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Solo me hace amarte más por devilasleep11

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Notas del capitulo:

HOOOOOLA!!!!

:3

Que puedo decir.... Primero que nada perdón por no subir la semana anterior. Me fuí una semana al sur con mi curso y aunque llevé el computador y todo eso ni siquiera escribí el capítulo (Me fui de juerga esa semana :D)

Y segundo OMG!!!
Este cpítulo fue tan extrañoooo!!!!!La primera parte astá casi basada en la experiencia rancia de una de mis amigas hehe xD... Y es que eso no era nada en comparación con todas las tonterías que ocurrieron esa noche si las escribía muy capaz que terminaría con un libro tituado "Mi amiga despertando en un charco de vómito"... :v ahahahahahah...

En fin!

Espero que les guste el capítulo ya que se viene algo un tanto ¿¡QUÉ!?...

QUE VENGA EL CAPÍTULO 5!!!!!!!

 

Capítulo 5: "Dibujándote una silueta"

 

 

El humo en la habitación se suspendía en el ambiente como gruesas gotas de agua. Su mirada estaba un poco borrosa. Escuchaba risas ¿Era esto un cuarto?

 

-          Mmm… Kid - El tufo a cerveza, cigarrillos y cannabis le llegó como una bofetada.  De seguro él olía igual o peor.

 

Trató de enfocar y de concentrarse en quien le había recibido con tan apestosa bienvenida a la entrada noche. Si, era de noche por el frío que sentía ¿o es que en verdad era efecto de todo lo que había consumido?

 

Ni siquiera había sentido el peso de la chica que estaba sentada sobre sus piernas en el sofá ¿Era el sofá? No, era la habitación ¿Era a cama? No era el suelo junto a la puerta. Pasó rápidamente la mirada por la habitación dándose cuenta que era nada y más ni nada menos que la habitación de los dueños de casa.

 

Killer me va a matar si se entera, el pensamiento llego junto a una fuerte nausea. Realmente se había sobrepasado con todo. La música seguía sonando, aunque la escuchaba acoplada y a lo lejos, cuando realmente sonaba en el piso inferior a todo lo que da.

 

-          Vamos cariño… - Le decía la chica tratando de levantarlo ¿Cuántos porros se había fumado? ¿Cuántas cervezas se había empinado? ¿Había vomitado ya? Al parecer no.

 

La muchacha era ¿rubia? Si era rubia, o por lo menos su pelo destellaba en un amarillento grasiento, o eso le pareció. Tenía puesto un top ¿Blanco? Y unos shorts cortísimos, lo comprobó al pasear, sin ganas, la pierna de la muchacha.

 

-          Kid… - Dijo melosamente a su oído. El pelirrojo la empujó, no soportaba el olor que salía de su boca, ella también estaba muy bebida. Se levantó haciendo que la habitación girara, sin embargo con ese porte arrogante característico de él no se meneó y comenzó a caminar hacía la puerta - ¿¡Me dejaras pagando!? – Gritó chillonamente, a Kid le molestó más de la cuenta, se dio vuelta con una sonrisa macabra en la cara y unos ojos tan fríos que hicieron que la muchachita se estremeciera, no sabía si de miedo o de deseo.

 

-          La boca… - Dijo en un susurro.

 

-          ¿Eh?

 

-          Algo se te ha muerto en a boca… O quizá sea esta misma la que está muerta… - Dijo pensativo dejando a la muchachita roja de furia en el cuarto.

 

Mientras iba bajando el olor a alcohol y marihuana lo mareo un poco. Iban subiendo un par de muchachitas besándose como si no hubiese mañana, pasó por su lado sin prestarles intensión.

 

Cuando llegó abajo la oscuridad iluminada por la enorme esfera en medio de la sala y la música le dieron otra bienvenida. Se acercó de a poco a la mesita que habían puesto allí, franqueando a la gente que bailaba pegada como lapas, manoseos por aquí manoseos por allá, si eso parecía una discoteca famosa y corriente de lo lleno que estaba, todos fumando o tomando; había gente hasta tirada en el piso y una cola gigante en el baño de donde salían ruidosos sonidos. Una chica golpeo encolerizada  gritando “¿No pudiste encontrar un lugar mejor para metérsela a esa puta?”, el bailecito nervioso tenía escrito un necesito orinar urgente.

 

Todavía quedaban suficientes cigarrillos voladores en la bandeja, hace unas cuantas horas atrás él mismo había ayudado a construir una especie de pirámide con ellos. Coctel para los incautos como él. Unos cuantos centímetros más allá había una bandeja casi vacía en la que habían puesto un montoncito de la misma hierba con unos cuantos papelillos a los lados, después de todo el placer de enrolar era más llamativo.

 

Iba a sacar otro pero se arrepintió, el olor lo estaba hartando. En la misma travesía con la que se había acercado a la mesa salió al patio. Entre medio de todo había tomado de no sabe dónde un vaso con ¿Vodka? ¿Killer se había dado el lujo de comprar eso? Si es que con suerte le había sobrado con lo de la hierba.

 

Al estar afuera maldijo que todo el mundo invitara a todo el mundo, el patio también estaba lleno. Pero después de todo el padre  de Killer se habían ¿Casado? Si se habían casado con una mujerzuela calentona que hasta a ellos se les había insinuado. Le habían invitado al matrimonio y Killer le había prestado un traje para que llevara, se había sentido tan ridículo. Lo bueno de todo había sido que cuando se fueron de luna de miel le habían encargado la casa a su hijo adolescente Killer, que impulsado por el mismísimo Kid decidió dar una mega fiesta ¡Si hasta se había conseguido una máquina de humo y otra de espuma!

