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Solo me hace amarte más por devilasleep11

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Notas del capitulo:

HHHHHHIIIIII!!!!!!!!!

UFFFF.... 

NO LES CONTARÉ LO QUE ME HA COSTADO ESTE CAPÍTULO POR DIOS!!!!!!

Sé que no soy una escritora super genial ni mucho menos.. a verdad es que a veces cada vex que leo algo escrito por mi me dan ganas de tirar el computador por la vetana... Pero de verdad escribir este capítulo y que quede relativamente bien es.... impactante... 

PERO ME ANIMA QUE ME LEAN Y APOYEN SON MARAVILLOSAS (o maravillosos uno nunca sabe quien lee sus historias xD No falta ¿no?)

YA SIN MÁS PREAMBULO...

EL CAPÍTULO 15!!!!!!!!

Capítulo 15: "Entre mis manos"

 

 

1.- Gustar y amar…

 

-          Me estoy quedando en casa de Bonney…

 

La voz del rubio sobresaltó a Kid que tenía un rato con la mirada perdida en el horizonte.

 

El pelirrojo le miró sin comprender a qué se refería con eso de que se estaba quedando en asa de su exnovia, luego recordó que hace un par de días Killer había huido de casa.

 

Killer había vuelto al colegio sano y salvo.

 

No dudó un segundo en contarle todo lo que había ocurrido en su ausencia. Killer guardó silencio y lo apoyó dejándole la mano sobre su hombro delicadamente, se entendían más que nadie, no había necesidad de palabras entre ellos.

 

Pero ahora que era su gran amigo era quien requería de ayuda no podía hacer mayor cosa.

 

Por más que trató de convencer a Killer que se quedara en su departamento este se negaba con una sonrisa humilde pero franca, ahora llegaba diciendo que se quedará con Bonney, se sintió extrañamente inútil.

 

-          Que inesperado…

 

-          ¿Eh?

 

-          No te llevas bien con Bonney – Dijo el pelirrojo prácticamente en un moflete infantil, Killer sintió las mejillas calentarse y sonrió para luego soltar una carcajada.

 

-          Nunca me he llevado mal con ella…  - Kid fulminó con la mirada a Killer que sonreía como idiota.

 

-          ¿Cómo qué no? ¿Es acaso que no quieres quedarte conmigo? ¿Ahora no me consideras tu amigo? ¿Qué diablos pasa contigo?

 

-          No es nada de eso… Es solo que no quiero meterte en problemas con la asistente social esa que tienes, es una mujer bastante molesta… Además no tenía donde ir y no me iba a quedar en casa de mi novio cuando vive aun con sus padres…

 

 

¿Había escuchado lo que había escuchado?

 

-          ¿Novio?

 

-          ¿Eh? ¿De que estas hablando?

 

-          No te hagas el idiota sabes bien lo que dijiste…

 

-          Yo no dije nada…

Estúpidamente había soltado eso…

 

Killer miró a Kid, luego se sonrojó un poco y desvió la cara. Desde hace un par de semanas que salía con ese muchacho que había conocido en el día de campo. La verdad es que no quería contarle a Kid porque aún no estaba seguro completamente que el sujeto le gustase, además de que no llevaban tanto tiempo y siendo sincero no consideró que fuese algo de importancia.

 

Pero por lo visto a Kid si le importaba, como no si era el primer novio que el pelirrojo le conocía.

 

Penguin era un buen muchacho, había llegado un día a su casa, con la cara sonrosada y el cuerpo estremeciéndose en timidez, Killer no pudo resistirse a esa ternura.

 

Killer le había llevado anteriormente a su casa, aunque solo fue una vez, pero de todas formas fue a ver como estaba. Penguin le contó como de indeciso estuvo de visitarle, en ese momento el rubio se enamoró con solo verle a los ojos una vez se quitó el sombrero, tan tierno, tan exquisitamente “corrompible”.

 

Y como si las cosas solamente fluyeran, necesitaron unos cuantos días para darse sus primeros besos y comenzar a salir.

 

Tras escuchar la historia Kid no pudo reprimir una carcajada. Era tan melosa que no lo podía creer ¿Killer? ¿Ese que se tiraba a cuanto culo se le moviera en frente? ¿Esa bomba de tiempo? Increíble…

 

-          ¡No te rías!

 

-          Pero es que… tú… - Decía entre risas el pelirrojo, Killer lanzó un bufido y luego sonrió, las carcajadas de Kid frenaron un poco - ¿Y esa sonrisa?

 

-          No… Es solo que… Hace mucho que no te veía reír…

 

-          …

 

Kid le miró un tanto sorprendido. Tal vez era cierto, hace mucho que no se reía con ganas ante nada ¿Se puede reír cuando se tiene el corazón roto?

 

No pudo dar con una respuesta no por lo menos en ese momento.

 

Ver a Trafalgar con otro tipo al cual de seguro no le conocía ni el nombre le erizaba la piel. La rapidez del moreno de ojos fríos para rearmar todo era abrumadora.

 

Cayó por completo.

