Capítulo 1: el cumpleaños de Taemin
Como todos los días por la mañana Key se sobresaltó al escuchar sonar el despertador, con mal humor le dio un manotazo tirándolo al suelo mientras se quejaba y tomaba las sabanas tapándose la cabeza. como si el despertador nunca hubiese sonado volvió a dormirse sumergiéndose en el mundo de los sueños, un mundo donde antes era muy feliz pero que ahora se había convertido en su tormento.
Tenía 7 años y correteaba feliz detrás de un perrito. Se encontraba en un parque con sus padres pasando un día en familia, se sentía protegido porque sabía que sus papás estaban cerca, pero de repente escucha la voz de su madre que lo llama desesperadamente y cuando voltea hacia donde proviene la voz se echa a correr tratando de alcanzarla —¡mamá!, ¡mamá! —exclamaba Key mientras corría todo lo que sus piernas le permitían, cuando ya estaba por alcanzar a su madre todo se empezó a oscurecer, ésta desapareció y también todo a su alrededor dejándolo completamente solo.
Key sintió mucho miedo y empezó a llorar sin control, solo, se encontraba completamente solo…
De nuevo un ruido molesto lo hizo despertar, esta vez se trataban de unos golpes insistentes en su puerta. <<Maldita sea de nuevo una pesadilla>> pensó Key, deseaba dejar de soñar esas cosas tan horribles pero parecía que nuca tendrían fin. Con fastidio se levantó y fue a abrir mientras murmuraba maldiciones.
—Key querido vas a llegar tarde de nuevo al colegio —le dijo su tía con una sonrisa.
—¿Tía, no puedo simplemente faltar a la escuela hoy?
—Sabes muy bien que no puedes faltar, ya llevas muchas infracciones y a otra más corres el riesgo de que te expulsen —le respondió ella enojada.
—Ya, está bien entendí, iré a ducharme. Además solo faltan dos semanas para las vacaciones así que si me expulsan ¿qué más da?
—Vamos, apresúrate que se te está haciendo tarde. Ya preparé el desayuno. —Le dijo ella, ignorando sus palabras.
—Si señor —exclamó Key con miraba burlona mientras se llevaba la mano a la frente haciendo la típica parada militar.
—Déjate de bromas y ve a ducharte.
—Pero que amargada me saliste tía —le dijo Key mientras se echaba a reír.
—¡Más respeto jovencito! —le reprendió ella con mirada disgustada.
—¡Ay ya! Como digas —le contestó él de forma altanera cerrando la puerta de un golpe.
Al otro lado su tía puso una mirada triste, su sobrino se había convertido en otra persona desde lo sucedido hace años, deseaba que Key volviese a ser aquel niño feliz, encantador y respetuoso. Ella había tratado de ayudarlo cuando se hizo cargo de él, pero Key por su parte se encerró en su mundo, no hablaba con nadie y siempre estaba triste, hasta que decidió llevarlo a un psicólogo y aunque con ello mejoró un poco porque ya por lo menos hablaba con ella, se dio cuenta que su querido niño ya no era el mismo.
Con el pasar del tiempo Key se volvió una persona arrogante, irrespetuosa y hasta a veces parecía que no tenía sentimientos, antes de dejar de llevarlo al psicólogo éste le había dicho que la actitud de Key era una coraza que él había creado a su alrededor por todo el sufrimiento vivido, no quería volver a sufrir de tal manera y ese era su mecanismo de defensa.
Boa sólo esperaba que algún día Key volviese a ser la hermosa persona de antes, sabía que en su interior seguía siendo el mismo pero no sabía de qué manera hacer surgir de nuevo al verdadero Key. Suspirando bajó las escaleras y se fue a la cocina a servir el desayuno.
Por su parte Key buscó la toalla y se fue a la ducha, —que fastidio otro día más de instituto— murmuraba mientras colocaba champú en el cabello. <<Por lo menos podré ver a mis amigos>>, se dijo mentalmente.
Veinte minutos después Key salió de la ducha y se dispuso a buscar su atuendo del día en el enorme closet que poseía, escogió unos pantalones negros que le quedaban ceñidos a sus piernas, una camiseta gris claro con un abrigo negro y zapatos a juego.
—Primero muerto que sencillo —dijo en voz alta.
Daba gracias a Dios porque su tía Boa lo haya matriculado en un instituto de prestigio donde no tuviesen que usar esos horribles y aburridos uniformes, porque él era un amante de la moda, de hecho entre todos sus compañeros del colegio era conocido como un fashionista. “La diva” como le llamaban por su manera de actuar.
