Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Solo me hace amarte más por devilasleep11

[Reviews - 100]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¿Que? ¿Que actualizo a la hora del loli? (Uff esa palabra me trae recuerdos... ok eso sonó mal)

Bueno podría ser... pero... TUVE QUE CORTAR EL CAPÍTULO POR DIOS SI ERAN COMO MINIMO 10 MIL PALABRAS....

Estuve toda la tarde aditando el capítulo, lo que decían los personajes, lo que hacía, como lo decían, como remodelar las cosas para que lo que carté no influyera en nada...

En fin estoy aquí con otro capítulo aunque sea muy tarde...

Creo que esta es la primera vez que actualo a esta hora con este fic... creo... Perdón si a alguien le molesta... Tal vez debería hacerlo mañana... pero no tendré tiempo...

QUE DISFRUTEN DE EL PENULTIMO CAPÍTULO!!!!!! (Por dios voy a llorar ;-;)

Capítulo 21: "¿Y si permaneco a tu lado?"

 

 

I “Tu corazón” (Kid)

 

No me mires de esa forma...

 

Si sigues con tus ojos tan fijos sobre mí, toda la confianza que he reunido en estos días se me irá entre los dedos.

 

Diablos, Trafagar… ¿Por qué tienes que ser tan volátil? ¿Por qué no simplemente te materializas de una vez para que pueda alcanzarte entre mis manos?

 

Me siento inseguro y no te das cuenta.

 

Quisiera poder tenerte entre mis brazos y que los tuyos se envuelvan alrededor de mi cuello, quisiera que mi boca te profesara una promesa de amor eterno y que los tuyos me contestaran con la eternidad del capricho, quisiera que en tus ojos se dirijan a mí y lo que vea reflejados en ellos sea mi imagen vívida y capaz, quisiera que me miraras y valoraras por quien soy.

 

Sin embargo, termino compadeciéndome, termino como un pajarillo abandonado en el suelo después de haber saltado desde su nido al querer aparentar convertirse en adulto, que es hora de que deje mis sentidos evaporarse con el viento.

 

Soy tu pajarillo que gime, soy tu perro que aúlla, soy aquel que arde, aquel que sufre dentro de un silencio insoportable ¿Sabías que tenías la facultad de exterminarme, que tienes el sello que oculta la pelea entre mi cuerpo y mi alma, que solo con tus besos esta se desata y se vuelven un solo ser furioso e incontenible?

 

No me mires de esa forma que todo dentro de mí se desmorona.

 

Alargas tus manos de espuma y tocas mi rostro haciendo que algo bajo mi carne calcine.

 

Te has empeñado en curar mis heridas, el alcohol duele sobre estas pero lastima más saber que con solo tu tacto mi cuerpo se paraliza y que siento mi alma flotar aun a sabiendas que tú no estás sintiendo lo mismo.

 

Si pudiese hacerte completamente mío, si pudiese tener el poder de destruir tu libre albedrío de amarme y me concediera el deseo de que en esos fríos ojos de acero se fundan y destellen al mirarme. Si pudiese…

 

Me haces las curaciones pertinentes mientras estás frente mío, sentados a los pies de la cama junto muchachito que te esperaba fuera del departamento.

 

Él al verme esbozó una enorme sonrisa como aquella que me regaló el día que me contó que habías cambiado desde que me conociste, siempre quise saber si  eso era cierto, si Mugiwara no se había confundido.

 

Él te estaba esperando en este frío, sin embargo tú estabas conmigo ¿Por qué en vano busco una esperanza en este tipo de acciones?

 

Se nota que estaba ya bastante mal, no bastó que abrieras la puerta y él cayó rendido al piso, en verdad me sorprendí y preocupé, no se veía como el tipo de gente que colapsara así de repente. Tú sin embargo, le miraste con ojos indiferentes y levantándolo entraste en el departamento.

 

Yo por mi parte decidí que era hora de dejarte, que ya me había hecho demasiado daño por ese día, mas, saliste a mi encuentro con los ojos entrecerrados, te apoyaste en el umbral y con tu monótona voz me invitaste a entrar. Me negué como era de esperarse, me aferré además a la excusa de que debías cuidar de Mugiwara.

 

Entonces, tu expresión cambió por un momento ¿Estabas enojado, desesperado, triste? Me tomaste del brazo y me arrastraste dentro hasta tu habitación en donde Mugiwara yacía dormido profundamente. Me arrojaste sin compasión a la cama cayendo de bruces contra las piernas del pelinegro de brillante sonrisa. Me gritaste que esperara allí sin moverme. No supe porque te hice caso.

 

Volviste con un botiquín entre las manos, te sentaste a mi lado y sentí como el corazón se me apretujaba y luego comenzaba a latir fuerte y doloroso, fuerte y ruidoso, fuerte y compungido.

 

Me miras tan fijamente, tan absorto. Me gusta el color de tus ojos a la luz de la mísera ampolleta que nos ilumina. Me fascina esa ilusión de fuego que se forma en ellos, como tranquilamente me van robando la vida. Me encanta cómo me hipnotizan, me aprietan como fuerte soga, áspera e insoportable siento como ella se incrusta en mi piel, aunque quisiera escapar ella forma nudos que me obligan a quedarme allí desangrándome.

 

Es lindo el color de tus ojos. No, no solo el color… me engatusa cuando en los momentos que se destinan a mí, solo existo yo en ellos, me deleito con el simulacro de control que les tengo.

 

Pero no me agrada solo eso, saliendo de tus ojos me maravilla cómo se componen de su lagrimal y de este de curva en tu parpado, como cuando los cierras abanicas el aire y este agoniza encantado.

 

Me estropeas… Todo TÚ me hace delirar, no tan solo porque físicamente me convierte en tu esclavo devoto, si no que en cada parte de tu cuerpo se esconde algo de tu alma. Es deliciosa la sensación que tengo cuando lo toco tu espíritu sale a flote y se estremece, aunque solo sea un espejismo me embriaga.

 

Tú me gustas y no me canso de pensarlo.

 

Dejas las cosas dentro del boquín nuevamente y una vez terminas, suspiras y miras a Mugiwara. Frunzo los labios un poco, una de las cortadas que tenía en estos me arde pero lo dejo pasar, lo importante es que en tu mirada se lee claramente la preocupación.