 

Hastiado de todo el mundo y a bulla decidió irse al patio trasero en donde solo podías entrar si te encaramabas por la pared y caminabas unos tres metros por el techo o usando la llave y salir por dentro. Claro que Kid nunca había usado la segunda entrada.

 

Como pudo se encaramó por la pared y subió. No supo de qué forma pero borracho y volado como andaba llegó hasta el patio trasero no sin antes rasmillarse una de las manos por no dejar que el vaso, aún con el pecaminoso líquido adentro, se le cayera. Allí se encontró con el mismísimo Killer que fumaba mientras miraba las estrellas reflejadas en la piscina que tenía. Realmente esa era una enorme y bonita casa que después de ese día parecería el baño público del metro o algo así.

 

-          Hey… - Dijo sin ánimos el rubio sabiendo perfectamente que era Kid quien llegaba.

 

-          ¿Qué mierda haces en el frío con semejante fiesta aquí solo y fumando?

 

-          Me tenían harto…

 

-          Ja… Si a mí hasta me atacó una pequeña puta… - dijo pegándole un fuerte sorbo al vaso. Casi se había terminado el contenido completo.

 

-          ¿Y no te la tiraste?

 

-          ¿En la pieza de tus padres? No me hagas pasar por un puto cerdo… Si hasta imaginarme que tu viejo se come ahí a esa prostituta se me revuelve el estómago – Kid hizo el gesto de vomitar haciendo que Killer soltara una carcajada. No lo soportaba, nunca soportaría que se haya casado con una tipeja que podía ser su hermana.

 

-          Eres un maldito hijo de puta ¿Sabias?

 

-          No me digas… - Dijo fingiendo asombro. Carcajearon de nuevo con mucho ánimo, se notaba que la droga les hacía efecto.

 

De pronto se escucharon unos fuertes gritos junto con el ruido de un golpe y algo rompiéndose. Killer y Kid se quedaron mirando seriamente. Entraron por dentro de la casa. Por primera vez Kid estaba allí y ni siquiera le dedicó una mirada a su alrededor. Caminaron lo más rápido que su estado les permitía.

 

Llegaron hasta la sala en donde se un par de idiotas estaban moliéndose a golpes. Claro que uno de ellos era muy bueno. Había mandado a volar el sillón y un jarrón que parecía muy caro. Killer se vio a si mismo colgado de un tobillo desde el segundo piso. Miró a Kid quien ni se molestó en hacer que los dos muchachos tuvieran un minuto para asimilarlo. Los tomó por el cuello de la camisa y los condujo hasta fuera de la casa donde los jóvenes seguían atentos todo lo que ocurrí. Más de una luz de las casa vecinas se encendieron al escuchar la sarta de groserías que se gritaban el uno al otro.

 

Al parecer uno de ellos era el novio de la chica con la cual el otro atracaba entre besos en el sofá junto a un par de drogados que con suerte podía levantarse.

 

Quizá eran las cuatro de la mañana. No sabía pero tanto jaleo le tenía más que irritado. Les arrojó en la calle, ambos hombres se dieron vuelta a mirarle.

 

-          ¿¡Qué te ocurre!? ¿¡Qué mierda te metes cabrón hijo de la gran perra!? – Gritó el que parecía ser el novio cuernudo. La voz le salió más aguda de lo que seguramente era.

 

Kid sin mencionar nada lo mando a volar con un fuerte derechazo. El que parecía ser “el otro”  también le increpó y se le abalanzó. No supieron cómo ni porque ni que tenía que ver Kid con todo eso pero terminó enfrascado en una pelea con los dos sujetos, quienes con gallardía habían podido acertarle un par de golpes en la cara y el en estómago, dado el estado letárgico de Kid era normal.

 

Sin embargo este sacando un puñetazo desde la cintura, girando su cuerpo con gracia le propinó al cuernudo un golpe en la boca del estómago, éste hizo que el sujeto tosiera, se mareara y cayera al suelo por la magnitud del impacto. El otro al verse frente a la bestia que era Kid, agarró de pronto un pedazo de vidrio en el suelo, de seguro alguien había arrojado una botella de cerveza cerca de allí.

 

Se arremetió con todo lo que tenía, desviándose torpemente junto en el momento en que Kid por la falla de su motricidad no alcanzó a correrse, si no fuera que el otro también estaba borracho de seguro que no la contaba dos veces. Sin embargo solo alcanzó a rozarle la mejilla ligeramente. Aprovechándose el desconcierto del sujeto en una fracción de segundo que a todo el mundo presente le pareció pasar en cámara lenta, Kid se posicionó echando elegantemente su cuerpo hacía un lado impulsando una de sus piernas girando con agilidad y maestría estampando una gran patada de lleno en la cara del tipo.

 

En el instante en que el sujeto caía en el suelo se le acerca una muchachita llorando el circulo de jóvenes que se había congregado a su alrededor les miraban con temor y morbosa admiración mientras la muchachita en cuestión le gritaba insultos.

 

-          Si de principio no fueras tan puta no le hubiese partido el culo a ese idiota… - Dijo con frialdad. A lo lejos se escuchó la sirena de un auto policial.

 

-          ¡Mierda Kid…! – Le gritó Killer que miraba entre orgulloso y preocupado al pelirrojo quien, de nuevo, sin que nadie le dijera nada corrió a la casa.

 

Sin embargo no que más que una falsa alarma.

 

Killer ya harto de la inmensa presión que sentía se dirigió  los que aún estaban a fuera y decidió que la fiesta había llegado a su fin. Lamentablemente no podía hacer lo mismo con los que estaban dentro de la casa. Pero no dejo entrar a nadie más. Por su lado Kid había corrido hacia el baño de Killer en el segundo piso.

