“Corvus”
Un contrato de magia es un documento legal y de suma importancia en el mundo mágico. Tan antiguo y peligroso como la existencia de la magia misma. Los participantes en dichos contratos deben someterse a las consecuencias de su incumplimiento, documentos de gran poder, firmados con sangre misma. La magia impresa en cada centímetro del papiro. Un documento letal y completamente mortal. Miles de magos y brujas arrastrados a la muerte. Oposición y apoyo en su elaboración en los años de 1887, cuando el caso de muertes por los contratos fueron incrementados considerablemente, por lo que el Ministerio de Magia presionado, detuvo su confección y fue prohibido la elaboración de estos, por lo que fue declarado como Magia Negra.
Sin embargo, las familias de renombre y antigüedad siguen su elaboración en secreto, para la conservación familiar.
~
Severus tenía una expresión indescriptible en el rostro, su madre lo había obligado a irse de casa sin si quiera poder decirle a Lily, se sentía furioso y frustrado, estaba harto de esa situación. ¡Ella no tenía derecho alguno!
-Camina Severus-la mujer lo jalaba del brazo persistentemente, iban caminando de manera apresurada en medio de la noche, habían salido silenciosamente de su casa.
Eileen tenía una expresión nerviosa en el rostro, tenía miedo de que Tobías los descubriera, estaba ansiosa. Casi salta del susto cuando el Autobús Noctambulo apareció justo en frente de ellos. Antes de que si quiera ofrecieran los servicios del medio de transporte ella ya había jalado a Severus adentro del vehículo.
-¿Y a dónde van?-Severus miro al hombre que parecía tener cara de sueño y fastidio. El pelinegro había escuchado de ese autobús, pero nunca se había subido, por lo que miraba levemente a su alrededor, habían pocas personas, con apariencias débiles y enfermas durmiendo por ahí, no pudo evitar fruncir el ceño levemente.
La pelinegra calló por unos minutos- al Ministerio-murmuro levemente mientras acercaba el dinero al hombre que simplemente asintió.
Eileen tomo fuertemente el brazo de Severus-agárrate fuerte.
El autobús comenzó a moverse de manera apresurada y erráticamente, el pelinegro estaba haciendo todo lo posible para no salir disparado. Gracias a Merlín, el autobús paro de un momento a otro. Madre e hijo bajaron rápidamente del vehículo antes de que este desapareciera en la noche.
-Ya casi llegamos-murmuro la mujer más para sí mismo que para el adolescente.
Ambos entraron al Ministerio, el niño vestido con su ropa diaria, era observado de manera inquisitiva y hasta cierto punto burlista, por los funcionarios que todavía se encontraban trabajando. Snape les dio una mirada de fastidio.
-Pones el mismo rostro de odio que tu abuelo-una voz amable y delicada llego a ellos, casi de manera cantarina.
-Antonelle-Eileen suspiro de manera tranquila-¿Qué haces aquí?
La mujer rubia sonrio delicadamente-quería conocer al pequeño Severus-la mujer se agacho de una manera tan elegante que hizo sentir un poco incómodo a Severus-te pareces mucho a tu madre, pero tus gestos son iguales que a los de tu abuelo, serás un muy buen jefe de familia-la rubia sonrio maternalmente mientras le quitaba unos mechones de la cara a Severus que enrojeció levemente.
-¿Cómo sabías que íbamos a estar aquí?-la voz de la pelinegra salió algo pesada, de cierta forma le molestaba que Antonelle si pudiera comportarse de esa forma con Severus y a ella la rechazaba, la mujer de ojos negros sonrio levemente en una mueca amarga.
-Tenía el presentimiento-la rubia le sonrio condescendientemente a la pelinegra- además venía a darte esto-la rubia saco un collar, que tenía un emblema de un cuervo en el centro, el cual lucia realmente caro-es el traslador.
