-¡Vete tu no eres mi amo!-vuelve a gruñir todo crispado. Trae puesta una de las camisas de Isaac y le queda muy grande.
Muestra los dientes de forma amenazadora y distingo sus afilados colmillos.Un poco más largos que el promedio de una persona. Son casi bonitos, si no fuera porque pueden desgarrarme la piel.
-Eh... ¿estás jugando? Mi tío te pagó para asustarme ¿verdad?
-Sal de la alcoba de mi amo-insiste temblando, no sé si de rabia, miedo o las dos cosas.
Me levanto despacio, anteponiendo las manos en señal de que no haré nada, porque temo que me brinque encima.
Él sigue mis movientos con la mirada.
-Lo siento, yo estoy a cargo de la mansión ahora y voy a pedirte que te vayas o llamaré a la policía.
-Yo vivo aquí, tu eres el intruso ¡vete!-su espalda se arquea a medida que ladea su cuerpo.
Intento conectar los puntos y encontrar una relación entre cualquier mensaje que Isaac quisiera dejarme y el hecho de que este muchachito esté actuando como un gato.
¿Quizá intentaba hacerme entender que la vida está llena de imprevistos?
El chico no se ve dispuesto a razonar. Sus orejas de gato, falsas sin duda, se echan hacia atrás.
Salgo de la habitación lentamente y voy al despacho de mi tío. Marco rápido el teléfono de su abogada.
Él entra caminando en dos piernas y yo no le despego la mirada. Casi se desliza cuando se mueve.
-¿Aló? Becca..., disculpa, ¿qué sabes de la mascota de mi tío?
-Um, que es un gato.
-Eso me dijeron.
-¿No lo encuentras?
El chico gato se va detrás de un librero y me observa entre la división de lo estantes.
-No lo sé... pasa algo raro aquí.
-Se trata de tú tío, Jude, claro que debe ocurrir algo raro.
Entorno lo ojos.
-Hablo en serio ¿sabes si hay alguna claúsula en su testamento que deba saber? ¿si hacía bromas a sus empleados?
-Isaac no era del tipo bromista, fuera de los negocios y obligatorios eventos sociales era muy retraído, tú lo sabes.
-¿Alguna vez te dijo algo sobre su mascota?
-Además de que era lo que más quería en el mundo, no lo sé. Mejor encuéntralo, Jude debe estar muy acostumbrado a las atenciones. Pero tampoco vayas a abrumarlo.
Cuelga enseguida sin que pueda preguntar nada más.
Me desplomo en la silla ejecutiva y suelto un largo suspiro. A pesar de todo, el chico no me ha atacado, tal vez es inofensivo.
Registro los cajones en busca de una pista, lo que sea. Enciendo además la computadora personal.
-No deberías urgar en sus cosas-me dice con un profundo resentimiento.
-Ok, ya entendí la broma, tú eres el gato de mi tío, ¡Muy divertido! ¿ahora qué sigue?
Su expresión me demuestra que no entiende lo que le digo, y empieza a moverse detrás del librero sin dejar de escudriñarme. Veo sólo sus ojos y una parte muy pequeña de su rostro. Podría estar acechándome.
Finalmente sale de ahí y con voz agitada me confronta.
-Tú dices ser el que va a cuidarme ahora, ¡pero yo no te quiero, no quiero a nadie!
Y en un parpadeo, deja la habitación.
Levanto la bocina y mi dedo queda suspendido en el número de emergencias. Veo hacia la puerta tratando entender. Cuelgo el teléfono y me pregunto si no me arrepentiré de dejar a ese chico tan extraño suelto por la casa.
Entonces una idea se aclara en mi mente más de lo que quisiera. ¡El muchacho era amante de mi tío!
Eso debe ser. Aunque no explica por qué la actitud de gato.
En algún lado debe haber información relacionada con el testamento y lo que ocurre. Voy directo a las carpetas de la computadora. Sólo encuentro una. Mascota: Dion. Doy click temiendome lo peor.
Me encuentro con una especie de diario.
“He adoptado a mi mascota y es exáctamente como la quería.Aunque es desconfiado...”
Levanto la vista nuevamente hacia la puerta.
-Vaya que lo es.
“Es más inteligente de lo que habría esperado, me alegra” “El proceso de domesticación ha empezado”.
-¿Domesticación? Qué demon...
“Lo he llamado Dion, por supuesto. Soy un nostálgico”.
