Por primera vez en tres días, Taemin se durmió rápido anoche. Creo que hablar con Kim le sentó muy bien. Se ve que en verdad era algo que tenía pendiente. Bien, supongo. Me alivia saber que eso ya no lo atormenta. ¿Será que ahora, al fin, podrá curarse? Tal vez pueda dejar de sufrir de una vez por todas. De todas formas, todo eso se verá más adelante. Lo importante es que ahora, hoy, en este momento, Taemin se siente mejor que hace unos días. Ya está más tranquilo.
Yo, en cambio, aunque estaba cansado en exceso no pude dormir tan bien como él. Pasé la mayor parte de la noche pensando en lo que pasó, sin saber cómo sentirme. Ver a Taemin así, ciertamente, no fue algo divertido. Y me comencé a cuestionar muchas cosas. Sí, puede que logre curarse y deje de sufrir, pero también puede que esto sea sólo el comienzo y aún falten muchos escalones más para que llegue a estar bien de verdad. Quiero decir, si bien lo que inició la enfermedad fue la muerte de su madre, durante estos casi 8 años le pasaron muchas cosas que su mente olvidó. ¿Las estará recordando o todavía no? ¿Y si ya las recordó pero no quiere hablarme de eso? Sea como sea, sé que ninguna fue tan grave, si es que las recordó, como para causarle pesadillas o para deprimirlo. Se me ocurre, por ejemplo, cuando su padre hizo aquella fiesta de cumpleaños que Taemin no quería celebrar en absoluto. ¿Lo habrá recordado? ¿Qué pensará de eso ahora? A lo mejor, viéndolo desde su perspectiva de ahora, mucho más madura que antes, le parezca una tontería haberse enojado tanto por eso. O quizá le molesta más todavía, porque ahora comprende que su padre nunca supo cómo hacerse cargo de él.
¿Qué pensará Taemin de mí? Sé que cuando apenas nos conocíamos, me admiraba de una forma u otra. Y sé que sentía afecto por mí, me lo dijo estando ebrio. Pero en estos momentos... ¿Qué es lo que siente por mí? Sí, vivimos juntos, y sí, nos besamos más de una vez. Pero eso puede no significar nada para él. Aunque no creo que sea el caso, también existe la posibilidad de que se comporte así conmigo porque soy lo único que conoce. Él no tuvo una verdadera cita nunca, ni nada por el estilo. ¿Estará realmente "enamorado" de mí, o simplemente está confundiendo la gratitud con el amor?
Mi noche se fue rápido mientras mi mente elaboraba todas estas preguntas. Cuando ya es hora de levantarme para ir a trabajar, me siento exhausto, porque en realidad no descansé en absoluto. Me duele el cuerpo y los ojos me pesan. Bostezo a cada rato, además. Salgo como un zombie luego de besar la frente del niño, que ahora sí duerme tranquilo y ya sin revolcarse en la cama con el ceño fruncido. Dichoso sea él, que pudo dormir toda la noche de corrido.
Me cuesta mantenerme alerta mientras conduzco, pero afortunadamente llego sin muchos problemas a la comisaría. Posiblemente haya estacionado de forma horrible, pero no me preocupa mucho. Entro y tomo mi lugar habitual detrás del ordenador, y no tardo nada en comenzar a cabecear. Necesitaría cinco tazas de café para poder, al menos, abrir los ojos. Pero cuando siento que ya estoy a punto de dormirme, alguien me sacude.
-Hyung, hyung -molesta, picándome la cara-. No te duermas, hyung. Es importante.
-Mm.. ¿qué? -farfullo, despertándome de mala gana-. ¿Qué quieres ahora, Hyunwoo?
-¿Leíste lo que te di ayer?
-¿Lo que me diste ayer? -repito, somnoliento, sin entender nada-. ¿De qué rayos estás hablan...?
Mis palabras se quedan en el aire. Al darme cuenta de lo que acaba de decir, me despierto de golpe y todo el rastro de sueño que tenía desaparece en un segundo a la vez que comprendo lo que me preguntó. ¡El informe! ¡El informe que hizo Hyunwoo sobre Wang! ¡Toda la información que había buscado! Lo olvidé por completo. Tenía la cabeza en otra parte. Estaba tan preocupado por la visita a Kim que ni siquiera recordé que el mocoso me había dado una carpeta llena de datos sobre aquella escoria. Intento hacer memoria... ¿dónde dejé esa carpeta? Una imagen borrosa acude a mí, y recuerdo que me senté sobre ella, para que nadie la viera. Me levanto como si me hubieran pinchado el culo, pero no. Obviamente que la carpeta ya no está ahí. ¡Mierda! Era de esperarse. Pero ahora sí que estamos metidos en un buen lío.
-¿Hyung? -me llama Hyunwoo, mirándome confundido-. ¿Me escuchas?
-Sí... sí, claro... ¿qué decías?
-Que si leíste lo que te di ayer sobre... Washington.