 

Agradeció que nadie hubiese entrado a la pieza del rubio. O por lo  menos eso creyó. Al prender la luz y sentarse en el inodoro con la tapa puesta se paseó a manos por la cara. Puto día, puta fiesta.

 

No se dio cuenta cuando al cuarto de baño entró sigilosa, una muchachita que le echó el seguro a la puerta. Kid al escuchar el clic levantó la cabeza para mirar a la despampanante morena que había entrado.

 

Esta le ofreció una sonrisa, él se la devolvió.

 

Ella se le abalanzó sin más besándolo con deseo. Kid se dejó hacer, la boca de la muchacha tenía un gusto dulzón y olía a almendras, nada como la otra con la que había despertado hace unos cuantos minutos.

 

-          Siempre te he estado mirando…. – Ronroneó la muchacha a su oído.

 

De pronto y por efecto de que en realidad todavía seguía bajo el efecto del alcohol, la morena de a poco se fue transformando en cierto pelinegro de piel acanelada y fríos ojos grises, quien torcía con malicia y soberbia una sonrisita lasciva. Sin controlar sus impulsos se convirtió en una bestia ansiosa por sentir ese cuerpo tan embriagador. Solo había un nombre en su cabeza… Trafalgar

 

XXXXX

 

El pelirrojo se despertó con un dolor de cabeza horrible, unas ganas de comer enormes y una morena acostada a su lado. Miró a su alrededor. Por lo menos no estaba en la habitación de los padres de Killer. Se levantó haciendo que la resaca le paralizara, se llevó la mano a la cabeza, tapando su cara. Ciertamente se había pasado.

 

Buscó su ropa solo para darse cuenta que no eran los únicos en esa habitación, En el piso estaban tirados un par de chicos uno con los bóxer puestos y el otro completamente desnudo si no fuera por la chaqueta tapaba ¿Cuándo mierda había entrado? O mejor dicho ¿Cuándo mierda habían entrado a tener sexo? Ni la más mínima idea.

 

Paseó con pereza la mano izquierda por la cara. Salió de la habitación solo para encontrarse con su amigo en el pasillo, llevaba un par de borrachos arrastrando por el suelo. Era hora de sacar la basura. Kid tenía unas enormes ojeras que junto con su cabello desordenado, el olor y la ropa a medio poner parecía una especie de zombi mezclado con un vagabundo asqueroso. Dejando caer uno de los borrachos que ni cuenta se dio, apuntó al pelirrojo, si estaba a unos dos  metros de él sentía su olor a sexo y alcohol, luego apuntó al baño y entrecerró los ojos.

 

Kid por supuesto había entendido. Se dirigió a la ducha, no sin antes míralo de soslayo. Killer comprendiendo esa mirada preocupada junto el dedo índice y el pulgar y juntos los paseó por su boca. Lo que pasaba en la fiesta se quedaba en la fiesta.

 

XXXXX

 

Era su enésimo suspiro del día. Killer se le quedó mirando ¿Desde cuándo Kid suspiraba?, eso ya se le estaba haciendo demasiado extraño.

 

La cara pálida del pelirrojo en una melancólica expresión, sus cabellos rojizos y rebeldes acariciados por el viento, el cuello de la camisa entreabierto y revoloteando con el oxígeno, soltando las partículas de su delicioso perfume, fuerte y sutil, combinado con su esencia ruda. Sintió un pequeño latido contra su pecho. Otro suspiro. Dudó antes de preguntar.

 

-          ¿En qué tanto piensas?

 

-          ¿Eh? – Miró despreocupado a su amigo.

 

¿En qué pensaba? Claro, era fácil y solo una respuesta se le vino a la cabeza, Trafalgar… Y es que el moreno ese había estado ocupando su mente desde hace mucho. Le imaginaba con ese sonrojo tan pervertido, con esa sonrisa cabrona, con el cuerpo surcado por gotitas de sudor, sus suspiros y jadeos de éxtasis golpeaban en sus oídos en un recuerdo casi efímero. Mordió su labio y desvió la mirada. Killer esperaba obviamente que le respondiera y lo haría.

 

-          Estoy rodeado de mierda, creo… - Y ahí iba otro suspiro ¿Desde cuándo suspiraba ese idiota frío?

 

-          ¿Alguna razón en especial? – El rubio se desparramó en el suelo de la azotea. Se habían saltado la clase de química pero eso era tan poco importante al lado de la curiosidad que nació en el rubio por las palabras de su amigo. Hubo un largo minuto de silencio que fue roto por el pelirrojo.

 

-          Lo hice con un tipo… - Murmuró, Killer abrió los ojos desmesuradamente bajo la pantalla de cabello, sus mejillas se le colorearon ligeramente ¿Había escuchado bien? Las palabras suspendidas en el aire le dieron la repuesta.

 

-          ¿De verdad? – No atinó a decir nada  más ¡Es que nunca imaginó a Kid pudiera hacerlo con un chico! Si bien tenía sexo con muchas chicas pero con un hombre era un nuevo paso. Si bien él ya lo había hecho, escucharlo de Kid era extraño.

 

-          Si fuera mentira no te lo diría… - Le miró – Pero no puedo dejar de pensar en ello…

 

-          ¿Eh?

 

-          Fue muy bueno…

 

-          ¿EH?

 

-          Por primera vez me siento tan caliente por alguien…- Otro suspiro.

 

-          ¿¡EH!?

 

-          Quiero verlo… - Un moflete infantil adornó la cara de Kid. Eso fue un pensamiento más que una frase dirigida a Killer.