-Gracias, nos ahorraste el tiempo de papeleo- Eileen tomo el collar que le era ofrecida por la Malfoy.
-De nada, querida-la rubia se acomodó un poco la bufanda lila que llevaba puesta en esa noche fría-salúdame a tus padres, buenas noches-Malfoy se agacho y acaricio de nuevo el cabello pelinegro de Severus aprovechando que Eileen miraba el traslador distraídamente, parecía perdida en sus recuerdos -cuida que Lucius no haga nada estúpido, por favor-en los ojos celestes de la mujer había una desesperación y dolor tan fuerte que dejo helado a Snape, por ello el niño solo asintió sin tener muy en claro nada-muchas gracias, tienes toda mi gratitud, yo en verdad….-los ojos de la mujer se cristalizaron-no tengo como pagarte.
-Bueno es hora de irnos-Eileen tomo la mano de Severus-te veré después Antonelle-se despidió la mujer de cabello negro mientras jalaba a Severus al centro de traslados.
-Adiós Eileen y adiós Severus-la rubia sonrio amablemente acentuando un poco su rostro enfermizo.
Severus le dio un cabeceo a la mujer en forma de despedida, el encuentro con esa mujer le había dejado un mal sabor de boca.
-Es hora de irnos…-murmuro la mujer cuando llegaron a un lugar para poder usar el traslador-no te sueltes, agarrote lo más fuerte que puedas-la mujer suspiro levemente, se sentía realmente cansada- Corvus…-rápidamente el entorno a su alrededor cambio de manera drástica, la presión en sus estómagos fue horrible.
Cuando todo dejo de girar, una vista magnifica apareció, una mansión elegante y soberbia, de aspecto imponente, Severus no pudo evitar lucir levemente impresionad. Su madre lo jalo del brazo nuevamente, caminando por el extenso jardín frontal que era adornado por rosas blancas, azules y unas cuantas negras, la magia palpable en cada sector del lugar. Al llegar a la puerta principal, enorme y algo rustica, esta fue abierta de inmediato.
-Bienvenidos amos-un elfo les abrió la puerta para después darles una pronunciada reverencia. Severus no pudo evitar pensar que era extraño que el elfo no estuviera vestido, con una funda mugrienta o algo así, como estaba acostumbrado a ver, sino que lo que vestía era de una buena tela de color verde. Era extraño.
-Los amos están en el despacho, le ordenaron a Kromi que los llevara, así que síganme, por favor-el elfo les hizo nuevamente una reverencia para después empezar a caminar por la enorme mansión, los retratos por donde pasaban los miraban de manera curiosa.
-¿Esa no es la pequeña Leeny?-escucho como murmuraba el cuadro de un anciano de rostro severo aunque de ojos amables, antes de que entraran por una puerta.
-Bienvenidos, es un gusto conocerte Severus-una mujer vestida elegantemente, de cabello pelinegro recogido en un moño y unos bonitos ojos miel le saludo. Otro hombre de cabello negro y ojos negros y rostro severo le dio un asentimiento de cabeza-somos tus abuelos.
Severus abrió los ojos impresionado, esas eran las personas con las que había hablado aquella vez en las vacaciones de navidad.
-Bienvenido a la familia Prince…
~
El silencio reino por unos momentos en el Gran Comedor-¡tienen que estar de coña, ese tipo no es el perdedor de Snivellus!-Sirius se había puesto de pie de manera apresurada. El cuchicheo comenzó a resonar fuertemente en el lugar. Los de mayor nivel pudieron recordar al niño que era llamado por ese apodo, rostros incrédulos mirando al pelinegro.
Severus se puso de pie, su rostro permanecía serio aunque con una sonrisa burlona revoleteando en los labios-lamento decepcionarte Black, pero si soy yo, no creo que pueda hacer mucho al respecto para poder complacerte, lo siento-el comentario fue dicho con una amabilidad y calma tan insultantes que Sirius saco su varita rápidamente, por lo que James a su lado también la saco.
