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Ascendiendo por Darklees

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Notas del fanfic:

Primero que todo, en la historia no lo he podido colocar, pero Mauro es pelinegro de ojos grises, con una altura aproximada de 1.69 centimetros, sin embargo, en el segundo capitulo espero poder detallar mas su apariencia.


Segundo, muchas gracias a todos los que entraron, espero le den una oportunidad a esta idea vacacional que espero poder terminar en esta temporada, ademas de que quiero se sepa que tengo un objetivo muy fijo y preparado para la historia

Notas del capitulo:

Bueno, principalmente subi esta historia por cierto inconformismo con la otra que tengo posteada en la pagina, por lo cual, planeo paralizar la otra por ahora y dedicarme solo a esta, mientras que reescribo la otra y luego de finalizar esta resubire la anterior.

Sin mas que decirles, les dejo mi historia

Toda historia tiene un inicio, toda historia tiene un final, la vida es un círculo vicioso, que solo terminará en el momento en que mueras, desapareciendo al fin con tu sufrimiento, tus penas, tu dolor; pero también se lleva la parte linda de la vida, poniéndole fin a todas las ilusiones, los sueños, los deseos. Esta historia inicia con un chico llamado Mauricio, que como todos los adolescentes, sigue intentando buscarle el sentido a la vida.


Sentado en el tejado de su humilde hogar, observaba cada una de las estrellas detallando las pocas constelaciones que debido a las luces de la ciudad no se podían ver con total claridad; pocas personas soportan el hecho de estar solas tan siquiera un instante, buscan rodearse de amigos o de hipócritas, por ese mismo miedo, pero en el caso de Mauricio, la soledad era algo que pocas veces tenía, pero que cuando llegaba era como su propio paraíso.


Pocas veces había tenido algún problema, ni en la casa ni en la preparatoria, podía decirse que era alguien poco problemático, exceptuando su carácter, que se podía resumir en una sola palabra; malcriado, no había duda de ello, las cosas tenían que ser con exactitud como él decía y de no ser así, no había quien se aguantase lo que venía después.


-     No me gusta – varias veces se encontraba hablando solo o consigo mismo, quizá por el único hecho de que no le gustaba estar rodeado de personas, y mucho menos de hipócritas como los que se le acercaban solo por sus “talentos” como solía llamarlo su madre – últimamente las estrellas no se ven tan brillantes.


Se levantó y entró nuevamente a su habitación, eran alrededor de las 12 de la madrugada, por lo que debía dormir si no quería llegar tarde a clases el día siguiente, pero antes, colocó sobre el marco de la ventana un plato llano lleno de agua y justo en la mitad de este un pétalo de flor de cerezo, una antigua tradición familiar.


A la mañana siguiente se despertó y al terminar de alistarse, bajo a desayunar, donde su madre y hermana le estaban esperando para desayunar.


-              ¡Mauro! – saludó su madre, una mujer de cabello grisáceo y ojos miel, colocando el envase de margarina encima de la mesa – ven, aprovechemos que te has levantado temprano – debido al trabajo, no solían verse mucho.


-              Supongo que hoy es la audición para el concurso – dijo su hermana muy animada – ¡todos se reirán de ti! – la chica era una copia idéntica de su madre, a excepción de que su cabello era un tono más oscuro


-              ¡Laura! – reprendió su madre – no lo asustes, cariño, ¡todo estará bien!


-              Eso espero, sabes que nunca he hecho nada de esto en...


-              ¡¿Eh?! Mira la hora, ¡debo irme ya! – sin dejarle terminar la frase, la mujer salió casi corriendo de la habitación tomando todas sus pertenencias.


-              Bobo – en ese momento la expresión de su hermana mayor cambió de repente – sabes que lo tienes que hacer bien, necesitamos el dinero.


-              ¡No es mi culpa que Adrián nos haya dejado endeudados! – exclamó molesto terminando de comer.


-              No le llames así, ¡era papá! – exclamó la chica levantándose de la mesa con una mirada escalofriante – Sabes que mamá se ha esforzado mucho por pagar la mayor parte y todas las cuotas mensuales, ¡Pero ya su fondo se está agotando! ¡tienes que ayudarla Mauricio!


-              Laura, sé que me corresponde hacer esto por mamá, pero no lo haré por Adrián – también se levantó de la silla y tomo su bolso – ganaré eso por ella, sé que es mi responsabilidad.


