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Solo me hace amarte más por devilasleep11

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Notas del capitulo:

He vuelto!!!!

Y esta vez lo hice a tiempo... :3

¿Cómo han estado? Espero que Bien :D

No ha ocurrido nada impresionante estos días... 

Solo que me quemé un poco por andar sin bloqueador solar y ahora me duele un poquito las mejillas y los hombros :3 

Pero por lo deás nada... Me la he psado bien escribiendo este capítulo... Creo que ahora un nudito se ha desatado de esta maraña de malos entendidos e indecisiones :D

Sin más...

¡¡EL CAPÍTULO 17!!

 

Capítulo 17: "Regaló la noche al pantano una estrella"

 

 

I

 

¿Qué hiciste para hacerme caer en el amor de esta forma?

 

Su vida se tornó en un tifón, en una tormenta sin control, si tan solo pudiese desahogarse, gritar y patalear, pero no tenía el valor, ni siquiera encontraba el motivo para desgarrar su garganta.

 

Trafalgar Law miró la contraportada del libro, sus ojos parecían leer pero en realidad estaban tan sumidos en su visión de sí mismo dentro de un espejo imaginario que ni la primera palabra se le quedaba grabada, para el ya  no tenía importancia.

 

En ese momento su ilusión se reía y mientras lo hacía comenzaba a llorar. Por primera vez en muchísimo tiempo lloró, aunque solo sea su yo interior se vio llorar como una niña mientras las carcajadas inundaban su mente.

 

“¿Ahora te das cuenta que le quieres a tu lado? ¿Ahora qué has decidido no luchar quieres que vuelva? ¿Esperas a que te tome de la mano sin que pregunte el porqué de tus actos? ¿Esperas que te acepte y que cambie toda su vida en un instante solo por un capricho?”

 

Se dijo que no quería causarle problemas, no quería ser un error en su vida, Eustass Kid era tan joven, con el futuro en las manos, él no podía venir y arrebatarle la oportunidad de tener una vida normal, o por lo menos dentro de esos parámetros.

 

Kid no tenía nada, se lo dijo mentalmente tantas veces que comenzaba a convertirse en un discurso monótono y sin sentido. Era entonces cuando su cabeza parecía que explotaría en cualquier momento que le venía la pregunta que detonaba el llanto de ese reflejo cobarde.

 

“¿Qué tienes tú para ofrecerle?”

 

Nada más que un mundo de inseguridades de dimes y diretes que no tenían sentido, que no debía vivir.

 

Kid tenía quince años ¡Quince! Por dios, ¿acaso se le había olvidado eso? Ahora que había caído en cuenta se estaba enamorando de un niñito, de alguien completamente inmaduro, que de seguro más adelante encontraría una muchacha, o tal vez un muchacho – El corazón se le apretó y dolió – que lograra hacerle feliz que realmente sintiera que debía compartir todo lo que él en ese momento no podía entregarle.

 

Se trataba de convencer a sí mismo que era ese el motivo por el cual ya no podía entrar en batalla, darlo todo y arrebatarle de las manos a esa novia de pacotilla que de seguro ni sabía cómo satisfacer a semejante bestia. Solo eran frases que trataban de excusar que no tenía el valor de ir y quedarse con su joven demonio.

 

La edad a esas alturas ya no importaba, ni mucho menos la forma en cómo la vida podía llevarlos, ni las críticas de un mundo intolerante, ni de quien fuesen dueños, ni nada. Ninguna cosa cobraba su sentido natural. Solo necesitaba valor.

 

No se consideraba cobarde, porque hasta para ser cobarde hay que tener cierto valor, no se consideraba miserable porque hasta para ser miserable hay que tener cierto grado de honradez u honor.

 

Si tan solo pudiese encontrar una forma rápida y suntuosa de olvidarse de una tarde, más bien noche, encontró a su diablo de sonrisa engreída, de alma retorcida, de ojos fijos y francos, de cuerpo perfecto, de manos cálidas, de presencia tranquilizadora.

 

Kid estaba lleno de defecto, y Law sabía que aún faltaban muchos por descubrir. Kid estaba lleno de virtudes y Law sabía que aún faltaban demasiadas por salir a la luz.

 

Mordió su labio inferior y trató de concentrarse para encontrar el libro que había ido a comprar a la librería dentro del centro comercial.

 

Un suspiro se le escapó, y cerró el libro, era ese sin duda.

 

Se dirigió hasta la caja en donde una risueña muchachita le atendió. El cabello de ella era castaño, esponjoso y obviamente suave.

 

Aunque llevaba demasiado rímel el brillito en su boca minimizaba el impacto de sus enormes ojos avellana.

 

“Quizás la chica de Eustass-ya sea como ella”.

 

Suyo interno frenaba de llorar para sollozar el nombre de quien le ardía en los recuerdos.

 

“Quizá le guste ese cuerpecito delicado, estético y pequeño. Quizá le guste en las noches entrelazar su mano con la de ella y juguetear con sus femeninos dedos mientras le besa la tersa mejilla”

 

Ella tomó el libro en su mano, Law escuchó el bip de la máquina al ser el objeto pasado por ella. La chica le sonrió, no era común ver a ese tipo de chico en la librería. Era tan alto y esos ojos paralizaban a cualquiera, además esa aura tan profunda le hizo estremecer de pies a cabeza. No, definitivamente esos chicos no frecuentaban la librería, a decir verdad no frecuentaban su vida.

 

Cuando la mano de Trafalgar tocó a suya al pasarle la bolsita en que había la chica metido el libro ella se sonrojó. Fue tímida, delicada y tierna, pero Trafalgar no se percató ni en lo más mínimo.

 

Su mundo ya estaba bastante desmoronado como para ponerle atención a una muchachita sin gracia, una chiquilla que no podría poner su mundo tan de cabeza como el pelirrojo lo había puesto.

