosas, yo no lo dejaría pasar.

Al acercarme vi quien era la víctima de sus acosos. Para mi sorpresa aquella maid atrapada entre aquellos asquerosos cuerpo, era Kibum. Sentí como la ira se apoderaba de mi cuerpo y como mis manos se cerraban formando puños. Los mataría, estaba seguro. Bruscamente, aparté a esos cerdos de encima. No me importaba una mierda lo que dijeran. Estaba furioso. No quería que nadie se acercara a mi rubio y mucho menos que lo tocaran.  Estaba hecho una fiera. Mi odio crecía al observar el estado en el que se encontraba Kibum. Temblaba de pies a cabeza y lágrimas mojaban su bello rostro. Al verlo, me olvidé de esos hombres, ya me encargaría de ellos luego. Sólo quería proteger a aquel chico del que cada día estaba más enamorado.

Tomé del brazo a Kibum y salí de allí. Si continuaba más tiempo en aquella fiesta, definitivamente destrozaría todo.  Ninguno decía nada, cambié mi mano de lugar. Tomé la pequeña mano de Kibum con la mía y lo conduje escaleras arriba. Aun sin intercambiar palabras, entramos a mi habitación y cerré con llave.

 

POV Key

Seguía con lágrimas en los ojos por culpa de esos hombres. Había sido un infierno. Pero ya no me importaba, en el mundo sólo existía la tibia mano de Jonghyun sujetando la mía. No sabía a dónde íbamos. No entendía porque él estaba allí ni el por qué me estaba rescatando nuevamente. Si  era un sueño no quería despertar.

Sentí sus brazos rodearme con fuerza, quería estar por siempre así. Era tan cálido, tan seguro, tan correcto. Esa calidez llegaba hasta mi corazón, acariciándolo, llevándolo al cielo. No me importaba entender. Necesitaba tanto a Jonghyun.

Con cuidado quitó mi peluca y acarició mi cabello lentamente, sin apartarme de sus brazos. No quería abrir mis ojos, estaba perdido en cada una de sus suaves caricias. Cada una de sus acciones me provocaba un mundo de sensaciones nuevas y deliciosas. El silencio de la habitación sólo era interrumpido por el latir de nuestros corazones y por débiles suspiros.

No sé cuánto tiempo nos quedamos sólo abrazándonos. Pero cuando Jonghyun se alejó de mí pensé que mi corazón iba a detenerse. No quería que me soltara.

-Kibum-dijo acariciando mi mejilla lenta e hipnóticamente- Quiero que me mires Kibummie-dijo tierno pero tenía miedo de abrirlos y despertar.

-No! No quiero! No quiero que te vayas!-dije realmente triste aunque también me oía como un nene caprichoso.

-No me iré a ninguna parte- dijo acercando su boca a mi oído y no pude evitar estremecerme al sentir su aliento cálido sobre mi piel. Abrí mis ojos y me encontré con los suyos. Su mirada era tan brillante, tan hermosa, cargada de cariño. Quería perderme por siempre en esos ojos marrones.

-Me gustas Kibum-dijo sosteniendo mis manos entre las suyas y sin dejar de mirarme intensamente a los ojos. Mi corazón quería escaparse de mi pecho, pensé que las rodillas me fallaban, me ardía cada centímetro de mi piel. Mariposas alborotaban mi estómago, todo parecía girar. ¿Se podía morir de felicidad? Porque sentía que moriría de un momento a otro. Miles de sensaciones me invadían. Corrientes de una nueva alegría recorrían mi cuerpo libremente. Si aquel era un sueño, quería vivir soñando.  Pero se sentía tan real. No podía quedarme ahí paralizado y sin dudarlo, me lancé a sus brazos. Quería abrazarlo tanto, no dejarlo ir, hacerle saber cuánto lo quería. Porque quería  a Jonghyun, era inevitable quererlo.

Los dos sonreíamos y no nos soltábamos. ¿Podía ser más perfecto? Empecé a llorar de la felicidad, sin dejar de sonreír como un tonto.

-También me gustas Jonghyun, mucho, muchísimo.- dije mirándolo bien a los ojos. Quería que entendiera bien mis palabras. Hace tanto que las guardaba en mí, sin dejarlas salir. Sentía mi rostro arder pero no me arrepentía de decírselo.

 

POV Jonghyun

¿Cuánto tiempo había deseado estar así con Kibum? No lo sabía.  Mucho, muchísimo tiempo.

