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Lagrimas de plástico azul por MidoriShion

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Notas del capitulo:

Buenooss dias!! bueno les pido mil disculpas a todos aquellos que leyeron el primer cap y esperaron hasta ahora para el segundo, no es excusa pero el dia que publiqué el primer capitulo me llamaron para un trabajo y empecé a trabajar al toque.. desde ese dia no tengo vida, llego a mi casa y duermo, me levanto y me voy D: pero aun asi intetare publicar mas seguido los caps.. ensima anoche publique y no me dejaba escribir las notas T_T el mundo me odio.. en fin!! espero que disfruten el capitulo :D

¿Tu?- preguntó asombrado el rubio al ver a aquel chico parado en la puerta de su casa

¡KENMAA!- Exclamó el otro, energético como siempre lo recordaba, tirándosele encima a este. El teñido no entendía muy bien la situación, el peli naranja era amigo suyo hacía varios años ya pero jamás había ido a verlo, si se cruzaban en su época escolar era en partidos de práctica o enfrentamientos, luego de graduados poco era lo que sabían uno del otro, por lo cual no entendía muy bien el motivo de su visita.

Shoyo…. ¿Qué haces aquí?- Preguntó Kenma sin salir de su Shock, cinco minutos atrás se encontraba llorando por su soledad y ahora recibía los abrazos de un amigo al que prácticamente había olvidado.

¿Ahh?... ¿qué hago aquí? –El pequeño cuervo hizo una mueca pensativa buscando una excusa para darle al otro chico, sin embargo finalmente se decidió por solo decirle la verdad- Sólo quería verte .- respondió a la pregunta esbozando una gran sonrisa en su rostro siempre alegre- Verás estoy en vacaciones en la universidad. Hace unas semanas nos juntamos con el antiguo equipo de voleibol de Karasuno y decidimos hacer un viaje, pero el idiota de Kageyama perdió nuestro equipaje en el tren.- Un puchero se formó en sus labios pero luego dio paso a una nueva sonrisa.- Así que por el momento nos quedaremos aquí, en Tokio. Por eso aproveché para venir a verte.- Hinata soltó todo aquello sin lugar a que el otro frente a él pudiera hacer siquiera una pregunta. Kenma sonrió, después de todo así era su energético amigo.- ¡Oi!... Kenma ¿Me oyes?.- Preguntó nuevamente el peli naranja al no obtener respuesta.

Ehh… Sí, ¿Quieres pasar, Shoyo?- Se hizo a un lado para que el más bajo pasara, luego recordó el el desastre que estaba hecha su sala y se arrepintió, pero fue demasiado tarde. Hinata entró a la casa del rubio cual tornado antes que este pudiera terminar la invitación.- Ahh, yo... siento el desorden... realmente no esperaba visitas... Por eso...- Dijo un poco avergonzado pero la respuesta del otro no fue la esperada, realmente pareciera como si no hubiese notado el desastre, o tal vez ni si quiera le importaba.

Whoooo!!!! –Exclamó Hinata sorprendido dejando también sorprendido a su compañero.- Tu casa es tan… Grande... tan genial… debe ser grandioso poder tener esto para ti solo.- Los brillos inundaba los ojos de Hinata. Para Kenma su casa era común y corriente, no le veía nada de especial. Si el pequeño peli naranja supiera lo vacía que era la vida de su amigo no se alegraría tanto.

El pequeño cuervo y su curiosidad recorrieron toda la casa en un santiamén, toando lámparas, frotándose en las toallas recién lavadas que lo llenaban de perfume y revisando los mil y un videos juegos que el antiguo armador de Nekoma tenía en una habitación aparte. Eso último lo exaltó un poco, si rallaba aunque sea mínimamente alguno de los discos, el juego estará por completo arruinado. Por esa razón se los quitó de la mano guardándolos nuevamente y con delicadeza en sus respectivas cajas.

