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Solo me hace amarte más por devilasleep11

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Notas del capitulo:

Bueno he vuelto luego de unas dos semanas y.... OMG QUE DURA, DURA, DURA ES LA VIDA!!!!!!! TT^TT

Lo admito esta semana fue intensa, creo que casi me quedo calva de la ansiedad y los nervios antes de la psu y luego va mi madre y me droga con esos calmantes como si fuera una LOCA!!

hahahahah xD 

(Por otro lado quiero pedir disculpas porque se suponía que subiría el sábado pero me quedé con mi hermana viendo animé todo el día :3 hace tanto que no lo hacía que estaba con una cara como esta----> /(*///*) hahah xD)

Por otro lado estamos ya casi en la recta final (aunque solo estamos a 7) Y me da cierta penita... Pensar que me graduaré (Aunque muchos colegios ya se hayan graduado :3) y que esto se acaba es hermoso... 

Pero a lo que el fic convoca aun queda mucho camino por delante xD

Bueno me dejo, me dejo.... 

Que venga el capítulo!!!!!!!! (>0<)

Capítulo 11: “Susúrrame la respuesta correcta”

 

 

Salí del baño cuando el vapor ya estaba comenzando a asfixiarme y marearme un poco. Miré mi habitación con curiosidad, pero no entré, ni siquiera dirigí mis pasos en esa dirección de haberlo hecho no hubiese podido frenar mis ansias.

 

De verdad estaba preocupado por Killer. Si no fuese por Trafalgar no lo hubiésemos contado. Sinceramente mis nervios estaban al máximo, era uno de esos momentos en donde te preguntas tu pudieras dejar atrás a esa persona, o que esa persona te deje atrás y caminar por sobre su cuerpo caído o que ella camine sobre tus restos hechos girones.

 

Sé que Killer nunca me dejaría y eso es lo que más me dolía, sé que él no me fallaría porque nos conocíamos desde hace tanto tiempo, porque solo bastaba que su mirada se topara imperceptiblemente con la mía como para comprender que él era quien debía quedarse a mi lado, como soldado fiel, como amigo incondicional y yo le debía el mismo trato.

 

Cuando le vi caer mi mente se nubló por completo. Creo que si Trafalgar no hubiese podido ayudarlo mi mundo se desbarataría por completo, pero eso no pasó.

 

Me pregunto de donde salió esa confianza en ese idiota. No titubeé a la hora de llamarlo, creí sinceramente que él era la respuesta, más bien mi corazón lo supo cómo un extraño hechizo, como si estuviésemos conectados de algún modo. Siento que aunque esto, digo nuestra extraña relación se termine seguiré pensando en él si es que una ocasión así se presente de nuevo.

 

En ese momento pensé “sin Trafalgar no podré hacer nada”. Fue un augurio, como el rumor de las nubes negras al horizonte. En ese momento comprendí algo que no había hecho hasta ahora; puede que Trafalgar no sea la persona a quien le entregaría mis sentimientos, dudo de su actitudes, dudo de mis actitudes, dudo de sus sentidos y dudo de los míos, dudo de su realidad y dudo de la mía; pero hay algo de lo que no puedo dudar aunque trate: Trafagar es importante para mí.

 

No lo entiendo muy bien, solo sé que es alguien importante ¿En qué sentido? Tengo medo de descubrirlo ¿De qué forma? Mentirá si dijera una.

 

Vaya situación más complicada.

 

Además… ¡Ayer se lo dije!

 

Agh… Paseo frenéticamente la toalla por mi cabello húmedo y me dirijo a la sala en donde sé que Trafalgar espera bañado por la oscuridad de la noche.

 

Siento como mi estómago sube y baja una vez estoy a unos solo cuantos pasos. Maldición, maldición ¡Cálmate! Estúpido corazón desbordante.

 

-          O-Oye… Terminé puedes meterte al baño si quie…

 

Oh…

 

El salón vacío…

 

Q-que horrible. Mierda.

 

¿Eh?

 

Esta vez no fue mi estómago el que subió y bajó si no que fue todo mi cuerpo, lo sentí encenderse en algo parecido a la rabia, el pecho se me oprimió de una forma bastante atemorizante.

 

¡Este no soy yo, maldición! Yo diciendo mierda mientras pienso que hubiese sido genial que estuviese allí con sus ojos burlones y desinteresados mientras con su cuerpo descarado me incita a hacerle mío de nuevo, o tal vez que él tome la iniciativa y que me haga delirar con sus manos expertas por las múltiples horas de sexo de ese tipo que ha tenido.

