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La Promesa del Olvido por EXOticWuFAN

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Notas del fanfic:

¡Jojo! Hola -w-

Este es mi primer HunHan y también el primer fanfic en el que pongo un poco de Angst :B

Espero sea de su agrado y que no se confundan con los distintos cambios de narrador ^^

Notas del capitulo:

He aquí el primer capítulo :3 

Es raro que yo no le ponga título a los capítulos de este fanfic, pero tengo mis razones XDDD 

¡A leer!

–        Paciente nº 23, matrícula 04ALHX190, Xiao Luhan. ¿Es él a quien busca?

–        Sí, así es.

–        ¿Está seguro que el paciente lo conoce? Usted sabe, él ahora…

–        Precisamente por eso lo vengo a buscar.

–        Ya veo… Por favor, vaya al piso número 4 por el elevador. Su habitación está al final del pasillo.

–        Muchas gracias.

Sehun se fue caminando hasta el elevador pasando de largo a las distintas personas que casi vivían ahí junto a la mayoría vestida de blanco. Al llegar al elevador y presionar el botón para que éste bajara, Sehun se sentía más inseguro cada segundo que pasaba, lo que lo hacía sentirse incómodo consigo mismo.

Cuando las puertas del elevador se abrieron Sehun entró más con miedo que con decisión, lo cual no llenaba sus expectativas y quiso salir de ahí. Pero cuando lo pensó, ya había llegado al 4to piso y ya se encontraba afuera de la habitación designada con una placa que llevaba un “23” en ella.

Sehun tocó 3 veces seguidas para después abrir la puerta. El olor a medicina golpeó con fuerza su cara. Cerró la puerta tras de él y se dedicó a observar el delgado cuerpo que veía con una mirada perdida hacia la ventana.

–        Luhan… –pudo decir.

El nombrado dio media vuelta conectando su mirada con el chico que estaba a punto de caerse cerca de la puerta. Luhan estaba completamente igual que antes, con la ligera diferencia que ahora su rostro se encontraba más delgado y parecía más blanco de lo normal. O tal vez, sólo tal vez, las paredes contrastaban ese color en su rostro.

Las lágrimas quisieron salir de los ojos de Sehun, pero él hizo un esfuerzo sobrehumano para que ninguna siquiera se asomara. Luhan no comprendía del todo la situación y con señales y gestos invitó a Sehun a sentarse en una silla, y eso hizo, mientras que Luhan se sentó en su cama.

Ambos permanecieron en silencio, viendo a lados distintos. Mientras Sehun se tragaba sus sentimientos aparentando ser indiferente y viendo hacia el piso, a Luhan no le importaba tener sus ojos puestos en ese chico frente a él. Aquel chico que interrumpió su vista al jardín de cada día a las 10:30am. Aquel que le daba un aire familiar…

–        Perdóname pero… ¿quién eres tú?

Y fueron esas palabras las que destruyeron la barrera que con tanto esfuerzo había construido Sehun… Sintió como si algo dentro de él se había roto en mil pedazos. Y de repente todas las lágrimas que había estado conteniendo salieron, y eso alarmó a Luhan, quien de inmediato fue corriendo por papel y se lo dio a Sehun. Él sólo sonrió melancólicamente.

–        Aún sigues siendo considerado, ¿eh?

–        ¿Qué?

–        Aún sigues sorprendiéndote de algo que ya hemos hablado…

–        Perdón, pero…

–        Aún sigues pidiendo perdón cuando yo te pedí que no lo dijeras más…

Las respuestas de Sehun dejaron confundido a Luhan, y mucho. Sehun hablaba como si conociera a Luhan de años, lo cual él no asimilaba. Una vez que Sehun paró de llorar, o al menos intentó, miró directamente a los ojos de Luhan. A él le causaba un poco de pena mirar a Sehun con esos ojos rojos, y lo ponía nervioso.

–        ¿A qué has venido? –preguntó, con cierta inocencia, Luhan.

–        ¿Yo? He venido a varias cosas…

–        ¿Cuáles?

–        A verte, platicar contigo, pero lo más importante, a cumplir una promesa.

–        Sí. Te la hice hace tiempo… y se cumple hoy…

–        Suena muy importante –Luhan sonrió.

–        Lo es –Sehun se sentó al lado de Luhan.

–        ¿De qué trata?

–        Soy Sehun.

–        ¿Eh? Ah… Te diría mi nombre, pero ya lo sabes.

–        Sé muchas cosas de ti, Luhan.

–        ¿Ah sí? ¿Por qué?

–        Prométeme que vas a creer todo lo que te diga.

–        Lo prometo.