 

Se sentía miserable, no por amarle y no ser correspondido, si no por sentir envidia. Envidia del hombre a quien estaba besando porque él podía sentir esos labios suaves y carnosos que se movían expertos, porque podía lamer el interior cálido de su boca, tierno y exigente, porque podía recorrer ese cuerpo con sus manos inservibles ya que tanta pasión no podían contenerlas otra persona que no fuese él, pero aun así no era él quien le tocaba. Sintió envidia de cada uno de los estúpidos que podían tenerlo, envidia de cada persona que había escuchado su voz serena. Estaba enfermo.

 

Tiritaba de miedo de que encontrara en cualquier cama alguien mejor, alguien que le haga estremecer mucho más que él, sabía es que eso era imposible, pero aun así sentía un miedo horrible.

 

Esas cosas que se escondían en el fondo de su pupila se reflejaron viveza Killer se preocupó.

 

-          Kid…

 

-          N-no es nada…

 

-          ¿Cómo que no es nada? ¡Maldición! Nunca te había visto de esta forma por nadie, esa mirada triste, ese semblante decaído, esa forma de esquivar los temas que antes hubieses enfrentado sin temor alguna ¡Kid este no eres tú!

 

-          ¿Y qué sugieres que haga? – Dijo calmadamente luego de escuchar la exaltación de su amigo. Killer no supo qué decir – Ves… No es tan fácil… Yo estoy contento, has encontrado a alguien a quien te atreves a llamar novio delante de mí, eso es genial… Bonney también ha tratado de cambiar, creo que ahora está trabajando medio tiempo ¿No? – Killer asintió – También me siento bien por ella, pero no me puedes pedir que trate de hacerme el tonto con todo esto que me sucede y no sé explicar…

 

-          Kid ¿estás realmente seguro de que ese tipo te gusta tanto? – El pelirrojo pasmó.

 

-          Quizá…

 

A veces pesaba que tal vez ir, partirle la cara a ese sujeto y robarse a Trafalgar hubieses sido lo mejor pero en realidad eso no servía de nada, tenía que admitir que no era dueño del corazón de ese moreno y obligarlo a aceptar sus sentimientos no haría la diferencia para nada.

 

Tan solo recordarle convertía su cuerpo en gelatina, tan solo añorarle le hacía lanzar un jadeo tímido y controversial. Definitivamente eso que llaman amor le había llegado demasiado pronto, demasiado fácil y por sobre todo demasiado frágil.

 

Quería ver a Trafalgar a como diera lugar, no importaba nada solo escuchar de esos labios su nombre, también poder pronunciar el suyo y que las palaras se durmiesen en sus oídos una vez les encuentren, poder sentirle cerca, su aura, su esencia tan malditamente atractiva.

Talvez si fuese unos cuanto años mayor hubiese tenido la oportunidad de reclamarle, de convertirle en suyo pero, en esos momentos ¿Qué tenía para ofrecerle? ¿Sexo, pasión, desenfreno, éxtasis, besos, caricias, trivialidades del día a día?

 

Todo eso dolía, todo eso martilleaba en su corazón que latía tan fuerte que le estremecía por completo, sentía el pom pum pom pum en sus oídos a cada segundo. “Quizá” no era la respuesta correcta, la respuesta correcta era un decisivo y potente “SI”.

 

Killer seguía cada expresión con una suerte de morbo y enfado. Si hubiese podido le partía la cara al idiota que se atrevía a dejar a su amigo en ese estado de retardo incomprensible.

 

Kid siempre jugaba a ser más fuerte de lo que en verdad era, aunque claro si uno no se cree los cuentos propios quien más lo hará, pero Kid era tan indefenso, siempre tan descuidado y aparentemente indiferente a sus problemas pero esos ojos tan claros no podía mentir. En el fondo de esos ojos se refleja el dolor de su historia que siempre estuvo mal contada.

 

Aun recordaba cuando conoció al pelirrojo.

 

No había pasado ni unos meses desde que su madre había caído enferma. Cada día se veía más y más pálida. Podía escuchar la voz de su tía al otro lado de la puerta como si estuviese hablándole al oído en ese mismo instante.

 

“Ojalá pronto nos deje en paz es una molestia… Mira ese afán de mi hermano por mezclar nuestra prestigiosa sangre con la de una pueblerina estúpida…”

 

Si hubiese podido defenderla de esas mordaces bocas tal vez no tendría la culpa aun carcomiéndole, pero por el contrario salió corriendo con los ojos inundados en lágrimas.

 

Quería gritar, patalear, morder, golpear, y torturara aquella malnacida que se había atrevido a hablar así de una persona tan bondadosa como lo era su madre.

 

Fue ese día mientras se ocultaba como un chanchito de tierra bajo unos de los árboles gigantes que había detrás de su casa/mansión que le vio por primera vez.

 

“¿No es un poco vergonzoso estar escondido y llorando?”

 

Su voz un tanto gruesa para un niño de su edad le llego desde unos metros arriba.

 

Killer levantó la cabeza las lágrimas que corrían hasta su mentón ahora tomaron el rumbo hasta la terminación de la oreja. Ahí a lo lejos divisó el cabello rojizo de un chiquillo sentado en una gruesa rama. Este le lanzó una sonrisa cabrona y comenzó a descender.

 

“Tú no sabes lo que me pasa ¿Cómo puedes decirme eso?”

