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Lucas y Nelly por JiGoKu nO HaNa

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Notas del capitulo:

Mika al habla, me tarde milenios en actualizar, y eso que Sadu me paso el capitulo hace tiempo, D;

Bueno, espero les guste de todas formas.

Lucas no dormía mucho esa noche estando muy consciente de Nelly —y Gregy— a su lado, muy consciente de donde estaba y por qué. De lo que era ahora y no había podido hacer. De lo que había hecho y perdido. No podía dejar de pensar y tenía hambre, pero faltaba el ánimo para ir hasta la cocina. Aunque no tenía frío, eso era bueno.

 

Al día siguiente Nelly no se levantaba muy tarde, aunque si dormía todo lo que necesitaba. Gregy lo seguía mientras Lucas seguía en la cama, profundamente dormido. Se tomaba un café y Gregy tomaba su desayuno a su lado, después iba a la lavandería y a comprar algunas cosas al mercadillo; cuando regresaba Lucas seguía en el mismo lugar y el preparaba el desayuno para ambos, sólo cuando este estaba listo despertaba a su inquilino.

 

Apenas abría los ojos la cabeza le empezaba a doler, rápidamente iba asociando la intensidad de este a la cantidad excesiva de horas que pasaba durmiendo. También le dolía el estomago, tenía mucha hambre, aun así sentía que podía resistir más. Se levantaba sólo para ir al baño, donde aprovechaba a tomar mucha agua, y volvía a la cama.

 

Lucas no escuchaba a Nelly, no le hacía caso cuando le hablaba para el desayuno, este lo dejaba de nuevo dormir y seguía con sus cosas, con sus pendientes atrasados. Se paseaba por el hospital a cierta hora, donde una enfermera le comentaba sobre Lucas, que había hecho lo mismo en el hospital, no comer o comer lo mínimo y dormir todo el tiempo, que era casi triste ver a un hombre tan joven y apuesto en ese estado. Entonces Nelly regresaba a casa, donde Lucas seguía tirado en su cama, en la misma posición en que lo había dejado, sólo que con Gregy durmiendo a su lado. Iba a la cocina, preparaba algo de sopa y entonces iba donde el otro que seguía sin escucharlo, llevaba un plato de comida y se sentaba a su lado.

—    Despierta ya, es hora de comer —le decía y se la daría él mismo si fuera necesario.

El mayor no estaba durmiendo realmente, sólo se quedaba ahí mirando al rededor y pensando, imaginando muchas cosas, cualquiera que sirviera para despegarlo de esa realidad tan gris. Cuando oía al otro llegar y andar por ahí cerraba los ojos y esperaba que le dijera algo. Cuando lo llamaba para comer sólo le decía que no tenía ganas, ya había sobrepasado aquel doloroso límite que da el hambre y podía pasar un rato más sin comer.

—    No te lo estoy preguntando, vamos, levántate, tienes que comer —le decía en tono firme, casi como un padre que riñe a su hijo o como alguien que tiene el derecho de decirle lo que tiene que hacer.

 

—    No fastidies —respondía sin poner mayor atención a sus palabras, sólo era molesto su autoritario tono.

Si hacía cuentas al aire, vendrían siendo más de tres o cuatro días sin que comiera nada, eso era peligroso, por eso tenía que hacer lo que tenía que hacer.

—    Dejaré de fastidiar después de que comas ­—dejaba el plato en la mesita de a lado y lo agarraba del brazo para hacerlo voltear, no era difícil adivinar que sin importar lo que hiciera Lucas no comería por su cuenta. El otro se revolvía cuando Nelly actuaba así, pero con sus fuerzas actuales no le daría más resistencia de la que le daría un niño, lo hacía sentar en la cama y le agarraba las manos con una bufanda verde que colgaba a un lado de la cama—. Si no quieres comer, yo te haré comer, ¿ya es mi vida después de todo, no?

 

—    Esto es ridículo —señalaba levantando un poco sus muñecas atadas, pero no se resistía, después de todo el otro tenía razón en que era "su vida"—. Haz lo que creas conveniente, pero sólo te gastas.

—    Eres inesperadamente cooperativo cuando quieres, ¿ves? Así todo es más fácil.

Tomaba el plato de sopa y una cucharada de este, le hacía señas justo como a los niños más pequeños cuando se les da de comer. Lucas no podía quitar su cara de incredulidad ante eso, como si pensará seriamente en que Nelly tenía alguna especie de enfermedad mental, sólo que Lucas olvidaba algo; Nelly podía ser así, pero lo estaba haciendo comer como probablemente nadie hizo aparte de sus padres, ni las enfermeras lo hicieron, igual que nadie había tratado de salvarlo cuando comenzó a hundirse en toda esa mierda hacía un tiempo.

Suspiraba en señal de resignación y recibía la cuchara en su boca, si no comía Nelly seguiría con eso que le daba vergüenza ajena y algo de calidez inesperada, aquello que lo había abandonado hace un tiempo junto con tantas cosas más.

