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No sé a dónde voy. por bluegirl31

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Notas del capitulo:

Me tardé mucho mucho tiempo en actualizar, pero es que no tenía tiempo de escribir D:

El tiempo en la compañía junto a Aoi era eterno, y Uruha había aprendido mucho del moreno en los últimos días, quizás nunca le había puesto tanta atención, se dio cuenta de que en la parte de  atrás de su cadera había una formación de lunares, sabía que tenía unos calzoncillos de spiderman y cada vez que recordaba eso, le causaba mucha gracia, tanto, que no aguantaba la risa y más de una vez Kai lo había visto de manera rara; había aprendido que a Aoi le encantaba comer pollo y tomar cerveza, le gustaba jugar bromas, había hablado con él y sabía que Aoi en su casa tenía una colección de disco geniales y que algún día tenía que ver.


Los chicos de la banda pasaban mucho tiempo juntos y lo habían estado por muchos años, cuando se separaban se extrañaban, pero ninguno lo admitía, todo quedaba entre las paredes de su mente, en secreto se querían, y todos lo sentían, por eso a  Uruha le gustaba llamarlos “hermanos”, era una relación que él no quería perder,  él había entrado en ese negocio para no salir nunca, era su propósito en la vida, su vocación, pero últimamente algo estaba saliendo mal. Siempre había existido una cadena que unía a los cinco integrantes de the GazettE en una relación de lealtad, pero la cadena se había roto por un lado, porque él ya no pensaba en Aoi como un hermano.


La entrevista y el meet and greet con las fans fue un éxito y la cuenta bancaria de los integrantes lo agradecía, no hubieron preguntas subidas de tono, solo preguntas de la infancia y las raíces de los integrantes, Uruha se sintió algo raro cuando las fans tocaban su mano, fue como si quisieran sentir su piel en vez de saludarlo, luego leyó en un sitio de cotilleo japonés que su piel era “cristalina y sedosa” y no pudo haberse sentido más ofendido. La voz de Ruki había sonado algo ronca ese día y algunas mujeres enloquecieron por eso diciendo que era “totalmente sexy”. Reita casi se había quedado dormido porque la noche anterior había estado tomando hasta altas horas de la madrugada.


Desde que Aoi se había quedado en su casa Uruha sentía que le faltaba algo, a veces antes de dormir pensaba que le gustaría ver a Aoi todas las mañanas en su sala, o quizás a su lado, pero luego se quedaba dormido.


Unos días pasaron y Uruha fue invitado a una reunión de guitarristas, y le gustaba porque las conversaciones fluían muy bien y el alcohol le hacía bien a su rutina, tanto, que había empezado a beber antes de la reunión, cuando llego se contuvo porque recordó  que Aoi estaría ahí y una vez había escuchado que los borrachos siempre decían la verdad, pero él no quería que Aoi supiese la verdad, no aún, quizás nunca.


Ese día Uruha había tenido una sesión fotográfica y le obsequiaron la ropa pidiéndole el favor de que promocionara la marca, de tal manera fue vestido con la camisa de cuello V que dejaba ver mucho de su pecho brillante sobre unos pantalones negros y un blazer ajustado a sus delgados brazos, él pensaba que el atuendo era cliché, pero no le iba a dar tiempo de cambiarse antes de llegar al bar donde seguro ya estaban algunos guitarristas.


Cuando por fin estuvo en la mesa entró en el ambiente de una vez, ya tenía una cerveza bastante fría y estaba escuchando lo que decían Sugizo y también de lo que hablaba You, la estaba pasando bien con toda esa gente que en cierto modo era como él, hablaban de muchas cosas, y nunca faltaban las conversaciones de mujeres donde él hablaba con total normalidad, porque a pesar de todo él seguía siendo un hombre y el sexo opuesto no había dejado de atraerle, habían todo de anécdotas, y siempre era bueno escuchar la música que creció escuchando, él de verdad que amaba estas reuniones y todo parecía ir bien, todo iba bien, la estaba pasando bomba, incluso tenía una sonrisa en los labios cuando giró su cuello y se dio cuenta de que Aoi lo miraba como un cocodrilo miraba a su presa, sintió  un escalofrío recorrerle la médula espinal.


Los efectos del alcohol estaban nivelados porque él había estado tratando de controlarse, pero lo poco que había tomado le sirvió para sostener la mirada, él no sintió nada fuera de lo normal, por eso lo ignoró y siguió el hilo de conversación que desde hace rato llevaba. Cuando salió de toda la cosa vio su camioneta a la orilla del asfalto de la carretera y todos los demás tenían sus autos cerca pero se habían ido uno a uno hasta que dentro del local solo quedaban unos pocos, los parpados de Uruha pesaban como si tuviese polvo de hadas en ellos, se sentía como una caricatura cuando tecleó la clave en la puerta porque le dio pereza buscar la llave pero alguien estaba hablando a sus espaldas.


─ Tu cabello se ve bien hoy─ Uruha instintivamente se llevó la mano al cabello, el aire le mecía los únicos mechones delanteros que le llegaban a la mandíbula, la parte de atrás había sido tan perfectamente cortada que el aire se filtraba entre las hebras.


