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Seducción al estilo venenoso. por SHADOW10

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Notas del capitulo:

Este anime y sus personajes no me perteneces crecitos a su respectivo autor.

Seducción al estilo venenoso.

-Se relamió con gusto los labios.-

La sopa casera y hecha especialmente llena de nutrientes tenía un sabor delicioso, que esta fuera cocinada exclusivamente para él era un bono extra.

-Espero que te ayude a mejorar Coco-san.-Hablo tímidamente el humilde chef de cinco estrellas pertenecientes a las torre gourmet.-

Y que el dueño de tan magnifica comida le atendiera era aún mejor.

-Por supuesto Komatsu-san.-Respondió serenamente el adivino.-

El pequeño chef sonrió antes de acercarse con delicadeza, como si temiera lastimarlo intentaba hacer todo de la manera más simple y cómoda posible para el rey celestial.

Adorable, no existía otra forma de describir al más bajito, desde que supo que había enfermado no había dudado en trasladarse al departamento que utilizaría temporalmente mientras se recuperaba.

El absorber todo tipo de venenos conllevaba sus riesgos y consecuencias, el que quisiera mejorar la efectividad de cada uno le había valido una especie de resfrió y una fatiga temporal.

Particularmente no era de los que pedía ayuda y mucho menos cuidados cuando se excedía en su entrenamiento, pero por una vez se dejaría ser caprichoso  no dudando dos veces en aceptar la ayuda del cocinero aprovechando que ninguno de sus hermanos estaba para fastidiarle su plan de seducción.

Hasta ahora se contuvo de pedir al pequeño chef formar un combo con él, no solo porque sería inútil, sino también porque no solo lo quería como su compañero de aventuras.

Quería más, mucho más.

Tenía en claro que tanto Sunny y Zebra iban en serio con el ingenuo cocinero y que solo Toriko veía como un amigo al susodicho, también que mientras estuviera el en medio defendería celosamente a su compañero de combo, el instinto protector del peli azul siempre había supuesto una ventaja a cualquiera que se ganara la confianza del amable cazador.

Pero ahora no le suponía más que un molesto obstáculo,  lo lamentaba por sus queridos hermanos adoptivos pero no dejaría nada a la suerte obtendría al chef para sí y no dejaría en duda a quien pertenecía nada más acabara de marcarlo de su propiedad.

-Tsk relájate, debes pensar en frio primero.-Se amonesto mentalmente el adivino.-

Lo primero sería seducirlo con lentitud, luego lo acecharía y finalmente lo atacaría sin rodeos, solo en momentos como ese agradecía el ser tan agraciado físicamente, siendo lo inocente e ingenuo que era el frágil cocinero en materia del amor aprovecharía su falta de conocimientos y lo enamoraría con tranquilidad pero sin pausas.

Según sabia hasta ahora saldría de viaje con Sunny dentro de una semana por una fruta que aseguraba era hermosa y luego iría con Zebra a buscar un pájaro-Dragón marino que requería de un chef para disfrutarlo por completo.

Conociendo al de pelo largo este se tomaría su tiempo para cortejar apropiadamente al chef mientras que el nada civilizado Zebra atacaría sin más y que fuera lo que el gran Acacia quisiera.

Por obvias razones no permitiría ninguna de las dos, gracias a su talento de observación podía decir que quien atacara primero tendría el corazón del franco cocinero.

En simples palabras el potencial de enamorarse de uno de los de cuatro reyes ya estaba instaurado en el pequeño chef aunque este ni siquiera lo imaginara, ahora solo era cuestión de dar el primer movimiento y llevarse todo.

Las pequeñas y suaves manos del pequeño chef se posaran con delicadeza en su frente y pecho, cada una con la intención de medir su temperatura y respiración.

-Es cálido.-Medito fascinado el mayor.-

Una sonrisa de alivio por parte del más joven fue suficiente para nublar su juicio, la sensación de cariño y preocupación que transmitía por él le llenaba de una manera desconocida, el aroma a especias que se desprendía del otro junto a los cristalinos sentimientos que solo necesitaban madurar para llamarse propiamente como amor le instaba a seguir su instinto.

