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"Destiny Gay" por Cintia24

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Notas del capitulo:

Perdonen las faltas de ortografia. Intentare mejorar :)

 

https://www.youtube.com/watch?v=EGfphtSvJug

Es el video de la cancion, en el fic, stiles canta en letra clara en cursiva y boyd con negrita (gruesa), espero les guste.

Él era Derek Hale, un tipo frío y nada transparente desde la ruptura con la que era su prometida hasta hace unos meses…la dulce Paige.

La hermosa y virginal Paige Blaise. La chica perfecta, una pena que fuese lesbiana.

Pero Derek no la culpa. No… Para nada. La chica no era culpable de no llevar una etiqueta en el cuello que dijese “Homosexual: No poner en contacto con hermanas cachondas…”

No era culpable de nada.

Nada más que de ilusionarlo durante años y convertirlo en un cornudo idiota mientras se revolcaba con su queridísima hermana mayor. Así que no podían culparlo por autoproclamarse el hijo mayor de Talia Hale.

Virgen… ¡Já!

Ahora Derek solo tenía una hermana, solo una. Y, bueno… un idiota que a pesar de tener aspecto de niña, con esos pelos rubios y ondulados… era su hermano. Y punto.

Dado eso por concluido… Derek se concentró en su nuevo problema.

Pronto habría un eclipse total y cuando eso ocurriera su compañero Beta debía estar a su lado para poder ascender como un Alpha en la manada, para destronar a su padre de tal honor.

A Derek no le importaba aquel trono -con el honor incluido-. Solo quería demostrarle a toda su extensa familia (Todos lo de la manada eran considerados de la familia aún sí biológicamente hablando no lo eran) que la ruptura no le había afectado, que Laura no podía ganarle en todo, que su Padre debía dejarle el camino libre a las nuevas generaciones y que él era alguien con el que no debían meterse.

Ya quería ver la cara de su hermana cuando la desplazara y ella quedara como un arlequín ante su especie.

Brazo derecho de su padre, hijo adoptivo de los Hale desde los trece años, hermano de corazón desde que lo salvaron de un padre abusivo - Quizás algún día encuentren sus restos…- y cuñado desde los diecisiete… ex-cuñado desde hace cuatro horas.

Más hermano que nunca de Derek.

Isaac Lahey fue el encargado de encontrar a su otra mitad.

No es qué Isaac quisiera vengarse de su ex-esposa… claro que no. ¿A quién se le puede ocurrir algo como eso?

“Debió especificarle que fuera una mujer…”

Pero el puto destino, era el puto destino. Ni su hermano podría salvarle de él. Derek lo maldijo y lo seguiría haciendo lo que le restara de vida.

De todas formas Isaac tenía razón; su lobo era el que elegiría a su Beta. Su parte humana solo tenía una forma de interponerse ante ello y era eligiendo a otro Beta antes de que el lobo hallara a su compañero, y tras un ritual, proclamarlo como tal, ignorando el deseo de su animal interior.
Aunque esto solo debilitaba a su especie.

Pero iba a hacerlo, por Paige… Iba a sacrificar a un compañero Beta que ni conocía por ella. Convertiría a Paige en su beta y la amaría, cuidaría, respetaría y serían felices para siempre.

¡Todo era una puta mierda!


Cora, su hermana menor, era especial, muy especial. Según su madre sus antepasados se mezclaron con otras razas -brujos, druidas, sirenas, kitsunes, banshees... –Nunca había visto tal cosa pero, según su madre, existían.

¿Y cómo llamar loca a su madre si él es un hombre-lobo? Así que por sus genes de mujer- loba corría también sangre de algún bicho de esos…

Jodidos antepasados…

Cora Hale veía tras los sueños y las almas de los seres vivos. Pronosticaba grandes sucesos con solo tocar las cosas o mirar los nubarrones en el cielo. Como mujer o loba era silenciosa, intuitiva, sagaz… Y podía llegar a matarte de un susto apareciéndose frente a ti en  mitad de la noche.
De mirada gentil pero dura. Audaz y fanática de la botánica. Creadora de jugos y artilugios. Ella era, simplemente, impresionante.

Cora fue la guía de Isaac para encontrar a su compañero.

Ella nunca quiso a Paige a su lado. Y, por ello, pasaba el tiempo aconsejándole, mayormente sin resultados:

«Tu novia me da frío.»

