Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Regresando al país de Nunca Jamás. por MagsKun

[Reviews - 95]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola! Perdón por la demora

-Al principio no sabía nada, lo juro -explica el hombre, mientras Jinki toma nota-. Y para cuando supe... ¿Qué debía hacer? Tengo una familia en la que pensar... no podía desafiarlo...
Asintiendo, mi amigo no levanta la vista de su cuaderno. El padre de Jongin sigue explicando cómo encontró a Wang y cómo negoció con él, entre otras cosas. Y, aunque debería estar prestando total atención a la muy valiosa información que nos está brindando, no puedo hacerlo. Mi interés se centra en Taemin, a unos metros de distancia, tranquilizando a su amigo, quien está pasando por una especie de crisis nerviosa ahora que sabe toda la verdad (la cual, por cierto, el tonto de mi novio le contó sin mi permiso); al parecer Jongin teme por la seguridad de su familia.
Tiene sentido que lo haga.
No es por celos, esta vez. Por primera vez, mejor dicho. No estoy sintiendo celos de que Taemin esté consolando a Jongin. Ni remotamente. Lo que me provoca la escena es una enorme ternura y mucho orgullo de ver a mi niño, una vez más, comportándose como un adulto. Especialmente esto último, ya que tengo entendido que, cuando eran más jóvenes, la única vez que Taemin vio a Jongin llorando se burló de él y lo grabó con su celular. O bueno, eso me contó Kibum casualmente. Me alegra que no esté haciendo eso ahora, sino que mantiene la cordura mientras palmea la espalda de su amigo en un abrazo que parece muy reconfortante a la vista.
Comienzo a caminar hacia ellos, sin saber por qué. Simplemente sé que yo también quiero un abrazo de Taemin. Sin embargo...
Con manos temblorosas, saco de mi bolsillo el celular que comenzó a chillar de manera estrepitosa, y, torpemente, intento revisar de qué se trata luego de disculparme por el ruido.
Es un mensaje. Pero esta vez no sale número privado ni número desconocido. Sale... el número de mi querido ahora ex jefe, señor Han.
Lo abro y encuentro fotos nuevas de Hyunwoo. Se lo ve sucio, desaliñado, con una cara de muerte y... terriblemente herido. ¿Qué estarán intentando hacerle? ¿Qué quieren que revele? ¡Es un niño! No puede tardar tanto en soltar la lengua. No puede. O tiene la resistencia de un toro, o simplemente están divirtiéndose con él. Malditos hijos de puta. Mi respiración se acelera al ver al pobre mocoso maltrecho en tan malas condiciones. Me falta el aire porque todos los órganos de mi cuerpo en este momento se llenan de deseos de venganza, y no puedo pensar racionalmente. No puedo pensar en nada más.
El primero que nota mi reacción es Taemin. Se levanta del sillón, supongo, porque pasados unos segundos lo tengo parado en frente de mí, intentando llamar mi atención. Pero apenas si lo oígo y su imagen no es más que una sombra borrosa que se interpone en mi camino entre mi presa y yo. Siento como alguien arrebata mi teléfono pero tampoco me importa. Mejor. Que vean, que entiendan por qué estoy así.
Sorprendemente, unos brazos delgados y fuertes aferrándose a mi cuerpo me hacen entrar en razón. Vuelvo en sí para darme cuenta de que yo también estoy abrazando a Taemin de la misma forma en la que me abraza él.
Bueno, al menos obtuve lo que quería. Un abrazo suyo.
-Tienes a este contacto agendado -murmura Jae Hwan, con mi teléfono en la mano-. Lo conoces.
-Es el jefe de la Metropolitana -le informo, jadeando-. El hombre al que Hyunwoo le robó la información.
-Se habrá olvidado de llamar como privado -sentencia Jinki, acercándose a nosotros-. Y eso le va a costar muy caro.
Todos miramos a Jinki, algunos confundidos y otros cómplices. Yo pertenezco a la segunda categoría, porque entiendo de inmediato lo que su sonrisa victoriosa y su mirada determinada intentan decir sin palabras.
Va a rastrear el número.
