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Not My Highschool Sweetheart por Fuerza Friki

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Notas del fanfic:

2MIN

Comedia

Amor de preparatoria… Es difícil de explicar. Muchas veces es el primer amor, vergonzoso, nervioso, diferente. Estamos fascinados por él, viendo tantas historias que lo representa, leyendo  las palabras sobre jóvenes adolescentes superando sus inseguridades y buscando un amor que va a paso lento y lleno de curiosidad.

Si, así debe ser el amor de preparatoria, lleno de primeras veces y esperando las cosas con manos temblorosas y preguntándonos si estamos listos. Eso es lo que se busca en las historias de adolescentes el sentir otra vez esa incertidumbre de nuestro pasado… Pero muchas otras veces se busca el sentir algo que uno piensa que no sentirá en su vida, no se te perdonará estar avergonzado, nervioso o hacer las cosas a un paso diferente de nuevo, después de la preparatoria pierdes la oportunidad de ir dando tumbos por la vida sin saber a lo que te estas enfrentando.

Mi nombre es Taemin y al final me volví un aficionado de las historias de primeros amores, tan sencillos, donde un abrazo o tomarse la mano eran aquello que podía dar una profunda dicha a una persona y el primer beso era como tocar el cielo y fundirse con él poco a poco hasta volverse una nube. No sé cuándo mi fascinación comenzó, creo que pudo ser en la preparatoria, empecé leyendo en el rincón alejado de la biblioteca cerca de la ventana donde podía ver a la persona que me gustaba, pero fue imposible para mí hacer cualquier contacto. Por el contrario me sumergí más y más en los libros imaginando que podía ser yo algunas veces otras enojando con el protagonista por ser tan terco con sus propios sentimientos.

Pasé a ver películas yo solo en mis ratos libres, las series vinieron luego, después buscaba cualquier escrito sobre esto. En un momento ya estaba saliendo del trabajo en la oficina y llegando a mi departamento a buscar sobre cualquier historia que fuese alegre o triste sobre un amor sencillo y sin problemas o complicaciones graves.

Mi extraña obsesión no quedó como secreto y de un momento a otro mis compañeras de trabajo me empezaron a preguntar cómo podían saber si un chico podría ser un buen novio, que significaba cada gesto o que opinaba de ellos. Me decían que las regañara si escogían a una mala persona o sentían un flechazo por algún mujeriego.

No podía entender la razón pero que me pidieran cosas así me dolía, no deseaba ser tratado como un analista de personas y mucho menos dar consejos de amor cuando era un verdadero inexperto en ello. Pero al final no podía más que ayudarlas a notar si los chicos eran posesivos o tenían ideas retrogradas o fingían ser algo que no eran ante los ojos de ellas. Soy demasiado blando y no soporto verlas heridas por jugadores que usan bellas palabras o gestos para engatusarlas, así no son los protagonistas de las historias. Siempre se muestran como son aunque sean odiosos y uno encuentra las cualidades de ellos con el tiempo, tampoco intentan cortar las alas de sus contrapartes y aunque sus sentimientos tarden demasiado en ser expuestos no dañan gravemente a las chicas ni hacen movimientos si no están seguros.

-Pero a veces les dañan o dicen cosas crueles para protegerles.

-Pero en esos casos es por algún pasado obscuro o una inevitable batalla, entonces creo que en ese momento es un acto noble.

-Me asombras Taemin – Sonreí volteando a ver a quien sonreía sobre mi hombro – ¿Esto es parte de tu terapia?

-Afirme y guardé el documento mientras cerraba la computadora- Ya que me cuesta hablarle y le dije que escribía también me mencionó que escribiese sobre mis inquietudes e analizara cuando empezó a afectarme tanto. – El chico con el que hablaba tomó la toalla que estaba en sus hombros y la pasó por su cabello intentando secarlo un poco más antes de ir al refrigerador a tomar una botella de agua.

-¿Cuándo empezó a afectarte? – Preguntó mientras la abría lanzando una mirada de lado mientras yo me sentaba en la barra.

-Supongo que fue en mi último cumpleaños, cuando noté que sería ridículo tener un primer amor a mi edad y me di por vencido.

-Tooooooontoooooo – alargó la palabra después de dar un trago de agua – no importa la edad.

-Sonreí afirmando, eso también lo había leído en miles de historias y aunque mi lógica me decía que si era cierto, algo en mi interior había muerto hace tiempo dejándome con la sensación de que nunca me llegaría a pasar.  – Pero tu evades a las vírgenes – dije agregando al argumento y noté en su mirada que mis palabras me habían hecho ganar esta discusión.

-Es mejor alguien con más experiencia – me volteó a ver – pero eso sirve solo con cerdos como yo –se señaló sonriendo -¿Saldrás hoy? – Negué  en silencio con una sonrisa, eso significaba que él saldría. Si tuviese que definir a mi compañero de departamento sonaría como el antagonista de mis historias, mujeriego, directo, burlón, buscando solo divertirse y nada alto.

Es una historia graciosa de como empezamos a vivir juntos.

Flashback

-Nos dividiremos la renta a la mitad y muchas veces tú podrás cocinar y acomodarte como gustes por que no estaré en casa todo el tiempo.

-Afirmé-

-Aquí están las llaves- sonrió entregándome las llaves sin ninguna preocupación.

Fin del Flashback

De acuerdo, comenzamos a vivir juntos de una forma muy normal, fue cuando lo fui conociendo que las situaciones raras empezaron. Como ver a una chica diferente cada vez salir de su habitación y compartir el desayuno conmigo mientras mi compañero se arreglaba. La vez más asombrosa fue cuando salió una chica con una camisola y al verme me empezó a preguntar si era el hermanito de la casa.  Mientras realizaba sus preguntas una segunda salió solo en ropa interior con dirección a la cocina y cuando la observaba asombrado bostezar y tambalearse en busca de agua una tercera apareció ya arreglada y maquillada preguntando por el café. Ese día intenté hablar con Jonghyun, pero descubrí que había huido en medio de la noche y me había dejado en esa situación.

