“—Mhm…— Un suave jadeó había salido de la boca que poseía el hombre con los labios gruesos. El ambiente a su alrededor era húmedo, cálido, era… era un caos.
Las sábanas pronto se fueron moviendo de su lugar y sus jadeos se volvían cada vez más constantes. “¿Qué está pasando?” Pensó. Su cuerpo se estremeció y sus ojos siquiera podían abrirse; los mantenía cerrados en todo momento.
—Gackt…
“¿Eh? ¿De quién es esa voz?” El ojiazul no podía entender lo que estaba pasando. La voz desconocida cobraba más fuerza, estaba más cerca de él. Sentía que iba a explotar en cualquier momento. Su cuerpo tembló como si una ráfaga de frío lo envolviera por completo, pero vaya colmo, lo que lo envolvió en realidad era una ola de calor, un calor que provenía de otro cuerpo.
—Gackt… tócame… tócame m..más…
“¿Tocarte? ¿Quién eres tú?”. Gackt ni siquiera podía articular palabra alguna, sus ojos se mantenían cerrados dándose cuenta como cada uno de sus sentidos cobraban vida lentamente. Su piel estaba erizada, llena de transpiración a causa del calor que lo estaba sofocando. Poco a poco fue abriendo sus ojos, mirando encima suyo una silueta demasiado borrosa.
“¿Quién eres?”. La desesperación lo invadió más al no poder ver quién se encontraba encima suyo. Gimió con fuerza; pues las manos de la silueta desconocida paseaban lentamente por su pecho. Gackt se sentía indefenso. La extraña silueta comenzó a moverse encima de él, soltando hilarantes gruñidos llenos de placer.
El de ojos azules mordió con fuerza su labio inferior, de pronto... la sensación desagradable al no saber que estaba pasando se esfumó, pues aquella silueta lo tocó más, haciendo que su lujuria saliera a la luz. Los labios del desconocido se posaron bruscamente sobre los suyos, sintiendo su boca violada al recibir el húmedo músculo de aquel. El beso, tan dulce y tan candente a la vez lo prendió en demasía. Las manos del cuerpo borroso se encargaron de apretar cada vez más el pecho de Gackt, apretando con fuerza ambas tetillas. Gackt gimió como nunca, estaba extasiado.
—Gackt… dime que eres mío… dímelo…
No hubo respuesta alguna, pues el mencionado volvió a besar con total profundidad los labios de aquel cuerpo, rodeando su cuello con ambos brazos para atraerlo más y más. La mente de Gackuto estaba borrosa, tan solo quería más, quería sentir ese húmedo cuerpo con mayor fuerza. Aquella persona volvió a moverse con brusquedad, provocando que de los labios del ojiazul salieran fuertes gemidos los cuales fue hundiendo en la boca ajena.
—Gackt…
Abrió nuevamente sus ojos, tenía que verlo, tenía que saber de quién se trataba.
Poco a poco la silueta comenzó a tener forma. Sus hermosos ojos, su cabello castaño, sus delgados labios, sus…”
—¡HYDE!— Se escuchó un grito seguido de un fuerte golpe.
En la escena siguiente se vislumbró a Gackt envuelto en su cobija, sudado, con los ojos como platos, jadeante y con un muy “duro” problema en sus pantalones.
Sí señores, Gackt se había caído de su cama como un niño pequeño que sueña con el “coco” por tremendo susto que había recibido.
—F..fue un sueño, ¿qué clase de…? ¿Ah? –El hombre ya mencionado volteó hacia abajo, dándose cuenta de un bulto que hacía mucho énfasis entre las cobijas. “¡MIERDA”.
El teléfono sonó. ¿Quién diablos podía ser a esa hora?
Sin dudarlo el señor Camui se levantó con mucha prisa, casi cayéndose entre las sábanas. Tomó el teléfono celular y notó dos mensajes de texto. Alzó una de sus cejas y abrió el mensaje más reciente.
|SMS from; You |
“Gackt, ha ocurrido un problema… ¡Chacha comió mucho camarón y se siente mal de su estómago! Yo traté de prepararle una sopa caliente, pero al probarla yo también enfermé. No iremos al ensayo. Espero no nos mates”.
—Hm… lo que me faltaba.— Soltó un pequeño suspiro, pero sus ojos se centraron al siguiente mensaje. ¿De remitente? Hyde. Tragó saliva, sintiendo como su corazón comenzaba a palpitar con fuerza, y los recuerdos de aquel húmedo sueño llegaban como una ráfaga de viento. Abrió de inmediato el mensaje pero…
—¡ESTÁ DE JODA, NO IRÁ A UNA GIRA MUNDIAL!
