Leila había muerto, y Matthew tan solo podía apoyarse en su señor, Lord Héctor, y en su mejor amigo Guy. Era de agradecer que Serra se mantuviera cerca para curar sus heridas, pero estaba bastante a la vista que lo que quería, es estar cerca de Lord Héctor, a quien Matthew siempre tenía cerca en las batallas por ser su leal súbdito. Pero en combate el pequeño ladrón tenía muchos amigos que le guardaban las espaldas, de hecho, Guy era su mejor amigo, uno de los mejores espadachines que había en el grupo de mercenarios.
Guy era un libro abierto, quizás no siempre lo dijera todo con palabras pero sus gestos hablaban por él y sus radiantes ojos verdes mostraban siempre la verdad. En cambio, Matthew era un simple ladrón reservado, sus ojos miel eran muy expresivos y aunque expresaran el dolor jamás lloraba en público. A veces hacia chiquilladas y le gustaba enojar a los demás solo por diversión. El agradecía que la gente no se enfadara mucho tiempo con él dado que tenía buen corazón. Héctor le ayudaba con las guardias de vigilancia y entre todos hacían su vida más llevadera, sin embargo, echaba de menos la sensación de sentirse amado cosa que no siempre quería admitir.
Cierta noche calurosa de verano, poco después de qué Héctor se fuera a la cama con los demás, Matthew se puso su atuendo de ladrón y se colocó al lado de la hoguera de vigilancia. Minutos más tarde se oyó pisadas cerca de donde estaba y desenvaino su daga rápidamente, se giró hacia dónde venían las pisadas, el rubio recorrió la zona y vio caminar entre las sombras a alguien cuya voz le resulto familiar, e hizo que bajara el arma.
-Hola Mathew…-El joven apareció ante la luz de la hoguera, su larga melena verde iba trenzada y llevaba una cinta en el pelo, su torso estaba al descubierto y llevaba unos simples pantalones blancos, cuando vio que el joven rubio sonrío, él le devolvió la sonrisa.
-Guy ¡Deberías dormir! Tranquilo, me toca hacer la guardia a mí.
-El que deberías dormir eres tu….- Se acercó a donde estaba el y haciendo caso omiso de la petición de su amigo se sentó a su lado. Hablo con el cariño de un amigo– Hace tiempo que…estas más distante y a veces muestras ojeras. Sé que lo estás pasando mal con lo de Leila… pero no puedes pasar el mal trago tu solo. Deja que me quede contigo…
-¿Y qué te quedes dormido? No gracias, mejor estoy solo.- Le dolio profundamente que le mencionaran a Leila, pero en el fondo le reconfortaba poder contar con Guy. Su mirada se perdió en el horizonte.
- ¡Eh! Eso solo sucedió una vez ¡Y encima tú te aprovechaste de la situación! – Le molestó que le recordase aquello, en verdad aquel día estaba cansado y se durmió por accidente.
-¡Ay mi ingenioso Guy!-Le lanzo una mirada arrogante, estaba resultándole muy divertido y se mofo de su amigo un poquito más, le encantaba verlo enojado con sus cejas fruncidas.-Nunca sabes cuándo te van a atacar.
-¡Bellaco! Me atacaste por la espalda, los de Sacae jamás hacemos eso. ¡Me ganaste haciendo trampas! -Matthew lo tiro al suelo en un abrir y cerrar de ojos sin que el joven se diese cuenta, se puso encima suyo y presiono la muñeca del joven para que no pudiese desenfundar su espada, con la otra mano empuñaba su arma. Guy al tenerlo tan cerca, con su mano libre lo agarró del cuello y lo atrajo hacia sí, cuando sus labios se rozaron con los de Matthew le dio un beso apasionado. Matthew sorprendido por aquello bajo la guardia y de su boca salió un gemido involuntario, era la primera vez que besaba a un hombre y le gustó la experiencia.
Guy rompió el beso poco después, con las fuerzas renovadas y el corazón a mil por hora, empujo al rubio posicionándose él encima, bloqueando sus manos. Por fin había hecho lo que más deseaba desde que conocía a Matthew y sin embargo su impulso siguiente fue recuperar el orgullo.- Nunca bajes la guardia- Se echó a reír y el ladrón se sintió estafado. ¿el beso no fue nada más que un plan para doblegarlo?
-¡Suéltame!-resoplo- Bonita táctica, me has superado esta vez….pero ahora suéltame para que te parta en dos cuando cierres los ojos- Las ganas de venganza de Guy se disiparon y quiso aclarar las cosas.-Yo…yo te amo de la misma forma que amabas a Leila- No le miro a los ojos, estaba muy sonrojado.
-No puede ser cierto…- Se quedó en shock, ¿acaso no estaba jugando? ¿Qué era lo que sentía Guy por él?
-Como dice nuestro clan “los de Sacae no mienten”- Le miro a los ojos, aún seguía avergonzado, pero necesitaba que su amigo viera en sus ojos la verdad.
-Si es cierto, entonces quiero corresponder a tus sentimientos.-Esta vez fue él quien le beso. Ahora lo veía todo claro, su corazón volvía a tener las ilusiones renovadas y se sintió amado una vez más. Abrazo con amor a él joven y siguió besándole como si el mundo se fuera a acabar aquella misma noche.