Minho hyung, espero que esta información te sirva.
Wang Chan-Hao, 52 años de edad, estudió economía en la Universidad de Pekín (graduado con honores). Nació en un pueblo pequeño de la ciudad de Handan, República Popular China.
Sus tratos con la mafia iniciaron cuando tenía alrededor de 30 años. Luego de 20 años en negocios turbios logró convertirse en un capo de la mafia china con mucha influencia tras formar su propia organización. Esta se dedica al tráfico de personas, falsificación de cheques y tarjetas de crédito, prostitución, tráfico de órganos, muertes por encargo y tráfico de drogas. Actualmente se oculta trasladándose entre distintas ciudades de Corea del Sur como Daegu, Daejeon, Incheon, Bucheon y Seúl (hasta donde se sabe). Cuenta con un equipo de cuatro hombres (tomando un estilo más occidental que oriental, pues la mafia china acostumbra a tener tríadas -grupos de tres personas-, mientras que Wang se encuentra en un quinteto). Estos hombres lo acompañan a todas partes, lo protegen y hacen el trabajo por él. Además, tiene cerca de 20 más trabajando para él en todo el país.
No se sabe su paradero actual, aunque se lo ha visto por última vez en Incheon, con sus cuatro secuaces de siempre, identificados solamente los hermanos Deng, Guan-Hu (43) y Luan-Qiao (46).
Esto es todo lo que pude conseguir antes de que el dueño del ordenador llegue a su casa, hyung. Pero creo que es muy útil. La próxima te traeré más información.
Ah, por cierto, mi cómplice te manda saludos.
Termino de leer el informe y suspiro, completamente confundido. Al menos Hyunwoo tuvo la prudencia de no poner su nombre ni el del otro niño. Pero no tardo en soltar un bufido, porque si Han leyó todo esto, es muy probable que sepa quién es el cómplice. Su hijo, Sanghyuk. Porque creo que cualquiera imaginaría que toda esta información sólo la podría haber sabido él. ¿Será que meteré a todavía más gente en problemas?
Y todos son niños. Comienzo a pensar que soy un pedófilo o algo así.
Sin embargo, y a pesar de mi molestia y casi miedo, debo admitir que estoy muy sorprendido ante todo esto. La información que consiguió Hyunwoo es excelente, de primera calidad y muy precisa. Y por supuesto que la fuente es confiable, pues estaba en la computadora del señor Han. Esto es mucho más de todo lo que Jae Hwan y Jinki pudieron conseguir en varias semanas de trabajo duro. Me siento culpable por haber conseguido tantos datos sin haber movido un sólo dedo. ¿Debería decirles? Creo que si, me siento en la obligación de hacerlo. Pero, al mismo tiempo... Siento que debería consultarlo con Hyunwoo primero. Aunque estoy bastante seguro de que accedería y se emocionaría por trabajar con agentes de la Interpol. Siempre demostró su admiración hacia esta.
Guardo la carpeta, escondida entre mi ropa, y comienzo a preparar el almuerzo. En cuanto regresé del trabajo encontré a Taemin saliendo rumbo a la veterinaria más cercana para hacerle los controles necesarios al pequeño Kao, así que mientras tanto yo aproveché para ojear el informe sin que él se entere. Aunque decidí contárselo, no estoy seguro si sea lo mejor. Lo hago nada más porque sé que él quiere que sea honesto con él, y se lo debo. Pero no pienso permitir que se involucre en esto. Mientras menos sepa, mejor.
Cuando ya tengo listo el arroz con carne y verduras, la puerta se abre y Taemin entra. Sonríe indicando que todo salió bien, y luego deja al gato en el suelo para que corra libremente. A continuación, se sienta en la mesa y me observa, expectante. Llegó el momento de hablar seriamente y decirle toda la verdad.
Pero, justo cuando estaba por abrir la boca, sonó el teléfono, salvándome.
-Hablaremos en otro momento -indico, y me dirijo hasta el aparato, levantándolo luego de dos timbres-. ¿Diga?
-¿Taemin?
-No, habla Minho. ¿Quién es?
-Ka... Jongin -dice la voz del otro lado, con una notable incomodidad-. ¿Está Taemin hyung?
Suspirando con molestia, extiendo el teléfono hasta Taemin.
-Es para ti.
-¿Quién es?
-Jongin.
