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Corazón de hielo por Dynast

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Notas del capitulo:

Narración:

Blablablablablabla...

Diálogo:

- Blablablablablabla...

Pensamientos:

- Blablablablablabla...

Sin pensárselo dos veces, comenzó a hacer memoria de las vías de que disponía para llegar a ese mundo... Midgard. O como sus habitantes lo llamaban, La Tierra.

 

 

Tras unos cuantos días, terminó hallando un camino para visitar ese planeta que tanto le divertía. Ahora que no tenía el Teseracto, viajar entre mundos no era tan fácil, y estaba un poco oxidado. Al final decidió ir por una de las travesías que los Jotuns conocían y utilizaron en el pasado. Tras atravesar el portal, se vio rodeado de una vasto valle helado. Apenas había vegetación entre el suelo lleno de nieve y escarcha. A lo lejos se intuían entre la espesa neblina unas imponentes montañas picudas, cuyas raíces estaban repletas de coníferas. Giró la cabeza y se encontró con un enorme lago. La niebla se disipó un poco y pudo ver reflejadas en el agua cristalina las auroras boreales que bañaban el cielo de los colores del arcoíris.

 

- ¿Es esto la Tierra o sigo en Jötunheim? - pensó divertido.

 

Vagó por parajes europeos durante varios días, descubriendo las anticuadas tecnologías de los humanos, ocultándose entre ellos bajo mil caras diferentes, engañando y persuadiendo como le placía para conseguir lo que necesitara. Pero terminó cansándose de todo eso y entonces recordó Nueva York, aquella gran ciudad donde sembró el caos junto a los Chitauri. ¿Qué cara pondrían si se presentara ante viejos conocidos? La idea le parecía realmente tentadora.

 

Se informó sobre cómo llegar hasta allí y dejó de lado los transportes terrestres. No le costaba conseguir esa moneda de cambio que usaban los mortales, era tan fácil simplemente quitárselo de las manos... Y no darían jamás con el culpable, pues esa ladrona se convertiría tarde o temprano en un elegante hombre con traje o un joven estudiante con uniforme... lo que le apeteciera en el momento.

 

Finalmente se bajó del avión y sus pies tocaron las tierras norteamericanas, tras dejar a una hermosa mujer desprovista de su documentación y tarjeta de crédito y abandonada en medio de la nada. Había descubierto que era incluso más fácil manipular a los humanos con esa forma. Intentaba andar de la forma más femenina posible, lo cual era complicado, pero tampoco imposible ya que su manera de moverse era bastante elegante de por sí.

 

- Menos mal que es sólo una ilusión, andar con este calzado debe ser horrible - pensó mientras observaba los tacones de aguja.

 

Paseó un buen rato por la ciudad y cada vez que preguntaba a algún hombre por una dirección, estos respondían nerviosos al momento, como si la vida les fuera en ello, mientras no dejaban de mirarlo.

 

- Pse... qué sonrisa de idiota... Son incluso más transparentes que los asgardianos. Ponles una bella mujer y se vuelven sumisos y estúpidos. Lo realmente hermoso de una mujer está en su personalidad... - esbozó una pícara sonrisa. - Aunque si encuentro algún humano que piense como yo, igualmente no tendré problemas en seducirle.

 

Tras caminar unas manzanas comenzó a sentir algo de hambre y escuchó a un grupo de mortales que parecía decidir dónde almorzarían.

 

- ¿Qué tal si hoy vamos a comer shawarma?

 

- ¿De qué me suena a mi ese nombre? ... - comenzó a prestar más atención mientras disimulaba mirado el móvil.

 

- ¿Eh? ¿Sabíais que el sitio al que solíamos ir hace años se ha hecho famoso?

 

- ¿Famoso? ¡Sí, claro!

 

- ¡Que sí! ¡Ahí es donde estuvieron Los Vengadores!

 

- ¿Estás de coña, no?

 

- ¡Que te digo que es cierto! El dueño tenía una foto.

