-No sé qué hacer, hyung -me quejo, frustrado-. Ahora sí que estoy jodido.
-De verdad lo estás -coindice Jinki, dando una calada a su cigarrillo-. Ese niño, Hyunwoo... Realmente...
-Lo sé... No hace más que traerme problemas.
-No puedes evitar que vaya a tu casa, ¿verdad?
-No, es muy obstinado -digo, girando los ojos-. Desde que me descubrió leyendo sobre Wang, no puedo sacármelo de encima.
-Qué idiota de tu parte hacerlo en el trabajo, de todas formas -bufa-. ¿Cómo se te ocurrió semejante locura?
-Lo siento, ¿está bien? No pensé que pasaría algo así -suelto, fulminándolo con la mirada-. No iba a tener otra oportunidad como esa. Y además... ¿cómo iba yo a saber que el mocoso resultaría siendo un maldito manipulador?
-Como sea, ahora tienes que evitar que Taemin lo vea -agrega, ignorándome-. ¿Por qué no le dices que quiero verlo? Lo llevo a la cafetería esa llena de gatos que tanto le gusta, lo distraigo por un rato. Y tú te sacas de encima al niño ese.
Suspiro y accedo. Es lo único que me queda. Agradezco que Jinki se haya pedido el día "por un resfríado" y no haya tenido que trabajar, porque me salvó el culo. Y, por cierto, "un resfriado" en su idioma se traduce como "no tengo ni una puta gana de salir de la cama hoy". Para mí, mejor. Muy oportuno.
Camino las pocas calles que separan mi casa de la de Jinki. En cuanto llego al edificio, encuentro el ascensor abierto, como si me esperara a mí. Subo silbando, dándome cuenta de que el día de hoy está muy a mi favor, facilitándome las cosas. Llego a mi departamento y abro la puerta con una pequeña sonrisa de satisfacción naciendo en mi rostro.
En cuanto entro, la sonrisa se desvanece.
Hyunwoo se encuentra sentado en el sillón, observando toda la casa como si estuviera en un planeta desconocido. Detiene la mirada en el reloj de Batman y oculta una risa burlona. ¿Pero qué mierda está haciendo aquí? ¡Son las 11 de la mañana! ¡Creí que vendría mucho más tarde! Creí que al menos me avisaría antes de venir... ¿Qué clase de niño se despierta a esta hora? ¡Hasta yo duermo hasta más tarde que eso en mis días de franco!
-Hyun...woo -logro decir, sorprendido-. No... no te esperaba tan temprano.
-Más tarde debo ir a visitar a mi madre -explica, indiferente-. No podía retrasarlo.
-Ah... ya.
Sonríe sin mucho sentimiento, y luego toma su mochila, comenzando a buscar algo. Tararea mientras revuelve sus cosas. ¿Traerá más información? ¿De dónde rayos la saca? Yo encontré poco y nada mientras buscaba por mi cuenta. ¿Cómo la consigue él?
Por otro lado, busco a Taemin con la mirada. Lo encuentro en la cocina, con Kao en brazos, mirando con mala cara a Hyunwoo. Muy mala cara. Esto no puede ser bueno. Me acerco a él y le hablo en susurros, procurando que Hyunwoo no escuche nuestra conversación.
-Creí que dormías -digo, nervioso-. Cuando salí estabas durmiendo...
-Me despertaron los golpes en la puerta -explica, con un humor de perros-. Hyung... ¿quién es él? Sólo me dijo su nombre cuando pregunté.
-Un compañero de trabajo, Taemin -me apresuro a decir, nervioso-. Ya sabes... de la comisaría.
-Sí, sé dónde trabajas -se defiende, mirándome con fastidio-. Pero no entiendo por qué está aquí. Yo nunca fui a tu casa cuando trabajábamos juntos. ¿Les dieron un caso o algo así?
-Algo así -me apresuro a decir, sintiéndome culpable por su notoria molestia-. ¿Fue grosero contigo?
