Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Regresando al país de Nunca Jamás. por MagsKun

[Reviews - 95]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

hola :3 

El jefe llegó casi por la madrugada. Usualmente no entendería un retraso de casi 9 horas, o pensaría que no tenía ganas de venir hasta ese momento, pero ahora que sé lo que está haciendo realmente el señor Han a la espalda de nuestras leyes, sentí repulsión en cuanto lo vi. Sin embargo, tuve que disimularlo porque lo que debía decirle era, para mí, más importante que lo que este hombre haga durante el día. Debía comunicarle mi decisión sobre el horario.
Finalmente pudimos llegar a un acuerdo, algo que nos conviene a los dos (a mí no mucho realmente): trabajaré la mitad del turno, es decir, sólo seis horas, durante la mañana: desde la 6 de la mañana hasta las 12 del mediodía. No es un horario para nada malo, aunque claro, mi sueldo se reducirá casi a la mitad de lo que era. Sacrificios que debo aceptar, supongo. De todas formas, Jinki habló con el padre de Taemin y ahora mismo el mocoso tiene una cuenta en el banco a su nombre con un ingreso mensual que su padre le deja, además de una extensión de su tarjeta de crédito. Como si todo lo que no quería que pase, pasara de repente en frente de mis narices sin que pueda hacer nada. No sé cómo en la tierra Jinki logró convencer al obstinado señor Lee, pero la cosa es que ahora el pequeño Taeminnie es un hombre hecho y derecho, completamente legal e independiente. Y bueno, el dinero, entonces, ya no será un problema. Debería alegrarme y no sentirme un inútil bueno para nada, una carga, como realmente me siento. No quería depender del dinero de nadie. Pero no puedo hacer nada para evitarlo. Si quiero ayudar a Taemin, debo aceptarlo y cerrar el pico muy a mi pesar.  
Me saco el uniforme y lo guardo en mi locker, tomando la ropa limpia que Taemin me había dado. Me cambio con pesadez, sintiéndome cansado de repente. Por algún motivo, mi humor es malo. Supongo que será porque, excepto cuando hablé con el señor Han, tuve a Hyunwoo clavado en mi escritorio toda la puta noche, haciendo preguntas sobre Wang y sobre la Interpol y demás. Además de metiéndose en los archivos secretos de la computadora a su antojo. Entonces recuerdo. Si, su chantaje es lo que me pone de tan mal humor. Bufo de sólo recordarlo.
Cuando salgo hasta la calle, encuentro al susodicho apoyado en mi auto. Me recibe con una enorme sonrisa tierna, que más que ternura me causa enojo. Pareciera que está burlándose de mí. Ya no me parece extravagante ni indiferente, ahora creo que es solamente irritante. 
-¿Me llevas, hyung? -pregunta, abriendo mucho los ojos-. Ya que vamos al mismo lugar...
Pongo los ojos en blanco y simplemente subo al auto. Él me imita, y pasados unos minutos voy conduciendo a toda la velocidad que puedo con tal de hacer este viaje lo más corto posible.
-Para la próxima buscaré más datos -comienza a decir-. Así podemos concentrarnos en...
-Está bien -le corto, tajante, porque no quiero hablar del tema con él para nada-. Pero ahora cambié de turno y sólo te veré una hora. 
-¿Qué? -cuestiona, casi ofendido-. ¿Cómo que cambias de turno?
-Trabajaré por la mañana, hasta el mediodía.
-¡No puedes!
-¿Por qué no? -pregunto, ocultando una risa-. ¿Porque lo dices tú?
-Por..porque...
Se queda callado, pensando qué decir, hasta que estaciono en la puerta del edificio. Se rinde y baja del auto sin mirarme, y camina hasta la entrada con paso aireado. Cuando me dispongo a entrar yo también, se voltea de golpe y me choca, al no darse cuenta de que lo seguía. Quedamos frente a frente por unos segundos, hasta que reacciona y quita sus manos de mi pecho, donde las puso para frenar un golpe innecesario. Me mira serio.
-Cambiando de turno no harás que quiera dejar de investigar contigo.