«Deberías usar amuletos cuando estas con ella. Me da malas vibraciones.»

« ¿Quieres qué te preste mi pata de conejo?»

«Busca a tu lazo y sálvate a ti mismo.»

 «No seas otro Peter Hale…»

Pero, claro, como hermana pequeña que era, sabía cómo tocarle a su hermano la fibra sensible:

«Préstame tu tarjeta de crédito, la mía se quedó sin fondos.»

 «Necesito otra pata de conejo.»

Todo acompañado de una perfecta carita de pena. Si, esa mocosa era especial.

Ahora entendía por qué su hermana menor siempre tenía en su cara aquella sonrisa traviesa cada vez que lo veía cerca. ¡Pequeña sabandija! Ella fue la primera en saber que su pareja era… era un… un… hombre. Aún no podía procesar semejante información.

Paige iba a convertirse en su Beta y eso no le serviría para destronar a su padre pero a Derek no le importaba eso por aquel entonces -cuando era solo un adolescente enamorado-. Ahora otro pájaro cantaba. Derek necesitaba superarse, como hombre y como lobo, porque su autoestima estaba por los suelos, enterrada, más profundamente que el cadáver del viejo Lahey. Y eso era bastante.

Encontrar a su Beta designado fortalecería sus instintos, su fuerza - tanto física como mental-, todo. Sería extraordinario siendo él de sangre azul. Así que Derek necesitaba convencer a su beta de unírsele. Con otra persona sería solo un Beta más… Con el Beta que su lobo quería, sería grande, sería el Alpha.

Pero… ¿Cómo hacerlo? ¿Cómo convencerlo si el propio Derek no estaba convencido de aquella locura?


Eran casi las cinco de la madrugada cuando Stiles empezó a despedirse de sus compañeros. Scott y Danny se quedarían hasta el cierre.

Stiles era el que más trabajaba cuando se hallaba allí.

El club se llenaba y todos querían la atención del hetero más codiciado. Del chico que hacía que los gays  rezaran por qué se cambiara de acera o, por lo menos, que fuera bisexual.

Por eso ni Danny ni Scott se enfadaban realmente con Stiles cuando dejaba de aparecer por unos días. Sabían lo estresado y cansado que se hallaba últimamente. Por suerte su padre se estaba rehabilitando en el hospital y su TDAH se mantenía lo más normal que podía. ¡Bendito sea el Adderall y su jodido creador!

Si Derek Hale tenía alguna duda acerca de introducir a Stiles en su vida Scott y Danny se encargaron de borrarlas en un dos por tres y sin saber realmente que lo hacían.

Stiles iba casi saltando hasta la gran puerta trasera con el letrero Exit en verde y blanco cuando Danny pego el grito…

« ¡Queremos función, Queremos función!» Stiles maldijo la hora en que les contó aquello y lo usaron a su beneficio, para chantajes y futuras venganzas.

Intento huir.

 Pero fue inútil.

Scott lo agarró del cuello de la chupa de cuero marrón y lo lanzó a su público, quienes lo arrastraron hasta cerca del escenario. Suspiro y, con un susurro, llamó:

«Boyd.»

Un tío tan grande que parecía un armario de cuerpo color chocolate y ojos intensos posó su oscura mirada en él.

Stiles suspiró. «Creo que no hay de otra, tío. ¿Me acompañas?»

Una leve sonrisa se dibujó en la comisura de los labios gruesos y oscuros y asintió siguiendo a Stiles, que se posicionaba en el centro del escenario.

Scott les lanzo los micrófonos uno por uno y, usando el karaoke montaron el fondo musical, la letra era cosa de ellos.

Stiles empezó a moverse al son de la música, contoneándose de un lado al otro, colocándose el micrófono muy cerca de los labios.

Y bésame muy lento que la noche se acaba 
aprovecha, calla y no me digas nada 
si quieres seguirle a la tentación 
déjate llevar por la situación 
tú y yo, (tú y yo)

Boyd se fue acercando lentamente…

Nuestros cuerpos pegaditos
causando una fuerte explosión
no sé porque me gustas tanto
y quiero probar de tú sudor

Mientras Stiles se dedicaba a seguir bailando esperando a que él se colocara a su lado, con movimientos sensuales -sin llegar a ser amanerados- Boyd se colocó casi a su espalda.

pero igual quiero tenerte cerca
hacerte el amor, tú y yo.