 

Una vez estuvo lo suficientemente cerca temió por la seguridad del chiquillo las ramas comenzaban a desaparecer para volverse en un grueso tronco sin seguridad alguna. Desde allí podía ver sus ropas llenas de lodo, polvo y las manchas de haberse quedado sentado en hojas por mucho tempo.

 

Efectivamente su cabello era rojizo, llevaba unas gafas de ingeniero que le tiraba el cabello hacia atrás. La piel extrañamente pálida le llamó la atención, más aun cuando sin problemas se deslizó por el tronco del árbol y cayó a su lado.

 

“Uff… Es más fácil subir que bajar…”

 

Aun recordaba esa ridícula frase, aunque debía ser al revés el chico pelirrojo estaba tan convencido de eso que lo convenció a él también por un par de segundos.

 

“Claro que no sé lo que te pasa, pero de todas formas en vez de venir aquí a llorar deberías hacer algo ¿No?”

 

Killer le miró sorprendido y luego con curiosidad cuando escuchó eso, esa simplicidad en la voz le abrumó.

 

Pero se sintió aún más abrumado una vez le miró directamente a los ojos,  el color miel resaltaba en los tenues rayos de sol que atravesaban las copas de los árboles.  Más que miel era ámbar, dorado, amarillo claro en el fondo cerca de la pupila de un exquisito color a sandía ¿o era rojo como su cabello?

 

No importaba, pero esa mirada directa e impactante le dejó sin palabras, sintió escuchar lluvia a lo lejos, pero no era más que la ilusión de aquellos luceros que se posaban en él con engreída superioridad.

 

“¿Quién eres?”

 

Esa pregunta había resbalado de sus labios, las lágrimas habían cesado. La pequeña sonrisita implantada en el rostro del pelirrojo hizo que por primera vez en la vida al rubio le latiera el corazón frenéticamente.

 

“Juega conmigo…”

 

“¿Eh?”

 

“Juega conmigo y si vale la pena te diré mi nombre.”

 

Esa fue la gota que rebalsó el vaso de su curiosidad. Esa tarde Recorrió la corrida de árboles la pradera un poco más allá, el peladero que le seguía, llegaron hasta un pequeño riachuelo en donde Kid le aventó para luego aventarse él. Otra cosa que nunca le había ocurrido, la diversión de ese día no podría compararse  nunca con nada, la vida junto a su gran amigo no podía compararse a nada.

 

Terminaron en un almacén comprando helados.

 

Lamentablemente cuando estaba a punto de conocer el nombre del muchachito por sus propio labios una jovencita vestida formalmente le agarró de a mano y gritó “¡Kid! ¡Dije que te quedaras donde pudiese verte! ¿Sabes cuánto tiempo te anduve buscando?”

 

Luego se lo llevó.

 

“Kid…”

 

Pasaron unos cuantos días antes de que Killer volviera a verle. En ese periodo ya no había nada que hacer con la enfermedad de su madre, le habían dado un par de mes de vida y lo que era peor se lo habían contado sin tacto alguno.

 

Ese día volvió a llorar bajo el mismo árbol.

 

“En verdad eres un llorón ¿No?”

 

Allí arriba con esa sonrisita engreída se encontraba el pelirrojo… Su nombre era Kid ¿No?  Él bajó tranquilamente con maestría y sin despeinarse siquiera. Llegó hasta su lado y le extendió una mano.

 

“Vamos no llores… Eso no queda nada genial… Ven te llevaré a un lugar asombroso… Ah por cierto. Soy Eustass Kid…”

 

Entonces Killer vio una luz en toda esa oscuridad… Entonces Killer encontró en a lluvia ambarina en el fondo de su pupila una salvación tranquila, nueva, impresionantemente satisfactoria.

 

“Ya te dije mi nombre… Ahora dime el tuyo”

 

El rubio vaciló un instante.

 

“Ki-Killer…”

 

“¡Oh! Que nombre más genial… Si no fueses un llorón…”

 

Ese día Kid le llevó al final del riachuelo, caminaron tanto que los pies le dolían pero valió la pena, el hermoso paisaje rural que estaba a unos cuantos kilómetros de su casa le impresión, además de que el riachuelo se juntaba con otros formando al final un río amurallado. Todo verdor, todo cielo puro, en ese mundo no existían las preocupaciones, en ese mundo no existía una madre a punto de abandonar a su hijo a hienas espantosas.

 

Killer se enteró más tarde de que Kid no tenía padres y que estaba por el momento en un orfanato. La mujer que antes le había regañado era una metida asistente social que prácticamente le trataba como su hijo.

 

No fue hasta unos pocos años atrás que Kid se enteró de cómo sus padres le habían dejado y además de todo el dinero que ene se momento estaba a su nombre. Sin embargo a vece de vez en cuando todavía tenía visitas de la asistente social, ella verdaderamente le había agarrado cariño al pelirrojo y como so hacerlo si era un maldito imán para cualquiera.

 

Claro que cuando su madre murió fue Kid quien estuvo a su lado, cuando su padre le presentó a esa mujer fue él quien estuvo a su lado, cuando se murió su pececito fue él quien le ayudó con el funeral en el patio, cundo se dio cuenta de sus inclinaciones fue él quien se encogió de hombros y le apoyó.

 

Kid siempre había estado con él. Muchos le llamaban menstruo o bastardo egoísta, pero él sabía que eso no era cierto. Todos tienen un corazón.