 

- ¡Eh eh! Pues vamos, ¡pero ya!

 

Se quedó completamente perplejo durante unos instantes.

 

- ¿Los Vengadores? Será que...

 

El grupo había salido corriendo hacia el sitio así que comenzó a seguirlos para no perderse. Cuando llegó al lugar se paró en la entrada mirando la fachada fijamente.

 

- Oh sí... lo recuerdo bien. Este es el sitio al que me trajeron cuando apenas podía moverme después de que esa gran mole verde inmunda me tratara como un saco de boxeo. Y como si fuera tal cosa me dejaron tirado en una esquina, amordazado mientras ellos comían. Recordarlo me enerva TANTO...

 

Dejó su ira de lado y decidió entrar al local guiándose por su impulsividad y frustración. Definitivamente iba a probar esa cosa. Tras recoger el famoso shawarma  que le habían preparado, se sentó en una mesa junto a la ventana. Observó a un par de mujeres cuchicheando nerviosas en la mesa que tenía al lado.

 

- ¿Seguro que es?

 

- Que te digo que sí, antes cuando se ha girado le he visto la cara.

 

- Así que es cierto que solían venir aquí, ¡qué fuerte!

 

- ¿Nos acercamos a pedir un autógrafo?

 

- Ay, quita quita, qué vergüenza...

 

El moreno se giró sutilmente para descubrir de quién hablaban, pero no reconoció a nadie. Había una señorita de pelo rubio, de porte elegante, comiendo lo mismo que él, con la mirada perdida.

 

- Oye... ¿y qué raro que no estén juntos no? ¿Serán ciertos los rumores?

 

- Bah, ya sabes cómo es la prensa, seguro que han tenido otra pelea y están exagerándolo todo otra vez, les encanta meterse en la vida de los famosos.

 

- Pues no sé, pero si ella no quiere a Tony ya me quedo yo con él.

 

- ¡Eh! ¿Comparte un poco no?

 

Tony... Tony... ¿De qué le sonaba ese nombre?

 

- Podríamos secuestrarlo...

 

- Sí, y fundir lentamente al hombre de metal...

 

- ¡Oye! ¿Qué clase de fantasías extrañas tienes?

 

- ¡Ah! Tú has empezado, bonita.

 

El asgardiano se quedó perplejo con la conversación.

 

- Estas humanas tienen las hormonas demasiado revueltas...

 

Comenzó a comer su shawarma. Parecía que llevaba carne y unas extrañas especias que le daban un gusto realmente interesante. Volvió a fijarse en la rubia y cayó en la cuenta.

 

- El hombre de metal... ¡claro! Ese humano con su extraño traje y la capacidad de repeler el poder del bastón...

 

De pronto vino a su mente la conversación que habían tenido en la azotea de su inmensa torre y dedujo que no se encontraría muy lejos. Las humanas cotillas de la mesa de al lado seguían con su estúpida conversación.

 

- Me encantaría ser como ella...

 

- ¿Quién? ¿Pepper?

 

- Sí, debe ser genial poder trabajar para una empresa tan importante y saber manejar todo tan bien...

 

- Yo que tú primero me preocupaba por acabar la carrera.

 

- Ya lo sé, boba - le dio un suave golpe en el hombro a su amiga y ambas comenzaron a reír.

 

Loki sintió que ya había reunido información suficiente para realizar algún movimiento. Tras planificarlo todo se levantó de su sitio y se dirigió hacia la mesa de la rubia para sentarse en frente. Esta se sorprendió y comenzó a mirar nerviosamente hacia los lados. Llevaba puestas unas gafas de sol.

 

- Ah... lo siento... Si es algo de Prensa por favor ahora no... Me gustaría poder terminar de comer... - dejó su comida en el plato mientras desviaba la mirada con un aire cansado.