Lo abracé, necesitaba sentir que Kibum estaba a salvo de todo mal. Poder envolver su delgado cuerpo en mis fuertes brazos.  Se sentía demasiado bien tenerlo así. Poder estrechar ese delgado cuerpo contra el mío, atrapándolo. No quería soltarlo. Quería disculparme, quería decirle tantas cosas. Quería que dejara de llorar y decirle que lo iba a proteger con toda mi vida. Pero las palabras parecían sobrar en aquellos momentos. Él era todo lo que quería.

Todo rastro de duda se evaporó, nunca había sentido tanta certeza. Estaba enamorado hasta la médula del rubio. Lo quería y me era tan necesario. Quería sentir esa felicidad por el resto de mi vida.

-Kibum-le dije tocando su mejilla sonrosada. Era tan hermoso. Su piel tan suave, tan tersa, tan encantadora al tacto. Pero aun así, Kibum seguía cerrando sus ojos con fuerza. –Quiero que me mires Kibummie- me sorprendí de lo empalagosa que sonaba mi voz. Pero es que todo del rubio me fascinaba y enternecía.

-No! No quiero! No quiero que te vayas!- sonreí con sus palabras. ¿Cómo se le podía ocurrir que me iba a ir? Me era imposible dejarlo. Me acerqué juguetonamente a su oído para susurrarle:

-No me iré a ninguna parte-Me enloquecía estar tan cerca del rubio, anhelaba hundirme completamente en su aroma embriagador. Kibum no era indiferente a mis acciones. Tembló al tener mi aliento cálido tocando su piel. Abrió sus ojos. Nuestras miradas se encontraron, supe que nos sentíamos igual.  Amaba que esos ojos felinos me observaran.

-Me gustas Kibum- Mis manos sostenían las suyas mientras seguía mirándolo expectante.

Mi felicidad no pudo ser mayor cuando sentí sus brazos rodearme. Ahora él era quien me abrazaba. Sentía genuinas ganas de sonreír.

-También me gustas Jonghyun, mucho, muchísimo.-su voz diciéndome aquellas palabras alteraron completamente mi corazón. No podía creerlo. Se me caería la boca de tanto sonreír.

El planeta entero parecía haberse detenido sólo para nosotros. Quería que Kibum supiera todo lo que sentía, todo lo que provocaba en mí. Acerqué mi rostro al suyo, nuevamente su aroma me embriagaba y no pude evitar suspirar sobre su piel. Se veía tan adorable así de sonrojado con sus ojos brillando sólo para mí. Sonreí al ver que cerraba sus ojos.  Observé aquel rostro que tanto admiraba. Me vista se posó en esos labios con los que tantas noches había soñado. Nuestras bocas estaban tan cerca. Lo besé. Me perdí en la sensación de esos suaves labios contra los míos. Besarlo era gloria. Lo abracé acercándolo aún más, no quería despegarme de él.  Sólo quería sentir su esbelto cuerpo ser rodeado por mis brazos. No lo dejaría escapar.

 Enloquecí al sentir como esos labios me correspondían el beso. Nos besábamos lento y pausado, confesando nuestro amor. Por fin descubría aquellos labios que sabían deliciosos.  Sentí como Kibum disfrutaba el beso, suspirando sobre mi boca. Lo sentía temblar de placer bajo mis brazos. Me encantaba provocar aquel estremecimiento en su piel, en su cuerpo, con un simple beso.

Quería profundizar el beso, recorría con mi lengua el contorno de esos  labios acorazonados. Tan esponjosos, eran como droga. Intentaba abrir pacientemente aquella boquita.  Sentí  las manos de Kibum desprenderse de mi cuello para empezar a aplicar tímidas caricias en mi espalda. Quería más.  Quería profanar esa boca. Kibum suspiró y no desaproveché la oportunidad. Introduje mi lengua,  para explorar aquella caliente y húmeda cavidad. Kibum abría lentamente su boquita desesperándome por más libertad. Todo él me deliraba. Nuestras lenguas se encontraron, se rozaban suavemente, reconociéndose una a la otra.  Su sabor era adictivo. Kibum pasaba su lengua tímidamente contra la mía, aquella lentitud me estaba volviendo loco. Él acariciaba mi cabello, acercando nuestras bocas aún más. No pude contenerme, todo lo que hacía el rubio me encendía. Quería comerlo a besos, devorarlo completamente. Atrapaba con furia aquella húmeda lengua, me enroscaba a ella, la rodeaba y acariciaba sus costados. Mis manos no dejaban de apretarlo contra mi cuerpo mientras lo besaba con desespero. Me perdí en el deseo.

