“El anochecer de la blanca luna
Una ventana aun permanece abierta
Esta habitación donde a lluvia resuena en la lejanía,
Es todo mi mundo…”
Perdí la noción del tiempo, no sé qué horas serán…a lo mejor son las diez…o quizá las dos de la madrugada…ya que importa, en este momento solo me dejo llevar por el sonido de la lluvia que caen en mi ventana. Aquel ruido que se hace presente de hace ya un tiempo
A lo mejor…el cielo llora por mí…
“Una respiración inútil…
Moviendo este cuerpo inerte...”
Doy vueltas en mi cama, y su nombre resuena en mi cabeza, al tiempo que en mi pecho quema…
Aquel nombre que de momento me hacía resonar, me hacía sentir como mis mejillas se sonrojaban, llenaba de mariposas mi estomago, ahora hacía que mi mente colapsara y mi corazón comenzara arder de dolor.
¿Cómo fue que cambio todo?, aquella pregunta perturbaba mi dormir, haciéndome prácticamente rodar en la cama, no lograba conciliar el sueño, y mis lagrimas caían sin siquiera parecer querer detenerse. Duele, ¿sabes?, el hecho de tu ausencia esta noche duele, el no oír tu respiración a mi lado, tu cuerpo junto al mío, duele demasiado y mi cuerpo pide a grito el tuyo, y mi mente no deja de nombrarte
Vuelve a mí…kouyou…
“Tal vez tú te ríes de mí…
Pues ya no me queda nada…”
Me quede dormido abrazado de tu almohada, con la simple necesidad de sentir tu aroma, ya de ahora en adelante será así siempre, ¿verdad?, me pregunto qué pasará el día en que tu olor se quite de aquella almohada blanca, a lo mejor caeré en desesperación y terminare por clamar mas de ti y de tu cuerpo, o quizá ya lo supere, no es la primera vez que sufro por amor, pero en este momento duele mucho…
Me dormí soñando con tu rostro, con tus suaves manos acariciando mi rostro, a ambos tocando la guitarra como lo hacíamos esas noches que me dormía en tu casa o tú en la mía, disfrutando de nuestras compañías…en aquel sueño tú sonreías, no como la última vez que te vi, donde tu rostro se mostraba frío ante el ultimo adiós…podría asegurar, que querías llorar, pero no lo hiciste, tan poco demostrativo, fingiste ser fuerte en aquel momento, mientras yo rompía a llanto frente a tus pies….pero en este sueño no, en este sueño, tu sonreías y me abrazaba, sonreías, y repetía una y otra vez lo mucho que me amabas…fue tan apacible…
Lamentablemente, el celular sonó ya durante la mañana…
“Déjame dormir un poco más…
Quiero seguir soñando…”
-¡ibuki!- la voz del reika, el líder de mi banda al otro lado del teléfono, había sido quien había arruinado mi hermoso sueño
-¿Qué sucede reika?- decía con aquella voz entre adormilada y molesta. Si, estaba molesto, yo solo quería seguir durmiendo
-me entere de lo que paso…lo siento- me dijo con una suave voz, ya sabía que kouki iría a contarles sobre mi rompimiento con uruha.
-gracias, pero estoy bien…no hay de qué preocuparse-intentaba sonar convincente y que mi ronca voz, la cual delataba cuanto había llorado, no fuera muy notoria.
-sabes que te conozco, no estás bien. ¿Quieres que vayamos por un café? – me pregunto con ese característico tono suave. Tengo grandes amigos, pero ahora solo quiero dormir
-tranquilo, enserio estoy bien, solo…solo déjenme descansar, ¿sí?- carraspeé un poco mi voz, a lo menos de esa manera sonaría como si estuviera enfermo, pero a quien engaño, no hay como ocultar mi tristeza…
-mmm…no me convences, pero acepto tu decisión. Esta noche estaremos con los chicos en el karaoke, por si te apetece ir, me llamas cualquier cosa- simplemente asentí con un “un…” antes de cortar, ni siquiera espere a que reika se despidiera para poder apretar el botón rojo de mi celular, simplemente quería estar solo…
Me quede con el celular en la mano viendo la hora, ya el reloj marcaba las doce, no tenía trabajo ya que habíamos terminado el tour hace unos días atrás…y justamente luego de este me dijiste adiós…
No puedo ibuki, lo siento –decía frunciendo un poco los labios, el hecho de que no haya estado aquí para la navidad que tanto anhelábamos estar juntos, te había enfurecido.