─ Sí…─ Se dio la vuelta porque de verdad no quería hablar más y abrió la puerta del conductor


Aoi había caminado y alargado su mano hasta alcanzar un mechón y tenerlo entre sus dedos. ─ Es tan suave…


─ ¿Qué estás haciendo Aoi? ¡Deja! ─ de un manotazo apartó la mano de Aoi que se había colado a su cuello. ─ ¿Estás borracho?


─ Nunca había estado tan sobrio, y nunca había tenido tantas ganas de tocarte.


Si Uruha había tenido sueño, se le había quitado, y su cuerpo temblaba de sentimientos encontrados, estaba helando en la noche, pero el temblor de sus brazos era por lo que acababa de escuchar.


─ ¿Qué te pasa? Déjame─ su cara estaba tan caliente que miró el piso y rápido se sentó en el asiento frente al volante dejando al otro hombre parado en la acera, a pesar de que él no quería esto, estaba actuando pensando que sería lo correcto.  Justo cuando encendió el auto y las luces blancas alumbraron la calle vio que Aoi pasaba por delante de las luces y con descaro se sentaba en el asiento del copiloto.


─ Llévame a tu casa─


─ No te llevaré a ningún lado, bájate─ le ordenó, pero Aoi no movió ni un músculo de su cuerpo, excepto cuando habló.


─ Sabes que quieres esto tanto como yo─


Uruha lo vio a los ojos y pudo ver más allá de las lentillas grises, Aoi se había dado cuenta en algún momento, todos sus intentos de disimular habían sido inútiles, pero lo que le sorprendía tanto no era solo que el mayor ya se hubiese enterado de todo sino la reacción de este, parecía muy decidido en lo que quería, pero si Aoi iba a tener la iniciativa él no iba a negarse, pero quería jugar aquello con cuidado.


─ Si vas a empezar esto quiero que sepas que no hay vuelta a atrás. ─ Uruha nunca había hablado tan en serio delante de Aoi, y por un momento estuvo nervioso de que todo fuese una broma, pero no lo era.


─ Pon el auto en marcha─ Ordenaba Aoi, con semblante serio.


­­_


─ Madre mía, Aoi, cálmate─ Uruha sencillamente no podía creerlo, acababan de entrar en su casa pero ya tenía a Aoi entre sus piernas y toqueteándolo aquí y allá mientras sus labios empezaban a besar su clavícula.


─ ¿Qué tengo que esperar? ─ la voz de Aoi eran tan ronca y excitante que a Uruha le temblaron todas las terminaciones nerviosas, y no podía controlarlo, porque era mucho lo que sentía, el aliento caliente de Aoi reposaba sobre su cuello y él se sentía tan caliente que pensó que no era normal. Uruha quería darle todo el control a Aoi, pero tenía miedo de salir lastimado, por su lado, Aoi daba pasos al vacío, porque era la primera vez que hacía eso, porque le gustaba, y porque no sabía qué hacer.


La piel de Uruha brillaba casi como cristales entre las sabanas y para Aoi era el mejor show de luces que en su vida había visto, porque disfrutaba dejando marcas, y había besado en todas las partes y lo mejor es que sabía que Uruha lo disfrutaba igual o más que él y eso le llenaba de más ganas de continuar; la visión de Uruha desnudo debajo de su cuerpo lo encendía como nunca en su vida y se sintió avergonzado al darse cuenta de ello, pero le gustaba mirar y hacerse una fotografía mental, Uruha solo llevaba las pulseras negras en sus muñecas y unos cuantos anillos en sus dedos, los ojos cerrados a la espera de más y los labios tan pálidos como la nieve de las montañas, Aoi sabía que le debía un beso, pero todavía no


─ Uruha, Uruha abre los ojos─ le ordenó esperando que obedeciera, pero Uruha se negó. ─ Mírame.


Uruha se había entregado tanto a las sensaciones y disfrutaba tanto que solo esperaba que todo empezara como él lo esperaba y ver el resplandor de Aoi sobre su cuerpo. Aoi entendía que quizás para Uruha era difícil de asimilar la situación, y para él también lo había sido, pero desde hace meses que había estado procesando todo y ahora estaba más que listo.


─ Bien, Uruha, abre los ojos a la cuenta de tres, uno…─ había una conexión mutua entre los dos, se entendían, así que cuando Aoi empezó a contar Uruha también estaba listo para empezar. ─… dos, tres.


Fueron demasiadas sensaciones y emociones encontradas, mucho más de lo que ambos habían esperado. En el momento que Uruha abrió los ojos, Aoi le devoró la boca en un beso demasiado profundo a la vez que sus cuerpos de unían en uno solo, y a pesar de que los besos normalmente eran a ojos cerrados ninguno de ellos dejó de verse el uno al otro porque todo era demasiado maravilloso para dejar de verlo, y así lo sentían, y así era.

Notas finales:

Es realmente corto, todo este fanfic es corto, calculo unos dos capítulos más.

-A


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