 

Debería ser completamente indiferente a esto ¿Por qué duele tanto esta vista desierta?

 

De pronto el celular en la mesita de centro vibró. El corazón me dio un vuelco.

 

Fui a verlo para percatarme que debajo había un papel bien doblado. Dentro la nota me congeló la sangre y perdí el piso bajo mis pies, me entró un vértigo terrible.

 

Esa nota era una pequeña piedra, pero había destrozado una de las esquinas de mi hermosa y endeble edificación que había llamado vida hasta ese momento, pero después de eso podría decir que solo era una pequeña bolsa de basura a la vera del camino.

 

“Fue divertido mientras duró…

T.L.”

 

Al celular en mi mano volvió a sonar. Lo miré solo para ver que tenía mil mensajes de Ella. Estaba seguro que Trafalgar los leyó, estoy seguro que supo quién era, estaba seguro que de alguna forma lo había herido ¿O el herido era yo?

 

“Solo digamos que soy tan egoísta que no quiero perder algo especial…”

 

¿No fui yo quien dijo esa frase? ¿No fui yo quien hizo que en ese momento en sus ojos gélidos ardieran llamas que podrían consumir el paraíso? ¿O fui yo quien sintió sus pies despegados del suelo  caminar en nubes cuando le vi abrirse poco a poco como una tímida mariposa?

 

Creí que el sentimiento de vacío era horripilante, pero en ese momento experimenté una soledad diferente; la soledad legítima. Temí por mi integridad moral, sinceramente estuve a punto de dejar a tras todo y salir corriendo a buscarle.

 

¿Soy idiota? ¿A dónde iría después de todo? ¿A su departamento lleno de personas que escucharan lo que tengo por decirle? ¿Eh? ¿Qué debo decirle? ¿Perdón? No solo nada entonces… ¿Por qué tendría que pedirle perdón por esto?

 

Mientras más me preguntaba más dolía mi pecho. Me consolé con que no tenía que decirle, pero solo eran escusas tratando de explicar mi cobardía. No pude correr hacia él.

 

Me dejé caer en el sillón en donde terminé recostándome con la cara sobre los mullidos cojines de este. Maldición su esencia parecía impregnada en ellos.

 

Lo necesitaba, quería toarlo, yo esperaba que estuviese esperándome, regalándome una cabrona sonrisita, mordiéndose el labio indecentemente pretendiendo que mi enfado se calme y con seguridad conseguir su objetivo atrapándome con sus ardientes besos, pero eso no había pasado. Estaba solo, tirado en mi sillón mientras su ridícula notita se arrugaba en mi mano.

 

Claro que él era especial, si no lo fuese no me esforzaría tanto por encontrarle, no me sentiría ansioso por verle. Este retorcido sentimiento con el que me atraía, como si cada vez que me tocase, besase, me hiciese cambiar.

 

Yo que antes de esto miraba un poco mal las relaciones que a veces Killer tenía con los chicos, como estos parecían seguirle me enfermaban, sin embargo estaba seguro que si fuesen muchachitas no sería igual.

 

Pero Trafalgar era diferente, sus ojos gélidos que no buscaban los míos con desespero ni añoro, sus manos indiferentes que parecían quemar mi piel y sus uñas implacables incrustándose en ella haciéndome estremecer de pies a cabeza. Sus suspiros ahogados, su actitud de majestad que hacía que las personas normales no le soportaran, su aura indiferente a todo, inclusive a como me sentía de vez en cuando me adentraba en su cuerpo que urgía por mis atenciones.

 

Se había ido…

 

Maldición eso dolía mucho…

 

………………………………………………………………………………

 

Durante una semana aproximadamente no volví a ver a Trafagar. Creí que no me afectaría en nada, pero me equivoqué.

 

Si antes me ponía ansioso al pensar en él y en cómo me hacía sentir, sin embargo llagué a pensar que si me lo proponía, esas sensaciones llegarían a desaparecer pero solo bastaba con que mirara a través de la ventana para suspirar como un idiota.

 

Killer no había vuelto a la escuela. Estuvo en mi casa alrededor de tres días, luego entramos en valor y fuimos a su casa, en donde su ama de llaves nos ayudó y mantuvo en secreto todo lo que había ocurrido, lo demás corría por cuenta de Killer.