 

-          ¡ESPERA!... ¿¡Qué!?

 

-          ¿Qué mierda te pasa? – Killer no entendía nada ¿Ese delante de él era el verdadero Kid? ¿No era una cámara culta? Si era eso ya era suficiente.

 

-          ¿Qué mierda me pasa? ¿Qué mierda te pasa a ti? Ni con una chica te había escuchado decir eso… ¿Qué pasaría si…? – Se calló de pronto Kid, se le quedó mirando extrañado. Es cierto su mente iba a la velocidad de la luz pero frenó de golpe cuando la imagen de cierta muchacha se le cruzó por la cabeza. El terror le invadió.

 

-          ¿Qué pasaría si qué…? – No debió haber dicho eso, ahora Kid le pedía una explicación. Trago saliva ruidosamente.

 

-          ¿Qu-qué pasaría si… ELLA se enterara? – Kid abrió los ojos de par en par esta vez.

 

-          No me digas que le dirás…

 

-          No es eso a lo que me refiero… Kid… Si fuese con una chica podía perdonártelo hasta… pero te estas aventurado con algo que después te va a costar manejar…  – Killer deseo que la tierra se lo tragara. La cara de Kid cambió por completo. Era ESA mueca asesina.

 

-          ¿Qué carajos estas diciendo?

 

-          Es que es primera vez que te veo… ¿Suspirar? Por alguien y más aún… Decir que le quieres ver… - Killer deseó callarse en el momento en que el aura de Kid cambió de calmada a tempestuosa.

 

-          ¿Pero de donde sacaste eso? – Gritó Kid encolerizado dándole un fuerte golpe en la cabeza – Voy a dejarte esto muy claro… Es bueno teniendo sexo y tiene un culo vicioso, nada más… Sexo y solo sexo, eso, es bueno haciéndolo y es un maldito maniático, sabe cómo moverse ¿Entiendes? ¿Cómo puedes pensar que puede ser algo más?

 

-          Nunca antes habías querido volver a ver a alguna con las chicas con las que te acuestas… Yo entiendo el embrujo que provocan los muchachitos… Solo digo que debes tener cuidado.

 

-          ¿Y eso te hace pensar estupideces? No estoy para juegos… Además ya sabes que ella no se enterará nunca… No soy tan imbécil… A no ser que fueras tú el quién le dijera.

 

-          ¡Eso nunca va a pasar!

 

-          Lo sé… Por algo te lo cuento ¿No?

 

-          Claro…

 

En ese mismo instante un olor dulzón le llegó a ambos, supieron al instante a la persona que pertenecía esa colonia. Kid se acercó el dedo a la boca para que Killer no dijera nada, cosa que no era necesaria, pero de todas formas lo hizo. El pelirrojo sintió como ese olor se le acercaba junto con las ruidosas pisadas que arañaban lentamente el piso de la azotea. Unos brazos blancos como porcelana le rodearon el cuello y un cuerpo voluptuoso se apoyó en su espalda. Killer hizo un ademán de saludo.

 

-          ¿Qué tanto cuchichiaban los dos aquí solitos? No me digas que ya me estabas poniendo los cuernos con Killer… - La voz revotó en los oídos de Kid quien esbozó una sonrisa – Bueno Killer déjame decirte algo… Kid es mío… - Un beso en el cuello firme del pelirrojo hizo que este se estremeciera un poco, era su punto débil y ella lo sabía de sobra.

 

-          Bueno… - Dijo Killer acercándose a Kid como un felino hambriento con una cruel y divertida sonrisita. Cuando estuvo cerca, el rubio pudo aspirar el aroma dulzón que se entre mezcló con la colonia de Kid haciendo una combinación extraña, demasiado potente, molesta. Sin embargo igualmente paseó el dedo por el cuello de Kid y luego dirigió la mirada a la persona que lo abrazaba. Kid se estremeció de verdad esa vez, Killer también sabía que ese era un lugar demasiado prohibido e igualmente se ensañaba – No puedes estar con él todo el tiempo, no sabes lo que hace a tus espaldas…

 

-          ¿Ah sí?

 

-          Claro… - El pelirrojo se sentía como si no fuera él por quien peleaban como niños esos dos. Total no importaba, estaba acostumbrado que lo hicieran.

 

-          No te atreverías a poner un dedo sobre mi Kid…

 

-          ¿En serio? ¿Y por qué crees que no lo haría? ¿Qué sabes tú…?

 

-          Bien, la repuesta es muy simple… - El rubio le puso total atención, la boca pintada con un brillito rosado que en la piel clara la hacía resaltar con dulzura, se acercó al oído del pelirrojo, soltó un poco de aire sobre él, pero le pareció demasiado frío, dio un pequeño respingo era gélido y sin vida. Un suspiro muerto – No eres lo suficientemente hombre como para enfrentarte a esos sentimientos… - Dicho eso mordió la oreja de Kid y luego le echo la cabeza hacia atrás.

 

Killer hizo un puchero de resignación al ver como posicionaba los labios rosados sobre los de Kid quien ni siquiera hizo un esfuerzo por alejarse ¿Para  qué alejarse de un beso de tu novia oficial?

 

Sintió un dolorcito en el pecho y miró a otro lado, ya no era un simple beso si no que hasta las lenguas formaban parte del juego.

 

Siempre era lo mismo, ella lo besaba, él se dejaba, ella no se daba cuenta de las vendas, cicatrices y moretones que llevaba él en la cara, él no se daba cuenta de las vendas, cicatrices y moretones que llevaba ella en el corazón, ella se hacía la ciega, él se hacia el desentendido, ella usaba sábanas rojas en un motel, él con tal de que fuera cómodo todo bien, ella le miraba por sobre su hombro albino, él dejaba que diera vueltas como un trompo en la palma de su mano, ella decía amarle, él decía quererla, ella tenía dos amantes fijos, él hasta con chicos se iba a la cama.

