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Not My Highschool Sweetheart por Fuerza Friki

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-Subí cojeando las escaleras que guiaban al piso de mi departamento, maldecía internamente porque el ascensor estaba averiado. No tardé en empezar a escuchar algunos gritos cuando alcancé el pasillo que dirigía a la puerta numerada.

-¡Tenemos que encontrarlo!- Una voz aguda retumbó en el pasillo y luego un estruendo

-¡Ya deja de correr de un lado al otro, estás haciendo un desastre!- la segunda voz volvió a sonar.

-¡Pero no llega! ¡Pudo pasarle cualquier cosa!

-¡No me jales! ¡Tú fuiste quién lo perdió!

-¡Solo lo dejé de ver por un segundo!

-¡De seguro estabas coqueteando con alguien!... – Un silencio incómodo se emitió entre los gritos mientras alcanzaba la perilla de la puerta con el número 35.

-¡¿Lo abandonaste por estar coqueteando?!- Tomé mis llaves mientras sonreía, de verdad eran peculiares mis amigos.

-¡Lo dices como si tu no coquetearas todo el tiempo! – Key alzó el tono de nuevo y abrí la puerta intentando esconder mi sonrisa.

-¡Vez! Ahí está – Señaló Jongyun hacía la puerta y se dejó caer en el sillón y Kibum corrió hacia mí y sujetó mis hombros.

-¿Dónde te habías metido? ¿Por qué llegas hasta la 1? –Miró su reloj - ¿Te hicieron algo? – Comenzó a verme alrededor.

-Yo … - intenté explicar pero fui interrumpido.

-¿Conociste una chica? – Jonghyun se acercó sonriendo - ¿Estaba buena?

-No –negué rápido con las manos.

-¿No estaba buena? Entonces solo fue para liberar la calentura – volví a negar.

-¿Pero qué estás diciendo? –Key me alejó de Jonghyun – Taemin solo llega a ese punto con una chica cuando la conoce bien – volví a negar sin que me dejasen hablar -¡¿Tú también eres como esté?!- Key señaló a Jonghyun inquisidoramente.

-¿Cuál este? –Jonghyun empujó su mano – ¡Yo tengo un nombre!

-¡Ya basta! – Me puse en medio de ellos.

-¿En casa de que chica estuviste anoche? – Jonghyun me volvió a preguntar.

-No estuve en casa de una chica – dije dejándome caer en un sillón.

-Entonces, ¿de un chico? – Key se me acercó sentándose a mi lado y yo afirmé suspirando un poco.

-¡WAAAAA! – Jonghyun comenzó a despeinarse - ¡Ya lo descompusiste!

-¡Yo no he descompuesto a nadie! – Key volvió a verme después de gritarle – Taemin ¿Desde qué momento sentiste este tipo de inquietud?

-No, no, no – reí mientras negaba- me quedé en casa de un chico, pero no de esa forma.

-¿Entonces? – Key me miró y Jonghyun se agachó frente a mí para ver mi cabizbajo rostro.

-Ayer me puse bastante mal y alguien me ayudó. Como no supo dónde vivía me llevó a su casa.

-Eso es muy peligroso – Key dijo mirándome con preocupación.

-Tienes suerte de haber encontrado a alguien tan amable – suspiré de nuevo ante las palabras de Jonghyun.

-Es cierto, es demasiada amabilidad – suspiré pesadamente – tanto que no me lo creo.

-¿Revisaste tu cuerpo? – Key mencionó y levantó mi rostro para ver mi cuello - ¿No te habrán hecho algo? – Negué mientras este levantaba mis mangas y veía mis brazos, de seguro buscaba cualquier indicio de agujas, drogas, marcas o cualquier otra cosa que su fatalista mente imaginara.

-Existen las personas amables – Jonghyun dijo a Key.

-No seas un confianzudo, eso es extremadamente raro –Key mencionó y volvió su mirada a mí.    

-Lo más raro – hice una pausa al decir esto – es que era Choi Minho – Key me soltó y se hizo un poco para atrás.

-¿Choi Minho?- Preguntó y luego nos quedamos en silencio.

 

 

 

-¿Este Choi Minho es quien te molestaba en preparatoria? – Jonghyun tomó un sorbo de café. Nos habíamos movido a la cocina y Key estaba preparando de comer después de servirnos tazas de café. Key tendía a cocinar cuando estaba nervioso o preocupado.

-Este chico molestaba a todos en la preparatoria– Key dijo y soltó algo en el aceite causando un fuerte sonido. – Solo nos hacía los días insoportables.

-¿A ti también te molestaba? – Key se quedó en silencio.

-No tanto como a Taemin- dijo y encajó el cuchillo con fuerza en la tabla – molestarme a mí solo era el pan de cada día en esa escuela. Pero a Taemin nadie más que Choi Minho podía molestarlo, se volvió su juguete preferido.

-¿Y eso por qué? – Jonghyun preguntó tomando una galleta de las que estaban al centro de la mesa.

-Estaba loco – Key dijo como si esa fuera la única razón.

-Creo que es porque le agradaba a noona – dije razonando, por mucho tiempo para mi esa era la razón. Pero no pensaba alejarme de ella solo porque Minho me molestara.

-Pero eso fue hace mucho, suena como que ahora está arrepentido de todo – Jonghyun dijo y Key giró para verle molesto.

-No tiene perdón – Key sentenció y puso dos platos en la mesa con un fuerte golpe. –Ahora coman, luego me encargaré de él.

-No hagas nada Key – sonreí – creo que ese ha sido el cierre para mí – dije con orgullo y comencé a devorar la comida. Me hacía tanta falta, parecía que mi apetito se había agrandado tras el desayuno en la casa del saca-mocos.

 

 

 

Si hay un día que odio por excelencia, es el lunes. Los lunes en la mañana son tan insípidos y dolorosos que hasta tomar el desayuno cuesta, el tiempo nunca alcanza y todos tienen esa cara de pocos amigos.

De algún modo llegaba a mi escritorio en la abarrotada oficina y dejaba el maletín al lado para comenzar a llenar números en la computadora tras ponerme mis gafas.

-¡Taemin! – Escuché una alegre voz y la chica de traje gris con una falda algo corta se sentó en mi pequeño escritorio. – Tengo una duda sobre algo que hace mi novio – la voltee a ver y la chica del cubículo contiguo se asomó.

-¿Qué sucede? – Pregunté sin dejar de ver la computadora  y seguí agregando los números en las celdas.