-pero uruha, lo siento, sabes que es trabajo, no podía hacer nada…hasta te llame- decía con la voz ya cortada por culpa del llanto.
-no, ya no se puede esto…llegaste tu, ahora debo irme yo por temas de trabajo, no podemos seguir con esto así…lo siento- fue lo último que dijiste antes de darme la espalda y comenzar a caminar, ahí el corazón se me rompió en mil pedazos, al ver sido un idiota el cual no te detuvo cuando pudo…
Continuaba preguntándome que rayos había hecho mal, la falta de tiempo fue algo con lo que sabíamos teníamos que lidiar, pero al parecer tu no lo soportaste… ¿Por qué tienes que llevar todo a tu ritmo?, ¿tan poco importo el cómo me sentía?, sonara egoísta pero, yo también estoy sufriendo…
Comencé a revisar los mensajes del celular, y luego me pase a la lista de mis contactos, aun estaba tu nombre, con aquellos corazones alrededor y el “kouyou koi” marcado con varios hermosos detalles, debería cambiar eso, ¿no?, de todos modos, ahora habíamos pasado a ser compañeros de trabajo…
Quede mirando aquel nombre adornado en mi lista de contactos, pasando el dedo por encima de este y sin pensarlo termine por abrir aquella pantalla, donde me mostraba tu nombre y número telefónico. “Tengo algo más que decir”, pensé al momento a otro marque. Lleve el auricular a mi oreja y el puto “tuu…tuu” hacía que mi corazón se acelerara cada vez mas.
-¿Qué quieres?- dijo tu voz cortante al otro lado del auricular, mi corazón se detuvo en ese momento. - ¿solo llamas para molestar?, ¿sabes que tengo mucho trabajo?- continuabas con aquel tono frío que hacía que mi cuerpo se paralizara por completo. No pude formular palabra alguna, se quedo todo atascado en mi garganta; solo un leve sonido salía de mis cuerdas vocales y mis lágrimas comenzaban a traicionarme. –Enserio, creo que no debiste haber llamado- dijiste seguido de un suspiro pesado, se noto que te molesto aquella llamada, así que sin más, me cortaste.
Entre el llanto incesante, lance el teléfono lejos…
“Las palabras que quiero decirte…
Se ahogan y desaparecen por completo…”
Ya mi reloj marcaba las 2:30 p.m y me atreví a salir, en busca de un lugar donde poder relajarme.
Pesaba en reconsiderar la invitación de reika, pero sabía que si iba allá solo me mirarían con lastima y dirían entre ellos mismos: “pobre ibuki, hay que atenderlo, porque está sufriendo”, puede que sean mis amigos, pero en este momento, no quiero causarle lastima a nadie.
Camine por la ciudad, la nieve había caído y había pintado de blanco la ciudad, era una grata nieve, tan fría como en ese momento me sentía. Quizá estábamos siendo compatible en ese momento, internamente hacíamos una competencia de quien estaba más helado en ese momento y creo que el que iba ganando, era yo…
Termine sentado en una banca y volví a tomar el celular entre mis manos, y casi sin darme cuenta, volví a terminar en aquel nombre que me dañaba. No pensaba en volver a llamarle, sería riesgoso escuchar su voz y no poder gesticular ninguna palabra, no podía darme nuevamente ese lujo de volver a caer.
Suspire pesado sin saber qué hacer, no podía dejar las cosas así, pero tampoco sabía qué hacer. Volví a abrir su nombre el cual cambiaria si luego de lo que estaba pesando, no funcionara, sería mi última oportunidad. Respire hondo y me di ánimos internamente antes de comenzar a teclear:
[SMS] ¿Te acuerdas del restaurant que me llevaste a comer en nuestra primera cita?
Te estaré esperando ahí. A las ocho. Me gustaría solucionar esto y ver que podemos hace luego. Espero que vayas [SEND]
Envíe el mensaje, pero no recibí respuesta, pero conociendo a uruha, se que iría, no se perdería aquello por nada del mundo.
