Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Regresando al país de Nunca Jamás. por MagsKun

[Reviews - 95]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

hola :3

-¡Hyung!
El grito de Hyunwoo me trae de regreso a la realidad. Lo observo, entonces, notando su mochila al hombro. Yo apenas entro, él ya se va.
-Hasta que me haces caso, desgraciado -se queja, irrespetuosamente, quitándose la mochila del hombro-. Quería decirte que encontré algo muy interesante sobre Wa...
-Shhh -lo callo, colocándo mi mano sobre sus labios y abriendo mucho los ojos-. ¿De qué rayos hablas, Hyunwoo?
Exagero mi regaño, haciéndole una  mueca de "cierra la puta boca". Por suerte el mocoso entiende y asiente aún más exageradamente, guiñándome un ojo, cómplice. Pongo los ojos en blanco en cuanto él saca una pequeña carpeta de su mochila y me la da.
-Como te decía, información de Washington, hyung -se apresura a decir, aguantándose la risa-. Espero que te sirva, seguiré buscando más.
Con esto, se cuelga la mochila al hombro de nuevo, y sale de la comisaría como quien ve llover. Yo procuro sentarme sobre la carpeta para ocultarla, pues no soy tan idiota ni imprudente como él como para sacarla aquí mismo. Cuando esté a salvo en mi casa lo veré tranquilo.
Una vez solo de nuevo, vuelvo a concentrarme en lo que mantenía mi mente ocupada antes de que el mocoso me interrumpiera. Como si estuviera atrapado en el pasado, la única preocupación que invade mis pensamientos es Kim. Kang Rae Woo, Kim Ri Won. Aprieto con fuerza el bolígrafo que tengo en la mano. La rabia inunda todo de mi cuerpo, recorre por mis venas. No puedo evitarlo, pensar en ese maldito asesino saca lo peor de mí. Y pensar que Taemin quiere verlo me llena de furia. ¿Por qué querría verlo? ¿Qué puede motivarlo a visitar a ese hijo de puta? ¿Tendrá algo que ver con lo que dijo Jinki? Eso de "asuntos pendientes". Es lo único que se me ocurre. Tal vez Taemin siente que quedó algo pendiente entre su padrino y él. Querrá verlo, tal vez, para... cerrar el ciclo, o algo así. Aclarar las cosas, decirle todo lo que no fue capaz. Espero que sea eso. Que se desquite, que lo maldiga, que le diga todo lo que ese desgraciado merece oír.
Las horas pasan más rápido de lo que desearía. Aunque me muero de ganas por ver a Taemin, no es igual mi entusiasmo por lo que planeamos hacer esta tarde. Quisiera, por un momento, que el tiempo avanzara más lento, así podría evitar la reunión de hoy. La verdad es que preferiría que nos quedáramos en la casa viendo películas de Batman, pero en lugar de eso tengo que llevarlo a la cárcel para visitar a Kim.
Una excelente idea para una cita, ¿no?
El reloj de mi muñeca indica las 12 y siento un nudo en el estómago. Tengo que irme. Y eso sólo significa una cosa...
Me cambio el uniforme por mi ropa habitual, un jean y una camisa, y salgo de la comisaría. Me subo a mi Sonata y manejo sin prisa hasta la casa. No tengo ni que bajarme del auto pues en cuanto llego Taemin se encuentra sentado en la entrada del edificio jugando con el perro de un vecino, acariciándole el pecho. Apenas identifica el auto, se despide del animal y se apresura en correr hasta mí. Le destrabo la puerta y sube, dándome un beso en la mejilla a modo de saludo. Me permito unos segundos para observalo, ahora que lo tengo en frente, y noto que no luce muy bien. Tiene ojeras, está despeinado y se encuentra más pálido de lo normal. Suspiro, frustrado, porque sé que anoche no durmió bien, otra vez. Me atrevería a decir que no durmió en absoluto, porque por la noche yo me dormí primero, y cuando salí por la mañana se encontraba despierto para, según él, "tomar la medicina". Ya es la tercera noche consecutiva en la que apenas duerme. Me preocupa, sé que le hará mal.