Abre los ojos como platos, y se forma una sonrisa enorme en su rostro. Toma el tubo casi con desesperación, mientras yo regreso a la cocina para preparar la mesa, con una sensación desagradable en el estómago. Los celos. Los malditos celos... Odio a Jongin. Y estaba casi feliz porque hacía tiempo que Taemin no lo veía ni hablaba con él. Pero aquí está, aquel maldito, arruinándome las cosas de nuevo. Aunque debo agradecerle que me haya salvado de contarle a Taemin sobre Wang... ¡prefiero contarle todo sobre eso antes que dejar a Jongin cerca de MI niño!
En cuanto termina de hablar por teléfono, se mete al cuarto y busca ropa. Lo miro con curiosidad, sin decirle nada. Entonces, antes de irse a bañar, me mira y esboza una sonrisa, como excusándose.
-Kai quiere que lo acompañe a un lugar -me informa-. ¿No te molesta si...?
-¿Por qué me molestaría? -lo interrumpo, sonando, en efecto, molesto-. Ve con él.
-Es...está bien -suelta, sorprendido por mi tono de voz-. No tardaremos... sólo iremos a...
-No te preocupes -agrego, sintiéndome un poco mal por hablarle así, pero sin poder evitarlo-. Yo tengo que hacer algo hoy, de todas formas. Por la noche hablaremos.
Es mentira, por supuesto. No tengo nada que hacer, pero algo me obliga a decir eso para no quedar mal con él. Me insulto mentalmente por ser un estúpido mentiroso, de todas formas. ¿Por qué de repente me comporto como si fuera una quinceañera celosa? No lo sé. Es sólo que todavía no me repongo de la imagen de Jongin ganándome la atención de Taemin en el hospital. Y en el fondo sé que no puedo competir con su amigo de la infancia, y eso me enoja mucho.
-A la noche, entonces -corrobora-. ¿Y luego vemos alguna película?
-Claro. Te llevo al cine, si quieres.
-Sería genial -dice, con una sonrisa, y luego se va al baño.
Su sonrisa alegre indica que gané un punto. Eso es, debo ganar su interés, asegurarme su atención. Debo ofrecerle cosas que superen cualquier tontería que "Kai" le sugiera. Minho 1 - Jongin 0. Así son las cosas. Bueno, en realidad tengo más de un punto. Quiero decir, ¿el niño no vive conmigo, acaso? No vive con Jongin, no, vive con Minho. Por supuesto que vive con Minho. Aunque Jongin conoce a Taemin desde pequeños, lo abandonó cuando más lo necesitaba. Ah, claro que tengo más puntos que él. Seguramente ni siquiera sabe todas las cosas que...
Mi celular vibrando interrumpe mis pensamientos estúpidos. Un poco avergonzado por la dirección que mis ideas tomaron, busco mi teléfono y reviso el mensaje que acaba de llegar. Es de mi hermano.
¿Piensas llamar a mamá algún día? Mocoso, necesita hablar contigo.
¿Y por qué no me llama ella? Tiene mi teléfono. Tampoco entiendo por qué manda a hyung a decirme las cosas en su lugar.
Idiota. Llámala, ¿quieres?
Pongo los ojos en blanco y me dirijo hasta el teléfono nuevamente. Entonces marco el número de mi casa, esperando que me atiendan. Pasan cuatro tonos cuando escucho la voz de mi madre al otro lado.
-¿Diga?
-¿Mamá? -pregunto, aunque sé que es ella-. Soy Minho.
-¿Minho? ¡Aigoo, pero si estás vivo! -exclama, exagerando como siempre-. Ya comenzaba a preocuparme. Me alegra que no te hayas olvidado de tu pobre madre.
-Mamá... -bufo, reprimiendo una risa-. Estuve ocupado, perdona. No volveré a descuidarte así.
-Eso espero. ¿Necesitas algo?
-¿Acaso no puedo llamarte para saber cómo estás?
-No, claro, claro que puedes. Pero no lo haces.
-Ya, mamá, de verdad lo siento.
Por esto no me gusta llamarla. Siempre que lo hago me recrimina la poca atención que le doy. Si no fuera tan irritante cuando hablamos, me encantaría hacerlo más seguido. Pero así es ella, siempre necesita recordarme que me "alejé" de la familia mudándome a Seúl, y que desde entonces "la tengo olvidada" y no sé qué tonterías más.
-Me gustaría hablar contigo sobre algo -suelta-. Así que tu llamada es oportuna.
-¿Qué es?