 

Para mi mala suerte no había tenido noticias de él, puesto que preferimos no hablarnos por un tiempo para que no se levanten sospechas ni nada, estaba seguro que i el adre de él nos encontraba a os dos juntos nos pondríamos demasiado nervioso como para seguir con la farsa de que solo había sido otra pelea de un par de delincuentes juveniles.

 

No tener noticias de ese idiota e tenía con los nervios de puta pero más estresante era el no saber que ese maldito de Trafalgar ni siquiera me había contactado.

 

Hace un par de días hasta legué a ir a su universidad con la esperanza de verle aunque sea. Me sentí tan ridículo, tan humillado. Esperé luego en el parque de los fumadores, estar allí me sentí aún más debajo de lo que creí.

 

Quería verle, sentía una apremiante necesidad de explicarme ¿Explicar qué? ¿Qué debía decirle?

 

Ni siquiera sabía si me escucharía, pero estar cerca de su aura indiferente, atraerlo a mí hasta que no puede resistirlo. Trafalgar se había convertido en una tortura, casi en una obsesión enferma.

 

Temí que si es que llegaba a verle mi alma besaría el piso por donde sus pies tocasen. Que humillante, que humillante ¡Que humillante, maldición!

 

¿Qué debía hacer?

 

Me lo pregunté mil veces mientras miraba por la ventana de la sala y mis compañeros entraban como una estúpida manada de corderitos dispuestos a engordar para luego ser masacrados y vendidos por trozos.

 

Me estaba consumiendo. No recodaba cuantas veces me había dicho que viese el lado positivo, que ahora podía hacer  deshacer como siempre lo había hecho y no estaría enredado en esa extraña relación. Pero mientras más me trataba de convencer, más me recordaba que ese día no nos encontraríamos, que esa tarde no me besaría, que esa noche no sería mío, ni él haría sus movimientos para subyugarme y hacer que delirara.

 

Apreté con fuerza los puños, tanto que creo  que me hice daño. Si aguantarlo golpeé la mesa produciendo un fuerte estruendo, más de uno de mis compañeros se dieron vuelta atemorizados, logre a escuchar un “¿qué mierda con ese idiota?” en una temblorosa voz.

 

Salí como alma que lleva el diablo, no miré hacia atrás, ni siquiera hice caso al profesor que me vio escaparme de su clase. Sé que luego tendría problemas, pero no me importaba lo único que quería era sacarme ese amargor, esa sensación de impotencia que me daban ganas de destrozar todo lo que tenía en frente, quería romper una pared y que detrás de esta se encontraran ese par de ojos fríos, que me miraran, que el objeto quien miraran fuese yo, no importa de qué forma, solo quería que se dirigieran a mí.

 

Llegué hasta la azotea de la escuela. Cuando abrí la puerta me sentí mucho más liberado, mucho más liviano.

 

Apenas a luz del sol me dio de lleno en la cara quedé encandilado un momento, pero una vez mis ojos se acostumbraron una negra cabellera  revoltosa llamo mi atención. Se me paralizó el corazón por un momento.

 

Pero una vez fui avanzando me di cuenta que era demasiado pequeño y su aura era demasiado inocentona, más que eso parecía incauta.

 

Era un muchacho, estaba apoyado en la barandilla, mientras tarareaba una melodía alegre.

 

Una vez estuve a unos tres metros se dio la vuelta y me miró, mi estómago pegó u vuelco, como cuando eres sorprendido haciendo una travesura.

 

Su mirada por unos segundos me secó la garganta y oprimió mis nervios como si debiese escapar, como si no debiese acercarme más, el instinto lo decía. Sin embargo ese sentimiento cambió segundo después para volverse una sonrisa más fulgurosa que el sol detrás de él.

 

Le reconocí por fin, esa cicatriz bajo uno de sus ojos, esa piel morena, ese cabello enmarañado y negro como el carboncillo, al igual que su iris y pupilas que parecían pozos.

 

Lo miré un tanto sorprendido ¿Que fue esa sensación que había sentido por un momento?

 

-          Oh… eres… mmm…- Dudó por un momento y sacándose el dulce que estaba chupeteando me apuntó como si hubiese dado por fin con la respuesta de porque vivimos - ¡Ese sujeto!

 

¿Eh?

 

-          ¡Es Kid! ¡Eustass Kid! – ¡Vaya mocoso molesto!

 

-          ¡Eso!

 

Hijo de puta… Sé que mi nombre no es algo que se recuerde así como así, pero no tenía que apuntarme y llamarme ese sujeto eso era molesto.