 

-          Tal vez deba taparlo… - Dices al cabo de un rato. Yo me levanto y antes de que algo más salga de tu boca, cojo al chico entre mis brazos y lo meto debajo de las sábanas – Pero en su cama, no en la mía…

 

-          ¿Lo llevo hasta allí? – Digo bajando los hombros, no me atrevo mirarte, si lo hago terminaré atrapado en un beso que no quiero concretar.

 

-          No, déjalo…

 

Nos quedamos en silencio. Por favor no lo hagas, me obligaras a darte la cara.

 

Te levantas y dejas el botiquín en lo que parce ser tu escritorio, aunque con todas las cosas desperdigadas no lo sé muy bien. Ah, pero qué bonito… he terminado mirándote de todas formas.

 

Menos mal que estás de espaldas a mí. Pareces algo tenso, tus omóplatos se marcan un poco por el abrigo.

 

-          Eustass-ya… - Escucharte decir mi nombre hace que me entre el miedo que tanto embriaga mi vida.

 

-          No debería estar aquí…- Susurré, al parecer no me has escuchado.

 

-          Quédate esta noche…

 

¿Podría negarme?

 

Dime que puedo hacer caso omiso a los latidos que pujan en mis oídos.

 

-          Es tarde…

 

-          Lo sé, debería irme… A este paso ya no habrá buses que me dejen cerca de mi departamento.

 

-         

 

Prefiero ignorar. Seguro habrás oído de que el ignorante es más feliz, pues yo soy más feliz alejándome un poco y renunciando a mis sentimientos.

 

-          Quédate…

 

De nuevo.

 

-          Quédate.

 

No…

 

-          No vayas a casa hoy…

 

¡Maldición basta!

 

-          Me voy… - Abroché mi camisa, de solo pensar que iba a salir así al congelado afuera me entraban los escalofríos.

 

No esperé a que me propusieras la toxica idea de estar a tu lado durante toda la noche de nuevo, me mareo de solo pensarlo. Además tú tienes cosas en las que pensar.

 

Salí de tu habitación con el corazón brincándome en la mano. Estoy desesperado, ¿hasta dónde puedo llegar sintiéndome de esta forma?

 

-          Espera… - ¿Por qué tenías que seguirme? Te miro sales del cuarto tratando de encontrarme en un segundo. Cuando lo haces relajas un poco tu expresión. – Debes descansar – Dices cuando estas cerca.

 

-          No te preocupes…

 

-          No dejaré que te vayas así como así…

 

-          ¿Eh? ¿Por qué no? Ya te he pagado, no tengo nada que hacer aquí… - Evito morderme la lengua al decir eso. Tu rostro se sorprende y luego se compone de un sentimiento que creo reconocer, pero no quiero darle definición.

 

-          ¿Cómo es eso...? – Me muestras una mueca burlesca que trata de maquillar un deje de tristeza. Ves, sabía cuál era el sentimiento y ya lo he convocado a mis ojos – No me digas que hiciste eso solo para pagar que te curara… ¿Tanta confianza tienes en ti mismo?

 

¿Cómo puedes creer eso?

 

Tomé tu cuerpo porque ya no soportaba las ansias que tenía de ti, de sentirte, de ser uno contigo. Pero tú solo quieres esto ¿no es cierto?

 

De seguro que estarías bien con cualquiera, tal vez si te dejo de ver se te olvidará que existo y encontrarás alguien a quien prestarles tus servicios. La imagen de ti siendo besado por otra persona, me corrompe el alma.

 

¿Por qué me duele tanto pensar mal de ti? ¿Por qué me molesta tanto decirme que debo dejarte? Sé la respuesta pero no me conformo, porque duele en las entrañas.

 

-          ¿Qué pasa? ¿no me vas a contestar?

 

-         

 

-          ¿No habías dicho que estabas dispuesto a darme todo de ti? ¿Qué quieres decir con eso? ¿Qué mierda quieres conseguir?

 

-         

 

Tu voz parece temblar a pesar de que tratas de que se mantenga firme. Siento que mi pecho va a estallar.

 

-          ¿No me digas que te has enamorado de mí, Eustass-ya?

 

Doloroso, esto es demasiado doloroso, no aprietes la soga que me ata a mi horrible pecado de quererte.

 

-          Que idiota… - Sueltas casi como si escupieses al piso. Mi alma se quiebra en ese momento, siento que la paciencia se me resbala por la espalda y sale como araña por una las ventanas.

 

De pronto te veo contra la pared y la palma de la mano también está en ella, mi cuerpo a un par de centímetros del tuyo se estremece. La mano me arde ¿Acaso te he llevado hasta la pared y te he acorralado?

 

Me miras desafiante.

 

-          No te atrevas a burlarte de mí… - Mi voz es escalofriantemente profunda. Oh ya veo me he enfadado… mi cuerpo ha reaccionado antes que mi conciencia que aún estaba atrapada en los fríos de tu indiferencia y mi incertidumbre.

 

-          ¿Cómo no burlarme de un cobarde?

 

-          No juegues con fuego Trafalgar… ¿A quién crees que llamas cobarde?- Me acerco a tu cara no te atrevas a desviarme la mirada porque no sé qué podría ser de ti y menos de mí. Gracias a alguna buena voluntad divina me sigues mirando sin dar tregua ¿Cómo hemos acabado así?

 

-          Contéstame entonces si no lo eres… ¿Qué significa todo esto? - Tu voz también da un poco de miedo, lo siento en la piel, estoy en peligro, pero tú también lo estas. Por favor, yo no quiero hacerte daño, aléjame.

 

-          El que debería contestarme eres tu Trafalgar…

 

-          ¿Eh?

 

-          Lo que dije significa exactamente eso… Yo estoy dispuesto a darte todo de mí, estoy dispuesto a compartir contigo, estoy dispuesto a dedicarme a ti… Nada más, ese el significado no tiene otro… – Abres los ojos un tanto sorprendido, pero aun así no te dejas intimidar.

 

-          Quédate entonces… - Abro mis ojos y tenso mi mandíbula. Estas siendo egoísta.

 

-          No hasta que tenga una respuesta sincera de tu parte, Trafalgar…

 

-          ¿Qué? ¿Qué quieres decir? ¿Qué se supone que tengo que responder?

 

Te dejo libre y te ves algo confundido. No te preocupes yo también lo estoy, no sé qué es lo que en realidad siento, estoy a punto de enloquecer.

 

Avanzo por el corredor hasta dar con la sala y me dirijo a la puerta principal de tu departamento, tal vez si me voy ahora tengo la oportunidad de pensar mejor las cosas.