Lo fui conduciendo hasta mi cama hasta hacerlo caer sobre ella. Kibum abrió los ojos sorprendido, sonreí al ver la expresión de su rostro.  Tenía a un Kibum totalmente sonrosado y agitado, vestido aun de maid, sentado en mi cama esperándome. Todo para mí.

Sin dudarlo, subí a la cama, haciendo que se recostase lentamente. No dejaba de mirarlo hambrientamente. Pero él miraba para un costado y parecía temblar levemente, estaba nervioso.

No quería hacerle daño haciendo algo con lo que él no se sintiera cómodo. Pero tampoco quería retroceder, no cuando mi miembro ya se hallaba bastante despierto.

-Jjong- dijo casi en un susurro y sin devolverme la mirada. Acaricié su mejilla y lo tomé de su mentón para poder centrarme en esos orbes felinos.-Tengo miedo, yo nunca he hecho esto antes-dijo apartando su mirada de la mía.

 

POV Key

 

Vi como Jonghyun acercaba lentamente su boca a la mía. Dejé que mis ojos se cerraran. Quería entregarme totalmente a aquel momento. Ya no sabía por cuanto tiempo había imaginado su boca junto a la mía. Sentí sus labios posarse suavemente sobre los míos, haciéndome estremecer. Su boca uniéndose a la mía, paseándose por mis labios con total libertad, me hacían perder la cordura. Cada lamida, cada mordisco, la forma en que delineaba con su lengua la forma de mi boca, cada acción me llevaba directo al cielo. Suspiré por el placer que me inundaba. Sentí como la lengua de Jong intentaba abrirse paso. Algo inseguro, fui abriendo mi boca para dejarla entrar.

Estaba perdido, mareado, sentía que todo estaba al revés pero quería más. Al principio, me costó seguir el ritmo de aquella lengua intrusa. Con movimientos expertos recorrían toda mi cavidad sin olvidarse de un sólo rincón. Trataba de copiar a Jonghyun mientras  acariciaba su cabello algo desesperado.  Era adicto a las sensaciones que aquella boca me provocaba. Me dejaba hacer sin cuidado alguno, quería ser suyo. Completamente suyo.

Pero el beso se vio interrumpido cuando choqué contra algo que parecía una cama. Saliendo del trance en el que me encontraba anteriormente abrí grandes mis ojos con sorpresa. Sabía que estaba sonrosado  pero en cuanto vi la forma en que me miraba aquel castaño, sentí toda la sangre subir hasta mis mejillas. Podría jurar que estaba más rojo que un tomate. Jonghyun sólo sonreí, sin dejar de escanearme lo que me ponía aún más nervioso.

Sabía que ambos queríamos continuar lo que habíamos comenzado. Pero temía que mi falta de experiencia o inocencia decepcionara a Jonghyun. No podía mirarlo. Sentía demasiada vergüenza. Pero me tomó del mentón obligándome a ver nuevamente en aquellos ojos  marrones. Su mirada estaba cargada de deseo, también lo deseaba pero para mí todo esto era nuevo.

-Jjong-dije tímido volviendo apartar mi rostro de la vista del castaño.-Tengo miedo, yo nunca he hecho esto antes-confesé aún más avergonzado. Pero no podía hacer otra cosa, debía ir con la verdad.

Vi como Jonghyun se apartaba de mí y automáticamente sentí un nudo en mi garganta. Pero no se fue de la cama, sólo se sentó en el borde de ella. Imitándolo, también me senté algo alejado de él.

Se giró para mirarme con esos ojos que tanto amaba, me alivió descubrir cariño en su mirada pero también había tristeza. No quería hacerlo sentir mal.

-No te preocupes Kibummie, entiendo si te sientes incómodo y no quieres seguir- dijo soltando un suspiro.-Lo siento, me precipité- dijo clavando su vista en el piso. Para luego volver a mirarme y llevar su mano a mi mejilla, acariciándola con delicadeza- Es sólo que eres tan hermoso que me tientas- me sentía mareado con sus palabras. Todo él me hipnotizaba. Con él me sentía demasiado débil.

