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¡Carajo, se sentía horrible! Bueno, la verdad no. Pero era inevitable no mostrar signos de cuanto le encantaba sentir esa dura pieza dentro de él.
¿Cómo había podido aceptar hacer semejante locura? ¡Claro, su orgullo lo había metido en ese problema!
//Flashback//
-Por favor insecto, sabes bien que el príncipe de los saiyajin nunca rechaza un desafío. ¿De qué se trata?
Es algo muy sencillo, ya sabes para evitarte la molestia de tener que fingir cuanto disfrutas de la fiesta más allá de la comida.
-¿eh?
-Quería darte un regalo antes de que iniciara la celebración en tu honor. Aquí tienes, feliz cumpleaños príncipe- Le otorgo una cajita envuelta en un papel discreto color negro y un moño plateado decorándolo en la parte superior.
Abrió el obsequio mientras sentía la poderosa mirada de Kakaroto sobre él, tan solo sentirse observado tenía un fuerte efecto en su cuerpo.
-¿Pero qué demonios? ¡¿Acaso estás loco infeliz?!- levanto la voz sumamente molesto al tener en sus manos un enorme y grueso vibrador por regalo.
-¿No te gusto? Que lastima, estaba seguro que te encantaría – Hizo un puchero de desilusión- Yo mismo lo elegí
La vena en la frente de Vegeta estaba cada vez más visible, era obvio que estaba perdiendo la paciencia.
-Déjame explicarte, aquí es donde entra en juego lo del desafío ¿recuerdas lo que mencione?- pregunto cambiando su tono de voz a uno más ronco y provocativo –Este es el trato. Si logras estar todo este día con el vibrador en tu sexy trasero sin dar señas de lo mucho que te encanta sentirlo dentro de ti, entonces estaré a tu servicio de manera incondicional durante toda una semana completa. Sin excusas, sin pretextos. Todo lo que tú me ordenes se hará al momento, tienes mi palabra como guerrero.
-Aha y suponiendo que llegará a aceptar tu tonto desafío ¿Qué pasara si hipotéticamente llegará a perder?- Pregunto con su ceño molesto y sin dejar de sostener el duro aparato en sus manos.
-Pues… ¿No te lo imaginas?- dijo lo último con un marcado énfasis en sus palabras – si yo gano, tú me tendrás que obedecer durante una semana completa. Lo que sea mi voluntad, lo cumplirás contento. Sea lo que sea, tendrás que hacerlo. ¿Qué te parece?
-…
-Obviamente, no quiero obligarte de ninguna manera. Si no decides aceptar el desafío podre comprenderlo a la perfección, es obvio que es un gran reto y difícilmente podrías ganarlo así que…
-¡¿Qué?!- se acercó peligrosamente hasta el empujándolo con un poco de fuerza obligándolo a quedar sentado en la tapa del inodoro -¿Quién dice que no podría ganarlo? Estás loco con tus ridículos desafíos pero eso no implica que me asusten. Espero que estés listo para obedecer a tu príncipe como debe ser, insecto.
-Maravilloso, que comience entonces…
//Fin del flashback//
Lo primero que obligaría a hacer a Kakaroto era sin duda obligarlo a conseguir un vibrador el doble de grueso que el que en ese momento estaba usando y enterrarlo en su trasero durante toda la semana.
Apenas termino de vestirse en su habitación cuando escucho que tocaban el timbre. Maldición, todavía no eran ni las 2 de la tarde y esos insectos fastidiosos ya comenzaban a llegar. Una camisa negra y unos pantalones de vestir color azul marino eran perfectos para esa ocasión.
No había de que preocuparse, mientras se mantuviera tranquilo y sin pensar demasiado en eso, seria sencillo ganar el desafío. Kakaroto era muy ingenuo si pensaba derrotarlo de esa manera tan patética.
Bajo las escaleras flotando, no quería hacer movimientos innecesarios que pudieran comprometerlo y se detuvo hasta encontrarse en la sala con el enano pelón de Krillin acompañado por su familia, Bulma y Trunks quienes sonrientes les daban la bienvenida.
-¡Vegeta, feliz cumpleaños!- saludo Krillin mientras se acercaba a él para felicitarlo.
-Ni se te ocurra abrazarme, insecto!- grito Vegeta con su habitual tono para mantener a distancia a ese infeliz seudo guerrero- acepto tu felicitación.
-El mismo Vegeta- murmuro Krillin molesto mientras retrocedía hasta llegar al lado de No. 18 quien lo veía con ojos disimuladamente asesinos.
-¡¡Vegeta!! No seas grosero- lo reprendió Bulma con un grito a lo que el príncipe respondía cruzando sus brazos y cerrando los ojos en clara señal de que le importaba muy poco serlo –Por favor, no le hagan caso y siéntanse como en su casa.