 

Sin embargo siento tus pisadas siguiendo las mías, me recorre el escalofrío de pies a cabeza y los sentimientos que tanto he tratado de ocultar me hierven en los labios. Esta intranquilidad me deja sin aire, necesito salir por un segundo, enfriar mi cabeza o mejor calentarla, tú la has congelado.

 

-          No comprendo…

 

-          ¿Mmm? ¿No eras inteligente?

 

-          No se trata de eso… - Estoy por salir. Tomo el pomo de la puerta y antes de abrir tú la cierras de golpe – Dije que no te vayas…

 

Te siento detrás de mí, el calor que irradia tu cuerpo hace que me estremezca. No entiendo cómo es que el cariño, el enojo y la frustración pueden ir todos de la mano saludando a los demás sentimientos.

 

-          Déjame Trafalgar, debes pensar…

 

-          ¿Pensar en que, maldita sea? ¿Por qué no me dices que te está pasando? No te comportes como un niño, Eustass-ya.

 

-          Lamentablemente… aun soy un niño…

 

Termino dándome la vuelta, no demasiado, solo lo suficiente para que mi cuerpo se deslice y termine derivando en tus labios suaves, seductores, brujos, perniciosos.

 

Mi cuerpo se siente caer, solo el rozar tu boca se siente como perder el piso, se siente como si cada pedazo de mi refugio interior cayera.

 

Te quedas inmóvil como si no te esperaras este giro en el guion, como si no comprendieras que estoy volviéndome loco por una señal de que estas completamente dispuesto a seguir algo juntos.

 

-          Eustass-ya… - ¿Estas confundido de nuevo? Bueno yo todavía no salgo de esa sensación. Tu aliento sobre mi boca sensible es tan delicioso.

 

-          Ansío más que tu cuerpo… Quiero tu corazón… ¿Me lo darías? – Cierro los ojos y muerdo mis labios antes de dejarte ir.

 

Te quedas de piedra, aprovecho ese minuto para marcharme. Abro la puerta y dejo que el aire frío erizara mi piel.

 

-          Piénsalo…

 

Me escabullo mientras corre aun el cielo nocturno.

 

II “Si me preguntas…” (Law)

 

¿Qué fue todo eso?

 

Mis piernas se vuelven de gelatina y caigo de rodillas a suelo.

 

“Piénsalo…”

 

Tus labios han quedado grabados a fuego en los míos, siento tu cálido tacto, como en un solo beso me entregaste tantos sentimientos que creí que no los soportaría.

 

No te comprendo.

 

Yo quiero estar contigo, por eso te traje aquí. Sin embargo te haces el niño bueno, luego el malo, luego el bueno. Me mantienes en una montaña rusa de emociones que no sé controlar.

 

No me hagas perder la cordura, maldición.

 

No sabes cuánto me costó no tirarme contra tus brazos, no besarte mientras te curaba. De verdad no comprendo nada.

 

Al principio cuando te vi en el callejón creí que estaba soñando. Sin embargo cuando traté de contarte mi gran descubrimiento, al parecer no lo dije bien. Tus ojos dolidos me abofetearon el alma ¿Qué debía decir entonces?

 

“Estoy dispuesto a darte todo de mi”

 

Yo también.

 

“No ansío solo tu cuerpo… También tu corazón… ¿Me lo darías?”

 

Claro que te lo daría, de hecho ya lo hago, mi corazón es tuyo ¿No?

 

Entonces… ¿Cuál es la razón de esa cara de frustración, de desesperación, tan triste, tan apagada…?

 

Pestañeo un par de veces tratando de recordar en donde estaba, tratando de aferrarme un poquito a este mundo y no caer en la surrealidad de las emociones.

 

¿Qué demonios había pasado?

 

Estaba haciéndote curaciones, el ambiente era muy tenso, además me sentía malditamente incómodo, y es que solo tu mirada hacía que mi cuerpo se encendiera, se me escapaba el aliento cada vez que mis ojos se cruzaban con los tuyos, estos parecían que podrían comerme de un bocado, me mirabas con tanto anhelo.

 

Luego me preocupé por Luffy y me ayudaste a taparlo ¿no?

 

En ese momento me sentía tan perturbado. Algo no iba bien, las cosas que me dijiste en el callejón resonaban en mi cabeza.

 

Tenía miedo.

 

Me acuerdo que dejé el botiquín en mi escritorio, soy consciente de que no querías mirarme, por eso no me di la vuelta, porque de esa forma sentía tus ojos sobre mi piel.

 

Te llamé, tu nombre salió de mi boca antes de que me decidiera realmente que eso era lo que quería, pero de toda formas como lo hice continué, creo que dijiste algo pero estaba demasiado conmocionado para escuchar ¿Debí hacerlo?

 

Desesperado me aferré al fuego    que encendía tu mirada unos minutos antes. Te pedí que te quedaras, porque necesitaba saber que estarías bien, que no estarías en lugares que no conozco, no ahora que este sentimiento que bulle está por salir, siento la presión que ejerce contra mi boca, lo siento y duele.

 

Pero por más que insistía tú te empecinabas en dejar este lugar seguro, donde puedo verte, en donde puedo sentirte. No sabes cuánto añoraba sentirte.

 

Saliste de la habitación y creí que escaparías, que cuando siguiera tus pasos te esfumarías como sal barrida por el viento. Pero estabas, sin embargo no querías estar cerca de mí.

 

Pensándolo bien a lo que le tenía miedo no era a la sensación de que estuvieses inseguro, no eres un niñito de cuatro años que llora cuando se hace un corte o se cae y rasmilla sus rodillas. Esa excusa me pareció tan absurda que me sentí avergonzado.

 

Entonces me di cuenta de la verdadera razón tras mi desesperación y esa era el evidente empeño que ponías al irte y separarte de mí.

 

Entremedio de la locura del momento, del no comprender y una que otra alzada de voz; salió de tu boca “¿Eh? ¿Por qué no? Ya te he pagado, no tengo nada que hacer aquí…”.

 

¿Qué era yo? ¿Una puta barata acaso? Maldita sea, no sabes cómo me enfadé, como me dolió ese trato.

 

Tampoco digo que lo que seguí diciendo fuese verdad. Yo sé que no te soy indiferente, no es como si fuese idiota, siempre lo supe, lo único que me incomoda es que no sabía si ese sentimiento que me tenías era realmente; si te gustaba o era un capricho.

 

Tal vez debí quedarme como capricho.