Jonghyun estaba entendiéndolo todo mal. No era incomodidad, es más, jamás me había sentido tan cómodo como en los brazos de Jonghyun y con su boca besando la mía. Tampoco era que no deseara seguir. Bueno, tal vez me daba algo de miedo pero aun así, si era con Jonghyun, estaba dispuesto a todo. Sólo temía no gustarle, no era él quien me producía inseguridad sino yo.

-No es eso-traté de empezar.-También quiero seguir- Realmente no sabía de donde sacar el coraje para decir lo que debía decirle.-Es sólo que no quiero dejar de gustarte, ya sabes, como nunca estuve en esta situación antes podría arruinarlo- dije finalmente. Jonghyun me miraba con los ojos bien abiertos y formando una “o” con su boca. Tenía miedo de lo que iría a decirme.

Pero Jonghyun se limitó a lanzarse nuevamente sobre mí, quedando ambos acostados sobre la cama.

-Nunca pienses- dijo besando mi mejilla- Ni por un momento- besando mi frente esta vez.- que dejaras de gustarme- dijo finalmente  besando mi boca que tanto lo ansiaba.

No tardé en rodear su cuello con mis brazos y besarlo profundamente. Lo quería tanto y me hacía sentir tan querido.

Jonghyun se despegó un poquito de mi cuerpo, para mirarme, corriendo los mechones que cubriendo mi frente y sonreírme. Esa sonrisa que me había enamorado, esa sonrisa que me hacía sentir seguro, la quería ver siempre.

 

POV Jonghyun

 

No podía creer que Kibum temiera decepcionarme o algo parecido. No sé dónde sacaba esas ideas retorcidas. Me encargaría de borrar todos esos pensamientos llenándolo de amor. Demostrándole cuanto me gustaba. No había forma de que aquel rubio dejara de gustarme. Su inocencia no me molestaba en lo más mínimo, todo en él me fascinaba. Toda aquella “inexperiencia” no hacía más que encenderme. Además, para mí también sería la primera vez con un chico. Pero nada de eso me detendría, ahora que sabía que Kibum también me deseaba. Me separé levemente de él para admirarlo.

-Eres demasiado hermoso- dije totalmente embobado por la imagen que le regalaba a mis ojos.-Demasiado-dijo con la voz cargada de deseo.  Para luego, succionar su labio inferior, besar su mentón y comenzar a descender por su cuello. Lo deseaba tanto, lamía esa porción de piel tan apetecible. No me pude resistir a morderlo, quería marcarlo, Kibum era mío. Quería escucharlo gemir. Kibum se contraía debajo mío, su respiración se escuchaba cada vez más agitada, me enloquecía tener así al rubio.  Me sentí extasiado al sentir que sus suspiros se transformaban en algo más. Dejé de morder su cuello que ya tenía varias manchitas rojas. Acerqué mi boca a su oído:

-No intentes reprimirlos, hermoso-mordí su lóbulo derecho y lamí rápidamente debajo de su oreja.-Quiero oírte Kibum- dije sensualmente, volviendo a besar su cuello lentamente, sin dejar de mirarlo.

-aam…aaah…Jjong…-sonreí al escuchar lo que tanto quería oír de aquella boquita. Me separé nuevamente.- ¿Te gusta?-le pregunté inocentemente. Kibum abrió los ojos, su mirada se hallaba perdida, sonreí aún más al ver que realmente estaba lo estaba disfrutando.

-Siii… se siente bien Jjong- me dijo que una voz totalmente sensual.

-Bésame Kibum- Obedientemente se acercó para depositar un suave beso en mi boca. Era adicto a ella. Su sabor, su textura, la forma en que se abría y se cerraba sobre la mía. Quería que me besara aún más. Que hiciera conmigo lo que quisiera.

-Quiero sentir esa boquita recorriéndome- dije levantándome sosteniéndome con la fuerza de mis brazos. Para luego, sólo apoyar mis rodillas en la cama, atrapando con ellas la cadera de Kibum. Él me miraba curioso, veía como su pecho subía y bajaba, su boquita se encontraba entreabierta. Era tan excitante el tan sólo mirarlo. Le sonreía maliciosamente mientras desprendía uno a uno los botones de mi camisa. Para finalmente, dejarla caer, dejando al descubierto el torso bien trabajado del que estaba orgulloso. Kibum no dejaba de recorrer mi cuerpo semidesnudo con la vista. Lo invité a imitar la posición en la que me encontraba y sin más, lo besé con ansias. Sentí sus manos acariciar leventemente mis pectorales y bajar hasta mis marcados abdominales. Me encantaba sentir esas suaves manos tocarme. Entrelaza sus cabellos en mis manos, profundizando el beso, volviéndolo más salvaje.