 

Si tan solo pudiese parar el tiempo, si tan solo pudiese dejar el orgullo de lado, llamarle, darse una oportunidad de saber si realmente lo que estaba ardiendo en su pecho era amor, aunque ya supiese la respuesta, quería saber si el deseo de poder mirar el fondo de su pupila y frenar el mundo, bajarse tomado de su mano y hacerlo girar entre sábanas suspiros y caricias, entre besos, entre abrazos.

 

Se encontró deseando un abrazo cuando no se había dado el tiempo de abrazarlo antes. Si se ponía a pensar no hubo ningún momento en su relación que se pudiese llamar romántico,  no había nada a lo que llamar tierno, prácticamente se había dedicado a basar su relación en sexo casual y ahora que se daba cuenta que extrañaba su presencia es que no quería solamente que le entregara su cuerpo o él mismo entregarse si no que quería fundirse con su esencia.

 

Trafalgar descubrió dentro de él un volcán que estaba a punto de hacer erupción.

 

Ellos eran tan diferentes, mientras él se veía frio e impenetrable, en el fondo era tan cálido y débil, en cambio Kid se veía tan expresivo e impulsivo y por dentro era frío como masas de hielo.

 

-          Eustass-ya… - Susurró antes de que viera un remolino rosa chocar contra él.

 

En ese momento Law casi cae si no fuese por su rápida reacción en cambio con quien sea que había chocado cayó de bruces a suelo. Una carpeta salió volando desparramado papeles como plumas sueltas, también vio unas bolsas de compras en el aire, todo en cámara lenta.

 

-          Mi-mierda… - Dijo una voz fina en el suelo. Trafalgar bajó la mirada para encontrarse con una muchachita.

 

No fue ni su exuberante cuerpo ni la ropa insinuante que traía sino que fue el cabello rosa y la anilla en su mejilla lo que captó su curiosidad.

 

-          Lo siento – Dijo Law tendiéndole la mano, ella abrió los ojos y le miró sorprendida, sus ojos eran claros casi violetas, más bien purpúreos ligeramente celestes. Ella haciendo un puchero apartó la mano de Law.

 

Se levantó sin problemas y se sacudió, en ese momento se percataron ambos de que las cosas que la chica llevaba se habían caído a la pequeña cascada/pileta que adornaba el lugar de relajación que tenía el centro comercial. Law miró algo preocupado a la chica que se metió sin más al agua a recoger sus cosas.

 

-          Maldita sea, maldita sea ¡Maldita sea! –dijo recogiendo a toda prisa los papeles y las bolsas. Sacó de dentro la ropa completamente mojada. Miró a Trafalgar enfadadísima - ¿Cómo no te das cuenta por dónde vas?

 

-          ¿No debería yo preguntarte eso?

 

-          ¡No tienes derecho a decirme nada! Estás completamente bien, yo por mi parte tengo que sacar estos papeles de nuevo y la ropa que compré está arruinada… - La gente comenzaba a detenerse a escuchar a la muchacha gritar y abalanzarse sobre el agua.

 

-          Si te sirve de algo lo siento…

 

-          ¿Eso no secará mis cosas o sí?

 

-          Mira no quiero problemas… De verdad no te vi… - Law utilizaba ese tono tranquilo y neutro a pesar de estar entrando en pánico, la gente comenzaba a ponerle nervioso, de verdad no quería problemas y si en ese momento aparecía un guardia a regañarles sería un embrollo. Ella lanzó un bufido.

 

Una sonrisa calculadora apareció en su exuberante boca.

 

-          En ese caso… Invítame un helado y te perdono…

 

-          ¿¡Eh!?

 

-          Lo que oíste, sé un caballero y compénsame, ya que has arruinado unos vestidos bastante lindos – La muchachita se cruzó de brazos haciendo más notoria su abultada delantera -. Completamente lindos.

 

-          No tengo por qué hacer eso… - Que escena más desesperante, pensó.

 

-          En ese caso… ¡Maldito estúpido, entonces cómo piensas pagarme! ¿Eh? ¡Acaso piensas que es normal tirar mis cosas a la pileta! ¿Querías llamar mi atención? Comprende… Yo no quiero, ni querría nada contigo…

 

Law sintió como la gente murmuraba a su alrededor y sintió las mejillas un tanto acaloradas, entonces como acto reflejo tomo a la muchachita del brazo y sacándola con brusquedad se la llevó del lugar ¿Cómo se atrevía a gritar así en un lugar público?

 

¿Y qué clase de fábulas se inventaban en esa maquinadora cabeza? ¿Llamar su atención? Cuando nevara en el infierno.

 

¿Por qué siempre tiene que encontrarse con la gente más disparatada del mundo? 

 

II

 

¿Por qué tenía que hacer de burro de carga?

 

La muchacha caminaba tarareando sobre la cuneta mientras chupeteaba el helado que amenazaba con escurrirse ¿Quien pedía helado con un día como ese?

 

En el cielo las nubes volvían a atacar pintando de gris perla el cielo.

 

De seguro era una lunática, andaba con unos pantalones cortos de los cuales caían unos tirantes, llevaba una polera blanca y encima una chaqueta negra con algo de piel sintética en el cuello, las mangas las tenía arremangadas hasta los codos. También llevaba un gorro que hacía juego con su bolso y zapatos.

 

Law de sólo mirarla sentía como la piel se le erizaba de frío.

 

En sus manos debía llevar como mínimo unas diez bolsas, un par las había pagado él, además del helado que la chica en ese momento saboreaba.

 

En ese momento se dirigían a la casa de la chica, ella de cierta forma le había arrastrado a hacerle caso en cada capricho, más bien debía ser la poca experiencia de Trafagar con muchachas como esas que no tenía armas necesarias para decir que no. En realidad, para hacer caso a la verdad, la chica lo había manipulado total y completamente. Y sin él siquiera enterarse de ello.

