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El Extraño Chico de la Libreta de Música por James Dracul

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Notas del capitulo:

 y aqui estamos solo digo a leer...

Cap #2 ¿Intención de conocerlo?

            Al día siguiente ya había olvidado el asunto. Aunque en el fondo me sentía un poco mal al no entregarla, como se suponía que debería haberlo hecho. Al fin y al cabo, nadie era culpable de mi torpeza, Usami se encargó de recordármelo cuando había puesto tan solo un pie en el instituto.

— ¿Lo llamaste? — preguntó mientras caminaba a mi lado.

— ¿A quién? — pregunté. El se limitó a mirarme elocuentemente — No… ¿Se suponía que debía hacerlo? — le dije

— ¡Sí! — exclamó

—No entiendo— confesé — ¿Para qué quieres que lo haga? — Estaba a punto de refutar pero alcé un dedo para pararlo — ¡Y no me digas que es por hacerle un bien a quien sea que sea el dueño!-

— ¡Pues claro! — me miró con cara de cachorro.

—Si tanto interés tienes en devolvérselo, te la traeré mañana. Así podrás llamarlo para que al pobre no le vaya mal en sus clases-

—     ¡¿Por qué no me puedes seguir la corriente aunque solo sea por una vez Ryuichiro?!-Exclamó airado, yo sonreí divertido

 

— ¿Qué crees que pasará si lo llamo? — pregunté cuando estábamos llegando al edificio nueve — porque… tú no tramas nada sin tener un motivo. Dímelo, Akihiko…

—Solo tengo curiosidad. — me miró esperando mi reacción

            Un pensamiento había asomado a mi mente. Casi parecía fantástica. Ese tipo de caligrafía y ese orden no pegaban para nada con un chico guapo, De hecho, había aprendido que ellos no estaban interesados en los estudios. Tan solo querían pasarla bien, en fiestas y acostándose con todas las chicas guapas que se les pasaban por el frente.

—Eso es casi imposible…- dije

— “Casi”, tú lo has dicho — recalcó la primera palabra.

—Ya tienes a Misaki— murmuré cansado

—   No para mi, para ti tonto(¬¬) —

 — déjame en paz ¿Quieres? No quiero un chico. Puedes dárselo a Hiyori si estás tan seguro de que es guapo. ¿Sí?— supliqué entrando al salón de lengua. El me miró comprendiendo que su plan había fracasado. Arrugó la frente y caminó haciendo mucho ruido con sus pies. Suspiré feliz de tenerlo como amigo. (JD: es algo confuso? tal vez no comprendan lo que intente decir con eso?)

            La semana pasó con lentitud y Usami no volvió a mencionar el tema, aunque al principio se enojó un poco conmigo. El viernes, el tema era asunto zanjado y olvidado, La película que vimos fue tan aburrida que casi me duermo sobre el hombro de Takafumi que se sentaba al lado de Zen (espero que Zen no se enoje por que según Yoko si me dormí en su hombro). Mis palomitas de maíz  hubieran salido intactas del cine si no hubiera sido porque Akikawa se las comió casi todas, dejando algunas para tirarle a la gente, que miraba enfurecida en todas las direcciones posibles, tratando de encontrar al culpable. Ese culpable que se sentaba a mi lado partiéndose de la risa, lo más disimuladamente posible. Eso fue lo único que me divirtió en el cine.

            El dolor de comprar ropa pasó lento, mis pies me mataban cuando ya eran las 20:30. Estaba seguro que si hubieran tenido boca, Eri y Hiyori se habrían hartado de sus gritos de dolor y el centro comercial ya no habría sido tan buena idea conmigo acompañándolas. (Lástima que eran mudos…)

            El domingo fue aburrido (como la mayoría de ellos). Los profesores nos dejaron la nada misma de deberes, creyendo que hacían mejor… si supieran que los prefería ante el odioso domingo. La ropa sucia era tan escasa que tan solo me llevó un lavado. Había quedado cena del sábado y estaba congelada en la nevera. Tan solo me quedaba sacarla y calentarla en el microondas. Estaba esperando la hora de comer, recostado en mi cama con los ojos cerrados, cuando recordé la imagen del chello que cubría la tapa de la libreta esmeralda que había robado a alguien, bueno, no tan literalmente 'robado'.

            Me quedé quieto y la mente... en blanco. Los segundos pasaron mientras sentía como la curiosidad abordaba todas las partes de mi cuerpo. Fue como si estuviera tirado en el piso y el sol hubiera ido alumbrando de a poco, conforme la tierra se movía, cada parte de mis extremidades, cubriéndome por completo, No aguanté mucho más y me paré con cuidado. Puse una rodilla en el suelo y levanté con un poco más de fuerza de la necesaria por la sobreexcitación las mantas de mi cama. Saqué la libreta y la abrí para ver, donde estaba escrito el número del chico Me quedé otro momento sin moverme, dándome cuenta de que no tenía idea de por qué tenía el deseo de hacer algo con la libreta. Algo diferente a tenerlo escondido, bajo mi colchón.