Me acosté boca arriba, atrayendo a Kibum hacia mí.-Pruébame- ordené extasiado. Cerré mis ojos al sentir esa boca que era mi perdición besar mi cuello y bajar hasta mi pecho, mientras sus manos se posaban a mis costados. Sentía mi cuerpo arder, mis manos se aferraban a la sábanas de aquella desordenada cama.

Su lengua dibujaba extrañas figuras sobre mi piel. Mi cuerpo se tensaba ante el mínimo contacto. Me estremecí cuando su húmeda lengua lamió inesperadamente uno de mis pezones. Me estaba volviendo loco. Recorrió con su boca todo mi abdomen y al llegar al comienzo de mi pantalón, decidí invertir posiciones nuevamente. De otra manera no aguantaría mucho más.

Senté a Kibum en la cama, deslicé lentamente los breteles del vestido de maid que tanto me ponía. Besé sus hombros, bajé un poco más la tela para poder besar su clavícula, ahora era mi turno de desesperarlo. Me puse detrás del rubio para poder desatar el vestido. Veía cómo Kibum se erizaba al sentir mi aliento tibio sobre su nuca. Cómo reprimía sus gemidos cuando mi boca se pegaba a la piel de su espalda y mis manos se posaban en esa estrecha cintura. Quería cada centímetro de esa piel. Sin aviso, bajé completamente su vestidito. Teniendo una completa visión de aquella hermosa espalda y de su bóxer negro apretando su trasero redondo, respingón, totalmente apetecible. No pude evitar relamerme.

Lo acosté nuevamente para poder disfrutar de su delgado torso desnudo. Era tan hermoso. Su piel tan blanca estaba toda rosada. Su respiración era agitada y sus ojos felinos que no dejaban de observarme, brillaban de una forma tan especial.  Besé su cuello y luego me acerqué a uno de sus pezones para lamerlo. Chupaba, mordía aquel botoncito sin piedad alguna, mientras con una mano estimulaba el contrario. Sentía pequeñas contracciones involuntarias del cuerpo de Kibum, mientras mi húmeda lengua giraba alrededor de su pezón para luego tironear. Amaba sentir al rubio reaccionando a mi tacto. Él subía y bajaba sus manos por mi espalda. Buscábamos pegar aún más nuestros cuerpos. Era exquisita la sensación de tener su piel contra la mía. Kibum no pudo contener un gemido agudo y suave mientras exploraba aquella zona de su cuerpo con tanta avidez. Cada uno de sus sonidos eran lascivos a mis oídos y no hacían más que provocarme. Estaba hambriento de Kibum.

Sin dudarlo, mis manos bajaron lentamente por todo su torso hasta detenerse en el elástico de aquella prenda que me impedía tener al rubio totalmente desnudo. De un tirón saqué su bóxer negro, pudiendo apreciar a Kibum en todo su esplendor. Su cuerpo cubierto por una fina capa de sudor, brillaba. Su boca roja a más no poder. Vi que su miembro estaba despierto y pedía a gritos atención.

Coloqué una de las manos de Kibum sobre mi pantalón, como indicándole que se deshiciera de él y así lo hizo, pero al sacarlo también se llevó mi ropa interior con él. Las mejillas de Kibum parecían arder al descubrir mi palpitante miembro. Lo besé con pasión, cuerpo contra cuerpo, nuestras intimidades se rozaban. Quería más contacto, no me cansaba de aquella enloquecedora sensación. Parecía que me correría de un momento a otro pero aún era demasiado temprano. Deje de frotar mi caliente cuerpo contra el suyo, para llevar mi mano hasta su miembro y apretarlo con fuerza.

-Tó..tócame  maas…Jong… mueve tu mano… aah- debía estar desesperado para hablarme de esa forma pero yo no podía hacer más que cumplir cada uno de sus deseos.

-Cómo ordenes- dije totalmente excitado con el estado en el que estaba Kibum. Sin hacerme rogar más, reforcé mi agarre, subiendo y bajando mi mano por su miembro. Sin perderme ninguna de las expresiones del rubio, amaba ver como se retorcía ante mi tacto. Arriba, abajo, deteniéndome de  a ratos para apretar más fuerte en la punta de su pene.