Dudo unos segundos. ¿Debería decirle que perdí la información? ¿O debería mentirle diciendo que leí todo? Podría simplemente decirle que no la leí, pero no que la perdí. Omitir esa parte, pues no hace falta que lo sepa. Y teóricamente no estaría mintiéndole, sólo estaría ocultando parte de la verdad. Porque si le dijera que la perdí, creo que se preocuparía. Se pondría paranoíco, se asustaría.
O tal vez se emocionaría, sabiendo cuán raro y estúpido es. Tal vez ni siquiera le importa, debido a su desinterés por todo. Hay tres posibles reacciones que tendría el mocoso, y cada una es peor que la otra.
-No lo leí, lo siento -contesto finalmente, notando su impaciencia-. Ayer estuve algo... ocupado. Luego le echaré un vistazo.
-Torpe -se queja, dándome la espalda-. ¿Puedo ir a tu casa mañana? Así podremos hablar tranquilamente del tema.
-¿A mi casa? -cuestiono, sorprendiéndome-. ¿No prefieres que vaya yo a la tuya?
-Mi casa está fuera de discusión -se apresura a decir-. Mi compañero es un bocazas...
-¿Y si nos reunimos en un lugar neutral?
-¿Neutral? ¿Como dónde?
-No lo sé, Hyunwoo. Un parque, una cafetería, cualquier parte.
-Aigoo, hyung, de ninguna manera -suelta, y se acerca mucho a mí, para luego susurrar a mi oído-. Creí que esto era peligroso. No podemos hablarlo en "cualquier parte" si realmente lo es. ¿Eres tan imprudente siempre?
Lo miro asintiendo, algo molesto. Tiene razón, aunque no quiera admitir que fue más inteligente que yo en algo tan fundamental. Pero... por más razón que tenga, no sé si quiero a Hyunwoo en mi casa. No para esto, al menos. Taemin no sabe nada sobre este caso, y quiero que siga siendo de esta manera. Mientras más alejado pueda mantenerlo de todo lo relacionado con Wang, mejor. No quiero que corra peligro. No puedo permitirlo. Sin embargo, si de repente ahora llevo a Hyunwoo a mi casa para hablar del tema, no podré evitar que se entere, y que quiera participar. Es la clase de cosas que lo emocionarían, y no pararía hasta no estar involucrado. Además, estoy seguro de que, si llega a enterarse, se enojará conmigo por no haberle dicho nada sobre esto. Así que, lo mejor para mí y para Taemin sería que la reunión se lleve a cabo en otro lugar que no sea mi casa. Incluso si es debajo de un puente, no me importa. Mi casa está prohíbida bajo cualquier término.
-¿No puedes hacer que tu compañero se vaya? -pregunto-. Échalo de la casa por una hora o dos, no necesitaremos más que eso.
-Créeme que no puedo -insiste, ya fastidiado-. ¿Por qué en tu casa no? ¿No quieres que vaya? ¿Qué ocultas, eh?
Suelta una risita traviesa, y lo fulmino con la mirada. ¿Por qué le urge tanto saber, de todas formas? Metiche.
-Porque también tengo un compañero y tampoco puedo deshacerme de él -me limito a decir-. Y no oculto nada, mocoso maleducado.
Aparta la vista y suspira. Luce molesto. ¿Por mi negativa, o por mis últimas palabras? No lo sé. Luego de unos segundos en silencio, supongo que pensando qué podemos hacer, vuelve a la carga. Por supuesto que no iba a rendirse tan fácilmente.
-Sé que mi compañero no guardará el secreto. Tu compañero podrá hacerlo mejor que él, estoy bastante seguro -decide-. Así que iré a tu casa aunque no quieras. ¿Cuál es tu departamento?
-Hyunwoo...
-Dime así no me veré en la obligación de golpear cada puerta del quinto piso, por favor. Sabes que lo haré.
-E2 -respondo, de mala gana.
-Nos vemos ahí, entonces -sentencia-. Hasta mañana.
Con esto dicho, sonríe satisfecho y me saluda con la mano, para luego salir de la comisaría. Yo, por mi parte, suspiro frustrado. ¿Por qué este mocoso siempre termina ganándome? Tengo que encontrar la forma de dejar de ceder a sus manipulaciones, sino, siempre saldré perdiendo con él. Y mi orgullo no me lo permite. Choi Minho nunca pierde.
Ahora, de todas formas, mi preocupación no es haber perdido. ¿Cómo puedo evitar que Taemin esté en la casa cuando el idiota de Hyunwoo se aparezca? Key ya cumplió bastante con su función de niñera, no quiero molestarlo más. Jinki trabaja al igual que Jonghyun. Y el señor Lee... Se suponía que Taemin fuera a verlo durante el fin de semana, plan acordado hace bastante tiempo por su complicado horario. No puedo cambiarle la cita simplemente porque este maldito mocoso manipulador quiere ir a mi casa a molestarme en mi día libre. La única alternativa que me queda sería... Jongin. Y no, de ninguna manera. No dejaré que Taemin pase más tiempo del necesario con aquel desgraciado.
Algo se me ocurrirá.