-              ¡Entonces no estés nervioso! – dijo abriéndole la puerta de la casa - ¡gana ese concurso!


-              Como digas – en cuanto estuvo afuera, justo en una banca del jardín se colocó su par de patines y emprendió su camino a la escuela.


Desde que el concurso se había anunciado y el premio se dio a conocer, eran muy usuales las conversaciones de ese estilo con su hermana, pero en esa ocasión, los organizadores del concurso darían la primera audición, en la que solo 25 personas pasarían a la siguiente ronda, en la que se reducirían a solo 12 y finalmente a las ultimas 5 que participarían en la ronda final. Su hermana se lo había dicho muchas veces, tenía que pasar todas esas y llegar a posicionarse de primero, si no lo hacía, los prestamistas serían capases de embargarles la casa, o algunas de sus posesiones.


Llegó a clase como todos los días y se sentó en su habitual asiento al lado de la pared, de forma inmediata, sacó de su bolso una carpeta de aros en la que guardaba la letra de todas sus canciones, para la audición debía de cantar el coro de tres de esas canciones, además de entregar los acordes musicales y la letra completa, había escogido dos pertenecientes a un mismo compositor y una propia.


Las clases se dieron con completa normalidad, como siempre, prestó mucha atención e intervino las veces en que sus conocimientos le diesen la oportunidad, esperaba atentamente a que la última clase terminase  para poder correr rumbo a la sede del concurso, que se encontraba ubicada a solo unas calles de su preparatoria, según lo que decía el folleto, todos los participantes debían acudir con una camisa gris y él se la colocaría justo antes de salir del instituto.


-              Entonces me traen el proyecto elaborado en parejas – el timbre acababa de sonar, pero el profesor seguía hablando – lo harán por número de listado... el primero con el segundo, el tercero con el cuarto y así.


Inmediatamente sin prestarle mucha atención a lo que había dicho el profesor, todos los estudiantes salieron de sus aulas para salir definitivamente del lugar, Mauricio se fue directamente a los baños para cambiar su camisa negra por una chemis gris, inmediatamente se colocó nuevamente sus patines y emprendió su camino hacia la televisora que estaba encargada del concurso.


Al llegar, guardo sus patines en su inmenso bolso, saco un par de zapatos deportivos negros y luego de ponérselos, entro al edificio en el que apenas en la recepción se podía ver la inmensa fila de participantes.


-              ¡Buenas tardes! – saludó una mujer de camisa purpura – por lo que veo eres un participante ¿o me equivoco? – Mauro negó con la cabeza – bien, como podrás ver, esas personas por allá están haciendo una fila para entrar a la siguiente sección, allí, serán separados en hombres de un lado y mujeres del otro, más adelante, se les tomará una foto y esperarán a que los jueces llamen uno a uno para que realicen su actuación – señalo a varios chicos que igualmente llevaban camisas moradas – nosotros somos básicamente los de protocolo, si tienes alguna duda puedes resolver con nosotros, estamos aquí para eso – le tendió una lista y le marcó con un sello el brazo – esto es un sello que solo se podrá detectar con luz infrarroja, anótate en esta lista y dirígete a la fila. ¡da tu mejor esfuerzo!


La forma de ser de la señora, tan animada y carismática causaba cierto temblor en Mauricio, si bien era cierto que todas las personas del protocolo debían de tener la misma actitud, pero no podía evitar sentirse realmente incómodo. Luego de anotarse en la lista se la tendió nuevamente y se colocó de último en la fila, su número según lo que había observado en la lista era el participante Nº 214 y el inicio no había sido sino hace solo 30 minutos.


En ese momento su celular vibra repentinamente.


-              ¿Este es el número de Mauricio Ovale?


-              Si, ¿nos conocemos de algo?- preguntó Mauro extrañado al no haber reconocido el número


-              Soy Daniel Montero, el número 17 de la clase.


-              Entonces eres con quien hare el trabajo... lo siento, por ahora estoy ocupado, ¿podríamos hablar mañana?


-              ¿Por qué no ahora? ¿acaso tienes cosas más importantes que tus estudios? – fue allí cuando lo recordó, Daniel era el cerebrito de la clase, uno de los chicos más presumidos y antipáticos probablemente del mundo.