-¿Y con eso qué? -cuestiona Jonghyun, poco convencido-. Tal vez para cuando lo hagamos, ya esté en su casa y sería en vano.
-Es muy poco probable que tengan al chico cautivo ahí -concuerda Jae Hwan, desilusionado-. Seguramente está encerrado en algún almacen.
-Si dejan a quejarse la única vez que uno de nosotros tiene una puta idea, tal vez pueda ahorrar tiempo y encontrarlo antes de que se vaya -ruge Jinki, mirándolos con molestia-. Mientras tanto ustedes quejicas, podrían esforzarse y pensar en algo.
-Está bien, hyung, tranquilízate -le pido por lo bajo, tomándolo del codo-. Ellos tienen razón en eso.
-¿Tenemos algo que perder? -me pregunta, en susurros-. Tal vez podamos acceder a más información mediante su teléfono.
-Es... es una idea brillante -balbuceo, impresionado-. No lo había pensado así.
-Tú no piensas nunca -se burla, nuevamente sonriendo petulantemente-. Iré a hacer eso. Mientras tanto, ustedes... Hagan lo que se les de la real gana. Me trae sin cuidado. Sólo no se metan en problemas.
Con esto dicho toma su chaqueta y, luego de pedir que alguno de nosotros siga interrogando al señor Kim, sale del departamento llevándose con él mi celular. Al mismo tiempo, yo tomo el cuaderno que dejó para retomar las preguntas que no terminó de hacer.
-Lamento todo esto -me disculpo, tomando asiento junto al hombre-. ¿Podemos...? Bien. ¿Continúa mandándole amenazas hoy día?
-Todos los días -admite con pesar, soltando un sonoro suspiro-. Me envía fotos de mi esposa haciendo las compras, de mi hija saliendo de sus clases o de mi hijo caminando por la calle con sus amigos, me vuelve loco con eso.
-Ya veo -murmuro, tomando nota a duras penas. Los "amigos" de Jongin incluyen a Taemin, y eso no me gusta para nada-. ¿Escribe mensajes en las fotografías?
-Sí, casi como si fueran... advertencias -detalla, y comienza a enumerar las varias amenazas que recibió hasta ahora-. Son muchas. Pero la más usada es "Podrían desaparecer fácilmente". ¿Qué significa eso? ¿Que van a secuestrarlos?
-Debe significar eso -comento, sintiendo pena por él-. Eso o algo incluso peor. Tendrán que tener mucho cuidado.
-No sé qué hacer -confiesa, al borde de las lágrimas-. Si algo le pasa a mi familia yo...
-Nada pasará -intento calmarlo. Y luego, sin saber por qué, las palabras brotan de mis labios sin ser procesadas por mi cerebro-. Jongin puede quedarse conmigo y Taemin todo el tiempo que sea necesario.
-¿En serio? -pregunta, y a la vez también lo preguntó Taemin, parado detrás del hombre. Es él quien sigue hablando-. ¡Sería genial! Qué buena idea, hyung. Me encanta.
Su sonrisa no me resulta contagiosa esta vez. Lo miro sintiendo automáticamente arrepentimiento por lo que dije. Que haya aceptado su amistad con Jongin no significa que ya no sienta celos de él. Yo mismo cabé mi propia tumba.
Pero como sea, no es momento de pensar en eso. Taemin no es de la clase que escucha conversaciones ajenas sin motivos. Algo querrá decirme, así que voy directamente al grano.
-¿Qué necesitas? -le pregunto, cerrando el cuaderno de notas-. ¿Ya quieres almorzar?
-No, hyung, no tengo hambre -responde, y se arrodilla al lado mío-. Quiero decirte algo. Sugerirte, en realidad. Es... es una idea. Tal vez pueda ser de ayuda...
-Deja de balbucear -pido, ocultando una sonrisa de ternura-. ¿Qué quieres sugerirme?
-Bueno, ya que siguen enviándote fotos de Hyunwoo... supongo que quieren atraerte, ¿no? -propone, y yo asiento-. Tal vez... deberías hacerles creer que te tienen.
-¿Cómo?
-Escucha con atenciòn, ¿sí? -pide-. Y luego me dices que opinas...
A este punto, todos los demás en la habitación están atentos a lo que dice por algún motivo que desconozco. ¿Será la seguridad con la que está hablando? ¿O nuestra desesperación por atrapar a Wang de una vez? No sé qué sea, pero para cuando comienza a explicar su plan, tiene más de un par de oídos escuchando.
Menos mal.
Es el plan más brillante que he escuchado.