Quiero tenerte cerca

Le sujetó de la cintura sin pegarse demasiado, Stiles no detuvo sus movimientos sutiles de arriba hacia bajo.

tú y yo solitos cierra la puerta 
quédate una ratito, una conversa
cinco minutitos y sin ofensa
dame un chancecito
para poder demostrarte lo que siento

Stiles, contoneándose de un lado al otro, terminó quitándose la chupa de cuero y lanzándosela a Boyd, para después alejarse un poco.


y te des de cuenta que no miento

tú y yo nos queremos de hace tiempo 
pero no le hemos dado seguimiento.

Los labios gruesos de Boyd acompañaban perfectamente a esa voz varonil que encendía a varios. Casi parecía susurrar la letra.

Stiles sintió una mirada demasiado penetrante sobre él, buscó que era lo que lo hacía sentir así. Halló aquellos ojos de un verde intenso escondidos tras las sombras y el humo del ambiente. Allí estaba, sentado en una de las mesas del fondo. De pronto se sintió desnudo frente al público. Aquella mirada casi le quitó la respiración y nadie le quitaba la respiración a Stiles Stilinski. Mucho menos un hombre trajeado.

Suavecito me fui envolviendo 
como el humo me iba atrapando
y yo como loco también creyendo
al lado tuyo despierto soñando
tú y yo,  (tú y yo)

Sin poder quitar la vista de aquel sujeto de mirada felina prosiguió con su parte de la canción. Casi entraba fuera de tono, de no ser por el codazo sutil de Boyd -que repitió un “tú y yo” un par de veces cuando solo iba una-. Volvió la vista pero el sujeto ya no estaba. Impulsivo, buscó mientras cantaba a aquel moreno ojiverde.

Nuestros cuerpos pegaditos
causando una fuerte explosión
no sé porque me gustas tanto
y quiero probar de tu sudor
y también quiero tenerte cerca
hacer el amor tú y yo.

Boyd le cantaba al oído mientras Stiles se meneaba a su lado.

Muñeco usted me tiene loco, lo reconozco
pero no abuse que así tampoco

Los movimientos de cadera que stiles hace así abajo y arriba se intensifican, casi en círculos, dejando a mas de uno hipnotizado, era como el movimiento sagas de una serpiente en la arena.
Se pone frente a frente a Boyd y sigue bailando a un Boyd algo desubicado, pero comprensivo que lo deja liberarse y hacer lo que quiera.

Se flexible, cede un poco
déjeme verlo tan siquiera en foto
tome su tiempo, deme una pista
dime si estoy o no estoy en tu lista

Entonces otra vez se activa su sexto sentido: Ahí está mirándolo de manera penetrante y con una socarrona media sonrisa.

háblame claro, sé sincero
pero please, no me tenga en espera…

 

Lo ve pedir una copa en la barra, sin quitarle la mirada de encima. “¡Vamos, tío! ¡Deja de mirarme! ¡YA! ¡Mierda! Seguro que tengo hasta las orejas rojas de la vergüenza…” Pensaba Stiles sonrojado.

Suavecito me fui envolviendo
como el humo me iba atrapando
y yo como loco creyendo
al lado tuyo desierto y soñando

 No es la primera vez que un tío le mira así… con deseo. Pero no es deseo lo que ve en él, no exactamente, al menos.

“¡Pervertido de mierda!” Piensa.

Susurra  « ¿Quieres acción? Pues la tendrás…»

Nota el movimiento incomodo del moreno al poner sus manos sobre la cintura de Boyd, quien le deja hacerlo porque conoce a Stiles y él no va a ser el que rechace algunos toques gratis. La mirada verde brilla y lo ve mostrar sus dientes en una mueca de molestia. “¿Qué le pasa a este idiota? ¿Es que se cree que soy suyo o qué?”

Bésame muy lento que la noche se acaba
aprovecha, calla y no me digas nada
si quieres seguirle a la tentación
déjate llevar por la situación
tú y yo, (tú y yo)

Así que…
O ese tío era algo de Boyd o era un admirador suyo que no sabía que él era completamente hetero y que no tenía oportunidad alguna.
O, en el peor de los casos,  era un psicópata pervertido o algo similar. No le conoce como para dar un diagnóstico exacto…

Nuestros cuerpos pegaditos
causando una fuerte explosión
no sé porque me gustas tanto
y quiero probar de tu sudor
pero igual quiero tenerte cerca
hacerte el amor, tú y yo.