-              Realmente, Daniel, estas en lo correcto, y justo ahora debo colgar – se vería en la fría necesidad de mentirle  pero era realmente necesario, si no lo detenía en ese momento, hubiese llegado mucho más lejos.


Habían pasado aproximadamente 30 minutos desde que había llegado a allí y ya estaba por pasar a la segunda fase, nuevamente le colocaron otro sello y le hicieron hacer la siguiente fila. La espera era tediosa, pero le daba un poco más de tiempo para leer nuevamente las canciones y repasarlas en su mente, así, cuando llego a la tercera fase, justo antes de que fuese llamado por los jueces, se sentía un poco más tranquilo que antes.


-              Número 214, Mauricio Ovale – le hicieron avanzar hacia adentro y con una luz infrarroja certificaron con su sello – bien, ¿qué canciones cantará para esta ocasión?


-              Dos de Ricardo Arjona y una personal – entregó ambos acordes y las letras separando la personal – cantare el amor y mi novia se me está poniendo vieja – se escucharon algunos murmuros de los jueces, quizá cuestionando el que el pudiese llegar a tales notas – y la mía se llama volver a sonreír.


-              Cantaras el coro y la tercera estrofa del amor y el coro y la primera de mi novia se me está poniendo vieja ¿de acuerdo? – preguntó uno de los jueces revisando los papeles, Mauro se resignó a asentir – la tuya si quiero oírla completa


Luego de que cantase ambas canciones a la perfección se dispuso a cantar la personal, concentrándose en cada una de las notas y como deseaba que sonase.


Con una palabra desataste la tormenta


Y mis grandes lágrimas comenzaron a fluir


Como quisiera que no fuera tu culpa


Pero ciertamente solo me haces sufrir


 


Tengo una ilusión y no está lejos


La realidad no me volverá amarrar


Hare lo que sea por sonreír


Así te tenga que dejar de amar


 


Sonrisas que me parten el alma


Ganas que me hacen seguir


Quiero olvidarte pronto


Y por fin volver a sonreír


 


Terminó de cantar e hizo una leve reverencia sentándose sobre uno de los bancos esperando atentamente a que los jueces dieran su calificación, estaban hablando unos con otros mientras Mauro sentía como la presión se le bajaba hasta dejarle todo sudoroso y tembloroso, ese era el momento crítico, dependiendo de su calificación, se asumiría su continuidad en el concurso.


-              Bueno Mauricio, las calificaciones serán dadas después de esto – una de las juezas le observaba atentamente – en definitiva avanzaste a la siguiente ronda, pero para la siguiente, las cosas van a estar mucho más difíciles, no solo debido al hecho de que de los 25 que pasaran hoy, se reducirán a 12, sino porque la canción será escogida por nosotros, y todos los participantes cantaran una según lo analizado en esta ocasión.


-              Lizbeth, no lo asustes tanto, Mauricio, hasta ahora has sido el participante con la mejor calificación, obteniendo un 10 por parte de todos los jueces – esta vez quien le hablaba era un joven de edad aproximada a los 24 años


-              Sin embargo Hele, el chico debe de esforzarse, las expectativas serán más duras para la siguiente fase – nuevamente Lisbeth.


-              Está bien Mauricio, puedes irte a casa, nosotros te llamaremos mañana para que vengas a buscar la letra de la canción y para que veas lo necesario y en que consistirá.


Rápidamente salió del edificio y se fue a su casa, eran aproximadamente las 10:30 de la noche cuando llego, por lo cual la mayor parte de su familia estaba dormida, rápidamente entró a la cocina para comer un pequeño bocado antes de ir a dormir, encontrándose con una nota de su madre que decía que en la despensa había un croissant de guayaba y en la nevera un jugo de manzana.


Cuando subió a su habitación le dio un vistazo a su celular, que luego de la interrupción de Daniel había apagado, encontrándose con 14 llamadas perdidas de este y 10 mensajes, rápidamente los abrió encontrándose con varios insultos y peticiones de llamadas, exceptuando el ultimo.


“Eres un irresponsable, mañana le pediré al profesor que me cambie de compañero”


-       Malcriado – fue lo último que dijo Mauro antes de quedarse dormido.

Notas finales:

Muchas gracias por leer...


Por cierto un ultimo mensaje, todo lo que yo escribo, va dedicado a todos los que lean, cada parte de lo que escribo aqui tiene un gran cariño hacia los lectores xD cuidense mucho


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