-¿Estás seguro de esto? -le pregunto, antes de arrancar el auto-. Todavía estás a tiempo de arrepentirte.
-Necesito hacerlo, hyung -responde, firme, abrochándose el cinturón de seguridad-. Vayamos ahora mismo.
Sin más remedio, piso el acelerador y arranco el auto. Vamos todo el camino en silencio, cada uno sumido en sus pensamientos. De a ratos lo observo y lo noto en su mundo, lejos de mí. En su cabeza deben estar pasando miles de pensamientos, y yo no puedo descifrar ninguno. La intriga y la preocupación se hacen presentes en mí, haciendo que vaya distraído todo el viaje. Voy como en una nube, y apenas soy consciente de que ya nos encontramos recorriendo los pasillos de la cárcel, escoltados por un guardia. No me doy cuenta hasta que, de hecho, estamos en frente de la cabina de vidrio y el teléfono con el que, se supone, nos comunicamos con nuestro preso. Taemin se sienta en la silla, temblando. Automáticamente pongo las manos sobre sus hombros, intentando calmarlo. De forma rápida, coloca una de sus manos sobre la mía, como si agradeciera el gesto. Noto su respiración agitada y temo que en cualquier momento comience a gritar o a llorar. Me mantengo alerta por si acaso.
Pasados unos minutos, veo cómo Kim se acerca a la distancia. Sin poder evitarlo, todo mi cuerpo se tensa, sintiéndome amenazado de inmediato. Taemin está igual; siento su reacción debajo de mis manos. Lo miro, preocupado, y presiono sus hombros con más fuerza. Él sujeta mi mano, y susurra "estoy bien", pero no le creo. Sin embargo, se mantiene firme. El que no se encuentra bien, de todas formas, soy yo. No puedo quedarme de brazos cruzados mientras ese maldito asesino se aproxima a nosotros. Siento miedo, la verdad es esa. Kim me da miedo. Kim es un rostro habitual en mis pesadillas, en las que no llego a tiempo para salvar a Taemin. Y me provoca miedo.
El niño, en cambio, intenta estar tranquilo, al contrario de mí. No pierde la calma, no flaquea ni un segundo, y le sostiene la mirada a Kim que se encuentra ya a pocos metros. Quien, por cierto, se ve realmente muy desmejorado. Demasiado. Por empezar, está mucho más delgado que la última vez que lo vi en el aeropuerto. Está en los huesos. Además de eso, luce verde como una rana, tal como cualquier persona que se encuentra con las defensas muy bajas. Y sus ojeras son tan notorias que por un momento da la impresión de que lo golpearon en ambos ojos. Debe llevar semanas sin dormir bien. Y es que en las cárceles a los asesinos sus propios compañeros se encargan de darles escarmiento.
Si esto sorprende o altera al mocoso, no lo demuestra en absoluto.
Al llegar al otro lado de la cabina, toma asiento y nos mira por unos segundos a ambos antes de tomar el teléfono. Taemin lo imita y levanta el tubo, en silencio. Es entonces que noto que realmente está nervioso, pues apenas puede sostenerlo. Le tiembla mucho la mano.
El primero en hablar es Kim, en cuanto logra acercarse el tubo a la boca. Luce tan débil que hasta eso parece una actividad difícil. No puedo escuchar nada de lo que dice, pero si puedo leerle los labios. Con eso me basta para entender cada una de sus palabras.
-Hola, Taeminnie -dice, y luego tose-. ¿Cómo te encuentras?
-Estoy bien -responde Taemin, tajante-. Veo que tú no tanto. Te ves fatal. Como si un camión te hubiera pasado por encima.
-Estoy enfermo -informa Kim, luego de reír débilmente-. Según mi doctora es estrés... y depresión.