Si así se llama… Jonghyun… el chico raro con el que vivo, no es mala persona, pero definitivamente no le presentaré a ninguna de mis amigas por más que me insista.

 

 

 

-JAJAJAJAJAJA- Las fuertes carcajadas retumbaron por la habitación- Ese Jonghyun parece ser todo un personaje – volvió a decir entre risas la mujer cuarentona con traje gris y blusa turquesa que se había vuelto mi terapeuta. – Debes pasarme su número – dijo levantándose hacía una mesita con una cafetera eléctrica donde llenó su taza sin dejar de reír, pero ahora suave.

-¿Usted quiere conocer a Jonghyun? – Dije asombrado mirando su espalda, la terapeuta podía ser del tipo de Jonghyun, aún se veía joven, tenía un cuerpo esbelto y bien formado, además ya había visto mujeres mayores en el apartamento, ellas me preparaban el desayuno cuando aparecían.

-Acabo de pasar por un divorcio, a veces nosotros escogemos nuestra propia terapia y forma de sanar – se volvió a sentar y me sonrió. – Para ti ha de sonar algo extraño porque ves las relaciones de una forma pura y honesta. – Agaché la mirada algo decepcionado de mí, ya no era un niño para pensar así. – Pero creo que tu estas en lo correcto y Jonghyun y yo somos los que estamos heridos por algo y no podemos ser sinceros con nosotros. – Me brindó una sonrisa y la miré algo asombrado, me había enterado de muchas cosas de ella y no creo haber dicho tanto de mí, pero por alguna razón me inspiraba confianza.

-Nos vemos la próxima semana – dijo poniéndose de pie y dirigiéndose a la puerta- esta vez quiero que escribas de la persona que admirabas desde la biblioteca ¿Me harías ese favor?

Negué- Aun no puedo – miré al piso algo abatido.

-En ese caso que sea sobre tus buenos amigos – volvió a sonreírme – iremos a tu paso, no debes preocuparte por nada. - Afirmé ansioso y tomé mis cosas para salir por la puerta que acababa de abrir- Mándame al que sigue por favor – le dijo a la secretaria y esta mencionó un nombre – seguí caminando cerrando mi mochila cuando me topé con  alguien.

-Lo siento – dije inclinándome.

-No hay problema, creo que ambos íbamos distraídos – reconocí la voz y me congelé aun inclinado mirando hacia el piso. No podía tener la misma voz, habían pasado años. No me atreví a mirar, pero sentí como la persona se agachó para verme y cerré los ojos aterrado.

-Por favor pasa- la voz de la doctora sonó detrás de mí. – Si, gracias – esa voz que retumbaba en mis oídos contestó y pasó a mi lado – perdón por chocar – dijo en tranquilidad y me quedé inmóvil hasta que la puerta cerró detrás de mí.

 

 

 

-¿Estás seguro que era esa persona? – Preguntó en un tono alto en medio del centro comercial mientras yo seguí aumentando el rojo en mis mejillas, lo sentía por la forma en que se calentaba mi rostro. No quería hablar de este tema en medio de tantas personas, pero comer algo sonaba bien después de ser arrastrado contra mi voluntad por el centro comercial.

-No estoy seguro – dije bajo apretando con mis manos cerradas sobre mis rodillas – no pude levantar la mirada.

-Es imposible – dijo antes de beber de su malteada – hasta se fue al extranjero, no lo pienses demasiado y sigue tranquilo. – Levantó la mirada –luego tenemos que ir a esa tienda- señaló y giré a ver otra tienda de ropa, no tenía problemas en el comprar ropa, pero si eran más de 4 horas en ello intentaba como zafarme.

Todo era culpa de mi mejor amigo desde la preparatoria, aunque era un año mayor que yo siempre encontraba como arrastrarme para que cargara todas sus compras. – Necesitaré una chaqueta que combine con los zapatos que acabamos de comprar – suspiré y bebí de mi refresco. Mi amigo Kibum, difícil de describir, pero aun así debo hacerlo, si busco en mi vida, tengo pocos amigos. Una de las chicas del trabajo la considero mi mejor amiga, uno de mis primos y Kibum, son las personas con las que más comparto y mejor me llevo. Primero describiré a Kibum, creo que si no lo pusiese primero podría causar una crisis como cuando perdió el premio a la popularidad en nuestra escuela.

Kibum, prefiere que le diga Key, es una persona egocéntrica, que cree que siempre tiene la razón, le importa mucho las apariencias y puede hacer menos a los demás sin problema. Creí que era una persona horrible al principio, no mentiré, lo veía como todos lo veían y escuchaba los rumores sobre él. Fue uno de esos rumores por lo que llegué a conocerlo. Tras de escuchar que estaba saliendo con uno de los profesores solo me dirigí a mi punto en la biblioteca a ver la clase de educación física de los de segundo año y ahí estaba Key con otro chico.

-¡ESTOY CANSADO DE ESTO KIBUM! – La voz masculina resonó y miré alrededor notando que la biblioteca estaba tristemente vacía como siempre.

-No – la voz que contestaba era suave y llena de tristeza, se quebraba a cada momento – no es verdad, yo no he estado con nadie más.

-¡CALLA! Nada de lo que digas mejorará, te hice caso porque pensé que eras honesto, pero solo me harás la burla de todos, tenía que estar con un puto marica como tú, solo buscas a quien coger – el llanto sonó un poco más fuerte y quise asomarme, estaba siendo demasiado cruel, aunque no entendía sobre ese tipo de amor, era muy cruel.

Cuando me asomé el chico contra la mesa pasó su manga sobre sus ojos  y luego avanzó hacía el chico de tercero que estaba frente a él. –Creí que eras más genial – dijo con firmeza y una voz fuerte antes de propinar un duro puñetazo sobre su mejilla.  Retrocedí un poco y miré más que asombrado, el tal Kibum no era tan femenino como decían, en ese momento se vio tan fuerte y prepotente. Me volteó a ver y un escalofrío corrió por mi espina dorsal.