 

Pero aun así seguían siendo novios, nunca se habían pillado en el acto concreto, nunca una conversación extraña por las redes sociales, nunca una foto, nunca una llamada de un número desconocido, nunca… Ambos sabían muy bien esconder sus porquerías, y por consiguiente no había motivo para terminar. Ningún amante era importante para ellos y  por ese lado tampoco había alguna razón para hacerlo.

 

Por fin ella se alejó de Kid, miró victoriosa a Killer quien lanzó un gruñido. Se despidió de su adorado novio y luego fue a pedirle perdón al rubio con un beso en la mejilla. Dijo que volvería con sus amigas que estaban viendo quien sabe qué cosa y  no quería perderse el espectáculo. En ese momento Kid recordó que ella debía estar en clase de educación física, los cortísimos shorts que usaban las chicas para esa clase evocó el recuerdo. También que hacían educación física junto a uno de los cursos más grandes, a las chicas les gustaba mirarlos mientras jugaban.

 

Se perdió un instante en el contorneo de sus caderas, en su trasero delicado y voluptuoso, en su abreviada cintura, en el pelo rosa que caía en una coleta, recordó su cara, el piercing que tenía en la mejilla derecha, sus ojos claros y fuertes, su carácter de fiera y sus besos dulzones, le había dejado brillo en la boca. Killer al darse cuanta no pudo evitar soltar una carcajada.

 

Si es que se sentía tan “encendido” cuando miraba a una mujer ¿Cómo es que ese moreno había logrado una revolución en su sistema?

 

Ahí estaba de nuevo suspirando. Killer decidió que dormiría un poco.

 

El pelirrojo no entendía… Unos instantes solamente que había tenido el cuerpo de su novia cerca, le había besado de forma apasionada ¿Y seguía pensando que no se le comparaba al tipejo con el que se acostó? Claro, esa lengua era más experimentada, su novia solo le daba besos a él y a un par de fulanos más, aun no tenía una experiencia total. Claro, ese cuerpo acanelado estaba hecho para dar placer, el cuerpo níveo de su novia estaba hecho para la coquetería pero no para algo fuerte. Claro, esos ojos grises eran fríos e indiferente, místicos. En cambio los de su novia eran arrogantes e infantiles. Pero aun así la costumbre la gana a la pasión algunas veces y sinceramente, en esos momentos ni pensaría en dejar a la chica por un tipo que con suerte sabía que se llamaba Trafalgar…

 

Aun así esas manos tan ásperas en comparación, ese cuerpo tan caliente en comparación, esa lujuria tan delirante en comparación, no hacían más que sus ganas de querer verlo se acrecentaran… Deseó con todas sus fuerzas que a su novia se le ocurriera salir con las amiguitas que tenía. No le costa nada ir y meterse en alguna pelea y que el moreno le curara. Una sonrisita se le coló en los labios. Ya quería saborear con fuerza ese tejido tostado que estaba creado para su deleite, para que un hombre lo saboreara ¿Se metería ese idiota con una chica? No, lo más importante ¿Con otro tipo? Era obvio que si… quizá con el moreno pecoso que vio en su departamento, este debía ser su amante o algo así. No le sorprendería, puesto que el sujeto en cuestión era bastante guapo.

 

Para su buena suerte cuando la jornada escolar terminó, su novia le dijo que iría con una de las amigas a ver un top que quería comprarse, y que como luego le había invitado a comer no podía decir que no.

 

Kid mordió su labio para reprimir que su boca se curvara en una mueca de satisfacción, el fuego ardió en su mirada. Ella se despidió con beso corto y salió corriendo sacando el celular. También iría a hacer cosas indebidas. No supo con cuál de sus contactos pero sí que lo haría. Después de todo con tal de que él no lo viera en vivo todo bien, con tal de que ella no lo viera en vivo todo bien. La quería, había aprendido a apreciarla de una manera especial, pero eso no impedía buscar consuelo en cualquiera muchacha que se le ofreciera. Oh, cierto… Ahora había que agregarle un hombre. Solo recordarlo le hacía estremecer.

 

A la mierda con los rumores, a la mierda con la vida secreta de su novia, a la mierda con su novia. A la mierda con Jewelry Bonney.

 

XXXXX

 

El sol pegaba en todo su esplendor y le daba de lleno en la cara. Era increíble no ver a ninguno de los busca pleitos por esos alrededores. Estaba harto de estar buscando con quien pelearse de verdad.

 

Llevaba en el parque de los fumadores, como el mundo normalmente lo conocía, más de media hora y no encontraba nada interesante. De seguro antes de que él llegara habían encontrado alguien en quien verter esa inigualable estupidez. Por lo menos él tenía una razón para estar allí y es era S-E-X-O, y del placentero. Algo que lo más probable esos imbéciles nunca sabrían. No hasta que no conozcan un cuerpo tan ardiente, una boca tan exigente, unas manos tan estremecedoras, unos ojos tan fríos que paralizaban.

 

Se sentó unos instantes en una banqueta, el sol le pegó de lleno en la cara, se levantó y se sentó debajo de un árbol. No quería terminar achicharrado, simplemente maldijo su piel blanca.

 

Cerró los ojos dejándose extasiar por el recuerdo. Eran embriagadoras esas ansias que de pronto caían sobre él. Le deseaba con el ardor del infierno, le desesperaba como nadie. No sabía cómo ni en qué momento pero se encontró necesitándolo ¿Era eso posible?