Luego de confirmar aquello, me da la espalda y se pierde en el ascensor. Pongo los ojos en blanco ante su insistencia y decido tomar las escaleras, porque no quiero esperar al siguiente. Suspiro cansado. El mocoso arruinó todos mis planes. Ya de por sí era peligroso para mí, que tengo experiencia y no tengo miedo... Ahora también él corre peligro por meterse donde no lo llaman. Y lo peor es que no puedo prohibirle investigar porque si lo hago me delatará y el señor Han y sus nuevos amigos mafiosos se encargarán de hacernos desaparecer a él y a mí, cosa que él no tiene en cuenta. No tiene idea del peligro en el que está metido ahora. Y en parte, eso es mi culpa, por haber sido tan imprudente e impulsivo como para revisar la computadora de la comisaría. 
Entro a la casa arrastrando los pies. Me alivia ver que Kibum limpió pues todo está impecable. Me quito los zapatos y me dirijo directo a la cama, pero los encuentro a los dos durmiendo placidamente, ocupando todo el lugar. Bufo y vuelvo a la sala, acostándome en el sillón e intentando descansar ahí. Por más sueño que tenga, de todas formas, no puedo dormir. Mi mente se encuentra plagada de pensamientos sobre Wang, Jinki, Hyunwoo, Jae Hwan, y todos los involucrados en este caso. Todos los peligros posibles. Un sudor frío baja por mi espalda en cuanto la posibilidad de que, de alguna forma, me encuentren, me hiela la sangre. Si alguien me encuentra no tardará en dar con Taemin, y si dan con Taemin yo...
-Minho -me sacude Kibum, intentando llamar mi atención-. ¿En qué pensabas? Llevo minutos hablando como idiota y tú ni escuchaste.
-Lo... lo siento -me excuso, sentándome y haciéndole un lugar-. ¿Qué decías?
-Ay, Choi... -se queja, mirándome con reproche-. Te decía que disculpes que usurpé así tu cama, pero Taeminnie tuvo una noche complicada y... Bueno, el cansancio me superó.
-¿Una noche complicada, dices?
-Se puso como loco -explica, abriendo mucho los ojos-. No sé qué le pasó, tal vez tuvo una pesadilla o no lo sé, pero se despertó gritando en medio de la noche... Tardé dos horas en calmarlo, y al final se durmió por al agotamiento, pero estuvo temblando y quejándose en sueños el resto de la noche.
Lo quedo mirando, confundido y sorprendido. ¿Qué clase de pesadilla pudo poner a Taemin así? Pronto se me ocurre más de una idea. Definitivamente, hoy no es mi día.
-En fin, cuando te vea seguro se calma -intenta tranquilizarme, apoyando su mano en mi hombro-. Yo ahora tengo que irme. No te estreses, ¿eh?
Sin permiso, besa mi mejilla con cariño y se va, cansando, pero sin dejar de sonreír. A veces puedo notar que Kibum me tiene mucho afecto, casi como si realmente fuéramos amigos. Supongo que, al final de cuentas, lo somos. Y supongo que, aunque no quiera admitirlo, yo también le tengo algo de estima. Después de todo, hemos pasado por muchas cosas juntos. Y nos une el amor que sentimos hacia Taemin. 
Antes de dormir sé que debo darle al niño su pastilla, así que preparo unas simples tostadas y le sirvo un vaso de jugo de naranja para que se lleve algo a la boca antes. Al acercarme a la cama, lo veo dormido, aunque no parece estar muy contento. Se mueve inquieto, y está sudando. No sé si lo más conveniente sea despertarlo, pero de todas formas tiene que tomar su remedio así que decido hacerlo. Lo muevo un poco, con suavidad, intentando no asustarlo.
-¿Tae? -lo llamo-. Ya es hora de despertarse, Taemin.
A pesar de la delicadeza con la que intenté despertarlo, se sienta de golpe, sobresaltado, y mira en todas las direcciones. Noto su respiración agitada por el movimiento rápido que hace su pecho, subiendo y bajando. Preocupándome, dejo la bandeja sobre la mesa de noche y me siento a su lado. Sus ojos se encuentran desorbitados cuando me mira y se avalanza sobre mí, rodeando mi cuello en un abrazo histérico y casi asesino que me deja sin aire.
-Tranquilo, pequeño -lo tranquilizo, acariciando su espalda-. ¿Tuviste una pesadilla?