Así como, llamar… y… no sé, tal vez… hablar con el dueño. Fruncí el ceño

—   Estás loco Isaka- .Me dijo aquella vos en mi cabeza O tal vez solo quiero devolver el cuaderno, para no sentirme tan mal por influir en la vida artística de alguien  de alguien tan inteligente y entregado a sus pasiones…

—    ¿Qué es este sentimiento...?-

—   Han pasado cinco días y no te has acordado ni una sola vez del pobre dueño que ha perdido su libreta de música- dijo otras ves la vos. (JD: SI COMO NO, lo ha pensado a cada rato. Me paré de la cama comprendiendo lo que me negaba a aceptar.

—   ¡Ya lo sé! Tal parece, que pretendes hacer caso a tu amigo. Tal parece, que no soportas la idea de dejar pasar esta oportunidad, aunque creas que las posibilidades de que no sea un nerd solo se acercan al 0.000% ¿Entiendes?-dijo ella

 -No perdía nada ¿O sí?- dije yo

Ante eso mi cabeza no me devolvió ninguna respuesta.

            Volví a recostarme en la cama, con la libreta en mis manos, estiradas hacia arriba para poder observarlo. Puse la mirada hasta el pequeño mueble al lado de la cama, donde descansaba mi celular…— ¡Ryuia.! ¡Ya llegué! — el grito de mi madre me sacó de mi estado de ensoñación y negué con la cabeza pensando en la locura repentina de mi mente. Bajé las escaleras dispuesto a calentar la cena…Y como todo lo que empieza tiene que terminar (La cena) —aunque lo aplazara— no pude evitar de ninguna forma volver a mi habitación. ¿Qué explicación le iba a dar a mama si me preguntaba por qué no iba a dormir para que no me costara levantarme para ir al instituto al otro día? Sin más subí las escaleras lentamente y llegué a mi cuarto. Lo primero que vi fue el chello, las notas a su alrededor, inevitablemente eso fue lo que mis ojos buscaron antes que nada.

 Estaba siendo una tonto, seriamente.

            Hice muchas cosas innecesarias luego de entrar, cosas como, mover mili métricamente mis cosas en el escritorio, para ordenarlas. Si alguien me hubiera visto hubiera pensado que padecía de un trastorno compulsivo por la limpieza y el orden. Luego de otras acciones innecesarias que está de sobra nombrarlas, tomé el celular en mis manos y marqué el número. La primera vez me salió mal, por hacerlo tan rápido. La segunda pasé a tocar la tecla roja, que estaba en la pantalla, (ya que el maldito celular era táctil y se me borró). La tercera lo hice bien, marqué a conciencia todos los números, con una lentitud desquician te.

            Me temblaban las manos y mi estómago sufría de sacudidas producto del nerviosismo. Al parecer mi subconsciente y no mi conciencia, ya que esta estaba en contra de mi proceder, pensaban que de verdad la idea de Akihiko no era tan loca. Porque no había motivo de estar así. Tan solo estaba llamando a un, probablemente, nerd, para devolverle su libreta. ¿Eso es lo que iba a hacer, cierto? Hasta ese momento, en el que ya habían sonado cinco pitidos no había pensado el motivo de mi llamada. ¿Llamaba para comprobar que el dueño era un completo fracasado? ¿Para devolver la estúpida libreta? ¿Para chequear si es que esa remota posibilidad podía ser cierta?

Y en caso de que ese bobo tuviera razón… (Akihiko) ¿Qué se suponía que iba a hacer?

Me di cuenta de que yo no era el único que tenía que tomar cartas en el asunto. Porque si resultaba no ser un nerd, yo no podía hacer nada para tener algún tipo de relación con él. Era simple, de seguro yo iba a decirle el motivo de mi llamada y, acordaríamos una cita, le devolvería su libreta y fin. Si era un nerd feo y con acné, sería lo mismo, aunque mi rostro, estoy seguro, no demostraría tanto agrado como lo habría hecho si hubiera sido un chico atractivo e… inalcanzable.

Me quede tan sumido en mis pensamientos que, no me di cuenta de...

— ¿Hola?

….....

— ¿Quién es?

…......

 

Notas finales:

espero les aya gustado, Comenten!

los personajens le pertenecen a su creadora Nakamura-sensei

hasta el lunes!


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