 

Terminaron yendo a la última clase ese día. Aunque Kid se quedó dormido a penas el profesor se puso a hablar. Por ello se tuvo que quedar una hora más a ayudarle, como no tenía nada más que hacer se quedó, la cara del profesor estaba para la foto cuando le dijo que sí.

 

Como compensación Killer se quedó esperándolo, por alguna extraña razón no podía dejarle solo, no como estaba o más probable es que se metiera en una riña y acabara con la otra mano esguinzada. Menos mal que le cuerpo de Kid siempre tenía una facilidad increíble para recuperarse, si no todavía andaría de arriba abajo con el yeso, ahora solo tenía una muñequera bien rígida.

 

Cuando salió Kid puo ver a Killer sentado afuera del colegio e la barandilla que separaba la acera con la calle. Se sonrieron amablemente.

 

Kid de verdad estaba contento de que Killer hubiese encontrado a alguien con quien compartir, con quien estar. Sabía que de verdad le gustaba, solo bastaba mirarle, sus mejillas se sonrojaban un poco como colegiala enamorada. Aun así de tan solo pensar que era Killer le entraba la risa, era simplemente hilarante.

 

Decidieron ir a la casa de Bonney que no quedaba tan lejos, al parecer su madre no estaría ese día, así que no había problema. La señora les tenía bastante cariño es por eso que cuando Killer se fue a quedar allí ella hasta le horneó un pastel. Kid se rio de eso también.

 

Iban conversando de temas para nada importantes, la verdad es que su conversación era tan trivial  que hasta las frases se olvidaban después de la otra. Pero cuando se hizo el silencio y dirigieron sus miradas al cielo que ya comenzaba a mostrar señales de marchitar, Killer hizo un comentario que descolocó a Kid por completo:

 

“Kid… Tú… ¿Amas a ese sujeto?“

 

El pelirrojo abrió los ojos como platos… Claro, le gustaba, Bonney le había hecho entender eso, le había puesto el mundo de cabeza y ahora sufría no poder estar con él, no poder ser su dueño, pero ¿Qué significaba amar a alguien? ¿Había acaso una diferencia entre gustar y amar?

 

No lo comprendió del todo pero si supo que si la había debía ser abismal, pero entonces la primera pregunta se reiteró en su cabeza ¿Qué significaba amar?

 

Killer prosiguió luego de ver la cara de Kid:

 

“Yo… no puedo decir que Penguin me gusta o tal vez si, muy capaz que lo que siento se acerque a eso, pero sinceramente en estos momentos no dejaría nada de lo que tengo por él… no sé si  me entiendes, y él tampoco lo haría por mí. Quizá si es que seguimos con lo que tenemos hasta ahora el sentimiento de “atracción” se haga más fuerte y me comience a gustar, tal vez luego lo llegue a amar… tal vez con el tiempo hasta querré dejarlo todo por él… no lo sé...”

 

El pelirrojo no entendió ni un carajo de lo que dijo Killer ¿Cómo que no estaba segur de que le gustaba o no? ¿Aun así se aventuró a ser su novio?

 

Pensó en Trafalgar en su alma libre, escurridiza y volátil. Pensó “Ojalá que no pero puede que no sea capaz de tomarle en mis manos“.

 

El recuerdo de Trafalgar se materializó por unos segundos frente a él, se le levantaron los poros del cuerpo y a respiración le fallo, al igual que la sangre que hirvió dentro de sus venas. Solo fue un instante en donde le sintió tan cerca, tan al alcance de su mano que creyó poder tocarle, pro no era así, Trafalgar no estaba allí y como el verdadero ese espejismo se esfumó delante de él.

 

No hay palabras para describir el dolor que reinó en su pecho ¿Cómo cazar el aire? ¿Cómo hacerse con el aliento y el desenfreno? ¿Cómo apoderarse de la pasión? ¿Cómo hacer suyo un frío corazón?

 

Tan enfrascado estaba que no vio el auto en reversa que iba saliendo de una de las casa de camino a casa de su exnovia.

 

El grito de Killer pudo advertir ni al pelirrojo ni al conductor, que con las prisas lanzó lejos al enorme cuerpo de Kid.

 

Killer se quedó de piedra al ver como Kid estrellaba su cabeza contra el pavimento, sintió que el aire le dejaba y que el mundo ya no tenía suelo donde sujetarse.

 

-          ¡Maldición! ¿¡Que no por donde vas bastardo!? – Le gritó al sujeto que se venía ajando al percatarse de lo que había hecho.

 

-          O-oye ustedes salieron de repente… Juro que no los vi… Además, ¿Cómo es que no me vio salir?

 

Killer entró en pánico cuando intentó despertarle. Kid, su amigo su confidente, su capitán en esa contienda llamada vida y no le respondía. El sujeto sacó su celular, las manos le temblaban.

 

-          ¿No despierta?

 

-          Cayó mal… Se golpeó la cabeza – Dijo revisándole. Efectivamente tenía una herida por la comenzaba a fluir sangre, a Killer le temblaron los labios – Maldición Kid…

 

-          Yo… lo siento…

 

-          ¡Eso no importa ahora llama a una ambulancia!