Ignora mi pregunta. La única respuesta que obtengo es un temblor que le recorre todo el cuerpo, peor que un escalofrío, mientras se aferra a m cuello como si su vida dependiera de eso. Con la poca experiencia que tengo, me limito a acariciar su nuca y su espalda lo más calmo que puedo, esperando a que se tranquilice y pueda hablar. Pasan unos cuantos minutos hasta que, de repente, me suelta y se levanta de la cama. Lo observo en silencio, expectante, mientras camina hasta el baño y se encierra.
La preocupación me nubla la mente. No sé si actuar o si dejarlo hacer. Tampoco me animo a llamar a alguien, porque pensarían que no puedo hacerme cargo de esto.
Tal vez no pueda.
Nervioso, me acerco al baño y golpeo la puerta. No obtengo respuesta, aunque escucho el agua de la ducha corriendo. Lo llamo por su nombre, pero sigue sin contestarme, así que, dejando que mi paranoia me domine por completo, giro la perilla sin esperar un permiso y entro, esperando encontrarlo inconsciente en la tina o algo así. No lo veo así, más lo encuentro sentado en la bañera abrazando sus piernas, aún vestido, mientras el agua helada cae sobre su cabeza. Está empapado, por supuesto, y tiene la mirada perdida. Me meto a la bañera con él, agachándome en frente suyo, tal como hacía la primera vez que fui testigo de un ataque de estos.
Claro que la situación era muy distinta entonces...
-Taemin, ¿vas a hablarme? -pido, casi ruego-. Dime qué te pasa. ¿Tuviste una pesadilla?
Asiente levemente con la cabeza sin articular palabra. Pero algo no se siente bien. ¿Qué clase de pesadilla tuvo para estar comportándose así? ¿Acaso soñó con el día en el que murió su madre? ¿O algo incluso peor?
Sintiendo impotencia, acaricio su mejilla con una mano. Es entonces cuando noto que, a pesar del agua gélida, él se encuentra hirviendo. Debe estar volando de fiebre.
-Voy a sacarte ahora, ¿está bien?
No obtengo respuesta, pero ya no la esperaba de todas formas. Así que, primero cierro el grifo, y luego tomo un toallón. Lo envuelvo con este y lo obligo a levantarse. Lo llevo temblando hasta la cama, donde lo siento y comienzo a secarlo. Le quito la ropa mojada y la arrojo por ahí, mientras seco su cuerpo y su cabello.
Verlo así me hace notar lo vulnerable que se encuentra ahora mismo. Y la imagen me duele muchísimo. Lo visto rápido y lo recuesto en la cama, entonces le coloco un paño frío en la frente para bajar un poco la temperatura de su cuerpo. Paso cerca de media hora así hasta que siento que mi esfuerzo da un pequeño resultado. Entonces lo obligo a sentarse y le coloco la bandeja con el desayuno, ya frío, en las piernas.
-Ya sé que no tendrás hambre -me apresuro a decir, viendo su gesto indiferente-, pero tienes que comer. Tienes que tomar el remedio, ¿sí?
Todavía sin decir nada, toma una tostada y la mordisquea sin ganas. Me preocupa su silencio, me hace recordar aquellos días en los que no abría la boca. Me deprime, en realidad. No quisiera volver a eso nunca. Pero sé que no es el caso, porque de una forma u otra, escucha y obedece lo que le digo. Termina la mitad de una tostada y, tomando un sorbo de jugo, se lleva la pastilla a la boca. Luego, aparta la comida asqueado. Me llevo la bandeja y regreso con él, sentándome a su lado.
-¿Puedes contarme ahora qué pasó?
-Era mi padrino -susurra, con la mirada perdida en un punto invisible-. Lo vi.
-¿Kim? -cuestiono, tensándome. La sola mención de su nombre me provoca adrenalina-. ¿Qué soñaste?
-No sé cómo no me di cuenta antes -murmura, ignorándome por completo-. Estaba loco.
-¿Taemin? -lo llamo, entonces me mira-. ¿Qué soñaste?
-Lo veía, nada más -suelta, mirándome intensamente-. Tengo que verlo de nuevo ahora. Sino, me volverán loco pidiéndome que vaya... Tengo que... de verdad.
-¿De qué estás hablando, Taemin? -pregunto, asustado-. No... No te entiendo.
-Tengo que ir a verlo a su celda, hyung -sentencia, decidido-. Llévame a verlo. Quiero verlo. Necesito verlo.
No. No, simplemente no.
¡No!

Notas finales:

Woooow :o 

me sorprendí a mi misma cuando se me ocurrió todo esto (?) jajaja.

Gracias ciel_2min, kpoplover y HaEupor sus hermosísimos reviews

Nos vemos en el próximo capítulo


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).