Sho-Shoyo…. ¿Quieres tomar algo?- Preguntó mientras lo tomaba del brazo y lo sacaba rápidamente de aquel cuarto, si lo dejaba un segundo más podría significar una tragedia para sus equipos de ocio.

¡¡Haii!!- Respondió energético Hinata mientras bajaban las escaleras nuevamente para llegar a la cocina- Quiero jugo de frutas.- Sonrió.- Sabes Kenma, seré profesor de deportes en escuelas, quiero ayudar a los chicos a cumplir sus sueños deportivos, por eso estoy estudiando para ser profesor.- Dijo con una mueca de orgullo en su rostro. Estaba seguro de lo que quería hacer, tenía un sueño en la vida, metas. Todo lo contrario al rubio que en ese momento se encontraba al borde del abismo. Kenma sonrió falsamente, no le quería mostrar una expresión de tristeza a su amigo.- Kenma… ¡Oi Kenma! El rubio había vuelto a perderse en sus pensamientos sin prestarle casi atención a lo que decía Hinata.

Dime, Shoyo.- Llegaron a la cocina donde le sirvió un vaso de jugo.

También quería ver a Lev, pero… -la expresión de Hinata cambió a una seria, un poco triste, Kenma ya tenía una idea de lo que pasaba.- Hoy quise ir a su casa, me atendió el padre. Cuando pregunté por él, el viejo me miró feo y me dijo que no volviera a su casa. Solo me cerró la puerta en la cara –Miró a Kenma con curiosidad.- Paso algo, ¿Verdad? ¿Sabes dónde puedo verlo?- Kenma tomó un sorbo de su bebida, no podía contar lo sucedido, no era su problema, sin embargo tampoco podía ocultarle a Hinata el paradero de peligris amigo.

S-solo puedo decirte donde encontrarlo. –rompió una hoja y comenzó a escribir una dirección, luego le pasó el pequeño papel a Hinata quien sonrió satisfecho, sin embargo no iría ese día, lo visitaría el siguiente. Esa tarde se dedicaría a molestar a du monótono amigo.

Pasaron el día hablando, poniéndose al día con sus vidas, Hinata tenía una y mil historias que contarle a Kenma y este simplemente se dedicaba a escucharlo, no tenía mucho para contar. Y así pasó ese día, por fin pudo olvidarse un poco de la soledad que lo invadía, con Hinata a su lado juagaron video juegos toda la tarde, se dio cuenta que jugar de a dos era mucho más divertido que jugar solo, sin embargo eso no sería para siempre. Antes de que cayera el sol, el cuervo de Karasuno se despidió y se fue. El ex setter cerró la puerta tras de él y volvió a su casa pero no se quedó jugando como todas las noches, se encontraba agotado así que simplemente se dirigió a su cuarto a dormir.

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Hacía un par de años Lev Haiba había declarado a los cuatro vientos que estaba enamorado de Yaku, el líbero de Nekoma. Valla a saber uno cuan masoquista era el peligris como para haberse enamorado de él, pero el amor es así y no había mucho que pudiera hacer contra ello. Ese día invito a su casa a todos sus excompañeros de equipo en Nekoma y frente a sus padres y ellos declaró vivazmente su amor al castaño. Este no pudo más que sorprenderse, tomó las manos que Haiba le ofrecía y le dijo casi en un susurro que él también algo sentía, la vergüenza y el miedo lo invadían en ese momento por lo que no pudo decir más que aquello. Sus amigos aplaudieron felices, ninguno los juzgaba porque sabían que el amor era así, no sabe de religiones, de razas y mucho menos sabe de sexos. Todo era felicidad, el más alto de Nekoma sentía que todo le salía bien y eso no hacía más que alegrarlo. Pero justo en ese momento el padre de Lev cortó toda esa alegría. Antes que este pudiera darse cuenta un puñetazo se dirigió de lleno a su rostro golpeándolo con fuerza y dejándolo en completo shock, lo miró casi con odio y le dijo que en su casa no se permitían tales actos impuros, que nadie que llevara su apellido podría mancharlo de esa manera, teniendo una relación con otro chico. Haiba lo miró desafiante respondiendo que en su vida él haría lo que quería, que su corazón no era más suyo y que no podía hacer nada al respecto. La madre de Haiba miro la escena y llorando corrió a su cuarto mientras el padre colérico levantaba nuevamente el puño para golpear a su hijo, pero esta vez Yaku se interpuso y recibió el golpe que lo dejó tirado a un costado. En ese momento el resto de sus amigos reaccionó, Taketora se encontraba igual de enojado que el viejo y decidió devolverle ambos golpes, pero cuando levantó su puño, Haiba lo detuvo por la espalda. Podía ser un tirano pero después de todo, era el hombre que le dio la vida y lo crio, no se iba a perdonar si por defenderlo a él alguien lo golpeaba. Taketora se detuvo pero quedó enfrentando desafiante al padre de Haiba, no iba a permitir que volviera a poner una mano encima a sus amigos.