 

-          ¿Qué haces aquí no deberías ir a clases?

 

-          ¿Eh? ¿Ya sonó la campana?

 

-          Si…

 

-          Mmm… En ese caso ¿Qué haces aquí tú también?

 

Esa forma en la que me hablaba me daba migraña. Demasiado volátil demasiado despreocupado.

 

-          Eso no te incumbe… - Dije ásperamente, él no pareció intimidase ni mucho menos molestarse. Nos quedamos en silencio unos momentos, en hacer que hasta la barandilla y me posicioné a su lado le sentía mirarme fijamente por un tiempo. Me molestaba de cierta forma

 

-          Pfft…

 

-          ¿¡De que te ríes!?

 

-          ¿EH? – Me miró algo sorprendido, pero luego volvió a poner una enorme y ridículamente brillante sonrisita en su rostro. Por alguna extraña razón con eso en su cara no me daban ganas de enfadarme – Bueno, es sol que estas siempre con el ceño fruncido… - Dijo apuntando junto en medio de mis ojos yo por idiota seguí el camino que trazaba su dedo y de seguro que junté los ojos en el centro. Él comenzó a reír de nuevo – Siempre que te veo haces la misma expresión, n el día de campo estabas constante mente como “¿Qué miras, maldito?”

 

Lo último lo dijo agravando la voz tirando su cabello hacia atrás y puso cara de maleante. Sentí las mejillas arder.

 

-          ¡Te estas burlando de mi maldito!

 

-          Shishishishi No, claro que no – Porque era tan malditamente enceguecedora su sonrisa, maldito cachorro ridículo – Debe ser que por eso la gente cree que das un poco de miedo…

¿Eh?

 

-          … pero… en el fondo eres un buen chico ¿No?

 

¿Eh? ¿Me acaba de llamar cómo?

 

-          Si ese no fuese el caso no te hubieses molestado con entregarme mi sombrero… Es algo muy importante para mí…

 

¿De verdad cree en eso? Por lo general es cierto, creen que soy un maldito hijo de puta que no sabe hacer otra cosa que destruir todo a su alrededor. La verdad es que ni yo mismo sé si eso es cierto o no Killer siempre me ha dicho que no es del todo cierto, sin embargo este pequeño idiota cree confiadamente que soy alguien “bueno”, un “buen chico”.

 

Es obvio que estaré sorprendido si de pronto me dicen algo así no. Después de todo de tanto que te repiten y te definen los demás te la terminas creyendo, tal vez como diga Killer, no era del todo así.

 

-          Además… - Continuo, esa vez apoyo su cabeza en la barandilla – Desde que Torao - ¿Torao? Ah es cierto así le decía a Trafalgar –  se ha vuelto más amable… Y eso es gracias a ti ¿no?

 

Mi corazón pegó un brinco ¿Cómo reaccionar a esa nueva frase? Pareció que después de ese brinco mi pecho comenzó a tamborilear como loco. Sé que estaba un poco sonrojado, lo sentía, las manos se me cerraron de tal forma que incrusté mis uñas en la carne y con eso todos los músculos de mi cuerpo se tensaron.

 

Eso es gracias a ti ¿No?

 

¿Y si era verdad?

 

Y no conocía al antiguo Trafalgar, solo al idiota que siempre me gastaba bromas, el que me miraba fríamente para lego derretirse en nuestros encuentros. Ese Trafalgar que sonreía cuando curaba una de mis heridas, aquel que me embriagaba con su aura tenue, ese que me invitaba a un día de campo con sus amigos así de la nada, ese que me llamaba porque si, ese que podía tocar mi mejilla de una forma tan suave y gentilmente sonreía mientras vagabundeaba por los parajes que me destinaba su cuerpo.

 

No, definitivamente no sabía cómo era Trafalgar antes. Solo conocía a ese que é me había dejado mirar. Estaba seguro que no era ni la cuarta parte de su vida, ni mucho menos la milésima parte de su personalidad, eso era algo frustrante.

 

Era consiente desde el inicio que él nunca me pertenecería por completo, era como si probara del fruto prohibido pero en realidad solo imaginaba que lo tenía entre las manos y lo probaba, el sabor solo era producto de mi imaginación, demás que el degustarlo de verdad debía ser el paraíso, pero para mí solo habían sido simulacros, insultos.