- Descubrí un mensaje algo perturbador en el celular de mi novio

-¿No es ya la segunda vez? – Dije un poco fastidiado, algunas de esas chicas nunca aprendían, salían con completos bastardos

-¿Cómo lo descubriste? – La pelirroja del cubículo contiguo se asomó.

-Dejó su celular en la cocina y no pude evitarlo – dijo bajando la mirada hacia sus piernas y yo me separé de la computadora, me recargué en el respaldo de la silla y bajé un poco mis lentes para clavarle la mirada.

-Creo que cuando has perdido la confianza es imposible que vuelva ¿Por qué le diste otra oportunidad?- Mi compañera de área se paró detrás de mí y otras comenzaron a acercarse poco a poco.

-No sabes lo difícil que es encontrar a alguien en estos tiempos, todos los chicos quieren estar con mujeres que parecen modelos. Por lo menos él me ha considerado a mí.

-¡Queeeeeee bobaaaa! – La peliroja dijo y se regresó a su cubículo.

-No seas así Jen – reí un poco mientras intentaba fingir un regaño a mi compañera. – Creo que no te estás considerando a ti misma, no tienes por qué ser la carta segura de este chico.

-Taemin tiene razón – otra chica se acercó y le puso una mano en el hombro – no vale la pena si te engaña dos veces.

-¡No vale la pena si te engaña aunque sea una! – Corregí cruzando los brazos – es mejor que esta vez sí lo termines, no importa cuántas flores o si te hace sentir culpable por leer su celular.

-¿Pudo ser un mensaje qué llegó a un número equivocado? – Otra se acercó a preguntarle mientras la chica comenzaba a sollozar.

-Tenía su nombre y no solo era uno de ese número – suspiré y me puse de pie tomando un pañuelo y se lo entregué con cuidado – creo que desde que decidiste ver en el celular ya sabías que era tiempo de terminar todo. – Le dije con una sonrisa.

-No quiero estar sola – la chica limpió sus lágrimas.

-Mejor estar sola que mal acompañada – las demás afirmaron y siguieron consolándola.

-Lo que tú necesitas – la pelirroja se volvió a asomar – es una pieza de avanzada tecnología. – Todas la voltearon a ver de nuevo. – Me acaba de llegar nueva mercancía, consoladores de alta calidad que responden al sonido, entre más fuerte hables más rápido vibrarán.

Unas voltearon a verla con cara de asco y otras se acercaron a ella -¿De verdad? – Jen afirmó.

-Ahora les muestro el catálogo – abrió su cajón y sacó una revista algo gruesa.

-¿Qué pasa si gritas de dolor si algo salió mal? – Pregunté riendo un poco.

-Que miedo Taemin – una de las chicas que tenían el catálogo dijo mientras que veía el catálogo.

-No habría razón para gritar de dolor, viene con un manual, no teman – Jen sostuvo una mirada asesina. – Los hombres ya no son necesarios para nada.

-¡La jefa! – Me volví a sentar deprisa cuando mi compañera corrió al lugar, las que quedaban se alejaron del escritorio y Jen corrió a guardar el catálogo.

 

 

Se suponía que esta semana estoy libre de mi sesión pero aun así creo que puedo dedicar unas palabras a Jen. Puede que sea la persona con quien más tiempo paso. Ella es... rara, creo que es la palabra perfecta para describirla.

Una mujer fuerte y decida, una femenista extrema y tiene su propia tienda para adultos. Cuando la conocí tuve miedo por algún tiempo, era muy sería y cada vez que me reía por algo parecía molestarse por que toma su trabajo muy serio.

Poco a poco me di cuenta que era una persona muy atenta, muy amable y se preocupaba por todos en el trabajo. Las chicas siempre terminaban en nuestra área de labor por que necesitaban un regaño para seguir con sus vidas.

Ella siempre me ayuda con los pendientes, almorzamos juntos muchas veces y somos quienes se quedan en los proyectos hasta tarde. También se puede decir que ella me salvó la vida.

-¿Tienes libre el día de hoy? – Afirmé mientras comía grandes bocados de arroz. – Eso es bueno, has estado yendo al psicólogo demasiado.

-Solo han sido unos días – sonreí después de tragar todo dando un par de golpes en mi pecho.

-Pero aun así, parece que has avanzado mucho últimamente – Jen dijo y dio un sorbo a su té.

-Creo que es porque cerré un ciclo – la chica sonrió.

-Por un momento me preocupaste mucho – siguió mientras miraba al exterior.

-No fue mi intención – miré hacía el piso arrepentido, creo que había causado más problemas de los necesarios por mi infantil decisión.

-Sé que no fue tu intención, pero siempre estás diciendo a todas las chicas que se aprecien y que son muy importantes.

-Lo sé, lo sé – rezongué como adolescente a su madre.

-¿Has pensado en salir con alguien? – Me preguntó acercando su mirada hacía mí. – Muchas chicas en el trabajo creen que eres asombroso y muy lindo.

-Yo creo – suspiré y miré hacía la puerta- que aún no estoy listo.

-Yo creo que sí, pero quieres que la chica de tu pasado te dé su permiso.

-¿Permiso? –Le miré curioso.

-Si algo como hablar con ella, jurarle que no la vas a olvidar y que harás de todo a su lado aunque no estén cerca.

- Pero está en el extranjero –dije recordando el día que la vi subirse en aquel avión.

-Puedes hablar con ella aunque no esté – me sonrió – si tienes un objeto u foto de ella solo dile cómo te sientes.

Era verdad, había leído esta receta varias veces en los libros, películas y demás que leía. Solo debía vivir una vida digna siempre honrándola y así poco a poco podría ir siguiendo por ambos.

-Ya vámonos, no podemos volver tarde al trabajo – se levantó deprisa dejando las cosas en la basura.

-¡Espera Noona! – Me levanté deprisa intentando alcanzarle.

-¿Cuál Noona? – Ella siguió con el paso rápido bastante molesta.

-Lo siento Jen – dije mientras me apresuraba –no te volveré a decir noona, lo prometo.

 

 

Al terminar en el trabajo corrí a casa tan rápido como pude. Entré dando un portazo y llegué hasta mi habitación para arrastrar una gran caja de cartón.

-¿Dónde está? – Me pregunté mientras introducía mitad de mi cuerpo buscando entre mis viejas pertenencias de recuerdos lejanos.

-¿Por qué tanto ruido? – Jonghyun llegó tallando sus ojos, de seguro acababa de despertar.

-Busco cualquier cosa que pueda servir para establecer una conexión.