-Querido – dijo hacia donde me encontraba y me quedé perplejo. – Tardaste mucho en llegar bonito – se acercó a mí y pasó su brazo por mis hombros.

-¿Pero qué? – El chico de cabello negro se levantaba del piso con la mano sobre su rostro. Kibum tomó mi mentón  y acercó su rostro. Yo aún estaba congelado pensando en la palabra querido y peguntándome en que me había involucrado.

-Los chicos jóvenes son lo que está de moda – dijo Key y besó mi mejilla- una ternurita como esta es lo que necesito.

- Estás enfermo – el otro chico dijo avanzando hacia nosotros.

-Creo que lo estoy - lamió mi mejilla y rozó con su nariz por mi pómulo cerrando los ojos – los ukesitos huelen tan bien – Abrí grande los ojos.- Después de todo solo soy un marica que quiero coger – lo volteo a ver sin separarse de mi pegando su mejilla a la mía. El chico solo pudo darse la vuelta.

-Está bien, así no seré la burla de nadie – dijo comenzando a avanzar. Pasó un momento después de que desapareció y Kibum me soltó despacio.

-Perdona- dijo suave mientras estaba cabizbajo – solo quería tener un poco de orgullo de mi lado, por lo menos eso – dijo mientras pequeños brillos caían al piso salpicando en silencio en la obscura biblioteca.

-Lo entiendo – dije intentando ignorar que había sido llamado Uke, ternurita y bonito, las palabras que más me dolían, desde la secundaria se habían vuelto tabú para mí y sin embargo siempre terminaban persiguiéndome. Pero no podía ignorar que el chico que estaba a mi lado estaba quebrando su dura fachada impuesta para no quedar mal. – Él fue muy cruel- me atreví a decir no sabiendo que más hacer para consolarlo.

-Lo fue – el chico levantó el rostro- pero yo puedo serlo más.- Le miré mientras forzaba una sonrisa.

-Tu maquillaje se corrió – dije señalando y el rápidamente sacó un espejito de su saco.

-Con un demonio, decía que era a prueba de agua – en ese momento no pude contenerme y solo pude comenzar a carcajearme mientras el intentaba limpiar las marcas obscuras debajo de sus ojos. El chico se me quedó viendo y luego sonrió. – Soy Key y por tu ayuda te llevaré de compras.

-¿De compras? – Pregunté inclinando la cabeza.

-Claro – tomó su mochila que estaba en el piso – tengo muchos planes para ti… - cortó en silencio y dirigió su mirada para mi - ¿Cuál es tu nombre?

-Taemin – dije algo nervioso y el me brindó una sonrisa. Su sonrisa cuando era honesta era tan cálida y maternal, se sentía agradable, simplemente me llenó de confianza y desde entonces fui su conejillo de indias para probar nuevos estilos.

Cuando de Key se trataba parecía que el amor solo estaba para maltratarlo, me gusta consolarlo, porque el siempre desea lo mejor pero al final siempre encuentra cada bastardo que solo termina lastimándole más. Pero aun así tengo gran respeto y asombro por él, ha pasado por todo y aun así nunca se rinde. Me dice que el amor verdadero está ahí y que él llegará a encontrarlo.  Yo no he sido lastimado y nunca me he atrevido a buscar como Key, pero deseo que él lo logre.

 

 

 

Un leve sonido surgió de los labios de mi terapeuta mientras leía la última hoja de lo que había escrito y luego pasó esa hoja hasta la parte de atrás del manojo de páginas dejándolas consecutivamente en la mesita frente al sofá. – Tu amigo Kibum parece ser otro personaje muy diferente a tí– afirmé – Key – corregí casi automáticamente debido a que me tenía bastante condicionado.

-Pienso que te rodeas de muchas personalidades fuertes – tomó su taza de café y le dio un suave sorbo para luego dirigir su mirada hacía mi - ¿Qué sentiste cuando se te acercó es vez? – Mire a la doctora curioso por la pregunta.

-Creo que algo confundido y un poco molesto – La mujer de cabello negro tomó una libreta y anotó algo -¿Por qué confundido? – Continuó mientras volvía a verme.

-Porque no esperaba que se llegara a pegar a mí, creo que pensé que se quedaría llorando en el lugar – eché la cabeza hacía atrás y me puse a pensar – tampoco creí que yo fuese bueno para eso, no creo que sea atractivo para nadie y mucho menos para darle celos a otra persona – dije tragando saliva, ser honesto con uno mismo duele.

-¿Entonces por eso no hubo un gran enojo de tu parte? – Incliné la cabeza mirándole y ella sonrió – puede que otro chico simplemente lo hubiese golpeado o empujado, tan solo por ser utilizado de esa manera.

-No fui utilizado – respondí deprisa – creo que le di a entender que quería ayudar cuando me miró. – La terapeuta soltó una gran carcajada.

-¿Entonces por qué llegaste a sentirte molesto? – Siguió riendo intentando escribir en su libretita.

-Porque dijo que era bonito – presioné mis labios algo molesto por su riza – es algo que me enoja desde pequeño, la gente dice eres tan bonito como una niña. Hasta mis compañeras de trabajo me tratan de esa forma, como si fuese una chica más – la mujer afirmó seria y anotó esto.

-¿Qué tipo de chica te gusta? – Preguntó y en ese mismo instante bajé la mirada.

-Solo me ha gustado una – no pude dejar de mirar hacia abajo – no quiero hablar de eso aún.

-Lo entiendo, pero supongo que son chicas muy femeninas  - dijo mirándome y yo solo pude afirmar.

-¿Por eso crees que tu apariencia no es la indicada? – Volví a afirmar y agregué: - En parte – ella afirmó también y volvió a anotar en su libreta.

