El disparo no parecía haber alcanzado ningún vaso ni nervio pero dolía horrores. Además de ello, tenía el cuerpo bastante entumecido por varios golpes que había recibido. En ese momento deseó fervientemente llevar consigo su traje, aunque al menos tenía el escudo. Respiró profundamente, ya que se acercaban más soldados a él, animados al ver que se encontraba algo abatido.
- ¿Es que no se acaban nunca?
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Mientras tanto, Thor había comenzado a arremeter con su martillo a algunos soldados que se encontraba mientras seguía buscando a Loki. Las furgonetas que acababan de llegar obstaculizaban la calle, y al ir a dar la vuelta a una de ellas, vio cómo el conductor salía despedido por la ventana delante de él. Le habían acuchillado en el cuello.
- ¿Pero qué demonios...?
Escuchó cómo reventaban la puerta y apareció el otro asgardiano, hecho una furia.
- ¡Malditas y despreciables criaturas! - exclamó mientras volvía a intentar quitarse esas extrañas esposas, recibiendo de nuevo una descarga. Encaró al rubio, completamente enfadado - ¿¡Dónde está el condenado humano que me ha puesto esto!?
Thor le indicó el camino bastante descolocado, y se dirigió hacia allí esprintando a toda velocidad. Un soldado había osado darle una patada en el estómago, a traición, ya que apenas podía moverse bien en ese estado, y le había sentado fatal.
- ¿Dónde demonios tendrán el bastón estos patéticos humanos? Se van a enterar, a mí nadie me trata así...
Tony se asustó al verlo aparecer de repente con semejante expresión.
- ¡Tú! ¡Quítame esto, maldita sea! - le ordenó mientras extendía los brazos.
- Vale, vale, tranquilo...
Introdujo el código de anulación y por fin pudo separar las muñecas. Se sintió bastante aliviado y se observó las manos mientras sonreía. Acto seguido, volvió a quedarse totalmente serio y le propinó un bofetón al castaño antes de marcharse. Éste cayó al suelo por el impacto y se quedó bastante atónito.
- Eh... ¿de nada? - murmuró mientras el asgardiano seguía andando a paso ligero alejándose de ahí. - Pero qué hostia... - pensó mientras se frotaba la mejilla e intentaba incorporarse.
Thor había presenciado la escenita en la distancia, mientras se quitaba de encima algún soldado más, y estaba algo enfadado.
- No deberías haber... - comenzó a regañarle cuando estuvo lo suficientemente cerca para oírle, pero el menor pasó de largo.
- ¡Cállate! - exclamó mientras observaba a un humano acercarse a atacar.
Llevaba una especie de arma de filo, lo suficientemente grande como para restarle la velocidad que necesitaba. Esquivó ágilmente el ataque y le clavó la daga en el antebrazo, haciendo que soltara aquello bajo un grito desgarrador.
- Pse... Aficionados...
Lo agarró de la mandíbula con una mano, levantándolo del suelo, mientras lo observaba lleno de ira.
- Respóndeme ahora, ser inmundo, si aprecias tu vida lo suficiente... ¿Dónde tenéis el bastón? - el humano comenzó a reírse a carcajadas, por lo que Loki se impacientó. - Muy bien... - le clavó el puñal en el estómago, disfrutando de sus gritos de dolor mientras sonreía. - ¿Y ahora? ¿Cantarás?
- ¡No pienso decirte nada, maldito extraterrestre!
- ¡Oh! Me conocéis... Me siento halagado - agarró su cabeza con ambas manos y de un movimiento le partió el cuello. Acto seguido se dio media vuelta, encontrándose con el rubio que lo observaba con total desaprobación. - Aunque ahora que lo pienso, lo más lógico no sería traerlo aquí, desde luego - comentó con tono sarcástico.
- ¿Pero cómo puedes ser tan cruel?
Observó otro enemigo que se acercaba tras el moreno, y le lanzó el martillo dándole de lleno en la cabeza. El jotun observó el impacto y abrió los ojos de forma teatrera.
- ¿Cruel? ¡Si ese humano sobrevive, tendrá dolor de cabeza durante mínimo una semana! ¡Eso SÍ que es ser cruel! - comentó mientras reía sádicamente.
Thor exhaló aire, aún con el ceño fruncido.