-¿Conexión? – Me senté en el piso y suspiré.

-Pero no tengo nada, todo era doloroso de tener cerca.

-No sé qué buscas, pero cuando yo necesito algo siempre hay alguien más que puede tenerlo o conseguirlo ¿Si es algo de tu pasado puede ser Key?

Negué – Key prefirió no guardar nada de la preparatoria, dijo que ellos no lo valían.

-Yo creo que sigo viviendo en la prepa con mis mismos amigos, supongo que hay algún compañero también enfrascado en ese momento.

-¡Tienes razón! – Me puse de pie deprisa lo cual causó que Jonghyun se fuese para atrás – hay alguien que tiene más conexión. –Tomé mi mochila – no tardaré.

-¿QUÉ? – Salí corriendo mientras Jonghyun seguía en el piso mirándome y preguntándose qué había sucedido.

 

 

 

Volví a ver el reloj, llevaba un largo rato sentado en el mismo lugar. Miraba la alfombra roja de ese pasillo y las masetas con plantas que parecían ser tropicales.
-Este lugar parece caro – volví a ver el reloj y solo había pasado un minuto más. Ya tenía tres horas frente a la puerta de madera de ese edificio con paredes de mármol. Miré por la ventana y la lluvia azotaba con fuerza. Ahora hasta volver a casa parecía una locura, no me había fijado en el cielo y parecía que la lluvia no dejaría de caer pronto.

La aguda campanilla del ascensor me hizo voltear, me la había pasado mirando a ese punto esperando que el dueño del departamento en el cual había estado recargando llegase. Al notar que por fin se trataba de la persona que había estado esperando esas tres horas me puse de pie. Lo miré con traje negro y la corbata desanudada, sus largos pantalones estaban mojados en el borde y sus zapatos rechinaban por el agua.

-¿Taemin? – Preguntó notando mi presencia cuando había alcanzado la alfombra y abrió amplio los ojos dejando caer la sombrilla empapada sobre la roja superficie. Me incliné notando que había sido una locura estar ahí.

-Perdona la molestia – dije aun sin poder levantarme. Pensé que nunca volvería a ver a Choi Minho y mucho menos que yo lo iría a buscar, pero ahora lo sentía como necesario.

-Está bien – se agachó tomando el paraguas – es más una sorpresa – empezó a buscar en sus bolsillos y el tintineo de las llaves resonó el pasillo. No volvió a verme pero se dirigió a la puerta con prisa y la abrió sin vacilar. – Pasa – mandó mientras entraba y encendía la luz.

Entré dejando los zapatos cerca de la puerta mientras que Minho pasaba hasta el sillón y se quitaba los zapatos y calcetines. Le miré, seguía siendo tan alto y con piernas tan largas. Si no fuese un verdadero demonio se podría decir que era el chico ideal. Y así lo fue, todas las chicas de preparatoria lo veían a él como el hombre perfecto.

-¿Te preparo algo? – Preguntó poniéndose de pie y desabrochando sus pantalones.

-No es necesario – dije mientras le miraba fijamente y al notar mi mirada se giró.

-Voy a cambiarme rápido – dijo alejándose hacía la puerta donde recuerdo que estaba la habitación.

-De acuerdo – dije sin alejarme de la puerta mientras veía alrededor. Ya había investigado el blanco departamento pero ahora sin la fuerte cruda que me había cargado la última vez era más fácil ver cada detalle.

Me acerqué a la vitrina donde estaba la fotografía que había llamado mi atención la última vez. Y entre las cosas había también una medalla.

-¿Ya hiciste tu servicio militar? – Hablé alto mientras observaba la medalla en la vitrina.

-¡Si! ¡Acabé hace 3 meses!- ¿Hace tres meses? Pregunté para mí mismo y miré la medalla. Hace tres meses pasaron muchas cosas, me dije a mi mismo y luego sentí alguien detrás de mí.

-¿Estás bien? – El alto dijo mientras me giraba alterado.

-Sí, yo solo… - miré a Minho que ahora traía unos pantalones que parecían ser demasiado cortos para sus piernas – estaba viendo – terminé la frase que había comenzado.

-¿Quieres algo? –Negué de nuevo mientras el entraba a la cocina y tomaba una taza.

-Solo vine por algo – dije mientras él se servía de la cafetera.

-¿Ha decirme saca-mocos otra vez? – Sonrió un poco y me miró con ironía.

-No – miré al piso – sé que esto sonará raro pero quería saber si puedo tener una foto u objeto de noona.

-¿Una foto?- El alto de cabello negro me miró sorprendido.

-Solo es para tener algo de ella – dije mirándole. Tal vez me estaba metiendo en líos de nuevo, pero ahora quería seguir dando todo de mí.

-Está bien, supongo que te la debo – El chico dejó su café sobre la mesa y se dirigió a donde estaba la vitrina, abrió unos de los cajones y sacó un grueso álbum.

-Puedes tomar las que quieras – dejó el álbum frente a mí con un estruendoso golpe.

Abrí el álbum mirándole sorprendido. – Estás siendo muy amable.

-Esperabas que te encerrara en el baño o algo así – se rio un poco y lo miré algo molesto.

-Eso no es gracioso mugroso de Minho – dije pasando las páginas llenas de fotos de la preparatoria.

-Perdón – se sentó con cara de derrota frente a mí y continuó bebiendo su café.

Siguió callado mientras pasaba las páginas de sus tres años de preparatoria. Las imágenes de mi Noona estaban en todos lados, con su cabello largo y lacio en un tono castaño claro, su alegre y contagiosa sonrisa, sus mejillas algo rosas y sus ojos grandes y profundos.

-Siempre te gustó mucho – el pelinegro se atrevió a hablar después de observarme por tanto tiempo.

-No lo voy a negar, aunque tú siempre lo supiste – seguí mirando – por eso siempre me molestaste ¿Verdad?

-En parte si – soltó un fuerte suspiro y dejó caer su cabeza sobre la mesa – tú también le gustabas.

Le miré aún más molesto, no estaba para sus bromas pesadas, pero él siguió recostado sobre la mesa sin notar mi enojo.

Al llegar a las fotos del segundo año vi a mi Noona como tal la recordaba, con el cabello un poco más corto y con el flequillo de lado.

-¿Puedo tomar una de estas? – El levantó su mirada y notó las que señalaba.

-¿De nuestro segundo año?

-¡Mira! – Interrumpí señalando detrás de donde Minho y Noona aparecían –aquí salgo yo.