Terminan con una pantomima parecida a la de los cantantes originales, ambos sonriendo al público enloquecido por la sensualidad que ambos ponen a un tema que han retocado para volverlo homo, como casi todo en ese club.

Es cuando baja que se encuentra con Scott con un vaso de agua mineral listo para él.

«Gracias, bastardo. Te has vuelto considerado y todo...»
Scott sonríe negando. «Aquel tío te lo envía.»
Stiles escupe en la cara de un ya no sonriente Scott. « ¡¿Qué tipo?!»
«Aquél…»  Busca señalarlo pero no lo encuentra, se encoje de hombros y se conforma con describirlo. «Era… moreno de ojos verdes y llevaba trajecito pijo…»
«Joder…»


Al fin, a las 5:45 Stiles pudo huir. Podría quedarse con Scott pero prefirió su incómoda y vieja cama al sillón de su amigo.

Scott tenía un piso en la parte de arriba del club por lo que solo debía llevar a Danny a su casa después de cerrar a las 6:30 aproximadamente…

Stiles salió sonriendo ante los piropos obscenos qué varios le dedicaron. Él no era homofóbico aunque sí que le chocó que su tío le dejara al mando de semejante imperio. Respetaba los gustos ajenos mientras respetaran los suyos. Masajeándose la cabeza con el corte a ras y apenas un poco de tinte rosa cubriéndole las puntas se dirigió al jeep que estaba aparcado cerca del callejón, alejado de todos.

Entonces creyó escuchar un pequeño sollozo. Se acercó a la entrada del callejón sin llegar a meterse porque estaba demasiado oscuro, debía ser cauteloso. Volvió a escuchar un lamento, casi animal. “¿Quién sería?”

 «¿Hola.. Hola..? ¿Hay alguien ahí?» Escuchó otra vez el sollozo. « ¿Necesita ayuda?»

 Y cuando ya estaba con las piernas temblándole cual vibrador «Mi padre es policía… tal vez… podría…» algo se movió hacia él. Stiles se echó para atrás.

La luz dejo ver a una mata oscura con los ojos de un color dorado brillando en la noche. Era un lobo. Stiles se quedó paralizado. “¿Qué hace un lobo aquí? ¿Y si ataca a alguien?”

«Ho-hola, amiguito.» Se acercó despacio y se agachó a su altura. No quería que el animal se asustara y le atacara.

El lobo agachó su cabeza y casi a rastras se fue acercando a Stiles, sumiso, completamente sumiso. Como si tuviera miedo de que Stiles le lastimara. El chico del pelo rosa, con cuidado, levantó su mano y acarició el lomo del lobo- su pelaje era bastante suave-. Por suerte los años como ayudante de veterinario la habían servido de algo.

 Quiso levantarse e ir por Scott pero el lobo le mordió el pantalón y lo retuvo a su lado, evitando que se marchase emitiendo pequeños gruñidos. Stiles suspiró, el lobo gruñía amenazador cada vez que intentaba llamar por su teléfono y  le enseñaba sus grandes colmillos como diciendo “No te atrevas a hacerlo.”


Se volvió a acomodar cerca del lobo, que levantó una de sus patas- la derecha- y la alzó gimiendo, como si estuviera lesionada. Stiles lo examinó con cuidado. «Si solo me dejaras llamar por teléfono.» Suspiró.

Se levantó, sacudió su ropa y abrió la puerta del jeep tras la mirada penetrante del lobo, que se le hacía terriblemente familiar. Stiles dudo unos segundos mirando el jeep y al lobo intermitentemente. Al final, se agachó e intentó alzarlo para ponerlo en el vehículo.

«Joder ¿Acaso comes niños? Estas gordísimo, pesas una tonelada.» Se quejó Stiles y se tuvo que alejar ante un gruñido.

«Ok, Ok, no te alzo pero entonces ¿Cómo quieres que te ayude?» El lobo se irguió derecho y casi sin apoyar su pata derecha se acercó al jeep y de un salto subió.

«Jodida Bestia, debería dejarte aquí.» Lo escuchó gruñir cuando arrancó el Jeep.

 


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