Me desperté y me fui corriendo para poder alcanzar el transporte público, llegando, había niños y jóvenes de diferentes uniformes y por supuesto que estaba lleno el transporte.
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Llegue y tuve que ir a administración por mi horario y mi salón.
-hola señorita me podría decir donde es la sala de dirección- le dije a la señorita de la recepción
-claro, está subiendo por el elevador en el último piso, a la derecha-dijo con una sonrisa y señalando el elevador
-gracias- y fui corriendo
Llegando al lugar indicado, toque dos veces hasta que una voz me dijo que entrara.
-buenos días, joven Orwell- me dijo un señor de unos 30 años, con ojos color café detrás de unos lentes y el pelo de color café oscuro.
-buenos días señor director-
-bien para aclarar no soy tan viejo, soy de la edad de tu tío y para aclarar somos muy buenos amigos, así que tu serias como mi sobrino así que por favor llámeme Axel, pero claramente solo a solas- me dijo con una sonrisa mientras me guiñaba el ojo.
-en serio no sabía, bueno señor Axel me puede dar mi horario llegare tarde y no quiero que esa sea mi primera impresión- le dije
-por favor, solo Axel sin señor que me hace quedar viejo y ni siquiera me he casado, aquí está tu horario- me extendió un papel.
-gracias, adiós- le tendí la mano y me fui
-adiós- lo escuche antes de que cerrara la puerta.
Salí del edificio para dirigirme al mío era de cuatro pisos, el primero estaba la cafetería y algunos salones, mi salón quedaba en la segunda planta, iba caminando más tranquilo buscándolo, hasta que escuche la campana y me apresure tanto que no iba viendo el camino, de repente choque contra algo que me llevo directo al suelo.
-mmm- me sobe, había caído de sentón- discúlpeme- dije y lo voltee a ver era muy hermoso, era pelirrojo, ojos azules y de cabello largo ondulado.
-no se preocupe yo iba distraído, quería encontrar mi salón- dijo sobándose y con una sonrisa.
-que coincidencia yo igual- me empecé a reír y le contagie la risa
-guay mira tienes la misma aula-dijo casi arriba de mi viendo mi hoja
-sí y creo que es esa- dije mientras nos parábamos
-claro bueno soy Adrián Black-
-yo soy Dylan Orwell, corre que llegaremos tarde- le agarre la mano y fuimos a la sala
Llegamos y todos ya estaban en sus lugares también el maestro, y fuimos regañados pero como era primer día nos lo dejaron pasar.
En la hora del receso Adrian y yo nos juntamos.
-oye Dylan ¿de dónde eres?-
-soy de una cuidad no muy lejos, ¿y tú?-
-yo soy de aquí, y vivo con mis padres- se puso rojo- no soy independiente verdad vas a pensar que soy un chico mimado-
-no claro que no- le sonreí
-¿Dónde vives?-
-es una casa lejos de echo estaba abandonada y no tengo vecinos todo me queda extremadamente lejos-
-mmm-dijo tocándose la barbilla-no será la mansión…-se calló al instante.
-que mansión, sabes sobre ella-
-no mucho, pero dicen que allí se han presenciado muchos asesinatos y nadie quiere vivir por una maldición o algo así allí por eso ha estado abandonada como 17 años después de su última renta-
-ya me dejaste con la duda quiero saber más sobre ella jaja, pero mejor no me meto con esas cosas-
-si quieres el fin de semana le digo a mi novio que nos ayude a él le gustan mucho ese tipo de cosas-
-si claro dile a tu novio, un momento dijiste NOVIO-
-shh, no subas mucho la voz que después, nos descubren y no ya hemos pasado por mucho él y yo, bueno esto fue entre familias pero al final nos aceptaron-
-en serio, pereces muy mono pero no sabía y no hay problema de hecho en mi familia también paso algo igual-
-en serio, gracias-
-¿por qué?-
-por aceptarme mis gustos y soportarme-
-pero no es algo anti normal de hecho no es que te soporte, te acepto y te apoyo- dije abrazándolo- y cuando quieras llévalo a mi casa
-claro, el fin de semana-y en ese momento sonó la campana
-trato, vámonos que no quiero llegar tarde-
Y así como empezaron las clases, terminaron y yo me fui caminando a casa
-con que casa embrujada-dije empezando a entrar.
Entre, no pasó nada fuera de lo normal, ya estaba bañado y listo para irme mi cuarto pero no porque estaba viendo una película y no faltaba mucho para que se terminara, hasta que empezó a llover y de una ventana que estaba abierta entro un hurón, estaba todo mojado, tenía una pata lastimada entre otros rasguños y era de color blanco y un ojos negros y se quedó en un rincón lamiéndose la pata.
Fui corriendo por una toalla y un botiquín, lo seque y lo curre, al final quedo seco y con una pata enyesada, fui a mi cuarto con él en brazos y lo deje a un lado de mi para cuidarlo y porque no tenerlo como mascota.
-te llamare mmm Aksel- y me dormí con el