Volviendo a la realidad, Key se secó sus rubios cabellos y le hizo ondas desordenadas dándole un aspecto de chico rebelde, se colocó maquillaje aunque no lo necesitara mucho porque gozaba de un hermoso cutis sin imperfecciones, pero se había dormido tarde porque apenas cerraba los ojos y empezaba a soñar las pesadillas lo hacían despertar envuelto en sudor, así que para tapar las pequeñas ojeras necesitaría colocarse un poco más de maquillaje que de costumbre.
Luego de aplicarse dos capas de base se delineó los ojos, se aplicó un poquito de bálsamo para labios y se miró detalladamente en el espejo. —Simplemente hermoso —dijo con una sonrisa. Finalmente se roció uno de sus carísimos perfumes, tomó el bolso con los útiles escolares y se dispuso a bajar las escaleras hacia la cocina.
Cuando llegó a la cocina oyó como su tía hablaba con alguien por teléfono.
—¡Oh! qué maravilloso Soo Hee realmente tienes un muy buen hijo, Jonghyun es todo un encanto —decía Boa con una sonrisa. —Cuídate y dale saludos a Jjong de mi parte, si, sé que no me conoce pero espero poder visitarlos pronto— dijo y luego colgó la llamada.
Key se preguntaba ¿quién rayos es Jonghyun que mi tía está tan encantada con él? Pero no formuló la pregunta en voz alta.
—Pensaba que no bajarías nunca —le dijo Boa apenas giró y lo vio de pie en la entrada de la cocina.
—Que exagerada eres tía sólo tarde 48 minutos en arreglarme eso es un récord para mí y lo sabes —respondió Key mientras caminada y se sentaba en una de las sillas.
Fijó su vista en la mesa encontrándose con un suculento desayuno, luego observó a Boa y se dio cuenta que ésta tenia puesto un delantal, arrugó el entrecejo.
—No sé por qué te empeñas en cocinar cuando hay tantas sirvientas en la casa— expresó con un poco de molestia hacia su tía.
—¿Y eso qué? —preguntó ella con gesto divertido.
—Pues que ese es su trabajo y no entiendo por qué lo haces por ellas, para eso se les paga.
—No tiene nada de malo que cocine de vez en cuando Key, además a mí me gusta y más si es para ti— le señaló Boa con un gesto tierno que a él le recordó mucho a su madre.
—Le he dado el día libre a los trabajadores de la casa te informo de una vez.
Ante esto Key suavizó su expresión por un momento pero luego para que su tía no lo notara empezó a comer rápido, después de cuatro bocados a su desayuno se levantó —Ya terminé, me voy. Adiós, regresaré tarde no me esperes— le informó Key.
—Un momento muchachito ¿cómo que no me esperes? —preguntó Boa con molestia.
—Pues es que hoy es el cumpleaños de Taemin y se lo vamos a celebrar en un club. —Le respondió él como si nada.
—Key por Dios son unos niños, en esos sitios no dejan entrar a menores de edad, Taemin cumplió 16 y tú apenas cumplirás 17 años.
—Ay tía el dinero puede conseguir muchas cosas —le respondió Key con gesto de “yo todo lo puedo” y se fue dejándola con sus sermones en la punta de lengua.
<<Este niño>> pensó Boa, —un día de estos me sacará canas verdes, sólo espero que esta vez no te metas en problemas porque no lo dejaré pasar como las otras —dijo en voz alta.
Boa simplemente se limitaba a llamarle la atención a su sobrino cuando éste cometía faltas en el instituto o cuando se metía en problemas más serios como esa vez que se escapó mientras ella dormía y se fue de fiesta a una discoteca, pero con lo que no contaba él era con que se formaría una pelea y por ser menor de edad fue a parar a la comisaria. Ella como su tutor legal tuvo que ir a las tres de la mañana sacarlo de allí.
Boa no lo castigaba porque sentía que Key ya había tenido suficiente en su vida, solo hablaba con él para hacerlo entender su error pero éste no le prestaba mayor atención y días después se volvía a meter en problemas. —Todo un rebelde —dijo —pero mi paciencia está llegando a su límite sobrino y aunque no quiera tengo que hacer algo antes de que te pierdas por completo, es por tu bien. Con estas palabras empezó a recoger los platos y se dispuso a limpiar todo.
Key llegaba al instituto en su auto último modelo, un convertible rojo descapotado, porque por más que quisiera si lo llevaba el capote arriba se sentía preso, asfixiado, mucho menos podía andar a más de 60 kilómetros por hora, la velocidad le traía recuerdos desagradables que quería olvidar.
En realidad hizo que su tía le comprara ese auto porque “el gran Key” no podía llegar al instituto en colectivo, eso sí que no, y tampoco quería que lo llevara el chofer de la casa como cuando tenía 14 años, ya no era un niño según él. Así que luego de que la convenció tomó clases de manejo, total, aunque era menor de edad sólo utilizaría el auto para ir al instituto y además no iba a andar a altas velocidades.