-Si crees que me conmueves con eso, te equivocas -murmura el niño, con desprecio, sorprendiéndonos a ambos-. Vine a verte porque estuve teniendo pesadillas contigo, y mi padre dijo que estabas muy grave.
-¿Vienes a regocijarte de mi mala suerte, entonces? -cuestiona Kim, sonriendo irónicamente-. Eso no suena a nada al pequeño Taeminnie que crié -se detiene, comenzando a toser-. Veo que este cretino sigue siendo el mismo mal ejemplo de siempre.
-No te atrevas a hablar así de él -me defiende-. Mi peor ejemplo fuiste tú asesinando a mi madre. Si no soy una buena persona hoy en día, es puramente tu culpa -agrega, y siento el odio en cada sílaba-. Porque te llevaste a la mujer que debía educarme.
Incómodo, masajeo los hombros del pequeño. No sé por qué me siento de esta forma. Estaba deseando que le dijera a Kim todo lo que merece escuchar, pero... Pero no me gusta ahora que lo estoy viviendo. Aunque me cueste muchísimo admitirlo, aquel maldito tiene razón. Este no suena para nada como mi pequeño Taeminnie. Este Taemin nuevo, frío y cruel, me hiela la sangre.
-¿A qué viniste, entonces? -insiste Kim, cansado-. ¿A recordarme mis errores? Los tengo muy presentes cada día que paso en este agujero.
-Cuánto me alegra saber eso -canturrea el mocoso, casi sonando feliz-. Sólo vine porque necesitaba comprobar que al fin estás pagando por lo que hiciste. Y porque para curarme de todas estos putos traumas que me dejaste, necesito terminar lo que empecé.
-¿Qué empezaste?
-Empecé a convencerme de que mereces morir -suelta, quitándose mis manos de sus hombros-. Y ahora que te veo tan cercano a eso, me siento mucho mejor que antes.
Así, sin más, cuelga el teléfono y se levanta. Me susurra un "vámonos de aquí" y se pierde de vista, caminando hasta la salida. Me quedo perplejo unos segundos, hasta que unos golpes sobre vidrio me despiertan. Es Kim, que aún sostiene el teléfono. Pareciera que quiere hablar conmigo. Por algún motivo, me siento y tomo el tubo. Siento que las sorpresas de hoy todavía no terminan.
-¿Qué le hiciste para que me hable así? -pregunta, lleno de odio. Su voz suena peor de lo que imaginé-. Le envenenaste la mente, ¿verdad?
-Eso lo hizo solamente usted, señor -contesto-. Ese que hablaba era el verdadero Taemin. El que se escondía en siestas de tres días para no salir a la superficie.
-No me creo ni una de esas tonterías psicológicas -refunfuña, y me mira intensamente-. Deja de influenciar a mi ahijado. Ya bastante con que lo alejaran de mí.
-¿Pretendía que siguiera queriéndolo después de lo que hizo? -suelto, indignado-. ¿Pensó que lo perdonaría una vez que supiera la verdad?
-No pensé que llegaría un mocoso como tú a arruinarlo todo...
-Yo no arruiné nada, señor. Todo esto es su culpa, y lo tiene merecido. Ahora, con su permiso...
Antes de darle tiempo a contestar, cuelgo el teléfono y salgo rápidamente de ahí. Siento su mirada clavada en mi espalda, pero ya no me importa. Creo que al fin me libré de este hombre de una vez por todas. Ya era hora. Espero que las pesadillas desaparezcan.
Taemin está recostado sobre el auto, blanco como la tiza. Se siente muy mal por lo que acaba de hacer, no me cuesta nada adivinarlo. Me apresuro hasta llegar a su lado, parándome frente suyo. Me ignora, mantiene la mirada perdida en cualquier parte. Suspiro, sabiendo que lo que viene ahora no será nada fácil. Lo tomo por los brazos y lo sacudo suavemente, obligándolo a despertar.
-¿Qué fue eso? -inquiero, con voz desesperada-. ¿Qué fue lo que pasó por tu cabeza?
