Estaciono frente al hospital y bajo con una pequeña caja de chocolates escondida en mi mochila. Sé que a Taemin le gustará. Recorro el camino de memoria, ya me resulta tan conocido este lugar que podría llegar a la habitación del niño con los ojos cerrados.
Desde el estacionamiento el edificio blanco se alza severamente presumiendo sus 10 pisos. ¿Cuántas habitaciones habrá? Siempre me lo he preguntado. Un lugar tan grande, y a mi sólo me compete un pequeño cuarto... Bueno, seguirá siendo un misterio, no me tomaría la molestia de venir hasta aquí para no ver a Taemin.
Me encamino hasta la entrada, donde me recibe el guardia de siempre. Me sonríe.
-Choi, visitante -anuncio, aunque el hombre ya me conoce-. Vengo a ver a Lee Tae Min.
Que mis visitas ya sean habituales y todos me conozcan aquí no quita que no respete el protocolo, ¿no?
-Me alegro mucho, Minho -dice el hombre antes de permitirme pasar-. Realmente me alegro por ustedes.
Asumo que ya se enteró de que Taemin recuperó los recuerdos, así que sonrío en agradecimiento mientras paso de largo y me dirijo al ascensor. Hay un chico parado en frente del mismo, esperando lo mismo que yo. En cuanto me acerco a su lado se voltea y me mira. Me sonríe sin mostrarme los dientes. No respondo su gesto pues no comparto el sentimiento de alegría por ver a un desconocido, pero inclino levemente la cabeza para mostrarme educado, ya que en verdad lo soy.
-¿Subes? -pregunta.
-Sí -respondo yo, receloso.
Vuelve a sonreír, aunque ahora me enseña una pila de perlas blancas en perfecto orden. Miro hacia otro lado, incómodo, mientras aguardo a que se abran las puertas de metal. ¿Por qué me sonríe de esa manera? ¿Es idiota o qué? ¿Su mamá no le enseñó de pequeño a tener cuidado con los desconocidos? ¿O está coqueteando conmigo? No, no lo creo. Entonces, ¿qué le pasa?
Cuando las puertas se abren entro primero sin darle importancia. Sin embargo, es imposible no prestarle atención, va silbando y tarareando canciones todo el camino. Incluso hace movimientos de baile, como si hubiera algún sonido que pudiera bailarse. Está loco. Lo miro, irritado. Me permito unos segundos para examinarlo a fondo, intentando ver si presenta signos de tener algún tipo de problema o trastorno; sin embargo, luce normal: parece más joven que yo, estoy casi seguro, su piel es oscura, aunque a pesar de eso es bastante atractivo. Su cabello negro está corto y ordenado, pero ahora mismo pareciera que intento peinarse casual, con la parte del frente incontrolable. Hay algo en él que me molesta, y no sé qué es. Algo de su mirada de suficiencia, como si fuera superior a todo el mundo... o de su sonrisa presumida, como si supiera algo que yo ignoro, y eso me hiciera inferior a él.
-¿A qué piso vas? -pregunta, de repente, y me sorprende.
-Al cuarto.
-Genial, yo también -agrega-. Vengo a ver a un amigo, me enteré hace poco de que estaba aquí, así que vine lo más rápido que pude...
-Oh -"¿y eso a mí qué?" quisiera preguntarle, pero me contengo porque no pretendo ser rudo ni grosero-. Qué buen gesto de tu parte.
Sonríe una vez más, y comienzo a impacientarme. En serio, ¿quién es este idiota? Llego a pensar que está disfrutando de la situación, pues la forma pedante en la que sonríe me hace creer que se da cuenta de que no me agrada pero que no le importa en absoluto. Es más, no es que no le importa, es que no le afecta; pareciera que incluso le produce satisfacción mi mirada antipática.
Las puertas se abren en el cuarto piso y no espero ni un segundo para bajar y encaminarme al sector C para huir de la incómoda reunión. Noto que fracaso, pues el idiota sigue el mismo camino que yo. Comienzo a caminar con prisa por todas las habitaciones "A", esperando que se detenga antes o que siga de largo cuando yo pare frente a la puerta 18.