-Es verdad – se acercó a ver – sales al fondo – fijó la vista donde estaba. -Puedes tomarla- sonrió un poco.

-Gracias – saqué la fotografía de la capa protectora y la tomé con cuidado. – Con esto basta.- Dije poniéndome de pie. – Ya te debo dos mugroso Minho.-

-No creo que me debas algo – se puso de pie también – pero puedes venir cuando gustes si necesitas ver más fotos.

-Está bien – le sonreí y guardé la fotografía con extremo cuidado en la mochila- por fin tendré mi cierre – dije con orgullo mientras me acercaba la puerta y ponía los zapatos.

-¿Cierre? – Minho me observó inclinando un poco la cabeza.

-Voy a dejar atrás todo lo que pasó en la preparatoria  - tomé la perilla y abrí la puerta – no temas – salí del lugar – no volveré a molestarte más.

Cerré la puerta tras de mí y caminé por el pasillo orgulloso. Estaba feliz de que Minho hubiese madurado, de seguro a Noona le agradaría mucho más ahora. Ahora era mi turno de volverme más maduro y listo para lo que vendría

Salí hasta la calle y  noté que la lluvia aun caía constantemente. – Rayos – quité mi suéter para cubrirme – olvidé que llovía. Las calles estaban empapadas y la gente corría de un lado al otro con paraguas.

Respiré profundo y me decidí a salir pero tan pronto me aventuré a la lluvia ninguna gota pegó en mis brazos o en el suéter. –No te deberías mojar – la alta figura de cabello obscuro estaba parada junto a mí, sosteniendo el paraguas que se le había caído en el pasillo hace unos momentos.

-Está bien, no vivo lejos – seguí avanzando pero él me siguió cubriéndome.

-Puedo llevarte en el auto – dijo mientras yo caminaba hasta un pequeño toldo.

-No es necesario – dije mirando hacía la calle viendo si algún taxi pasaba.

-Por lo menos toma el paraguas- me puso el paraguas en la mano y salió corriendo de regreso entre la lluvia. Me quedé viendo el paraguas y luego me fijé en la figura alta y delgada que se había quedado bajo el agua. – Nos vemos luego – dijo con una sonrisa y se apresuró al edificio apartamental en el que residía.

Miré asombrado a la figura alejándose y sujeté el paraguas con bastante enojo ¿Por qué debía ser tan amable? En qué momento Choi Minho había pasado de ser un demonio a una persona decente y lo que más me dolía es que yo seguía estancado en el mismo lugar, sin haber recibido un cambio.

Aún tenía la misma actitud y seguía sufriendo tanto por el pasado, llorando por los mismos tristes instantes y lastimándome a mí mismo con los recuerdos.

 

 

 

 

*Entonces fue extremadamente amable*  La voz de Onew hyung sonó con fuerza en el teléfono con un toque de incertidumbre e incredulidad.

-Sí, para nada era como Minho – Dije mientras me sentaba en la mesa de la cocina.

-No tenemos nada de comer – Jonghyun se asomó desde detrás de la puerta del refrigerador blanca. – Deberías invitar a Key – Jonghyun arrastró la silla frente la mía para sentarse.

*¿Key hará de comer?* -No Onew hyung, Jonghyun solo está de flojo- dije riendo. –Creo que pediremos algo de comer, debo usar el teléfono.

*Está bien, pidan pollo* Jonghyun se acercó al teléfono – Wow este tipo siempre está comiendo pollo.
*Ese sería mi sueño hecho realidad* reí. – Nos vemos luego Onew hyung

*Nos vemos Taemin, cuídate mucho, nos vemos Jonghyun* -¡Adiós hombre pollo! – Jonghyun agregó antes de que colgara. -El hombre pollo debería venir aunque sea una vez, suena gracioso.

-Es bastante genial- dije sonriendo y tomé el directorio – ¿Qué quieres de comer?

-Se me antojan unos fideos negros – le miré raro.

-¿Terminaste con otra chica? – Dije mientras que empezaba a marcar.

-¿Cómo lo supiste? – Me miró curioso mientras hacía el pedido de dos platillos de fideos negros.

-Porque siempre cuidas mucho lo que comes hasta que te dejan o dejas a alguien.

-Soy una persona sensible – dijo recostándose en la mesa y estirando los brazos.

-Mientras no empieces a llorar está bien – dije riendo y me levante a tomar un vaso.

- No lo menciones – soltó un sollozo. Me golpee la frente contra el refrigerador antes de sacar el agua. – Solo lo dices y me dan ganas de… - ese sonio familiar comenzó. Solo Jonghyun podía ser un playboy super-sensible. Ningún otro lloraría al dejar una chica por otra o recordar amores pasados.

-Ya no tardan los fideos – suspiré, me costaba mucho consolar a alguien como él -¿Qué harás este fin de semana? – Lo más sencillo era cambiar el tema.

Levantó su cabeza y sonrió aun con los ojos llorosos – La tienda de música de la siguiente cuadra tiene una nueva empleada que es una bomba – se levantó y me quitó el vaso de la mano.

-¡Oye! – Repelé pero él ya estaba tomando el agua.

-Creo que la invitaré al bar, este fin de semana me toca presentarme – sonrió – también deberías venir tengo una nueva canción.

-¿Sobre qué?- Le miré un poco fastidiado, cuando tocaba con su banda eran sobre temas extraños como beber la sangre de alguien o los mosaicos en baños asquerosos.
-Es algo que compuse como solista – sonrió – no es rock, pero me dejarán presentarme.

-¿Y tú banda? – Miré asombrado, Jonghyun siempre había sido fiel a su banda, lo cual era un error desde mi punto de vista ya que tenían un estilo muy extraño.

-Rick el baterista dejó la banda –suspiró- creo que cada quien tomará su propio camino.- Le vi algo deprimido, Jonghyun era una persona que podía modificar tan rápido sus emociones pero si varias cosas tristes se acumulaban se volvía demasiado para el mismo salir de ello.

-Puede que sea bueno para todos – dije mientras tomaba una segunda botella de agua.

-Da algo de miedo – suspiró – nunca he tocado sin ellos – levantó la vista y me miró fijamente -¿Cómo le hiciste para deshacerte de tu miedo? – Abrí grande los ojos mientras daba un ligero sorbo de la fresca agua.

-¿De mi miedo? – Pregunté aún asombrado.

-¿No le tenías miedo a ese chico y manejaste la situación para conseguir lo que querías? – Dijo con una sonrisa de padre orgulloso y me quedé anonadado viendo el agua mecerse de un lado al otro en la botella.