-Qué tal si para nuestra próxima sesión escribes sobre otro de tus amigos – afirmé un poco más tranquilo, porque las preguntas directas se habían detenido. – En ese caso, nos vemos en una semana – dijo mientras nos poníamos ambos de pie y me dirigía hacía la puerta – ¿Le puedes decir a la recepcionista que pase al siguiente?

-Claro – sonreí tomando mi mochila y fui en dirección hacia la puerta- nos vemos - hice una reverencia y salí poniendo la mochila sobre mis hombros. Pasé hasta el escritorio alto donde se encontraba la recepcionista revisando su Facebook en la computadora y le dije algo tímido – la doctora quiere ver al próximo – ella afirmó y abrió una agenda negra donde tenían  todas las citas.

-¿Gustas un dulce? – Preguntó acercándome el tazón con diversos caramelos y mentas y me puse a buscar mi favorito mientras la escuché decir el próximo nombre – Choi Minho, la doctora está lista para verlo – me volví a congelar, la seguridad de Key me había convencido de que no podía ser la misma persona.

-Gracias –dijo con su voz inconfundible y me quedé presionando los dulces aun con la mirada abajo, deseando que pasara deprisa por el pasillo que guiaba hasta el pequeño consultorio. No quise levantar la mirada para nada por lo que en mi mente comencé a contar el tiempo que tomaba salir de la recepción y recorrer el pasillo. Cuando pasó suficiente tomé varios dulces y salí deprisa, sin decir nada, sin mirar a mí alrededor, solo intentado alejarme tan rápido como pudiese.

 

 

 

-¿Estás seguro de qué es el mismo? – Volvió a preguntar la cara alegre de mi primo mientras comíamos –afirmé mientras le seguía el paso intentando no quedarme sin comida – ahora estoy más que seguro, Key me dijo que él investigaría si había vuelto a Corea, pero si estoy seguro que es él-

Mi primo dio un par de golpes en su pecho -¿Cómo está Key? – Le miré un poco molesto. – No es momento que me preguntes sobre eso – él sonrió rascando su nuca. – Ya sabes que siempre quiero saber cómo está.

-Lo sé – dije aún molesto girándome a ver por la ventana mientras veía a un grupo de chicas de preparatoria pasar riendo mientras veían la pantalla del celular de una de ellas y detrás, no muy lejos de ellas venía un chico solitario que fingía estar entretenido en el teléfono pero en realidad las veía de reojo.

-Me trae recuerdos – Mi primo mencionó y comió otro trozo de pollo – tu siempre estabas cuidando de ella.

-No puedo decir que la estaba cuidando – suspiré y miré como las chicas cruzaban y dejaban al muchacho del otro lado de la calle – ni siquiera podía cuidar de mí mismo.-

Me levanté y mi primo me vio algo asombrado, tomó la charola de la comida y corrió hasta el basurero para dejarla tomando la última pieza de pollo para dirigirse a mí tropezando con una silla y poniéndose de pie deprisa. Sonreí un poco – debes tener más cuidado hyung - el afirmó mientras seguía sonriente mordiendo el trozo de pollo.

Mi primo… es una persona difícil de describir, el no viene en Seúl, de hecho se mudó a Busan por su trabajo, pero aun así venía a verme. Es alegre, sonriente, cálido y la persona más torpe y con más mala suerte que te puedas imaginar.

Pero también es la persona que mejor me conoce y siempre cuida de mí. Es simplemente mi primo Onew, siempre está ahí. Más si parece que algo va mal cuando hablamos por teléfono, con seguridad él se aparecerá al día siguiente en la estación diciéndome que vayamos a comer antes de que deba volver al trabajo.

No puedo decir como lo conocí ya que está ahí desde que tengo memoria, sus padres también eran alegres personas, las recuerdo de mi infancia, pero trágicamente murieron cuando Onew hyung estaba en secundaria, como resultado el comenzó a vivir con nosotros.

Por un tiempo el no habló, mis padres estaban bastante preocupados por ello y yo intentaba hacerle conversación, pero el solo me sonreía y me daba un dulce. No podía entender por qué el silencio lo había invadido más porque solo estaba en primaria.

Todo parecía estar bien, pero no había palabra o sonido que saliera de sus labios, hasta que el último día de la secundaria después de recibir su diploma simplemente estalló en palabras, yo en ese momento ya estaba en primero de secundaria y pude ver como decía cosas sin sentido en medio del auditorio.

-¡Pollo frito! ¡Debemos ir a la playa! ¡Siempre quise probar el de mango! ¡Tu mamá! – Señaló hacia un compañero que retrocedió un poco -¡El profesor de ciencias es un enfermo mental! – los profesores tuvieron que bajarlo del escenario mientras seguía soltando toda clase de frases y palabras.

No pude evitar salir corriendo hasta la sala de maestros donde estaba sentado en una silla rodeado por varios profesores que cuchicheaban entre ellos -¿Hyung? – pregunté y el volteó a verme con una sonrisa – lo logré Taemin – me dijo feliz – no hablé hasta recibir mi diploma.

-¿Qué? –Pregunté asombrado mientras todos los maestros dirigían la mirada. – Mi mamá me dijo que no fuese tan perico para recibir mi diploma de la secundaria – no pude evitar reír un poco algo enternecido – Hyung, eso significa que no platicaras tanto en clases, pero no debías hacer un voto de silencio – seguí riendo con un poco más de fuerza y el me miró asombrado - ¿Enserio? – Todos los profesores se atacaron de risa en ese momento también mientras yo afirmaba entre carcajadas, al final todos estaban preocupados por él y fue tan refrescante escuchar su voz.

Después de eso no se volvió a callar, sus palabras podían ser cruelmente honestas o vagamente importantes, pero era grato escucharlo y era mi modelo a seguir durante la preparatoria. Aunque al terminar decidió mudarse fuera de la casa y conseguir trabajo, no quería ser una carga para mis padres. Pero siempre iba los fines de semana o días libres a ayudar con las tareas del hogar.

Onew hyung es mi piedra, eso puedo decir de él, alguien en quien confió y me ayuda desde las sombras.