No lo pensó más antes de tomar con sutileza los brazos ajenos y utilizando la menor brusquedad posible pronto se vio encima de un sorprendido peli negro.

El primer beso fue solo un roce de labios que pronto paso a ser más apasionado hasta lograr adentrarse en la inexplorada boca del otro entrelazando sus lenguas primero con torpeza y finalmente con hambre.

Sin darse cuenta su cuerpo comenzaba a liberar feromonas muy parecidas a un veneno estimulante, un afrodisiaco que dejaría indefenso a sus deseos al más joven

El sabor del otro comenzaba a enloquecerlos y con los pulmones a punto de reventar se separaron con un erótico jadeo por parte de ambos.

-Coco-san…-Gimoteo excitado el más pequeño.

Era la primera vez que se sentía así, su cuerpo parecía arder con cada toque del otro y solo podía pensar en ser embestido salvajemente por el siempre sereno adivino conocido como el caballero de los reyes celestiales.

El cazador gourmet suspiro agitado mientras apreciaba desde su privilegiada posición las mejillas tiernamente arreboladas, los labios ligeramente enrojecidos e hinchados, los ojos vidriosos y brillantes de excitación, su instinto de apetito demandaba saciarse lo más pronto posible y él no se resistiría a semejante delicia.

Mordió con hambre el cuello de su indefenso compañero que lloriqueo entre el placer y el dolor, lamiendo con gusto las minúsculas gotas rojas que degusto cual depredador, sus ojos siempre serenos se tiñeron de un deseo desconocido, sus manos arrancaron sin piedad la ropa del contrario y se dedicaron a explorar sin penas el cuerpo ajeno estudiándolo, revisando que nadie hubiera osado tocar su propiedad, eliminando el olor y cualquier rastro de otra persona.

Las inusualmente torpes manos del chef buscaron acariciar el pecho del contrario, con timidez y de modo lento se aventuró por debajo de esas estrechas ropas hasta tocar la inexplorada piel del adivino.

Este siempre se había considerado como alguien mortífero o en sus palabras como un “humano venenoso”, siempre solitario y aislado.

Por eso suspiró de gusto cuando su contacto estremeció al más grande, apresado debajo de ese fuerte cuerpo se sentía aún más frágil de lo que normalmente se llegaba a sentir y a la vez tan protegido que le hacía desear apretarse contra el otro y no alejarse jamás.

Perezosamente las caricias iban creciendo hasta volverse extensas y casi agotadoras, la falta de aire entre beso y beso no disminuía la camuflada pasión que se ocultaba entre mimos.

La primera embestida logro paralizarlos por unos minutos mientras el dolor y las lágrimas del más pequeño desaparecían, en algún momento las sabanas junto a la ropa restante habían ido a parar a un costado de la cama matrimonial mientras la tarea de preparar el virgen pasaje era tomado con seriedad, no importaba cuan dominado sus instintos lo tuvieran incluso este reconocía el cariño y delicadeza con el que debía tratarse al chef, un compañero leal no era algo que pudiera encontrarse como si nada y mucho menos uno que lo aceptara y le gustase de igual manera.

Todo él estaba decidido a hacer disfrutar al menor, los gemidos mezclados con suspiros y sollozos de placer le alentaban a seguir aumentando el ritmo hasta que solo el chirrido de la cama azotando contra la pared fue suficiente para dar cuenta de la actividad frenética de la pareja.

Gritos y jadeos roncos dominaron la habitación mientras el calor subía y caldeaba el ambiente dando un aspecto más erótico a todo el panorama, las arremetidas contra el cada vez más estrecho pasaje le hacían gozar de forma única, su cuerpo se sentía listo para estallar y cada movimiento parecía acercarlos otro escalón a la cúspide.