-Hola, Minho -me saluda la enfermera cuando llego. Está de buen humor-. Vienes en un buen momento, Taemin estaba preguntando cuándo ibas a venir. Quiere mostrarte algo, al parecer.
Sonrío con honestidad en cuanto oigo las noticias. Eso me asegura que su recuperación va encaminada hacia adelante. Han pasado cinco días y todavía recuerda y habla, eso es magnífico. No olvidó todo al quedarse dormido. Sigue mejorando, cada día más. Eso sólo me da la pauta de que pronto le darán el alta y... Mi sonrisa dura muy poco, de todas formas. El idiota habla e interrumpe mis pensamientos.
-¿Taemin? -pregunta, emocionado, con una sonrisa odiosa-. ¿Lee Tae Min?
-S...sí -atino a decir, irritado y sorprendido-. ¿Por qué?
-¡Vine a verlo a él!
-¿Y tú quién eres? -pregunto, sonando más molesto de lo que pretendía-. Taemin no recibe visitas, sólo yo puedo verlo.
Mi anuncio no le hace ni pizca de gracia, porque su sonrisa presumida se desvanece. Aunque sólo por unos segundos, pues pronto vuelve a la carga, esta vez aún más irritante.
-¿Qué te hace capaz de decidir quién lo ve y quién no? -cuestiona, casi en una carcajada-. El guardia me dejó pasar antes, y no me advirtió nada de eso.
-Porque puedes pasar al hospital y quedarte aquí, pero no puedes entrar en la habitación de Taemin -le informo, intentando contener la calma-. Y soy capaz de decicir esto porque él no quiere ver a nadie más que no sea yo, justamente.
-¿Y si dejamos que él lo decida, mejor? -sugiere, levantando una ceja y esbozando una sonrisa maliciosa-. Si entro y me echa, comprenderé, tú ganas. Pero si Taemin se alegra de verme... tendrás que tragarte todas tus palabras. Y yo disfrutaré muchísimo cuando te vea perder.
-No creo que se alegre de verte, jamás mencionó tener a ningún amigo tan fastidioso e idiota como tú.
Ríe ante mi comentario y se dirige a la enfermera, que estuvo todo el tiempo expectante de nuestra absurda discusión, atenta a intervenir por si corría la sangre en su pasillo.
-Noona, ¿crees que pueda pasar? -pregunta, abriendo mucho los ojos-. ¡Dí que sí, dí que sí!
Ah, vamos. Eso es patético. Está "actuando lindo" para convencer a la enfermera. ¡Ni él se la cree! Es cualquier cosa menos tierno. No funcionará. Además, la mujer acaba de verlo actuar como un cabrón. No puede ser tan idiota como para cre...
-Sólo unos minutos... y entrarán los dos juntos -susurra la enfermera, sorprediéndonos a ambos, dejándome sin palabras-. Si reacciona mal, sales de inmediato, ¿entendido?
-¡Sí, noona, gracias!
Maldito hijo de...
-Eh, tú... ¿cómo te llamabas? -grita el idiota, mirándome con sorna-. ¿Vienes conmigo o te quedas? No me importaria entrar solo, pero realmente quiero verte la cara cuando Taemin me abrace con cariño.
Lo fulmino con la mirada, deseando que de repente mis ojos desarrollen un poder de rayos X así lo atravieso con ellos y lo alejo de Taemin. Lo aparto de mi camino y entro primero, dispuesto a impedir que el niño se altere por la visita del idiota. O, al menos, a verlo yo primero. Lo merezco más, tengo más derechos sobre Taemin que nadie más.
Lo encuentro sentado en la ventana, leyendo con gran entusiasmo un cuaderno con dibujos de Batman en la tapa. ¿Un cómic, tal vez? Levanta la vista y sonríe al verme, en el momento justo en el que nuestras miradas se encuentran. Mi corazón se paraliza y sólo eso basta para hacerme olvidar el mal rato que acabo de pasar. Aún me cuesta creer que me reconoce y no me golpeará ni me echará ni me ignorará esta vez, sino que, como solía ser antes, se alegrará de verme, me sonreirá, me preguntará si desayuné y me pedirá que vayamos a Gio Cat.
-Hola, hyung -saluda, dejando el libro a un lado-. ¿Te dijo noona?
-¿Decirme qué?
-Que pronto podré irme a casa.