-Mi mamá muerta, hyung -confirma Taemin, con la voz temblando-. Una imagen que me atormenta desde los 11 años.
-No sabía que querías verlo para...
-Yo tampoco lo supe hasta que no estuve ahí -interrumpe, y se aferra a mi cuerpo, comenzando a llorar-. No sé por qué actué así. Solamente pensaba... en cuanto lo vi, sentí tanto enojo, tanto odio... que las palabras salieron de mi boca sin mi permiso, y mi plan de hablar seriamente con él desapareció.
-Está bien, Taemin -susurro, mirando en sus ojos rojos por el llanto-. Es la reacción que cualquier persona tendría.
-Al principio dudaba... ¿sabes? -continúa, y cierra los ojos por unos segundos. Cuando los abre, su mirada se torna feroz-. Pero ahora ya lo sé. ¡Quiero verlo muerto! ¡Quiero que pague! ¿Está mal esto? ¿Realmente está mal que le desee el mal? Quiero decir... ¡él me arruinó la vida!
Sin decir nada, me limito a abrazarlo. Acaricio su nuca, intentando relajarlo, hasta que siento que el llanto enojado (porque es un llanto lleno de odio) poco a poco se disipa, y el único rastro de este es la respiración irregular y algún que otro hipido. Entonces, se aparta de mí y seca sus lágrimas con el puño de su suéter. Se toma unos segundos más para levantar la vista y mirarme a los ojos. Esboza una sonrisa casi imperceptible y me besa repentinamente.
Es el beso más triste que recibí en mi vida.
-Gracias por traerme -murmura.
Y así, sin más, se sube al auto.
Y yo me doy cuenta de que Taemin dejó de ser un niño por completo. No fue el hecho de mudarse solo, ni el de aprender a hacer café. Tampoco lo fue recibir una cuenta bancaria y una tarjeta de crédito. Esto, hoy, ahora. Así es como Taemin creció de golpe todo lo que no pudo durante estos años. Y ya no es más el pequeño inocente y alegre que conocí hace un año en la Interpol. No, ese Taemin ya no existe. Ahora es un hombre roto, dañado. Pero maduro. Un hombre que trae consigo demasiados traumas sin resolver, cosas que lo ponen cada vez peor.
Cuando soñaba con Taemin curándose, nunca pensaba en lo duro que sería el proceso. En mis fantasías él simplemente era feliz de saber la verdad de una vez por todas, y eso era todo. No había más historia que esa. Nunca imaginé que en la vida real, pasar del dicho al hecho traería tantos obstáculos. No sabía que tendría ataques de pánico, ansiedad e incluso problemas de ira. Tampoco mencionaron el llanto constante, la falta de apetito ni la mirada perdida. No tenía idea de que mi pequeño tendría que sufrir tanto y pasar por esta clase de cosas para poder llegar a reconstruir su vida nuevamente. Y, por Dios lo juro, si hubiera algo a mi alcance para detener esta locura, lo haría sin pensarlo. Lo único en lo que puedo pensar es en mi niño, desorientado, asustado y confundido, atrapado dentro de sus propios miedos, perdido en sus propios recuerdos malogrados, intimidado por todas las sensaciones nuevas que siente cada vez que alguna imagen acude a su mente después de todos estos años que perdió...
En este momento ya no quiero que Taemin y yo volemos a Nunca Jamás. Y ya no estoy tan seguro de querer que se cure. Ahora mismo sólo quiero que Taemin ponga los pies en la Tierra de nuevo, y que dejé de sufrir. Quiero que vuelva a ser el de siempre.

Notas finales:

Este capítulo fue tan intenso :O jajaja

Gracias ciel_2min, HaEu, ChikaDorito y toomin por sus reviews, espero que les guste el episodio, aunque supongo que sí.. no? A mi me llenó de placer escribirlo... fue como.. en tu  cara perro!!! jajaja 

Nos vemos en el próximo ^^ 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).