 

El sexo con Trafalgar era de otro mundo algo que podría hacerte adicto en un par de probadas. Su mente se desvaneció en un instante, mecido por el calor del día y el viento que mecía el árbol haciendo sonar sus hojas en una tierna melodía de la naturaleza. No tardó en quedarse completamente dormido fantaseando.

 

XXXXX

 

-          Eust… Eustass… Eustass-ya… - Alguien lo zamarreaba ligeramente.

 

-          Mnn…

 

-          Hey Eustass-ya…

 

-          Mmm… Déjame…

 

-          ¡Eustass-ya! – Sintió un fuerte golpe en la cabeza.

 

-          ¿Qué? Maldita sea ¿¡Qué!? ¿Eh? – Abrió los ojos de par en par despertando de inmediato no podía creer lo que sus ojos veían.

 

Como si alguien le hubiese escuchado en algún paraíso soñado, esos ojos grises lo miraban con atención. Tan profundos y gélidos. El castigo de los pecadores en sus ojos plateados fríos. Su piel morena fascinante danzaba con el brillo del día, los pequeños rayos que atravesaban las ramas del árbol se arremolinaban alrededor, parecía una fantasiosa aura clandestina. Su voz tan melodiosa y grave con ese deje de superioridad, sus cuerdas vocales perecían hechas para producir sonidos que le enloquecían. Su cabello negro revoloteaba con la pequeña brisa soltando olor a champú, que con el aroma jabón y el olor de su colonia hacía una mezcla tan explosiva y estremecedora que le explotó el corazón. Supo que en cierta forma se sonrojó ¿Él? Claro, él se había sonrojado.

 

-          Vaya, no esperaba encontrarte aquí… - Dijo alzando una ceja y sentándose a su lado. Torpemente se enderezó en el asiento, aun llevaba la mochila por lo que esta con el brusco movimiento cayó al piso. Trafalgar comenzó a reír.

 

-          ¿¡De que mierda te ríes!? – Dijo con un aura de demonio levantando su mochila. Trafalgar sonreía burlonamente, ya lo estaba hartando ¿Era ese idiota a quien esperaba ver?

 

-          Tienes… un poco de saliva cayéndote por el mentón… - Dijo apuntándose el suyo. Kid lo miró un tanto sorprendido para luego pasar de un rosado a un rojo furioso en las mejillas, se pasó la mano frenéticamente por la boca. Trafalgar al ver esa reacción volvió a reír – ¡Que tierna reacción!

 

-          ¡NO TE RIAS!

 

-          Pero ¿Cómo no reírme cuando después de la universidad decido dar un largo paseo por el parque que queda cerca y me pillo con cierto pajarillo pelirrojo durmiendo plácidamente en una banquilla? Y peor aún ¡Este hasta ronca con un hilo de saliva cayéndole de la boca! – Volvió a carcajearse. Si cualquiera lo viera en ese momento no podría creer que Trafalgar Law se riera o que siquiera conociera lo que eso era. Kid por su parte ya no daba más, su sonrojo no se distinguía entre la vergüenza y la rabia.

 

Law no supo cómo se vio debajo del pelirrojo siendo atacado, de forma bastante infantil pero efectiva. Kid le estaba pellizcando por todo el cuerpo. Algunos dolían y los otros le hacían cosquillas.

 

Ese no era el plan desde un inicio, pero ¿Cómo no acercársele a un pelirrojo delicioso durmiendo como toda una doncella esperando a ser despertada por el beso de su príncipe azul? Pero había un problema, Law no era un príncipe y Kid no era una doncella, Law era un extraño sádico lujurioso y Kid era un íncubo que le drenaba y le llenaba hasta lo inimaginable.

 

Al principio su idea era ir a buscar a Luffy a la casa de un amigo que quedaba cerca del parquecito. Pero no había previsto el ataque que estaba recibiendo, una pareja pasó por su lado y comenzó a reírse, claro si el moreno se retorcía en las manos de Kid. Ya no era solo Ace si no que el pelirrojo también sabía de su debilidad.

 

No fue hasta que el pelirrojo pellizcó sin querer uno de los pezones de Law que este pegó un fuerte respingo acompañado con un gemido y una patada. Kid cayó al suelo nuevamente.

 

-          ¿¡Pero qué crees que haces!? – Dijo Law sin poder contenerse y pegándole de nuevo al pelirrojo que le miraba desde el piso.

 

-          ¡Hey! – Dijo sobándose la cabeza. Era raro que un coscorrón le doliera como el que el moreno le había propinado. Trafalgar soltaba llamas por los ojos.

 

Fue en ese momento en que Law se fijó en las heridas de la cara de Kid, también tenía las manos magulladas con vendas mal puestas ¿Cómo no había visto el leve moretón que tenía en el rostro? Si hasta un segundo atrás la cara del pelirrojo resplandecía estúpidamente. Se puso serio de repente.

 

-          ¿Qu-qué? – Murmuró Kid sin entender esa mirada congelante. Tragó fuerte saliva, esa intensidad le ponía nervioso, demasiado nervioso para ser solo el estúpido medicucho.

 

Sin embargo Kid no obtuvo respuesta, Law solo tomó la mochila que traía aun al hombro y sacó de ella un pequeño botiquín. Definitivamente ese sujeto era todo un espectáculo ¿Quién mierda andaba con cosas como esa en la mochila? Enarcó una ceja.

 

Trafalgar siguiendo a su corazón de médico hizo que Kid se sentara en la banca y sin decir nada comenzó a curarle las heridas, por lo que podía ver, no eran recientes en realidad, quizá de unos días ¿Alguna pelea el fin de semana? No iba a preguntar después de todo eso era cosa del pelirrojo, él no tenía nada que decir de eso.

