Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Regresando al país de Nunca Jamás. por MagsKun

[Reviews - 95]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

hey!

Me despierto con el aroma de la comida de mamá proveniente de la cocina. Ah, esto sí que es vida. Voy casi flotando hasta la mesa. No dudo ni un segundo cuando me preguntan qué es lo que más extraño de mi casa. Es la comida, por supuesto. Siempre que vengo de visita regreso con uno o dos kilos de más, tanto será que aprovecho para atiborrarme de todos los platillos que yo no puedo hacer por mi cuenta.
A pesar de la felicidad que me da poder alimentarme como corresponde, la visita no está saliendo como planeaba. Mamá apenas supo explicarme qué fue lo que pasó exactamente, y aunque me hubiese dado más detalles, no serían de mucha utilidad tampoco. Lo único que pudo decirme fue que vinieron estos dos hombres a comprar una cantidad determinada de indumentaria tanto en su tienda como en la de la señora Do y que, como era un gran pedido, pidieron pagarlo con tarjeta de crédito. Cuando llegó la hora de recibir el primer pago, ahí recién se dieron cuenta de que habían sido estafadas. Y el verdadero dueño de cada tarjeta casi se infarta. Luego de muchos inconvenientes desagradables, la cosa quedó en la mismísima nada. La policía local no tuvo forma de ubicar a los dos mentirosos esos, y el dinero nunca llegó. Y ya. Eso fue todo.
-Son cosas que pasan -se dice mi madre una y otra vez, para no deprimirse-. Prefiero que me hayan robado así y no de forma violenta.
-Qué cosas dices, mamá -la reprendo-. Es por esto que siempre te digo que compres cámaras de seguridad. Para que no puedan tomarte por tonta y salirse con la suya.
-Ya está, hijo, no puedo hacer más que resignarme ahora.
Suspiro sabiendo que no podré convencerla de lo contrario. Sin embargo, no voy a quedarme de brazos cruzados. No sólo porque estoy persiguiendo a Wang hace tiempo ya, sino porque ahora esto se volvió personal. Sus malditas tarjetas falsas llegaron a algún cliente de mi madre, y si se meten con ella se meten conmigo. ¿Eres lo suficientemente hombre como para meterte con mamá? Bien, espero que seas lo suficientemente hombre para lidiar conmigo ahora. No van a escaparse tan fácilmente. No de mí, el maldito Cabo 1º Choi, obstinado como el diablo. Atrapé a muchísimos criminales durante mis casi cuatro años de carrera. Wang no será el primero en escaparse de mí, claro que no.
Decidido, entonces, le digo a mi madre que "iré a visitar a viejos amigos" cuando salgo de la casa. Pero no es así. Iré a buscar a Wang por mis propios medios. Estoy tan enojado que no puedo pensar con claridad, y aunque sé que puede ser peligroso, la furia le gana a la razón. Ya no puedo echarme atrás.
Paso cerca de dos horas caminando por la ciudad hasta que, cansado y casi vencido, entro a un bar para tomar algo. Una cerveza puede que despeje mi cabeza. No sé en qué estaba pensando si creí que iba a ser tan fácil encontrar a Wang, pero realmente tenía la esperanza de hacerlo. Fui demasiado iluso. Impulsivo.
Mientras bebo un sorbo de la bebida amarga, no puedo evitar escuchar las conversaciones que se llevan a mi alrededor. Es un rasgo que desarrollé desde que trabajo en la fuerza: observo y analizo todo lo que pasa cerca de mí. La conversación más cercana es de dos hombres sentados en la mesa contigua a la mía, y es también la que oigo con mayor claridad.
-...no es muy difícil -dice uno-. Me costó un poco dar con ellos, pero valió la pena. Estoy ahorrando un dineral ahora.
-¿Pero y si me encuentra la policía? -pregunta el segundo-. Ya tengo suficiente con mis deudas como para tener que pagar una fianza...
-No tendrás que hacerlo porque los polis ya no pueden hacer nada -lo tranquiliza el primero-. ¿Es que no sabes? ¿En qué mundo vives? Ahora la mafia y la policía trabajan en conjunto.