 

Desde esta perspectiva la cara de ese chico se veía endemoniadamente seria, debía estar siendo más seria de lo que o veía. Posteriormente volvió a su sonrisa que se  empava a ser muy habitual.

 

-          Oooyyee... – Me apuntó nuevamente, retrocedí un poco ¿Ahora qué? – ¡Estas frunciendo el ceño de nuevo!

 

-          ¡Deja de burlarte de mí, maldición!

 

-          Pero sabes… No sé qué ha ocurrido pero últimamente Torao ha estado como… Salvaje… Es lo que Ace dice, pero es como una misteriosa reacción y tiene esa misma expresión que tienes tú ahora…

 

Lo miré un tanto sorprendido, este enano sabía cómo dejarme volando en el aire sin saber que decir.

 

¿Salvaje? Creo que comprendí vagamente lo que significa pero tal vez era por esa razón; Bonney.

 

El pecho se me oprimió, dolía. Un horrible sentimiento de soledad me embargo de verdad. El minuto que pasamos en silencio se me hizo interminable. Sin suelo, sin cielo, sin muros, sin campos libres, sin durables memorias, sin inevitables olvidos, sin maldiciones, sin bendiciones, sin comentarios, sin silencios, sin sensaciones, sin indiferencias.

 

Así nada, solo, completamente solo, ridículamente solo, fastidiosamente solo, miserablemente… Solo.

 

¿Quién estará allí para escucharme hablar y tener una respuesta a esta soledad? ¿Se puede siquiera tener una respuesta si no hay preguntas?

 

Ni siquiera había lagrimas contenidas, todo tan vacío que era abrumador. No había una base en todo esto, no había nada que sustentara mi estúpido castillito de arena, después de todo lo había construido demasiado cerca del agua, ahora el mar se lo llevaba entre sus brazos implacables. No me quedaba más que correr y llorar, pero no podía ni hacer eso, después de todo solo había un par de huellas en la arena, nadie caminaba conmigo podía hacerlo sin remordimientos, pero no había lágrimas.

 

Creo que el muchachito se percató de mi estado porque dijo:

 

-          Pero sabes… Tú también antes de que fueras con nosotros al día de campo… Ah que estuvo genial ¿No?... También tenías la misma expresión que haces ahora – Volvió a imitarme – Pero ese día hasta sonreíste y aunque mirabas constantemente a Torao, tal vez porque eres su amigo, que más bien estabas contento ¿No? Estor con gente divertida e interesante es increíble ¿Verdad?  Y Torao es una persona muuuuuy interesante y a veces también es divertido e inteligente, así que eso era gracias a Torao…

 

Dicho esto se separó de la barandilla.

 

-          Tú…

 

-          Bueno creo que es hora de volver a clases, tal vez Ussop tenga comida…

 

¿Acababa de almorzar y ya quería más comida?

 

Antes de que terminara de pensar eso se esfumó de mi vista. Al buscarlo estaba por salir.

 

Maldito enano ¡Ahora mi cabeza estaba hecha una maraña más enredada que antes!

 

-          ¡Hey Mugiwara! – Él se dio vuelta sorprendido – No te hagas ideas equivocadas… - Dijo esto le lancé un dulce que tenía en el bolsillo, él lo atajó sin problemas y me miró incrédulo por un momento, luego me regaló un tímida y sincera sonrisa. Creo que esa vista podía volverse la adicción de cualquier persona.

 

-          ¡Gracias! – Gritó energéticamente y luego salió corriendo.

 

Me quedé apoyado a la barandilla durante todo lo que duró la última hora.

 

Eso era gracias a Torao…

 

………………………………………………………………………………

 

Cuando la campana volvió a sonar anunciando el término de las clases por ese día sentí mis hombros pesados, pesadísimos.

 

Creo que era la primera vez que me sentía derrotado, de tanto pensar y no legar a ningún lado, de tanto creer y no enc0ntrar ninguna respuesta. De tanta soledad y no obtener ni un gramo de salvación.

 

-          ¿Kid? – Oh vaya ya conocía tanto esa voz, la había escuchado enfadada, la había escuchado alegra, la había escuchado llorar, la había escuchado gemir y chillar. La conocía tanto que me dio una amplia puñalada en uno de mis pulmones desbaratando mi respiración.

 

-          Bonney…

 

-          Así que aquí estabas, sabes pregunté por ti y nadie sabía nada… Creí que te habías ido pero estaba tu mochila, Ah por cierto te la he traído para que nos vayamos a casa.

