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You're my deadly. por SooriBang

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Notas del capitulo:

¡Hola a todos!
Bueno he tardado un poco más de lo esperado en empezar con este nuevo proyecto de Infnite pero espero que os guste mucho porque lo hago con toda la ilusión del mundo.

El título significa "Eres mi pecado" y será más largo que Veinticuatro Horas, aunque aún no estoy segura de la longitud del mismo y bueno como habéis leído en el resumen digamos que se centrarán en los Siete Pecados Capitales.
Es un AU con algo de intriga y mi toque de comedia... porque mezclar esos siete pecados nunca trae nada bueno, ¿verdad?

Os dejo con el primer capi, ¡espero que lo disfrutéis!

Capitulo 01.


El mundo es un lugar la mar de curioso, lleno de gente de todo tipo y nunca sabiendo lo que puedes encontrarte en la siguiente esquina. De un día para otro las cosas pueden cambiar de mil maneras.

También podríamos decir que nada ocurre sin ningún motivo, que todo está ligado y en perfecto equilibrio para que funcione correctamente y que cuando este se rompe la naturaleza misma hace lo que sea necesario para restablecer el orden.

Lo que sea necesario...

 

Y conste que no a todos les parece correcto estos cambios. Muchos dirían lo de “puto karma” cuando algo no sale como les gusta, cuando algo ha escapado a sus planes o el día ha sido literalmente una mierda. Porque seguramente antes de eso esa misma persona ha hecho algo que no creía moralmente correcto. O quizás es que ha tenido demasiada suerte y piensa que tanta de golpe nunca augura nada bueno.

Pero centrémonos en lo que es “moralmente correcto” para nosotros.

 

Muchos verían que al permanecer durmiendo cuando deberías de estar haciendo deporte o estudiando debería de atacarnos la conciencia, esa pequeña voz en tu cabeza que te dice “no lo estás haciendo bien y lo sabes”. Pero, ¿realmente es culpa nuestra que pase todo esto?

Sí, la gente está segura de que la culpa es nuestra y sólo nuestra. Y la verdad es que no irían mal desencaminados pero, sin que nos hayamos dado cuenta, mucha gente se aprovecha de nuestras debilidades y nos influencian en aquello que llamamos “moralmente incorrecto”.

 

En ese momentos deberíamos de volvernos loco con esa maldita voz de la conciencia gritándonos a pleno pulmón en nuestras cabezas pero, ¿la escuchamos? ¿últimamente notas que la escuchas más o menos? Yo diría que cada vez menos, mucho menos hasta que al final opte por desaparecer.

¿Por qué pasa todo esto?

Muy fácil y sencillo. Nos hemos acostumbrado y lo que hace muchos años se consideraba un “pecado capital” ahora lo encontramos cada día y a todas horas.

 

Los siete pecados capitales.

Creo que deberían de actualizarse a las nuevas eras modernas, ¿no creéis?. Porque vamos, me vais a decir que ahora la Pereza puede considerarse un pecado capital de esos que hace miles de años te condenaba con la estancia en el infierno y vete tú a saber qué sitios más del inframundo.

 

Volviendo al tema central.

Siete pecados capitales.

Siete pecados que deberían de hacernos pensar en lo que está bien y lo que no.

Siete pecados que deberían de hacernos ser moralmente mejores personas.

 

Y de esos siete pecados sabe mucho el primer protagonista de nuestra historia.

Ese muchacho que posaba con clase y elegancia frente a las cámaras mientras varios miembros del staff se dedicaban a decirle lo guapo que salían foto tras foto.

No le molestaba que le dijesen esas cosas, pero al final era cansino y repetitivo, y eso comenzaba a molestarle.

 

Un tic nervioso se apoderó de su ceja una vez hicieron un alto para el desayuno y la mayoría de fotógrafos apagaron las luces y cámaras dejando al chico al cuidado de las estilistas que lo miraban estudiando detenidamente el próximo concepto que podría irle bien al muchacho.