Cierro el documento con un escalofrío, aunque sé que debería leer el resto. Por lo pronto, es suficiente del festival de rarezas. Siento un gran alivio cuando algo se rompe en la estancia y debo ir a ver.
-¡Quiero que te vayas!-dice el chico subido en una mesa, arrojando mis cosas fuera de la caja y estrellándolas contra el suelo y las paredes.
-Basta, oye son mis cosas, es todo lo que tengo.
-¡Largo! Tú no eres mi amo
Crash, allá va mi perfume que se derrama en un tapete.
-Detente ya-me acerco rápido y lo tomo por las muñecas.
-¡Quítame las manos...suéltame, sólo el amo...!-forcejea furiosamente y lo bajo de la mesa.
-Para esta locura-le advierto. Es mucho más delgado y bajito que yo, pero consigo dominarlo con dificultad, no sé de donde saca tantas fuerzas-¡Tranquilo, Dion!
Su rostro se desencaja al oír su nombre y como ha dejado de resistirse mi peso lo vence, cae de espaldas al suelo y yo encima de él. Pongo mi brazo para que no se golpee la cabeza, sin embargo sostengo su muñeca sin lastimarlo. Nuestra respiración es pausada y Dion me mira con rencor.
-¿Quién te dijo mi nombre?-dice casi hiperventilando.
-Isaac... no él directamente, sino algo que escribió.
Dion no comprende y tampoco tiene la intención de hacerlo.
-Tú no puedes llamarme así, nadie puede-sus ojos se humedecen.
Me da mucha compasión, pero si no fuera todo tan extraño, dejaría de aprisionarlo.
-Quiero que me expliques algo y prometo que voy a soltarte. Dime, tú...-no sé cómo decirlo-¿Te comportabas como una mascota para mi tío?
Por su expresión debe creer que soy un estúpido.
-¿Comportarme? Yo era su mascota.
Lo suelto despacio y me siento en el suelo frente a él. Recojo una pierna y masajeo mi cabeza, luchando por no armar este rompecabezas en la dirección que imagino.
¡Pero es un ser humano! Esto va más allá de uno de esos juegos de roles durante el sexo. Este chico era propiedad de mi tío. ¿De dónde lo habrá sacado? ¿Lo separarían de su familia?
Mientras reflexiono y le doy mil vueltas al asunto, Dion se sienta sobre sus rodillas y pone los puños en su regazo. Si, igual que un gatito. Me examina, todavía con la desconfianza pintada en sus enorme ojos.
-Dime Dion ¿recuerdas a tu familia? ¿sabes dónde podrían estar ahora?
-El amo es mi familiar-dice con convicción.
Debí venir esa respuesta.
-Pero ahora él...-añade.
Dion agacha la cabeza y se queda en silencio.
No importa lo que ocurre, lo único que pienso es que él debe sentirse completamente sólo en el mundo. Conozco la soledad, a pesar de tener una familia que me ama y se preocupa por mí. Perder a la única persona que tienes debe ser devastador.
Lo acaricio entre sus enormes orejas, casi instintivamente ¿serán reales?
Tal vez estoy llegando demasiado lejos tomándome tantas confianzas con él, sin embargo Dion no me rechaza. Permanece muy quieto y muy tenso recibiendo mi caricia.
-¿Lo querías mucho verdad?
Dion asiente despacio.
-Es gracioso, quizá no haya nadie en el mundo que quiera a mi tío tanto como tú, que lo conociera como tú lo conociste.
Levanta la mirada y sus ojos se ven muy grandes y bellos. Dion se ve tan indefenso que le recrimino a mi tío. ¿cómo pudo convertir a este chico en un animalito que lo ama incondicionalmente, y encima, mantenerlo escondido? Aunque es fácil ver porqué quiso tanto a Dion. En efecto, debajo de su apariencia desconfiada, es muy tierno.
-Mi tío Isaac era una persona misteriosa para mí-le digo-. Y no sé quién eres o porqué te hizo su mascota, pero yo voy a cuidar de tí.
-No-dice apartándose despacio-.Él me dijo que alguien más podría ser mi amo ¡yo no quiero a nadie más!
Le sonrío.
-Entonces no hay problema. Yo no quiero ser tu amo tampoco.
-¿N... no?
-No. Mi deber es cuidarte, esa es la voluntad de mi tío y justamente es lo que voy a hacer.
-Pero...
-Y tampoco tienes qué comportarte como un gatito. Puedes volver a ser tú.
De nuevo me mira confundido.
-¿Y quién soy yo?
Oh, esto va a ser complicado.