 

- Esté tranquila, sólo soy una admiradora que la ha reconocido. - Vio como la humana daba un suspiro de alivio al oír eso y le prestaba atención. - Es realmente increíble en su trabajo, con una empresa tan importante debe ser realmente difícil. Muchas mujeres desearíamos ser como usted, ¿sabe? - La mujer sonrió un poco avergonzada al escuchar eso.

 

Loki intentaba por todos los medios comportarse como una especie de adolescente eufórica que había encontrado la oportunidad de hablar con su ídolo, gesticulando y haciendo movimientos bruscos en un afán de nervios, y parecía que estaba dando resultado la tetra. Pepper se encontraba relajada y parecía divertirle la expresividad de esa joven que tenía delante. De pronto el asgardiano se quedó callado y simuló vergüenza. La rubia lo miró con curiosidad.

 

- Disculpe... ¿podría sacarme una foto con usted? Es que... realmente me gustaría inmortalizar este momento... si no le resulta una molestia...

 

La chica sonrió.

 

- Sí, claro. No le puedo negar nada a alguien que acaba de alegrarme el día - comentó mientras se quitaba las gafas.

 

Tras sacarse la foto con el móvil, el moreno observó que la humana miraba la hora.

 

- Bueno, es hora de irme.

 

- ¡Oh! ¿Se va a la Torre Stark?

 

- Am... no... Voy a estar fuera por unos asuntos... - vio cómo la joven la miraba expectante. - Lo siento, no puedo decirte más, aunque no seas de la Prensa. Y por favor, no me sigas. Ha sido un placer. - Dicho esto le dedicó una sonrisa y se marchó del establecimiento.

 

- Oh no, el placer ha sido mío... Ahora poseo información bastante valiosa. - dirigió una mirada al móvil. - Las caras siempre son lo más difícil...

 

Mientras estaba sumido en sus pensamientos las chicas de la otra mesa se le acercaron.

 

- ¡Hala qué guay! ¡Te has sacado una foto con ella! ¿Qué te ha dicho?

 

El moreno se giró sorprendido por la brusca interrupción. De pronto pensó que incluso podría sacar más información de todo ello.

 

- Que se iba fuera de la ciudad... ¿vosotras sabéis algo? - realmente esperaba que esas cotillas le fueran de ayuda.

 

- Ay pues no sé, qué raro... ¿No iban a dar en nada alguna fiesta en la Torre Stark para anunciar la vuelta de Tony?

 

- Sí, creo que ha pasado por un mal momento, pero parecía que se había recuperado. Y aprovechando eso iba a celebrar la victoria frente al último incidente.

 

- ¿Y Pepper se va? Eso no pinta bien... Algo ha debido de haber ocurrido.

 

- Bueno chicas, - eso era suficiente - me ha encantado conoceros pero me marcho. La próxima vez no la dejéis escapar.

 

Salió del local y tras preguntar direcciones no tardó demasiado en dar con la torre. Se veía desde bastante lejos. Un edificio tan alto y llamativo le parecía realmente atractivo.

 

- Aunque si yo viviera en un sitio así, sería incluso más grande y majestuoso.

 

Antes de llegar al edificio, se escondió en una esquina y tras comprobar que nadie lo veía dio lugar al cambiazo. Se dirigió a la puerta y, sorprendido de que estuviera abierto, entró.

 

Había una gran y amplia entrada con columnas que se extendía hacia dos enormes escaleras en forma de caracol que comunicaban con el piso de arriba. Había ascensores a ambos lados de las escaleras y varios carteles con indicaciones sobre los diferentes pisos. La luz del día entraba a través de los enormes ventanales e iluminaba el entorno. Le llamó la atención que estuviera todo tan desierto. No había ninguna luz artificial encendida, pero en cuanto dio un par de pasos una gran lámpara con extrañas formas que había en medio de la sala se iluminó de repente.

 

- No esperábamos visitas al día de hoy. No es horario laborable. Por favor, vuelva en otro momento.

 

Espera... ¡¿Esa lámpara le estaba hablando?! Se quedó atónito durante un momento. Realmente esos humanos hacían cosas muy raras. Decidió contestarle a quien quiera que le estuviera hablando por esa... lámpara.