A los pocos minutos aparecieron en su puerta Piccoro, Dende y Míster Popo quienes lucían contententos de poder reunirse con sus amigos después de tanto tiempo de no verlos.
Los tres felicitaron a Vegeta pero ninguno se atrevió a abrazarlo. Menos mal.
Poco a poco la casa iba llenándose de personas y el ambiente comenzaba a animarse. En menos de una hora estaban todos reunidos, o bueno, casi todos.
-¿Dónde está Gokú?- pregunto Bulma a Milk, quien platicaba animadamente sobre los logros de Gohan en la escuela.
-¡Ese hombre!, no te preocupes llega en un momento. Fue a conseguir no sé qué, no me quedo muy claro que iba a comprar pero debe ser algo sin importancia.- aseguro Milk con una sonrisa en su rostro.
Genial, si Kakaroto se retrasaba había más posibilidad de declararse vencedor al final del día. Aunque todos charlaban animadamente sentados en la amplia sala, Vegeta era el único que se mantenía de pie en una pared. No quería sentarse por temor a mover de más el problemita que tenía en su trasero. En eso se concentraba cuando apareció frente a todos el salvador del mundo con una sonrisa en su rostro.
-¡Hola!, ¿Cómo están todos?- pregunto mientras colocaba su mano detrás de su cabeza en un gesto muy típico suyo. –Lamento la tardanza, felicidades Vegeta- Dijo en voz alta mientras caminaba en dirección hacia el para darle un abrazo.
Incapaz de moverse, no pudo hacer nada para evitar que los fuertes brazos de Gokú lo rodearan en una forma fraternal y para nada comprometedora.
-Te ves muy Sexy- le susurro a Vegeta en el oído con esa misma voz cargada de erotismo que utilizaba cuando se lo cogía.
-Estás jugando sucio- le respondió el príncipe al oído del guerrero de clase baja, mientras hacía uso de toda su capacidad neuronal para evitar sonrojarse.
-No voy a perder- dijo resueltamente mientras le guiñaba un ojo y se apartaba de su lado.
-Bien ya que estamos todos reunidos, podemos pasar a comer el delicioso banquete que hemos preparado para todos- dijo Bulma a viva voz para que todos la escucharan. –Salgamos al jardín a comer.
Todos los asistentes a la reunión se levantaron entusiasmados por degustar la maravillosa comida preparada para celebrar al antipático de Vegeta. Todos iban ocupados plateando así que ninguno noto que los pies de Vegeta a penas se movían, el orgulloso príncipe había decidido que se trasladaría flotando a milímetros del suelo para hacer más sencillo su reto.
-No, no, no. Sin trampas, príncipe- dijo Gokú quien se había quedado un poco rezagado observando a Vegeta para asegurarse de que cumplirá el desafío al pie de la letra.
Gruño molesto al verse descubierto por Kakaroto, mierda iba a ser más difícil de lo que supuso.
Apoyo ambos pies nuevamente en el suelo y miro con asombro lo lejos que se encontraba de la mesa al centro del enorme jardín. Dio el primer paso solo para sentir el maldito aparato moverse lentamente en su interior, un quedo suspiro escapo de su boca pero fue lo suficientemente listo como para no emitir sonido alguno.
Gokú caminaba a su lado con una sonrisa despreocupada en su rostro.
-“Actúa normal, actúa normal, actúa normal…”- se repetía inútilmente Vegeta a sí mismo para evitar pensar en lo agradable que se sentía esa cosa entre sus nalgas.
Después de unos pocos metros, ambos llegaron con los demás (Vegeta con una imperceptible capa de sudor cubriendo su frente), fue Gokú quien se apresuró a tomar asiento, justo en frente de la silla de Vegeta. Rayos, ¿es que ese día nada salía bien?
Dudo un momento en sentarse, sin embargo fue Kakaroto quien nuevamente se encargaba de joderlo de manera intencional.
-¡Vamos Vegeta, siéntate. Te estamos esperando- le grito Gokú mientras todos dirigían su atención hacia él.
Con un suspiro de resignación, separo la silla de la mesa y lentamente apoyo su cuerpo con el asiento.
-Ahh…- gimió de la manera más discreta que pudo hacerlo. Se sentía jodidamente bien y tener que reprimirse no hacía más que excitarlo de alguna manera.
-¿Te pasa algo papá?- pregunto Trunks preocupado al escuchar a su padre quejarse.
-No, estoy bien muchacho. Me pegue sin querer- respondió con una mueca que seguramente luchaba por ser una sonrisa – ¡En tu cara Kakaroto!- Pensó triunfante mientras le dirigía una orgullosa mirada. Si se quedaba quieto esa cosa no se movería para nada.
-¿No pensaras que será tan sencillo, verdad?- le pregunto mentalmente a Vegeta como respuesta a su mirada orgullosa. Definitivamente ese hombre lo había subestimado y tendría que pagar las consecuencias. Una lástima.