-¡Ahh! Coco…saan ¡Ahh!..-Gimoteo entrecortado el chef mientras se aferraba al cuello del más alto.-

-Ya … ¡ahh! casi…¡ngh!-Jadeo hundiéndose más profundo en el menor.-

Un ronco gruñido del rey celestial fue todo el estímulo que necesito para venirse de igual forma que su compañero sintiendo como varias descargas eléctricas recorrieron ambos cuerpos erizándoles por completo la piel ante el éxtasis experimentado.

-Komatsu…-Llamo agotado el mayor mientras intentaba recuperar el aliento, encontrándose con la imagen de un dormido cocinero.-

Sonrió con un deje de dulzura que incluso lo sorprendió así mismo.

Aunque le gustase la idea de dormir encima del menor muy probablemente acabaría aplastándolo con sus nada despreciables cien kilos, no debía de olvidar la fragilidad del más joven.

Con sumo cuidado se retiró de su compañero hasta situarse a un costado y recuperando una sábana del suelo que uso para cubrir a ambos se dedicó a observar a su pequeño amante descansar plácidamente.

-Van a matarme.-Medito con una sonrisa mientras acariciaba algunas hebras negras de su acompañante.-

Ya podía visualizar la escena que le armarían el resto de reyes.

-Aun así valió la pena.-Se dijo así mismo con satisfacción mientras se acomodaba para descansar.-

Xxxxxx XXXX xxxxxxX

Varias semanas habían pesado desde ese hecho y con la noticia de su reciente relación con el cocinero de cinco estrellas el que demostró su descontento sin problemas fue el siempre feroz Zebra que por poco y no lo asesina junto a media ciudad.

El segundo había sido el siempre elegante Sunny, aunque igualmente enfadado dejo en claro que no interferiría entre ellos por el santo motivo de que algo así no sería “hermoso”.

El ultimo y por cierto más peligroso había sido el casi siempre amable fortachón peli azul, y decía “CASI” porque a excepción de Zebra el primero sí que tuvo intenciones de matarlo siempre alentado por el segundo por supuesto…

Al final solo el valiente Komatsu había logrado frenar al corpulento hombre aludiendo que aunque fuera pareja del adivino seguían siendo un equipo o mejor dicho un combo siempre dispuesto a surcar el mundo por nuevas aventuras.

Al que no le gusto esto último fue al conocido caballero rey celestial, las burlas y piques de sus hermanos combinados tampoco ayudaron a bajar su mal humor.

-Suspira largamente.-

-¿Te encuentras bien?- Pregunto el aun tímido chef.-

-Sin problemas.-Respondió el mayor mientras alzaba en brazos a SU oficialmente y presentado novio.- ¿Pero en serio tienes que irte durante un mes con Toriko?-Cuestiono esperanzado.-

-Lo siento, pero si.-Declaro conciliadoramente el pequeño pelinegro mientras se acurrucaba en el pecho de su pareja.-Estoy seguro que no serán más de dos semanas, por mucho que moleste a Toriko-san cuando hablemos como siempre entenderá la situación y nos dejara estar con tranquilidad.-Intento consolar.-

-Sigo sin estar del todo feliz, pero entiendo lo mucho que te protege, después de todo el ser un combo también implica ser familia.-Concluyo con resignación.-

-Lo sé y te amo por comprenderlo.-Susurro bajito el peli negro.-

El mayor sonrió antes de besar a su pareja.

-Aun así no te iras solo así.-Menciono juguetonamente el adivino mientras volvía a besar a su pareja ahora de camino a la habitación, más específicamente a la cama que se encontraba en esta.-

Agradecía enormemente a su compañero el haber descubierto un nuevo tipo de toxina que provenía de su cuerpo, mejor dicho su “Poison Love” como había denominado al exclusivo veneno que solo se activaba con la persona amada.

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado y me dejen alguna sugerencia acerca de este anime en el cual quiero hacer muchos más fics de las diferentes parejas 

sayo!!!


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