-mmm se siente delicioso- decía un Kibum bastante perdido. Yo estaba hipnotizado con las eróticas imágenes que me daba el rubio. Si hubiera una cámara a mano, no hubiera dudado ni un segundo en fotografiarlo. Tan sexy, me decía. Quería darle más placer aún, saqué mi mano de su miembro, causando que Kibum abriera los ojos por la interrupción. Pero no tardó en volver a gemir mi nombre cuando me introduje todo su miembro en mi boca.

Sentí como sus manos tironeaban mis cabellos mientras lo saboreaba lentamente. Aumenté el ritmo con el que me engullía su delicioso miembro. Estaba totalmente concentrado en devorarlo.  Enroscaba mi lengua en él, chupaba y lamía toda su extensión. Subía y bajaba, simulando furiosas embestidas. Cada vez más profundamente haciéndolo gritar de placer. Quería oírlo una y otra vez. Sus gemidos se me hacían adictos y me hacían reaccionar en cuestión de segundos.

Kibum se corrió en mi boca, tragué  todo su semen, sin desperdiciar una gota. Me relamí los labios al final. Realmente quería probar todo de él. Se me hacía delicioso. Deseaba devorarlo todo.

Me sorprendió colocándose encima de mi cuerpo, dejándome abajo, aprisionándome con sus esbeltas piernas. Mis manos por instinto tomaron sus caderas, tan finas y hermosas. Una delicia. Con su boca demasiado cerca a la mía, soltó un suspiro, logrando que su aire cálido y húmedo, rozara mis labios. Abrí mi boca para que nuestras se unieran, dando inicio a un beso mucha más pasional. Besarlo era mi droga.

Me encontraba viciado, tocando cada parte de aquel cuerpo desnudo, queriendo saborearlo por completo. Las manos de Kibum dejaron de acariciarme, sentí su cálido cuerpo alejarse del mío al acercar esa boquita de la perdición a mi miembro suplicante. Su aliento caliento sobre él produjo corrientes eléctricas que se extendieron por todo mi cuerpo. Kibum sin dejar de mirarme con esos ojos felinos metió lentamente mi necesitado miembro en su húmeda boquita. Cerré los ojos y gruñí. Era demasiado. Pero no quería perderme la imagen de ese rubio lamiendo ávidamente esa parte de mi cuerpo. Tan enloquecedor, ese ritmo pausado viraba sin aviso a uno descontroladamente acelerado. Moriría rápido así. Ahora era yo quien gemía sin control. Dejaba escapar sonidos guturales, suspiros pesados y gruñidos. Hasta que no pude más, me iba a correr. Quise sacar mi miembro de la cavidad que lo atrapaba llevándolo al cielo. Pero el rubio no me hizo caso alguno. Derramé toda mi leche y él se la bebió toda.

Acerqué su rostro al mío para besarlo suavemente. Era un beso que inundaba ternura. Lo quería tanto, mucho más de lo que podía imaginar. Sonreía estúpidamente y nuevamente, quise envolver a aquel chico en mis brazos. Kibum sólo se quedó quieto, mientras su cuerpo era estrujado por mis brazos.

Se deshizo de mi abrazo dándome un beso en la mejilla y levantándose de la cama.

¿En serio Kibum creía que eso era todo lo que haríamos? No tenía idea.

También me paré y lo tomé por detrás, pegando mi cuerpo al suyo. En esa posición, mi miembro rozaba sus glúteos, calentándome nuevamente.

Lo giré, ver cada porción de su piel al descubierto me encendía. Él me miraba sin entender que me proponía.

-Aun no terminamos esto Bummie-  dije apoyando mis manos en su cintura. Aun quería darle el calor de mis besos a cada milímetro de su piel. Lo acorralé contra una de las paredes. Mi lengua profanaba su cavidad mientras mis manos bajaban peligrosamente por su espalda. Dejé que mis curiosas manos resbalaran hasta ese trasero que tanto me tentaba. La temperatura entre nuestros cuerpos iba en aumento. Como un lobo hambriento, devoré con gula sus labios.

-Me encantas, me fascinas, me vuelves loco- dije demasiado agitado.

-También.. me enloqueces Jjong- respondió entrecortado mi rubio para luego seguir besándome. Seguía acariciando su cintura para luego volver a apretar con ganas ese apetitoso trasero.

Lo alcé sin frenar el beso, por instinto Kibum enroscó sus piernas alrededor de mis caderas.