 

Pero era tan obvio que no pretendía solamente ser un punto pasajero en tu vida. No, no podía ser alguien de quien te fueses a olvidar mientras construías tu vida y quizá te enamorabas de esa niña, ahora exnovia, no quería que lucharas por ella. Odiaba eso por sobre todas las cosas.

 

Entonces explotó.

 

Recordé el día en que me dijiste que nunca te enamorarías de mí, pero me volví especial para ti ¿no? ¿Por qué tenía todo que ser tan complicado?

 

De ahí en adelante no comprendí nada, de pronto estabas tan enfadado y lastimado, luego te veías tan calmado. Como si estuviésemos en el ojo del huracán.

 

El bombazo del beso posterior me dejó como estaba en ese momento, de rodillas con los ojos abiertos de par en par, temblando como si mi cuerpo fuese víctima de un violento terremoto.

 

No me comprendiste, yo… Yo te quiero, me gustas mucho, tanto como para asfixiarme con la sensación de no volver a verte.

 

Somos un par de idiotas lo admito.

 

No sé cómo vuelvo a mi habitación y me siento en el suelo al lado de la cama, estiro mi cuello hasta apoyar por completo mi nuca en el colchón.

 

¿Qué se supone que debo hacer ahora?

 

Me dices que eres un niño, bueno si no lo fueses creo que no me tendrías tan embobado, me dices que me darías todo de ti, pues déjame decirte que tú también puedes obtener todo de mí, yo quiero conocerte mejor.

 

Quiero ser yo quien te sostenga la mano en los día difíciles, quiero ser yo quien te haga reír, quiero convertirme en una de tus causas para seguir adelante ¿Tú quieres lo mismo?

 

Hace bastante frío o tal vez es mi cuerpo el que se encuentra gélido. No lo sé, ni quiero saberlo, ya he tenido suficiente por un día.

 

Lentamente comienzo a escuchar el rocío del país de los sueños a lo lejos, cada vez más cercano. Me quedo dormido con un único pensamiento y este se trata de ti.

 

 

Despierto agitado, he tenido un sueño alocado, casi como una pesadilla en la que no aparecías tú para salvarme.

 

Al levantarme de pronto el cuello me cruje y siento el dolor del calambre recorriéndome el cuerpo. Me llevo las manos a la nuca cerrando los ojos con fuerza.

 

-          Oh… ¡Torao!

 

Esa voz me sobresalta aún más de lo que estaba. Me doy la vuelta lentamente y veo a Luffy sentado en mi cama, está sonriendo radiantemente, tiene las mejillas ligeramente coloradas.

 

Hacía frío, lo sentía en la punta de mis dedos y en lo congelado que tenía el abrigo.

 

Aún estoy algo adormilado cuando le doy los buenos días a Luffy levantándome del piso, claro había dormido en una pésima posición no me extrañaba que me doliera de esa forma el cuello, mejor dicho el cuerpo en general.

 

Toco la frente de Luffy, esta arde ligeramente, aunque siento todavía mis sentidos entumecidos.

 

-          Mmm…

 

-          ¿Qué?

 

-          Tienes fiebre…

 

-          ¿De verdad? – Asiento – Ya veo…

 

Miro su cuello sudoroso, necesitaba tomar un baño, me levanto y luego que le preparo uno; ya listo le echo dentro del agua tibia para que la temperatura de su cuerpo no variara demasiado. Le dejo afuera ropa para que se cambiara.

 

Mientras llamo a Ace que aún tenía el celular apagado, comienzo a preparar algo para que Luffy comiese; eran aproximadamente un cuarto para las once de la mañana.

 

En cada acto trato de moverme por inercia, no quiero pensar en nada, ni en sus palabras, ni en el sueño, nada; porque si lo hago me daré cuenta que hice algo estúpido…

 

“Quiero estar contigo... como antes…”

 

“Quiero tu corazón me lo darías ¿Me lo darías…?”

 

No quiero algo como antes… yo también quiero tu corazón, también quiero sentir que podemos contar el uno con él otro, no para correr a nuestro afilio en cada urgencia, si no para saber que uno puede respaldarse en el otro en los malos momentos, en los momentos buenos.

 

Yo quiero poder estar a tu lado, quiero que estés a mi lado.

 

Quiero tu corazón ese que no se puede ver… tal vez…

 

III “Egoísta pero tierno” (Law)

 

-          ¿¡Dónde está mi hermano!?

 

Ace entra por la puerta principal prácticamente tirándola. No puedo negar que cuando lo hace mi cuerpo brinca inconscientemente.

 

¿No podía ser más calmado? Ni que Luffy estuviese a punto de morir. Conociéndolo lo más probable es que son unas cuantas horas de siesta le bajara la fiebre y con ella el resfriado.

 

Aunque tenía cierta culpa en ese comportamiento, no podía dejar de molestarme, le fulmino con la mirada haciendo que todo su ímpetu se caiga.

 

-          Ho-hola… Law…

 

-          Buenas ardes señor “Mal hermano” – Juro que ver como se le clava una flecha de culpabilidad en la frente. Deja su abrigo tirado junto con las llaves y agacha la cabeza.

 

-          N-no soy mal hermano…

 

-          ¿No? Y entonces ¿Quién es el que apaga su celular sabiendo que siempre pueden haber emergencias?

 

-          Se me descargó…

 

-          ¿Eh? ¿Y acaso el amiguito con quien pasaste la noche no tenía un cargador que te pudiese prestar?

 

-          M-me di cuenta hoy en la mañana…

 

3, 2, 1… ¡BOOM! Ace se da cuenta de mi sarcasmo por fin y me mira con unos enormes ojos de sorpresa.

 

-          Y-Yo… no… pues verás… es que no fue tan así… - Sé que no había pensado en nada. Comienza a balbucear como idiota hasta que me canso.

 

-          Bueno ya basta… No me importa lo que hiciste o no anoche… Luffy está en su habitación durmiendo – Antes de que saliera corriendo decido frenar sus impulsos – Y es mejor que se quede así…

 

-          ¿Huh? Estoy preocupado por mi hermanito…

 

-          Déjalo… ya comió algo ligero y le di medicina… No hay de qué preocuparse, no es nada tan grave…

 

-          P-pero…

 

-          Dije que no. – Rechazo tajante la cara de cachorrito que Ace me pone intentando persuadirme.

 

Con las orejas agachadas y a cola entre las piernas se acerca y se sienta a mi lado pero en el suelo apoyándose en la mesita de centro mirando el programa que había puesto en la televisión.