 

No sabía cómo, pero ahora se veía envuelto en esta situación realmente desconcertante. La chica debía ser una gran embaucadora, la mejor.

 

Ella se dio la vuelta cuando iban doblando.

 

-          No eres tan mal tipo…

 

Law entornó sus ojos, tensando su cuerpo, sintiendo el peso de las bolsas ajenas que cargaba. “Soy el mejor hombre del mundo, de hecho, mocosa. Estoy llevando tus bolsas.”

 

-          Qué gran descubrimiento… Me siento alagado.

 

-          Mmm… - Dijo frenándolo colocándose frente a él ¿Y ahora que quería?

 

-          ¿Qué?

 

-          ¿Te han dicho que tienes lindos ojos?

 

-          Yo no salgo con muchachitas – dijo al instante, rechazando el que creía era el comienzo de un coqueteo.

 

-          Mmm… - Ella entrecerró los ojos -. Mentiroso…

 

-          ¿Eh?

 

-          Nada…

 

-          Qué mocosa más rara eres…

 

-          No soy una mocosa – Volvieron a caminar, el lugar por donde andaban era bastante ordenado y elegante. Se paseaban entre condominios como si nada.

 

-          Para mí te ves como una…

 

-          ¿Hah?

 

Mirándola bien su cara ovalada y labios finos la hacían ver inclusive más infantil de lo que creía que era, a pesar de que era bastante alta, y con esos botines con algo de taco se veía aún más.

 

Pero esos ojos no tan grandes y algo melancólicos le daban cierto aire de madurez que no sabría cómo explicar y ni tampoco le daría una explicación.

 

-          Tal vez me vea como una mocosa para ti porque estás demasiado viejo ya…

 

-          Estoy  en la flor de mi juventud – respondió a la defensiva.

 

-          Sí, cómo no…

 

Se formó el silenció y la chica comenzó a masticar el cono del helado.

 

-          A todo esto… ¿Cómo te llamas?

 

-          No tengo por qué decirte mi nombre…

 

-          Pero es que eres tan callado, casi todo el camino he hablando sola.

 

-          ¿Por qué hablaría con alguien que no conozco?

 

-          Pero de todas formas traes mis cosas.

 

-          Prácticamente me obligaste.

 

-          ¿¡De nuevo con eso!? Tienes que entender… la carpeta que mojaste es muy importante. ¿Pensabas que te iba a dejar ir así como así? Además este es un precio justo. ¿Cómo desaprovechar la oportunidad de tener la compañía de un hombre atractivo?

 

-          Ya te dije que no salgo con niñas…

 

-          ¡AH! ¡Cada vez me degradas más! Eres un mentiroso... – La muchacha hizo un moflete.

 

¿Por qué la estaba ayudando? No se habían ni presentado el uno al otro y aun así la ayudaba ¿Es que acaso tenía debilidad por los menores de edad?

 

Al pensar eso se sintió tan malditamente pedófilo que se dio asco así mismo.

 

Trafalgar la miró curioso.

 

“Talvez ella sea del tipo de Eustass-ya. Su cuerpo es tan… ¿Cómo decirlo? ¿Esponjoso? ¿Descaradamente suave? ¿Insoportablemente femenino? Quizá las chicas que él  frecuente sean de esta manera, de esta envergadura. Quizá le guste el sabor del brillo ligero sobre sus labios, quizá le guste esa idea infantil y esa personalidad arrojada, quizá le gustaba esa suerte de coquetería burda.”

 

Trafalgar Law se sintió estúpido, su pecho ardía, dolía.

 

-          Antes también dijese que soy un mentiroso… ¿Qué te hace decir eso de mí?

 

-          ¿Eh? – dijo como si fuese la mujer más lógica del mundo y él un idiota -. Simplemente lo sé…

 

-          ¿Qué pasa con esa respuesta? – Ella se dio la vuelta ligeramente, sonrió y comió el último cachito que quedaba del cono de helado

 

-          He salido con un mentiroso por mucho tiempo. Los conozco tan bien… – La convicción en su voz lo dejó congelado. Ella siguió adelante y no miró nuevamente hacia atrás para verificar el asombro de la cara de Law.

 

Vaya, había conoció a otro demonio interesante.

 

Law se percató que debajo de esa piel pálida y aparentemente suave, detrás de esos ojos algo tiernos y oculto en esas sonrisas infantiles se encontraba un peligroso demonio.

 

Al parecer la vida lo obligaba a coincidir con amos del infierno. Trafalgar supo que era bastante peligrosa y que si no dejaba que se fuera podía terminar en problemas.

 

Mas continuó imitado sus pasos detrás de ella,  el cabello que le caía tiernamente sobre a espalda se balanceaba, parecía un péndulo de perdición, como si quisiera hipnotizarlo.

 

De pronto dos chicas pasaron por su lado, conversando y riendo, les dejaron pasar, ella las miró de arriba abajo, sus ojos recorrieron dándole nota a cada minúsculo detalle, ese simulacro de certamen que las mujeres se hacían unas a otras, aunque no quisieran.

 

-          Oye… - Susurró a Law, parecía como si le fuese a decir el secreto del mundo, el moreno le prestó atención – ¿Le viste el culo a la de la derecha?

 

-          ¿Eh?

 

-          No me digas que no lo hiciste… Vaya si una tuviese ese tipo de trasero… Además su cabello era bonito… - La chica rodó los ojos y mordió ligeramente su labio inferior.

 

-          ¿Pero qué dices?

 

-          Era bastante linda… Vaya suerte tienen los hombres, poder ver esas bellezas y comer de su aura juvenil…

 

-          ¿Acaso quieres ser hombre? – Dijo torciendo una media sonrisa, quería que la muchachita se sintiese algo incómoda.