 

-          N-No es necesario… - Ambos hombres pegaron un brinco al escuchar la voz rasposa del pelirrojo, como si le costara si quiera mover la boca. Abrió los ojos Killer estaba hincado a su lado con la cara más sorprendida que alguna vez había puesto.

 

-          Kid…

 

A penas logró captar su nombre en los labios de su amigo, la cabeza le daba vueltas y la visión le fallaba. De a poco se fue levantando, que coa menos genial le había ocurrido ¿Era momento para pensar en eso? Claro que no pero son pensamientos que se te vienen a la mente sin querer.

 

-          Kid… No deberías levantarte ahora…- Decía haciendo de apoyo al pelirrojo el hombre aun sostenía el celular en las manos, preocupado veía como el pálido muchacho se paseaba la mano por la herida y su mano se manchaba de rojo.

 

-          Estoy bien…

 

-          ¡De eso nada! Mírate con suerte puedes levantarte… el golpe fue fuerte.

 

-          ¡Te dije que estoy bi…!

 

El mundo se fue a negro.

 

Killer sostuvo le sostuvo y le recostó de nuevo. No sabía qué hacer, a Kid no le gustaba ir al hospital por alguna razón, siempre encontraba la excusa perfecta para no entrar en ellos. Pero no había otra solución…

 

De pronto la imagen de cierto moreno pasó por su cabeza. Desesperado sacó el celular de Kid de su bolcillo derecho donde siempre lo guardaba y buscó su número. Todo bajo la atenta mirada de sujeto que no comprendía nada.

 

Tuuut-tuuut-tuuut-tuuut….

 

¡Maldito hijo de su perra madre que no contestaba!

 

Así pasaron cerca de un minuto y medio, Killer llamaba y colgaba cando no atendían. Ya harto dejó que la llamada llegara hasta que le dieron con el buzón de voz.

 

-          ¡PÚDRETE MALDITO PEDAZO DE MIERDA! – gritó el sujeto dio un nuevo brinco pero más notorio que él último – Si escuchas esto, soy Killer… Gracias por tu enorme compasión y amabilidad… ya quedó cado que no te importa Kid… de todas formas ni que quisiera tu ayuda… en urgencias nos atenderán mejor ¡MEDICUCHO DE PACOTILLA!

 

El sujeto vio como casi rompía el celular al colgar. Killer se giró hacia él.

 

-          ¿Llamaste a una ambulancia?

 

-          ¿Eh? N-no… es que tú… - Killer se estremeció de ira. Aunque llamaran no llegarían dentro de mucho tiempo.

 

-          Maldición… Dime el hospital general queda aquí cerca ¿Cierto?

 

-          Si… a unas diez cuadras – ¿Dónde se había visto que eso fuese cerca? El aura que rodeaba al rubio tensó cada musculo del sujeto – Si quieres lo llevamos en mi auto, no nos tomará ni tres minutos… - Killer lo pensó un par de segundos. Luego aceptó.

 

2.- Desesperación y Debilidad

 

Trafalgar había pasado el día completo en la biblioteca leyendo. Ni siquiera se dignó a ir a la universidad.

 

Cuando volvía a casa el sol ya se había ocultado. Llevaba la mochila pesada de tanto libro que se traía para desvelarse hasta que llegara el sábado.

 

Entre la brisa que le acariciaba quedamente la cara y las luces de la ciudad se podía sentir tan cómodo, la oscuridad, el desinterés de todo cuando pasan por tu lado, las ganas del mundo natural de descansar y las ganas del mudo en éxtasis de salir, esa transición le erizaba la piel ¿O era la brisa que se comenzaba a enfriar?

 

Justo en el momento en que pasaba por fuera de su  ex atajo se detuvo. Miró el oscuro callejón y se estremeció de pies a cabeza.

 

Se dijo que no debía ir por allí, pero de todas formas se aventuró por las oscuras profundidades de ese túnel entre edificios.

 

Iba a paso lento descuidado. Se acordó de aquella vez que añoraba verle, apenas se había acostado con el muchachito y ya deseaba verle de nuevo. Se avergonzó un poco.

 

Sin embargo un hilo de esperanza le atacó la boca del estómago.

 

Sintió como el suspiro le robaba el alma. Los latidos le llenaban las venas de ardores sin sentido. Sintió miedo, se sintió pequeño, se sintió tan necesitado.

 

Eustass Kid ¿Qué le habías hecho? Había luchado tanto por ocultar sus sentimientos, inclusive trato de dejar e salir cada noche y frecuentar cualquier cama para luego no preocupar a los que le rodeaban. Pero no había forma, había entrado a ese callejón simplemente porque sabía que tenía que superar al pelirrojo, pero solo desear no hace milagros.

 

Ya no quería sentir eso nunca más, no quería anhelar que el pelirrojo le llenara, bastara, destrozara, uniera, creara, implorara, acallara, apoyara, desnudara, creyera, esperara e invocara.

 

No, no solo eso, era más mucho más, más, más… pero entre las palabras no caían tantos sentimientos, unos simples garabatos que alguien creó, dándoles sonido y significado no podían contener a lo que en temas no terrenos se refiere.

 

Ya casi alcanzaba el final del callejón y se decía nuevamente como aquel atar que estaba casi, a punto, que no faltaba nada para verle para sentirle, para hacerle caer, para imaginar esas manos conduciendo sobre su cuerpo.