En algún momento de mi vida le había dejado de temer a Choi Minho. – Creo que el miedo había desaparecido hace bastante- me atreví a decir y tomé otro poco más de agua – solo quedaban dolorosos recuerdos y rencor – Jonghyun clavó con intensidad su mirada en mí y luego el timbre sonó.

-Wow, eso fue rápido – dije dejando la botella en la mesa de la cocina contento de poder zafarme de eso – voy por los fideos – me dirigí con prisa a la puerta para recibir nuestro pedido pero al abrirla descubrí algo muy diferente.
-¡Tenemos una emergencia! – Key entró empujando la puerta y cargando varias bolsas de ropa colgando de diversos ganchos.

-¿Qué pasó? – Le miré alarmado.

-¡Asombroso! – Jonghyun se asomó y corrió a tomar una de las prendas abriendo el cierre que la cubría – cuantas cosas.

-Deja ahí – Key le dio un manotazo – no terminé a tiempo mi exposición y los modelos tenían otras cosas que hacer, debo mandar las fotos antes de medianoche.

-¡Yo puedo modelar! – Jonghyun levantó la mano y volvió a tomar la prenda.

-¿Tú? – Key bajó la mirada y la fue subiendo poco a poco por el cuerpo de Jonghyun – Primero debes crecer otros 10 centímetros – le arrebató la ropa que sostenía en sus manos.

-¡OYE! – Jonghyun se acercó. – No se trata así a las personas que quieren ayudarte.

-Tú solo quieres ropa gratis, sé que si me descuido saldrás a un bar con ella – Jonghyun se quedó en silencio.

-Fui atrapado – se puso a reír mientras rascaba su nuca.

-¡No tienes vergüenza!- Key se comenzó a exasperar, lo cual lo hacía más volátil y peligroso.

-Yo tampoco soy tan alto – dije tomando unos de los pantalones – puede que algunas cosas me queden, pero el resto parece ser mucho más alto.

-No es posible – Key se dejó caer en el sillón – mi primer oportunidad para entrar al mundo de la moda de verdad y la arruiné.

-Aún es temprano – el timbre sonó y Jonghyun se dirigió a la puerta diciendo – comeremos y luego saldremos a las calles a buscar gigantones.

Suspiré pensando cuantos tipos altos conocía, tal vez había muchos en las revistas y televisión pero en las calles no era normal encontrarlos.

-Lástima – Jonghyun dijo tomando los platos de fideos negros de las manos del repartidor – no eres muy alto.

-Mire quien lo dice. – El repartidor tomó la propina bastante molesto y se fue refunfuñando.

-¿Y ahora qué hice? – Jonghyun se preguntó antes de cerrar la puerta y Key se empezó a reír con intensidad.

- Nunca pensé que alguien pudiese ser tan torpe socialmente – dijo aun riendo.

 

 

 

Tras comer los tres decidimos salir a la calle, teníamos pocas horas para la sesión  de fotos y tener el portafolio de Key listo para ser mandado a la empresa que tendría el concurso de diseño.

-Lo bueno es que es un portafolio electrónico – Jonghyun dijo entendiendo mejor ahora que Key había explicado con detalle todo lo que estaba pasando. -Muy bien separémonos a buscar –dijo señalando al frente y me obligó a mirar en esa dirección.

-Bien, yo iré a la zona de comida, muchos estudiantes se reúnen ahí – Key se alejó rápido, de verdad estaba más que preocupado. Rara vez algo así le sucedía al perfeccionista Key.

-Iré a las empresas, en los doramas siempre hay muchos chicos altos y con piernas largas trabajando en esos lugares – Jonghyun tomó su mochila. – Buena suerte en el parque Taemin –mi hyung levantó su mano con la palma extendida en señal de despedida y se alejó mientras comenzaba a ver de un lado al otro entre las personas que corrían o descansaban en el parque un  chico que tuviese buenos rasgos y gran altura.

-¿Disculpe no le gustaría ser parte de una sesión fotográfica? – Era la octava vez que preguntaba, las personas se alejaban rápido al escuchar eso o me preguntaban por el salario y al escuchar lo escaso que era parecían bastante desinteresados.

-No compro nada. – Me respondió cortantemente y se alejó deprisa siguiendo su trote a través de la pista.

-WAAAAA – Me despeiné y miré a mi alrededor – ya no sé a quién más preguntarle – me dejé caer al pasto y miré al cielo tonos de rosa y naranja comenzaban a aparecer. – No te rindas Taemin – me senté deprisa y volví a mirar alrededor.

-Ahí hay alguien – enfoqué mi vista hacia la cancha de baloncesto donde un chico alto de cabello negro y playera sin mangas parecía estar ejercitándose.

-¡Disculpe! – Me acerqué corriendo con prisa, no debería rendirme tan fácil. Pero noté mi error al instante.

-¿Qué pasó? – El chico de voz grave se giró y me quedé petrificado al borde de la cancha  -¿Sucede al… - Comenzó a preguntar mientras volteaba a sus lados como si algo hubiese pero luego me miró fijamente - ¡Oh! ¡El sacamocos!

-¡Yo no soy el sacamocos! – Dije  con fuerza, de todas las personas me vine a encontrar con el amigo de Choi Minho. Algo era seguro, yo era un ser humano con una suerte muy extraña.

-Es cierto – comenzó a hacer saltos abriendo y cerrando las piernas mientras juntaba y separaba las manos – el sacamocos es Minho – volvió a reír mientras continuaba. - ¿Qué sucede nemesis del sacamocos? – Intenté decir que no estaba pasando nada, que lo había confundido con alguien y alejarme antes de que la situación se volviese más ridícula.

-Estoy buscando un modelo con urgencia – dije tragándome lo poco que me quedaba de orgullo. Este había sido destrozado cuando tuve que pedir ayuda en la puerta de Choi Minho y ahora los tristes pedazos eran pisados de nuevo. Pero no tenía otra opción debía hacerlo por Key.

-¿Para qué? - Se sentó en el piso y comenzó a hacer abdominales.

-Son algunas prendas de la línea de un amigo, entrará a un concurso y tenemos que hacer la sesión fotográfica esta misma tarde – dije mirándole mientras subía y bajaba constantemente.

-Creo que una amiga también estaba en lo mismo – dijo amenamente sin parar.

-Solo sería por un par de horas, hay un salario aunque acepto que no es mucho – dije pensando que no estaría interesado, parecía que solo era una molestia minúscula mientras hacía su ejercicio. Se quedó en silencio mientras seguí y suspiré algo decepcionado –gracias de todos modos.