Sosteniéndolo con firmeza, lo llevé nuevamente hacia la cama. Comencé a avanzar sobre su cuerpo. La fricción entre nuestros miembros se hizo nuevamente presente. Coloqué mis manos en sus caderas, levantándolo, pegándolo a mi cuerpo mientras él rodeaba mi cuello con sus brazos.

El ambiente comenzaba a parecerme sofocante, demasiado caliente, no dejaba de excitarme. Mis manos inquietas ascendían hasta llegar a sus pezones y presionarlos levemente. Kibum jadeaba estremeciéndose. Sus pezones ya se hallaban endurecidos. Los mordí, tironeaba y succionaba con ganas. Simplemente delicioso. Mi boca descendió por su abdomen plano. Lo besaría hasta el cansancio. 

Bajé aún más, posando mi boca en el interior de los muslos de Kibum. Quería enloquecerlo. Succionaba y apretaba con fuerza esas piernas bien formadas. Mordía, dejando más y más marcas.

-aaah ya Jjong, hazlo- imploraba molesto Kibum por la cercanía de mi boca a su miembro que comenzaba a despertar.

-mmm, ¿Qué quieres que hagas Bummie?-pregunté inocente sin dejar de pasear mi boca realmente lento por el interior de unos sus muslos, peligrosamente de su entrepierna.

Pero Kibum no me respondía, acerqué mi rostro a cuello, rozándolo con la punta de mi nariz. Besé todo su rostro excepto su boca.

-Quiero que me beses Jjong-dijo algo indignado Kibum. Me encantaba tenerlo así al rubio. Sonreí estúpidamente.

-Te estoy besando- dije volviendo a apenas rozar con mi boca su cuello. Tomó mi rostro con sus dos manos y mirándome como un adorable gatito, dijo.

-Bésame en la boca- Asentí con la cabeza y sonriendo, deposité un besito en su boca.

-Listo-dije fingiendo haber cumplido.

-Eres un idiota- dijo para besarme como él quería.  Me enamoraba. Lo besé sediento, no tenía suficiente.

-Quiero que seas mío- dije mirándolo con un amor que se desbordaba.

-Quiero ser tuyo, sólo tuyo Jjong!- dije con una efusividad que me lleno de felicidad. Rebalsaría de la emoción y la alegría.

Estaba tan caliente y el sólo imaginar hacer completamente mío a Kibum me llevaba al límite. Perdí el control, dando inicio a un beso totalmente loco y salvaje. Mi mano aprisionó su miembro volviendo a escuchar sus enloquecedores gemidos. Acerqué  tres dedos de mi otra mano a su boca. Kibum me miró dudoso.

-Lámelos-dije con una voz cargada de deseo.

-Está bien-dijo Kibum mientas abría su boquita, dejando entrar mis dedos. Mientras los lamía y los empapaba de su saliva. Mi mano subí y bajaba por su extensión desesperantemente lento.

Una vez que sentí suficientemente humedecidos mis dedos, los retiré de su boca. Además no quería correrme por ver como el rubio movía su boca alrededor de mis tres dedos. Era hipnótico observarlo y mi miembro se estaba dejando llevar por su visión.

Llevé mis dedos a su entrada, Kibum me miraba atento. Introduje un primer dedo, no pareció dolerle. Luego, el segundo. Empecé a moverlos como imitando una tijera, intentando dilatar lo posible su entrada. No quería que le doliera. Intentaba distraerlo dándole placer con mi otra mano, masturbándolo ahora más rápido. Pero no fue suficiente, al tercer dedo el dolor se hizo frente en su bello rostro.

-duele aaa duele- decía preocupado. Trataba de ablandar la zona lo más que podía, pero Kibum era demasiado estrecho. Sentía como mis dedos eran tragados por su entrada y los envidiaba. Ya quería estar dentro. Simulaba embestidas con aquellos tres dedos, tratando de profundizar el alcance.

-ahí! Jjong tócame de nuevo ahí!- Parecía que había tocado un punto que hacía que Kibum se olvidara del dolor. Presioné nuevamente y lo escuché gemir. Ya no aguantaría mucho más.

-Jjong hazlo, hazme tuyo- Sólo atiné a besarlo, a rozar delicadamente mis labios contra los suyos, como si tuviéramos todo el tiempo del mundo.