 

En sus labios afloraba un impúdico “Lléname de ti…”

 

Pero cuando sus pasos alcanzaron el final y la luz volvió a tocarle tímida la piel sus esperanzas de encontrarse con esa sonrisa de espuma danzando en un mar d egocentrismo coqueto.

 

Se sintió ridículo ¿Qué hacía tan desesperado por ver a un simple muchachito? ¿Acaso era un adolescente aprendiendo a amar?

 

Estúpido, débil, ignorante de sí mismo. Sintió que algo dentro de si se quebraba. Apretó los puños y mordió el interior de su mejilla, tonterías de un idiota ilusionado.

 

Apresuró el paso a su departamento, sintió que todo el mundo se percataba de sus mejillas ardientes y fulgurosas. Lleno de vergüenza y frustración.

 

Cuando llegó Ace y Luffy se entraban viendo una película de acción, se dio cuanta al escuchar tanta explosión y música e suspenso.

 

-          ¡Law! – Dijo Ace al verle – No te vi al salir de la universidad así que te llame y como no contestaste creí que estabas, ya tu sabes, ocupado…

 

-          Si estaba ocupado…

 

-          ¿En qué? – Dijo Luffy, su hermano lo miró y se sonrojó un poco., luego miró a Trafalgar con cara de demonio. Law por su lado se quitó la mochila del hombro y sacó un libro.

 

-          Estaba leyendo…

 

-          Ah… Menos mal – Susurró Ace, Trafalgar claramente le escuchó pero no le tomó importancia.

 

-          Tenía el celular en silencio y sin vibrador así que no sentí cuando me llamaste.

 

-          Ya veo

 

Cuando lo sacó vio cuantas llamadas perdidas tenía, le llamó la atención también el buzón de voz.

 

El corazón se le frenó cuando vio que todas eran de pelirrojo, Abrió los ojos desmesuradamente, sus compañeros de departamento le miraron intrigados. Entonces presionó para escuchar el mensaje en el buzón. Las manos le temblaban.

 

“¡PÚDRETE MALDITO PEDAZO DE MIERDA! Si escuchas esto, soy Killer… Gracias por tu enorme compasión y amabilidad… ya quedó cado que no te importa Kid… de todas formas ni que quisiera tu ayuda… en urgencias nos atenderán mejor ¡MEDICUCHO DE PACOTILLA! Fin del mensaje… bip“.

 

Todos en la sala se quedaron completamente mudos.

 

-          … Law.

 

-          ¿Pero que mier…?

 

-          ¿¡Le pasó algo a ese pelirrojo!? – Luffy interrumpió a Trafalgar, esta parecía estremecerse, Ace no supo decir si era de rabia, cuando Law lanzó lejos e celular confirmó su suposición.

 

-          Oye Law… - Dijo el pecoso siguiendo a Law a la cocina, este vio si había agua hervida, y sacando una taza se hizo un café. Las manos le seguían temblando.

 

-          ¿No iras?

 

Trafagar levantó la cabeza. Su mirada casi fulmina a Luffy que ni se percató, Ace se interpuso entre Trafalgar y su hermano.

 

-          Yo no tengo nada que ver con ese idiota…

 

-          ¿Eh?

 

-          Yo no tengo nada que ver con él, no me interesa y a ti tampoco debería interesarte. No preguntes estupideces.

 

-          Oye, oye, oye... Luffy no tiene la culpa d que estés enojado no le hables así…

 

-          Yo no le he dicho nada malo – Ace odiaba cuando a Trafalgar le daban los cinco minutos de locura.

 

-          Pero… ¿No era tu amigo?

 

La vocecilla inocente de Luffy salió detrás de su hermano. Él sabía que Torao estaba enfadado aunque no él porque de su enfado ¿Qué tenía de malo enterarse de que su amigo estaba en problemas?

 

Trafalgar se estremeció de pies a cabeza al escuchar eso, los pie le flotaron para dejarle car por gravedad al suelo y darse de bruces contra una durísima superficie.

 

-          No es mi amigo. Idiota…

 

-          ¡Oye ya te dije que…!

 

-          ¡No soy idiota! – Esta vez era Luffy quien alzaba la voz – ¡No me mientas tu eres su amigo!

 

-          Luffy…

 

-          ¿Sabes? Siempre creí que hablar contigo era complicado pero de todas formas me divertía. Esa vez cuando encontré al pelirrojo en la casa me sorprendí nunca habías traído a nadie aquí, además de que de a poco poder hablar contigo era más fácil y sonreías más… Él también cambió mucho… ¡No puedes decir que no es tu amigo!

 

Al escuchar eso Ace sonrió tiernamente. Y luego miró a Trafalgar, la cara morena se tiñó de rosado y de rosado pasó a rojizo, en la boca de Trafalgar se implantó un tierno puchero sin saber qué decir.

 

Entonces se decidió. Tomó a Trafalgar de la muñeca, dejó el café hecho en la mesa y le dijo a Luffy que apagara la televisión, cosa que obviamente él no hizo.

 

Salieron del departamento y bajaron hasta el estacionamiento. Law forcejeaba con Ace para que le soltara, si embargo el pecoso había sacado fuerzas dela estupidez y lo lanzó al auto.