 

Cuando terminaban la comida le soltaba las manos y se iba feliz y como si nada a lavar los platos después de comer él, entonces Gregy también exigía comida y atención, no tardaba en recibirla, así pasaba el día de una manera sencilla y en la noche tampoco olvidaba obligarlo a comer un poco de cereal. Al día siguiente empezaría su turno en la mañana, pensaba que debería encargar el cuidado de Lucas a Gregy, seguro que en un tiempo se llevarían bien, dormían la misma cantidad de tiempo, sólo que Gregy comía más y era todo un sol.

 

s62;

 

Al otro día estando solo Lucas daba vueltas en la cama aburrido y algo frustrado, se sentaba a la ventana y Gregy lo acompañaba mirando la gente y los autos pasar. No había mucho más que hacer, ni quería ni podía realmente, no tenía ropa, su traje estaba en la lavadora.

 

Nelly llegaba poco después de las cinco de la tarde luego de un turno largo que no había presentado muchas emergencias, y nada tan grave, era normal, los peores días siempre eran los fines de semana. Entrando a casa el primero en recibirlo, y sin falta, era Gregy, luego de saludarlo iba a su cuarto de donde Lucas no tenía aspecto de haber salido en todo el día.

 

Lo miraba al entrar cargando a Gregy y sin abrir la boca este seguía en lo suyo, leyendo un libro que le había llamado la atención de la estantería en el cuarto del más alto.

—    ¡Hi! —lo saludaba—, ¿has comido algo ya? —le preguntaba mientras jugaba con las orejitas de Gregy— ¿Te gustan las hamburguesas?, estaba pensando en hacer eso.

 

—    No, y me da igual lo que hagas —respondía a las consultas respectivamente sin levantar la mirada del libro entre sus manos.

 

—    Entonces comeremos ensalada de carne, así todos estaremos felices, ¿te gusta la ensalada de carne, Gregy? —le preguntaba al gato levantándolo un poco— Puedes tomar la ropa que quieras y darte una ducha, eso mejorará tu ánimo, te llamaré cuando esté lista la comida —le decía sin esperar respuesta, y se iba con Gregy a la cocina, llamaba a Lucas a su mesa de dos personas cuando esta estaba lista.

No decía nada y seguía leyendo sin hacer nada más que eso hasta que lo llamaba a la mesa, indicación a la que no atendía más que con un pestañeo. No porque lo hubiera hecho comer el día anterior ahora le obedecería o algo por el estilo, si no tenía ganas no lo haría, a menos que lo forzara en tal caso, sólo por disminuir el fastidio, cedería.

 

Servía la mesa y sabía que Lucas no iría, aunque nadie podía culparlo por intentarlo. Iba a la habitación y se paraba frente a él siendo ignorado, entonces suspiraba y le agarraba una mano, sin ser muy brusco lo jalaba sólo para que se parara y se lo llevaba de la mano al comedor. Lucas se dejaba llevar a la mesa aun leyendo y en la mesa seguía igual.

—    ¿Y cómo les ha ido el día? —preguntaba a gato y hombre una vez estaban sentados a la mesa y Gregy estaba echado en algún lugar del piso esperando algo que siempre llegaba, o nadie podría estarse en paz el resto del día.

 

—    Aburrido —aseguraba y levantaba la vista sólo un poco del libro para mirar el plato frente a él—. Para él también —comentaba referente al gato naranja—, o eso creo.

 

 

—    Entonces hubieran salido a dar un paseo, a Gregy le gusta salir de aquí de vez en cuando, aunque no le gusta mucho caminar... —comentaba Nelly mientras comenzaba a comer con mucho apetito, todo el que ameritaba su tamaño y trabajo— Deberías comer antes de que Gregy decida hacerlo por ti, comer es importante, estar con hambre pone a la gente triste y enojada.

 

—    No saldré con esta ropa —le quedaba grande y era muy simplona para su estilo, aún conservaba su vanidad, en alguna forma básica—. Eres todo un sicólogo.

 

—    Y tú pareces un enfurruñado, por eso debes comer... Mmm, yo creo que te ves mono con esa ropa, mínimo se te ve mejor que a mí —le comentaba sonriente, era agradable hablar con alguien a parte de Gregy durante la comida—. Creo que para este fin de semana podríamos arreglar algo de eso, tengo un amigo que me debe algo.

 

—    Que digas que me veo "mono" es sumamente desagradable —lo miraba con el ceño fruncido dejando el libro de lado pero sin dar bocado a la comida aun.

 

—    ¿Por qué es desagradable? —preguntaba con fingida inocencia, le parecía divertida la frente del otro justo en ese momento— Lo que es mono es mono.

 

—    Soy un hombre, y mayor que tu, no soy "mono" ni nada por el estilo —podía notar que el otro parecía divertido con su enfado pero no podía fingir indiferencia, hace tiempo no tenía nada similar a una discusión con nadie. Nadie le generaba más que hastío desde hace tiempo, era algo extraño pero era casi como disfrutar de un enfado, disimuladamente, claro.