 

-          Si pudiese lo sería, aunque estoy bastante conforme conmigo misma en este momento – Ella sonrió sinceramente haciendo que Trafalgar se sintiese derrotado.

 

La chiquilla era molesta pero no se sentía mal estando con ella, era como caminar a casa con uno de sus amigos. Así siguieron avanzando conversando de trivialidades, ella haciendo una que otra broa, él ingeniándoselas para hacerla enfadar, ella tirando comentario fuera de lugar y él tratado de calmar los humos de sus palabras.

 

De pronto se dio cuenta que la muchachita a veces vacilaba ligeramente en sus pasos, zigzagueaba o se hacía más lento su ritmo hasta ese momento energético.

 

Sin embargo antes de que pudiese entender el porqué de ese comportamiento la chica se frenó y dio la vuelta.

 

Estaban en la entrada de un condominio, las casas eran simples pero bonitas que formaban una hilera de patios delimitados, la reja negra que dividía e lugar con el mundo exterior le pareció algo absurdo a Law que observo a unos niños chuteando una pelota de un extremo de la calle hacia el otro.

 

-          Aquí es donde vivo ¿Ves la casita verde agua que está allí, esa que tiene un rosal banco en el patio? – Ella apuntó a una casa de dos pisos que tenía una linda cerca blanca con diseños, Law se percató del arbustito, no tenía ninguna rosa pero se notaba que era un pequeño rosal, tal vez cuando floreciera sería digno de ver.

 

-          No me interesa saber dónde vives mocosa…

 

-          Uff… ¿No te han dicho que conversar contigo es realmente agotador?

 

“Agotador es traerte todo esto sin decir nada, además de escucharte todo el camino”, pensó. Sin embargo si cerebro comenzó a trabajar rápido y sonrió macabramente, una sonrisa que se disfrazó coquetamente.

 

-          Digamos que me lo han dicho muchas veces – El obvio doble sentido en sus palabras sonrojo a la muchacha quien desvió la mirada algo avergonzada.

 

-          Aparte de mentiroso pervertido…

 

-          ¿He dicho algo pervertido?

 

-          No soy tonta ¿ok? Comprendí completamente.

 

-          Oh pero esta es la primera vez que una chica me lo dice tan directamente, deberías estar orgullosa – Otra estocada, Law comenzaba a ganar puntos, era hora de vengarse por hacerle pasar por esclavo toda la mañana. El sonrojo de sus mejillas invadió de tal forma su cara que a Law le pareció hasta tierna la reacción, no pudo evitar soltar una carcajada.

 

-          ¡No te rías de mi maldito bastardo! – Dicho eso tomó las bolsas aun en las manos de Trafalgar – Te agradezco todo lo que hiciste por m hoy… Adiós…

 

-          Si, adiós... – a sonrisa permanecía en el rostro de Law.

 

La muchachita caminó hasta la reja y cuando fue a abrirla se tambaleó ligeramente, a entrecerró los ojos.

 

-          Oye… ¿Estás bien?

 

-          ¿Eh? ¿Te preocupas por extrañ…?

 

La frase quedó a medias ya que la chica perdiendo la fuerza casi cayó de bruces al suelo. Law vio cómo su cabello flotaba en el aire y las bolsas tocaban la superficie antes que sus rodillas. Law se apresuró a atajarle.

 

-          Mierda…

 

¿Por qué siempre se veía envuelto en ese tipo de situaciones. Los niños que jugaban pararon y le miraron.

 

Law frunció los labios y tomando a la muchachita entre sus brazos la ayudó a levantarse.

 

-          ¿Puedes caminar?

 

-          S-si…

 

En ese momento comprendió el porqué de su ligera divagación al caminar, a pesar de la aparente buena salud que la chica tenía estaba más que mareada. El moreno suspiró y envolviendo el brazo de la chica en su cuello la ayudó a llegar a su casa.

 

Al estar en frente el color verde agua le pareció ridículamente exagerado. Llamó un par de veces. Los niños se pararon en la vereda paralela y contemplaban como la chica poco a poco se desmoronaba.

 

Una niñita se atrevió cruzar la calle y tomó las bolsas en la mano libre de Law quien la miró sorprendido por unos segundos.

 

-          Señor… - Dijo su voz chillona – ¿Está Bonney-chan bien?

 

-          ¿Eh?

 

¿Había escuchado mal? ¿La niña llamó a la mocosa Bonney?

 

En el momento en que Law tomaba aire y sentía que el mundo casi se le veía abajo junto con la chiquilla apoyada en su hombro la puerta de la casa se abrió de golpe.

 

De ella salió un muchacho alto, delgado y algo fornido, llevaba una camiseta negra y unos jeans gastados, su cabello rubio largo y desordenado caía libremente sobre su cara.

 

-          ¿Qué mierda quie….? – Al ver a Trafalgar tras la reja se echó para atrás como si hubiese visto al mismísimo diablo

 

-          ¡TÚ!

 

El grito sincronizado asustó a la niña que llevaba las bolsas estas cayeron al piso al igual que la carpeta. La chica peli rosa ya era un peso muerto para Law, un peso que le acercaba cada vez más a la tierra, la misma que deseó que se lo tragase en ese mismo momento.

 

III

 

Trafalgar Law es una persona sin suerte.

 

“Bonney…”

 

Law estaba sentado en una especie de puf que tenía la chica en su pequeña pero acogedora habitación.

 

El pecho de la chica subía u bajaba lentamente, sin embargo no tenía ningún encanto especial. Aun recordaba cómo se había sentido cuando recogió al pelirrojo de ese callejón asqueroso y como su cuerpo no podía soportar verle así de tranquilo, de indefenso. Ella no le provocaba de esa forma.