 

Ace se inclinó hacia dentro. Luffy aún no se subía al auto

 

-          Vamos… tienes que ver a tu “amigo”

 

-          Ya les dije que… - Ace se inclinó mucho más Law vio llamas en sus ojos. Luffy se subió. Ace le puso el cinturón.

 

-          Muy capaz que no… pero ¿Quién es el que dice que uno debe afrontar sus problemas sin tapujos? Law… Tu tema con él no está cerrado… Si así fuese no estarías como estás – Susurró para que no escuchara su hermano, Trafalgar sintió el aire frío en la espalda la cara d Ace no era nada amigable – Déjate de mierdas, cállate y mueve el culo… ¡Ah! Y otra cosa… no le vuelvas a hablar de ese modo a mi hermanito - Dicho eso cerró la puerta. Y se sentó en el asiento del conductor.

 

-          Bueno… ahora ¿Dónde vamos? – Dijo con una enorme sonrisa, e moreno le miró indignado.

 

-          ¿Me traes cuando no sabes a dónde vas?

 

-          Esperaba a que sintieras la llamada del amor…

 

-          No te pases hijo d puta… - Trafalgar lo fulminó con la mirada, Ace esta vez soltó una carcajada incómoda, era cierto sabía que con solo eso tenía a Law en la palma de la mano, pero un poco y lo perdía.

 

-          En el hospital general… en urgencias del hospital general… Creo… - Law miró por la ventana mientras murmuraba la dirección. Ace sonrió y comenzó a conducir.

 

3.- Caída y certeza

 

Killer se paseaba de un lado a otro, en la camilla Kid se encontraba con la cabeza vendada y durmiendo como un tronco. Vaya susto que le hizo pasar.

 

En el hospital le dijeron que no era nada grave y que se quedaría la noche. Por otro lado el colapso no era más que falta de fuerzas, tal vez por no comer adecuadamente y no dormir, si bien n sus ojos no había rastro alguno de  ojeras o demacración Killer sabía que podía ser la causa, en el rostro de Kid nunca se notaban os estragos ni del mal dormir ni nada.

 

De todas formas por alguna extraña razón se sentía nervioso, miraba a Kid y volvía a pasearse como león enjaulado. Aunque estaba un poco aliviada, la maraña de sentimientos le tenía vuelto loco sin embargo.

 

Entonces ya cansado se sentó en lasilla que había al lado del pelirrojo, en ese momento una enfermera le ordenaba eso mismo. Estaba en una sala común, a su lado tenían a un chico con la mano enyesada hasta al hombro. As camillas estaban completamente copadas, los médicos y enfermeras corrían de aquí para allá aunque había más enfermeras que nada. Bueno después de todo la entrada la decoraba un enorme lienzo que proclamaba “¡Huelga! Luchemos por un sueldo justo”.

 

De ahí que Killer hasta se sintiera aliviado de que Kid tuviese una camilla por lo menos. Después de todo esto era un hospital público.

 

Así pasaron unos quince minutos hasta que prendió el celular por decimosexta vez en esos momentos sin siquiera mirarla pantalla. Suspiró y se levantó nuevamente, ese ambiente le ponía aún más tenso.

 

Saldría a tomar un poco de aire.

 

Sin embargo cuando abrió la puerta de la sala que una enfermera había cerrado se topó de frente con un moreno alto unos ojos grises se posaron en él congelándole por completo.

 

-          Disculpen despejen la puerta por favor…

 

-          Si perdón  - Ambos se corrieron dejando pasar al enfermero.

 

-          …

 

-          …

 

-          Tú… ¿Qué haces aquí?

 

-          ¿No fuiste el que me llamaste tantas veces para dejarme semejante mensaje en el buzón de vos?

 

-          Estaba preocupado por Kid, no era porque creyera que puedes hacer algo… A él no le gustan los hospitales…

 

-          ¿Mmm? Yo pienso que fue exactamente lo contrario, contante conmigo ¿No? Sabes que soy muy capaz, te curé ¿No es así? – Trafalgar junto toda su frustración y rabia en una sonrisa torcida y burlesca.

 

-          ¿Qu…? – Antes de que terminara el celular comenzó a sonar en su mano. Le dedicó una mirada de desdén a Trafalgar y luego le hizo un desaire.

 

-          ¿Diga?

 

-          ¿¡Donde carajo estas!? –La voz de una mujer rebasó lo normal y hasta Law la escuchó Killer sintió que perdía la audición del oído atacado.

 

-          Cállate… - Se alejó conversando do la chica por celular.

 

Law hubiese dado su mano derecha segurísimo que el nombre que leyó en el contacto era “Bonney”, la novia de Kid.

 

Esta vez mordió de tal forma el interior de su mejilla que sintió el sabor metálico de la sangre sobre su lengua. De todas formas entró, total a eso Ace y Luffy le habían traído.

 

Allí en la primera camilla se encontraba el hombre que tanto problema le hacía tener.

 

Su cabello rojizo, su cara pálida, sus pestañas largas y curvadas, su cuerpo cincelado por los mismos ángeles, su aura imponente que aun así se sentía tan fuerte y paralizante, sus labios entre abiertos, su pecho vacilante subiendo y bajando.