Gackt dio el grito al cielo. No lo podía creer. ¿Cuándo tendría respuestas? ¿Acaso ese sueño fue lo que en realidad pasó esa noche? Si es así… ¡Hyde estaba encima suyo! ¡NO!
—¡NO SE QUEDARÁ ASÍ, HIDETO!
Sin más, Gackt se levantó y se puso las primeras prendas para salir completamente apresurado.
—o—
—¿E..estás seguro?— La voz temblorosa de se escuchó por todo el pasillo. El chico estaba caminando con rapidez tratando de igualar los pasos del hombre más pequeño.
—¡Por completo! Me desapareceré otra semana más del mapa, necesito pensar más las cosas…
—¿Qué tienes que pensar? ¡Gackt no te…!
—¡Si ese fuera el caso entonces él y yo no…!— Hyde había elevado mucho su voz, haciendo que las personas que recorrían los pasillos del enorme edificio voltearan un poco curiosos.
—Eh…. ¡Si el no me considerara su amigo no me hubiera invitado a hacer Moon Child! ¡Eres un idiota KAZ! Ja ja ja.
—Hm, deberías de ser menos hablador.— Mencionó el fiel compañero de Hyde en un susurro, comenzando a disminuir su paso, ya que estaban a punto de entrar en la oficina de su productor.
KAZ tomó el picaporte de la puerta y la giró con la esperanza de ver a su querido y amado productor, tan solo para pedir unas vacaciones. (Sí, Hyde hablaba en serio con desaparecer del mapa). Pero cuando la puerta se abrió se dieron cuenta que la oficina estaba vacía.
Hyde suspiró; mordió su labio inferior con una expresión poco agradable. Estaba preocupado. Mientras tanto KAZ lo miraba de reojo.
—¡Iré a buscarlo, no te preocupes!— La determinación y seguridad en la voz de KAZ lograron calmar un poco a Hyde, el cuál le respondió con la mejor de sus sonrisas.
Satisfecho, el fiel integrante de VAMPS salió de inmediato de la oficina, cerrando la puerta tras de él y apresurándose por encontrar a alguien quien hubiese visto al productor. ¡Estaba dispuesto a hacer todo por Hyde!
El pequeño y maduro hombre se tomó la libertad de sentarse en las cómodas sillas, cerrando con calma sus ojos para poner en orden sus pensamientos… pensamientos que reinaba un solo nombre: Gackt.
¿Quién era Gackt para Hyde? Fácil, Hyde ya tenía bien definido sus sentimientos hacía él. Un gran amigo, pero al mismo tiempo… una tentación prohibida que le dolía en lo más profundo de su ser. El ir a la casa, a fiestas y reuniones con Gackt era el martirio. Gackt solo invitaba chicas con las cuales podía divertirse un rato. Tenía que mantener una sonrisa mientras miraba como el señor Camui “devoraba” a toda mujer que le pusieran en frente. Y fue entonces cuando entendió que ese amor era imposible. A Gackt no le gustaban los hombres y punto. Pero… una loca idea se le había ocurrido en la fiesta. Tenía que hacer que el ojiazul se diera cuenta de sus sentimientos, pero… al final nada resultó ser como lo tenía planeado. Estaba lastimado, quería olvidarse de Gackt, quería olvidarse de sus ojos, de su piel, de su voz…
—¡EXIJO UNA EXPLICACIÓN!
—¿Uh?
Sin sinquiera darse cuenta, Gackt había entrado con un portazo a la oficina del productor.
Ambos se quedaron boquiabiertos al verse.
Silencio incómodo.
Silencio incómodo.
Silencio incómodo.
—Lo siento, me voy.— Hideto rompió el hielo, y sin querer ver a Gackt a los ojos se levantó de su asiento dispuesto a salir del lugar.
Al darse cuenta de las intenciones ajenas, Gackt frunció el ceño y cerró con brusquedad la puerta. —No irás a ningún lado— Mencionó Camui en un susurro.
Hyde se quedó estático, mostrando prontamente su molestia.
—A un lado, o no respondo…
—Creo que esa es tu especialidad. ¿no?
—Oh, lo lamento majestad. ¿Acaso lo dejé preñado?
Uh… golpe bajo.
—Por lo menos no soy un cobarde.
—¿Cobarde? ¿Piensas que soy un cobarde?