 

- He venido a ver a Tony. Soy yo, Pepper, ¿es que no me reconoces?

 

De pronto se halló envuelto por una especie de ráfagas de luces láser que lo recorrían de arriba a abajo. Supuso que se trataría de algún sistema de reconocimiento.

 

- Identificación aceptada. Bienvenida sea, señorita Potts. No la esperábamos por aquí. El señor Stark está en el piso de arriba, descansando. ¿Desea que lo despierte?

 

- No hace falta. Llévame con él.

 

Escuchó el sonido de uno de los ascensores que se acababa de encender y entró mientras la máquina lo dirigía al piso de destino e iba encendiendo luces y abriendo puertas a su paso. Parecía que todo en ese edificio estaba controlado por electricidad.

 

- Es realmente conveniente que esté mostrándome el camino tan precisamente. Fácilmente podría perderme en este sitio tan enorme.

 

Tuvo que atravesar un amplio piso lleno de pasillos y enormes salas a ambos lados, hasta llegar a otro ascensor que se encontraba justo al final. Parecía diferente de los que había en la entrada. Observó una pantalla que había al lado de la puerta y de pronto volvió a salir otro haz de luz hacia su cara.

 

- Tanta seguridad... Menudo humano más paranoico... Y de qué poco le sirve...

 

El ascensor se activó y por fin pudo llegar a los pisos superiores. En cuanto salió del transportador recordó el lugar. Había un gran ventanal que daba a la plataforma donde había estado luchando contra Thor. A su derecha observó una barra de bar y en la otra parte de la estancia había zonas de descanso con amplios sofás y mesas de café.

 

- Sí, aquí es donde tuvimos aquella conversación...

 

Encontró unas escaleras que daban al piso de arriba. Al no ver a nadie en la sala, decidió subir. Aquello parecía una vivienda. Encontró un amplio comedor que comunicaba con una pequeña cocina, salas de estar, baños y finalmente, los dormitorios. Observó que todas las puertas estaban cerradas menos una, con lo cual dedujo que había llegado a su destino. Empujó con total sigilo la puerta medio abierta y se deslizó en la sala. Efectivamente, había alguien ocupando la cama.

 

Todo parecía un completo desastre. Había ropa tirada por el suelo, en contraste con la exquisita decoración de aquella enorme habitación que parecía una suite de hotel. Había una mesa de diseño hecha completamente de cristal con botellas de alcohol encima, algunas de ellas derramadas. Se acercó cuidadosamente hacia el humano y lo halló tirado sobre el colchón de una forma muy lamentable, con un vaso en la mano, del cual se había derramado algo de alcohol manchando las sábanas. Dormía profundamente. Lo encontró más delgado y pálido de como lo recordaba. Se veía demacrado, con unas marcadas ojeras bajo sus ojos, casi hasta parecía enfermo. Se fijó en que llevaría días sin afeitarse ni acicalarse la barba, y tenía el pelo completamente alborotado. Aún así, no parecía haber descuidado su higiene personal, y la ropa pese a estar completamente arrugada, estaba limpia.

 

- Menudo desastre...

 

Se apoyó en el colchón y acercó su rostro al suyo. Aparte del olor a alcohol de su aliento, no advirtió nada más. Le apartó el pelo que tenía delante de la cara y le acarició la mejilla mientras esbozaba una sonrisa perversa. El humano comenzó a despertarse poco a poco con el tacto.

 

- Buenos días, Tony.

Notas finales:

¿Os ha gustado la idea de Loki disfrazado de una sexy mujer dando un paseo por Nueva York? Y no he podido evitar incluir la cómica escena del shawarma x,D

¿Qué le hará a Tony mientras sigue con la ilusión de Pepper?

Ya ha terminado la parte introductoria y este fanfic empieza con bastante acción, espero que disfrutéis los próximos capítulos 8D


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