Comencé a alejarme algo derrotado -¡Espera! – Me detuve y lo miré con asombro - ¡Estoy dentro! – Sonrió amplio y se acercó a mí pasando su brazo por mi hombro. – Siempre trabajo tanto en mi cuerpo, creo que es hora de mostrar esta belleza al mundo.

No pude evitar reír y el me miró algo serio lo que me hizo parar. Pero luego rio también y solo pude volver a soltar la carcajada.

-Entonces Taemin ¿Verdad? –Afirmé.

-Mucho gusto – me alejé un poco para saludar inclinándome.

-Puedes llamarme Taec – extendió su mano y saludó con fuerza.

-Gracias Taec – dije y tomé el celular para mandar un mensaje a los chicos, aun teníamos suficiente tiempo para acabar bien.

 

 

 

-¡¿Dónde está Jonghyun?! – Key se quejaba mientras esperábamos en la estatua cerca del parque donde nos habíamos separado.

-Dijo que había encontrado a alguien – me paré sobre un borde elevado intentando ver entre la ajetreada calle.

-Es tan enano que no lo podrás ver desde ahí – Key agregó subiéndose también.

-¿El chico que encontraste dijo que nos vería en el departamento? – Mi mortificado amigo preguntó cruzando los brazos.

-Sí, estaba sudado de hacer ejercicio – dije mientras seguía buscando la cabellera rubía de Jonghyun eso lo distinguía de los demás sin duda.

-¿Estaba bueno? – Me giré curioso mirándole con los ojos muy abiertos. – Me  refiero a qué si tenía pinta de modelo.

-Aaaaaahhhh – dije algo más comprensivo – sí, es alto y tiene buen cuerpo.

-Grrr – gruño suave-  me gustan los chicos con buen cuerpo.

-¡KEY! – Rezongué con fuerza – ¡Te estamos buscando un modelo, no un novio!

-Matamos dos pájaros de un tiro si son los dos, además es mi deseo que mi novio se vuelva mi modelo – sonrió – algo así como mi musa.

-¡UN MUSO! – Reí al escuchar al recién llegado que había pasado desapercibido entre la muchedumbre.

-¡Tardaste años! – Key dijo molesto y golpeo suave la cabeza de Jonghyun.

-Es que estaba conociendo a mi musa – el bajito sonrío desvergonzadamente.

-¡TU! – Key lo empujó con fuerza – ¡Si llegamos y el chico está ahí tu cabeza será la que rodará!

-Chicos – dijo sonriendo mientras comenzaba a caminar dándonos la espalda con las manos en la nuca. – También encontré a alguien se giró un poco y nos sonrió.

-¡Excelente! – Empujé a Key de ambos hombros. – Ahora preparemos la mejor sesión fotográfica. – El ánimo era bueno y parecía que todo iría sobre ruedas en ese momento, pero estaba bastante equivocado.

 

 

 

-¡Levanta más la sábana! –Key seguía lanzando las órdenes a Jonghyun – ¿Ya terminaste de cambiarte Taemin?  - Yo luchaba en mi habitación para entrar en los pantalones ajustados.

-¡Key! No hay ninguna camisa o playera en lo que me diste – dije mientras saltaba para cerrar los pantalones y buscaba entre las cosas.

-¡Va sin camisa! – Gritó y miré aterrado a las prendas, esta no era la primera vez que Key me pedía que posara sin camisa, pero era para un concurso nacional.

-¡¿Estás seguro de que debo salir yo?! – Me puse la chaqueta encima y salí.

-Claro así agilizaremos las cosas, además los otros dos no llegan – Key volteo a ver dónde Jonghyun estiraba hacía el techo de puntitas en una escalera  -¡TE DIGO QUÉ MÁS ALTO!

-¡WAAA! – Jonghyun saltó de la escalera - !Si lo quieres más alto anda y pídeselo a tu novio modelo¡ - luego sonrió pícaramente – Aaaa, espera, no lo tienes.

-Lo dice quién no puede estar con una chica por más de una semana – Key se giró y cruzó los brazos - ¿Acaso a todas les pareces un enanito?

-¡Me las pagarás! – Mi compañero de cuarto se acercó peligrosamente a mi amigo y me puse en medio.

-¿Chicos? – Dije suave intentando recordar algún chiste pero fui salvado por el timbre.

-¡Ya llegaron! – Key corrió hacía la puerta.

-Tranquilo Jonghyun, solo está estresado – Dije intentando calmarlo.

-Lo sé – Jonghyun se sentó en el sillón y sacudió su cabello, – pero sabe exactamente que botones presionar. – Luego me volteó a ver  y me señaló atacándose de risa – eres como un palito.

-¡Callate! – Cerré un poco la chaqueta intentando cubrirme.

-Es tan raro, porque tienes como chibi-músculos y una cinturita –seguía riendo y  mi solución fue arrojarle un cojín.

-¡Oy….! – Jonghyun no pudo terminar de hablar por que escuchamos una conmoción en la puerta.

-¡TU NO ERES BIENVENIDO AQUÍ! – Nos volteamos a ver y salimos corriendo al lugar.

-Espera – Taec estaba junto a Key que empujaba la puerta.

-¿Qué sucede? – Me acerqué al alto que intentaba abrir la puerta mientras Key seguía empujando.

-¡Taemin regresa a tu cuarto a probarte lo demás! – Key demandó mientras Jonghyun se asomaba por lo que quedaba abierto de la puerta.

-¡Es el chico que conseguí! – Dijo y luego miró a quien jalaba la puerta.

-Supuse que algo así harías tú, no se te puede encargar ni una pequeña labor.- Miré a Taec que seguía con una incómoda risa y al instante supe que había sucedido. Solo a mí me podía pasar algo así.

-Déjalo pasar Key – me acerqué y se lo dije mientras tocaba su mano que sostenía la perilla.

-Pero… - Me miró con dolor y le sonreí.

-Se quién es, recuerda que soy Taemin, siempre sufro de las situaciones más incómodas – dije tranquilo.

-¿Eres otro fan de Minho? – Taec preguntó sonriendo y Key soltó la perilla. En ese momento abrí la puerta mientras Key miraba al piso.

-Puedes pasar – dije mientras él me miraba fijamente, posiblemente asombrado de que estuviese ahí. – Nuestro amigo nos ayudó a buscar a alguien que modelara para nosotros – me hice a un lado sosteniendo la puerta para que entrara – nunca pensó que fuese alguien que habíamos conocido antes.