 

-          Oh… Gracias por traerme mi mochila – Mi tono era neutro, sin sentido y esta conversación demasiado formal.

 

Me di la vuelta para observarla parecía algo sorprendida. Nunca por más que nos mintiéramos, por más que estuviese embobado con una muchachita, por más que nos traicionáramos nunca le había hablado de esa manera, siempre era yo con ella, por eso me gustaba estar con ella, porque podía ser como era con ella, no había que mentir de mí mismo, podía reír, enfadarme, pelear, estar triste y demás.

 

Nos conocíamos desde hace tanto, desde antes inclusive de volverme amigo con Killer. Estaba tan acostumbrada a su presencia, a sus extrañas frases de valentía, a su abrupta fuerza, esa capacidad de volver a cualquiera un niño cuando conversaban con ella. Tenía una visión bastante mimada de la vida, pero no por ello era una chica egocéntrica y caprichosa, no del todo, aunque hasta Killer creía eso.

 

Siempre se preocupaba de mí. No podía dejara, ella no lo quería así, ni mucho menos yo, estaba acostumbrado a ella teníamos una férrea base que no se destruía fácilmente y eso era la maldita costumbre. Ella era un hábito y los hábitos son difíciles quilatártelos de encima.

 

-          De todos modos – Dijo casi en un murmullo para luego levantar la voz – Vamos a mi casa ¿Qué te parece?

 

Maldita sea… estaba sonriendo maliciosamente. Comúnmente esa sonrisita un tanto lasciva me ponía como un horno pero esa vez no hizo más que darme una punada de culpa ¿Qué debía hacer?

 

-          Umm…

 

-          Vamos no seas aburrido hace tanto que no jugueteamos un poco… - Se me fue acercando de a poco con ese contorneo que enloquecía a cualquiera con ese rebote en su parte delantera a cada paso que te dejaba como un baboso mirando. Su cintura pequeña que balanceaba esas caderas.

 

-          Bonney…

 

-          ¿Si cariño,..? - Su aroma que flecha con solo sentirlo no me produjo nada. De nuevo su sonrisa seductora.

 

-          Lo siento olvidé que hoy tenía algo que hacer… Esquivé su mirada, le arranqué de las manos mi mochila – Te lo compensaré ¿Si? Recuerda que siempre lo hago… - Le sonreí vacíamente.

 

Hui. Hui como el cobarde que era. No miré su cara, no quería sentirme peor de lo que ya me sentía, sabía que era la primera e que había rechazado tan fríamente su invitación y ella sabía que era la primera vez que sus provocaciones no hacían efecto. Sabía que estaba haciendo una cara lastimosa, sabía que le estaba haciendo daño porque ella también sabía que algo había derribado todo lo que teníamos.

 

Solo bastó un rechazo para que nuestro pequeño paraíso se cayera del cielo. Lo sé ella siempre me rechazaba, siempre decía que saldría con amigas pero con esa amable sonrisita y con ese cinismo que agradecía desde el fondo del corazón. Sin embargo yo había sido tan monótono y frío que sentí como se congeló por un momento. Fue un orto, preciso y lacerante “no más”.

 

Quizá estaba haciendo lo mismo que Trafalgar hizo conmigo dejando aquella nota, firmando la carta de renuncia, pero tenía que hacer algo. Si bien yo no podía terminar con ella tampoco podía evitar herirla, no en la forma en que me sentía.

 

Lo sé… pedir perdón no basta.

 

………………………………………………………………………………

 

Caminé casi sin rumbo, mi mochila era liviana a comparación de cómo se sentía mi alma en ese momento. El sonido de mis pasos de plomo me daba escalofríos. Llegué hasta el parque de los fumadores como siempre, ese día no encontraría peleas  desde esa vez que Trafalgar me llamó que estos idiotas aprendieron a temerme.

 

Me senté como otras tantas tardes buscando refugio en la misma banca en donde esperé anteriormente a ese estúpido. Siempre en el mismo lugar, siempre creyendo que podía verle ¿Cómo llamas a esto?

 

Solo necesito encontrar como verle de nuevo aunque sea por un segundo aunque sea su silueta.

 

Parezco un desquiciado psicópata y miserable. Mierda; si una tipa o un tipo me buscara con la misma ansiedad asquerosa que estoy teniendo en esto momentos juro que sin pensármelo dos veces lo o la trataría como el enfermo que es….