 

“Tal vez sea más gay que bisexual…”

 

Sin embargo no podía negar que la muchachita era atractiva, aunque estúpida. La verdad es que si le pusieran a un chico o a una chica delante preferiría más al chico, hacerles daño es más fácil si hay necesidad de una caricia gentil ni mucho menos de palaras bonitas, e cambio las chicas sí, ellas esperan algo de cuento aunque solo sea cosa de una noche ellas esperan encontrar en ello algo especial.

 

“¿Algo como lo que encontré en Eustass-ya quizá?”

 

Trafalgar volvía a sentirse tan tonto al pensar en ese tipo de cosas.

 

Resignado suspiró y paseó su mirada por el cuarto de la chica, esa Bonney… Era pequeña y simple, no a había nada que indicara que allí dormía una chica, todo era bastante neutro y desordenado en cierta forma, a excepción de una especie de velador lleno de pinturas de uñas  un cosmétiquero abierto y desordenado, al lado había un espejo de cuerpo completo. Lo demás era un armario oscuro, la cama un tanto alta, una guitarra que adornaba la pared, Unas cuantas medallas por lo parecía participación en deportes y lo que le llamó un tanto la atención estaba llena de basura y paquetes de comida.

 

“No lo entiendo… ¿Es este tipo de persona la que te gusta Eustass-ya? ¿Hace cuánto tiempo que estás con ella? ¿Desde cuándo la conoces? ¿Es tan importante para ti? ¿Terminaría con ella por mí?”

 

Law encogió las piernas y escondió la cara en ellas, sentía como su cara se calentaba ligeramente, el corazón le comenzaba a bombea demasiado deprisa, demasiado fuerte, demasiado doloroso. Estaba siendo un idiota en ese momento.

 

En ese momento Killer entraba en la habitación, si bien tocó la puerta ni siquiera dejó que Law le diera el permiso de pasar, Trafalgar se enderezó, al parecer ya era hora de marcharse.

 

Sin embargo cuando estaba a punto de levantarse del puf Killer le alargó una taza con café.

 

-          Es algo tarde para una café tal vez… Estaba haciendo e almuerzo… - Dijo el rubio mientras se sentaba a su lado pero en el suelo. Law le había aceptado el café, con el olor se le hizo agua a boca, volvió a sentarse derrotado - ¿Está bien?

 

Killer no miraba a Trafalgar y viceversa, sin embargo no podía dejar de preguntar por su amiga. Cuando vio al moreno en la puerta con la chica colgando de su hombro de verdad fue un shock.

 

-          Está bien, solo necesita descansar… - Trafalgar le dio un trago a la amarga bebida, se estremeció de pies a cabeza, el muchacho le había colocado la cantidad justa que le gustaba al café.

 

-          Debe ser por el trabajo… Le dije que no era bueno tomarse tantas horas extras… - Killer abrazaba sus piernas.

 

-          También debería comer más, está algo delgada, diría que demasiado, con esa ropa no se le nota pero si lo está.

 

-          Ya veo… Entonces haré que coma apropiadamente desde ahora…

 

Se quedaron en silencio, para ser honesto Law no sabía por qué seguía allí, debería tomar sus cosas y arrancar, no era sano estar cuidando de la novia de la persona que te gusta ¿O sí?

 

-          De todas formas gracias… - El rubio rompió silencio, Trafalgar algo incrédulo se giró hacia él.

 

-          ¿Eh? ¿El mocoso arrogante me está dando las gracias? Eso en nuevo… Aunque aún estoy pensando en cómo me pagaran…

 

Killer giró la cabeza en dirección de Law, este no supo si le miraba o no, maldito al pelo del chico.

 

-          Tú… ¿Sabes de ella no?

 

-          Mmm – Killer había ignorado por completo su comentario, por algún motivo Trafalgar se sintió vencido – No entiendo a qué te refieres…

 

-          No te hagas el idiota, sabes que ella tuvo algo con Kid ¿No?

 

¿Por qué mierda él sabía que Law conocía la existencia de la muchacha? ¿Acaso Kid le había contado? ¿Qué clase de relación tenían esos dos? ¿Hasta dónde llegaba su amistad?

 

-          Ah… ¿Eso de que es su novia? Claro que lo sé… - Law desvió la mirada y torció una sonrisa satírica, algo dolida – Vaya pensar que Eustass-ya es capaz de engañar a una muchachita tal guapa… ¿No te da pena?

 

-          ¿Es por culpa de ella que no volviste a verle? – Otra vez ignorando el sarcasmo de Trafalgar Killer volvió a atacar, su voz era apenas un murmullo, grave y curioso.

 

-          ¿Pero de qué hablas? Lo que yo tenía con Eustass-ya era un juego, algo del momento. Simplemente me cansé de él eso es todo, no entiendo porqué debería molestarme porque tuviese novia, ambos sabíamos a qué nos ateníamos y que no llegaríamos a nada serio.

 

¿Eh? Eso no era cierto, él no quería decir ese tipo de cosas, debía tomar sus cosas e irse cuanto antes, no seguir mintiendo, no seguir arañándose el alma, no seguir destrozando su corazón.

 

-          Además – Continuó – No es como si sintiésemos algo el uno por el otro

 

¡No! No era así, no era de esa forma. Sus manos se aferraron a la taza con el brebaje caliente, sintió como las palmas le picaron, escocieron de pronto.

 

Sintió como Killer se estremeció un poco. El chico rubio lanzó un bufido.

 

-          No lo puedo creer…

 

-          ¿Eh?

 

-          No puedo creer que Kid esté tan mal por una basura como tú…

 

-          ¿¡Basura!? ¿Quién te crees mocoso para decirme eso? – Law se giró violentamente hacia el menor. Sin embargo sintió que no debió hacerlo.