-¿Por qué no le dices a tu terapeuta que cambie tu horario? – Dijo tranquilo mientras nos dirigíamos a la estación.

-¿No sería como estar huyendo aún? – Pregunté asombrado mientras avanzaba un poco delante de él.

-Sé que no estás listo para enfrentarlo – dijo con su brutal honestidad- puedo ver en tus ojos que aún te llena de miedo con solo escuchar su voz.

Afirmé decepcionado de mí mismo y el me brindó una sonrisa despidiéndose antes de subir al tren. Tantos años habían pasado y mis temores eran los mismos, podría que hasta fuesen más profundos ya que ahora ni podía sostener la mirada contra él.

 

 

 

 

-Consultorio de la Doctora Park- La aguda voz de la recepcionista contestó el teléfono- Buenas Tardes – dije tragando saliva – soy Lee Taemin, deseo cambiar mi cita de mañana.

-Estamos algo apretados ya que la doctora saldrá la siguiente semana  – sentí presión, no sabía por cuánto tiempo más podría seguir ocultando mi rostro de él - ¿Puede venir el día de hoy a las 8:00? – Sonreí amplio ante esa pregunta- ¡Claro! Ahí estaré –dije feliz por poder mover la fecha, así podría evitarlo un poco más – está arreglado, nos vemos en unas horas.- La chica cortó la llamada y yo colgué comenzando a bailar de alegría.

-Parece que funcionó – Afirmé a Jonghyun que salía de su cuarto cargando su casco - ¿Tienes una entrega? – Pregunté acercándome deteniendo mi baile. – Si debo ir a dejar una canción al estudio ¿Saldrás hoy?

-Si – afirmé sonriendo – hoy tengo terapia.

-Deberías hacer más que eso, sé que te pidieron que fueses de parte del trabajo pero también ayuda salir con amigos – pasó su brazo por mi hombro – salir con chicas también es una gran forma de liberar el estrés.

-¿Está chica quiere que le consigas pareja a su amiga? – Pregunté entrecerrando los ojos, conocía bien a Jonghyun, de vez en cuando aparecían una chica que quería salir en grupo.

-No cómo crees – dijo riendo – quiere que lleve a dos de mis amigos para sus amigas.

-Lo sabía – dije alejándome – tengo cosas que hacer, no puedo.

-Debes ayudarme – se hincó frente a mí – ella puede ser la indicada.

-No volveré a caer en esa, a la mañana siguiente ya no lo será y tendré que arreglar tus platos rotos.

-Vamos Taemin, solo esta vez, te dejaré jugar mi nuevo juego – suspiré porque sabría que no se detendría y al final lo único que tenía que hacer era llevarme a la chica tímida, rara o sobreprotectora lejos. Negué en mi interior, sabía que mis protagonistas estaban completamente contra esto, no era la forma correcta.

-Está bien- no pude negarme más cuando hizo sus ojos de perrito.

-En ese caso te veo a las 10:00 en el bar de la quinta avenida dónde siempre.

-¿No puedes llevarlas a otro lugar? – Jonghyun era una criatura de hábitos muy acostumbrado a repetir lo mismo una y otra vez.

-No, ya quedamos ahí – abrió la puerta – por cierto, debes encontrar a la tercer persona, mis amigos estaban algo ocupados.

-¡¿QUÉ?!- Pregunté entre gritando mientras cerraba la puerta sonriendo pícaramente. Ahora parecía que debería ir por un rehén más para la misión nada noble de Jonghyun, definitivamente él había transformado mis días tranquilos en situaciones cada vez más torcidas.

 

 

 

-¿Por qué quisiste cambiar el día? – La doctora preguntó mientras seguía leyendo las hojas que había entregado.

-Tuve un asunto personal – dije y me volteó a ver de reojo mientras seguía leyendo.

-¿Tu primo es la persona más cercana que tienes? – Dijo pasando sus ojos rápidamente por el papel.

-Sí, eso creo – dije tranquilamente mirando alrededor del consultorio.

-¿Qué es lo que estás ocultando tan seriamente? – La doctora dejó las hojas de lado y se inclinó un poco para acercarse a mí, mientras la veía asombrado. – Parece como si hubiese un secreto muy obscuro que no deseas que llegue a averiguar.

-No es eso – bajé la mirada – más bien me da vergüenza tener que decirlo.

-¿Por qué vergüenza? – Tomó su libreta.

-Porque es algo a lo que soy impotente, me siento débil, torpe y completamente inútil cuando se trata sobre ello.

-¿Eras el más pequeño de tu clase?  - Negué rápido – Entonces, ¿es por tu apariencia delicada? – Afirmé al sentir que estaba en lo correcto.

-¿Alguien te molestaba por ello? – Suspiré temiendo esa pregunta, pero al final tenía que cubrir mis 10 sesiones con la terapeuta debido a un evento en el trabajo además sentía que me había ayudado en otros aspectos escribir sobre lo que me agradaba. Pero llegué al punto donde no todo en la vida son rosas, siempre hay un punto en las historias románticas donde el drama aparece y sientes lo amargo de la vida.

-Varios me molestaban, pero había alguien en específico. – Me quedé en silencio mientras ignoraba la mirada de la terapeuta y me quedaba suprimiendo recuerdos.

-Ya se, hagamos un trato, la siguiente semana ambos descansamos, pero la que sigue es la quinta cita, así que quiero que escribas que sentimientos te provoca esta persona, no quiero que me digas cosas específicas, solo deseo saber cómo te hacía sentir. Creo que podemos avanzar bastante con solo eso, si deseas escribir más cosas para desahogarte también estaría bien, pero no te presiones. – Afirmé con una sonrisa, definitivamente escribir como me sentía no era tan grave, además no debía decir quién era ni nada así. En este momento podría superarlo y seguir con mi vida sin que me volviese a afectar.

