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Eternally por Diset

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Notas del capitulo:

Bueno, este es el primer fic que escribo y publico acá. 
Espero les guste y eso. 

Lamento tocar el tema de la partida de Kris, pero quiero que sea lo más apegado a la realidad, ¿vale?. 

Lo hice con mucho cariño. 

Por cierto, me inspiré de la canción con el mismo nombre de Utada Hikaru. 

Espero sigan el hilo. 
por cierto, aún desconozco el número de capítulos, así que también es una sorpresa para mi xD 

Enjoy It <3 

Miraba una y otra vez esa imagen que ya estaba posteada en diversas páginas de origen Chino. Escena de los protagonistas de tal cinta, y la directora. Dos varones en smoking, situados a los extremos. Dos mujeres con vestido para fiesta, en medio de los chicos. Los vestidos eran simples, sin figura acentuada que pudiera lucirlos. La directora al parecer es la que está en medio del resto, con el cabello que llegaba debajo de los oídos, y un vestido en color beige. Cuentas a diestra y siniestra, además de unos botines. Insisto, nada descomunal.


Pero el atuendo no era la razón por la que ya llevaba más de veinte minutos mirando tal publicación, aunque a veces sí lo hacía, para nada en esta ocasión. El raciocinio fue él. Uno de los elegantes mozos que aparecían en dicha imagen. El de mirada que desnuda. Ese que antes era rubio y ahora lo hace lucir moreno aquel tono chocolate en sus hebras. El de cejas pobladas y labios exquisitamente carnosos.


–Wu Yi Fan–  musitó el espectador chico que estaba sentado en uno de los sillones del piso que compartía con el resto de EXO. Usaba aún su pijama, pues en cuanto llegó a su móvil aquel aviso sobre la nueva notificación, quería mirar si en la televisión estaba documentado. Salió de inmediato de la habitación para revisar, sin éxito alguno.  Apagó el televisor, y se dedicó a buscar más sobre el próximo estreno, no encontrando mucho, sólo quedando la imagen ahí.


– ¿Cómo puedes estar más guapo? –  decía entre murmullos, hablando para sí, y para él. Sonrió hacia la pantalla, como si él pudiera mirarlo. Casi al instante, se escucharon unos pasos que se aproximaban hacia él, sin prestar demasiada atención.


-Buenos Días- saludó el líder que se encaminaba a la cocineta. El ojeroso sólo le miró pasar, poniéndose de pie, ya en camino para regresar a la habitación.


-¿No vas a desayunar?- cuestionó mientras le veía casi irse al “chico panda”. Revisaba el contenido del refrigerador en busca de algo comestible, o algo aún ahí.


-Si, en un momento vengo.- dijo con simpleza mientras continuaba su paso hacia la habitación. Con cuidado tomó el pomo de la puerta para abrir despacio. Intentó no hacer algún ruido que pudiera ocasionar que sus compañeros despertaran. Cerró detrás de sí con el mismo cuidado. Se recostó en su cama individual, mientras descansaba ambos brazos a los lados, luego de poner el mismo móvil en el pecho propio. Su mirada estaba fija en el despejado techo, torturándose con los recuerdos que invadían su cabeza. Memorias que prometió guardar en su corazón el día que él partió, y otro llegó.


Se relajó un poco en ese instante, pues pocas eran las ocasiones en que podía pensar cosas personales, sin embargo un peso encima de él hizo que abriera los ojos lentamente, curveando sus labios finos al escucharlo.


-¿Qué le pasa a mi sexy hyung?- imitó la voz de un inocente crío, que no tenía para nada el intérprete. Tao se sonrosó y soltó risillas nerviosas.


-Necesito mis órganos, Sehun. Muévete- vociferó con la intención de que se apartara de encima, en cambio el contrario le ignoraba absolutamente.


-Eres tan malo conmigo. Panda, ¿así es como tratas a tu novio?- no pudo evitar sentir una punzada en el pecho.


Tenían ya un mes saliendo, no oficialmente, pero por lo menos conociéndose. Estaba hasta la madre de llorar cada noche por el cabrón de Kris, y por eso aceptó salir con el menor. Ya no quería hacerlo, de por si tenía la facha de idiota sensible, y ahora mucho peor se acentuaba el estereotipo que la mayoría tenía de él. Y además, ¡qué mierda! Llorar por un idiota que se fue sin despedirse. Pero no, no le recriminaba nada, o eso pensaba, porque realmente ¿qué fue lo suyo? Nunca terminó por entenderlo, porque sí, había besos, abrazos, caricias, sonrisas, pero en el escenario. Eran gestos para vender, sin embargo el ojeroso nunca lo miró de esa manera. Él sabía que también el rubio, ahora moreno, sintió algo, pero siguió sin estar totalmente seguro. Qué asco.


Sehun era totalmente distinto. Por supuesto que sí. Era más de plan romántico, como a Tao le gustaba. Tenía siempre un tema del cual hablar, cualquier cosa en verdad. Su sonrisa le parecía enternecedora, además de sensual la forma en que pasaba alguna de sus manos por la cabellera rubia. Y la puta madre. Tenía que ser rubio. ¿Cómo cojones esperaba olvidar al gigante ególatra de Kris si se conseguía una cita con el mismo color de cabellos?  . En fin, complacía la mayoría de los caprichos que Tao tenía, siendo jodidamente detallista de una manera insana y dulce.


Sí lo quería, en serio, pero no veía algo más allá de las citas en su habitación, o en el mismo piso al cenar, con ayuda de su líder para que todos se largaran a sus cuartos y solos quedaran en el comedor. Bueno, no era una cita que cualquier chica quisiera tener, pero era algo por lo menos. Salir de verdad a una cita ponía en peligro la imagen de ídol que tenían, o algo así dijo el mánager una vez a todo el grupo cuando se rumoraba la relación de dos integrantes de Super Junior, el famoso EunHae.


-¿Qué tienes? ¿Discutiste con algún miembro? – ahora el otro chico sonaba preocupado. Tao abrió, temeroso, sus pequeños y orientales ojos, encontrándose con el entrecejo levemente arriba, y unos ojos profundamente clavados en los ajenos recién espabilados.


-Nada. Sólo me levanté al sanitario y ahora quiero dormir. Es todo.- le acarició las hebras echas un desastre, peinándolas con suavidad, sin apartar la vista de su frente. La besó con dulzura. Sehun posó ambos brazos alrededor del torso ajeno con mucha delicadeza.


- ¿Qué quieres hacer hoy? ¿Mhh? –siguió penando los cabellos ajenos, mientras el contrario no dejaba de apartar los ojos de Tao. Le parecían absolutamente preciosos, y aún más cuando recién despertaban. Era como mirar de verdad a un panda recién espabilado. Estaba fascinado.


- Veamos una película. A las ocho. ¿Está bien? –


-A las ocho te veo en el cuarto de al lado- se mofó el ojeroso mientras dejaba otro beso en su frente, sin dejar de reír.


-Tao… -


-¿Mhh? -


-Bésame. – El panda palideció.


 

Notas finales:

Espero les haya gustado. De verdad lo espero. 

Ah! Y por si a alguien le interesa, aquí el link de la canción: 

https://www.youtube.com/watch?v=GKHopqt2_OM 


Gracias infinitas por pasar a leerlo. 
Espero que sigan el siguiente capítulo. 
No olviden los reviews, son importantes, se los prometo. 

Ya. 

xoxo<3


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