-Perdonen – el alto entró haciendo una reverencia – si gustan me marcho, solo deseaba disculparme con Kibum cuando lo vi.

-Es Key. – El chico apretó sus puños sin dejar de ver el suelo y cerré la puerta.

-Es cierto, Key – Minho dijo y Jonghyun se quedó estático intentando atar los cabos.

-¿Eres El Choi Minho? – Jonghyun se acercó a preguntar.

-¿Cómo eras en la preparatoria? – Taec se acercó y le pegó en la frente. Minho levantó su vista y luego giró por el salón donde Jonghyun le veía con mirada inquisidora, Key seguía cabizbajo y yo le observaba curioso. – Lo menos que puedes hacer es ayudarlos ahora. – Taec se acercó a Key y se inclinó frente a él. – Por favor déjanos hacer esta sesión.

El diseñador se quedó asombrado y lo miraba fijamente, luego Minho se inclinó también y Key lo observó también.

-De acuerdo – cruzó los brazos – pero solo acepto porque es una emergencia.

-Los llevaré a que se cambien – me dirigí hacía mi habitación donde Key había puesto todas las ropas y Taec me siguió al instante. Minho se quedó estático un momento mirando a Kibum y luego se giró para seguirme.

-Espero que nadie se pase de listo – Jonghyun dijo al aire y luego sonrió – tengo que poner más alto esa sábana.

Cuando ambos llegaron al cuarto comencé a tomar las ropas que Key había separado conforme las descripciones que habíamos hecho. Nunca pensé que por la descripción de Jonghyun se tratase de Minho, ni siquiera le había preguntado su nombre.

-Estas cosas son las que deben usar, la colección de Key tiene diez atuendos, cada uno de ustedes usaran 4 – dije seriamente – Taec estos son los tuyos – sonreí y le señalé los que estaban en la cama.

-Gracias TaeTae – Reí ante el extraño apodo.

-Y mugroso Minho – miré al alto que seguía callado observándome – creo que con esta te deberé tres, es un fastidio.

-Parece que aún son inseparables – se acercó a mí y tomó una de las prendas. Le miré curioso. –Tú y Key, siempre estaban juntos.

-Teníamos un enemigo en común – le miré con malicia y luego sonreí. – Apúrense, tenemos hasta la media noche – me dirigí a la puerta. – Los espero en la sala.

Salí y suspiré, para luego ver lo que traía puesto y sentirme aún más apenado. Había estado con las ropas extravagantes y sin camisa todo el tiempo, nunca podría verme genial ante Choi Minho pero esto era aún peor, de seguro sería la burla de ese par luego.

Ante la curiosidad de si ya se estaban burlando de mí acerqué mi oído a la puerta.

-¿Cuántas personas molestaste en la preparatoria? – La voz de Taec rompió el silencio.

-No me enorgullezco de ello – el alto replicó – pero justamente conociste a quienes molesté más.

-Nunca esperé que el carismático y agradable Minho tuviese esa clase de pasado.

-Nunca esperé encontrarme con mi pasado de esta manera.

-Más vale que esto salga excelente, así por lo menos obtendrás algo de su perdón – Taec habló con un tono ameno y luego un largo silencio quedó.

-No merezco su perdón – esto último sonó en un tono tan tétrico – mucho menos de Taemin.

Me alejé de la puerta despacio intentando no hacer ruido entre espantado y confundido. Tal vez Choi Minho también era atormentado por el pasado, pero ese tono tan perturbante solo lo había escuchado una vez. La vez que me inundé en mi propia tristeza.

-Taemin- Key me llamó y me arrastró fuera de mis recuerdos – empecemos contigo. – Afirmé con la cabeza y corrí a pararme frente la sábana.

 

 

 

-¡Jonghyun! – Ya habían pasado 2 horas y todo avanzaba lento por el perfeccionismo de Key - ¡Rápido mueve ese sillón a la derecha!

-Yo te moveré a la derecha marica nazi – Jonghyun masculló bajo y provocó que riéramos.

-¿Qué dijiste? – Key anunció dejando de mover las lentes de su cámara.

-Yo, nada – Jonghyun dijo con una sonrisa -¿Aquí se ve bien?  - Key se hizo un poco hacía atrás y miró el sofá blanco sobre la sábana.

-Mejor a la izquierda – regresó a su cámara.

-A la izquierda tu abuela afeminado – Jonghyun volvió a decir mientras empujaba el sillón, sonreí por su pasiva-agresiva actitud.

-Taemin- Taec me llamó y lo voltee a ver. Estábamos con los últimos vestuarios, algo formales con corbatas y el tema principal era negro pero eran compuestos de triángulos de diversos tipos de telas -¿Tus dos atuendos fueron hechos a tu medida verdad?-

Miré mi chaleco corto y pantalones, era cierto, estos me quedaban exactamente. También con los otros parecían tener la misma forma que mis piernas.

-Key lleva años haciendo ropa para Taemin- Minho habló mientras cerraba su chaleco largo al cual se le habían agregado pinzas y Taec debía posar con su saco abierto debido a que era muy ancho para él.

-Es cierto, Key tiende a encontrar el estilo de cada persona –dije con una sonrisa.

-¿Entonces tenía planeado que tu estuvieses en esta sesión? – Taec preguntó.

-¡A sus lugares! – Key llamó a todos y corrimos a ponernos como se nos había especificado. -¡Minho alza más tu barbilla! ¡Taec recargate más en el sillón! ¡Taemin si no te enderezas te ataré a un poste! – El estrés había aumentado bastante a lo largo de esas horas pero todos intentábamos seguir las exigencias de Key -¡Jonghyun!

-¡¿AHORA QUÉ?!- Jonghyun se quejó desde la cocina.

-¡No mástiques tan fuerte que me desconcentras!

-¡Pero es sopa!

-¿Siempre son así de divertidos? –Taec preguntó mientras reía y yo solo pude afirmar mientras intentaba aguantarme la risa.

-Gracias por la comida chicos – dije mientras Key seguía gritándole a Jonghyun sobre la manera más propia de comer sopa.

-No hay problema, también teníamos hambre – Taec contestó y noté que Minho había hablado poco esa noche, solo se limitaba a afirmar o negar. Tal vez daba un pequeño comentario por aquí y por allá, pero no se atrevía a formular frases largas o preguntas. Le miré fijamente por un momento tenía toda la finta de modelo, el popular Choi Minho seguía siendo como de portada de revista. Uno desearía que hubiese engordado y comenzara a quedarse calvo, pero no era posible, eso sería demasiado malo… Más bien quiero decir bueno, o quiero decir afortunado, no le deseaba mal, pero por lo menos así me costaría menos afrontarlo.