 

-          ¿Acaso sabes cómo la ha pasado él todo este tiempo? ¿Siquiera te ha preocupado? Yo creí que si lo hacían cuanto fuiste a verle al hospital, de verdad hasta encontré un lugar en mi corazón que te aceptó, por muy hijo de puta que fueses, pero veo que me equivoqué…

 

-          ¡No tengo porqué escuchar eso de ti! ¡No sabes nada de mí!

 

En ese momento el teléfono sonó en la sala. El constante ring ring, enmudeció a Killer que estaba a punto de lanzarle un sinnúmero de insultos al moreno idiota que tenía en frente.

 

Se levantó rápido dejado a Law en el aire, sabía que la llamada era de la madre de Bonney que seguía arriba de la cama durmiendo a pesar del gritería se ambos.

 

Con un par de zancadas llegó hasta a puerta y la abrió de golpe, sin embargo se detuvo en el umbral, su mano se agarró con fuerza de este. Mordió su labio, sintiendo como el sabor metálico de su propia sangre le besada con ternura la lengua.

 

Se sintió su estúpido por lo que estaba a punto de hacer. En el fondo seguía sonando el teléfono.

 

-          Ellos han terminado… - Dijo Killer en voz baja que Law alcanzó a escuchar – ¿Me has escuchado Trafalgar? Ellos han terminado y ha sido por causa de una basura como tú…

 

Dicho eso se fue a contestar.

 

El moreno por su parte no podía creer lo que escuchaba.

 

Sintió como todo el aire en sus pulmones le dejaba y que el suelo desaparecía por completo. Sus manos no tuvieron la fuerza suficiente para seguir sosteniendo la taza y la dejó a su lado antes que se le cayera.

 

Su cuerpo tembló y se sintió vacío, estúpido, inútil, maldecido y el corazón le pegó un vuelco que le dolió hasta el alma.

 

¿Cómo se le llama a ese sentimiento tan lacerante, ese en donde quieres solo llorar? ¿No dicen que se llama tristeza o mejor dicho soledad? ¿No se llama vergüenza y miedo?

 

Tal vez el último definía mejor, era algo que se asemejaba mucho al miedo.

 

El mundo por completo se desmoronó.

 

“Ellos han terminado”

 

Ahora tenía el camino libre, podía hacerlo que quisiese ¿No?

 

Sintió como sus manos inconscientemente trataron de ocultar su cara. Las fuerzas huyeron de su cuerpo y se dejó caer sobre el mullido y enorme cojín encuerado. Se deslizó hasta que trasero tocó el suelo. Cerró los ojos tratando con ello que la realidad que ahora se convertía en una bestia a punto de devorarlo desapareciera. 

 

Pensó que en cualquier momento se pondría a llorar presa del pánico.

 

“Ellos han terminado por una basura como tú…”

 

-          ¿Trafalgar…?

 

Law abrió los ojos de golpe al escuchar su nombre en la voz tranquila y femenina de la chica que supuestamente debería estar durmiendo, la misma que en ese momento se sentaba en la cama y le miraba tapándose la boca un tanto sorprendida.

 

-          Así que el nombre de la persona que me robó a Kid es… ¿Trafalgar?

 

IV

 

-          Y-yo… - La voz le titubeó.

 

Había quedado un tanto sorprendido y congelado. Parecía una estatua sentado en el piso y apóyalo en el puf de a chica, ella le miraba con curiosidad casi como si admirara un extraño objeto, calculando con la mirada cada rincón de su cuerpo, poniéndole una nota cada detalle, recorriendo minuciosamente el interior de sus ojos.

 

-          No lo puedo creer… - La misma frase que Killer había soltado solo que en su voz sonaba tan sorprendida, casi ahogada en desconcierto.

 

-          ¿De-desde cuándo que estás escuchando?

 

-          Digamos de un buen rato.

 

Trafalgar la miró algo atónito y luego se sonrojó hasta las orejas.

 

Se levantó como si de pronto desde el infierno un diablillo le hubiese picado el trasero. Sentía que podía morir de la vergüenza que estaba sintiendo en ese momento. Tomó la mochila que estaba a apoyada en el velador al lado de la cama de la chica y se  arrojó a salir corriendo.

 

Sin embargo Bonney se aferró a su mano.

 

-          ¡No te vayas! Tengo muchas preguntas…

 

-          No sé sobre qué, nosotros no tenemos ninguna conexión… - Trafalgar se giró y tiró de su extremidad apresada, sin embargo la muchacha peli rosa era bastante fuerte.

 

-          Por favor solo escúchame…

 

-          Suéltame.

 

Ella tiró de su mano haciendo que cayera hacia adelante, hacia ella.

 

-          No esperé que fuera un hombre…- Dijo mirando directamente a sus ojos fríos, estaban algo cerca – Vamos por favor escucha, por favor quiero saber… Si tú me contestas yo te contaré lo que quieras…

 

-          ¿Haa? ¿Qué te hace pensar que yo quiero saber?

 

-          Solo contesta por favor, escúchame y contesta… - En ese momento la chica en su desesperación puso menos presión en la mano de Law, cosa que este aprovechó para apartarla.

 

-          No, me voy.

 

Antes de que Trafalgar alcanzara el pomo de la puerta la chica entró en una especie de ansiedad sin límites, allí frente suyo estaba la persona por la que Kid había cambiado, aquella que había hecho que su mundo se pusiera de cabezas, la persona que le había robado el corazón. No podía dejarlo ir.

 

-          Tú… ¿Es cierto que no te importa Kid?

 

Law frenó sus movimientos al escucharla decir eso. Más que por la impresión, es que sintió como el corazón le golpeó tan fuerte el pecho que se quedó de piedra frente a la puerta.