- Yo creo que algo adorable e inocente le vendría bien – comentaba una de las dos estilistas mientras su compañera de cabellos rubios negaba con la cabeza.
- Para nada, ¡sexy y seductor! ¡hay que probar con ese estilo! - le reprochaba la rubia mientras frente a ellas el chico las miraba con el ceño ligeramente fruncido. La paciencia desapareciendo lentamente.
- Ya veo que no tienes ni idea de estilismo. Con esa cara tan femenina le queda mejor un estilo inocente...
- Por mucho que tenga esa cara este concepto no se centra en eso y lo sabes, ¡lo estuvimos hablando en la reunión de ayer!
- ¡Las cosas están para ser cambiadas! - gritó la chica morena fulminando con la mirada a la rubia.
- ¡Pero este no es el concepto que quiere el cliente! ¿Acaso vas a llevarle la contraria al jefe?
- Al parecer soy la única que tiene los ovarios de enfrentarse a ese viejo senil, ¿por qué no vas y te pones de rodillas delante del jefe? Eso se te da mejor...

Sung Jong miró a ambas chicas antes de respirar profundo y calmar los nervios que se estaban apoderando de él.
- Voy a refrescarme, disculpadme por esto – anunció saliendo rápidamente de aquella sala mientras ambas chicas miraban al chico desaparecer, se miraban seguidamente y se encogían ambas de hombros antes de continuar hablando con total normalidad sobre lo que harían después de salir del trabajo y de la nueva tienda de complementos que había abierto cerca de allí, como si lo de antes no hubiera pasado nunca.

Sung Jong salió al pasillo pasándose una mano por el pelo y respirando profundamente. Maldita sea, mira que sabía que demasiados días había estado reteniendo las cosas para sí mismo y que iba a explotar en cualquier momento. Decidió que en llegar a casa tendría que volver a esas sesiones de relajación que tan bien le habían hecho a lo largo de los años.


Caminó sin rumbo aparente, buscando la primera salida para respirar aire fresco el cual recibió con una sonrisa de oreja a oreja junto con un ligero traspiés cuando alguien entró al mismo tiempo que él salía.
- Disculpa, no te había visto – se disculpó el joven modelo mientras hacía una ligera reverencia al ver que había tirado al suelo una de las bolsas que el otro chico portaba en la mano.

Este lo miró sin prestarle demasiada atención, contestando un apenas y perceptible “No importa” mientras recogía la bolsa del suelo junto con lo que parecía ser la comida para el staff y volvía a meterla en la bolsa.
Ni siquiera se molestó en mirar a Sung Jong, demasiado concentrado en que estuviera todo debidamente colocado y continuando su marcha por el pasillo para ir a perderse en alguna de las habitaciones.

 

Pero el modelo sí que lo había mirado y su primer pensamiento fue de que él sería otro de los modelos de la revista. Era guapo, excesivamente guapo para alguien humano, ¿habría hecho algún pacto con el diablo?
Sung Jong sonrió ante aquel pensamiento mientras salía al exterior. No era el más indicado para hablar de pactos demoníacos aunque él estaba seguro de que nunca había firmado nada salvo contratos para modelar.

 

 

La sesión se reanudó media hora después, cuando las estilistas habían optado al final por el estilo inocente que tanto le había gustado a una de ellas.
Así que ahora Sung Jong tenía que dedicarse a poner caritas angelicales y vestirse enteramente de blanco intentando no vomitar ante tanta cursileria. Menos mal que la paga era buena y la necesitaba para completar la matrícula de la universidad a la que asistiría en apenas un par de semanas.
No es que en su familia estuvieran necesitados de dinero pero no le gustaba abusar de ellos y no es que se llevase tampoco demasiado bien con sus parientes. Demasiadas peleas familiares había presenciado en su corta vida como para no decidirse a independizarse una vez empezada la universidad... y esa habitación en la misma residencia de estudiantes de la universidad estaba bastante dentro de su presupuesto.