 

Estaba pensando justamente es eso cuando de pronto se me apareció frente a mí, su cabello oscuro como el abismo, sus ojos hechos de escarcha e indolencia, sus labios de fuego , su piel besada por el sol ¿Era una ilusión o era real? ¿Era él, de verdad? Una ráfaga nos golpeó a ambos, a mí y a mi ilusión.

 

¿Cómo describir la forma en que mi corazón saltó de alegría? ¿Cómo comprender este sentimiento de satisfacción sin límites?

 

-          Tra…

 

-          Oh…

 

¿Eh?

 

Tenía una extraña expresión de asombro. Sus ojos abiertos de par en par. La respiración me falló y terminé en un jadeo ahogado, casi como un sollozo.

 

Trafalgar pasó de esa cara a una neutra y de una neutra a una despectiva.

 

-          Maldita sea… - Dijo dándose la vuelta, aunque alcancé a divisar el asomo de un sonrojo.

 

Espera, espera, espera, no me dejes aquí con esta cara de estúpido. No me dejes aquí y no hullas a mi presencia.

 

Creí que verle sería suficiente ero si es que esto no es un fantasma de mis recuerdos, si es él no pude aguantarme las ganas, quería que la yema de mis dedos sienta la suavidad exquisita de su pies, que mis labios experimentes la seda de los suyos, que mis sentidos se saturen con su amplia personalidad, de su exigente naturaleza.

 

Como un resorte y antes de que me diese la espalda, salté de la banca de las lamentaciones y tomé su abrigo entre mis dedos, El tacto se me hizo un sueño hecho realidad.

 

Aunque hubiese tiempos más largos sin verle esta ve él había dicho “fue bueno mientras duró”. Él había terminado esta relación, si es que podemos llamarla así.

 

Saber que ponerle fin a esto era tan fácil me asustaba, como cuando un cachorrito se enfrenta a un perro callejero maduro y golpeado por la vida. Me aterraba poder perderle. Sinceramente estaba viendo su espalda en esta carrera llamada vida, por condescender aún algo, estaba detrás de él y sabe que para Trafagar era tan fácil dejarme atrás era atemorizante.

 

Es la primera vez que experimentaba el mido, miedo a perder.

 

-          Tra-Trafalgar… - Soy un niño aun y se me nota en este tipo de reacciones ridículas en donde mi lengua se traba y la garganta se me seca.

 

Me dedicó una dolorosa mirada de desde, de desapego, como si no importara que tuviese esta sensación de desespero, aquella por la cual acabo de dejar atrás a la persona por la que no quieres continuar viéndome Trafalgar. Quería abrazarlo, decirle que así son las cosas.

 

No quería quedarme sin pan ni pedazo pero es justo como estoy seguro que terminaré.

 

-          ¿Qué haces aquí? – Si es que mi voz sonó de esta forma cuando hablaba con Bonney  era el peor de los hombres que pudieron haber existido.

 

-          ¿Qué tiene de malo que esté aquí? ¿Acaso no puo venir a dar un paseo y sentarme por aquí?

 

¡Estúpida boca mía que habla antes de que piense! Vaya el atardecer detrás de él e daba una magia a su aura que me daban ganas de suspirar.

 

-          De todos modos ¿Qué haces tú aquí? Es raro verte en lugares al aire libre…. – ¡Dios mío esa fue buena! Creo que en vez de tratar de hablar con él estaba compitiendo y por fin había podido lanzarle un comentario ponzoñoso como los suyos.

 

-          Oh solo me preguntaba si es que algún perro mal agradecido al que estuve mimando por un tiempo por lástima estaría esperando un poco de las migajas que caen de mi mesa… Creo que no me equivoqué.

 

¡Maldito cabronazo! Lo dice con esa cara retadora que me hace añicos la paciencia.

 

-          Bueno si es que te hubieses encariñado aunque sea un poco con ese cachorro él podría dejarte ir como quieres ¿No?

 

-          ¿Es lo que crees?

 

-          ¿Eh?

 

-          ¿Qué es lo que quieres Eustass-ya? – Dijo acercándose peligrosamente a mi boca - ¿Quieres mi cuerpo? ¿Solo te interesa el sexo conmigo? ¿Quieres mi corazón? ¿Te gusto acaso?

 

Me quedé petrificado, sé que puse cara de estúpido, pero no pude evitarlo, ¿Cómo respondería a esa pregunta?

 

-          ¿A que vienen esas preguntas?

 

Siendo sincero, creo que he sido muy sincero este día, si no encontraba respuesta a las preguntas que yo mismo me hacía ¿cómo responder las de él?

