Caminamos hacia mi casa…o al menos eso era lo que él creía. La lluvia comenzaba a suavizarse aunque amenazaba con no terminarse nunca. El ruido de la calle y de los coches pasando por encima de los charcos, era todo cuanto se escuchaba. Desde que había llegado con su paraguas gris a “socorrerme”…había dejado de hablar…como si le hubiera comido la lengua el gato. Lo miré de reojo intentando que no se diera cuenta; su pelo estaba algo empapado; finas gotas de agua caían divertidas por las hebras rojizas de su pelo. Parecía tranquilo, con la mirada puesta al frente, visionando siempre el camino delante de sus ojos claros. Seguí mirándolo, quería apartar la vista de verdad pero no pude. Todo lo que hacía era mirarlo como un imbécil.
Chico- me pone nervioso que me mires tan fijamente.
Me devolvió la mirada, clavando sus ojos que ahora había notado que eran del tono de la miel, en los míos. Noté como un calor sofocante invadía mis mejillas.
Luhan- yo no…no te estaba mirando.
Chico- ya…..por cierto…¿Cómo te llamas?-dijo esta vez volviendo la mirada al frente.
Luhan- me llamo…Luhan…- le contesté nervioso intentando ocultar mi rostro.-¿y tu?
Chico- Luhan….bonito nombre…te queda bien- me dijo dedicándome una amplia sonrisa.- yo me llamo Sehun.- dijo acercando una mano en mi dirección, como si quisiera que yo hiciera lo mismo.
No entendía muy bien esa forma tan occidental de saludarse, pero a pesar de ello acerqué mi mano depositándola encima de la suya despacio. Sentí algo extraño, burbujeante, al rozar mis yemas con su palma. Extrañado la aparté rápidamente.
Sehun- oh lo siento, sé que esta no es la forma habitual de presentarse aquí- se disculpó haciendo una pequeña reverencia.
Le correspondí haciendo otra y sonriéndole a la vez. No me podía creer que hubiera sonreído por mi cuenta dos veces ya en el día. Supongo que debía agradecérselo a Sehun.
Seguimos caminando unos minutos más, hasta que decidí que era hora de llegar a “casa”. No podía dejar que acompañara a mi verdadera casa ¿y si nos veía alguien? ¿ y si estaba allí Jae Hyun?...
Llegamos a una pequeña calle, que parecía un tanto solitaria, en la que había un triste parquecito con un par de bancos y una fuente que se encontraba algo abandonado. Hice que me siguiera hasta él. Creí que lo mejor era parar allí mismo. No iba a ponerme a intentar abrir la puerta de una casa ajena o a llamar a dios sabe quién para que me abriera…
Luhan- está bien puedes dejarme aquí.
Sehun- ¿vives en un parque?- me preguntó divertido.
Luhan- ojala, vivo tres casas más allá.- le respondí dirigiendo mi dedo a la hilera de casas que había al lado del cercado.
Sehun- ¿ y por qué quieres pararte aquí? Tu cas-…….-me preguntó confuso. Pero le interrumpí antes de que siguiera.
Luhan- me quedo aquí….se…se me han olvidado las llaves…y no hay nadie en casa..asi que…me quedare aquí a esperar.- le solté no muy convencido de mi minúscula mentirijilla.
Sehun-ah ya veo…bueno…yo…
Luhan- puedes irte de verdad…gracias.
Sehun- esta bien….me… me voy.
Parecía algo apenado por mi cortante respuesta. Me sonrió por última vez, aunque no de la misma forma que antes, y se dio la vuelta para marcharse. Respiré aliviado aunque con una sensación extraña en el pecho al verlo marchar. En realidad después me daría cuenta de que realmente tenía miedo a no volver a sonreír…a que si él se iba…toda mi felicidad se iría con él.
Me senté por un segundo en uno de los viejos bancos del cercado. Seguía mojándome aunque la lluvia ya era muy fina y apenas se podía notar. Dejé hacer la cabeza sobre mis piernas y cerré los ojos. De repente oí una voz familiar que me decía mi nombre a lo lejos.
Levanté la cabeza y le ví…sonriente…enérgicamente moviendo su mano izquierda a un lado y a otro a modo de despedida…bueno más bien era un hasta luego.
Sehun- nos vemos prontooooo Luhaaaaan.
Una sonrisa llena de felicidad se dibujó entre las comisuras de mi boca. En ese momento supe que haber conocido a Sehun no había sido casualidad....
Era algo más fuerte que eso…había sido cosa…del destino…