- ¿Es que no puede pasar ni un día sin que discutamos por algo?
- ¡Tú has empezado esto, maldita sea!
- Hermano... - comentó con un tono de advertencia ya que le había empezado a gritar.
- Te encanta llamarme así, ¿eh? Tú, degenerado... - murmuró con maldad mientras sonreía.
Ambos se quedaron en silencio observándose mutuamente, bastante enfadados. De pronto, el ruido de otro vehículo les sacó del trance. Parecía diferente al resto. Se paró frente a ellos, a una distancia de seguridad, y salió de él un individuo con un traje de combate y una máscara de color morado. Llevaba enfundado un revolver y un estoque, y tenía en su posesión el bastón chitauri.
- Buscáis esto, ¿verdad?
Los asgardianos lo contemplaron un momento, sin decir ni una palabra, hasta que el moreno habló.
- Si bien está claro que la lógica humana escapa a mi comprensión... - comentó con burla mientras lo señalaba.
- Devuelve eso, humano - ordenó Thor con tono amenazante.
El individuo enmascarado comenzó a reír.
- Hemos explorado su poder mientras ha estado en nuestra posesión... - Loki advirtió que era ligeramente diferente de como lo recordaba. - Y lo hemos mejorado. Es un arma realmente interesante - los dos asgardianos lo miraron con intriga, completamente serios.
- ¿Ahora ya no sirve simplemente para controlar idiotas? Porque a lo mejor debo preocuparme... - dijo el moreno, burlándose de su explicación.
El desconocido soltó una carcajada.
- Aún mejor. Voy a disfrutar realmente de esto. Haré que salga a la luz el lado más oscuro de vuestro ser, aquel que estoy seguro que todos vosotros ocultáis bajo esa máscara de valor y bondad. Y dejaré que os destrocéis entre vosotros. Porque en el fondo, todos somos iguales - apuntó al rubio con el arma. - ¡Veamos qué esconde el corazón de un dios de la justicia!
El rayo salió disparado como una ráfaga láser, pero Thor pudo advertir que los reflejos de su hermano superaban niveles extraordinarios y se ponía delante de él a tiempo, deteniendo el impacto con su pecho. Chocó contra él por la onda expansiva.
- ¡Loki!
Observó, preocupado, que sólo le había destrozado un poco el traje y se veía un trozo de piel magullada. El impactado comenzó a reírse mientras se incorporaba, adoptando una actitud vanidosa ante la sorpresa del enmascarado.
- Poco vas a poder hacer a alguien que ya muestra su lado más oscuro a diario... - comentó de forma sarcástica mientras observaba enfadado su traje hecho un desastre. - ¿Ya has terminado con el numerito? - preguntó, enarcando una ceja.
El humano se quedó un momento en silencio, pareciendo que no terminaba de entender la situación.
- ¿Pero no es acaso él aquel... asgardiano que lideró el ataque extraterrestre? ¿Por qué ahora... - dirigió la mirada a Thor, algo frustrado. Realmente hubiera deseado que su plan saliera a la perfección. De todas formas, iba a poder divertirse igualmente. - Oh no... - encaró a Loki. - La actuación está por empezar...
- ... ¿Perdona?
- ¡Hahahaha! Pronto empezarás a sentirlo.
- Disculpa, pero no entiendo de qué hablas. Thor, lánzale el martillo. Creo que le viene bien un golpe en la cabeza.
El rubio comenzaba a preocuparse un poco por todo aquello. Ese humano parecía demasiado tranquilo y entretenido.
- Lo que hace esta maravilla realmente... es sacar al exterior los sentimientos y deseos más ocultos de nuestra mente, que, normalmente... no es nada bueno - comenzó a explicar. - Aunque si lo que dices es cierto... - se frotó la barbilla - tengo bastante curiosidad por saber qué ocultas.
Loki sintió que todo su cuerpo se tensaba. Aquello... no podía ser cierto, ¿verdad? Empezó a ponerse realmente nervioso, pero se tranquilizó poco a poco al comprobar que no sentía nada aparte de un nudo en el estómago.