 

Yo por mi parte estoy en toda mi extensión arranado en el sillón llevo una camiseta de mangas largas y unos pantalones algo holgados y cómodos, tengo el aire acondicionado puesto por lo que el ambiente esta cálido, se nota en las empañadas ventanas.

 

Ace termina quedándose en la camisa que lleva puesta. Desde mi perspectiva puedo ver todos los chupetones, ocultos o no, que tiene en el cuerpo… Vaya él teniendo una noche salvaje mientras yo me moría de miedo en una pesadilla.

 

-          Parece que al final te fue bastante bien… - No lo pude resistir, es que está allí con ese cuello mancillado, con su cabello algo húmedo, con ese olor a jabón de otra persona, su camisa arrugada que obviamente dejó tirada por allí. Ace se sonroja en sobre manera y en un brinco evidente cae hacia un lado.

 

-          N-no… no sé de qué hablas…

 

-          Si claro. – Digo sarcástico, mi amigo hace rechinar un poco los dientes, su sonrojo bajo las pecas le sentaba malditamente bien. Ace era una joya a la que había tenido el privilegio de ver brillar en todo su esplendor – De todas formas llegar a casa con el olor a champú de otra persona es lo mismo que llegar con una mancha de semen en la chaqueta o hasta en la misma cara.

 

Le veo removerse incómodo, creo que me había sobrepasado un poco. Pero que más daba, Ace estaba dividendo, siendo torturado, era obvio que se había abierto de piernas a quien sea que se le arrojó durante la noche que me daba hasta dolor en la boca del estómago, como un fuerte reflujo.

 

Cuando estoy a punto de lanzar otro mordaz comentario él levanta la mirada hasta la mía, sin perderse detalle alguno de todo mi cuerpo tirado como saco de papas sobre el sillón. Sonrío un poco.

 

-          Bueno no puedes juzgarme, al parecer estamos en la misma línea de fusilamiento… - ¿Eh? ¿De qué estaba hablando? Su mirada se fue a posar en la parte baja de mi cuello casi en el mismo lugar en donde yo encontré uno de sus fuertes chupones. Al parecer yo tengo uno igual en ese lugar, bueno te habías ensañado con mi piel en ese callejón

 

-          Oh… si, me la pasé bien – Digo torciendo una sonrisa malvada, Ace me mira impresionado.

 

-          No me digas que…

 

-          ¿Qué…?

 

-          ¿Cogiste con ese pelirrojo? – Siento como mis mejillas son atacadas por el ardor indecente de los pómulos. Desvío la mirada.

 

-          Quizá…

 

-          ¿Mmm? ¿Entonces no fue él?

 

-          Bueno… - Mi voz suena evidente

 

-          ¡Ves que si fue! – Mierda, casi se me escapa un ¡No lo digas en voz alta! Por primera vez siento ese impuso pujar contra mis labios. Ace me mira sorprendido – Te reconciliase con él… Oh debió ser bueno…

 

Por poco le digo que por eso es que Luffy ahora estaba tirado en su cama con algo de fiebre.

 

-         

 

-          Para ti también  supongo… - Nos miramos un momento mientras a él se le suben poco a poco de nuevo el rubor al rostro, al parecer está recordando su encuentro.

 

-          Si…

 

-          ¿Fue quien creo que fue?

 

-          Te refieres a…

 

-          Claro… Después de todo se veía venir, creo ¿Lo perdonaste? – Ace sonríe al saber que yo ya había captado quien era con quien estaba viéndose, por lo menos a quien se había entregado después de tanto tiempo negándose a ser de otra persona ¿Cómo hizo para que Ace cayera de tal forma? ¿Cómo lo había persuadido? Quizá podría él darme un consejo para acercarme a ti y hacerte mío por completo, entregando todo.

 

-          No lo sé…

 

-          Ya veo…

 

-          Él me quiere… - Ace mira hacia un lado y su fuerte sonrojo avergonzado pasa a ser un tierno rosa pálido, como una flor manchada seduciéndose en plena primavera.

 

-          ¿Y tú?

 

-          Pues… creo… - Murmura.

 

-         

 

-          ¿Qué ocurre?

 

-          Solo pensaba… Ace ¿Cuánto estás dispuesto a dar por él? ¿Si te pidiera tu corazón qué harías?

 

Ace abre los ojos un poco, yo por mi parte me siento un poco ridículo, no sé qué hago preguntándole eso a mí amigo que ni idea tiene de todo lo que estaba pasando por mi mente ¿Quién puede tenerla si nunca pongo mis pensamientos en palabras?

 

Me hace sentir más ridículo el que el pecoso pensara en lo que le había preguntado.

 

-          No…

 

-          ¿Eh?

 

-          En estos momentos no lo haría… Sería ir demasiado rápido, creo que me gustaría ir lento y seguro, aunque entendería si es que quisiese algo como eso; pero es inmaduro y egoísta algo tierno pero… Por otro lado… no sé hasta qué estaría dispuesto por hacer por él.

 

-          ¿Qué quieres decir?

 

 

-          Law… Déjate caer lentamente… - Dijo al cabo de un tiempo.

 

-          No… yo no estaba hablando de mí…

 

-          Él te dijo algo como eso ¿No? Es comprensible… Es un muchachito aun…

 

Mira quien habla… Este idiota.

 

-          Ya te dije no es de mi… Solo pensaba…

 

-          Law, no me mientas, tu nunca te preocupas de esa forma por nadie – Siento como se me clava un pequeño puñal en el pecho al ser descubierto – Se conocen hace muy poco, Law. No creo que sepas como es él realmente, a lo mucho puedes darle un “me gustas” en estos momentos... Creo que estás en la posición en donde puedes elegir.

 

-          ¿Elegir? – Ya estoy confirmando tan rápido que era de mí de quien hablaba. Ace me mira con una sonrisa.

 

-          ¿Sabes? Para mi Marco es una persona importante, me gusta estar con él. No sé si le quiero realmente o es la ilusión del momento, pero si sé que es una persona importante en mi vida… Y siempre lo será.

 

-          No entiendo que tiene que ver esto conmigo… - Miro la televisión fastidiado.

 

-          Quiero decir que para mí es lo mismo… ¡Que impaciente eres!… Puedo elegir si quiero que ese “me gustas”  se convierta en algo más con el tiempo, si es que quiero seguir con él y ver si puedo avanzar… Pero también puedo dejarlo como una simple frase que rondará mi cabeza y luego olvidaré.