 

El calor le entró al cuerpo y le traspasó fundiéndole el alma. Jadeó con os labios temblorosos.

 

Sintió que el mundo se le venía abajo. No pudo resistir el impulso de acercarse y tocarle la mejilla, la sensación de su piel en las yemas de sus dedos le petrificaron e hicieron que u rayo le atravesara. Le encantó esa sensación.

 

-          No sabes cuánto te he extrañado – Susurró a borde de solo articular las palabras.

 

Ya no lo podía negar, no con él ahí. Agradeció al cielo que Kid estuviese durmiendo, de verdad lo agradeció.

 

Dejó que los hombros se le cayeran junto con un suspiro, se acercó a la silla al lado del pelirrojo y se sentó. Su mano seguía con la tierna caricia que desmantelaba todas las fuerzas que podía tener.

 

Su cara se le antojó deliciosa quiso besarla, los labios ya no daban más de ansío, no era justo que solo sus dígitos tuviesen la dicha de rozarle. Los latidos de su corazón desbocado se sentían en sus oídos, sintió como era de especial, sintió como se había vuelto necesario.

 

No se percató del tiempo que estuvo con Kid, solo quería estar allí y sentir su cálido tacto un poco más. En cierta forma sabía que el chiquillo rubio le había dicho que estarían en urgencias porque quería que fuese.

 

La tranquila respiración de Kid era la melodía más hermosa que en días escuchaba, los tipos con os que dormía no se le comparaban. Mordió su labio inferior y entrecerró os ojos.

 

-          Si tan solo fueses mío… Mi demonio…

 

Dicho eso se levantó ya con la mano entumecida y la sangre aglutinada en las mejillas.

 

Desde esa altura la cara de muchachito de Kid se dejó ver en todo su esplendor. Sin poder aguantarse se inclinó sobre el cuerpo convaleciente y posicionó delicadamente sus labios sobre la mejilla acariciada. Una onda eléctrica le recorrió desde los labios hasta la punta de los pies.

 

-          Adiós, Eustass-ya… - Sonrió – No… Adiós, Kid…

 

Entonces se fue.

 

4.- Algunos milagros…

 

Killer vio salir a Trafalgar y volvió a entrar en el hospital. Había que ver lo que hacía, Quizás si Kid hubiese estado despierto tal vez no se hubiese quedado tanto tiempo. Verdaderamente esos dos debían hablar.

 

Convencer a Bonney de que todo estaba bien y que solo habían tenido un accidente pequeño fue toda una obra de valor y paciencia. Le tomó mínimo unos quince minutos de griterío y excusas, lo bueno era que no había llegado en esa media hora en que esos dos estuvieron juntos.

 

Cuando entró y vio a Kid sentado en la camilla se sorprendió en sobre manera. Una enfermera le estaba atendiendo pero él no parecía percatarse de nada.

 

Tenía la cara ligeramente roja, si no fuese por su piel no se hubiese percatado, la mirada estaba perdida en un punto sin retorno entre el piso y un estante.

 

Lo que más le dejó perplejo era como tiernamente posaba su mano  buena sobre sus labios y con el dedo pulgar acariciaba tranquilamente su mejilla y lanzaba un suspiro.

 

“Ese Trafalgar sabe cómo hacer las cosas ¿No?”

 

Sonriendo salió de nuevo. Afuera el cielo nocturno le dio la bienvenida.

 

Tal vez solo era su imaginación le pareció que a luna sonreía también, y haciendo gala de su hermosura brillaba como nunca en su vida había visto.

 

-          Lo sé, tú también estas feliz por él ¿No?

 

Guardó sus manos en los bolsillos y se dirigió a una máquina expendedora.

Notas finales:

FELIZ CUMPLEAÑOS KID!!!!! (alcancé ¿no? aun no es taaaaan tarde haha :3) POR DIOS :3 ES QUE KID ES UNA HERMOSURA <3<3<3<3

Pero bueno... en cuanto a fic...

NO CREAN QUE EL DRAMA HA ACABADO!!!!!!!!! >3<

NOOO!!!!! El final de este capítulo fue bastante lindo ¿no? Pero superficialmente... de todas formas creo que es bastante triste que Law no pueda decirle eso a Kid cara a cara... aunque lo sepa... ahora de cierta forma... ambos aun son un par de idiotas... de verdad ue dan ganas de golpearlos mil veces!!!!

Pero no puedo hacer eso los amo demasiado *3*

Estoy ultra nerviosa... mañana sabré si es que quedé en la univeridad y carrera que quiero estudiar por eso un poco mi melancolía... me siento en una ruleta :( pero en fin.... escribir me anima un poco :D

ESPERO QUE HAYAN DISFRUTADO DEL CAPÍTUO COMO YO ESCRIBIENDOLO !!!!!

ESPERO SUS DELICIOSOS REVIEWS (Si me alimento de ellos y saben exquisito!!! :3)

CHEKA-CHAN GANBARE!!!!! Que aun quedán muchos capítulos por delante y... 

KILIK-CHAN SI LLEGAS A VER ESTO Y NO TE HAS ABURRIDO DE TANTA CHÁCHARA... No te preocupes que mi promesa sigue en pie!!!!!! aunque este capítulo terminé así ya verás porqué lo digo!!!! 

 


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