- Pues... parece que vas a necesitar algo más poderoso para acceder aquí dentro - exclamó con burla mientras se señalaba la cabeza. - Ya basta de tonterías - desenvainó la daga, algo impaciente por conseguir de una vez el bastón. - ¡Eso me pertenece, condenado humano! - de pronto sintió una especie de entumecimiento en su pecho, como un hormigueo. - ... - se quedó completamente serio, y empezó a descender el arma mientras miraba al humano atentamente.
- ¿Hermano...? - Thor se asustó un poco por la repentina actitud.
El jotun dejó de tener esa extraña sensación, por lo que volvió a adquirir una posición de combate.
- Para derribarme vas a necesitar algo má... ¡AAHH! - de pronto notó como si acabaran de atravesarle el pecho con una espada.
Ese fuerte dolor le entumeció todo el cuerpo, haciendo que sus piernas flaquearan, y fue incapaz de mantenerse de pie. Poco a poco fue cayendo al suelo, mientras sentía tal agonía que hasta le cortaba la respiración. El enmascarado hizo un gesto para que más hombres salieran del vehículo.
- Ahora sólo hay uno. Recordad que es muy poderoso, así que no falléis en alcanzarle.
El rubio se acercó rápidamente para socorrer al moreno en cuanto lo vio desplomarse. Estaba temblando completamente mientras se agarraba el pecho con fuerza y apoyaba el brazo y la cabeza contra el suelo. No dejaba de soltar gritos ahogados mientras sollozaba.
Thor alzó la cabeza y observó los hombres que se acercaban a atacarle. Muy a su pesar, tuvo que levantarse para abatirlos mientras no le quitaba el ojo de encima a Loki. Aunque eran humanos, sabían luchar muy bien. Además, se encontraba algo limitado. No quería realizar ningún ataque que pudiera afectar al otro asgardiano, ya que se mantenía cerca de él para que nadie se le acercara.
Loki, por su parte, estaba pasándolo realmente mal. Un auténtico huracán de sentimientos se había apoderado de él. Sentimientos que había cerrado con llave muy profundamente en esos últimos años. Sentimientos que había congelado para poder seguir adelante. Ahora estaba completamente sumido en ellos. Todas las escenas más traumatizantes de su vida estaban reflejándose en su memoria. Sentía una profunda tristeza mezclada con odio, angustia, impotencia y melancolía. Sus miedos y pesares lo atormentaban ahora sin parar. Intentó incorporarse mientras apenas podía ver el suelo por el mar de lágrimas que salía de sus ojos.
Levantó la cabeza, y Thor sintió que se le partía el corazón al verlo con semejante expresión de desesperación. En ese momento, un humano aprovechó para alcanzarle con un cuchillo. Aunque sólo consiguió darle un pequeño corte, a los pocos segundos comenzó a sentirse realmente mareado. Se tambaleó un poco, pero se mantuvo en posición.
Loki se sintió enfermar aún más cuando su mirada se cruzó con la de su hermano, con lo cual volvió a perder fuerza. No podía soportar aquello.
- ¡Haz que pare, maldita sea! - gritó mientras volvía a sentir que le clavaban mil espadas en el pecho.
Haciendo un esfuerzo increíble, terminó pudiéndose incorporar, mientras se sentía completamente desvalido. Alcanzó a ver a aquel humano tras ese manto acuoso. Sentía que los ojos le dolían horrores. Empezó a andar a trompicones, aún medio encogido, mientras respiraba fuertemente.
- ¡Loki! ¿Qué haces? - Thor no pudo detenerlo, ya que estaba bastante ocupado manteniendo el equilibrio y luchando contra aquellos cobardes soldados. - Tsk, maldición...
El enmascarado esperó impacientemente que el asgardiano se acercara, señalando a sus hombres que no lo atacaran.
- Vaya, vaya. Lo has aguantado bien por lo que veo.
- Haz que pare... - ordenó casi sin voz mientras seguía apretándose el pecho.
- Podría hacerlo... - comentó, divertido. - Toda esa frustración, todo ese odio que llevas dentro... Sé que quieres hacer que desaparezca - el moreno intentó mantener la mirada en él, atentamente. - Yo lo haré. Lo cogeré y lo transformaré en algo mucho mejor. Únete a nosotros y haremos que todo tu sufrimiento desaparezca.
El jotun lo observó en silencio durante unos segundos, esforzándose hasta el límite para no caerse. Estaba completamente serio y concentrado en mantener la respiración y aquel absolutamente desagradable tornado de emociones.