 

-          No sé de lo que hablas…

 

-          Mi-mira… es cierto que no te conozco, antes de esto te tenía por un idiota amable… Pero ahora me entero que eres quien eres ESA persona… Por favor no te vayas…

 

-          No tengo nada que hacer aquí…

 

-          Claro que sí… Vamos dime ¿Es cierto eso de que no te importa Kid?

 

Law se volvió un poco, lo suficiente para tener a panorámica de la muchacha sentada en la cama.

 

Viéndola desde ese ángulo su cuerpo se veía más tierno y delicado, su cabello largo caía como cascada sobre sus hombros, que lo tuviera desordenado le daba un toque adorable junto con esas mejillas sonrojadas, si no fuese por su expresión desesperada Law diría que en otro tiempo le hubiese gustado tenerla en su cama. Tal vez por eso Kid estaba con ella.

 

Los celos le aguijonearon el estómago y sintió que quería vomitar.

 

-          ¿Y qué si fuese cierto? ¿Qué te importa? ¿No terminaste con él?– Trafalgar divisó el oleaje de ese mar de  desconcierto en su claro iris.

 

-          Si, terminamos… Terminamos nuestra relación de cuatro años.

 

¿Cuatro años? No podía creerlo, Kid apenas tenía quince, o sea que estaba desde los once con la muchachita ¿Acaso ella había sido el primer amor del pelirrojo o algo así?

 

-          ¿Entonces…?

 

-          Pero… - Dijo de pronto – yo sé que Kid y yo no teníamos vuelta, nosotros decidimos terminar hace mucho tiempo pero por alguna razón no podíamos. Llámalo costumbre o simple estupidez… Solo nunca nos habíamos separado hasta que…

 

-          Mira ahórrate a historia entre ustedes no me interesa, con permiso – La palabras de la peli rosa habían animado a Trafalgar. tomó el picaporte decido que quería salir de ese lugar, escucharle era demasiado masoquista.

 

-          ¡Él encontró a la persona que quiere…!

 

Sus palabras volvieron a detener a Law. El moreno podía sentir como su corazón salía por su boca, como el estómago se acalambraba y dolía y como los ojos se le cristalizan ligeramente, estaba seguro que en cualquier momento las mejillas reventarían y que caería de rodillas al suelo ya que as pernas no le paraban de temblar.

 

Miedo, sentía miedo… o tal vez fuese felicidad…

 

-          No entiendo de lo que hablas…

 

-          Kid… él encontró a ESA persona especial… No esperé que fuese hombre, pero no lo encontró en mi armario si no que en el suyo. Kid encontró a la persona que más quiere…

 

-         

 

-          Yo... Nunca le había visto de esa manera. Le he conocido desde inclusive antes que Killer… Siempre era amable y rebelde, siempre me compraba comida y me hacía caso en mis caprichos… Creí que seguiría así, pero mientras yo me encontraba con chicos que no le llegaban ni a los talones él se alejó y te encontró…

 

-         

 

-          Trafalgar… ¿Es tu nombre no?... Trafalgar… - Su voz se volvió en un susurro que rasgaba el aire hasta legar a los tímpanos de Law quien no podía controlar sus sentimientos que bullían por salir.

 

El silenció se hizo rey de la situación. Ambos sentían la tensión que se les subía por los pies y les ataba las muecas, que les asfixiaba el cuerpo.

 

Ella le inspeccionó en una fracción de segundo, su espada era algo ancha pero esbelta, sus piernas eran largas, más que las de ella, su cintura era algo abreviada ya que era un delgado sin embargo se notaba que tenía debajo de esa ropa un buen cuerpo. Por alguna razón se sitió celosa de la hermosura entre líneas de él. Más se trató de calmar.

 

Sin embargo ella se atrevió a seguir, dando por hecho el nombre del moreno muchacho de ojos plateados que tenía en frente dándole la espalda en ese momento.

 

-          No sé qué es lo que hiciste… Pero si para ti fue un juego tuviste que ser demasiado convincente…

 

-          No fue un juego…

 

-          ¿Eh?

 

-          Para mí… No fue un juego, para él si… Te tenía a ti ¿Para qué me iba a querer? – Bonney se sorprendió al escuchar la voz tímida de Trafalgar desde la puerta.

 

-          Ya te lo dije lo nuestro ya estaba muerto hace muchísimo tiempo… - La voz de ella se volvió melancólica – Tal vez nunca existió, creo que en algún momento le tuve, pero ahora que le he perdido. Mírame, me desmayo por exceso de trabajo ya que no sé qué hacer con mis recuerdos…

 

-          ¿Tú le amas? - Bonney mordió su labio al escuchar la pregunta de Trafalgar, este por su parte bajó los hombros esperando el sí definitivo, ese que le declararía la guerra que no vería ni siquiera la luz.

 

-          Te sonará a mentira, pero no…

 

-         

 

-          Tal vez solo siento que me han robado algo preciado… Pero créeme si lo amara no podría engañarlo… - Law contuvo la respiración y los labios le temblaron ligeramente – Sin embargo le quiero mucho, es como un hermano o algo por el estilo, quizá no sea tan así… Es complicado tratar de explicarlo.

 

-          ¿Por qué?

 

-          ¿Por qué de qué?

 

-          ¿Por qué me preguntabas si lo de “es un juego” era verdad?

 

-          Ya te lo dije quiero a Kid… De forma extraña pero le quiero, no me gusta verle sufrir… - Law mordió el interior de su mejilla.

 

-          Yo no quiero hacerlo sufrir – No supo si lo había pensado o dicho, sin embargo el suspiro de la chica le confirmó que las palabras se habían rebasado por su boca.

 

-          Te gusta ¿No?

 

¿Gustar? ¿Por qué la chica no había dicho amar? Law no entendía lo mucho que esa palabra abarcaba pero algo dentro de su pecho contestó, más bien gritó que sí.