-En ese caso nos vemos hasta la próxima semana – se levantó y dirigió a la puerta – sigue confiando en tu primo – me volteo a ver – te aseguro que no eres una carga para él. – Le miré asombrado, ¿lo habría notado por mi forma de escribir? –Con esta pregunta en mi mente salí hasta el pasillo y me despedí tranquilo de la recepcionista, alegre de haber cambiado el día.

 

 

 

 

 

 

 

 

¡Llegas tarde! – Ese fue el primer regaño de Jonghyun tan pronto bajé del taxi con mis pantalones rojos y chaleco negro, selección de Key. A sí… en ese momento llegó el segundo regaño -¿Qué hace el aquí?

-Me dijiste que trajera a alguien más – dije mientras Key pagaba el taxi y salía con paso constante y seguro a reunirse con nosotros mientras vestía con chaqueta rosa y lentes obscuros de marco azul en plena noche.

-Pero él… - le señaló y Kibum se quitó los lentes mirándole fijamente.

-Por fin te veo en persona – pasó su mirada de arriba abajo – no hay mucho que ver – Key se giró cruzando los brazos.

-¡Tú…! – Sostuve a Jonghyun quien intentaba alcanzar a Key mientras este le ignoraba.

-Llevémonos bien por esta noche – intenté calmarlo- tu necesitabas un tercer chico y Key es muy bueno entendiendo a las chicas.

-Está bien – Jonghyun se calmó y arregló su chaqueta de cuero negro – pero ante cualquier cosa lo mato.

-Como si una pequeña pulga pudiese matarme – Key comenzó a avanzar y Jonghyun le siguió deprisa rezongando que su estatura no estaba mal y que la genética le había jugado una broma.

No había pensado esto correctamente, pero tan pronto Jonghyun salió decidí preguntarle a Key por otro chico y él dijo que sería divertido hacerle la conquista imposible a mi compañero. Ellos nunca habían interactuado de frente, pero ya los había descubierto varias veces peleando en el teléfono de cuando Key llamaba a casa. Aún no sé cómo comenzó, pero tan pronto Jonghyun contestaba una ola de insultos salían de ambos, a veces tardaban bastante en pasarme el teléfono.

Cuando le pregunté a Kibum por qué lo hacía, dijo que era divertido romper la perfecta burbuja de cerdos como él y que era muy gracioso por que intentaba defenderse.

Creo que Key disfruta molestar a Jonghyun por que se parece a muchos de sus anteriores novios que terminaron lastimándolo y Jonghyun… creo que a él no le agrada nada esto.

 

 

Llegamos hasta el lugar de encuentro y las chicas ya estaban esperándonos enfrente del bar que Jonghyun adoraba porque tenía música en vivo y un ambiente bohemio a más no poder.

-Hola Yoo Hwa – Jonghyun se acercó a una de ellas con un vestido blanco y chamarra de mezclilla, su cabello tenía un tono rojizo, pero se veía bastante inocente comparada con otras chicas de Jonhyun. La chica nos volteó a ver y Jonghyun se hizo a un lado – Estos son mis amigos – Taemin y Kibum.

-Key – Kibum corrigió rápido- díganme Key, por favor.

-¡Qué cool! – Una de las chicas habló – soy MinAh y ella es Robin.

-¿Robin? – Pregunté asombrado a ver la chica que estaba toda vestida de cuero negro mirándonos de reojo.

-Robin es la hermana mayor de Yoo Hwa, le gusta que usen su nombre americano, ellas crecieron en California.

-Eso suena bien, yo estuve estudiando un tiempo en California- Key comenzó a hablar tranquilamente como siempre y Jonghyun me miró asombrado con una cara de ¿Enserio? Y yo solo pude afirmar, una de las habilidades de Key era saber conversar.

-Yoo Hwa, mucho gusto – dije sonriendo intentando ser amable, aunque ser social no se me daba, pero si nos íbamos a sentar en el bar; Jonghyun terminaría besuqueándose con una de ellas en la esquina mientras los otros intentábamos hacer conversación incómodamente.

-Deberíamos ir a bailar – Key soltó deprisa esas palabras y lo miré con atención.

-Secundo la noción – MinAh levantó la mano, era una chica bastante alta, traía pantalones blancos con una playera de color plateado y su cabello era negro y corto.

-Pero… -Jonghyun estaba por decir algo aunque fue interrumpido por MinAh.

-Yoo Hwa, vamos a bailar ¿Si? – La chica afirmó sonriéndole – ¿Qué dices Robin?

-Prefiero bailar – la chica miró el lugar.

-¿Tú Taemin? – Jonghyun me miró con ojos suplicantes, pero aun así no me convencería.

-Muero por ir a bailar – dije entusiasmado, por fin algo bueno salía de esto, después del largo tiempo de Key planchando mi cabello y los diferentes cambios para tener que ir a un bar, parecía que Key lo había planeado desde el principio.

 

 

 

El club estaba bastante lleno para ser tan temprano, la música resonaba en cada rincón haciendo imposible la plática. Aunque nos sentamos por un momento no pasó mucho hasta que MinAh se puso de pie.

-¡Vamos a bailar Taemin! – Levantó la voz para que la escuchara y afirmé levantándome.

-¡Vamos Yoo Hwa! – Key extendió su mano galantemente y la chica afirmó algo sonrojada. Jonghyun solo se quedó boquiabierto mientras nos alejábamos los cuatro a bailar y lo dejábamos con Robin en la mesa.

Cuando llegamos a un espacio en la pista simplemente comenzamos a bailar sin detenernos, me gustaba ese sentimiento de ser invadido en todo el cuerpo y sin poder detenerme, sin darme cuenta de lo que pasaba a mí alrededor. En algún momento dejaron la pista y volvieron con cervezas, yo seguí bailando mientras tomaba. Sentía que mucho de mi estrés me abandonaba.

No sé cuántas veces fueron a recoger cervezas a la barra, ya no las contaba pero en un momento dijeron que fuéramos a descansar y al llegar a la mesa las cosas pasaron de ser ligeras y divertidas a todo un alboroto.