 

-          Así que no sabes cómo responderme ¿No?

 

-          ¿Pero de qué estás hablando…?

 

-          Eres un mocoso Eustass-ya… Te diré una cosa que tal vez te haga madurar u poco – Sonrió satíricamente – tómalo como un consejo de tu superior…

 

 Maldito bastardo.

 

-          … Las cosas no son siempre decir “Quiero esto” y obtenerlo – Ya lo sé – No son decir “Me calienta tu cuerpo” y tener sexo con esa persona – Ya lo sé – No es decir “serás mío” y que la otra persona diga como si nada “claro” - ¡Ya lo sé!

 

Me miró casi melancólicamente, el mundo se frenó de pronto esperando a que me bajara de su tren bala.

 

-          Yo… Tenía curiosidad por un mocoso como tú, deberías sentirte orgulloso de eso. Llegué a pensar que tal vez eras una clase de excepción y que al fin había topado con algo verdaderamente grande… Pero no es así – Suspiró - Eustass-ya, deberías aprender que esto no es más que un juego, como en la guerra todo se vale y el que ansía más es el que termina perdiendo.

 

Dicho eso se dio la vuelta y tirando de mi agarre terminó zafándose con facilidad. El abismo me tragó en ese mismo instante.

 

-          Fue bueno mientras duró ¿No? – Dije amargamente. El paró sus pasos y giró ligeramente.

 

-          Claro, fue realmente bueno.

 

Se fue, se me escapaba de las manos. Mi alma intentó agarrar aunque sea un mechón de su cabello rebelde y cautivador, aunque sea un rastro de su esencia impura pero no puo porque mis pies se quedaron clavados en el piso, no por pequeños cavitos si no por estacas bien enterradas.

 

Si no fuese que mi existencia era la pantomima de una estatua juro que me hubiese caído de rodillas y comenzado a llorar, pero ninguna lágrima cayó, ningún movimiento. Soy un estúpido.

 

Trafalgar Law se convirtió en sal delante de mis ojos y se esparció en el aire.

 

Estábamos destinados, como el agua y el aceite están destinados a separarse.

 

Si tan solo alguien me hubiese susurrado la palabra clave, aquella que abre puertas y mares, aquella que acorta la distancia entre sus manos y mis manos, entre mis labios y sus labios, entre mi corazón y su corazón, quizá no estaría aquí con esta soledad inigualable.

 

Pero nadie lo hizo, porque en el fondo las sabía, dos palabras que harían la diferencia, una frase que lo mantendría a mi lado, una promesa de un capricho interminable.

 

Debía haberlas gritado, aunque ya estaba a una gran distancia, no pude hacerlo me quedé mudo.

 

Quizá… debí haberlo hecho.

Notas finales:

Que pasó, que pasó, que pasó!!!!!!!??????

Como es tan duro del craneo ese idiota¡¡¡¡???

Agrrrrrrr.... Maldita sea Kid debiste ir y chantarle un besote de esos calenturientos y hacerlo tuyo si ya entendiste que lo quieres ¿o no?

Pero que baboso!!!!

Perdón por la gente  la que le dala misa penita que siento en estos mometos pero no se puede hacer más que esto... Ahh yo no quiero que se así!!!!!

Bueno, sé que dije que había una muchachita que me iba a editar... pero no he tenido comunicació con ella, tal vez porque no hablamos por face y siempre que me conecto esta desconectada y no se como hacerlo, de todos modos espero que no se enfade... :3

Por otro lado, he estado pensando en hacerle algo así como un "Trailer" al fic... 

La idea se me ocurrió cuando estaba haciendole el suyo a mi hermana (que por cierto aun no lo sube a su novela) y dije: ya que llegaron las vacaciones y como tantas otras muchachas no me gusta salir mucho así que tengo mucho tiempo libre por lo general... así que ¿Porque no hacerlo?

Claro que les pregunto poque esto es como un regalito para ustedes que me leen... una forma de darles las gracias y animarles!!!!! la verdad es que no sé como darles las gracias por leerme, a pesar de no ser buena.... Todavía me falta muuuucho y lo sé...

En fin 

OJALÁ QUE LES HAYA GUSTADO EL CAPI Y HAYAN DISFRUTADO COMO YO LO HICE ESCRIBIENDO!!!!!!

ESPERO SUS OPINIONES EN LOS REVIEWS!!!!!!! 

:3

 


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