-¡Calma!-la voz fuerte del director, gracias al Sonorus, resonó con potencia por todo el lugar. La voz de los estudiantes ceso. Severus hizo un esfuerzo para no bufar y rodar los ojos-por favor toma asiento Severus-el pelinegro se sentó en un lugar vacío cerca de las esquinas de la mesa de Slytherin, estaba seguro que pronto tendría un dolor de cabeza, pero no le importaba, cumpliría su jodida misión-ahora a comer-el anciano sonrió bonachón cuando los alimentos aparecieron frente a los estudiantes. Snape alzo una ceja observando la comida, realmente no tenía hambre, aunque algo de jugo estaría bien.
Ni se inmuto al sentir las miradas de todos sobre él, una leve sonrisa, apenas perceptible se posó en sus labios al sentir unos pares de ojos que lo atravesaban como dagas cada centímetro de su cuerpo. Agito un poco su copa mientras miraba de soslayo a Regulus Black, el mocoso estaba evitando ver el lugar donde estaba sentado él “Interesante” pensó para sí mismo mientras le daba un pequeño trago a la bebida. ¿Cómo sería todo a partir de ahora?
El resto de la cena fue bastante aburrida para el pelinegro, lo poco de diversión que había tenido había sido por el rostro de desaprobación que pudo ver por parte McGonagall al ver su arete y la gabardina, cierto, también las miraditas asesinas por parte del dúo de idiotas había sido hasta cierto punto divertido aunque lo estaban empezando a fastidiar. Chasqueo levemente la lengua.
Agradeció a Salazar cuando la maldita cena termino, por suerte el mocoso no era prefecto y tenía que hacerse cargo de los otros mocosos de primer año. Con tranquilidad empezó a caminar detrás del menor. Alzo una ceja cuando el mocoso en lugar de ir a las mazmorras comenzó a subir escaleras e ir por pasillos solitarios y poco usados. Después de quince minutos haciendo eso Severus empezó a pensar acerca de que el toque de queda ya estaba cerca.
-¡¿Por qué demonios me sigues?!-el Slytherin menor lo miro con el ceño fruncido y parecía bastante irritado.
Severus hizo un gesto desinteresado -es mi deber cuidarlo.
Black pareció más frustrado cuando Snape dijo eso-¿a qué demonios te refieres? No te conozco-Regulus arrastro las palabras con exasperación.
-No tiene por qué hacerlo-explico con simpleza Severus quien miraba con interés detrás de Regulus.
-¿A qué carajos te refieres? ¿Esperas algo de mí?-pregunto menos furioso que antes el menor.
Severus pensó un poco en la respuesta- se podría decir que si, aunque usted también espera algo de mi aunque no lo sepa- Snape alzo la vista al techo, antes de tomar del brazo a Regulus y meterlos a ambos detrás de un cuadro.
-No puedo creer que ese sea Severus-escucharon unos murmullos femeninos, Snape estaba seguro que esa voz era de Evans.
-Se ve completamente diferente…-un murmullo por parte de Remus se escuchó hasta que todo nuevamente quedara en silencio.
Severus rodo los ojos en la obscuridad de la estrecha habitación-¡Sácame!-Regulus empezó a moverse de manera errática.
Snape contuvo un resoplido-como usted ordene, amo Black-el ojinegro abrió de nuevo el retrato.
-¡¿Por qué nos metiste ahí adentro?!- Regulus tenía el ceño completamente fruncido, estaba confundido e incómodo.
-Lo lamento-Severus dio una reverencia-no pensé que le gustaría perder puntos y ser castigado en su primer día.
Black lo miro de manera furioso-¡No sé qué mierda pretendas pero aléjate, no quiere verte de nuevo!-Regulus lo miro de manera amenazante antes de irse pisando fuerte.
-Lorem litania…-murmuro quedamente Severus mientras se alejaba camino a las mazmorras.