—En realidad pienso que eres un mentiroso.
Uh… Justo en los años de amistad.
—Tsk… ¡Déjame salir, Gackt! ¡Joder! ¿Por qué te comportas como un crío?— Hyde avanzó un paso más, tratando de darle la vuelta a Gackt.
Rápidamente el Camui reaccionó, tomando a Hyde de los hombros para así poder dar unos cuantos pasos, haciendo que el más pequeño retrocediera a la fuerza.
Se escuchó un golpe sordo; Hideto había chocado con el gran escritorio de su productor.
—Ahora dime… ¿qué ocurrió esa noche?— El tono de voz de Gackt había sorprendido a Hyde. Estaba realmente molesto.
Las manos del más grande apretaban con fuerza a su ajeno mientras que su mirada se mantenía fija a él. Su corazón estaba a punto de estallar, pues el enojo no era el causante de eso, en realidad no podía sacarse en ningún momento aquel sueño que había tenido la noche anterior. La cabeza de Gackt estaba hecha un verdadero caos y el más pequeño podía notarlo.
Hideto entreabrió sus labios tratando de articular palabra, sintiéndose realmente nervioso por la cercanía tan diminuta a la que estaban expuestos.
—Hicimos el amor… ¿Algún problema con ello?
—Tsk… ¡¿Cómo puedes decirlo con tanta naturalidad?! ¡Somos…!
—¿Hombres? —Susurró Hyde.
—Amigos…
—Mn…
El silencio los envolvió nuevamente, pero… era un silencio diferente. Hyde pudo sentir como la tristeza lo invadía de inmediato, por lo que su mirada fue gacha al instante.
Camui soltó poco a poco los hombros del contrario, mirando atentamente como el ambiente cambiaba tan drásticamente.
—¿Acaso no es lo que somos?— Gackuto rompió el silencio. —Lo lamento en verdad, tomé demasiado, no sabía lo que hacía…. Yo… ¡¿Acaso crees que…?!— No supo en que momento, pero sus mejillas fueron tomadas con brusquedad por las manos impropias. Sus ojos se abrieron como un par de platos mientras que sus labios fueron aprisionados por los ajenos. Se resistió, o más bien quiso hacerlo. Sus manos se colocaron en los hombros de Hideto para poder separarse de él, pero se sentía débil. Su corazón comenzó a latir con una fuerza impresionante. ¿Nervios? ¿Miedo? Joder, sea lo que sea sentía que en cualquier momento el corazón se le saldría de su cuerpo.
Hyde mantenía sus ojos cerrados mientras que sus brazos rodearon el cuello del más alto. Su rostro estaba completamente pegado al ajeno, tratando de someter a Gackt en aquel repentino beso. En verdad, era imposible luchar contra eso. Poco a poco el cuerpo de Gackt comenzó a perder fuerza, sintiendo la enorme necesidad de abrir su boca, de sentir su lengua rozar con la del otro. Ese sentimiento era tan grande, tan inmenso, que su cuerpo comenzó a llenarse de una ola de calor impresionante.
Finalmente fue sometido. Sus ojos se cerraron y su cuerpo empujó al del más bajo. Sus labios comenzaron a responder con brusquedad a aquel encuentro, abriendo su boca y empujando su lengua para poder entrar a la fuerza en la cavidad del chico. Se estremeció, pues pudo sentir como la húmeda boca ajena se sentía tan bien, tan cálida, tan exquisita. No dudó en buscar la lengua de Hyde, dando inicio a un coito bucal, uno que duraría segundos, minutos inclusive; realmente no lo sabía, pero su cuerpo estaba respondiendo, se estaba excitando y era imposible no soltar pequeños jadeos entre aquel intercambio de saliva. Gackt empujó más, haciendo que Hideto quedara recargado por completo en aquel escritorio.
La lujuria lo estaba dominando. ¿Dónde quedó el enojo? ¿La duda? Se estaba dejando llevar por Hyde, pues él provocaba algo especial que simplemente no quería aceptar, más sin embargo, su cuerpo lo hacía. Sus manos comenzaron a recorrer el cuerpo del más pequeño. Su cuello, sus hombros, sus caderas. El contrario comenzaba a jadear cada vez más notorio, y sin quedarse atrás succionaba con fuerza los hermosos y gruesos labios del más alto. Todo se volvía más caliente, más intenso, más confuso; y sin darse cuenta… la perilla de la puerta comenzó a girar lentamente. Alguien estaba a punto de entrar…