- ¿Cómo te atreves... tan siquiera... a pensar... que me comprendes? Lo siento, pero... - comenzó a explicar entrecortadamente - esta vez... yo decidiré qué hacer... con mi dolor - esbozó una rota sonrisa. - Y además... - levantó la cabeza, mirándolo por encima del hombro, obviando completamente el lamentable estado en el que se encontraba. - ¿Qué te ha hecho pensar... que yo... serviría a algún humano? Definitivamente... - se sintió algo mareado y dejó caer la cabeza hacia un lado al mismo tiempo que dejaba la mirada perdida - debes estar mal... de la cabeza...
El enmascarado lo observó atentamente durante un momento, cruzándose de brazos. Parecía realmente confuso, y disgustado.
- Una verdadera lástima... En cuanto mis hombres me han comunicado que parecía que te tenían preso, he pensado que realmente podríamos llegar a ser muy buenos amigos... - desenfundó su estoque. - Pero si esa es tu decisión, entonces será mejor quitarte de en medio.
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Steve estaba realmente agotado. Le animaba el hecho de que hubiera podido mantener a raya a los soldados para que Tony y Bruce estuvieran a salvo. Además, parecía que ya no quedaban muchos con ganas de seguir peleando.
- Venga, un último esfuerzo... - se dijo a sí mismo.
Se levantó, sintiendo una punzada en la pierna. Le costaba un poco moverse por el dolor, pero lo podía soportar. Vigilaba de vez en cuando a María, Natasha y Clint, entendiendo que estaban tan ocupados como él y que era absurdo pedir ayuda. Sintió una subida de adrenalina al percatarse de que el enemigo también estaba cansado y ya quedaban pocos contrincantes. Vio venir unos cuantos hombres juntos. Seguían con su táctica de atacar a la vez para pillarle desprevenido y derribarle. Entre ellos, había uno que le estaba ocasionando bastantes problemas porque era realmente bueno en combate y además parecía que no se rendía nunca.
- Aquí viene otra vez...
Noqueó a otros tres que se le acercaron y empezó a pelear con él cuerpo a cuerpo. Propinaba golpes bastante rápidos y fuertes, y no estaba ni la mitad de agotado que él. En uno de los ataques, le alcanzó la boca del estómago, lo cual hizo que se tambaleara un poco. Aprovechó para darle otro puñetazo en la mandíbula y desenfundar una pistola. Steve reaccionó rápidamente, pero aún así recibió el impacto en un lateral del pecho. Se desplomó contra un coche y el soldado le pateó el brazo donde llevaba el escudo para que lo soltara. El capitán gritó de dolor, mientras sentía que tosía sangre y se le nublaba la vista. Notó cómo colocaba la pistola sobre su cabeza, dispuesto a disparar para acabar con su sufrimiento. El tiempo se detuvo en ese instante.
Se sentía realmente mareado y agotado. La cabeza le daba vueltas y era incapaz de ver con claridad. También notaba que se ahogaba, por lo que apenas podía respirar con normalidad. Aquello no tenía nada de buena pinta, pero se negaba a morir así. Intentó con todas sus fuerzas levantar el brazo para apartar la pistola, pero le pesaba horrores. Aun así, para cuando quiso darse cuenta, ya no la notaba contra su cabeza.
Entreabrió los ojos de nuevo y le pareció ver otra silueta. ¿Era enemiga? Parecía que no, puesto que advirtió que estaba peleando contra el soldado que por poco acaba con su vida. Se escucharon varios disparos. Otros enemigos se abalanzaron hacia esa persona, pero los derribó fácilmente. Al recuperar algo la visibilidad, advirtió que iba con ropa de calle, o así le parecía. Se ensañó bastante con el soldado que había estado a punto de matarlo. Escuchaba gritos desgarradores y ruidos de fuertes golpes mientras se mantenía encima de él en el suelo. A continuación, intuyó vagamente que esa persona se acercaba hacia él para socorrerlo, pero ya casi ni podía diferenciar las formas ni las voces. Le pareció escuchar una voz grave llamándolo. Lo último que advirtió fue que lo zarandeaban y una de las manos que a continuación agarraron su rostro estaba completamente fría. Olía a sangre, y también la podía sentir en su boca y su garganta. Después, todo se volvió negro.