 

El pelirrojo por su parte se crispó un par de veces cuando Law le desinfectó las heridas de las manos, se nota que era todo un delincuente con esas cicatrices de tantos golpes. Aun recordaba una vez que se le había pasado la mano y se descarnó los nudillos*.

 

Kid miró hacia otro lado avergonzado por su vida movida. Sin embargo cuando volvió a mirar a Trafalgar algo hizo que se corazón muerto comenzara a bombear sangre como loco.

 

Trafagar Law sonreía dulcemente mientras le vendaba la mano izquierda. Era una mariposa dorada encerrada en un cubito de hielo, como una flor naciendo de nieve, tan felpuda, tan ensimismada, derrotada de ser nueva. La respiración le falló, creyó que estaba sentado en la soledad, esta lo abrazó y le miró con ojos tan abrumadores que sintió ganas de gritar. Después se dio cuenta que no era la soledad en sí, si no que era su soledad, su muerte y su vida en un segundo de vacío.

 

Sus deformadas caricias le dibujaron esa sonrisa, a pesar de que en ese momento Law sostenía su mano se vio a dos metros de él. Abrió los ojos de par en par, mientras el corazón se le desbocaba entre el miedo y el qué se yo. Los labios arrogantes tiritaron en una expresión de inocencia que creían perdida. Tragó saliva y terminó de sellar ese enorme abismo entre él, su soledad y Trafalgar, retirando la mano con brusquedad. Fue allí que la magia malsana de ese hechizo impune se desvaneció. La mariposa se fragmentó y la flor se marchitó. Law le miró con el ceño fruncido.

 

-          Todavía no termino con eso – Dijo en tono enfadado. No se había percatado del ligero sonrojo en la cara del muchacho frente suyo, de su boca abierta tratando de hilar una palabra que no se reproducía, en sus ojos ambarinos y atormentados con los telones abiertos hasta el tope.

 

-          Yo… - ¿Qué estaba ocurriendo? ¿Por qué su cuerpo no reaccionaba?

 

-          ¿Qué te pasa? – Dijo esta vez suavizando su expresión implantando una interrogación en su cara.

 

-          Nada…

 

Law no comprendía en su totalidad lo que estaba pensando. Fijándose bien en la cara del pelirrojo, notó el contrastante color en sus mejillas, sus ojos fieros buscado algún lugar en que fijar su visual, esa postura intimidante y tímida. Sonrió, era un niño, después de todo.

 

-          Hey… - Dijo acercándosele mucho, el aroma de Kid le embriagó. Sin embargo la curvatura burlona que tenía en la boca no desapareció si no que se volvió más socarrona.

 

-          ¿Qué?

 

-          Ya sabes… - Susurró tan cerca de su oreja provocándole un escalofrío. Su olor era paralizante, el aire que se escapaba de su boca era cálido y delirante, no como una chica que huele dulce, él olía a ley de deseo. Mordió su labio inferior – Nada es gratis en esta vida… - Profunda, su voz era profunda.

 

-          Estamos en el parque…

 

-          Hay unos baños públicos cerca de aquí... – Demasiada pasión recargada en ese ronroneo.

 

Kid no se hizo de rogar, en ese mismo instante la timidez desapareció para dar paso a una bestia hambrienta, esa misma que se había apoderado de él deseando hincar los dientes en esa piel suave y sugerente. Claro que sabía de qué baños públicos hablaba Trafalgar y eran los del metro que quedaban cerca de allí. Kid lo tomó de la muñeca y prácticamente salió volando entre zancadas, con Trafalgar tropezando detrás, no había previsto el impulsivo acto del pelirrojo.

 

Llegaron sin mirar siquiera el paisaje urbano, degradado y rayado. Descendieron hasta la oscuridad impávida del transporte público, a esa hora había poca gente, aún faltaban unos minutos para a hora pick. Entraron en el baño sin divisar si había moros en la costa y cerraron la puerta. No les importó nada, ni el olor a químico, orina y lavanda, ni que cuando se metieron sonó un par de veces alguien golpeando, ni mucho menos que prácticamente el lugar se cayera a pedazos. Se besaron con necesidad.

 

Kid coló su mano por la ropa de Trafalgar, este hizo lo mismo y agarró con fuera el cabello del pelirrojo que llevaba echado hacia atrás por una pañoleta gris. Las hebras rojas acariciaron sus dedos con ternura sorpresiva, contrastaba tanto con esos besos ardientes que no dejaban espacio para el pensamiento o para respirar.

 

Rozó y retorció los pezones de Trafagar, este ahogó sus gemidos contra sus labios. Sin embargo Kid también ahogó un gemido cuando Law pasó sus dígitos arácnidos por el miembro dispuesto del pelirrojo por sobre el pantalón. Estos tejieron telarañas de pasión que al jalarlas en el momento de quitar su mano lo aprisionó sacudiéndolo en el éxtasis.

 

Sin embargo, esto molestó en cierta forma a Kid, quien agarrado las manos del moreno, sujetándolas con fuerza se alejó un poco de él.

 

-          ¿Pero qué te ocurre? – Dijo entrecerrado los ojos ¿Qué era esa efusión  tan repentina, tan necesitada?

 

Kid en vez de contestar le sonrió y lo empujó hasta sentarlo en el baño, que por lo menos tenía tapa. Sostuvo esta vez ambas muñecas con una mano. Y con la otra desabrochó con maestría el pantalón de este, Trafalgar sin necesidad de que el pelirrojo lo dijera levantó el trasero para que sus pantalones cayeran a los tobillos junto con la ropa interior. Kid se relamió los labios.