-¡Taemin debes mirar hacía la cámara! – La voz de Key me despertó de nuevo.

-Sí – Me giré rápido y tras varias poses terminamos las fotos grupales.

-Taemin puedes ir a cambiarte – el fotógrafo enunció y afirmé dirigiéndome a mi cuarto. -Ahora solo un par de fotos individuales y terminaremos.

Corrí cambiándome a mis ropas habituales y luego salí para conectar la computadora y comenzar a arreglar algunas de las fotos tomadas con anterioridad.

-¡Jonghyun! – Jong estaba sentado a mi lado y se levantó deprisa.

-¡Si señor, diseñador señor! – Saludó como militar.

-¡Quita este sillón de aquí!

-¡A la orden señor! – Se acercó a mi oreja – tendrá que cocinarnos algo delicioso por todo esto, y algo más porque he detenido mis intentos de asesinato. – Volví a reír y Jonghyun corrió a mover el sillón.

Después de unos minutos Minho llegó a sentarse dónde había estado el asistente de piso en esta situación. -¿Terminaremos a tiempo? – Preguntó después de un largo silencio.

-Yo creo que lo lograremos – Dije tranquilo mientras que veía que la mayoría de las fotografías no necesitaban mucha edición.

-Me alegra – dijo con formalidad.

-No debes hablar tan formal ni estar tan callado – dije arreglando el tono de piel en una de las fotos.

-¿Cómo debo hablar entonces? – Preguntó mirándome con curiosidad y me voltee a verle.

-Pues como hablaste cuando estaba en tu casa por lo menos, puedes hacer bromas y también sentarte relajado. – Dije mirándole molesto. -Mugroso Minho, no te va ser tan callado. – Sonreí un poco, de verdad le incomodaba estar cerca de Key.

-Yo nunca te imaginé tan seguro de ti mismo y llamándome mugroso – suspiró haciendo su cabeza hacía atrás – también me costó reconocerte cuando nos volvimos a ver. A diferencia de Key que sigue siendo muy parecido y parece que él tiempo no pasa por él.

-Si le dices eso de seguro ganas muchos puntos para que te perdone – dije mientras guardaba otro archivo. Otra vez se llenó de silencio

-¿Lo de la fotografía sirvió? – Preguntó y me quedé estático.

-Aún no lo intento – dije volviendo a hacer clic con el mouse.

-Me dices si funciona, también podría intentar algo similar – intenté voltear a verlo pero no pude solo me quedé mirando la pantalla pretendiendo no haber escuchado.

-¡Terminamos! – Key dijo con voz más entusiasta y Taec aplaudió.

-Excelente, aún tenemos una hora – Jonghyun agregó.

-Ya pueden cambiarse chicos, muchas gracias. – El diseñador responsable habló como profesional.

-No hay de qué, cuando gusten, esto fue bastante divertido – Taec agregó y se dirigió al cuarto – vamos Minho – le hizo una seña al chico que seguía sentado cerca de mí y este se levantó.

-Gracias Taemin, yo puedo seguir – Key se acercó a mí y me levanté para dejarle la computadora -¡Jonghyun!-

-Waaa, no grites, estoy justo aquí.-

-Ve a recoger y acomodar la ropa – Jonghyun se acercó atrás de él y levantó las manos con dirección a su cuello mientras su víctima se concentraba en la computadora.

-Yo voy – dije dirigiéndome al cuarto – Jonghyun, tal vez debas sacar un postre – sonreí y me acerqué a mi puerta. Estaba por tocar pero una vez más estaba escuchando una conversación ajena.

-Ya sabes, si te encuentras tres veces a una persona por casualidad es el destino – Taec habló relajadamente.

-No sigas con esa teoría además la segunda vez no fue casualidad – Minho respondió tranquilo –además no tengo el derecho de verle directamente y él no quiere saber nada de mí.

-Yo creo que es una señal, debes tener un cierre como dices, solo dile todo a Taemin y termina con tu absurda culpa- Taec dejó su tono alegre de lado y soltó estas palabras como regaño.

-Si él se entera me odiará aún más.

-No creo que alguna de estas pueda odiarte más, todos ellos están en su tope de odio hacia ti.

Toqué la puerta por inercia, no quería seguir escuchando, ya había sido demasiado. También temía por aquello que haría que odiase más a Choi Minho, simplemente no deseaba saber más. Solo quería alejarme pero seguía siendo arrastrado a él.

-¡Adelante! – Minho contestó con prisa.

-Vengo por la ropa – dije mientras me asomaba por la puerta.

-Claro, te ayudamos – ambos comenzaron a poner todo junto, parecía que yo había sido el único que había aventado todo por todos lados.

-¡Taec, Tae, Mugroso Minho! – Jonghyun se asomó.

-¿Por qué yo soy mugroso? – El alto preguntó mientras colgaba sus prendas ya en sus respectivas bolsas protectoras.

-Así te dijo Tae y me gustó – sonrió – venía a decirles que hay nieve por si gustan, Key parece que se ha entretenido en la computadora y nos dejará descansar ahora sí.

-Me parece perfecto – Taec se levantó.

-Ahora los alcanzo, debo terminar de arreglar – dije mientras recogía las ropas.

-Te ayudo – Minho se acercó.

-No seas tan amable, es tétrico – dije y el alto me miró haciendo una mueca.

-Entonces me sentaré despreocupadamente aquí mirando lo que haces – se dejó caer en la cama y se recostó.

-Eso no es sentarse – seguí guardando las cosas.

-¿Escuchaste verdad? – Preguntó y me quedé en silencio intentando pretender de nuevo. – Eso que dijimos…

-No necesito saber – dije deprisa.

-No temas, creo que no podría decírtelo de todos modos. – Bostezó y se giró en la cama.

-No me lo digas entonces, ni lo menciones – dije algo agresivo y lo voltee a ver para notar que se había quedado dormido. – Tenías que dormirte en mi cama Choi Minho – suspiré – supongo que el destino me castiga solo a mí en realidad – colgué la ropa y me dirigí a la puerta para volver la mirada al chico alto que dormía en mi cama. –Demonios, si nos encontramos tres veces por casualidad, la tercera para mí fue la primera para ti. – Apagué la luz y me dirigí a la cocina sonriendo, que clase de persona sede ante el sueño a las 11:30.


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