 

—    Lo primero no tiene nada que ver con lo segundo —comentaba muy cómodo comiendo animadamente—. Te lo dice el hombre más mono que podrás encontrarte, sólo mírame, soy hermoso —completaba sonriente—, Gregy también cree que eres mono, ¿verdad que si, Gregy?

 

—    A-... olvídalo, para que refutar tanta tontería... —apoyaba el brazo en la mesa y cargaba su cabeza en su mano mirando hacía la ventana, ignorando nuevamente al otro y la charla con su gato. También ignorando su comida.

 

—    Uh... ¿Qué pasa? —Decía cuando terminaba de comer y el plato del otro seguía lleno— Ah, ya veo, quieres que te dé de comer en la boca como la otra vez... Eres un mimado.

 

—    No quiero nada, así de simple —lo miraba aun apoyado en su mano con gesto mal humorado, no lo haría comer sólo por una treta contra su orgullo.

 

—    Ah... Entonces no hay nada que hacer... —Decía poniéndose a pie, y acercando su silla a la del otro, agarraba su plato, y usaba el tenedor— di aaah~

 

—    No lo haré —decía pero el otro aprovechaba que abría la boca para darle un bocado algo a la fuerza. Lo manoteaba un poco para que lo dejara en paz pero se comía lo que le había dado. A su edad no debería estar comportándose de esa infantil manera, pero era divertido de alguna forma, como casi todo con ese tipo tenía un algo de curiosidad y diversión extraña.

 

—    A que esta buena, la hice yo después de todo —decía con algo de orgullo cuando conseguía su objetivo. Continuaba peleando con él el resto de la comida, Lucas no dejaba de portarse como un niño mimado, pero el consuelo de Nelly era saber que este era sincero y que si peleaba así, si hacía esas muecas y se enojaba, era que podría vivir; de eso Nelly estaba bien seguro, no importaba lo que costara, iba a hacer que Lucas viviera

Al terminar la cena tomaba el libro y se iba a recostar al sillón, donde estaba Gregy justo al medio pero no se llevaban del todo bien por lo que no le importaba mucho y lo tiraba abajo. Este se enojaba y lo mordía y luego huía maullando enfadado hacía la cocina donde su dueño lavaba los platos.

Luego de hacer sus quehaceres Nelly iba a darse una ducha, después hablaba un rato por teléfono con un amigo especial y entonces estaba listo para ir a la cama, nunca se podía saber cómo vendría el siguiente día, era mejor estar listo para el trabajo.

—    Oi, Lucas, el baño está listo por si quisieras tomar una ducha —le decía yendo a la habitación, el otro cambiaba canales a la tv indiscriminadamente.

 

—    No quiero —era toda su respuesta. Llevaba varios días sin bañarse pero no le importaba realmente, le daba pereza hacerlo y no servía de nada si no saldría, además estaba empezando a hacer mucho frío, odiaba el frío. Nada peor que el frío que da al salir de la ducha, por lo menos para él.

 

—    ¿Qué eres un niño? —Sonaba como eso cuando le respondía de ese modo— Algún día tendrás que bañarte, bañarse hace a la gente feliz, te pondrías triste si no lo haces, sin decir que no hueles exactamente a rosas, en ese aspecto eres todo un macho... —Le respondía mientras caminaba rumbo al sillón.

 

—    No lo creo, quizá rompa mi récord adolescente de 1 mes sin bañarme —más que adolescente era infantil, tendría apenas unos 12 o 13 cuando para las vacaciones hacían apuestas de ese tipo con sus amigos de la época.

 

—    No, yo no lo creo, debes bañarte, báñate, apestas —le decía muy en serio parado a su lado, sonaba como una madre regañando a su hijo por algo que antes le había propuesto que hiciera pacíficamente.

 

—    Sí, algún día... —le decía concentrado en otra cosa, como siempre que hablaba con él. Le hacía gracia que el menor le hablara de esa forma.

Ahora era Nelly quien tenía una venita saltando en la frente, aunque acompañada de una sonrisa fingida. Nelly era una persona paciente, mucho en realidad, también era muy bueno, sólo había dos cosas que no soportaba, la primera era que no le hicieran caso, y la segunda, que pretendieran despacharlo de ese modo.

—    ¿Qué dijiste?

 

—    ¿Estás sordo ahora? —lo miraba enarcando una ceja y notándolo algo irritado, eso le hacía sonreír de costado disimuladamente, una sonrisa de las suyas, de las que no se notaban— Dije "sí, algún día", lo que quiere decir "no, deja de joder".

 

—    Está bien entonces, lo haremos a tu modo... —Respondía entrecerrando los ojos, entonces, igual que había hecho la primera vez para darle de comer, lo agarraba de un brazo y lo arrastraba al baño sin dejar de abusar de su ventaja en tamaño y fuerza.

Notas finales:

Gracias por leer, hasta el proximo capi.


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