 

-          Olvidas que soy quien debe pagar… - Otra sonrisita arrogante en esos labios finos y seguros – Quédate quieto… - Fue una orden, el fulgor de sus ojos era malvado y lujurioso. Mirada de demonio, del pequeño e inmaduro demonio que recogió.

 

Posicionó los labios sobre la punta del miembro de Law quien jadeó con fuerza. Era incómodo tener que agarrar sus muñecas y luchar contra la fuera casi nula que ejercía el moreno. Desabrochó su corbata con rapidez, con la misma que le ató las manos a Trafalgar demasiado bien, si hasta apretaban un poco. Por alguna extraña razón verle así, maniatado, con las mejillas sonrojadas, una cara mosqueada y los témpanos de sus ojos siendo víctimas del calor de la lujuria, tenían un efecto idiotizado y excitante, demasiado excitante; le necesitó como nunca había necesitado a otra persona.

 

Comenzó por recorrerle, sacó la lengua y pegó un lametazo por toda la extensión de ese miembro. Segunda vez haciendo lo mismo, segunda vez sintiendo ese calor por algo que nunca en su vida pensó en hacer. Segunda vez en su vida que sentía la lengua derretirse con la temperatura de ese miembro. Sentía fundir su cuerpo tan solo verle jadear y ahogar gemidos con los ojos vidriosos.

 

Lo metió dentro de su boca y comenzó su juego, succionó. Fuerte, despacio, presionó el glande, luego fuerte nuevamente, desesperándolo, luego despacio. Jugaba mientras con su cuerpo y con el resto de sus genitales.

 

Trafalgar tiritaba en placer. Kid no demoró en llevar sus dedos a la entrada del moreno y comenzar a estimularlo. El coro de gemidos se escuchó al compás de sus lamidas malévolas y juguetonas. Abrió también la cremallera de su pantalón y comenzó a toquetearse mientras volvía loco a Law.

 

Kid rozó sin querer la próstata de Law haciéndole perder le cordura. Este mordió con fuerza la corbata para no gritar extasiado. Una vez, dos veces, tres veces, atacaba sin parar, casi se vino todas ellas.  Hasta que ya en un estremecimiento violento enarcó la espalda y terminó corriéndose, no sin antes advertir con sonidos casi guturales, lo que le estaba a punto de ocurrir, por lo que Kid alcanzó esta vez a alejársele. En ese mismo instante increíblemente sintió como un líquido caliente se derramaba en sus manos después de un gruñido satisfecho.

 

¿Quién lo diría? El soberbio y mujeriego Eustass Kid masturbándose mientras se la chupaba a otro tipo. Pero ¿Cómo no hacerlo con esa cara, con esos sonidos, con ese cuerpo? Si no fuera por el lugar lo hubiese cogido sin miramientos, ocultos del sol de ocaso,  entre toqueteos esporádicos en un antro antihigiénico que de pronto se volvió nido de pasión.

 

Ambos respiraban irregularmente. El celular de pelirrojo vibró en su bolsillo pero lo ignoró olímpicamente, le regaló una sonrisa lasciva a Law quien seguía con la corbata adornándole como regalo apetitoso.

 

-          ¿Qué tal si seguimos en algún motel…? - Dijo saboreando cada palabra. Law soltó una carcajada cansada, fría.

 

-          ¿Pago por adelantado?

 

-          Si quieres verlo así…

 

La sonrisa de Trafagar se volvió de cínica en interesada y luego coqueta. Mientras en la pantalla del celular del pelirrojo aparecía como un presagio el mensaje “Terminé ¿vendrás hoy? Bonney”.

 

 

 

Notas finales:

AAAAAAHHHHHHHHGGGRRRRRRRRR!!!!!

* Muy capaz que a nadie le interesa pero esto y lo vi con mis ojitos :C una vez una tropa de matones llegó con palos, fierros y creo que tenían una pistola, a mi colegio... como hace unos dos o tres años... ¡¡Y venían a pulverizar a uno de mis compañeros de curso!! Me acuerdo que se metieron a un pasaje cerca del cole y se escuchó mucha bataóla... yo de copuchenta lo vi puesto que estaba esperando a que mi hermanusha saliera... Venía saliendo mi compañero (Por su puesto que unos profes y el inspector salieron del colegio y creo que llmaron a la policía no lo sé muy bien ya que despues de eso me fui) del pasaje con las manos hechas un asco... O sea, lo que se llama un asco no sé si era el exeso de sangre o que de verdad tenía los nudillos hechos girones pero después de eso faltó como dos semanas... eso... :I

KIIIIIIDDDDDDDD!!!!!! ERES MUY MALA PERSONA!!!!!!!! NO TE ODIO PERO ¿COMO?

ESPERO QUE A NADE LE HAYA DADO CANCER DE OJOS AL LEER ESO DE VERDAD :V

Es que así era desde el principio. No esperaba que Kid fuera un buen muchacho ni mucho menos, en verdad pensaba hacer de él un loco envuelto en mil cosas pero me moderé no de verdad si hubiese querido le hubiera puesto más color hahahahahaha :3

En fin... Nada es lo que parece, todo está permitido hehe xD 

A las que querían un poco más de la historia de Ace tendrán que esperar un poquito... esto ya se caldeará bastante... 

ESPERO QUE HAYAN DISFRUTADO LEYENDO COMO YO ESCRIBIENDO!!!!

SUS OPINIONES, TOMATAZOS Y LADRILLAZOS SON BIENVENIDOS HAHAHA XD

ESPERO SUS REVIEWS!!!!!

(~*^*)~

 


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