POV TAO
Hace poco me había llamado Suho, diciendo que tardaría en llegar. Estaría solo por algunas horas, supongo. Pero estaba bien con ello. Necesitaba despejar mi mente y con Suho alrededor, nunca lo conseguiría. Él es un buen hermano, aunque también, demasiado protector.
El sonido del timbre de mi casa me hizo salir de mis pensamientos. ¿Quien en su sano juicio tocaría a medianoche? Me sentí con un poco –en realidad mucho- de miedo. Lo peor era que le tenía que abrir, pues las luces de la sala estaban encendidas y no podía actuar como si nadie estuviera en casa. El timbre sonó una vez más.
<<Vamos, Tao. Tú puedes hacerlo. Si es un criminal puedes usar tus técnicas de wushu ¿No?>>
Con ese pensamiento en mi cabeza, abrí la puerta. Pero no era un criminal ni un asesino en serie. Era peor que eso.
-“¿No te dije que no vuelvas?”
Las palabras sonaron frías y con rencor. Tal como me sentía. No lo podía entender. ¿Por qué se atrevía a volver a venir, y encima, a estas horas?
-“Yifan, estoy esperando tu respuesta”
Él solo se limitó a mirarme, con esos ojos afilados y profundos que le caracterizan. ¿Por qué? ¿Por qué me hace sufrir así?
Al ver que no me contestaba, me dispuse a cerrar la puerta. Pero él la detuvo. Haciendo uso de mi fuerza, presioné más, pero parecía que se había entrenado un poco. Pensar que antes le ganaba en las vencidas fácilmente.
-“¿Me dejas pasar?”
-“¿Para qué? ¿Acaso tu esposa te botó y ahora vienes rogarme para que te deje pasar la noche aquí?”
-“No. No es eso. Solo estaba caminando y terminé aquí”
-“¿Entonces ya te vas?”
Me estaba cansando de su mirada acongojada. ¿Acaso él era la víctima? Ahora no me respondía. ¿Para qué mierda llamaba a la puerta si al final se iba a quedar callado?
-“Tao, te he extrañado mucho”
Me sonrojé de golpe. No esperaba que dijera eso. A decir verdad, estaba esperando a que se cansara de mis ataques y se marchara. Su presencia no me hacía bien, me cohibía y me hacia sentir… raro, por no decir otra cosa. Yo también lo había extrañado, pero era algo que nunca diría.
-“Tao, me gustas”
Cerré mis ojos fuertemente y apreté mis puños. Me estaba frustrando.
-“¡Deja de decir esas cosas!“
Seguía con mis ojos cerrados y no me di cuenta cuando Yifan entró a mi casa. Tampoco me di cuenta cuando cerró la puerta y se abalanzó hacia mí. No lo pude detener. No pude detener que me besara.
Él me guio hasta el sofá en el cual estaba sentado antes que viniera. No se despegó de mí ni un momento, tal como lo hacía antes. Tan apasionado, pero cálido a la vez. Me dejé llevar por el momento –una vez más- y terminé debajo de Yifan, mientras él me agarraba fuertemente de la cadera. Pronto, la ropa se convirtió en un estorbo y las palabras fueron reemplazadas por gemidos. Me sentía nervioso y algo molesto conmigo mismo, por no ser capaz de parar lo que Yifan estaba haciendo. No quería ceder, pero mi piel hormigueara cada vez que Kris me tocaba, cada vez que chocaba sus labios con los míos, cada vez que olía su esencia, fuerte y varonil. No lo podía evitar.
Sentí como Yifan me alzó. Me acurruqué en su pecho, jurándome a mí mismo que esta sería la última vez que me rendiría ante él. Solo por esa noche, dejaría de pensar con la cabeza y lo haría con el corazón.
*****
-“Yifan”
Murmuré su nombre mientras él se introducía en mí. Había olvidado este sentimiento, el doloroso placer que se sentía al ser uno con él. Yifan me tocaba gentilmente, mientras esperaba a que estuviera más cómodo y pudiéramos seguir. Estábamos en mi habitación. No sabía como mi pareja – ¿o debería decir amante?- había acertado con ella, aunque me sentía un poco avergonzado. Aún tenía los peluches de panda que me regaló durante nuestro aniversario y una fotografía de los dos juntos estaba en mi mesita de noche. Sí, era masoquista.
Moví mis caderas, dándole a entender que el periodo de ajuste había terminado. Yifan se movió lentamente, repitiéndome lo mucho que me había extrañado. Me dediqué a seguir gimiendo y balbuceando algunos <<Te amo>> que espero Yifan no haya escuchado, pues él nunca me dijo que se sentía igual. Tal vez el único que estaba confundiendo las cosas era yo y Kris solo estaba allí por un poco de “diversión”.
Aumentó el ritmo de las embestidas a medida que nos acercábamos al clímax. Millones de descargas eléctricas atravesaron mi cuerpo cuando Yifan tocó un punto dentro de mí. Moví mis caderas más rápido, ansiando más contacto. Al cabo de unos segundos, me vine en nuestros estómagos, mientras Yifan hizo lo propio en mi interior.
-“Tao, yo…”
Yifan se calló cuando el timbre de mi celular empezó a sonar. Lo cogí y contesté la llamada.
-“¿Aló?”
-“Tao, me he olvidado de traer las llaves conmigo y no tengo como entrar. ¿Puedes abrirme?”
Mierda. Mierda, mierda, mierda. Era Suho. ¿Qué le diría ahora? Giré mi mirada y me encontré con los ojos de Yifan. Tragué fuertemente.
-“Amn… ¡Suho! Este, yo...”
-“Tao, ¿Estas bien?”
-“Sí, sí, es solo que tengo un poco de sueño. Y… verás, yo no puedo abrirte la puerta ahora. Lo siento”
-“Déjate de bromas y baja a abrirme la jodida puerta, ¿quieres?”
Me sentí intimidado por su tono de voz. Suho enojado era… terriblemente horrible. Tenía que inventar una excusa rápido.
-“No. Lo siento, pero creo que deberías pasar más tiempo a solas con Lay, ¿No te parece? Tú te la pasas evitándolo cuando estas aquí; tienen que tener confianza entre ustedes para que Yixing se recupere más rápido.”
Crucé mis dedos esperando su respuesta. ¡Si no me creía estaba muerto!
-“Tao, ahora no estoy para terapias.”
-“Lo siento~ Ven mañana temprano y les tendré listo el desayuno. ¡Que pases buena noche!”
-“Tao, no te atrevas a colgarme porque si no…
No le hice caso y le colgué. Además de eso apagué el teléfono y lo guardé. Me volteé a encarar a Yifan, pero el estaba viendo la foto de los dos.
-“¿Aún tienes esto?”
Suspiré. Lo que le diría no sería fácil.
-“Yifan, necesito que te vistas y te vayas. Mi hermano vendrá mañana en la mañana y no puede verte aquí.”
-“¿Suho? No te preocupes. Le diré que los dos nos hemos amistado y…
Bajé mi mirada. A pesar de todo, me sentía mal por él. Pero era su culpa. Todo era su culpa.
-“No me has entendido, Yifan. Lo de esta noche solo será un recuerdo para mí. Quiero que te vayas y, ahora sí, no regreses más. Te lo pido por favor.”