*****

Miro mi reloj, comenzando a preocuparme. Ya pasaron 40 minutos de la hora acordada, y no hay rastros de vida en este lugar además del humo de mi propio cigarrillo. ¿Será que un mafioso me acaba de dejar plantado?
Contradiciendo mis temores, un auto ya familiar -aquel que me ha seguido por días- se aparca a unos metros del mío. Automáticamente me pongo a la defensiva sintiendo la alerta fluir en todo el cuerpo, pero intento mantener la calma. Que hayan ganado no significa que puedan intimidarme tan fácilmente.
Tres siluetas se bajan del auto. Dos pertenecen a hombres corpulentos y bruscos que traen casi a rastras a un tercero mucho más pequeño y delgado, y también débil, que ellos. Apago el cigarro y lo arrojo al suelo con manos temblorosas, y doy un paso adelante dejando a la vista un maletín negro. A medida que me acerco puedo ver a los dos hombres con los rostros ligeramente cubiertos por el cuello de sus respectivos abrigos, y al tercero con una especie de saco en toda la cabeza. También, aparentemente, va maniatado a la espalda. Camina con torpeza, casi como si le costara coordinar el movimiento de ambos pies a la vez.
-Alto -ordena uno de los hombres en cuanto estamos a tres metros de distancia-. Arroja el maletín.
-Suéltalo primero -pido, intentando sonar frío-, y te daré todo el dinero que quieras. Ese era el trato.
-Lo diré de nuevo: arroja el maletín -insiste, inmutable-. Cuando lo tenga y haya comprobado que trajiste el dinero, te daré al chico.
Mordiéndome la lengua para no discutir, me agacho y dejo el maletín en el suelo. Lo empujo suavemente a un metro de distancia, para que el hombre tenga la libertad de acercarse y tomarlo sin tener que tocarme a mí. Me levanto lentamente con las manos en alto, y es recién cuando volví a mi posición inicial que uno de los dos camina cautelosamente hasta el objeto y repite los movimientos que yo hice.
Aunque no logra completarlos, pues en cuanto está a mitad de camino, saco el arma que traía en la cintura y le apunto a la cabeza con determinación.
-Si te mueves un sólo centímetro más, te volaré los cesos -advierto, sin dejar de apuntarlo con el arma-. Quieto ahí.
-Tú tampoco te muevas -ruge Jinki, parado detrás del segundo hombre, apuntándole a la nuca, en cuanto este intenta dar un paso al frente-. Están los dos bajo arresto.
Ambos levantan las manos y permanecen en las posiciones que están. Por mi parte, busco con la mirada a Jae Hwan, quien se supone que suelte a Hyunwoo. No tarda mucho en aparecer, saliendo de un callejón a unos metros de distancia. Corre hasta nosotros y, con gran habilidad, le quita el saco de la cabeza y desata sus manos.
Los ojos marrones del chico del café se encuentran con los míos, y por primera vez sus ojos me hablan con honestidad. Y no es por las heridas ni los moretones que manchan toda su cara. Es el brillo en ellos el que me indica un rastro de lágrimas recientes y la amenaza inminente de un nuevo llanto próximo. Se me encoge el corazón al verlo tan vulnerable, tan perdido y asustado. Ese no es el extravagante y frío chico que conocí hace unos meses. Es una versión dañada y temblorosa de él.
-Ven conmigo -indica Jae Hwan, tomándolo de la mano y conduciéndolo a mi auto luego de tomar el maletín vacío que quedó en el suelo-. Ya todo terminó, ¿está bien? Tranquilo.
Cuando pasan por mi lado no puedo evitar girar la cabeza y dedicarle una mirada de consuelo. Me impacta lo demacrado que luce. Más pálido, más delgado, completamente lastimado...
Gracias a Dios, pronto esto llegará a su fin.
Luego de esposar a los hombres de Wang, Jinki y yo subimos a su auto y nos dirigimos directamente a nuestra sede, donde nos espera el señor Lee con su sobrino, la mente maestra detrás del increíble plan que acabamos de llevar a cabo. Por su parte, Jae Hwan lleva a Hyunwoo a su casa, donde ya los espera Jonghyun junto a una enferma, dispuesto a recaudar información y ayudarlo a calmarse. Y a curarle las heridas, claro.
Llegamos rápido a la agencia. Sin rodeos, subimos a la oficina del jefe y dejamos a los dos criminales a su cargo. Nos dirigimos a la pequeña cocina y nos preparamos dos tazas de café para prepararnos. Esta será una noche larga y aburrida de espera hasta lograr que alguno de los dos afloje la lengua y nos revele el verdadero paradero de Wang, aunque puede que Hyunwoo ahora mismo esté diciéndoselo a Jonghyun. Como sea, quien lo obtenga primero hará la llamada correspondiente y mandaremos tres móviles para arrestarlo de una vez por todas. Lo único que nos resta por hacer ahora es esperar a que algo suceda. Ya hemos hecho nuestra parte.
Taemin insistió en quedarse con su tío y presenciar el interrogatorio. ¿Por qué? Realmente no lo sé. Pero estoy tan orgulloso de él que ahora mismo lo nombraría director de la Interpol, la CIA, el FBI, SWAT, y cualquier otra fuerza que exista. Y sé que con el señor Lee, de una forma u otra, estará a salvo de cualquier peligro.
Ya tendré tiempo de felicitarlo a mi propia manera más adelante.
-La idea de Taemin fue impresionante -murmura Jinki después de la tercer taza-. Tan simple, tan evidente... ¿Cómo no se nos ocurrió antes?
-Jae Hwan tuvo un acercamiento una vez -respondo, recordando su sugerencia de tornar la situación a nuestro favor-. Pero Taemin... realmente es...
-Es brillante. Esa es la verdad -suelta, interrumpiéndome-. No hay otra palabra. Deberías estar muy orgulloso de él. Yo lo estoy.
-Por supuesto que lo estoy -gruño, pero enseguida sonrío de sólo pensar en mi dulce e inteligente novio-. Nunca lo estuve más en mi vida...
-Sabes que esto le valdría para un ascenso, ¿no?
-Ya no es un miembro de la agencia, hyung...
-Tú no lo eras, y volviste -me recuerda-. Ya sabes que aquí con un buen contacto...
-No me lo recuerdes -corto, tajante-. Es algo que aún me quita el sueño.
-Maricón -murmura. Yo me río sin ganas-. De todas formas, aún puede hacer un pequeño curso de policía y luego ingresar a la Interpol. ¿Lo aceptarías si quisiera hacerlo?
-¿Tengo otra opción? -cuestiono, encogiéndome de hombros-. No es que me encante la idea de él arriesgando su vida todos los días, pero...
-Pero no puedes negar que es excelente para el trabajo.
-Y es algo que siempre ha querido...
-Lo aceptarías, entonces.
-No lo sé, hyung -admito, suspirando-. Tal vez lo haría pero...
-¡Minho hyung, Jinki hyung! -grita el susodicho, interrumpiéndome, al entrar precipitadamente en la cocina-. ¡Habló uno! ¡Tenemos que irnos!
-¿Tenemos? -cuestiono, levantándome de golpe y parándome frente a él-. Ya hiciste suficiente, Taemin.
-¡Hyung!
-Minho...
La súplica de Taemin y la mirada asesina de Jinki me obligan a cerrar la boca y ceder a que Taemin, una vez más, se meta de lleno en la boca del lobo y venga con nosotros.
Y así es como los tres subimos en una de las patrullas y salimos rumbo a la residencia del señor Wang.