Luego de aparcar bajó del auto y entró por el pasillo principal para ver si ubicaba a sus amigos, no había caminado ni diez metros cuando un Taemin sonriente llegó corriendo a su lado.
—Hola Key hyung ¿cómo amaneciste hoy?
—Hola baby, pues con mucha flojera, no tenía ganas de venir a clases pero ya sabes que mi tía se pone pesada y me obliga— respondió Key haciendo un puchero.
Key con sus amigos en especial con Taemin dejaba salir su lado lindo, era como un hermanito para él, se conocían prácticamente desde que usaban pañales porque sus familias eran amigas, por eso Key le confiaba casi todo y lo protegía de quien fuese.
—Pero ve la parte buena hyung, así me podrás ver a mí y a los chicos— le dijo Taemin sonriendo.
—Sí, tienes razón, sin ustedes creo que moriría de aburrimiento en este instituto.
—Que exagerado eres —le dijo el menor divertido.
—No exagero, es la verdad —señaló Key haciendo otro puchero.
En ese instante llegaron Minho y Onew.
—Buen día chicos —saludó Onew con una encantadora sonrisa —huy ¿y ese puchero diva? —preguntó Minho con gesto burlón.
—Cállate rana mutante— le respondió él fastidiado.
Solo se escucharon las risas de Onew y Taemin cuando Key llamo a Minho de esa manera y porque les causaba mucha gracia ya que Minho en verdad parecía una rana con esos enormes ojos.
—Pero yo solo pregunté, que molesto eres Key— dijo Minho frunciendo el ceño.
—Ya chicos tan temprano y peleándose, definitivamente no hay remedio con ustedes— les dijo Onew, —además saludé y nadie me respondió, mal educados.
—Perdón Onew hyung es que esta rana me saca de mis casillas— le dijo Key, con Onew Key tampoco podía ser grosero porque era un chico encantador, tierno y siempre estaba con ellos en las buenas y en las malas desde que se conocieron hace siete años cuando apenas iban a la escuela primaria.
Onew es un año mayor que él y como siempre fue el estudiante modelo, un día por recomendación de un maestro llegó a ayudarle con una mataría que no entendía. Desde allí se empezó a relacionar más con él y luego se lo presentó a Taemin, los dos congeniaron al instante, volviéndose amigos.
En cambio con Minho era otra historia, se conocieron por un pequeño accidente cuando Key derramó su jugo sobre la camisa del alto hace seis años ya, éste por poco lo golpea si no es por Onew que intervino pidiendo disculpas por Key.
Key por su parte no le pidió disculpas así que Minho se fue molesto porque el niño torpe había manchado su camisa preferida.
Hasta allí quedó ese encuentro, luego de eso no se volvieron a ver en semanas hasta un día que su baby Taemin llegó con el chico alto, “la rana” como le había apodado Key por sus enormes ojos, no sabía que ese par se conocía así que se sorprendió mucho.
Resulta que iban a la misma clase y tenían que hacer un trabajo en pareja. Ahora entendía todo y aunque Key no confiaba mucho en Minho, gracias a Taemin se empezaron a llevar mejor y así fue como los cuatro se volvieron inseparables.
—Taemin se me olvidaba al salir del instituto nos vamos de compras al centro comercial, recuerda que hoy celebramos tus 16 primaveras —dijo Key con una expresión picara.
—¿Al centro comercial de compras? —intervino Minho, —pobre Tae de esta no saldrá vivo —continuó mientras soltaba una carcajada.
Key le lanzó una mirada asesina que si de verdad matase ya Minho estuviese tirado en el pasillo sin signos vitales por lo que Minho prefirió callar por su bien.
—Bueno como te decía —continuó Key, —hoy tienes que verte más hermoso de lo que eres mi baby.
—Key, yo soy tu conejillo de indias siempre me llevas arrastrado por todas las tiendas y haces que me pruebe todas las ropas que se te ocurren —contestó Taemin con cara abatida.
—Pero Tae es para que te veas siempre hermoso, mi baby no puede andar por allí todo desarreglado.
—Bien, igual así no quiera me obligarás a ir, además hoy te haré caso porque tengo que estar deslumbrante.
—Pobres tarjetas de crédito —dijo Onew con cara de miedo.
Key se rió —las tarjetas son para usarlas Onew y tú con esta rana —dijo mientras los señalaba con el dedo —deben llevar su mejor atuendo, hoy vamos a celebrar a lo grande el cumpleaños de nuestro Taeminnie.