“Aunque ahora sea invisible…
Creo que la primavera volverá…”
Antes de ir a aquel restaurant, había ido a mi casa por un cambio de ropa y a arreglarme un poco, con algo de base en la piel ya que así no notaría mis ojeras y mi asqueroso rostro después del llanto. También antes de eso, llame para hacer la reserva. La mejor mesa que tuviera, si iba a ser reconciliación, debía ser con todas las de la ley, ¿no?, pedí velas a su alrededor y la mejor cena que tuviera. No era algo que costara mucho, pero él debía llevarse lo mejor del lugar.
“Los recuerdos comienzan a desbordarse…
Se amontonan y se fragmentan dispersos bajo mis pies…”
El camino hacia allá fue lo peor, recordé el día que me llevaste, caminamos tomados de la mano. Si no mal recuerdo, nevaba, al igual que este día, y tomaste mis manos y las rodeaste con las tuyas, mientras con el calor de tu aliento, comenzabas a entibiarlas. Ese fue el primer gesto hermoso que hiciste por mí, atesoro eso en mi corazón, como uno de los mejores recuerdos.
Ahora, hago este camino solo, con las manos en los bolsillos de mi chaqueta para que el frío no acechara cruelmente en mis dedos, ya que ahora no estabas tú para entibiarlas.
Llegue al restaurant con la esperanza de verte. Llegue media hora antes para poder preparar lo que diría y cada detalle necesario, con tal de volver a estar contigo.
“Esta voz y este cuerpo…
Fueron creados para amarte…”
Ya había pasado una hora desde la hora citada, aun no obtenía respuesta alguna al mensaje, pero la esperanza de que llegaras hasta ese lugar tan especial para los dos, seguía viva. Aquí, justo en esta blanca silla habías pedido que fuera tu novio, ¿no?, ahora seria yo, quien volvería a pedirte lo mismo, ahora sería yo quien me arrodillaría ante ti, volviendo a pedir que regresaras conmigo.
“…Pero se bien…”
Las horas pasaban, cuando la hora citada era a las ocho, se hicieron las diez, las once y el local debía cerrar y mis esperanzas se hicieron nulas…ya no vendrías, ¿cierto? Volví a sentir como mi corazón se hacía añicos…
“….que ahora es demasiado tarde.”
Sin más, salí del local, ya no había nada más que esperar ahí…ya no había esperanzas de recuperar tu amor, nada más me quedaba que el solo recuerdo de este aquello que fue tan hermoso.
La nieve comenzaba a hacerse presente, aquella nieve que emblanquecía mi cabello y que al momento de derretirse, se confundía con mis lágrimas las cuales caían silenciosamente por mis mejillas. Solo quería desaparecer…
“Me gustaría verte esta noche…”
Te necesito…te amo…te quiero a mi lado…mi mente llegaba a engañarme en ese momento, jure verte y corrí hacia ti, mas solo fue un engaño, solo un reflejo provocado por mi mente y mis nublados ojos llenos de lagrima, los cuales hicieron que cayera de rodillas al suelo, abrazándome a mi mismo mientras repetía tu nombre, en un suave pero desesperado susurro…
“…Correr hasta a ti con este cuerpo tembloroso…
Las palabras que quiero decirte, caen y se mezclan con la nieve…”
Mi cuerpo se sentía frío, se sentía sin fuerzas, solo quería verte –kouyou….-volvía a susurrar aquel doloroso nombre, mientras me aferraba a mi mismo en busca de calor, el dolor era inmenso, aquel dolor hacia que cualquier cosa, fuera insignificante…aquel dolor…ya no quería volver a sentirlo…
“Esta noche iré a verte…
Incluso si tú no quieres regresar a mi lado…”
Con las pocas fuerzas de mis piernas, termine fuera de tu casa. ¿Cómo llegue ahí?, hasta yo me lo pregunto…tan solo las ganas de verte eran mucho más fuertes que cualquier cosa. Volví a tomar mi celular con intenciones de mandar un mensaje, creyendo que lo leerías y correrías a abrir la puerta, rodeándome entre tus brazos, pero sabía, muy dentro de mí, sabía que eso no sucedería…
-ya no, ¿cierto?- susurre para mi esbozando una amarga sonrisa. Cuando se te mete algo en la cabeza ya no hay nada que te haga retroceder…eso lo tengo más que claro y creí revertir eso.
Volví a guardar mi celular, y aunque doliera, debía hacerme la idea que no volverías a mí. Duele mucho, pero ese dolor deberá cesar algún día...ahora simplemente, espero que seas feliz, uruha…
“…Tú eres todo en este mundo para mí.”