 

-          Ace…

 

-          Lo que debes pensar no es si le darás tu corazón o no… Tampoco en lo mucho que puedes hacer por él… La verdadera pregunta es ¿Quieres que tus sentimientos hacia él se fortalezcan? Si le das respuesta a esa pregunta tal vez las cosas cambien. Lo demás viene con el tiempo.

 

Oh…

 

Ace sonríe, luego se levanta lentamente se dirige a la cocina, dice que ese día quería cocinar algo ligero para Luffy, el medio día me golpea en el alma cuando el sol se cuela esplendoroso por las ventanas y el televisor comienza a disparar.

 

Cierro los ojos y suspiro. Gracias amigo.

 

IV “La estupidez es una enfermedad grave” (Kid)

 

Otro día más…

 

Sentencio mi culpa con un lento suspiro, que Killer alcanza a atrapar con sus ojos atentos. Otra vez nos estábamos saltando las clases.

 

El cielo oculto nuevamente nos decía que se venía una nueva estaba, por lo menos a mí, Killer ya hacia un tiempo que tenía esa dicha, la mía todavía no llegaba tal vez por eso estaba tan ansioso.

 

Killer de un tiempo aquí parecía querer preguntar algo pero no se atrevía, en la mañana cuando vi a Bonney también puso cara de querer preguntar alguna cosa pero no la dijo y se despidió de nosotros.

 

Comienzo a sentirme impaciente y todavía más ansioso de lo que creía estar. No veía la hora de que las clases terminaran para correr y buscarte. Lo admito estoy como un imbécil enamorado que no sabe cómo lidiar con su reciente descubrimiento que le cambia la vida poco a poco.

 

Al final Killer se aclara la garganta mientras me recuesto en el suelo de la azotea en donde por lo general íbamos a fumar o comer, por sobre todo a comer chatarra y hacer el idiota mientras veíamos tonterías en el celular o conversábamos de trivialidades.

 

-          Kid…

 

-          Oh… ¿Así que te decidiste a hablar?

 

-          ¿Eh?

 

-          Nada, nada… ¿Qué quieres?

 

-          Pues… es que llevas todo el día melancólico… Me preguntaba que podía ser esta vez – Frunzo los labios hacia un lado.

 

Nos quedamos en silencio, obviamente Killer esperaba que comenzara a hablar y le contara mis problemas contigo. Aunque supiese que me terminaría regañando por ser un imbécil, decido tragar con fuerza y echar fuera de mí todas aquellas cosas que me dejaban con el alma en un hilo.

 

-          Dime Killer… ¿Qué le pedirías a Penguin en estos momentos?

 

-          ¿Qué quieres decir? – Mi cuerpo recostado comienza a sentirse pesado.

 

-          Si pudieses pedirle algo, lo que sea… ¿Qué le pedirías? – Por dios, Killer tenía que darme una buena respuesta no es así, si no, nunca podría justificar esta paranoia.

 

-          Mmm… - Dice creándose un filosófico silencio entre ambos, lo suficiente como para que me sintiese la vergüenza tratando de ganarse un lugar en mis mejillas, menos mal que Killer habla antes de que eso ocurra – Pediría que sonriera…

 

-          ¿Huh?  

 

Vaya, lo dijo tan convencido, con una cara tan seria y a la vez tan dulce que no pude aguantarme una carcajada estrepitosa. Esto era demasiado divertido para ser real.

 

-          ¡No te rías! Tu preguntaste… no te rías entonces… - Dice avergonzado.

 

-          Perdón, perdón… - Digo tratando de frenar mis risas - ¿Por qué?

 

-          ¿Por qué de qué?

 

-          ¿Por qué quieres eso…? ¿No deseas algo más?

 

-          ¿Eh? ¿Para qué algo más?

 

-          No me respondas con una pregunta… - Digo entrecerrando mis ojos, él parece entender un poco mi inseguridad repentina.

 

-          ¿A qué te refieres con algo más? No entiendo bien…

 

-          Por ejemplo, que te entregara todo…  Que te diese su… ¿Corazón? – Esta vez es él quien se ríe fuerte, siento que en cualquier momento el insulto llegará y de hecho llega.

 

-          ¿Qué clase de idiota egoísta quisiera eso?

 

Mierda…

 

Él continua riéndose, mientras yo me siento y escondo mi boca con la mano izquierda. No fue hasta que ve mi expresión que frena sus risas.

 

-          Kid… No me digas que le dijiste eso a…

 

-          Cállate… - Esto era tan vergonzoso. Killer abre la boca formando una “o” y luego se rasca la cabeza.

 

-          Vaya yo creía que era un poco más considerado…

 

-          ¿Qué quieres decir? -

 

-          … Kid… No puedes decirle eso a nadie… Menos si ese alguien es el idiota ese…

 

-          ¿Eh? – Killer suspira.

 

-          Dime que te dijo cuándo le soltaste eso en la cara... – Killer parece serio, comienza a preocuparme, ¿te había dicho algo muy malo?

 

-          Dijo que no entendía… Pero el que no entendía era yo… él dijo que quería volver a lo que teníamos… yo no quiero solo eso…

 

-          Entonces le dijiste las palabras prohibidas ¿no?

 

-          ¿Palabras prohibidas?

 

-          Mira en una relación siempre hay códigos ¿no? Uno no puede decir: necesito un tiempo para pensar, no eres tu soy yo, has subido de peso, eres solo mío y nadie puede mirarte y muchas otras… entre ellas está el dame tu corazón… Por dios eso era romántico cuando las tetas de mi abuela estaban en el lugar correcto… - Aunque me siento fatal por lo que dijo no puedo evitar soltar una risa con lo último.

 

-          ¿Cómo puede decirme eso un tipo que dijo “pediría que sonriera”?  - Trato de atacarle.

 

-          ¿Haaa? Eso es un clásico, nunca pasará de moda al igual que muchas cursilerías baratas que aun en estos tiempos hacen que te lluevan sostenes y calzoncillos… - Dice como si fuese la cosa más obvia del mundo.

 

-          Mierda…

 

-          Kid… se nota que esto de tratar de ser romántico y genial no te va… - Dice encogiéndose de hombros.

 

Al ver mi cara de preocupación Killer suspira, y es que estoy tan sumido en esa sensación de estupidez absoluta que no tengo ganas de seguir escuchado a Killer, dolía que te dijeran idiota en tu cara, sabiendo que la cagaste.

