Cansada de vivir en una monotonía donde ocultaba lo que verdaderamente quería, donde simplemente podía ser ella misma en sus horas libres dejando volar su imaginación respondiéndose varias preguntas que antes se hubiera hecho. Alejandra una chica de 22 años de edad, alta de piel blanca con hermosos ojos color café oscuro, decidió salir esa noche donde el cielo estaba despejado sin nada que pudiera arruinar esa hermosa vista de la luna.
Sin pensar que su vida tomaría otro rumbo, se arreglo colocándose un vestido negro con detalles metalizados, sus manillas al igual que sus zapatos, tomo su cartera mientras llamaba un taxi, se dirigió a la puerta. El taxi la llevo a Fabrik una de las mejores discotecas situada en Madrid, al llegar se bajo agradeciéndole al taxista, sin decir más entro.
En ese lugar habían varias personas, muchas de ellas en pareja, al verse sola decidió simplemente sentarse en la barra a tomar una Smirnoff, no quería nada que la embriagara tan rápido, hace unos años la había probado, desde entonces tomaba esta cerveza. Mientras disfrutaba de la música que se escuchaba sonó su celular, al ver el identificador decidió simplemente rechazarla sin notar que en la otra esquina de la barra una persona le estaba mirando detalladamente.
Esta persona se acerco a la esquina donde se encontraba Alejandra, la saludo, luego empezaron hablar, después de bailar unas canciones con esta persona además de unos cuantos tragos Alejandra salió acompañada de esta. Llegaron al apartamento, cerraron la puerta sin decir nada mas, se sentaron en la sala disfrutando de la hermosa vista que se podía obtener desde ese piso, era admirable ver como la luz de la luna iluminaba los arboles mientras se contrarrestaba con las luces de esta cuidad activa.
El silencio se rompió cuando Alejandra se acerco, beso la boca de esa persona disfrutando cada segundo mientras era correspondida, se fueron deshaciendo de la ropa que simplemente oprimía su calor que iba aumentando al ritmo de los besos dejando al descubierto el leve interés que se tenían desde que se empezaron hablar, el trascurso de la noche se hizo mucho más lento para Alejandra que admiraba y recorría cada vez más el cuerpo de esa persona dejando al descubierto todas las cosas, sentimientos o tal vez dudas que en ese momento le surgían al no recordar el nombre de ella.
A la mañana siguiente Alejandra se despertó en una habitación que no conocía y mucho menos recordaba, preguntas como ¿Por qué estoy aquí? ¿Cómo llegue? Le surgieron de repente, se sentó rápidamente en la cama y noto que no tenía ropa se preocupo mucho al pensar que pudo haber terminado con cualquier tipo pero su sorpresa fue mucho mayor cuando miro que en la mesita de noche había una foto de dos chicas, ambas eran morenas de cabello castaño oscuro, de ojos color café claro, en esta foto no aparentaban más de 20 y 24 años tenían de fondo un viñedo se podía apreciar que la foto fue tomada cuando ambas estaban felices ya que sus sonrisas lo demostraban, Alejandra temerosa decidió ponerse su ropa para salir pero se asombro aun mas cuando vio entrar a la habitación a la dueña de esta.