- Sung Jong-ssi, por favor, mire aquí – le avisó el fotógrafo mientras colocaba la cámara en todos los ángulos existentes para, según él, “captar toda la inocencia que desprendía por cada poro de su piel”.
El chico moreno sonrió dulcemente a la cámara, en su interior riéndose de la cara que pondrían aquellos estúpidos si lo viesen como realmente era.
Sus ojos vagaron por el staff allí presente y sin poder evitarlo se detuvieron en el chico al cual había hecho tropezar antes y tirar parte de la comida de la bolsa. Seguía considerándolo excesivamente guapo, y eso que tenía la cabeza metida dentro de una fiambrera mientras con la mano que no estaba sujetando los palillos revisaba fotos de su cámara.
Una vez hubo terminado de comer dejó la fiambrera junto a otras más vacías y desenvolvió lo que parecía ser una piruleta, metiéndola en su boca y saboreándola con auténtico regocijo antes de alzar la cabeza y que sus ojos coincidiesen con el del modelo.

 

Sung Jong se había quedado completamente paralizado que no hizo caso alguno de lo que le estaban pidiendo, demasiado ocupado mirando a aquel chico que, de una forma u otra, se le hacía conocido y... atrayente. Demasiado atrayente. Como si algo tirase hacia él de manera automática.
Esa conexión de miradas duró apenas unos segundos, los que tardó el chico en morder la piruleta, lamerse los labios y tirar el palo junto a las fiambreras.
Acto seguido se levantó y salió de allí como una sombra, como si aquello no fuese con él y nunca hubiera estado allí presente.

Parpadeó un par de veces cuando el fotógrafo se interpuso en su rango de visión, preguntándole si estaba muy cansado y que podía irse a casa para continuar al día siguiente.
Sung Jong se lo agradeció con una reverencia antes de salir de allí corriendo. Tenía que confirmar una cosa.

Buscó al guapo fotógrafo por todas partes pero parecía que se había esfumado o mimetizado con el ambiente cual ninja porque vamos, incluso preguntando en recepción nadie sabía de quién estaba hablando.

Desilusionado vagó hacia la pequeña habitación donde antes se había cambiado de ropa, encontrándose a una de las estilistas allí esperándole para llevarse la ropa de la sesión fotográfica.
Pensó en preguntarle... pero visto el éxito de antes lo dejó estar.

Salió de la agencia cabizbajo y caminó en dirección a su casa de la cual se mudaría en cuestión de días. La verdad es que tenía bastantes ganas de marcharse de allí tener algo de paz porque en ocasiones aquello se hacía insoportable.

Y entonces le vino de nuevo a la mente el fotógrafo de antes... ese aura tan cerrada, ese choque de miradas...
Quizás se equivocase y todo esto fuera fruto de su imaginación pero desde que se dio cuenta de lo que podía llegar a provocar a su alrededor supo que no podía estar solo. Porque nadie está solo en este mundo y menos cuando se trata de un “don” como el suyo.


∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞

 

Un sonoro bostezo salió de sus labios mientras sus pequeños ojos recorrían aquella calle que si bien la conocía a la perfección eso no era lo que le importaba en aquellos momentos.
Frunció el ceño al no encontrar a quién buscaba en el punto de reunión habitual, ¿acaso aquel trasero inquieto que tenía por mejor amigo se había vuelto a dormir?

Suspiró sonoramente antes de caminar lentamente por la calle. No era la primera vez ni sería la última que viviera esa escena así que había aprendido a adelantarse cuando aquel maldito dormilón no aparecía a la hora acordada.