Esto me pone alerta. No pueden estar hablando de otro que no sea Wang. Disimuladamente me acerco más y activo todos mis sentidos para no perderme un sólo detalle de lo que dicen. Puede que me lleven hasta él sin siquiera saberlo.
-No lo sé, hyung, suena peligroso -insiste el segundo-. Por más dinero que deba yo... no me atrevería a hacer algo así.
-Ah, mocoso cobarde -se queja el primero-. Si no te animas no lo hagas, pero luego no te quejes por todo el dinero que gastas a diario con tus deudas.
Entonces, cambian de tema como tal cosa. Me doy cuenta de que no tendré otra oportunidad como esta, así que me armo de valor y me levanto, parándome en frente de su mesa. Intento no parecer sospechoso, aunque el cabello corto estilo policía no me ayuda mucho...
-Disculpen por mi intromisión, pero no pude evitar escuchar lo que decían recién -digo, haciendo una reverencia exagerada-. Me gustaría... saber un poco más.
-¿Más sobre qué?
-Sobre... sobre pagar deudas -agrego, bajando el tono de voz-. Ya sabe... podría estar necesitando un poco de ayuda.
Dejo las palabras en el aire, pues no sé qué más decir. Nunca fui muy bueno mintiendo bajo presión. Y, de todas formas, inventar algo ahora podría tornarse en mi contra más adelante. No importa, creo que fui bastante claro. Debo dinero y necesito pagarlo, cualquier idiota entendería eso. Los hombres dudan al principio, pero finalmente uno me hace un lugar a su lado. No sé si sea el alcohol que consumieron o qué lo que los lleva a confiar en mí, pero no le doy vueltas al asunto y me siento junto a él.
-¿Qué quieres saber? -pregunta el mayor-. No puedes divulgar nada de lo que te digamos, ¿eh?
-Lo entiendo, señor -miento, fingiendo timidez-. Es que... yo también tengo muchas deudas y... no sé cómo pagarlas.
-Ah, bueno, este hombre se encarga de eso -agrega-. Falsifica tarjetas y cheques.... en tu caso te servirá más un cheque, supongo.
-Sí, eso es justo lo que necesito -corroboro, intentando disimular mi emoción-. ¿Sabe dónde encontrarlo?
El hombre hace una mueca para que me acerque más a él, así nadie escucha lo que va a decir. La adrenalina en mi sangre alcanza niveles desorbitantes. ¡Estoy tan cerca!
Sin embargo, no dice nada. Mirando en todas direcciones, saca un pequeño papel de su bolsillo, y lo pasa sobre la mesa. Me indica con los ojos que debo tomarlo y esconderlo, y no tardo en hacerlo con las manos temblorosas y el corazón latiéndome en la boca. Lo guardo en en el bolsillo de mi camisa, y luego me incorporo, sentándome con normalidad. El hombre, por su parte, suelta una carcajada, como si hubiera dicho algo realmente gracioso. Lo imito, por pura inercia y nerviosismo. Ya no puedo controlarme.
Pasados unos segundos, me levanto. Creo que si permanezco dos segundos más aquí, el hombre se dará cuenta de que no debía darme eso. Fue un gran error por su parte. Así que, haciendo una reverencia, salgo rápidamente, con temor a que me descubran. Una vez alejado del bar, comienzo a correr guíado nada más por mi instinto que me indica que me ponga a salvo para revisar el condenado papel. Llego a un parque que había olvidado que existía y me dejo caer en una banca. Cuando recupero el aire y mi cuerpo entero deja de sacudirse, decido que estoy listo para verlo. Entonces, saco el papel de mi bolsillo y me dedico a mirar hasta el mínimo detalle.
Me encuentro con una letra apenas legible. Se nota que quien escribió esto lo hizo a las apuradas, casi con miedo podría decir. Pero no le doy mayor relevancia a eso, lo que importa es que tengo un número de teléfono y una dirección. No es muy lejos de aquí. De hecho, creo que es a unas escasas tres calles del parque en el que estoy. Aunque se supone que es un callejón sin salida, por lo que es un lugar muy poco frecuentado.