Tu –Dijo el hombre señalando a su hijo.- más te vale que te olvides de esto si quieres volver a llamarte mi hijo.- Haiba no dijo nada, no podía ni quería retroceder ante su decisión, sabía que si se alejaba de Morisuke sufriría más que por cualquier otra cosa. Se levantó de donde estaba, tomó la mano de Yaku y salió de la casa seguido de los demás.
No tomó nada suyo de allí, no necesitaba nada que le recordara aquel rechazo. El castaño se detuvo, estirando de la mano que lo sostenía.

¿Pasa algo? –Preguntó el más alto, Yaku comenzó a lagrimear.

Yo… no quiero que por esto arruines tu vida… tu familia... ellos te aman, deberías volver disculparte… seguro algún día podrás enamorarte de una chica y…. –Yaku lloraba pero los brazos de Lev lo atraparon por completo en un fuerte abrazo. Él sabía que por más que quisiera no podría olvidarlo, lo amaba y si lo dejaba ahora era muy probable que en poco tiempo se escapase y corriera a sus brazos, no aguantaría mucho tiempo lejos suyo.

Siguió abrazándolo hasta que el más bajo se calmó. Esa noche caminaron en la oscuridad tomados de la mano. Esa noche comenzaba su historia.

Dos años habían pasado de aquello, luego de haber salido de su casa Haiba Lev había conseguido un puesto como cadete en una oficina lo que le daba un buen sueldo para pagar un alquiler y poder costear los estudios de Yaku. Este se encontraba en su tercer año de universidad, estudiaba para ser maestro. Realmente le gustaba tratar con niños, era muy atento como si fuera una madre por lo cual esa carrera le venía bastante bien.

Ese día ambos lo tenían libre por lo cual decidieron dormir hasta tarde y al atardecer tal vez salir a ver una película. Lev escuchó el timbre. Se dio vuelta en el colchón y tomó su reloj. ¿Las nueve de la mañana? ¿Quién molestaba a esas horas? Desengancho el cuerpo de Yaku que lo abrazaba por la espalda y se levantó poniéndose una bata para ir a ver quién tocaba timbre.

Al abrir la puerta su rostro se llenó de felicidad, no lo podía creer, su gran amigo ese que tanto admiraba y hacia tanto tiempo no veía estaba ahí ahora parado en su umbral esperando para pasar.

Pasa… no... Yo no creí volver a verte... Whoooo pasó tanto tiempo. –Hablaba de tal manera que no dejaba que el otro si quiera respondiera.
–Siéntate. –dijo acercándole una silla y luego escucho como la puerta de su cuarto se abría, saliendo un desarreglado Yaku quien miró sorprendido al chico que ahí estaba sentado.

Tiempo sin vernos Yaku.- Dijo este con una sonrisa de lado en su rostro.

Lo mismo digo…. Kuroo.

Notas finales:

Espero les haya gustado.. seguro se dieron cuenta como viene el proximo capitulo y si no... lastima a esperar el proximo capitulo xDD jajaja como siempre digo Rws son amor y apoyo al autor D: nos vemos en el prox cap!! n_n


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