Sehun sonrió tristemente y abrió una pequeña libreta que llevaba. De ella sacó una foto de Luhan y él. Sehun se encontraba apenas sonriendo mientras que Luhan lo estaba haciendo alegremente, pasando su brazo por los hombros de Sehun. Cuando éste terminó de admirar la foto se la dio a Luhan.

–        ¿Somos… nosotros?

–        Sí…

–        ¿Tenías el cabello castaño?

–        Tú también.

–        Y estabas más pequeño que yo.

–        En altura y edad.

–        ¿Soy más grande?

–        Sí.

–        Oh…

Luhan admiraba aquella foto como si fuera un tesoro preciado; una reliquia extremadamente única y valiosa que tenía que cuidar a cualquier costo. Una vez que la dejó de ver, se la entregó nuevamente a Sehun, pero éste negó con la cabeza.

–        Quédatela.

–        ¿No la necesitas?

–        Tiene que ver con la promesa que te dije.

–        ¿Cuándo la hicimos?

–        Tiempo después de conocernos.

–        ¿Y cuándo nos conocimos?

–        Un día como hoy… pero hace 5 años…

La familia Oh se había mudado a ese lugar a mitad del año, cuando las lluvias no te dejan salir de tu casa y las ventanas golpean fuertemente las ventanas.

Fue en ese entonces cuando Oh Sehun era indiferente a todo. A su familia, a sus conocidos, a todo el mundo en general. Sehun era asocial por excelencia. Lo único que le importaba era sentarse al lado de una ventana e imaginarse todo tipo de cosas poniendo de escenario el lugar donde vivía y de personajes a las personas que iban de paso por las calles.

La actitud un poco hostil y estoica del hijo de los Oh les hizo darse cuenta que no serviría de mucho mandarlo a la escuela para hacer amistades puesto que Sehun nunca cambiaría. De esta forma, decidieron que un maestro particular era la mejor opción.

Hablaron con conocidos y fueron a distintas universidades para ver si alguien los convencía, pero no encontraron ningún prospecto. Sin embargo, llámese destino o suerte, los padres de Sehun se percataron de un anuncio colocado en un poste, un poco desgastado por las recientes lluvias, pero sin duda era entendible.

Tan pronto como pudieron se comunicaron con aquél que brindaba clases particulares, y en un santiamén, ya se encontraba sentado en la sala de los Oh, dispuesto a tener una entrevista de trabajo, lo cual lo tenía un poco nervioso y entusiasmado a la vez.

Por las habilidades mostradas, los Oh no tardaron en contratar al muchacho frente a ellos, que llevaba por nombre “Luhan”.

Xiao Luhan era un joven docente especializado en áreas sociales, aunque no era lo único que sabía. Sus fuertes conocimientos en Matemáticas, Historia, Geografía, entre otros fueron prueba suficiente para tener la aprobación de los Oh.

–        Nos gustaría que empezaras lo más pronto posible –dijo el señor Oh.

–        Por supuesto. Lamentablemente el día de hoy no traigo los suficientes materiales.

–        De eso no te preocupes. Lo esencial ahora es que conozcas a Sehun y te familiarices con su cuarto.

–        ¿Las clases serán en su cuarto?

–        Sí. Aquí entre nos, nuestro hijo es una prioridad, pero debíamos arreglar este asunto antes de irnos.

–        ¿Se van?

–        Durante 2 años –interrumpió la señora Oh– por negocios.

–        Oh… ya veo…

–        Bien, Luhan, me agradaría mucho que Sehun aprendiera cosas que tengan relación con las ciencias exactas. Pretendo que sea mi sucesor.

–        Entiendo su punto señor, pero el futuro de Sehun lo debe elegir él y sólo él.

–        Ya hablamos con él y está de acuerdo.

–        Ya veo…

Luhan fue dirigido hacia el cuarto de Sehun, quien no se dignó en abrir la puerta, así que fue abierta por los padres.

Luhan observó el cuarto. La cama estaba hecha, un escritorio estaba impecable, y los libros y cuadernos que yacían en él estaban perfectamente alineados. El color de las paredes era de un azul turquesa ligero, pero no eran adornados con ningún tipo de accesorio.

–        Sehun, déjame presentarte a Luhan, tu profesor particular.

Cuando el señor Oh pronunció esas palabras fue cuando el chico sentado en esa silla se dio la vuelta y conectó su mirada con la de Luhan. El joven Oh miraba a Luhan con extrema simpleza, mas no hablaba. Sus ojos no mostraban brillo alguno, parecían vacíos…

–        Mucho gusto, Sehun…

Notas finales:

¿Qué tal? ^^' Espero no me maten por lo que pasa después jeje.

¡XOXO! Espero sus reviews ^^


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