Notas finales:

Bueno, qué les parece? 


Final abierto~ hasta el epílogo no sabrán qué pasó >:)


Perdón por haber tardado tanto, pero sabrán que escribir el último capítulo de un fanfic con el que llevan casi un año, es muy fuerte >.< quiero decir.. esta vez cuando termine, terminará para siempre y ya no habrá más de estos personajes T___T por eso me costó lo mío... Especialmente porque cambié de opinión miles de veces y sdjadsajkd no sé, pero en fin, ya está aquí, espero que les guste <3 


Gracias ChikaDorito, ciel_2min y ruby98 por sus hermosos reviews <3 me dedicaré a contestar todos los que me quedaron sin responder ahora ^^


Nos vemos en el epílogo! 


 


PD: estoy trabajando muy concentrada en dos nuevos proyectos. Les contaré ahora porque estoy ANSIOSA por compartirlos jajaja


1- un Jongkey. Pero no es cualquier historia.. Recuerdan Like a fire? Mi primer -intento de- fanfic? Aquella historia inocente de 2min? Bueno... En esa historia Jonghyun y Key fueron personajes muy poco vistos, aparecieron en los últimos capítulos y, aparentemente, ya estaban en algo raro. Ese "algo" voy a desarrollarlo en este fanfic para contarles cómo se conocieron y qué pasaba realmente entre ellos, qué les parece? 


2- un 2min del que ya les había hablado hace tiempo pero que nunca había podido desarrollar mucho. Aquel en el que uno de los personajes sufría de depresión y se autoflagelaba las muñecas, lo recuerdan? Lo empecé y estoy muy conforme con eso n.n así que si les interesa cualquiera de los dos... podrían decírmelo por favor? Así puedo saber cuál les gustaría que trabaje más. De ese modo podré enfocarme en lo que ustedes deseen leer :)


Ahora sí, adiós. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).