Pov´s Sorato.
Una música aterradora resuena en mis oídos.
-No creas que te puedes escapar- Una voz femenina suena con asento español.
-¿Quién eres?- pregunte.
-No sabes quien soy- Dijo.
-No no se quien eres por eso pregunto hija de perra- Dije molesto, mi cabeza me duele a mares, ¿Qué ocurre aquí?
Un cuchillo pasa rozándome la mejilla y la oreja.
-Soy yo- esa voz cambia a una muy conocida.
-¿mamá?- pregunte.
-Sorato- Decia mientras mamá aparecia.
Todo el esenario cambio, de un negro profundo estaba en mi habitación.
-Sorato apura, ¿quieres ir verdad?- Pregunto papá mientras aparecia y abrazaba a mamá.
Yo me acerque a ellos, quería que fuera verdad, tocarlos abrazarlos.
Queria que fuera real.
Derrepente papá me empezó a estrangular y mamá sacaba un cuchillo de manera aterradora.
Sonaron balazos y volvi a la realidad.
-¡Sorato!- Shizen gritaba mi nombre y me abrazaba.
No eran mis padres eran dos yakuzas.
Uno de ellos coloco una navaja en mi cuello.
-Abajo el arma- Dijo.
Shizen hizo lo opuesto pero acerto, el hombre que tenia e arma callo al piso herido en el brazo manchando su increíble traje blanco.
El otro hombre le empezó a disparar a Shizen.
Tome el cuchillo.
No quiero pero, no hay de otra, al hombre aun en pie le enterre el cuchillo en la espalda y el cayó hacia atraz.
-Bien hecho- Escuche la voz de Shizen y vi que se agarraba el hombro.
-¿Estas bien?- Pregunte y luego pensé “ah que preguta más estúpida gracias cerebro” y mi cerebro me respondio “no es mi culpa que cuando este el no funcionemos mal”.
-No lo creo- La voz de Shizen me devolvió a la realidad.
-Vamos al hospital- Dije y lo tome del braso bueno.
La casa estaba vacía y completamente destrozada.
-¿Qué ocurrio?- pregunte.
-El agua…tenía droga- Dijo –y en el momento en que la bebimos empezamos a tener alucinaciones cuando desperté no había nadie-
-Mierda- susurre.
Pov´s Ren.
Nao…mierda Nao ¿Dónde estas Nao?
-¡Nao!- grite pero nadie me respondio.
Me escabulli de las perras por uno de los callejones más oscuros y desconocidos que había visto.
Y allí vi una cajonera de vidrio.
No es muy chica como para que entre…
-Nao- Dije y Sali corriendo en su búsqueda desesperado.
-¡Hija de la re mil putas que te parieron!- Grite al dame cuenta de que tenia candado.
Empeze a gritar desesperado, patera y golpear la cajonera.
El vidrio no resistio y se quebró.
-Bingo- dije mientras retiraba cuidadosamente a Nao y lo dejaba en el suelo en un área libre de pedasitos del cristal.
Le empecé a apretar el pecho y no respondía.
Me acerque a sus labios temblorosamente.
“No tenia otra opción”, me susurre.
Junte nuestros labios y empeze a pasar aire desesperadamente.
“No tuve otra opción”, eso le voy a decir a Shizen cuando me diga algo por profanar a su pequeño hermano.
Nao abrió los ojos de golpe y se sonrojo hasta las orejas.
-Vamos- Le dije estirándole la mano.
-S-sí- respondio.
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