-Algo así -repite, imitándome-. No me avisaste que vendría alguien a la casa. No entiendo por qué te fuiste, de todas formas, si esperabas visitas.
-Lo siento. Pensé que vendría más tarde... Iba a decírtelo, en serio...
-Está bien.
Esboza una sonrisa forzada, y, dándome la espalda, sale de la cocina sosteniendo aún a Kao. Se dirige a la habitación y se queda ahí. Sé que desde la habitación escuchará todo, pero supongo que "encerrarse" ahí para no verme hablando con Hyunwoo es su forma de demostrar el enojo, los celos o lo que sea que le provoque ver al mocoso tonto aquí.
Cuando me acerco a él, se levanta rápidamente, como si de repente el sillón tuviera espinas. No puedo evitar un suspiro lleno de fastidio por tener que verle la cara un día en el que, se suponía, era libre de él. Niego con la cabeza y hago un gesto con la mano para que entienda que la reunión no podrá funcionar.
-Todavía no leí lo que me diste -aclaro, antes de que diga algo-. Así que, si vienes a darme más... me demoraré en leerlo.
-Rayos, hyung, qué vago eres -bufa, girando los ojos-. Tampoco es taaan largo como para que te tome tres días leerlo, ¿sabes?
-Estuve ocupado estos días -me defiendo, irritado-. Como sea, ¿puedo preguntar de dónde rayos sacas la información?
-Me lo pasa todo Sanghyuk, el hijo del Jefe Han -contesta, como si fuera obvio-. Él tiene acceso a la computadora de su padre, así que...
Se encoge de hombros, como si lo que hacen no fuera nada del otro mundo. ¡Por Dios! ¡Aquel niño hackea la computadora de su padre para darle la información a Hyunwoo! ¡Eso es ilegal! Aunque lo que hice yo en el trabajo tampoco era correcto... ¡Esto llega a todo un nuevo nivel! Esto quiere decir que... Si Han realmente leyó la carpeta que me devolvió, leyó información que supuestamente sólo él tenía. Nadie más que él podía acceder a esos datos. Así que, lo más probable es que sepa que su hijo me ha ayudado, pasándome todo eso. Como si no tuviera suficiente con Hyunwoo, ahora también deberé cuidar del crío irrespetuoso ese. Mierda.
-No sabía que eras amigo de Sanghyuk -repongo, sin saber qué otra cosa decir-. Pero no hagan más eso, Hyunwoo. No vuelvan a meterse en la computadora del señor Han. Nunca más, ¿entiendes? Lo que hicieron fue una completa estupidez. No puedo creer que lo hayan hecho.
-¿Por qué tanto alboroto, hyung? -resonga, poniéndome los ojos en blanco-. Querías información, te la conseguí. Deberías agradecerme.
-Simplemente no lo hagas, ¿está bien? -ordeno, intentando contener mi ira para no patearle la cara-. ¿Fui claro? No vuelvas a hacerlo nunca más. Y hablo en serio.
-Bueno, lo que te haga feliz -ironiza, y luego sonríe-. No importa, ya tenemos bastantes datos importantes aquí. No creo que sea necesario indagar más.
Me muestra una nueva carpeta, la que trajo hoy. Con una evidente satisfacción, la deja sobre la mesa de café. Entonces, mira nuevamente el reloj de Batman, y nuevamente se mofa. Me molesta mucho el gesto de burla con el que mira el artefacto. ¿Con qué derecho lo hace? Que haga eso es casi como si estuviera burlándose directamente de Taemin. Y eso me molesta muchísimo. Me cuesta la vida no tomarlo del cuello y golpearlo por todas las idioteces que está haciendo, logrando sacarme de quicio.
-Tengo que irme -informa, sin saber los pensamientos homicidas que pasan por mi cabeza-. Lee todo lo que te di para la próxima vez que nos reunamos, sino no tiene sentido. No es tanto trabajo, flojo.