Paso toda la mañana pensando. Mi mente es un embrollo, principalmente por dos razones: el informe perdido y el peligro inminente que esto significa, y la visita de Hyunwoo y lo difícil que resulta planear cómo hacer para que Taemin no esté presente durante nuestra reunión. Supongo que no tengo más remedio que decirle la verdad a Taemin. Y rogar al cielo a y todos los dioses que existan para que no desee involucrarse en el caso.
A medida que transcurre el tiempo, aprovecho que hay poco trabajo para buscar la carpeta. ¿Tal vez se cayó? ¿Tal vez alguien la tiró por error? No lo sé. Reviso los cajones del escritorio; no está ahí. Me fijo debajo de este, en el suelo, tampoco está ahí. Hasta llego a vacíar un bote de basura, pero tampoco se encuentra ahí. Me rindo cuando faltan 5 minutos para que termine mi turno, y me dirijo a mi locker para buscar mi ropa. Mientras me quito el uniforme me permito pensar. ¿Dónde habrá ido a parar la condenada carpeta?
Cuando comienzo a abrocharme mi propia camisa, alguien golpea la puerta, despertándome y también asustándome.
-Joven Choi -saluda una voz grave, la cual reconozco inmediatamente-. ¿Se puede?
-Jefe Han -murmuro, y trago saliva-. Cla...claro.
-Termine de vestirse, primero.
Asiento, nervioso, y termino de abotonar la prenda torpemente, con las manos temblándome como locas. El señor Han nunca pasa a estas horas por la comisaría. Nunca. Así que si está aquí, es para que me preocupe. Significa que algo malo pasó. Y estoy bastante seguro de que me concierne bastante. ¿Sabrá sobre mi investigación? Tal vez encontró él la carpeta, y ahora estoy jodido. No veo otro motivo para que esté aquí.
-¿En qué puedo ayudarlo, señor? -pregunto, una vez vestido-. Qué inusual verlo a esta hora.
-Quería hablar con usted sobre algo muy peculiar que encontré -explica, serio-. Estaba en su espacio, Choi. Creo que lo olvidó la última vez que estuvo aquí.
-Ah... ¿sí? -logro articular, rascándome la nuca. Me tiembla hasta el alma-. ¿Qué es, señor?
-Un segundo -se acerca a una caja cerrada con llave y la abre, entonces saca la carpeta que me dio Hyunwoo ayer-. Aquí está. Lo encontré en su silla, Choi. ¿Es suyo?
-S...sí, sí, es mío -balbuceo, y me acerco a él para tomarla-. Me lo prestaron.
-Disculpará que lo haya revisado, pero me pareció muy... interesante -dice, abriendo la carpeta y revisando las hojas-. No sabía que te interesaban estos casos. Lo guardé porque supuse que... era algo importante.
-Trabajaba en la Interpol, señor -me excuso-. Por supuesto que me interesan. Esto es... de un colega de allá. Me pidió que lo ayudase. Y sí, en efecto, es importante.
-Ya veo -murmura-. Bueno, esto es suyo.
Ambos extendemos la mano al mismo tiempo. Cuando tomo la carpeta, por un segundo él no la suelta, y nos miramos a los ojos. Siento la tensión vibrando en el aire. Lo sabe. Es obvio que lo sabe. Sabe que estoy tras Wang, sabe que le estoy mintiendo, sabe que soy consciente de su trato con la mafia. Al igual que sabe que le tengo miedo ahora. De la misma forma, yo sé que ahora está pensando en cómo obtener mi silencio. Y en revelarle a Wang que hay más de un policía siguiéndole el rastro.
Me metí en problemas.
Cuando suelta la carpeta, la tomo rápidamente y la guardo en mi mochila. Evito su mirada a toda costa mientras tomo mis demás cosas del locker. Permanece en silencio, cruzado de brazos, observándome. Siento sus ojos sobre mi nuca, juzgándome en secreto. Me dirijo a la puerta, intentando huir de ahí cuanto antes. Pero me doy cuenta de que esa no sería una buena idea. Porque si actúo con miedo como si fuera un cobarde, sabrá que estoy al tanto de algo que no debería, y que me está asustando saberlo. Eso sólo sería más sospechoso todavía que simplemente haber visto la carpeta que, "de casualidad", trataba de este tema. Así que, decidido a no demostrarle mi verdadero temor, me armo de valor antes de salir. Me detengo y giro sobre mi mismo, para mirarlo. Todavía tiene la vista clavada en mí.
-Gracias por guardarlo, señor -digo, seguro-. No sé qué hubiera pasado si hubiera perdido información tan valiosa.
-No se preocupe, Choi.
En cuanto volteo nuevamente para irme, me retiene, sosteniendo mi brazo. Esto es todo. Aquí viene la amenaza. Soy hombre muerto.
-Una cosa más, Minho. Ten cuidado con lo que haces -advierte, amenazante-. No te querrás meter en problemas.
Asiento débilmente y me suelta. Y ahora sí, salgo casi corriendo de ahí.
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