 

-          Es imposible que te guste alguien así como a Kid le gustas, sin que esos sentimientos sean correspondidos… Es algo que mamá me decía…

 

-          Tal vez sea cierto…

 

-          Ja… No digas eso tan resignadamente – Ella se encogió de hombros – De todas formas yo ya no puedo estar junto a él, no me entrometeré en nada que tengan, no te conozco pero sé que eres un buen chico…

 

-          Soy un rayito de sol… - Dijo trafalgar con un obvio tono irónico. La chica soltó una carcajada estrepitosa.

 

-          Como tú digas… Rayito de sol… - Se rio un poco, Law aun le daba la espada – Pero a lo que iba… Dejo a Kid en tus manos… Hazle feliz, por mí, porque yo nunca le hice realmente feliz… Si podrías… Cuídale por mí…

 

-         

 

-          Pero recuerda que si le veo de esa forma de nuevo juro que no dudaré en hacerlo mío… ¿Ok? Lo dejo en las manos de su persona especial…

 

Silencio…

 

-          … Y-Yo… Debo irme lo siento…

 

Dicho eso Law Salió como alma que lleva el diablo, ni siquiera se percató de Killer que estaba a un lado de la puerta.

 

El rubio le miró irse sorprendido, luego sonrió y entró en la habitación de la peli rosa quien sonreía resignada.

 

-          Al parecer necesitaban un empujoncito ¿No? – Ella miró a Killer quien se agachó a recoger la taza de café que el moreno había dejado en el piso.

 

-          Eres escalofriante…

 

Killer había escuchado gran parte de la conversación de Bonney y Trafalgar. No podía decir que cuando le había tratado como basura estuvo bien, pero de todas formas no se arrepentía de ello, a pesar de escuchar las palaras de Law después.

 

Sin embargo la sonrisa cómplice en los rostros de ambos se encontraron de pronto haciéndolas aún más confidenciales.

 

-          Vaya… juro que no supe si quien salía de aquí era Trafalgar o un tomate con un cuerpo delgaducho… - Dijo Killer en un suspiro. Bonney estalló en risas.

 

V

 

Trafalgar corría sin parar.

 

Aunque tropezó con la reja que delimitada el condominio, también con la niña que le había ayudado con las bolsas, ella le miró con curiosidad, juraría que nunca en su vida vio o volverá a ver una persona con el rostro más rojo que el moreno que tropezó con ella cuando trató de preguntarle por Bonney-chan.

 

Oh cierto… El libro, se  había quedado en la casa de la chiquilla…

 

Bueno… que se lo quedara en ese momento lo único que quería era desaparecer con la brisa que le acariciaba el rostro, cuyo calor no menguaba.

 

El polvo de la ciudad, su tóxico aire, los condominios y posteriores rascacielos, y edificios, todo se trasformaba a su paso.

 

El viento era rocío obre su cara y el olor a contaminación se sentía como sándalo en sus fosas nasales… los condominios minúsculas cajas de fosforo repletas de botones y magia, los rascacielos se convertían en acantilados y cascadas de néctar.

 

Todo eso porque tras sus pasos dejaba cada pensamiento, cada duda y cada pena.

 

“Lo dejo en tus manos…”

 

Mientras se aferraba a los tirantes acolchados de su mochila y sus pasos perdían gravedad su rostro clorado dibujaba una sonrisa temblorosa.

 

Describir los sentimientos de Trafalgar en esos momentos sería divagar sin poder plasmarlo en un simple escrito.

 

Sin embargo todos ellos se expresaron en una lenta y cálida gotita que nació desde el lagrimal, recorrió su ojo y besando sus pestañas inferiores se deslizó hasta caer en ese océano rojizo e hirviente en su pómulo. Sin embargo no alcanzó a tocar su mentón y antes de comprender como tanta felicidad podía caer en ella se soltó de su piel y vagó delicada por su lado, mientras la briza fría la abrazaba.

 

Tal vez el universo podría explicarle, tratar de comprender como ninguna ley de la física podía con ella y flotaba segura. Tal vez podría explicarle si de existir tanto júbilo, tanto gozo, si es que una persona puede soportar tanta satisfacción.

 

“Serás completamente mío… Eustass-ya…”

 

Notas finales:

AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

LAW!!!!! ESO MIJO CORRE HACIA KID, VAMOS!!!!!! >0<

Bonney TT^TT Yo sabía que eras una buena niña!!!!!!! tienes un buen corazón en el fondo aunque seas así de caprichosa a veces...

Esperemos que de verdad Law espabile por fin y se entregue en cuerpo y alma!!!!

No saben lo facil que me ha sido escribir este capítulo y es que hace mucho que queria escribirlo, lo tenía en mi mente cada vez que veía a Law y Kid sufrir :3 

Pero de todas formas ¿Es normal sentirse insegura por la forma en como escribo?

Claro que sus comentarios, ánimos y apoyo me dan la fuerza necesaria para dar lo mejor de mi y escribir, me falta mucho aún para hacerlo como es debido pero creo que con el tiempo iré aprendiendo... 

Por otro lado les tengo una noticia... No sé si es mala o buena... creo que las dos no sé... 

Esta semana me voy de vacaciones a la playa... WIIIIII :3

Trataré de tener los capítulos... De verad lo trataré con toda el alma!!! Por lo menos para tener el capítulo del miércoles... ya que a donde voy no vale la pena tratar de conectarse ya que está prácticamete en medio de la nada xD

PERO BUENO!!!!!

ESPERO QUE HAYAN DISFRUTADO DEL CAPÍTULO COMO YO ESCRIBIENDO Y CHEKA-CHAN EDITANDO!!!!!!!

LES AMO CON TODO ESTE CORAZONCITO FUJOSHI!!!!

ESPERO SUS LINDOS REVIEWS!!!

(~*^*)~

 


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