Así, sin más, sonríe como si nada hubiera pasado, y camina hasta la puerta.
-Adiós, hyung -dice, saludando con la mano-. ¡Adiós, compañero de Minho!
Supongo que se refiere a Taemin con eso. Abre la puerta y se va, dejándome completamente en blanco.
Maldito mocoso estúpido. Creo que lo odio
A pesar de eso, debo admitir que la cosa podría haber resultado mucho peor. No fue tan malo. No dijo nada que pudiera atraer a Taemin hasta el caso, y eso me alivia. Es algo, al menos. Tener la certeza de que Taemin no se involucrará en esto me quita un enorme peso de encima.
Sin embargo, la idea de Hyunwoo y el otro mocosito entrando en el ordenador del jefe no me gustó para nada. Siento que cada vez estoy en más problemas. Y no voy yo solo, sino que arrastro a toda la gente a mi alrededor. En este momento, ya cuento con dos víctimas. ¿Puedo hacerlo incluso peor? ¿Puedo meter a más gente en este embrollo? Me gustaría apostar algo, porque estoy casi seguro de que aún no termino de cagarla.
Bufando, camino hasta la habitación para hablar con Taemin. Su reacción de antes me dio la pauta de que está enojado, así que debo hacer algo para que deje de estarlo. No soporto cuando se pone así conmigo. En cuanto me acerco a la cama, lo encuentro usando mi celular, con el gato durmiendo plácidamente en su pecho. Todavía le dura la mueca de fastidio en el rostro.
-¿Qué haces? -pregunto, sentándome a su lado-. ¿Juegas?
-Le mandé un mensaje a Key hyung -explica, frío-. Iremos a tomar algo más tarde. Sino, me moriré de aburrimiento.
-Ah... me alegro.
Asiente con la cabeza y se levanta, llevando algo de ropa con él, y dejando al gato sobre la cama. Este se acomoda y vuelve a dormirse, un poco receloso por la reciente sacudida. Taemin, mientras tanto, se dirige al baño y se encierra ahí, trabando la puerta para impedir que lo siga.
Suspiro, frustrado, sabiendo que está más que enojado conmigo en este momento. ¿Realmente fue tan grave que no le dijera que Hyunwoo venía hoy? ¿Será que el idiota aquel lo trató mal? ¿O está enojado porque no le dije sobre el caso? En realidad el caso ni siquiera es mío... pero... no sé, me cuesta entender la actitud de Taemin. ¿Serán celos?
Pasado un rato, mientras Tae sigue en el baño, alguien llama a la puerta. En cuanto abro encuentro a un Kibum sonriente y bien arreglado. Bueno, esto último es igual que siempre. Suele vestirse como para una sesión de fotos absolutamente cada vez que lo veo.
-Hola, Min -saluda, feliz, besando mi mejilla. Gruño y lo dejo pasar-. ¿Taemin?
-Está alistándose.
-¿Qué te pasa?
-¿Perdona?
-Te noto raro -agrega, acercándose a mí-. Tienes mala cara, en realidad. Y, aunque sé que no te gusta mucho verme, nunca me habías bufado de esa manera.
Se ríe luego de decir eso. Como si realmente estuviera hablando de cosas divertidas.
Torpe.
-Es la misma cara que tengo siempre -me apresuro a decir, gruñón-. Ya sé que no es muy bonita pero...
-Idiota -se queja, ríendo-. Sabes a qué me refiero. Luces... ¿preocupado? ¿Enfadado? ¿Confundido?
-No es nada de eso -digo, y él me mira cruzándose de brazos. Maldigo mentalmente, vencido-. Bueno, sí. Un poco de las tres, supongo. Es por Taemin.
-¿Más pesadillas? ¿O qué hizo ahora?
Estaba a punto de mencionarle que el asunto de Kim ya está cerrado y que no hay más pesadillas, cuando recordé que Kibum es el hijo de aquel hombre. No quiero tocar una fibra sensible, así que prefiero inventar algo sobre la marcha. Aunque no es del todo un invento.