Y, efectivamente, un grito que se escuchó diez kilómetros a la redonda se hizo eco en aquella calle, prácticamente desierta a esas horas de la mañana.
- ¡HYUUUUUUUUUNG! - gritó un muchacho de cabellos azul oscuro, prácticamente negros, que venía corriendo (muchos dirían que iba dando saltos) y se lanzó de cabeza a abrazar al más mayor que volvía a bostezar y se revolvía el cabello castaño intentando enfocar a su alrededor.
- Yah, ¿cuál es la excusa de esta vez? - le miró con reproche pero sin dejar de caminar, no era aconsejable llegar tarde y menos el primer día.
- La misma de siempre y lo sabes – le respondió peliazul con una sonrisa de oreja a oreja.
- Y después dicen que yo tengo sueño profundo – se quejó el castaño.
- Lo tuyo está a un nivel superior Kyu hyung, y lo sabes. ¿Quién demonios tiene que repetir el trabajo de fin de carrera por culpa de quedarse dormido y no entregarlo a tiempo?
El aludido se encogió de hombros antes de que ambos girasen la esquina y una enorme puerta de entrada al campus universitario se posase frente a sus ojos.
- Admítelo hyung, querías quedarte un año más conmigo en la universidad.
- Ni de coña – gruñó entre dientes mientras maldecía a todos los dioses existentes.

Dong Woo se rió a carcajada limpiar antes de pasar su brazo por los hombros de su hyung; Sung Kyu maldiciendo a los siete infiernos por tener que pasar otro jodido año en aquel lugar. Dong Woo contento porque, bueno, era Dong Woo y siempre estaba ávido de aventuras.
- No puede ser peor que el año pasado hyung.
- No digas eso en voz alta Dong Woo, sabes que el karma es un hijo de puta que siempre está al acecho... este año podría ser el peor de todos los existentes – se quejó mirando a su alrededor como si fuese a salir la muerte con su guadaña y degollarlos allí mismo.
- Eres un jodido pesimista hyung – se quejó el peliazul con un bufido antes de soltar el agarre del cuello de Sung Kyu – te estás haciendo viejo y no estás disfrutando de la vida.
- Y tú será mejor que corras a la ceremonia de ingreso, los de último año debéis de dar ejemplo a los novatos.
- ¿Te lo piensas saltar?
Sung Kyu se encogió de hombros.
- No soy un buen ejemplo. Te veo luego – se despidió moviendo la mano antes de entrar en su facultad y dirigirse al último piso, la azotea, dónde lanzó la chaqueta al suelo y se recostó cerrando los ojos, disfrutando de la brisa y perdiéndose totalmente en sus pensamientos y prácticamente quedándose dormido a los pocos minutos.

Totalmente ajeno a que alguien más abría la puerta de aquel lugar y entraba, mirando asombrado a la figura tendida antes de que sus facciones se endureciesen, apretando los dientes y avanzando con paso firme hasta quedar de pie justo al lado de Sung Kyu.
Si este hubiera abierto los ojos se hubiera encontrado con unos que parecían querer matarlo y asesinarlo en aquel mismo instante. Una mandíbula fuertemente apretada. Una respiración quebrada. Una mano acercándose cada vez más hacia su cuello.

Notas finales:

Hasta aquí por hoy >_<
Tenemos a cuatro, tres de ellos mencionados por los nombres y un cuarto que queda de incógnito, ¿quién pensáis que será? Es bastante fácil de adivinar eh xDDDD
Gran presentación de Sung Jong y una leve por parte de Sung Kyu y Dong Woo >_<

Espero que no se os haya hecho pesado pero lo dicho, todo esto es introducción de, más o menos, cada personaje así que es necesario.

Oh sí, vuelvo a repetir, ¿quién se atreve a decirme qué pecado va con cada Infinite? ~
 
Si alguien me los adivina todos a la primera le haré un regalito, con una escena o algo que esa persona elija sobre su pareja favorita ♥

¡Espero vuestros comentarios sobre cómo lo voy llevando!
¡Nos leemos cuties! ~ ♥


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