 

-          Mira… debes dejar que las cosas vayan de a poco… ¿Por qué no simplemente le pides que sea tu novio? Lo que venga después es cosa del ¿Destino? No seas impaciente…

 

-          Lo dice la persona que le pidió salir a un tipo que apenas conocía…

 

-          Pero de a poco lo he ido conociendo,.. Y me gusta cada día más… ¡Deja de ser tan malditamente terco! Lo único que tienes que hacer es bajar de la nube.

 

Me molesta que Killer siempre tuviese razón, era como si el mundo se confabulara contra mí y le diese la tranquilidad necesaria para dejarme abochornado por mi propia ignorancia. Aun así le agradezco desde el fondo de mi corazón.

 

Aunque molestara, tiene razón y escuchar esas palabras quita un peso sobre mis hombros y aclaran un poco mi cabeza.

 

Ya había decidido que decirte cuando te viese, después de ir a buscarte hoy, con esos ojos fríos y paralizantes, indiferentes al mundo, con tu cuerpo hecho de contrastes y tu alma llena de incertidumbres y alborotos.

 

Muerdo mi labio inferior y me recuesto de nuevo. Maldito Killer… está sonriendo tan contento que estoy que le pegaba un puñetazo en la cara… Estúpido no tiene que ponerse así por verme más aliviado…

 

V “Por fin…” (Law)

 

Te diviso cuando ya estaba lejos, el color de te cabello me paraliza un poco.

 

Te mandé un mensaje porque quería verte en el parque de siempre, no sería bueno que Luffy me viese a la entrada y me llevara con él.

 

Cuando estás cerca de mí siento las piernas temblar ligeramente, no estoy seguro de las palabras que debería utilizar es estos momentos, pero estoy seguro del tema que debía abordar.

 

-          Hola Trafalgar…- Sonrío un poco, te ves encantador con el uniforme más arreglado de lo normal, pareces una especie de estrella de rock tratando de ser formal.

 

-          Eustass-ya – Su nombre resbala por mis labios lentamente.

 

-          Parece que fue hace años que no te veo…

 

-          Solo fue un día… - Sonríes de forma cálida.

 

Parezco un adolescente hablando con su chica la primera cita, las manos me sudaban y sentía que mi corazón saldría corriendo por la calle. Estoy ansioso por poder verte ¿Tu no?

 

-          ¿Deberíamos ir a un lugar más privado? – Dices cuando unos chiquillos pasan por nuestro lado, te ves claramente agitado. Tu cabello está sujetado con una especie de cintillo negro que se marcaba un poco pero por lo general se perdía entre las hebras coloradas de tu cabeza.

 

-          No… No te preocupes esto sería rápido.

 

-          Tan al punto…

 

-          ¿Qué esperabas una especie de introducción?

 

-          Sé un poco más ´paciente, podrías preguntar por mi día, yo preguntaría por el tuyo, cosas por el estilo.

 

Decidimos a sentarnos uno al lado del otro en una baquilla escondida bajo un árbol, es divertido verte quedar enganchado en las ramas que mantenían ese lugar como un santuario.

 

-          Malditas ramas hijas de puta…

 

-          No tienen la culpa de que seas tan grande… - Digo torciendo una sonrisa, pareces enfadarte, que expresión más tierna.

 

-          ¿Bueno no querías ir al grano? -  Mi sonrisa se tuerce aún más.

 

-          Si… Venía a responderte…

 

Te remueves y me miras expectante. Yo por mi parte juego con los dedos pulgares sobre mi regazo y agachó la cabeza haciendo que el cabello me tapara parte del rostro. Tratas de contener las ganas que tienes de obligarme a decir lo que siento. Trato de calmarme, tal vez si debí hacer algo de introducción.

 

Nos quedamos en silencio porque no me atrevo a continuar, los pájaros trinan arriba de nuestras cabezas mientras el sol oculto se asoma por debajo de la blanca cortina y parece querer perlar las nubes grisáceas.

 

El ambiente no es el que yo quisiera, pensé que sería más fácil comunicarte todo esto que estoy sintiendo.

 

-          ¿Trafagar? – Escucho la impaciencia en tu voz, el corazón me corre a minutos por hora.

 

Unas chicas pasan por delante pero no nos ven ya que estamos ocultos, ellas ríen y se toman de las manos. Siempre me pregunté porque a las chicas se les es más fácil andar así por la vida, tomarse de la mano, abrazarse, tocarse tiernamente, todo aquello por lo que esta sociedad estúpida nos criticaría a mí y a ti si nos viesen.

 

Maldición esperas mi respuesta ¿no es así? Mi boca se abre pero no logro hacer que ninguna silaba resuene.

 

Calma, calma… No irás a ningún lado, no hay razón para apresurar esto…

 

Te miro intensamente; sé que lo hago, porque siento que hecho fuego por los ojos, tú te sacudes contra el respaldo de la banquilla. Te ves aún más nervioso de lo que yo estoy… No sé si eres consciente de que juegas con tus dedos entrelazándolos de vez en cuando y corres tus ojos mientras estas bajo los míos. Ellos tiemblan fuerte como inmisericorde sismo, tú también como si fuesen las réplicas.

 

-          Me preguntaste que era capaz de dar por ti… también me preguntaste si podría darte mi corazón… - Te muerdes tu labio inferior ligeramente, eres un libro abierto, puedo leer cada maravillosa historia que me cuentan tus emociones – La respuesta es… No lo sé…

 

Fijas completamente tu mirada incrédula en mí, yo por mi parte cierro los ojos como si no tuviese nada más que decir. El silencio reina nuevamente entre nosotros. Entonces en la oscuridad mis sentidos se agudizan y puedo oler el tenue bamboleo de tu colonia contra el oxígeno, también tu aroma camuflado en ella, puedo escuchar tu pie moviéndose frenéticamente pisoteando de tanto en tanto fuerte el talón.

 

Estás nervioso, tanto que se me hace irresistible, creo que atesoraré este momento por el resto de mi vida: La primera vez que te vi así de tierno, así de loco por mí. Me gustas tanto…

 

-          ¿Qué significa eso? – Tu voz es insegura, otra cosa que recordar... Medito un poco las palabras sin encontrar sentido alguno en ellas, el alfabeto traicionándome no quiere que te transmita mis sentimientos. Dejo que mi boca se desate, que ella hiciera como quisiera.