-No hizo nada -respondo, y luego, armándome de valor, vuelvo a hablar-. ¿Taemin es celoso?
-Bueno... sí, un poco -contesta, sorprendido, luego de pensarlo un poco-. Depende de la situación. ¿Por qué lo preguntas?
-Porque vino un compañero de trabajo y creo que se enojó conmigo por eso -explico, sin saber por qué decidí contarle esto justamente a él-. No sabía que fuera celoso...
-¿Y a qué vino tu compañero hasta aquí?
-Estamos... trabajando en algo juntos -digo, rápido-. Es.. un asunto del trabajo.
-Bien, bien, no es asunto mío, entendí -repone, levantando las manos-. Pero a Taemin sí le contaste, ¿no?
-Bueno... la verdad es que no.
-¡Entonces por qué te sorprendes de que esté enojado! -exclama casi ofendido, y luego se ríe-. Minho, si no confías en Taemin, él tampoco confiará en ti como para decirte qué cosas le molestan. Y créeme, que no le digas en qué andas, debe molestarle mucho.
-....
-Si no le cuentas sobre lo que haces durante el día con este chico que viene a tu casa de la nada... ¿Cómo esperas que no se sienta dejado de lado, enojado o celoso? Pensará que lo estás reemplazando.
-Pero yo...
-Tonta rana -bufa, dándome un golpe en la frente-. Cuando lo traiga de regreso, espero que le digas todo, sin guardarte nada. ¿Entendido?
-Pero Kibum... Espera, ¿me dijiste rana?
-Sin peros, señorito -ordena, colocando sus brazos a ambos lados de su cintura, ignorando mi pregunta-. Le dices todo y punto. ¿Fui claro?
-Sí...
-Sí, ¿qué?
-¿Sí, señor?
-Ese es mi muchacho.
Antes de que pueda protestar o golpearlo, Taemin sale del baño y se acerca a saludar a Kibum. Este le da un abrazo fuerte, como si no se vieran hace siglos, cuando en realidad se vieron hace dos días. Taemin sonríe ampliamente hasta que me ve a mí y su sonrisa se vuelve menos auténtica. Bajo la mirada, sintiéndome un idiota por hacerlo sentir así. Así que, sin importarme que esté Kibum aquí presente, me acerco bruscamente a él y tomo su rostro con ambas manos, platándole un beso en la boca. Sin pudor. Bueno, me da un poco de pudor. Me sonrojo en cuanto me separo y noto a Kibum muriéndose por dentro. Me enfoco en los ojos de Taemin, y le sonrío apenado.
-Cuando vengas necesito hablarte de algo, ¿sí? -aviso, y luego beso su frente-. Diviértete con Key.
Su gesto cambia por completo, y vuelve a mirarme con la misma calidez de siempre. Hasta diría que parece aliviado de saber que le contaré la verdad. Saluda con la mano y sale junto a Kibum, que me guiña un ojo antes de cerrar la puerta detrás de ambos. Entonces, regreso a la cama y me dejo caer en ella. Pasados unos minutos, Kao se acerca ronroneando y se acuesta sobre mi pecho, mirándome como si me pidiera caricias. Cedo y comienzo a rascarle detrás de la oreja.
-Debo decirle la verdad a Taeminnie, ¿no? -le pregunto, sabiendo que no obtendré respuesta-. Sino se enojará conmigo...
El gato se duerme sin siquiera escuchar toda la pregunta. Giro los ojos, pensando que me volví idiota por hablarle a un animal. Justo en ese momento, suena mi celular. Es un mensaje de Kibum.
"Espero que ese algo del que me quieres hablar sea sobre quién rayos era él, hyung".
Suelto una carcajada sabiendo que el mensaje era en realidad de Taemin. Entonces, me quedo dormido junto a Kao.
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