Cuando llegamos Robin estaba en las piernas de Jonghyun besándolo, Yoo Hwa salió corriendo y MinAh fue tras ella, Jonghyun nos miró asombrado y empujó a Robin.

-¡Yoo Hwa! – Gritó sordamente entre la fuerte música y desapareció entre la gente como las otras dos. Entonces lo más raro sucedió, Key se acercó a Robin que sonreía siniestramente y la abofeteo.

-Niña mala – dijo mientras me acerqué más para oírles y la tomó de la muñeca para jalarla detrás de él, en medio de la confusión decidí seguirlos hasta el exterior donde Key la sentó en una de las jardineras en la calle.

-¿Si sabías que haría eso porque me dejaste a solas con él? – Ella preguntó con una sonrisa.

-Quería confiar en tus palabras – Key dijo cruzando los brazos como si regañara a una niña pequeña.

-¿Palabras? – Pregunté mientras que ambos estaban en silencio.

-Este idiota me creyó cuando le dije que quería estar a solas con él para amenazarlo para que cuidara de mi hermana – volvió a reír y luego le miró – eres un crédulo “KEY” – entonó su nombre fingiendo dulzura.

-No entiendo ¿Lo querías para ti o solo deseabas romper el corazón de tu hermana? – Key preguntó serio mientras la chica seguía con su tétrica sonrisa.

-Yo para que querría a un enano mujeriego como ese – la miré espantado, pocas chicas de las que había conocido podían ser así.

-Entonces eso nunca se te perdona – Key volvió a levantar la mano pero esta fue abruptamente detenida -¿Jonghyun?- Preguntó al girarse para ver quién lo bloqueaba. Jong sonrió y soltó suavemente a Key.

-Perdona Robin – hizo una reverencia a la chica que estaba sentada – no sé qué me pasó, estoy interesado en Yoo Hwa.

-Bastardo – la chica se levantó poniéndose de pie – eres simplemente un inútil. –Robin caminó alejándose por la calle.

-Ella tiene razón, eres un inútil – Key dijo mirándole con los ojos enrojecidos.

-Yo fui quién cometió el error – Jonghyun sonrió – no es culpa de ella.

-Tonto – Key lo empujó y tomó mi muñeca- vamos Taemin, sigamos bailando, si te juntas con gente tan boba se te pegará la idiotez.

-¿Qué idiotez? – Jonghyun alcanzó a preguntar antes de que volviésemos al interior dónde la música ahogó cualquier palabra y donde fui arrastrado a la mitad de la pista. Key parecía entre molesto y asombrado, me costaba entender todo lo que había sucedido. En gran parte debido a la cantidad de alcohol en mi sangre. Pero cuando mi acompañante empezó a bailar, yo también, poco a poco decidí hacer lo que él y olvidar lo que acababa de pasar bailando.

Pasó algo de tiempo y no pude ver a Key, intenté buscarlo pero no podía ver nada, parecía que el club estaba en su máxima capacidad, me sentía bastante mareado y decidí alejarme de la pista. Pero en un momento todo se puso negro y simplemente sentí como el aire se me escapaba, podía oír la fuerte música y sentí el piso golpear contra mi espalda, pero tras eso, ya no pude ver, escuchar o sentir nada, el conocimiento me había abandonado.

 

Desperté cuando sentí un suave aroma, acompañado de golpes graves y agudos, definitivamente alguien estaba preparando el desayuno. Presioné mis ojos intentando abrirlos despacio, sintiendo el fuerte dolor de cabeza mientras olfateaba el dulce aroma de la comida en cocción.

Miré el techo blanco y me senté de golpe. Esa no era mi habitación, las cortinas amplias, alguna ropa apilada en la iluminada alcoba y las blancas sábanas fueron lo primero que pude notar. Giré la cabeza de un lado al otro, los espejos del closet, el marco de metal de la ventana, el piso de madera pulida, todas las imágenes seguían llenando mi mente y llevándome a la desesperación.

Lo siguiente que hice fue sacar la sábana de golpe, tenía que ver si estaba vestido ¿Qué tan lejos había llegado? Ufff, mi ropa aún estaba en su lugar, ahora debía saber cómo había llegado ahí. Busqué mis zapatos alrededor pero supongo que terminaron cerca de la puerta, tomé mi cartera y celular que estaban en la mesita junto a la cama. La billetera tenía todo el dinero y tarjetas en su interior, intenté encender mi celular pero este se quedó estático. –Sin batería- dije mientras me acercaba al borde de la cama para levantarme tirando lo que parecía un despertador y haciendo bastante ruido. “Rayos” dije en mi mente y miré hacia la puerta, de seguro había sido escuchado.

-¿Ya despertaste? – Escuché esa voz y abrí grande los ojos, sentí un aire helado recorrerme y comencé a retroceder mientras los pasos retumbaban a la entrada. – Hice el desayuno – se asomó el origen de esa voz, el chico alto de amplios ojos y labios gruesos que causaba dolor solo verle -¿Qué pasa? – Preguntó acercándose con su odiosa sonrisa y se agachó para tomar el despertador y ponerlo en la mesita - ¿Te duele algo?

-¡¿TU?! – Le señalé y miré con odio, sentía como me quemaba por dentro la sensación de causarle pena y dolor.

-¿Vamos con esto de nuevo? – Preguntó mientras me observaba inclinando la cabeza.

-¿De nuevo? – Pregunté aun molesto y retrocedí otro poco.

-Ayer también me señalaste y comenzaste a llamarme de todas formas – entrecerré los ojos intentando no creerle y me presioné un poco para recordar.

 

Flashback

Sentí agua salpicando mi rostro - ¿Estás bien? – Una voz conocida me preguntó mientras recobraba  mi conocimiento. – Omo – le señale – es el saca-mocos de Minho – reí- nunca creí verme con el pervertido de Minho aquí.

-¿Sacamocos pervertido? – Un chico de cabello negro preguntó riendo.

-Anio – negué empujando su cara suave – es el sacamocos, pervertido, desgraciado, violador, masoquista de Minho por lo menos.