Minho y Onew pusieron cara de miedo, ya sabían que Key era muy despampanante cuando de fiestas se trataba y aunque esta vez no era una fiesta solo irían a bailar a una discoteca, con Key todo podía suceder y ellos no se querían meter en problemas.
—Key pero en esos lugares no dejan entrar a menores de edad —le dijo Minho.
—Lo sé pero con un dinero por acá y otro por allá, verán que podemos entrar —señaló él muy seguro.
—De verdad que a veces me das miedo —le dijo Onew.
—Tranquilo chicos nada malo va a suceder —les dijo Key tratando de convencerlos.
—Bueno ya vamos a clases que se nos hace tarde —índico Minho.
Cada uno se fue a su clase correspondiente y como todos tenían edades diferentes a excepción de Taemin y Minho, no compartían las clases pero eso no les impedía que siempre estuviesen juntos al mínimo receso.
Entre formulas, pizarras y cuadernos transcurrió la mañana de Key cuando por fin sonó el timbre tomó su bolso y salió rápido del salón sin esperar a que el profesor les indicase que se podían retirar. Se sentó en una banca a esperar a Taemin que llegó cinco minutos después.
—Key hyung tú como que te escapaste de clases —lo acusó.
—No baby, cómo crees sabes que soy un estudiante modelo.
—Ahora si me hiciste reír hyung. —Dijo Taemin mientras soltaba una carcajada.
—Ya, no seas malo Tae sé que no soy el mejor estudiante pero esta vez no me escape de clases en serio.
—Te creo hyung sólo estaba bromeando.
—¡Ay este niño! —Exclamó —deja de perder el tiempo y envíale un mensaje a los chicos, diles que tú y yo nos vamos ya de compras y que nos vemos afuera de la en la discoteca SHINee a las 9:00pm, si no saben la dirección les explicas y que ni se les ocurra aparecer en fachas porque soy capaz de arrastrarlos hasta mi casa y hacerlos cambiarse.
Taemin le hizo caso y envió el mensaje, luego se fueron al centro comercial toda la tarde, Key lo hizo entrar en una tienda tras otra y probarse muchos atuendos. Estaba realmente cansado.
—Key hyung ya estoy cansado ¿hasta cuándo me harás probarme ropa?—dijo Taemin con gesto aburrido.
—No te quejes baby, pruébate este.
—Pero Ke…
—Pero nada — le interrumpió —anda —continuó mientras le colocaba la ropa en las manos y lo empujaba hacia el probador.
Un rato después salía un Taemin con una cara de cansancio, cuando Key lo vio saltó como loco emocionado.
—Este es mi baby, éste será tu atuendo de esta noche.
—¡Por fin! —Exclamó Taemin con las manos hacia arriba —Dios escucho mis suplicas.
—No seas llorón Taemin, ahora ve a cambiarte, luego pasemos a comer algo y de allí a tu casa a ponernos más bellos de lo que somos —le indicó Key mientras le guiñaba un ojo. —Está bien, como tú ya tienes tu atuendo desde hace horas —dijo Taemin como niño regañado.
Luego de que comieron, se dirigieron a la casa del menor en el auto de Key, éste sabía que no podía usarlo más que para ir al instituto que no quedaba muy lejos de su casa como aún no tenía licencia, pero pensó que de esa forma sería más rápido así que se lo llevó.
Cuando llegaron a la casa se dirigieron directo al cuarto de Taemin, aprovechando que sus padres no estaban para poder embellecerse con libertad como decía Key. Mientras el menor se duchaba Key arregló la ropa encima de la cama, apenas Taemin salió de la ducha entró él y lo dejó en el cuarto para que se vistiera. Diez minutos después salió de la ducha encontrándose a Taemin dormitado encima de la cama.
—¡Taemin! —le gritó.
El menor despertó de un salto y cuando vio que Key fue el que lo asustó le hizo mala cara.
—No me mires así baby, ¿cómo te quedas dormido? ni siquiera te has vestido —lo reprendió.
—Tú tienes la culpa hyung me arrastraste por más de 30 tiendas, me tuviste toda la tarde dando vueltas por todo el centro comercial.
—No te quejes lo hice por ti, para que te veas deslumbrante, hoy es tu noche baby.
Taemin haciendo pucheros se vistió, al igual que Key luego se colocaron maquillaje y se arreglaron el cabello. Después de estar listos le enviaron mensajes de texto a los chicos diciéndoles que en veinte minutos los esperaban en la discoteca. Key decidió ir en su auto y por más que Taemin le insistió en tomar un taxi él no aceptó, dijo que así sería más rápido y cómodo.
Cuando llegaron Key bajó del auto junto a Taemin y le entregó las llaves al valet parking, dejó al menor esperando un momento mientras él hacía valer sus contactos y dinero para poder entrar.