-¡Eso es grandioso Ta...!
El sonido de alguien aclarándose la garganta me interrumpe. Claro, el idiota... Me volteo irritado por su intromisión, pero me hago a un lado de mala gana para que Taemin pueda verlo de una vez. Mejor sacarme esto de encima ahora, así lo echan pronto y puedo estar a solas con Taemin. Sin embargo, el niño no se inmuta, su rostro no tiene expresión alguna. No se ve asustado, como esperaba, ni nervioso ni nada. Agradezco que tampoco se vea emocionado, eso hubiera destrozado mi orgullo completamente. Pareciera que aún está procesando la información. Por cómo frunce el ceño levemente, creo que está intentando analizar el rostro del idiota, como si quisiera leerle la mente o algo así. Creo que está intentando averiguar quién es.
-¿Me recuerdas? -pregunta el idiota-. Sé que pasaron algunos años desde la última vez que nos vimos, pero...
-Kai -susurra Taemin, interrumpiéndolo. El rostro del idiota se ilumina-. Eres Kai. No olvidaría esa cara de idiota nunca.
-Sí, hyung, soy Kai -corrobora en medio de una risa, esta vez honesta-. Aunque ya no soy tan idiota, eh. Ha sido mucho tiempo y he cambiado bastante... sin embargo, sigues igual. Más radiante, tal vez.
-Bueno... tú dejas bastante que desear -agrega Tae, fingiendo una expresión de asco. Luego sonríe-. A decir verdad, luces más blanco, al menos. Bien hecho.
-¿Qué te pasó, hyung?
Quedo olvidado mientras que Taemin comienza a explicarle brevemente a "Kai" su problema. ¿Le dijo hyung? ¿Es menor que Taemin? ¿De dónde lo conoce? Ah, diablos... Nunca sentí tanta rabia hacia alguien... desde Kim no experimentaba esta furia. Sólo que esta furia es... es distinta. Son celos. Me provoca impotencia, sobretodo, porque ahora mismo <Kai> está riéndose por dentro de mí, disfrutando la atención que recibe de Taemin. Atención robada, que tendría que ser dirigida a mí, obviamente. ¿Qué nombre es ese, de todas formas? ¿Kai? Suena como... suena... suena... ridículo. Es el apodo más estúpido que escuché. ¿Kai? ¿Qué es un Kai? Si lo buscas en el diccionario, te sale como sinónimo de <idiota patético>.
Taemin está contándole todo, de verdad está diciéndole sobre sus problemas... le revela sin rodeos cómo olvidaba las cosas con irse a dormir y cómo se comportaba como si aún tuviera 11 años... aunque no le dice la verdadera razón. Omite por completo la participación de Kim en su relato. Se limita a informarle que "la muerte de su madre fue muy dura para él", que luego de "que se fuera y él se quedase solo, se confundió mucho". Finaliza el relato diciendo "y estos últimos meses estuve muy mal, pero ahora estoy mejor". Ya, eso es todo. Bueno, al menos no le dice la verdad... no completa... Eso significa que "Kai" no es tan importante para él... ¿no?
-Ya verás que pronto te curas -lo consuela Kai, palmeándole la espalda-. Y esta vez no me iré, ¿sabes? Lo prometo.
-Quisiera creerte -responde Taemin, sonriendo con amargura-. Te esperé por siglos... no cumpliste tu promesa la última vez.
Frustrado, salgo de la habitación y los dejo solos. Me doy cuenta de que estoy de más aquí, y lo compruebo pues aunque salí de allí, aún siguen hablando como si nada hubiera pasado, ignorando mi presencia en el marco de la puerta. En realidad Kai si se da cuenta de que me he ido, pues se voltea a sonreírme con satisfacción, diciéndome con la mirada "gané". Para corroborar su victoria, abraza a Taemin con un brazo, presumiendo. Taemin sonrie de oreja a oreja, al parecer Kai tenía razón. Sí que se alegró de verlo... Presiono los puños y tensiono la mandíbula, pero no hago lo que realmente quisiera -patearle la cabeza a Kai y quitar sus garras de Taemin-; me limito a continuar con mi camino de regreso al auto, por donde vine. Acepto mi derrota y abandono el edificio, sintiéndome vencido y humillado.
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