-¿Qué te crees? – El chico alto al que llamaba de esa manera mostró algo de enojo mientras el otro se atacaba de risa.

-Solo te pasa a ti Minho, salvas a alguien de morir aplastado y te llama como puede.

-Anio anio – negué con la mano recargándome en la pared- prefiero morir que ser salvado por el asqueroso y apestoso de Minho.

-Está bien – el chico me soltó – arréglatelas solo.

-Si – me puse de pie tambaleando – me las arreglaré solo, siempre he podido solo no necesito al tonto de Minho para ello, el solo hace la vida insoportable para todos.

-¿De dónde lo conoces? – El chico preguntó mientras se empezaban a alejar y noté que me encontraba en el baño junto a los lavabos.

-No sé…

-Pero sabe tu nombre.

-No tengo ni la menor idea – dijo y todo mi enojo se fue contra él cuando lancé una barra de jabón con todas mis fuerzas.

-Exacto el egoísta de Minho no le importan los demás – me volteó a ver algo molesto – solo le interesa el mismo. – Se acercó a mí y tomó el cuello de mi chaleco levantándome un poco.

-Pero, ¿qué te crees? – Levantó su puño acercándolo a mi rostro y yo solo pude reír.

-Claro, el petulante de Minho no sufre como yo – seguí riendo – solo yo soy castigado con el recuerdo del maldito de Minho cada día desde que hizo mi vida imposible en preparatoria. Vamos golpéame bastardo, por los buenos tiempos. – Me soltó de golpe y sentí como arremetía con la pared.

-¡Sacamocos! ¡Chupadedos! – Seguí con los insultos, solo dejando salir todo lo que me había guardado mientras que en el fondo la risa del chico musculoso que lo acompañaba seguía.

-Suena como pelea de primaria – dijo aun riendo.

-Sí, es muy gracioso – miré al alto que seguía asombrado al verme – siempre que Minho golpea a alguien todos ríen – el chico detuvo su risa y volteo a ver el rostro espantado del contrario – más si se trata de mí – dije recargándome en la fría pared intentando mantenerme despierto.

-¿Lee Taemin? – Preguntó agachándose y acercándose a mí.

-El mismo diablo en persona – sonreí al sentirme reconocido – frente a su pesadilla Minho.

-Te llevaré a casa – dijo tomando mi brazo.

-No quiero – intenté zafarme pero una presión interior corrió desde mi estómago quemando mi esófago y terminó sobre la ropa del alto moreno que solo me veía con horror. Reí al ver mi vomito cubriéndole.

-Mira ahora Minho si está asqueroso y apestoso – dije mientras comenzaba a perder el conocimiento de nuevo contra la pared del baño.

Fin del flashback


Presioné mi cabeza- Aigoo – era horrible recordar de esa manera. Tanto tiempo queriendo vengarme para que al final perdiera el conocimiento mientras lo intentaba.

-¿Ya recordaste?- Preguntó mientras tendía la cama y le volteé a ver algo molesto.

-¿Por qué me trajiste aquí? – Demandé al instante.

-Ayer busqué información, pero tu celular no tenía batería y tus identificaciones carecen de dirección – abrí mi cartera de nuevo y me di cuenta que tenía razón.

-Debiste dejarme ahí – dije aún molesto.

-No creo que sea buena idea dejarte ahí, te confundieron varias veces con una chica y no tenías ni una pisca de conocimiento.

-No me importa, no quiero estar aquí. – Rezongué deprisa, pudiese que tuviese razón, pero para mí era caer muy bajo si él me ayudaba.

-Porque prefieres morir a ser ayudado por el asqueroso de Minho – dijo mirando al piso y me sentí un poco mal.

-Solo no quiero involucrarme más contigo – giré el rostro hacia la ventana. – No son gratos recuerdos.

-Lo entiendo – le escuché suspirar. – De todos modos desayuna algo antes de salir, ayer te pusiste bastante mal.

Salió en silencio del cuarto y yo me asomé siguiéndole. Su apartamento era amplio y muy iluminado, llegamos hasta la gran cocina que se veía bastante cómoda y en la mesa había varios platos servidos.

-Adelante, come – dijo con una nostálgica sonrisa- voy a correr, la puerta está abierta, puedes salir cuando termines.

Me miró y giré mi cabeza indignado. Él tomó una maleta después de meter una botella con agua en su interior y salió deprisa.

Miré los platos pensando no comer, pero moría de hambre así que comencé a probar todas las cosas con mi tazón de arroz.  Caminé alrededor mientras comía mirando las pinturas, jarrones y demás decoraciones de la casa.

-Minho ha de ganar bien – dije un poco celoso, uno siempre desea que su abusivo de la preparatoria sea alguien desempleado viviendo en una caja de cartón.

Comencé a observar las fotos y encontré una que llamó mi atención. No pude evitar sonreír al verla ahí estaba mi amor de preparatoria con su traje de educación física junto a Minho.

-Siempre lo tendrás todo- entoné suave y noté que mi arroz se había terminado. – Pero yo no soy un monstruo como tú – me dije a mi mismo y le volví a sonreír a la foto, era tan dulce ver a mi Noona tan feliz.

Tras acabar de comer tomé mi billetera y salí de la casa en busca de una tienda. Tenía que agradecerle de algún modo ya que no volveríamos a vernos. Compré algunos helados que le veía comer cuando estaba en la preparatoria y los llevé a su departamento. Sonreí dejándolos en la nevera y además agregando otros bocadillos que me gustaban.

“Para el asqueroso sacamocos de Minho, si gustas algo más fresco abre la nevera” – Terminé de escribir y tomé uno de los helados.

-Solo hago esto porque no tienes fotos de ninguna otra novia aquí – sonreí – me alegra que lleves su recuerdo así como lo hago yo. –Salí comiendo la paleta por alguna razón eso me había animado y ahora creo que borraría a Choi Minho de mis pesadillas recurrentes.


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