-Me cuesta hablar de esto por teléfono pero... Estamos teniendo problemas con algunos clientes.
Me pongo tenso de repente, comprendiendo de inmediato a qué se refiere. Mamá emprendió un negocio de textiles con una amiga, la señora Do, y está trabajando hace unos dos años en esto. Tienen cuatro sucursales las cuales se dividieron: una para mamá, una para la señora Do, una para mi hermano y la otra para el sobrino de la señora Do.
-¿Qué clase de problemas?
-Recientemente conseguimos hacer unas ventas masivas, muy grandes y que suponían mucho beneficio -explica, hablando bajito, como si pudiera evitar que así otra persona escuche nuestra conversación-, pero no resultó como esperábamos.
-¿Y no fue así porque...?
-Las tarjetas con las que nos pagaron eran falsas.
-¡Mamá! ¿Hiciste la denuncia?
-Sí, hijo, claro que la hice. Pero en la comisaría me dijeron que han entrado muchas quejas por lo mismo y que no tienen idea de qué hacer... Al parecer hay algún falsificador suelto en la ciudad.
Antes de que pudiera abrir la boca, siento la famosa lamparita encendiéndose sobre mi cabeza. Wang. Es Wang. En el informe de Hyunwoo decía que andaba por Incheon. ¡Esto es obra suya! ¡Me apuesto la vida! ¡Esa escoria está en mi ciudad natal! Esta es una oportunidad imperdible...
-Mamá, ¿quieres que vaya a darte una mano? -sugiero, teniendo una idea alocada-. Podría salir ahora mismo para allá y llegaría en menos de una hora.
-¿No tienes que trabajar?
-Ya trabajé hoy. ¿Quieres que vaya si o no?
-Sabes que siempre quiero que vengas, hijo.
-Entonces nos vemos en una hora, mamá. Adiós.
Cuelgo el teléfono sintiendo una descarga de adrenalina recorrer todo mi cuerpo. Casi puedo saborear el encuentro con Wang. Lo tengo. Y pensar que pude averiguar esto gracias a mi madre... Debería llamarla más seguido. Preparo mi bolso para pasar la noche en mi casa, cuando recuerdo que se suponía que lleve a Taemin al cine. ¿Cómo le explico la situación? Nuevamente me veo en un problema...
Decido, al menos, avisarle ahora que me iré. Así que marco el número de Kibum, esperando que pueda atenderme.
-¿Hola?
-¿Kibum? Soy Minho.
-¡Vaya sorpresa! -exclama-. ¡Hola! ¿Qué pasa?
-Perdona pero necesito el número de Jongin. Es urgente.
-¿Pasó algo?
-No, tranquilo. Taemin está con él y necesito decirle algo importante.
-Ah, menos mal -suspira, aliviado-. Ahora te lo mando por mensaje.
-Gracias.
Sin esperar a que responda, cuelgo. En este momento no puedo mantener una charla amistosa. Pronto me llega su mensaje con el número del indeseable y un "maleducado, al menos saluda". Así que ahora, llamo a Jongin. No le doy tiempo a hablar en cuanto atiende, tomando la palabra.
-Hola, Jongin. Soy Minho. ¿Me puedes pasar con Taemin?
-¿Qué...? Eh... Cla..claro -balbucea, y luego lo escucho lejos del micrófono-. Hyung, es para ti. Es Minho.
-¿Minho? -pregunta Taemin, y luego toma el teléfono-. ¿Hyung? ¿Qué pasa?
-Tae, tengo que irme a Incheon... ahora mismo -explico, sin rodeos-. Me quedaré hasta mañana, surgió algo y tengo que ir a ayudar a mi mamá. ¿Podrías quedarte a dormir con Jinki o con Kibum por hoy?
-¿Te vas? -cuestiona, un poco desilusionado-. Sí, hyung... veré qué hago.
-Gracias. Y disculpa. Nos vemos mañana, ¿sí?
-Sí, hyung. Saludos a tu madre.
Con esto, luego de darle las indicaciones necesarias ("toma tu medicina a tal hora, no te saltes ninguna comida, no te duermas muy tarde, ten cuidado si sales a la calle" entre otras), salgo rumbo a Incheon. Me siento un poco mal por dejar a Taemin así, tan de repente, pero a la vez la emoción por ir detrás de Wang y tener algo de acción después de tanto tiempo me pone eufórico.
Te tengo ahora, escoria. Perdiste.
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español