 

-          Significa… Que no lo sé… No puedo darte en estos momentos nada de lo que me pides, no soy capaz de arrojarme a un barranco para salvar tu vida tampoco – Vaya donde salió ese dramatismo de repente. Te escucho reír bajito.

 

-          No es para tanto… - También rio un poco. El ambiente se tranquiliza.

 

Dejo que el silencio cree el suspenso entre nosotros ¿Qué es la vida sin esta sensación entre el sí y el no? Tomo aire y aprieto mis puños, ya era hora…

 

-          Eustass-ya… Me gustas…

 

Veo como en tus ojos revolotea la felicidad y la euforia de un segundo a otro, ensanchas tu sonrisa y luego tapas tu cara antes que te atacara la sangre que te enrojeció el rostro por completo, a pesar de eso lo noto por tus ya enfurecidas orejas que también son acometidas por el sentimiento que te embriaga.

 

Entonces sin darme cuenta también soy víctima de él. El dorso de mi mano llega hasta mi boca que siente la respiración escaparse poco a poco. Mierda, la cara me arde como el infierno.

 

Siento que todo el parque puede escuchar mis latidos, que todo el cuerpo se me estremece, calienta, enfría, gira, corre, voltea, retuerce, estoy sintiendo como se apodera de mi esto que tanto me había negado, contra lo que tanto había luchado.

 

-          ¡¡GUAAA!! – Gruñes estampando tus palmas contra la cara, escucho el típico PLAF de las cachetadas. Te miro con curiosidad, siento como si mi cerebro se hubiese desconectado y solo existiéramos nosotros y estas extrañas sensaciones

 

-          ¿Q-qué?

 

-          ¿Es en serio? ¿Te gusto? Oh maldición… repítelo por favor… - Me tomas de las manos destapando mi boca, siento que voy a morir de la vergüenza.

 

No puedo contestarte, abro y cierro mis labios como un pez. He quedado en shock.

 

-          Trafalgar… ¿Yo te gusto? – Tus ojos llamean fuerte, siento como me queman poco a poco. Estás temblando tanto, llego a mi límite.

 

-          Si… - Susurro casi inaudiblemente.

 

-          ¿Eh? Más fuerte no escuché… - Aprietas mis manos.

 

-          Mierda ¡Ya dije que si! ¡Me gustas! ¿Tengo que decirlo de nuevo? Me gustas… me gustas, me gustas… ¡ME GUS…!

 

Antes de que terminé el grito tapas mi boca, con una de tus manos temblorosas, con la otra aun sostienes las mías. Has enrojecido de nuevo, te ves tan lindo sonrojado ¿Te lo habían dicho?

 

-          Y-ya entendí… - Dices hecho una maraña de dulzura. Creo que me comenzara a gustar más las cosas repletas de glucosa.

 

Me sueltas lentamente y ambos apartamos las miradas parecemos un par de tortolos así de sonrojados y tímidos.

 

-          Así que… - Digo tratando de parecer más maduro, más tranquilo, a pesar de que por dentro me como las uñas en un rincón – Yo… no puedo darte todo lo que me pides… No ahora…

 

-          No te preocupes, sé que yo tampoco puedo darte todo… Pero con el tiempo tal vez…

 

Aun no me atrevo a mirarte.

 

-          Entonces… ¿También te gusto?

 

No contestas si no que pones una cara de enfado, como si un demonio se apoderara de tus facciones. Al verlo me quedé paralizado un poco, como una rata haciéndose la muerta, así de patético.

 

No me di cuenta cuando fui aprisionado por tus brazos y nuestros labios quedaron pegados. Es un beso furioso, vehemente, siento el dolor de haber sido chocado por tus dientes a través de los labios.

 

Sin embargo, de a poco te vas suavizando, lento seguro, me lames pidiendo perdón. Yo por mi parte me dejo llevar por las sensaciones que tu boca en la mía podía conjurar. Si tus besos son así de cariñosos todos los días pronto terminaré más que rendido a tus pies.

 

Nos separamos ligeramente, abres tus ojos y a través de los parpados la obra comienza mostrándome su más maravillosa obra de teatro basada en una historia real. En el fondo de tus pupilas veo la lluvia ambarina amainara sale el sol a lo lejos, tímido y constelado.

 

Me besas repetidamente como si no queriendo perder la sensación de ese roce magistral.

 

-          ¿Hasta ahora te das cuenta de eso? – Dices al cabo de un tiempo. Atontado como estaba no entendí un carajo.

 

-          ¿Que?

 

-          Siento lo mismo por ti… ¿No te habías dado cuenta? - Tu voz profunda levanta cada vello de mi cuerpo,  las ondas eléctricas caen sobre mí.

 

Te abrazo y coloco mi cabeza en tu hombro. Suspiras y yo contagiado también lo hago. Tal vez ahora me gustas, tal vez ahora el mundo es el presente, tal vez ahora el tiempo se detiene un segundo… Tal vez mañana te quiera como nunca he querido a nadie…

 

Quiero que estos sentimientos crezcan y solo existe un camino para ello…

 

Permanecer a tu lado…

Notas finales:

NOOOOOOOOOOOOOO NO QUIERO QUE SE ACABE ASÍ DE PRONTO.....!!!!! QUE ME MUERO POR DIOS!!!!!

Mijas perdon por la falta de lemon... pero hago lemon o me quedo sin dedos hahahaha xD

Quería preguntar... les gustaría que hiciese una especie de epílogo o algo como dos especiales onda "Lo que pasó después de..."

Si ustedes quieren lo hago... Así para sacar unas cuantas espinitas que quedaron con los finales así como están quedando... Ademas de pulir ciertas coitas que deje como "¿Qué?"

EN FIN YO LAS AMO CON TODO MI CORAZÓN SON FANTÁSTICAS, SIEMPRE ME DAN SU HERMOSO A POYO Y YO AQUÍ SIENDO UNA OSA DE PELUCHE MUY MELOSA!!!!!

LES QUIERO, LES QUIERO LES QIERO UN MONTÓN... 

me debo en todo a ustedes... porque son algo importante para mí... Sienpre estoy abierta para satisfacer a sus peticiones, no me importaría :3

Hermosas han sido mis inspiraciones!!!!

En fin gracias por millón >0<

ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO EL CAPÍTULO COMO A MI ESCRIBIRLO!!!!

ESPERO SUS REIEWS!!! <3<3<3<3<3

PD: Cheka-chan si lees esto lo siento por ser tan impuntual xD

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).