Muy listo de parte de Wang.
Me levanto, determinado, y comienzo a caminar hasta allá. Si ya llegué hasta aquí, nada me impide ir hasta aquella dirección en busca de respuestas. No voy a echarme atrás luego de todo lo que investigué. Voy a ir a ese lugar, voy a encontrar a Wang, y voy a lograr que todo esto termine de una vez.
Me sorprendo cuando veo lo que parece un simple almacén. Las puertas están abiertas, pero desde afuera no puedo ver qué pasa adentro, unicamente que me pare justo en frente. Ya que espiar no es una opción, junto valor una última vez y entro en el lugar.
-¿Buscas algo? -pregunta una voz ronca.
Mi piel se eriza. Me quedo quieto en mi lugar, con miles de pensamientos atormentándome. <¡Concéntrate!>, me ordeno. ¡No puedo arruinar esto! ¡Tengo que mantener la calma! Me volteo y me encuentro cara a cara con un hombre unos 10 o 15 años mayor que yo, un poco más alto que yo, y definitivamente más fuerte que yo. Sus músculos lo dicen todo.
-Busco a alguien -suelto, con voz clara pero poco decidida-. Me dijeron que... que aquí...
-¿Qué te dijeron? -insiste, acercándose a mí y rodéandome sin dejar de examinarme-. ¿Qué piensas que pasa aquí?
-Me dijeron que aquí podían ayudarme con mis deudas -logro decir, esta vez más firmemente, aunque su forma de mirarme como si fuera carne fresca me hace estremecer de miedo-. ¿Es cierto?
-¿Deudas? -cuestiona, y por supuesto que sin mi permiso, desabrocha mi camisa, rompiéndola-. No traes micrófonos ni nada, ¿verdad, amiguito?
Entiendo de inmediato. Estaba tratando de adivinar si era un policía encubierto o alguna especie de soplón. Bueno, teóricamente lo soy. Pero en este momento sólo soy un cliente más. Intento calmarme, no esperaba el ataque. Lo bueno es que me asusté lo suficiente como para hacerle creer que está completamente equivocado.
-Debo demasiado dinero como para aliarme con la ley -miento, aún temblando-. ¿Es aquí o no?
-¿Qué estás buscando? -inquiere, ahora más amistoso, alejándose de mí-. ¿Tarjeta, cheque, dólares? Tenemos de todo.
-Cheques -indico, aferrándome a lo que el hombre en el bar me dijo-. ¿Los hacen en el momento o...?
-Eso lo negociamos -me interrumpe, caminando hasta una puerta detrás de él-. Te dejaré con nuestro hombre de negocios ahora.
Se pierde de vista por la puerta mientras que yo intento acomodar los pocos botones de la camisa que no salieron volando. Si no me dio un infarto es por pura locura. No puedo volver a perder la calma así, si quiero averiguar algo y salir a salvo de este lugar, necesito tener la situación bajo control. Debí haber planeado mejor esto. No debí venir por seguir un maldito impulso. Pero ahora que estoy aquí... Necesito hacerlo bien. Cuando comienzo a elaborar un plan mejor, la puerta vuelve a abrirse.
-Bien, la cosa con los cheques es fácil, tú me dices cuánto neces...
Las palabras del hombre que acaba de salir por ahí quedan suelta en el aire cuando me ve. Yo estoy igual o más sorprendido que él. Lo conozco. Hicimos el curso de policía juntos, hace ya cuatro años atrás. Lo cual significa que...
Al mismo tiempo que él se da la vuelta, supongo que para alertar a sus secuaces para que no me permitan abrir la boca, no pierdo el tiempo y salgo corriendo de ahí. Corro por mi vida, literalmente. Huyo lo más rápido que mis piernas me permiten, corriendo sin rumbo hasta sentir que mi cuerpo no me permite dar un paso más, y me dejo caer, cansado.
Estoy lejos, no van a encontrarme aquí. No ahora, al menos. Pero ya sé que soy hombre muerto.

Notas finales:

Woooooow. Les juro que tuve piel de gallina escribiendo esto e.e fue tan emocionante x3 

Gracias kpoplover por tu bonito review <3 realmente Minho es muy valiente, no?

Bueno, espero que les guste el de hoy. Nos vemos!

 

PD: falta poco para el final 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).