Las piernas de Kibum atraparon mis caderas, acerqué lentamente mi palpitante miembro a su ya dilatada entrada. Mi corazón estaba por escaparse de mi pecho, volví a besar fugazmente al rubio, quien me sonreía tiernamente, alentándome a seguir. Lo quería tanto.

Aquella noche, no podría olvidarla jamás.

Acerqué la punta de mi necesitado miembro para ir introduciéndome lentamente en Kibum. Sentía que moriría de felicidad estando completamente dentro del chico que tanto quería. Sentí como sus paredes ahogaban mi miembro que aún estaba quieto en su interior.

-aaah…Kibum…eres demasiado estrecho mmm- dijo con mi voz ronca. No soportaría más tiempo sin moverme.

-Jjong… amm…yaaa…¡muévete! ¡¿Qué esperas?!-dijo el rubio sorprendiéndome. No me iba a demorarme más. Cuidadosamente empecé a moverme. Lo hacía lento esperando que el cuerpo de Kibum se acostumbrara pero estaba enloqueciendo con aquel ritmo pausado.

Sentí como el cuerpo de Kibum comenzaba a acompañarme con movimientos ondulantes, insinuantes y sensuales, realmente felinos. Amaba la forma en que sus caderas subían y bajaban.

Quería impregnarme en él. Ya no podía más, aumenté la el ritmo, penetrándolo cada vez más profundo. Estaba sediento, hambriento, necesitado. Besaba su boca desesperado. Su sabor, su calor, su voz. Todo lo quería. Mis embestidas se tornaron aún más alocadas. Tocando aquel punto en Kibum que lo hacía gritar de placer. Kibum se sostenía de mis hombros, bajaba sus manos a mi espalda arañándola. Pero no me dolía. Estábamos totalmente inmersos en el mar de sensaciones que nos producía el fundir nuestros cuerpos en uno.

-Más… Jjong… dame más.. más ahí-decía sin vergüenza alguna. No dejaba de embestirlo con rudeza, con total desesperación y desenfreno.

-aah Bummie…Kibummie mmm-tampoco podía contenerme, sentí  que tocaba el cielo cada vez que volvía a estar dentro del rubio.

-no …no pares-gritaba para luego volverme a besarme. No me detendría,  aquello era la felicidad.

Sobre sus labios susurré como pude:

-Estos labios, estos labios son sólo míos- Todo Kibum era ahora mío y yo era suyo. Quería que siempre fuera así.

 

Nos ahogábamos en besos, en palabras de amor, nos hundíamos en el calor de nuestros cuerpos uniéndose.

El orgasmo estaba cerca aunque había estado a punto de correrme varias veces.  Kibum me tenía delirando, sentía que estaba viviendo un sueño. Ya no tenía que imaginar su boca junto la mía, ahora me pertenecía.  

Aceleré aún más mis embestidas contra su delgado cuerpo, me movía sin control alguno. Estaba llegando al clímax.

-Jjong …aah… no aguanto…-me dijo.

Presioné con más fuerza el miembro de Kibum, sentí como su cuerpo temblaba debajo del mío por el orgasmo recién alcanzado. Sentí su leche caliente empapar mi mano y su cuerpo caer sobre la mullida cama.

El cuerpo contrayéndose del rubio, sus paredes apretando sin compasión mi miembro lograron que me corriera en su interior. Llenándolo con mí esencia. Caí sobre su cuerpo desnudo.

 Pasaba lentamente mi nariz por su cuello. Amaba el aroma de Kibum, quería embriagarme en él.

-Todo tú me pertenece Kibum… todo-dije mirándolo lleno de amor. Kibum se encontraba adormilado, pero aun así entreabrió esos ojos que me hechizaban. Y acariciando dulcemente mi mejilla, me dijo.

-Sí  Jjong, soy todo tuyo. Y tú eres mío…-dijo para finalmente cerrar sus hermosos ojos. Recosté mi cabeza en su pecho. Definitivamente era mi adicción. Mi felicidad. Me sentía completamente feliz. Nada podía detener lo que sentía y todo era por Kibum. No hay dudas si se trata de ti, Bummie.

Aunque Kibummie ya se encontraba dormido, respirando acompasadamente, no pude evitar decir:

-Quiero estar siempre contigo, quédate conmigo por siempre, nunca me dejes Kibum-dije para luego dejar un suave beso en su frente y taparnos a ambos para dormir.

 

FIN

 

 

Notas finales:

Al fin!!!!!!!!!!!!! Espero que les haya gustado:D


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